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TIPOS DE TEST DE PERSONALIDAD

Los instrumentos que se utilizan para evaluar la personalidad son clasificados por norma
general en función de los criterios metodológicos que han determinado su construcción. En
cualquier caso, la mayor parte de estas pruebas se basa en la medición numérica de
constructos de personalidad y en la comparación del individuo evaluado con otros.

De este modo encontramos los test de personalidad racionales, hoy en día prácticamente en
desuso, los empíricos (que se basan en criterios externos), los factoriales, en que los ítems se
agrupan en rasgos, y los que combinan más de uno de los criterios anteriores; en este sentido
resultan especialmente destacables las pruebas creadas por Millon y por Cloninger.

1. Racionales o deductivos

Los test racionales o deductivos se construyen a partir de elementos teóricamente


relacionados con las variables que se pretende medir. Para ello los autores de la prueba se
basan en criterios hipotéticos y se presupone que existe una correlación entre estos y los ítems
del test.

En el año 1914, poco después del estallido de la Primera Guerra Mundial, el psicólogo
estadounidense Robert Sessions Woodworth creó la primera prueba de evaluación de la
personalidad. La “Hoja de Datos Personales de Woodsworth” (PDS) era una prueba de
screening psicopatológico que tenía el objetivo de detectar la predisposición a la neurosis en
soldados.

La PDS estaba compuesta por 116 ítems, que consistían en preguntas de respuesta dicotómica
(“Sí/No”) como “¿Se te pasan por la mente pensamientos que no te dejan dormir?” y “¿Tienes
un fuerte deseo de suicidarte?”. Se trataba de una prueba muy susceptible de falseamiento
por parte de hombres que querían evitar el servicio militar.

Los test de personalidad racionales son los menos habituales de todos los tipos, puesto que
enseguida fueron sustituidos por otros basados en criterios empíricos y factoriales, que dan
lugar a instrumentos de evaluación más fiables y válidos. Sin embargo, y como veremos más
adelante, algunos autores combinan criterios racionales con otros distintos.

2. Empíricos (basados en un criterio externo)

Los instrumentos de esta clase se centran en valorar la correlación entre las respuestas del
sujeto a los ítems de evaluación y un criterio externo determinado; así, los elementos del test
deben ser útiles para predecir la dimensión relevante.

En estos casos se evalúa a un grupo de sujetos que muestran ciertas características (como un
trastorno psicológico) y se analizan los ítems por tal de escoger los más representativos de la
variable criterio. A partir de estos se construye la prueba definitiva, que se aplica a otros
sujetos por tal de valorar el mismo constructo.
El test de personalidad empírico más conocido es el Inventario Multifásico de Personalidad de
Minnesota (MMPI), desarrollado por Starke R. Hathaway y Charnley McKinley en el año 1942.
El MMPI se utiliza principalmente para evaluar la presencia de rasgos de personalidad
relevantes en la psicopatología, como la paranoia, la depresión o la introversión social.

3. Factoriales o test de rasgos

Las pruebas factoriales de la personalidad son las que han tenido más éxito. Estos tests
evalúan diversos factores, es decir, conjuntos de ítems que correlacionan entre ellos; por
ejemplo, el factor “Cordialidad” estaría compuesto por elementos que evalúan aspectos como
la franqueza, la modestia, el altruismo o la sensibilidad a las necesidades de los demás.

El Cuestionario Factorial de la Personalidad de Raymond B. Cattell, más conocido como “16


PF”, ha sido uno de los tests de personalidad más utilizados durante mucho tiempo. Este test
evalúa 16 factores de primer orden (o básicos) que se agrupan en 4 más amplios: Rebeldía,
Autosuficiencia, Autocontrol y Tensión.

No obstante, en la actualidad el test de personalidad hegemónico es el Inventario NEO-PI-R de


Costa y McCrae, que también se basa en criterios factoriales. Esta prueba se enmarca en el
modelo de los cinco grandes factores de personalidad, construido a partir de datos de
investigación y con las aportaciones de muchos expertos distintos.

4. Mixtos (con criterios combinados)

Ciertos test de personalidad no pueden ser consideradas estrictamente racionales, empíricas


ni factoriales, sino que han sido construidos a partir de una combinación de criterios. Una de
las pruebas que mejor ejemplifican este tipo de metodología es el Inventario Clínico Multiaxial
de Theodore Millon (MCMI), de la que se han derivado distintos test.

