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Una fortaleza es un rasgo, una característica psicológica que se presenta en situaciones distintas y a lo largo del tiempo. Las fortalezas son
mesurables y adquiribles. Las fortalezas elegidas por Seligman y Peterson son las vías o caminos para llegar a alcanzar las seis
virtudes humanas y siguen igualmente un criterio de ubicuidad, es decir, que se valoran en casi todas las culturas del mundo..
Es necesario distinguir las fortalezas del talento o capacidad. Si bien estos conceptos forman parte de la psicología positiva, tienen
elementos que los diferencian. Las fortalezas son rasgos morales y pueden entrenarse y mejorarse. Las capacidades o
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el talento, como por ejemplo, correr muy rápido, o cantar bien, no son rasgos morales y no son fácilmente adquiribles, aunque se pueden
desarrollar y mejorar, pero tiene que existir una base, que es innata. Por el contrario, fortalezas como el valor, la justicia o la amabilidad,
pueden forjarse incluso a partir de unos cimientos frágiles. Además, las capacidades son relativamente automáticas, mientras que en las
fortalezas es clave el concepto de voluntad. Prácticamente cualquier persona puede obtener, con el tiempo, esfuerzo y determinación
suficientes, las fortalezas personales, mientras que las capacidades no pueden adquirirse por medio de la voluntad.
Una vez seleccionadas las virtudes y fortalezas características de todo ser humano, Seligman y Peterson se proponen elaborar un modo de
mediarlas y cuantificarlas. Así nace el VIA Inventory of Strengt, traducido al castellano como Cuestionario VIA de Fortalezas
Personales, que es un cuestionario de 245 ítems tipo líkert con 5 posibles respuestas cada uno, que mide el grado en que un individuo
posee cada una de las 24 fortalezas ordenadas bajo 6 virtudes. A través de este variado conjunto de preguntas, el psicólogo es capaz de
conocer cuáles son las fortalezas que caracterizan a una persona. Se han presentado diferentes estudios que demuestran la validez y
Desde el Instituto de Psicología Positiva de Madrid, dirigido por el catedrático Carmelo Vázquez Valverde, se ha impulsado la adaptación al
castellano del cuestionario VIA, por lo que desde comienzos del año 2006 es posible disponer de él en nuestro idioma y es de esperar que
Las 24 fortalezas personales que mide el VIA, que se agrupan en 6 categorías de virtudes, son las siguientes:
I. Sabiduría y conocimiento: Fortalezas cognitivas que implican la adquisición y el uso del conocimiento.
1. Creatividad [originalidad, ingenio]: Pensar en nuevos y productivos caminos y formas de hacer las cosas. Incluye la creación
2. Curiosidad [interés, amante de la novedad, abierto a nuevas experiencias]: Tener interés por lo que sucede en el mundo,
3. Apertura de mente [juicio, pensamiento crítico]: Pensar sobre las cosas y examinar todos sus significados y matices. No sacar
conclusiones al azar, sino tras evaluar cada posibilidad. Estar dispuesto a cambiar las propias ideas en base a la evidencia.
4. Deseo de aprender [amor por el conocimiento]: Llegar a dominar nuevas materias y conocimientos, tendencia continua a adquirir
nuevos aprendizajes.
5. Perspectiva [sabiduría]: Ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los demás, encontrando caminos no sólo para comprender
cree correcta aunque exista una fuerte oposición por parte de los demás, actuar según las propias convicciones aunque eso suponga ser
7. Persistencia [perseverancia, laboriosidad]: Terminar lo que uno empieza. Persistir en una actividad aunque existan obstáculos.
Obtener satisfacción por las tareas emprendidas y que consiguen finalizarse con éxito.
8. Integridad [autenticidad, honestidad]: Ir siempre con la verdad por delante, no ser pretencioso y asumir la responsabilidad de los
9. Vitalidad [pasión, entusiasmo, vigor, energía]: Afrontar la vida con entusiasmo y energía. Hacer las cosas con convicción y dando
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todo de uno mismo. Vivir la vida como una apasionante aventura, sintiéndose vivo y activo.
