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editorial@jusbaires.gob.ar
fb: /editorialjusbaires
ISBN 978-987-3690-12-9
1. Derecho Penal.
CDD 345
Consejo Editorial:
Juan Manuel Olmos
Marta Paz
Hugo Ricardo Zuleta
Martín Ocampo
Horacio G. Corti
Yael Bendel
Contenidos
Dra. Marta Paz
Presidenta de la Cámara de Apelaciones en lo
Penal, Contravencional y de Faltas de la CABA
Diseño gráfico:
Mariana Pittaluga
Oficina de Diseño de Editorial Jusbaires
La presente publicación ha sido compuesta con las tipografías Geogrotesque del tipógrafo
argentino Eduardo Manso y Alegreya de la fundidora argentina Huerta Tipográfica.
Autoridades 2014
Presidente
Juan Manuel Olmos
Vicepresidenta
Alejandra B. Petrella
Secretario
Jorge R. Enriquez
Consejeros
Ricardo Félix Baldomar
Juan Sebastián De Stefano
Daniel Fábregas
Alejandra García
José Sáez Capel
Agustina Olivero Majdalani
Administrador General
Alejandro Rabinovich
SUMARIO
123. Expte. N° 6457/09 “Taboada Ortiz, Víctor s/ inf. art. 189 bis,
portación de arma de fuego de uso civil -CP- s/ recurso de
inconstitucionalidad concedido” y su acumulado expte. nº
6462/09 “Ministerio Público -Defensoría General de la Ciudad
de Buenos Aires- s/ queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en ‘Taboada Ortiz, Víctor Fernando s/ infr. art. 189
bis CP’”, Sentencia del 29 de julio de 2009
172. Causa “Barbuzzi, Juan Domingo s/ infr. art(s). 189 bis”. Sala III.
(Paz, Manes, Franza y Delgado, 17/05/2013)
188. Causa “Cori Jurado, María José s/ infr. art. 189, Tenencia de arma
de fuego de uso civil-CP”. Apelación. Sala III.
(Paz, Franza y Marum, 06/02/2013)
203. Causa “Incidente de Apelación en autos Moreno, Carlos Alberto
y otros s/ infr. art. 189 bis”. Sala II.
(Bosch, Bacigalupo y Manes, 14/03/2012)
211. Causa “Delgado, Marcelo Víctor s/ infr. art. 189 bis, Tenencia
de arma de fuego de uso civil-CP”. Sala III.
(Paz, Manes, Marum, 10/04/2012)
231. Causa “Figueiredo, Gustavo s/ infr. art. 189 bis”. Sala II.
(Bosch, Marum y Delgado, 07/05/2012)
253. Causa “Arevalos Benitez, Feliciana s/ infr. art. 189 bis”. Sala II.
(Bosch y De Langhe, 31/07/2012)
283. Causa “Zotar, Tito Mariano Alfredo s/ infr. art. 189 bis CP-
Portación de arma de fuego de uso civil -Apelación”. Sala I.
(Vázquez y Marum, 21/12/2011)
300. Causa “Galarza, Osvaldo Manuel s/ infr. art. 189 bis, tenencia
de arma de fuego de uso civil- CP”. Sala III.
(Vázquez, Paz y Franza, 26/03/2010)
315. Causa “Incidente de Apelación en autos “Gómez, Andrés
Domingo s/ infr. art. 189 bis CP”. Sala I.
(Marum, Sáez Capel y Vázquez, 15/07/2010)
340. Causa “Cajigas González, Ricardo Javier s/ infr. art(s). 189 bis,
Portación de arma de fuego de uso civil – CP (p/L2303)”. Sala III.
(Manes, Delgado y Paz, 02/12/2010)
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Prólogo
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Agradecimientos
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1. Disponible en http://www.rae.es
2. Causa N° 4064 – “Cano, Alejandro Esteban s/recurso de casación” - CNCP - Sala III -
04/02/2003.
3. Causa N° 4072/4100 - “Solorza, Luis Enrique” - T.O.C. N° 4 de Capital Federal - 25/03/2014.
4. Causa N° 24.158 - “Gordillo, Fernanda y otro” - C.N.Crim. y Correc. - Sala IV - 17/05/2004.
5. Causa S. 55 – “Maujo Eduardo Gustavo y otro p.ss.aa. robo calificado, etc. -Recurso
de Casación-” - T.S.J. de Córdoba - Sala Penal - 05/07/2002.
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6. Del voto del Dr. Alejandro W. Slokar en la causa N° 12.461, “B., B. A. y otro s/ recurso
de casación” - CNCP - Sala II - 25/10/2012.
7. Adoptada en Ciudad de Guatemala, Guatemala, el 06/07/99 y suscripta por la
República Argentina en igual fecha. Disponible en http://www.oas.org/juridico/spa-
nish/tratados/a-64.html
8. Disponible en http://www.un.org/es/disarmament/conventionalarms/index.shtml
9. Disponible en http://www.un.org/es/disarmament/wmd/index.shtml
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primer párrafo, del Código Penal -según ley 25.886- atento que, dada
la falta de municiones, no puede afirmarse que el arma se encontra-
ba en condiciones de uso inmediato (ver opiniones coincidentes del
Diputado Aramburu y de los Senadores Genoud, Mikkelsen Loth,
Yoma y López. Este último en relación con el artículo 10, último pá-
rrafo de su proyecto de ley sobre penalización de la portación de ar-
mas, en Antecedentes Parlamentarios, Ed. La Ley, año 1999, n° 6, “Ley
25.086- Tenencia de armas de fuego- Modificación del Código Penal y
de la ley de armas”, páginas 1676, 1708, 1716, 1719, 1717 Y 1682, respecti-
vamente. En el mismo sentido los artículos 3, inciso 21, y 125 del decre-
to 395/75)”. (sic, Corte Suprema de Justicia de la Nación, causa N° 1082.
XLI, caratulada “Álvarez García, Gustavo Gonzalo s/ portación de arma
uso civil”, 18/4/2006, del Dictamen del Procurador Eduardo Ezequiel
Casal al que se remitieron los Dres. Enrique Santiago Petracchi; Elena
I. Highton de Nolasco; Eugenio R. Zaffaroni; Ricardo L. Lorenzetti y
Carmen M. Argibay).
En igual sentido se han expedido los Dres. Marcela De Langhe
y Fernando Bosch in re “Basualdo, Maximiliano Nicolás y otros s/
inf. art. 189 bis, Portación de arma de fuego de uso civil CP (p/L
2303)-Apelación” (causa nº 38825-00-CC/2011, CAPCyF CABA, Sala II,
rta. el 15/8/2012, Dres. Marcela De Langhe, Fernando Bosch y Sergio
Delgado).
Ahora bien, sin perjuicio de que las normas aludidas en el capí-
tulo III del presente se puede inferir el significado legal de los términos
tenencia y portación de armas, la jurisprudencia ha interpretado que “tie-
ne” el arma quien puede disponer de ella físicamente en cualquier mo-
mento, lo que implica que se encuentra dentro de su esfera de custodia
aunque no exista contacto físico con el objeto (por ej.: quien la guarda en
un cajón de su casa); “porta”, en cambio, quien lleva un arma en un lugar
público o de acceso público y en condiciones inmediatas de uso, lo que
requiere que el arma se encuentre cargada con munición.