El MCMI fue construido mediante el uso de los tres criterios de los que hemos hablado. En
primer lugar este autor se basó en su propia teoría para escoger un gran número de ítems
(estrategia racional), después seleccionó una pequeña parte de estos comparándolos con
criterios externos (empírica) y finalmente identificó las correlaciones entre elementos
(factorial)
CÓMO EVALUAR LA PERSONALIDAD

Cuando nos sometemos a un proceso de selección de personal, normalmente, el experto en


recursos humanos nos realiza una serie de preguntas que tienen un objetivo en común:
evaluar nuestra personalidad. Gracias a ello, determinará si somos o no aptos para el puesto
de trabajo ofertado.

Este tipo de entrevistas no solo son aplicadas en el ámbito laboral, sino que también se aplican
en otros ámbitos. Por ejemplo, en el clínico para realizar un diagnóstico y determinar si alguien
sufre un trastorno de personalidad. En el ámbito militar o en el de abogacía para evaluar a
personas sumidas en procesos judiciales.

De la misma manera, las entrevistas solo son uno de los múltiples métodos que existen para
evaluar la personalidad. Hay muchos más, como los cuestionarios o las pruebas objetivas. A
continuación profundizaremos en todos ellos.

Requisitos del evaluador

Para realizar una evaluación de la personalidad rigurosa es necesario tener la formación


teórica adecuada y una experiencia tutorizada. Además, los modelos teóricos que hay detrás
de estas evaluaciones sustentan las valoraciones profesionales, por lo que es esencial el
conocimiento de los mismos.

En lo relativo a la interpretación, las pruebas de evaluación nos dan un perfil de personalidad,


pero en ningún caso existe una relación lineal entre este perfil y un patrón de
comportamientos concreto. Es decir, todas las personas que obtienen puntuaciones altas en
extroversión no tienen por qué actuar igual. De la misma manera, un mismo perfil puede
sugerir diferentes tipos de personalidad. Por tanto, es fundamental tener cautela.

Los cuestionarios de personalidad

En los cuestionarios de personalidad se plantean una serie de preguntas o afirmaciones que


han de responder los sujetos. Así, a través de sus respuestas se trata de extraer los principales
rasgos de personalidad y carácter de esos sujetos. Es decir, no hay contestaciones correctas o
incorrectas. Sino que simplemente reflejan cómo es el candidato, cuál es su forma de
comportarse, su manera de pensar o de afrontar distintas situaciones.

Los elementos que contiene un cuestionario no tienen por qué estar ordenados o graduados,
sino que cada ítem puede ser interpretado de manera individual. Existen dos tipos:

• Generales: tratan de definir las características de las personas fuera del ámbito clínico.
Es decir, están diseñados para conocer perfiles de personalidad. Se pueden aplicar en
numerosos campos.
• Clínicos: están orientados a determinar características patológicas de las personas en
el ámbito clínico. Están diseñados para identificar los factores que hacen que alguien se
encuentre en niveles superiores o inferiores a lo considerado como normal y, por tanto, le
hacen estar desadaptado.

Pruebas objetivas

Las pruebas objetivas suelen ser las herramientas más utilizadas para evaluar la personalidad,
junto con las pruebas proyectivas. Permiten evaluar distintos aspectos: conocimientos,
capacidades, actitudes, inteligencia, etc. No suelen tener límite de tiempo para su realización y
en ellas, se hacen preguntas o se explican diferentes situaciones a la persona para que
responda qué haría de forma personal y sincera. En este tipo de pruebas tampoco hay
respuestas correctas e incorrectas.

Las pruebas objetivas son muy empleadas para la evaluación diagnóstica y se aplican
frecuentemente en el ámbito escolar. Existen a su vez dos tipos:

• Inventarios: son hojas que contienen numerosas preguntas que miden variables de
personalidad. Muestran la conformidad o disconformidad de los sujetos con los enunciados.
Pueden administrarse a un número grande de personas. Algunos de los más representativos
son el MMPI, el 16-PF, NEO-PI-R.