III: Humanidad: Fortalezas interpersonales que implican cuidar y ofrecer amistad y cariño a los demás.
10. Amor [capacidad de amar y ser amado]: Tener importantes y valiosas relaciones con otras personas, en particular con aquellas
en las que el afecto y el cuidado son mutuos. Sentirse cercano y apegado a otras personas.
11. Amabilidad [generosidad, apoyo, cuidado, compasión, amor altruista, bondad]: Hacer favores y buenas acciones para los
12. Inteligencia social [inteligencia emocional, inteligencia personal]: Ser consciente de las emociones y sentimientos tanto de
uno mismo como de los demás, saber como comportarse en las diferentes situaciones sociales, saber que cosas son importante para otras
IV. Justicia: Fortalezas cívicas que conllevan una vida en comunidad saludable.
13. Ciudadanía [responsabilidad social, lealtad, trabajo en equipo]: Trabajar bien dentro de un equipo o grupo de personas, ser
14. Justicia [equidad]: Tratar a todas las personas como iguales en consonancia con las nociones de equidad y justicia. No dejar que
los sentimientos personales influyan en decisiones sobre los otros, dando a todo el mundo las mismas oportunidades. .
15. Liderazgo: Animar al grupo del que uno es miembro para hacer cosas, así como reforzar las relaciones entre las personas de dicho
17. Humildad/Modestia: Dejar que sean los demás los que hablen de uno mismo, no buscar ser el centro de atención y no creerse más
18. Prudencia [discreción, cautela]: Ser cauteloso a la hora de tomar decisiones, no asumiendo riesgos innecesarios ni diciendo o
19. Autoregulación [autocontrol]: Tener capacidad para regular los propios sentimientos y acciones. Tener disciplina y control sobre
VI. Trascendencia: Fortalezas que forjan conexiones con la inmensidad del universo y proveen de significado la vida.
20. Aprecio de la belleza y la excelencia [asombro, admiración, fascinación]: Saber apreciar la belleza de las cosas, del día a día,
21. Gratitud: Ser consciente y agradecer las cosas buenas que a uno le pasan. Saber dar las gracias.
22. Esperanza [optimismo, visión de futuro, orientación al futuro]: Esperar lo mejor para el futuro y trabajar para conseguirlo.
Creer que un buen futuro es algo que está en nuestras manos conseguir.
23. Sentido del humor [diversión]: Gusto por la risa y las bromas, hacer sonreír a otras personas, ver el lado positivo de la vida.
24. Espiritualidad [religiosidad, fe, propósito]: Pensar que existe un propósito o un significado universal en las cosas que ocurren en
el mundo y en la propia existencia. Creer que existe algo superior que da forma a determina nuestra conducta y nos protege.
Cada persona posee cinco fortalezas características. Cuando conocemos los resultados del test, la mayoría de ellas las sentimos como
propias, pero es posible que una o dos no nos resulten demasiado reales o afines a nosotros. Esto puede deberse a que a veces no somos
conscientes de que “valemos” para algo, pero suele ser normal que las personas a nuestro alrededor sí se den cuenta.
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La finalidad principal de este test es conocer nuestras fortalezas y ser conscientes de ellas, porque de su puesta en práctica cada día
www.authentichappiness.org [1]
Martin Seligman, reconocido pionero de la psicología positiva, nos explica que la felicidad no siempre
depende de nuestro estatus social, nuestra religión o nuestra belleza física. La felicidad en realidad es una 4
combinación única de lo que él llamó “fortalezas distintivas”, como el sentido de humanidad, la templanza,
la persistencia y la capacidad de llevar una vida significativa.
Hablar de Martin Seligman es hablar de una nueva era en la psicología. Fue en los años 90 cuando, siendo
presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA), dio una conferencia para señalar algo que a su
parecer consideraba importante: la psicología necesitaba dar un nuevo paso, era necesario estudiar
desde un punto de vista científico todo aquello que feliz al ser humano. De este modo se podría ayudar a
las personas a construir una realidad más satisfactoria.