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18. Expte. N° 5304/07, caratulado “Aldao, Mauricio Ángel s/ infracción art. 189 bis
CP -apelación- s/ recurso de inconstitucionalidad concedido” y su acumulado
expte. nº 5310/07 “Ministerio Público -Defensoría Oficial en lo Contravencional
y de Faltas nº 1- s/ queja por recurso de inconstitucionalidad denegado en ‘Aldao,
Mauricio Ángel s/ infracción art. 189 bis CP -apelación-’”, TSJ de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, rta. el 24/10/2007.
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20. Causa M. 1395. XLII, caratulada “Maciel, Marcelo Fabián s/ recurso de inconstitu-
cionalidad”, rta. el 05/02/2013.
21. Causa T. 294. XLV, caratulada “Taboada Ortiz, Víctor s/ inf. Art. 189 bis, portación
de arma de fuego de uso civil –causa n° 6457/09-”, rta. el 05/02/2013.
22. Expte. n° 6457/09, caratulado “Taboada Ortiz, Víctor s/ inf. art. 189 bis, portación
de arma de fuego de uso civil –CP- s/ recurso de inconstitucionalidad concedido” y su
acumulado expte. nº 6462/09 “Ministerio Público -Defensoría General de la Ciudad
de Buenos Aires- s/ queja por recurso de inconstitucionalidad denegado en ‘Taboada
Ortiz, Víctor Fernando s/ infr. art. 189 bis CP’”, rto. el 29/07/2009.
23. Expte. n° 4603/05, caratulado “Lemes, Mauro Ismael s/ inf. art. 189 bis CP –apela-
ción- s/ recurso de inconstitucionalidad concedido” y su acumulado expte. nº 4602/05
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conoce esta amenaza mejor que aquel que nunca fue condenado por
un delito de ese tipo y, por ende, posee un mayor grado de culpabilidad
por el (nuevo) hecho que se le atribuye”. (Del voto de la Dra. Conde que
comparte en lo sustancial el voto en mayoría de los Jueces de Cámara
Vazquez y Marum al que adhiere el Dr. Casas)
“(…) destacaron que no se había demostrado la ilegitimidad
constitucional del precepto en este ‘caso concreto’, para lo cual, no re-
sultaban suficientes las alegaciones ‘genéricas’ con las que se inten-
taba fundar su desproporcionalidad ‘en abstracto’ (Fallos 314:424). (…)
que el legislador nacional, al sancionar la ley nº 25.886 -que introdujo
la agravante-, habría pretendido dar ‘respuesta adecuada a una pro-
blemática social’ y habría ofrecido razones suficientes para fijar una
política-criminal tendiente a ‘desarmar a la población’ y así poder ‘dis-
minuir la utilización de armas de fuego en hechos delictivos’ (…), so-
bre la base de ciertos criterios de prevención general y especial -cuyo
acierto o error, en rigor, escapaba del control judicial mientras no se
evidenciara una ostensible incompatibilidad con la CN y los derechos
fundamentales en ella garantizados-”. (Del voto de la Dra. Conde que
comparte en lo sustancial el voto en mayoría de los Jueces de Cámara
Vazquez y Marum al que adhiere el Dr. Casas)
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por un tribunal del país cometiere un nuevo delito punible con esa cla-
se de pena’-. No es esta inteligencia, empero, lo que cuestiona la de-
fensa recurrente; y, por otra parte, no bastaría traer una diferencia en
la interpretación de la ley para habilitar esta instancia. Esa parte, en
cambio, cuestiona la relación entre la ley así interpretada y el art. 18 de
la CN. Sostiene que tal interpretación la convierte en una típica cláu-
sula penal no de acto sino de autor”. (Del voto del Dr. Lozano)
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por la pena quien, pese a haberla sufrido antes, recae en el delito [...]
Es evidente que esta insensibilidad ante la eventualidad de un nuevo
reproche penal, no formó parte de la valoración integral efectuada en
la primera sentencia condenatoria, por lo que mal puede argüirse que
se ha vuelto a juzgar y sancionar la misma conducta’ (Fallos: 311:1451,
consid. 7º, 2º párrafo, sin resaltar en el original). Asimismo, ha dicho
el Tribunal cimero que ‘...el instituto de la reincidencia se sustenta en
el desprecio que manifiesta por la pena quien, pese a haberla sufrido
antes, recae en el delito. Lo que interesa en ese aspecto es que el autor
haya experimentado el encierro que importa la condena, no obstante
lo cual reincide demostrando su insensibilidad ante la amenaza de un
nuevo reproche de esa naturaleza, cuyo alcance ya conoce...’ (Fallos:
308:1938, consid. 5º)”. (Del voto del Dr. Lozano)
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Expte. N° 5304/07 “Aldao , Mauricio Ángel s/ infr. art. 189 bis CP –ape-
lación- s/ recurso de inconstitucionalidad concedido” y su acumu-
lado expte. nº 5310/07 “Ministerio Público -Defensoría Oficial en lo
Contravencional y de Faltas nº 1- s/ queja por recurso de inconstitu-
cionalidad denegado en Aldao, Mauricio Ángel s/ infr. art. 189 bis CP
-apelación-”
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nada, o que todo, pues casi cualquier cosa -tenencia de elementos me-
ramente inflamables, etc.- puede afectarla). Una interpretación como
la sostenida en las instancias de mérito exacerba el poder punitivo por
sobre el límite que fija el principio de lesividad”. (Del voto en minoría
del Dr. Maier)
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Causa “Barbuzzi, Juan Domingo s/ infr. art(s). 189 bis”. Sala III. (Paz,
Manes, Franza y Delgado, 24/04/2013)
“Considero que en autos se da un supuesto de concurso ideal
de delitos (…) por lo que las conductas reprochadas constituyen una
unidad fáctica inescindible. Ello es así por cuanto no existe elemen-
to agregado a la causa que permita confirmar que el pistolón no haya
sido utilizado para cometer el tipo penal por el que el imputado fuera
sobreseído”. (Del voto de la Dra. Paz)
“(…) No puede considerarse que el sobreseimiento dispuesto
por el robo cometido mediante la utilización de arma blanca, hace cosa
juzgada respecto a la tenencia del pistolón, que no fue incluida en la
supuesta comisión de ese robo, y cuyo secuestro se produjo en forma
posterior, y bajo circunstancias de tiempo y modo diferentes”. (Del
voto en mayoría de la Dra. Manes)
“En efecto, creo oportuno recordar que, un sector jurispru-
dencial, ha considerado que se tipifica la mera tenencia ilegal de un
arma de fuego aunque esté descargada, dado que se trata de un delito
de peligro abstracto que se consuma con la mera peligrosidad general
que esta provoca independientemente de su carga”. (Del voto del Dr.
