Sunteți pe pagina 1din 12

Universidad Mayor de San Andrés

Facultad de Ingeniería
Ingeniería Petrolera

INTEGRANTES: UNIV. ALIAGA FABIANI JOSE GABRIEL


UNIV. MAMANI MAMANI ROSA MARITZA
UNIV. QUISPE MENDOZA LIZ NIRVANA
UNIV. PEREZ CANAVIRI EINAR JOSE
UNIV. VELASQUEZ POZO DANIEL HENRRY
DOCENTE: ING. RODOLFO AYALA SANCHEZ Ph. D.
FECHA DE PRESENTACION: 8 DE JUNIO DE 2018
REGISTROS ELECTRICOS

1. Introducción.-
La herramienta óptima para el reconocimiento del subsuelo con cualquier finalidad
perforación. No obstante, obtener un corte geológico exacto implica la extracción de testigos,
en una tarea lenta y costosa, practicada casi exclusivamente en exploración minera y en
geotecnia que requieren perforaciones poco profundas y necesitan muchas veces efectuar
ensayos sobre muestras recuperadas.
En la exploración petrolera e hidrogeológica, el conocimiento del subsuelo proviene en
general de la observación (a simple vista) de las partículas provenientes de perforaciones
efectuadas con herramientas rotativas y recolectadas en la canaleta de salida del lodo de la
perforación. Si bien el método es rápido y directo, las muestras no permiten conocer el estado
real de los sedimentos y rocas atravesados, por la consecuente perturbación que produce el
proceso de la perforación. Una limitación adicional radica en que la información que se
obtiene ese obtiene está restringida a la vertical del pozo.
Estas circunstancias justifican la gran importancia dada, en la exploración petrolera, a las
técnicas de registro geofísico en el interior de las perforaciones, que son mucho más
profundas que las usuales en hidrogeología, las que a su vez superan a las de la exploración
minera y geotécnica.

Estas técnicas, conocidas habitualmente como perfilaje o testificación de pozos (well


logging), implican la introducción de un pequeño laboratorio físico en el interior del pozo
que permiten el estudio de algunos parámetros físicos de las formaciones atravesadas y sus
variaciones con la profundidad, así como las de algunas de sus características geométricas,
tales como diámetro, inclinación, desviaciones, etc.

Los datos obtenidos se almacenan en registros continuos en función de la profundidad, la que


es determinada con exactitud. Como el diámetro de la zona afectada por la medición es mayor
que el de la perforación, los perfiles representan mejor las formaciones atravesadas,
facilitando la determinación de los parámetros de interés y su correlación con los obtenidos
en otros pozos de un mismo yacimiento.

Los equipos utilizados en la obtención de los registros (fig. 214) consisten esencialmente de
un sensor o sonda, sensible a las variaciones de la magnitud física que se desea registrar, que
se introduce en las perforaciones suspendido de un cable, el que cumple la función de
sostener a la sonda y de conectarla eléctricamente con el registrador. Además está graduado
y permite conocer la posición del sensor en cada instante.

Los registros se realizan normalmente sobre bandas de papel y, en equipos más sofisticados,
también en soporte magnético de manera que los datos obtenidos puedan ser procesados por
computadora. Algunos de los equipos más sencillos suelen carecer de registrador y el
operador efectúa lecturas y anota los valores punto por punto
DISTRIBUCIÓN DE FLUIDOS Y RESISTIVIDADES DENTRO DE LAS
FORMACIONES EN LAS INMEDIACIONES DEL POZO.

Durante la ejecución de una perforación y conforme esta avanza, se introduce en el interior


del pozo un lodo acuoso que ejerce sobre sus paredes una presión que será generalmente
mayor que la natural de las formaciones. Por lo tanto, el lodo se infiltrará en las formaciones
permeables, desplazando el fluido que éstas contienen. Las partículas sólidas se depositarán
sobre la pared del pozo, estableciendo un revoque que dificultará y finalmente detendrá el
proceso de filtración.
Si la formación permeable contiene agua, el lodo la desplazará totalmente en la zona ubicada
junto a la pared del pozo y ocupará los espacios porales; a esta zona se la denomina
zona lavada o invadida. A continuación se encuentra la zona de transición en la que el lodo
no ha invadido totalmente a la formación y por lo tanto los espacios porales se encuentran
saturados por agua, lodo o una mezcla de los dos fluidos.

Finalmente, a mayor distancia de la pared del pozo, la zona no invadida no ha sido alcanzada
por la inyección y por lo tanto sus poros contienen agua de formación exclusivamente. La
fig. 216 esquematiza un corte transversal del pozo frente a una formación permeable. Las
resistividades de cada zona están determinadas por las características de la formación y por
la resistividad del fluido que rellena susporos, siendo válida la ecuación:

𝜌𝑟𝑜𝑐𝑎 = 𝐹 ∗ 𝜌𝑓𝑙𝑢𝑖𝑑𝑜

En la que el coeficiente F es el factor de formación

CLASIFICACIÓN
De acuerdo a los registros que se realicen, los perfilajes se puede clasificar de la siguiente
manera:

Salvo los radioactivos, los perfiles deben realizarse en perforaciones no entubadas. En los
eléctricos la presencia de un tubo metálico muy conductor o de material plástico, totalmente
aislante, impedirá que las corrientes eléctricas, naturales o artificiales, se transmitan entre
el pozo y las formaciones. Cuando se usan sondas conformadas por electrodos, tales como
las de potencial espontáneo y resistividad, es necesario que el pozo esté completamente lleno
de lodo o agua para posibilitar la circulación de la corriente entre los electrodos y las paredes
del pozo. Si bien existen electrodos especiales para pozos secos, la calidad de los perfiles
obtenidos con ellos es menor. Los perfiles de inducción no utilizan electrodos y por lo tanto
podrían efectuarse en pozos secos.
En exploración hidrogeológica se utilizan los registros de temperatura, algunos de los
eléctricos y el de gamma natural. El resto de las herramientas radiactivas no, en parte por el
riesgo de contaminación de los acuíferos, pero más que todo, igual que los acústicos y
geométricos, por tener un costo muy elevado.

S-ar putea să vă placă și