“La vida inflige los mismos contratiempos y tragedias en el optimista como en el pesimista, pero el
optimista las resiste mejor” -Martin Seligman-
Hasta el momento, gran parte del estudio psicológico se había centrado en el abordar las enfermedades
mentales y sus tratamientos. De hecho, el propio Seligman es conocido sobre todo por sus trabajos sobre
indefensión aprendida.
Sin embargo, como siempre ocurre en algún momento de nuestras vidas, sucede algo que nos obliga de
pronto a hacer una profunda reflexión sobre nosotros mismos. Esto mismo es lo que le sucedió al padre de la
psicología positiva y que explica en su libro “The Optimistic Child”.
Una mañana, su hija Nikki, de 6 años, jugaba en el jardín con unas hojas. La niña gritaba y corría de un
lado a otro, llena de entusiasmo y vitalidad. Sin embargo, su alboroto era tal que su padre, Martin Seligman,
no podía concentrarse en su trabajo. No pudo evitarlo, terminó gritándole y pidiéndole que se callara.
Tras esto, la pequeña, con una madurez poco habitual para su edad, le dijo que sentía ganas de gritar
y llorar. Que aquella reprimenda recibida le hacía tener ganas de llorar como cuando era más pequeña, pero
que sin embargo, no iba a ceder. Sabía que ya no era un bebé, y por tanto se iba a controlar.
Le dijo también que. puesto que ella ya había aprendido a no dejarse llevar por los lloriqueos, también
él debía controlar su malhumor. De ese modo los dos, “serían un poco más mayores”. Aquel pequeño
discurso de su hija, sencillamente, le cambió la vida a Martin Seligman.
Esos psicólogos que recogieron el testigo, como son el propio Seligman, Ed Diener y Mihaly
Csiskzenmihalyi, ahondan en el estudio de las emociones positivas desde un punto científico y riguroso,
averiguando qué procesos, dinámicas y situaciones pueden impactar más en nuestra salud, el rendimiento y
satisfacción general con la vida. Asimismo, algo que enfatizó en su momento Martin Seligman es que
estos estudios debían tener como finalidad enseñar a las personas a ser más felices.
De este modo, y basándose también en las nociones de la felicidad enunciadas en su momento por 5
Confucio, Mencio y Aristóteles, junto a teorías modernas sobre la motivación, concluyó que la felicidad
puede construirse trabajando tres dimensiones muy concretas. Son las siguientes.
1. La vida placentera
Puede que al escuchar el término “placentero” nos venga a la mente un concepto más bien hedonista, como
una vida orientada al mero placer y sin mayores aspiraciones. No es esto lo que Martin Seligman quiere
decir en esta primera dimensión sobre la construcción de la felicidad.
Una vida placentera consiste en saber promover emociones positivas y que estas sean
duraderas.
Para lograrlo, es necesario cubrir antes que nada nuestras necesidades básicas, esas que estarían en
los primeros escalones de la pirámide de Maslow: alimentación, seguridad, afilicación,
reconocimiento …
Asimismo, es importante encontrar un equilibrio entre nuestro pasado, nuestro presente y el
futuro.
Para ello Seligman propone lo siguiente:
o Debemos agradecer y saber perdonar lo que pudo suceder en el pasado.
o Es necesario saber lidiar con las emociones negativas del presente, desarrollar una atención
plena y promover nuevos modos de ser felices en el aquí y ahora.
o Miraremos también el futuro con esperanza y optimismo.
Martin Seligman creó un sistema de clasificación de las fortalezas humanas junto al doctor Christopher
Peterson, todo un experto en el campo de la esperanza y el optimismo. El objetivo de este sistema era
determinar precisamente esas dimensiones que deberíamos trabajar a diario para mejorar
ese mismo potencial. Son las siguientes:
Virtudes humanas
1. Sabiduría y conocimiento
2. Valor
3. Amor y humanidad
4. Justicia
5. Templanza
6. Espiritualidad y trascendencia
Fortalezas personales
Sabiduría y conocimiento 6
o Curiosidad e interés por el mundo.
o Amor por el conocimiento y el aprendizaje.
o Juicio, pensamiento crítico, mentalidad abierta.
o Ingenio, originalidad, inteligencia práctica.
o Perspectiva.