Franza)
“Mi opinión es coincidente con aquel sector de la doctrina y
jurisprudencia que entiende que el arma de fuego carente de proyec-
tiles en su interior, descargada, resulta una conducta atípica por no
configurar una acción que sobrepase el umbral mínimo de afectación
de algún bien jurídico”. (Del voto en mayoría del Dr. Delgado)
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Causa “Cori Jurado, María José s/ infr. art. 189, Tenencia de arma de
fuego de uso civil-CP”. Apelación. Sala III. (Paz, Franza y Marum,
06/02/2013)
“Analizando el caso de autos a la luz de la teoría del delito, de-
bemos ubicarlo en el estamento de la tipicidad, o en su contracara la
atipicidad, toda vez que al verificar la conflictividad del pragma, surge
diáfana la falta de lesividad de la conducta endilgada a la Srta. Cori
Jurado, dada la falta de afectación al bien jurídico protegido, ya que
conforme las constancias obrantes en autos, el arma secuestrada de
su mochila se encontraba descargada”. (Del voto en minoría de la Dra.
Manes)
“Por tanto, es claro que una persona que tiene en su poder
un arma apta para el disparo sin haber sido autorizada para ello, aun
cuando se encuentre descargada, entraña un peligro cierto para la se-
guridad de todos los ciudadanos de esta urbe así como de los eventua-
les visitantes. Aunque, también es cierto y lo previó el legislador, dicho
peligro es menor al representado por esa misma persona teniendo
(portando) un arma apta para ser utilizada de inmediato. Esa diferen-
cia explica la reducción en la medida del reproche en uno y en otro
caso”. (Del voto en mayoría del Dr. Franza)
“Por ello, y tal como he afirmado en numerosos precedentes el
momento oportuno para analizar las nulidades que se relacionan con
la actuación prevencional y cuya resolución requiera la valoración de
prueba es la etapa del debate oral, contradictorio, continuo y público,
ocasión en la que se tendrá la oportunidad de evaluar las deposiciones
de los participantes de la medida en cuestión en forma acabada, que
hasta el momento no han declarado”. (Del voto en mayoría de la Dra.
Marum)
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para afectar al bien jurídico tutelado -la seguridad pública-…” (Del voto
de la mayoría)
“La conclusión de los expertos de la División Balística de la
Policía Federal Argentina determinó en forma categórica que el re-
vólver secuestrado “resultó ser no apto para producir disparos”, por lo
que de acuerdo con el derecho vigente y con la doctrina y jurispruden-
cia mayoritaria en la materia el hecho investigado no resulta subsumi-
ble en una figura legal”. (Del voto de la mayoría)
“En este sentido esta Sala ha tenido oportunidad de establecer
en anteriores pronunciamientos, respecto de la figura del art. 189 bis del
Código Penal de la Nación que ‘resulta atípica la tenencia o portación de ar-
mas de fuego que no sean estructuralmente aptas para sus fines específicos …’ ”
(Del voto de la mayoría)
Causa “Delgado, Marcelo Víctor s/ infr. art. 189 bis, Tenencia de arma
de fuego de uso civil-CP”. Sala III. (Paz, Manes, Marum, 10/04/2012)
“La falta de idoneidad en el objeto (al no haberse secuestrado
munición alguna con el revólver ya referido) impide tener por satisfe-
chos los requisitos del tipo objetivo de la figura en cuestión”. (Del voto
de la Dra. Paz)
“Este tribunal ha señalado reiteradamente que para conside-
rar que un arma tiene capacidad dañosa esta debe tener ‘poder vul-
nerante, es decir, capacidad, idoneidad, ofensividad coyuntural en
cuanto a aptitud y carga para menoscabar el bien jurídico seguridad
común’ ”. (Del voto de la Dra. Paz)
“…tal como he afirmado en numerosos precedentes si un arma
es apta para el disparo, conserva entonces la naturaleza propia que la
caracteriza como tal, desde el momento de su creación como fabrica-
ción humana… por lo que el hecho de que la misma se encontrara des-
cargada sólo podría incidir en su posibilidad de utilización en forma
inmediata, pero no en la aptitud aludida”. (Del voto en disidencia de la
Dra. Marum)
“…el delito atribuido al imputado es de peligro y de carácter
permanente cuya tipificación persigue la protección de la seguridad
pública y, a través de ella, la integridad física de las personas”. (Del
voto en disidencia de la Dra. Marum)
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“En este caso nos encontramos frente a una conducta que re-
sulta atípica y en razón de la cual corresponde sobreseer al imputado
y archivar las presentes actuaciones. Ello es así pues la falta de idonei-
dad en el objeto (al no haberse secuestrado munición alguna con el re-
vólver ya referido) impide tener por satisfechos los requisitos del tipo
objetivo de la figura en cuestión y, por ende, ya que el ‘arma’ no es tal,
ni conforma la definición legal de la misma, resultando a lo sumo un
objeto contundente con el que se puede golpear a otro, lo que revela la
falta de aptitud para provocar una afectación al bien jurídico protegi-
do por la norma, esto es, la seguridad jurídica”. (Del voto en disidencia
de la Dra. Paz)
Causa “Figueiredo, Gustavo s/ infr. art. 189 bis”. Sala II. (Bosch,
Marum y Delgado, 07/05/2012)
“…el transporte en lugar público o acceso público de un arma
descargada y en condiciones tales que no sea admisible la posibilidad
de su uso inmediato constituye el delito de tenencia…” (Del voto del
Dr. Bosch)
“Al respecto cabe destacar que con relación al lugar en que
se tiene el arma de fuego, se establece uno de los criterios determi-
nantes de la diferenciación entre tenencia y portación. Así, la Cámara
Nacional en lo Criminal y Correccional, Sala IV ha entendido que si el
arma no es llevada por el encausado en su poder, debe descartarse la
figura de portación y endilgarse la simple tenencia (5). Asimismo, se
ha sostenido que ‘El hallazgo y secuestro de un arma de fuego de uso
civil dentro del automóvil del imputado, configura el delito de tenen-
cia ilegal de arma de uso civil, pues dicho encuadre legal no requiere
la detentación corporal permanente de la cosa, y sí la posibilidad de
disponer por su sola voluntad, físicamente de ella’(6)”. (Del voto del Dr.