• Otras pruebas, como los indicadores de la personalidad. Suelen ser complementarias a


los inventarios. Son, por ejemplo, medidas del comportamiento expresivo (forma de andar,
hablar, escribir…), variables fisiológicas (tasa cardíaca, tiempos de reacción…) o pruebas de
rendimiento (resolución de problemas, suma de números, definiciones…).

Las ventajas de usar estas pruebas son evitar una tendencia de respuesta (responder siempre
la “B”) o la deseabilidad social (contestar lo considerado como aceptable socialmente).
También son resistentes a la falsificación.

Pruebas proyectivas

Este tipo de pruebas tienen que estar supervisadas por el terapeuta, porque requieren de
mucha formación y aprendizaje. Normalmente, se usan para saber cómo el entrevistado ve,
enfoca y maneja la realidad. Tal y como su nombre indica, son aquellas pruebas que sirven
para que la persona proyecte rasgos de su personalidad. Por lo tanto, van acorde a lo que cada
persona lleva dentro.

Son pruebas de evaluación abiertas, poco estructuradas y muy fiables. Consisten en


suministrar pocas y breves instrucciones a la persona, a partir de las que ella deberá
libremente actuar. Así, casi sin ser consciente, va mostrando sus rasgos. Sus respuestas son
manifestaciones de su estructura y dinámica interna de personalidad.
Tipos de pruebas subjetivas

• Completar frases comenzadas: La persona debe terminar frases que se le presenta. De


esta manera, proporciona información de su temperamento en una situación concreta.

• Describir manchas de tinta: la más conocida es la desarrollada por Hermann


Rorschach. Son 10 láminas, 5 de tinta negra y 5 de color. La interpretación que hace el
profesional se fundamenta en la idea de que la organización de la estructura perceptiva del
paciente manifiesta una proyección de su estructura de la personalidad.

• Tareas de dibujo: se le pide a la persona que dibuje algo de forma libre. La manera de
evaluar la personalidad está basada en las características formales del dibujo, tales como la
inclinación del papel, intensidad del trazo, tamaño, estructura, color, posición. El más conocido
es el formato de Buck (test del árbol, la persona y la casa). Con niños se suele emplear el test
de la figura humana de Elizabeth Koppiz.

• Elaboración de relatos: consiste en redactar o narrar un relato libre. Uno de los más
utilizados ha sido el TAT (Test de Apercepción Temática) de Murray, 31 láminas a través de las
que la persona debe contar un relato.

Como vemos, existen múltiples maneras de evaluar la personalidad con sus diferentes
factores, rasgos y variables. Los profesionales han de conocer cuál es la técnica más adecuada
en cada caso y tener en cuenta las diferencias individuales de cada sujeto.
PERFIL DE UN PSICOLOGO
Descripción

Los psicólogos estudian la forma de pensar y de actuar de las personas. Se interesan por todos
los aspectos de la conducta y los pensamientos y sentimientos que nos hacen actuar cómo lo
hacemos. Los psicólogos utilizan sus conocimientos para ayudar a las personas con
dificultades a cambiar su vida para mejorarla.

Muchos psicólogos trabajan en los servicios de salud y educación, pero también se les puede
encontrar en otros sectores.

Actividades laborales

Existen diferentes tipos de psicólogos, aunque todos ellos usan sus conocimientos de
psicología para tratar de ayudar a las personas a cambiar su vida para mejorarla.

Los psicólogos clínicos ayudan a las personas con problemas de salud física y mental. Por
ejemplo, pueden dar formación a las personas en técnicas de relajación para ayudar a superar
la ansiedad. También trabajan con personas con trastornos de la alimentación, fobias, lesiones
en la cabeza y enfermedades.

Los psicólogos clínicos trabajan en entornos sanitarios y de atención social, como hospitales,
centros de salud y equipos domiciliarios de salud mental.

Los psicólogos sanitarios aplican los conocimientos y métodos psicológicos al estudio de la


atención sanitaria. Por ejemplo, investigan por qué y cuándo busca la gente ayuda profesional,
qué puede impedirles usar la medicación y cómo hacen frente a la enfermedad.

Trabajan por lo general en universidades, escuelas de medicina y servicios de salud.

Los psicopedagogos estudian y tratan los problemas de aprendizaje, de comportamiento y


emocionales de niños y jóvenes. Evalúan el progreso de los jóvenes, y las necesidades
académicas y emocionales.