Coraje
o Valentía.
o Perseverancia y diligencia.
o Integridad, honestidad, autenticidad.
o Vitalidad y pasión.
Humanidad
o Amor, apego, capacidad de amar y ser amado.
o Simpatía, amabilidad, generosidad.
o Inteligencia emocional, personal y social.
o Justicia. Fortalezas cívicas.
o Ciudadanía, civismo, lealtad, trabajo en equipo.
o Sentido de la justicia, equidad.
o Liderazgo.
Moderación.
o Capacidad de perdonar, misericordia.
o Modestia, humildad.
o Prudencia, discreción, cautela.
o Autocontrol, autorregulación.
Trascendencia.
o Apreciación de la belleza y la excelencia, capacidad de asombro.
o Gratitud.
o Esperanza, optimismo, proyección hacia el futuro.
o Sentido del humor.
o Espiritualidad, fe, sentido religioso.
“La psicología no sólo se centra en los comportamientos no saludables. También ayuda en la educación, el
trabajo, el matrimonio e incluso en los deportes. Los psicólogos trabajan para ayudar a las personas a
construir fortalezas en todos estos dominios”
-Martin Seligman-
3. Una vida significativa
La vida significativa tiene una íntima conexión con esa cúspide de la pirámide de Abraham Maslow, ahí
donde orientamos las propias virtudes y fortalezas desarrolladas para contribuir a la felicidad de los demás.
Hablamos sin duda de altruismo, esa dimensión que Martin Seligman definió como el el ejercicio de la 7
bondad, como el arte de saber elevarnos más allá del mero placer personal para ponernos al servicio de
quienes nos rodean.
Para concluir, la psicología positiva sigue teniendo a día de hoy un lugar relevante a la vez que inspirador en
nuestra sociedad. No obstante, cabe decir que este enfoque no está exento de críticas. No faltan los
detractores y quienes le recuerdan a Seligman que la realidad es demasiado compleja como para
“encajar” con este modelo, y que etiquetar como “positiva” a la felicidad implica a su vez entender
emociones como la tristeza, la rabia o la frustración como dinámicas “negativas” que dejar a un lado
negándoles a su vez su potencial transformador.
Sea como sea, la figura de Martin Seligman es a día de hoy una de las más eminentes en el mundo de la
psicología, y su último libro “Homo Prospectus” lo demuestra una vez más.
Referencias bibliográficas
Seligman, Martin EP (1996). The Optimistic Child: Programa comprobado para proteger a los niños de la
depresión y construir resiliencia para toda la vida. Nueva York, NY: Houghton Mifflin.
Seligman, Martin (2012) Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-
Being. Houghton Mifflin
https://lamenteesmaravillosa.com/martin-seligman-la-psicologia-positiva/
Las cuatro leyes de la espiritualidad
Raquel Aldana 28 junio, 2015 en Actualidad y psicología 0 compartidos
Dicen que existe un breve momento en la vida en el que te sientes más perdido que nunca y que ese es
el momento de un encuentro. Un encuentro contigo mismo, con tus abismos, con tus miedos, con tu alma.
Algo que tiene mucho que ver con la espiritualidad.
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Dicen que si este texto llega a tus manos, no es por casualidad, sino porque hay algo que necesitas
comprender. Estas son las cuatro leyes de la espiritualidad de la filosofía hindú…
La espiritualidad va más allá de lo material y lo terrenal. No es una religión ni una doctrina, la espiritualidad
es cuidar y mimar nuestro interior, dejar que nuestro corazón salte los abismos que crea nuestra mente y
cultivar nuestros valores humildemente.
No todos somos siempre alumnos o siempre maestros. Cada uno de nosotros aporta algo positivo, aunque
sea a través de un rasgo negativo, como por ejemplo algo que no aguantamos o que nos hace daño.
Las personas somos siempre linternas en la oscuridad. Hay personas más representativas que otras pero
todas, sin excepción, tienen algo que decirnos. Por eso, con el tiempo llegamos a agradecer las piedras de
nuestro camino, tales como que alguien nos complicara la existencia en un momento dado o que nos apoyara
fielmente.
“Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de
nosotros. Habrá los que se llevan mucho pero, no habrá quien no deje nada. Esta es la prueba evidente de
que dos almas no se encuentran por casualidad”
-Jorge Luis Borges-
Todo, absolutamente todo, suma en la vida. Esta es la razón por la que debemos tener una buena
predisposición hacia los demás y no desestimar ningún aprendizaje.
Estamos acostumbrados a pensar en lo que podría haber sido, en crear situaciones hipotéticas en las que
actuábamos de otra manera y, como consecuencia, obteníamos otro resultado.
Cada cambio genera situaciones impredecibles, por esto, debemos aceptar que lo que sucede ya lo ha 9
hecho y no hay otras posibilidades. Lo hecho, hecho está. Cada uno de nuestros comportamientos generará
en nuestro entorno una cadena secuencial de acontecimientos que marcan nuestro camino.
No nos amarguemos con lo que podíamos haber hecho y no hicimos, cada cosa tiene su momento y lleva su
tiempo asumir los aprendizajes necesarios. Como dicen, no puedes hacer una maratón si antes no caminaste
y no puedes caminar si antes no gateaste. En definitiva, no podemos evitar dar los pasos necesarios en la
vida.
Seguir adelante y avanzar es la mejor opción para enriquecerse y no sufrir. Recuerda que la persona
más influenciable con la que hablas cada día eres tú. Ten cuidado entonces con lo que te dices a ti mismo y
fluye con la vida.
Deja fluir, no te aferres a nada ni a nadie, todo tiene su momento en nuestras vidas y también tiene un
porqué.
7 libros de Inteligencia Emocional imprescindibles
Valeria Sabater 8 agosto, 2017 en Psicología 0 compartidos
Los libros de Inteligencia Emocional son un recurso siempre útil y enriquecedor para potenciar un poco 10
más el autoconocimiento, para mejorar la gestión de nuestros complejos universos emocionales y disfrutar
de una relaciones interpersonales más satisfactorias. Porque en ocasiones, no basta con tener un alto cociente
intelectual para ser feliz: la inteligencia es mucho más que el resultado de un test.
Somos conscientes de que el tema no es nuevo, de que todos hemos oído hablar sobre este concepto, donde
quien más o quien menos ya ha leído algo o ha profundizado un poco más en el tema. Sin embargo, a pesar
de que han pasado ya dos décadas desde que Goleman popularizara el término con su best-seller
“Inteligencia Emocional”, podríamos decir que seguimos echando en falta sus principios en muchos de
nuestros entornos más cotidianos. Dicho de otra manera, hablamos de algo más conocido que aplicado, más
venerado que ejercitado.
“La clave para alcanzar un alto cociente intelectual colectivo es la armonía social”
-Daniel Goleman-
Nos gustaría percibir que la inteligencia emocional está presente en nuestro lugar de trabajo, compañeros
entrenados en competencias emocionales. Nos agradaría sin duda que en el currículum de todos los centros
educativos se implantara de forma adecuada y real los principios de la Inteligencia Emocional. Sería
fascinante también que nuestros líderes políticos dominaran gran parte de los pilares de esta
disciplina ya que todos saldríamos ganando.
Echamos en falta su presencia real en muchos ámbitos, no hay duda, e incluso percibimos también que
nosotros mismos en el día a día tenemos carencias, vacíos y actitudes erróneas que incrementan nuestra
ansiedad, dando paso a bloqueos y frustraciones. La buena noticia ante todo esto es que la Inteligencia
Emocional puede entrenarse, que nuestro cerebro siempre es receptivo a la hora de asumir nuevos
enfoques, estrategias y habilidades con las que mejorar nuestra calidad de vida y nuestras relaciones
sociales.
Una buena manera de conseguirlo pasa por sumergirnos con criterio en la amplia oferta editorial de la
que hoy disponemos. Así, a continuación vamos a intentar ayudarte señalando aquellos libros de
Inteligencia emocional que nos parecen más interesantes.