Bosch)
“…el delito atribuido al imputado es de peligro y de carácter
permanente cuya tipificación persigue la protección de la seguridad
pública y, a través de ella, la integridad física de las personas. Por ello,
se ha señalado que ‘al configurar un determinado delito de peligro, la
ley convierte en bien jurídico la seguridad de otro bien. De suerte que
el quebranto de la seguridad de ese bien entraña ya la lesión del bien
jurídico, específicamente protegido en el delito de peligro, aun cuando
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Causa “Arevalos Benitez, Feliciana s/ infr. art. 189 bis”. Sala II. (Bosch
y De Langhe, 31/07/2012)
“…la portación ilegal de un arma descargada, debe reputarse
como mera tenencia ilegal de arma de fuego…” (Del voto de la mayoría)
“…entendemos que la correcta subsunción de la conducta in-
vestigada en la figura de simple tenencia de arma de fuego de uso ci-
vil -art. 189 bis, inciso 2, párrafo primero del CP- permite confirmar el
rechazo de la excepción por manifiesto defecto en la pretensión por
atipicidad interpuesta por la defensa”. (Del voto de la mayoría)
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Causa “Zotar, Tito Mariano Alfredo s/ infr. art. 189 bis CP- Portación
de arma de fuego de uso civil -Apelación”. Sala I. (Vázquez y Marum,
21/12/2011)
“(…) cabe afirmar que entre el delito de robo y el de tenencia
y/o portación de arma de fuego media un concurso real de conductas
delictuales de modo que no se trata (…) de una unidad delictual sino de
conductas diferentes (…)”. (Del voto de la mayoría)
“Al respecto, se ha señalado que las figuras de robo y tenencia
ilegítima de arma de fuego constituyen figuras penales autónomas,
ya que la tenencia se configura con la disponibilidad del sujeto sobre
el arma de fuego, sin tener la autorización legal. La utilización de tal
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objeto para cometer un ilícito torna aplicable las reglas del concurso
establecidas en el art. 55 del CP -concurso real de conductas- por ser
acciones plurales (…)”. (Del voto de la mayoría)
“Así, cabe señalar que los hechos en cuestión se tramitan en
forma separada en cada fuero, en atención a las reglas de competencia
por razón de materia, por lo que, al ser ellos distintos, deben ser inves-
tigados ante los jueces competentes, sin verse afectada la prohibición
del ne bis in idem (…)”. (Del voto de la mayoría)
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Causa “Galarza, Osvaldo Manuel s/ infr. art. 189 bis, tenencia de arma
de fuego de uso civil- CP”. Sala III. (Vázquez, Paz y Franza, 26/03/2010)
“Sin embargo, estimo que dicho análisis adolece de un defecto
y esto es que el arma hallada en poder de Galarza estaba descargada,
lo que impide suponer, a esta altura del proceso, que estamos frente al
delito de portación al que se refiere el inc. 2 párr. 3º del art. 189 bis del
CP, por cuanto ello importa la acción de disponer en un lugar público
o de acceso público de un arma cargada o en condiciones de uso inme-
diato”. (Del voto del Dr. Vázquez)
“Ello así por cuanto, para que se configure el delito de ‘tenen-
cia de arma de fuego’, respecto de cuya pena el fiscal y el a quo analiza-
ron la pena en expectativa para decretar la prisión preventiva, el impu-
tado debe llevar consigo un arma y en condiciones de uso inmediato;
extremos que no se cumplen si el arma se encontraba descargada al
momento de su secuestro, por lo que no se hallaba en condiciones de
uso inmediato, lo que controvierte el fundamento del resolutorio im-
pugnado”. (Del voto de la Dra. Paz)
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Resulta:
1. El defensor de Mauro Ismael Lemes interpuso recurso de
inconstitucionalidad (fs. 670/688 vta.) contra la resolución de la Sala I
de la Cámara de Apelaciones en lo Contravencional y de Faltas de fecha
17/11/05 (fs. 631/667 vta.) en cuanto resolvió: “I) CONFIRMAR el punto
I de la sentencia dictada por el Juez de Primera Instancia, obrante a
fs. 390/410, en cuanto no hace lugar al planteo de nulidad de la deten-
ción de Mauro Ismael Lemes, solicitado por la defensa. II) REVOCAR
el punto VI de la sentencia recurrida, en cuanto declara la inconstitu-
cionalidad de la agravante prevista en el art. 189 bis (2), último párrafo
del Código Penal (texto según ley 25.886). III) CONFIRMAR el punto II
de la sentencia apelada, en cuanto condena a Mauro Ismael Lemes, [...]
modificándose en cuanto a la calificación legal del hecho, que se sub-
sume en el delito de portación de arma de fuego de uso civil sin la de-
bida autorización, agravada por registrar antecedentes dolosos contra
las personas y por el uso de armas, y en cuanto a la pena impuesta, que
se fija en cuatro años de prisión, accesorias legales y costas (arts. 12, 29,
inc. 3, 45, 189 bis [2], últ. párr., del CP -texto según ley 25.886- y 530, 531 y
533 del CPPN). IV) CONFIRMAR el punto III de la sentencia recurrida,
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Fundamentos:
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Corte tiene resuelto que no puede traerse a su decisión por la vía del
recurso extraordinario... cuestiones procesales, ni aún cuando la ley
que rija el procedimiento revista carácter federal, porque la interpre-
tación de tales leyes no afecta el art. 31 de la Constitución Nacional”
(Ver Esteban Ymaz y Ricardo E. Rey, ob. cit., p. 108). Respecto de esta
línea jurisprudencial, y su explicación a partir del concepto de “sen-
tencia definitiva”, indica Enrique García Merou que, toda vez que “no
hay disposición legal alguna que excluya de la jurisdicción de la cor-
te las leyes de procedimientos [...] no hay, pues más motivo fundado
para rehusar el recurso, contra los autos que aplican esas leyes, que el
de no tratarse de sentencias definitivas” (El Recurso Extraordinario ante
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Imprenta de Coni Hermanos,
Buenos Aires, 1915, p. 202). Mutatis mutandis estas razones impiden,
como principio, revisar la aplicación de normas procesales locales en
el marco del recurso de inconstitucionalidad, aun cuando estén reuni-
dos otros requisitos de ese remedio procesal, puesto que conforme la
ley nº 402, aquél sólo procede contra sentencias definitivas.
3.3. Aun cuando consideráramos que el contenido constitucio-
nal de los agravios justifica hacer excepción a esa regla, conforme la
doctrina de Fallos: 244:203, 235 y 425; 245:216,311 y 467, el resultado no
sería distinto, según explicaré a continuación.
El recurrente intenta apoyar en el derecho al recurso o doble
instancia, que le reconocen los arts. 8.2.h PSJCR, 14.5 PDCyP, y 13.3
CCABA, y en el non bis in idem, la prohibición de otorgar al ministerio
público fiscal una apelación contra la sentencia de primera instancia.
Si su planteo consiste en la tacha de inconstitucionalidad del art. 61 de
la LPC o del 474 del CPPN o de cualquier norma procesal que admita
el recurso del fiscal contra la decisión que no recoge sus pretensiones
o no lo hace plenamente, viene defectuosamente introducido, pues-
to que debió serlo ante la Cámara a quo, a fin de posibilitar que dicho
tribunal pudiera expedirse acerca de esa cuestión. Ello es así, puesto
que, una vez articulado el recurso por el fiscal, era evento previsible
para la defensa tanto el acogimiento como el rechazo de dicha pre-
tensión (Fallos: 278:35), y el a quo, quien tiene la potestad para decidir
si le fue planteado (Fallos: 226:10), no lo tuvo por hecho (ver. fs. 634 y
661), pues no se expidió sobre la cuestión; y la referencia genérica del
recurrente respecto a otros escritos “en ejercicio de mi ministerio” (fs.