Los psicopedagogos ayudan, cada vez más, a los profesores a mejorar el entorno escolar,
reconociendo que éste puede influir en el comportamiento de los jóvenes y en su capacidad
para aprender. Por lo general, los psicopedagogos trabajan en escuelas, colegios, guarderías y
unidades especiales.

Los psicólogos ocupacionales examinan el rendimiento de las personas en el trabajo y en la


formación. Participan en cuestiones como la selección y capacitación del personal, la gestión
eficaz y el ambiente en el trabajo. Trabajan para grandes empresas, para el gobierno y los
servicios públicos, y como asesores privados.

Los psicólogos de apoyo ayudan a las personas a mejorar su sensación de bienestar, a


resolver las crisis y aumentar su capacidad para la resolución de problemas. Los psicólogos de
apoyo trabajan con individuos, grupos o familias. Algunos trabajan en una consulta privada,
otros en centros sanitarios de apoyo, organizaciones y en entornos académicos.

Los psicólogos forenses prestan testimonio en los tribunales de justicia y los tribunales, así
como en los grupos de evaluación de presos. Ayudan a los delincuentes a comprender su
comportamiento y evitar la reincidencia una vez en libertad. Algunos psicólogos forenses
participan en la administración de la prisión, otros trabajan con las víctimas de la delincuencia.
Los psicólogos forenses trabajan en centros penitenciarios, centros de medidas especiales
para menores, unidades especiales y regionales, hospitales de seguridad.

Perfil profesional

Para ser psicólogo, se necesita:

• Tener una mente investigadora.

• Interés en la forma de pensar y actuar de las personas.

• Enfoque lógico y metódico en la resolución de problemas.

• Excelente aptitud para la comunicación y las relaciones interpersonales.

• Planteamiento tranquilo y profesional en todo momento.

• Ser capaz de expresar sus conclusiones, también en informes.

• Aptitudes para el trabajo en equipo, para trabajar con otros profesionales.

• Respeto estricto de la confidencialidad de sus clientes.

• Conocimientos psicológicos para entender de manera científica la conducta.

También debe:

• Saber escuchar.

• Ser lógico y sistemático.

• Ser paciente, objetivo y sin prejuicios.

• Ser capaz de relacionarse con personas de todas las edades, profesiones y


condiciones.

• Ser capaz de establecer una relación de confianza y constructiva con los clientes.

• Estar comprometido en ayudar a las personas a transformar su vida de manera


positiva.

• Tener capacidad de recuperación y evitar verse agobiado por las dificultades con las
que se tope.

Competencias

• Actitud positiva.

• Actúa según sus propias observaciones.

• Actualiza registros.

• Amable.
• Aptitudes para gestionar el tiempo.

• Aptitudes para la escucha.

• Aptitudes para negociar.

• Aptitudes para redactar informes.

• Bien organizado.

• Capacidad para ganarse la confianza de los demás.

• Capacidad para gestionar carga de trabajo.

• Capacidad para tener en cuenta y entender cómo se sienten las demás personas.

• Capacidad para trabajar en equipo.

• Capaz de interpretar situaciones.

• Capaz de mantener la calma bajo presión.

• Capaz de plantear preguntas con claridad.

• Capaz de plantear preguntas de manera objetiva.

• Capaz de tomar la iniciativa.

• Capaz de tratar con personas agresivas.

• Capaz de tratar con personas difíciles o demandantes.

• Capaz de valorar a las personas y analizar la información que dan.

• Destrezas en informática.

• Dispuesto a trabajar con varios tipos de personas.

• Educado.

• Enfoque flexible.

• Flexible.

• Habilidad para gestionar conflictos.

• Habilidad para resolver problemas.

• Habilidad para reunir datos.

• Habilidades comunicativas.

• Habilidades para la administración.

• Habilidades sociales.

• Interés en la manera de pensar y actuar de las personas.

• Mente inquisitiva.
• Metódico.

• No es sentencioso.

• Objetivo.

• Observador.

• Paciente.

• Perseverante.

• Persistente.

• Pone en práctica conocimientos y teoría en materia de psicología.

• Proporciona ayuda.

• Rapidez de reflejos.

• Resistente.

• Respeto por la confidencialidad del cliente.

• Responsable.

• Resuelto.

• Sensato.

• Sentido del humor.

• Tolerante.

• Trabaja en equipo.

• Valora necesidades.

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