El ser humano en realidad dispone de un amplio abanico de capacidades esenciales para la vida, siendo la
Inteligencia Emocional, la mejor herramienta para alcanzar la felicidad y el éxito social. Este es uno de los
libros de Inteligencia emocional imprescindible para comprender estos principios, estas claves que sin
duda nos invitan a una constante reflexión…
Con este libro aprenderemos cientos de formas con las que poder aplicar la Inteligencia Emocional con
un fin muy concreto: mejorar nuestra calidad de vida. Para lograrlo, los autores nos guían en el aprendizaje
de cuatro habilidades básicas: auto-conciencia, auto-gestión, conciencia social y cómo gestionar nuestras
relaciones sociales.
Es necesario otro tipo de transformación, una que parta desde el interior, desde las propias esencias
psíquicas y emocionales. Así, mucho antes de que Daniel Goleman nos hablara de la Inteligencia
Emocional, el doctor Maltz asentó unas fabulosas bases con este libro imprescindible y útil, que fue
reeditado y sacado de su olvido tras el auge de esta disciplina.
Stephen Covey, un conocido profesor, conferenciante y empresario busca ante todo darnos recursos y
habilidades prácticas para que seamos más proactivos, para que mejoremos nuestras relaciones, nuestra
seguridad y capacidad de liderazgo mediante la Inteligencia Emocional. Además, combinado todo ello con
un concepto muy interesante sobre la dignidad humana y el sentido de justicia social.
No es el estrés el que nos hace caer, es cómo respondemos a las situaciones de estrés.
-Wayde Goodall-
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Es una opción muy pedagógica que invita a la reflexión, que nos pone en situaciones muy reales donde a
veces, los adultos nos sentimos un poco vacíos a la hora de gestionar las rabietas, los conflictos entre
hermanos o con los compañeros de clase de nuestros hijos… Es como decimos, una opción muy útil y
cuya gratificante lectura siempre puede enriquecernos.
Este libro nos invita a estas y a otras reflexiones. Porque el auténtico líder no siempre se distingue
precisamente por su talento o su dominio técnico. Es más, puede que incluso nosotros mismos, en nuestro
intento de tener éxito en un entorno determinado dirigiendo a un número determinado de personas, no
logremos llegar a ellas. No logremos transmitirles energía y pasión a pesar de nuestra cualificación, de
nuestras competencias técnicas…
Nos falta cómo no, adecuadas habilidades para formalizar un liderazgo efectivo con el que gestionar
las emociones y potenciar sentimientos positivos en los equipos, es decir, tal y como nos explica
Goleman, se trataría de crear resonancia. Este libro debería estar siempre en nuestra mesa de trabajo: inspira
y enseña.
Más que un libro es un manual. Un viaje personal donde capear temporales, donde cualquier navegante
emocional afinará su propia brújula para hallar su norte, su equilibrio, su punto de gracia. 13
“Conocerse a uno mismo permite descubrir las fuentes de nuestra felicidad, nuestra ira y nuestro dolor para
poder convivir armoniosa y plenamente con nosotros mismos y con los demás”
-Elsa Punset-
Para concluir, es posible que alguno de nuestros lectores eche en falta algunos libros de inteligencia
emocional, algún título que le haya servido de gran ayuda en algún momento de su vida y que sin duda,
apreciará mucho más que muchos de los incluidos en este listado. Sin embargo, en nuestro camino para
mejorar y perfeccionar nuestras competencias emocionales, estos títulos son sin duda un buen modo de
iniciarse, de asentar raíces, de abrir los ojos desde el corazón.
No perdamos por tanto la oportunidad de seguir creciendo, de seguir avanzando a través de más lecturas,
más experiencias y oportunidades para desarrollar con éxito nuestra Inteligencia Emocional.
Referencias Bibliográficas
Maltz, Maxwell (2010) “Psico-cibernética: El secreto para controlar y transformar su vida”, Kairós
R.Covey Stephen (2015) “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” Free Press
Goleman, Daniel. Boyazakis Richard. McKeee, Annie (2017) “El líder resonante crea más” DeBolsillo
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