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tampoco hay razones para creer que ésta sea la voluntad expresada en
el art. 19 CN-. Así, por ejemplo, el Código Penal tiene en cuenta para
agravar notablemente el homicidio el que el autor haya matado por
odio racial o religioso (art. 80, inc. 4, CP), circunstancias ambas que,
aunque deban quedar expresadas en el hecho mismo vienen determi-
nadas por la historia del autor. Para ilustrar esta afirmación, queda
claro que el racista que mata en legítima defensa no está alcanzado
aunque la víctima participe de la condición que el autor odia, mientras
que, cuando ese racista mata sin otro motivo explicable al miembro del
grupo contra el cual va dirigido su menosprecio, su historia lo conde-
na. Pero, aun en este supuesto lo castigado es el odio puesto en el acto,
no el que abriga el autor.
Interpretados estos tipos penales conforme al Derecho penal
del hecho, y no al de autor, no se trata de determinar si el autor es una
persona integrista o racista, ni se lo castiga por esas razones. Desde
el punto de vista de un derecho penal de hecho, conforme expresa
Roxin, basta con que el autor haya mostrado en su hecho concreto una
actitud interna acorde a esos sentimientos o actitudes internas (cf.
Roxin, Claus, Derecho penal. Parte General, t. I, Ed. Civitas, Madrid, 1997,
trad. de Diego-Manuel Luzón Peña, Miguel Díaz y García Conlledo y
Javier de Vicente Remesal, ps. 184 y siguientes). Es usual comprender
la acción humana como sustentada en una motivación. Para algunos
(Aristóteles o Welzel) ello queda plasmado en considerarla como ac-
ción dirigida a un fin. En otros (Freud), la “motivación” puede ser in-
consciente. Pero, en última instancia, y ya sea que la “motivación” de
que se trate sea susceptible de fundar consecuencias penales o no, en
el modo en que recogemos la realidad en las palabras, el término “ac-
ción” incluye la motivación como parte de ella.
No obstante, no es esto lo discutido en el caso, o no lo es es-
trictamente. A diferencia de lo que ocurre con el régimen general de
reincidencia, que no requiere conexión alguna entre el delito ya con-
denado y el que luego se comete, el tipo penal que aquí analizamos
busca conjurar la configuración de situaciones en las que un individuo
asuma la capacidad de someter la voluntad de sus semejantes, sim-
ples particulares o agentes del orden, o de dañarlos físicamente, de-
terminada por tener un arma ilegítimamente. Dicha situación no está
determinada por el mero hecho de llevar encima un arma, sino por la
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1. En relación al alcance limitado que puede otorgarse a los delitos de peligro abstracto,
Jakobs ha sostenido que resulta legítima una prohibición de tal especie en la medida
de que la “conducta incriminada queda excluida como posibilidad de configuración
vital privada para cualquiera, con independencia de su respectivo contexto interno y,
en especial, del contexto de sus proyectos. El aspecto exterior de la conducta perturba
per se, no por su contexto interno” (Estudios de Derecho Penal, Editorial Civitas, Madrid,
1997, ps. 110 y 111).
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Así lo voto.
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recurso planteado por el defensor oficial (arts. 18 y 75, inc. 22, CN; 13,
inc. 3, CCBA; 8, inc. 1, CADH y 14, inc. 1, PIDCyP).
El caso se detiene ahora en la sentencia de primera instancia,
recurrida por este motivo por la defensa que, superado el inconve-
niente del recurso acusatorio, tiene derecho a que la Cámara, con otra
integración (art. 173, CPPN; cf. art. 55, LPC), se ocupe de este motivo
de apelación para promoverlo o rechazarlo. En este sentido, se debe
devolver el caso a la Cámara parcialmente para que ella examine el
agravio relativo a la medición de la pena, con la aclaración de que el
título condenatorio de primera instancia ha quedado firme, según lo
expuesto anteriormente.
8. No vale la pena, entonces, conforme a la solución de este
fallo, ocuparse de los motivos expuestos en los demás puntos que cues-
tionan la sentencia de la Cámara. Sin embargo, párrafo aparte merece
el problema de la reincidencia con relación al principio de culpabilidad
y con referencia a una eventual condenación condicional, agravio que,
según la Cámara, no permite la apertura del recurso por inconstitucio-
nalidad. No parece que este agravio pueda, en abstracto, desestimarse
con relación a todo principio constitucional, pero, en el caso, como lo
expresa mi colega, el Sr. juez Luis F. Lozano, en el punto 5 de su voto,
carece de actualidad (cf. mi voto in re “Ministerio Público -Defensoría
Oficial en lo Contravencional y de Faltas n° 8- s/ queja por recurso de
inconstitucionalidad denegado en: ´Prescava, David Daniel s/ art. 189
bis, CP´”, expte. n° 3562/04, sentencia del 25/02/05), razón por la cual el
recurso ha sido bien denegado a este respecto.
9. Por lo tanto, voto por rechazar la queja interpuesta por la de-
fensa, hacer lugar al recurso de inconstitucionalidad -en el sentido de
anular la sentencia de la Cámara y dejar firme la sentencia de condena
de primera instancia y su título condenatorio- y devolver el asunto a la
Cámara para que, con otra integración, trate el agravio restante plan-
teado en el recurso de apelación de la defensa, relativo a la medición de
la pena.
10. Frente al rechazo de la queja del recurrente expuesto en el
punto anterior, considero pertinente aclarar que, según lo expuse en
reiteradas ocasiones (ver, inter alia, resolución como juez de trámite en
el expte. n° 1509/02: interpretación sistemática del art. 34, II, ley n° 402
y art. 3, inc. a, ley n° 327), no corresponde intimar al defensor oficial
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(órgano del ministerio público según la propia CCBA) para que acredi-
te el pago del depósito previsto como requisito de admisibilidad de un
recurso de queja relativo a un recurso de inconstitucionalidad dene-
gado. Vale aclarar que menos aún pesa ese deber sobre el recurrente,
puesto que, en este caso, ha sido concedido un beneficio de litigar sin
gastos en favor de su defendido (fs. 20/21, incidente de beneficio de
litigar sin gastos). En consecuencia, resulta evidente que, sobre el pun-
to, el defensor oficial tuvo razón al plantear su petición originaria.
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Resulta:
1. El defensor de Víctor Taboada Ortiz interpuso recurso de
inconstitucionalidad (fs. 214/241 vta.) contra la decisión de la Sala I de
la Cámara de Apelaciones en lo Contravencional y de Faltas de fecha
29/12/08 (fs. 201/211) en cuanto, por mayoría, resolvió: “I. CONFIRMAR
el punto I dispositivo de la sentencia obrante a fs.127/144 [en cuanto
no hace lugar] a la nulidad del procedimiento solicitado por la defen-
sa; II. CONFIRMAR el punto II del fallo en tanto no hacer (sic) lugar
a la solicitud de declaración de inconstitucionalidad de la agravante
prevista por el art. 189 bis, inciso 2º, párrafo 8º del Código Penal; III.
CONFIRMAR el punto III de la sentencia dictada en autos en cuanto
resuelve CONDENAR a Víctor Taboada Ortiz, de las restantes condi-
ciones personales obrantes en el acápite, a la pena de CUATRO AÑOS
DE PRISIÓN, accesorias legales y costas, por ser autor penalmente
responsable del delito de portación de arma de uso civil sin la debida
autorización, previsto por el art. 189 bis, inciso 2º, párrafo 3º del Código
Penal, agravado por registrar antecedentes penales por delito contra
las personas, de conformidad con el párrafo 8º del mentado art. 189
bis, inciso 2º del Código Penal (arts. 5, 12, 29 inc. 3º, 40 y 41 del Código
Penal); IV. CONFIRMAR el punto IV en cuanto resuelve CONDENAR
a Víctor Taboada Ortiz, de las restantes condiciones personales obran-
tes en acápite, a la PENA ÚNICA DE SIETE AÑOS DE PRISIÓN, acce-
sorias legales y costas, comprensiva de la impuesta precedentemente,
de la pena de dos años y tres meses de prisión en suspenso y costas,
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como un sujeto “fallido”, definido no por el acto que se juzga sino por
su historia registrada. Bajo argumentos altruistas se omite toda eva-
luación del modo en que efectivamente funciona el sistema penal, y se
acude a reproches de claro tono paternalista, como el que se incluye en
el voto del camarista M. Vázquez, cuando dice: “lo que funda un mayor
reproche es que en el momento de cometer el nuevo hecho el autor no
se ha acordado, no ha tenido en cuenta, las graves consecuencias que
una condena importa“ (fs. 206).
7. Voto en consecuencia por rechazar la queja, declarar bien
concedido el recurso de inconstitucionalidad respecto de la inconsti-
tucionalidad de la figura agravada del delito de portación no autoriza-
da de arma de fuego de uso civil por registrar antecedentes de delitos
dolosos contra las personas o por el uso de armas, y declarar la incons-
titucionalidad del art. 189 bis, inc. 2do., último párrafo, CP, (según mo-
dificación introducida por la ley nº 25.886).
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las cuales el dato escogido por el legislador no sea revelador, esto es,
supuestos en los cuales la formula del legislador fracase como méto-
do para establecer las características del hecho, nuestro mecanismo de
control constitucional permitiría corregir estos desvíos de la norma
suprema, sin que sea necesario apartarnos de la ley en aquellos casos
en que no se presenta una falencia de la especie considerada”. Por ello,
quedó destacado que “... el legislador no ha tomado como agravante
cualquier antecedente penal del autor, sino tan sólo aquellos registra-
dos por delito doloso contra las personas o con el uso de armas, esto es,
aquellos que guardan una vinculación con el hecho...” (cfr. mi voto en
“Lemes, Mauro Ismael s/ inf. Art. 189 bis CP -apelación- s/ recurso de
inconstitucionalidad concedido”, expte. nº 4603, sentencia del 19/7/06).
En síntesis, sin entrar a lo que podría ser un supuesto de pre-
vención especial en que el legislador aumenta la sanción para lograr
que se someta a la ley quien no responde al castigo común, o, dicho de
otro modo, aumenta la pena respecto del individuo que no muestra
que ella le ocasione el impacto esperado, esto es, la misma aflicción
que una pena menor provoca en los demás, en el caso de un delito que,
como en el que nos ocupa, atiende a lo que el autor se pone en condi-
ciones de hacer antes que a lo que efectivamente hace, apoyarse a ese
fin en la comisión de un hecho anterior de ciertas características que el
legislador razonablemente estima relacionadas con lo que el portador
del arma podría hacer o, mejor aún, haber hecho con esa arma en el su-
puesto presente, constituye una base admisible. Por decirlo de alguna
manera simple, la portación de una misma arma tiene mayor poten-
cial en manos de quien tiene más habilidad o menos inhibiciones para
emplearla. Acudir a la condena anterior por un delito doloso contra las
personas o con uso de armas para establecer ese potencial constituye
una manera imperfecta pero dotada de objetividad para conjeturarla.
En esas condiciones, no se trata de distinguir entre el efecto
posiblemente mayor que el cumplimiento de la condena pudo haber
tenido sobre el ánimo del autor, sino simplemente de acudir a la decla-
ración judicial firme de que se cometió un delito como elemento para
apreciar la relevancia de portar actualmente un arma. Este empleo del
dato no justifica distinguir entre la sanción cumplida, la suspendida o
la eludida por fuga. Lo determinante de la mayor gravedad es el acto
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Así lo votamos.
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Resulta:
1. La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Contravencional y
de Faltas resolvió, con fecha 2 de marzo de 2007: “I. CONFIRMAR parcial-
mente la sentencia recurrida [...] en cuanto CONDENA a Mauricio Ángel
Aldao a la pena de seis (6) meses de prisión de efectivo cumplimiento, y
de multa de mil pesos ($1.000) y las costas del proceso, por hallarlo autor
penalmente responsable del delito de tenencia de arma de fuego de uso
civil sin la debida autorización legal (arts. 29 inc. 3, 45 y 189 bis inc. 2 primer
párrafo CP, texto según ley 25.886); y REVOCARLA en cuanto impone al
encartado las accesorias legales (art. 12 CP, a contrario sensu)” (fs. 402).
2. Contra esa decisión, la defensa interpuso recurso de in-
constitucionalidad (fs. 405/422), fundado en los siguientes agravios:
a) lesión al sistema acusatorio y al derecho de defensa en juicio, dado
que se ha impuesto una pena de multa sin solicitud alguna del fiscal;
b) afectación de los principios de lesividad y legalidad, pues a su jui-
cio se ha considerado indebidamente que el tipo penal de tenencia de
arma de fuego de uso civil (art. 189 bis, inc. 2, primer párrafo, CP) se
configura con la simple tenencia de un arma descargada; y c) lesión al
principio de legalidad en razón de que, a juicio de la defensa, sobre la
base de una interpretación arbitraria y contraria al sentido literal de
la ley se ha condenado a su defendido por un tipo penal que no estaba
vigente al momento del hecho (fs. 408 y siguientes).
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Pero en segundo lugar, porque las razones por las que el Poder
Ejecutivo demoró en disponer “las medidas pertinentes para facilitar
el registro gratuito y sencillo de armas de fuego de uso civil o uso ci-
vil condicionado, por el término de SEIS (6) meses” (cf. art. 4º, ley nº
25.886), de forma tal que la prohibición comenzara a regir, no son atri-
buibles al imputado y, por tanto, no pueden pesar sobre él.
Tal como ya lo sostuve anteriormente, “es necesario recordar
aquí que la obligación dirigida a los jueces de interpretar de la manera
más restrictiva posible -consecuencia obligada del principio de legali-
dad material- les impone descartar cualquier posibilidad de ampliar,
por vía de la hermenéutica judicial, el poder punitivo estatal habilitado
por las normas emanadas del órgano legislativo... La ineficacia de la
acción punitiva estatal por impericia o falta de celeridad de los agen-
tes estatales encargados de instrumentarla no puede ser utilizada en
contra del procesado” (cf. “Ministerio Público -Defensoría Oficial en
lo Contravencional y de Faltas nº 3- s/ queja por recurso de inconstitu-
cionalidad denegado en ‘Herrera, Juan s/ art. 189 bis CP -apelación-’”,
expte. nº 4750, resolución del 24 de octubre de 2006).
Por estos motivos, entiendo que el plazo de seis meses previs-
to por el legislador debe ser computado a partir del cumplimiento por
parte del Poder Ejecutivo de su obligación de disponer las medidas
pertinentes para facilitar el registro gratuito y sencillo de las armas
de fuego de uso civil o uso civil condicionado. Ese cumplimiento ha
operado mediante el dictado de la Resolución nº 050/06 del RENAR,
emitida el 22 de febrero de 2006 y publicada el 4 de abril de 2006, según
surge expresamente de sus fundamentos.
De acuerdo con ello, dado que el hecho imputado al Sr. Aldao
acaeció el día 20 de enero de 2006 (cf. fs. 316), su conducta deviene atí-
pica, pues por lo dicho hasta aquí al momento de comisión del hecho
el delito de tenencia de arma de fuego de uso civil, sin la debida auto-
rización legal, aún no había entrado en vigencia.
9. Por lo demás, la solución a la que arribo -atipicidad de la
conducta del Sr. Aldao- torna abstracto todo pronunciamiento sobre
los restantes agravios desarrollados en el recurso de inconstitucionali-
dad, atinentes a la lesión al sistema acusatorio y al derecho de defensa
en juicio, por haberse impuesto una pena de multa sin solicitud alguna
del fiscal; y a la afectación de los principios de lesividad y legalidad,
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del RENAR n° 50/2006. Esa razón da por tierra con lo alegado por la
defensa en cuanto a que la norma aplicada aún no se encontraba vi-
gente al momento de comisión del hecho. Por este motivo, el recurso,
respecto a este agravio, fracasa.
3. Los delitos conocidos como “de tenencia” resultan particu-
larmente vidriosos frente a la exigencia constitucional que obliga a
que los tipos penales se refieran, de algún modo, a la interacción de los
sujetos con los bienes jurídicos (arts. 19, CN, 10 y 13, CCABA e, incluso,
art. 1 del CC de la CABA).
La tenencia de un arma de fuego de uso civil sin debida au-
torización legal -luego de la sanción de la ley n° 25.886- constituye un
delito, previsto en el art. 189 bis (2), primer párrafo, del CP, punible
con pena privativa de la libertad (de 6 meses a 2 años de prisión) y
multa. Sin embargo, antes de que entrara en vigor dicha disposición,
la misma conducta se trataba como mera infracción (art. 42 bis, ley n°
20.429) cuya pena alcanzaba los 90 días de arresto o la imposición de
una multa de entre $1.000 y $10.000. Es más, previo a la vigencia de la
hoy derogada ley n° 25.086 -que incorporó el mencionado art. 42 bis a la
ley n° 20.429 y, además, modificó el art. 189 bis, CP- incluso la portación
no autorizada de esa clase de armas se sancionaba a través del dere-
cho contravencional, con penas que no excedían del arresto por 10 días
(art. 39, ley local n° 10). Resulta evidente, a través de esta descripción
básica, que la reacción estatal frente a una misma conducta se mo-
dificó severamente, aspecto que, al mismo tiempo, alteró los límites
constitucionales que deben considerarse al juzgarla.
Las leyes que conforman el derecho administrativo sanciona-
dor local, y algunas de las disposiciones del Código Contravencional,
contienen supuestos en los que la conducta reprochada resulta, sim-
plemente, una infracción a ciertos deberes impuestos por el derecho
positivo (por ejemplo, aquellas regulaciones que prohíben la conduc-
ción en estado de ebriedad, o el cruce de un semáforo en rojo). Nótese
que la reacción -penal, contravencional o administrativa-, en los ca-
sos antes mencionados, se refiere, únicamente, a la tarea del Estado-
administración en busca de la realización del bienestar común, alejada,
por ello, de la protección de bienes jurídicos portables por alguna per-
sona, y que, por ende, esa reacción representa tan sólo la consecuen-
cia de una infracción a una norma de derecho positivo. Reaccionar
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se pretende hacer valer. Así las cosas, la exégesis que debe darse al art.
189 bis, inc. 2, primer párrafo, CP remite a la consideración de aspectos
que resultan propios de los jueces de la causa.
En definitiva, se advierte que -también en este caso- el recu-
rrente ha construido sus agravios a partir de una discrepancia sobre
la interpretación de una norma infraconstitucional y no ha logrado
demostrar que la subsunción efectuada por los jueces de mérito en el
presupuesto legal que funda la condena pueda ser descalificable como
acto jurisdiccional válido ni que el principio de legalidad se encuentre
comprometido en el caso.
3. Tampoco tendrá acogida favorable el último planteo que el
recurso de hecho viene a sostener. Tal como lo afirma en su dictamen
el señor Fiscal General, el recurrente se limita a expresar su discon-
formidad con la interpretación efectuada por los jueces de la Cámara
de normas de derecho común, ajenas en principio a esta instancia ex-
traordinaria. En efecto, la defensa oficial omite confrontar de mane-
ra apropiada los sólidos argumentos que dieran los jueces de la causa
para afirmar la vigencia, al momento de los hechos endilgados a Aldao,
del tipo penal aplicado en autos.
A lo dicho a este respecto por el juez Julio B. J. Maier en el
punto 2 de su voto -consideraciones a las que adhiero y que reputo
suficientes para contestar el agravio propuesto-, sólo deseo agregar, a
mayor abundamiento, que las afirmaciones de la defensa parecen tra-
ducir, en definitiva, la insostenible pretensión de que una repartición
subalterna del Poder Ejecutivo, por la vía indirecta de la omisión, pue-
da en los hechos de manera indefinida privar de efectos al ejercicio de
atribuciones que la Constitución ha otorgado exclusivamente al Poder
Legislativo (para el caso, la tarea de tipificar conductas como delitos).
4. Corresponde, por último, analizar el recurso de inconstitu-
cionalidad parcialmente concedido por la Cámara de Apelaciones.
El defensor se agravia en tanto la imposición de la pena de
multa aplicada a su defendido no fue requerida por el representante
del Ministerio Público Fiscal. El recurrente plantea que dicha circuns-
tancia lesiona el sistema acusatorio en tanto “la decisión de imponer la
sanción de multa de oficio, sin que el Sr. Fiscal lo haya solicitado en la
acusación, ha implicado un claro perjuicio a esa parte, pues la defensa
se ha visto impedida de referirse a esta cuestión durante el debate”.
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plazo de gracia, esto es, pasados los seis meses posteriores a la promul-
gación de dicha ley atento que para ese tiempo el recurrente contaba
con la posibilidad de registrar su arma y, más aún, pesaba sobre él el
deber de hacerlo, aun cuando no con la facilidad cuyo otorgamiento
preveía aquella ley. Situación que, a su vez, queda señalada por el juez
Maier, en el punto 2 de su voto.
El razonamiento expuesto, más allá de su acierto o error, no
fue rebatido por el recurrente. La defensa se limitó a aseverar que la “...
interpretación que formularon los Sres. Jueces de Cámara genera una
evidente incoherencia en el sistema pensado por el legislador, pues
el plazo de gracia, establecido para fomentar el registro de las armas,
que supuestamente debería regir antes de la vigencia del tipo penal,
estaría implementándose después de la efectiva vigencia del delito”
(fs. 525vta.), sin hacerse cargo de la distinción que realizó la Cámara
entre plazo de gracia, registración y registración con facilidades y me-
nos aún acreditó que dicho razonamiento resulte insostenible por ser
violatorio de alguna garantía constitucional.
3. En cuanto al resto de los agravios -violación del principio de
lesividad, del sistema acusatorio y del derecho de defensa- adhiero a
los fundamentos dados por mi colega el Dr. José Osvaldo Casás, en los
puntos 2 y 4 de su voto.
Sin perjuicio de lo cual, cabe agregar que el hecho de que los
jueces de la causa al momento de valorar la pretensión fiscal hayan im-
puesto una sanción de multa no solicitada por el ministerio público, ni
en el requerimiento de elevación a juicio ni en el alegato, no conlleva,
por sí sólo, como sostiene la defensa, una conculcación al sistema acu-
satorio, máxime cuando dicho agravio en el sub examine está construi-
do, como bien señala el Dr. Casás, sobre la base del derecho de defensa.
La Cámara, conforme surge de los resultas de la sentencia (ver
fs. 499/499vta.), interpretó que la pretensión fiscal residió en que se
le imponga al Sr. Aldao la pena de un año y seis meses de prisión de
efectivo cumplimiento y costas, con declaración de reincidencia, pun-
to acerca del cual no hay agravio. En este orden de ideas, una sanción
de seis meses de prisión de efectivo cumplimiento en convivencia con
una de multa de $ 1000 no se muestra como más gravosa que la re-
querida por el ministerio público fiscal, sino que, en todo caso, como
una posible morigeración de la sanción solicitada, por lo que el agravio
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Constitución (art. 106, CCABA), toda vez que, al menos desde mi con-
cepción del sistema de enjuiciamiento acusatorio, no considero que el
principio invocado obligue a ningún juez a aplicar una sanción que no
se ajuste íntegramente al texto legal, sea porque ésta fue la requerida
por el acusador o, lo mismo, cuando no lo fue. Ello así, por cuanto,
los magistrados no pueden imponer, o crear pretorianamente, penas
diferentes a las que han sido expresamente elegidas por el legislador
-en especie y cantidad- para sancionar un determinado delito, pues,
a partir del reparto de competencias, al legislador le incumbe la difí-
cil tarea de determinar cuáles son los intereses que deben protegerse
mediante una amenaza penal y de qué manera dicha amenaza debe
expresarse para garantizar una protección suficiente (Fallos 11:405;
191:245; 275:89), y su aplicación, ciertamente, no es facultativa para el
juez, ni disponible para las partes. La cuestión atañe al sistema de di-
visión de poderes establecido en nuestra CN, y en la CCABA, porque si
se hubiera fijado exclusivamente la pena de prisión, el magistrado se
habría convertido en el autor individual de una norma punitiva cuya
gestación está reservada a otro poder público, por cierto, algo más
representativo. En estos términos, la condena dictada por el juez de
grado, que impuso, de oficio, el mínimo legal de la pena de multa, se
ajusta plenamente a los preceptos constitucionales y ha sido resuelta
con estricto apego al principio acusatorio, en tanto ha tenido como
pautas de referencia lo solicitado por las partes y, en mayor medida,
lo dispuesto por la ley (en este sentido, mutatis mutandi, ver “Vázquez,
Daniel Gustavo s/ queja por recurso de inconstitucionalidad denega-
do en ‘Vázquez, Daniel G. y otro s/ inf. art. 73 ley nº 1472 -apelación-‘”,
expte. nº 4957/07, sentencia del 07/05/07; o el apartado e) de mi voto
en “Ministerio Público -Defensoría Oficial en lo Contravencional y de
Faltas nº 4- s/ queja por recurso de inconstitucionalidad denegado en
‘Ovejero, Carlos Manuel s/ inf. art. 189 bis CP -apelación-‘”, expte. nº
4916/06, sentencia del 11/04/07).
En otro orden de ideas, no parece posible argumentar seria-
mente que la condena pronunciada, en el caso, pudo provocar un esta-
do de sorpresa o la indefensión del imputado, toda vez que, la aplica-
ción directa de la pena de multa establecida para el delito reprochado
(art. 189 bis, apartado 2) no es el resultado de una decisión unilateral
del órgano acusador, que más allá de su acierto o desacierto la habría
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colección jurisprudencia
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tenencia y portación de arma de fuego
RESULTA:
1. Que, a fs. 200/3, se agrega el recurso de apelación interpues-
to por la Sra. Fiscal de Grado contra la resolución que el 30 de abril del
corriente año declaró la nulidad del procedimiento policial que dio ori-
gen a las presentes actuaciones y en consecuencia sobreseyó a Gómez,
Lucero, Arias y González de la conducta que aquí se investiga.
1.1 El presente proceso penal se inició hace más de nueve me-
ses, concretamente la tarde del 9/11/2012 cuando personal de la Policía
Federal hizo descender, de un vehículo que se hallaba en la intersec-
ción de las calles Catamarca y Venezuela, a sus cinco ocupantes y ob-
servó en su interior, a simple vista (sobre el freno de mano), un revol-
ver calibre 22 apto para disparar pero sin municiones (fs. 1/32).
El 6 de febrero del corriente año la Sra. Fiscal de Grado formuló el
requerimiento de juicio, que se agrega a fs. 158/61, por intermedio del cual
atribuyó a los cuatro ocupantes del vehículo, mayores de edad, la conducta
consistente en haber tenido el dominio conjunto del arma en cuestión.
Concretamente imputó la referida conducta a Juan Carlos
Ríos Gómez (29 años), Yanina Giselle Almirón Lucero (21 años), Diego
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colección jurisprudencia
Ezequiel Arias (21 años) y a Leandro Daniel Sotelo González (20 años)
que calificó en el art. 189 bis CP.
2. La declaración de nulidad que agravia al Ministerio Público
Fiscal fue dictada por la Sra. Magistrada de Grado el 30 de abril del
corriente año a instancia de la Defensa Pública que la postuló, con fe-
cha 26/2/2013, tras recibir el traslado del requerimiento de juicio. La
declaración se fundamenta, en resumidas cuentas, en el criterio de la
a quo según el cual no existieron motivos que hubiesen autorizado la
“detención” de los ocupantes del vehículo con carácter previo a adver-
tir la existencia del arma.
Los motivos de agravio presentados por la acusación pública
en el recurso bajo examen pueden sintetizarse del siguiente modo:
i) la resolución en crisis se adoptó prescindiendo de la audiencia le-
galmente prevista viéndose afectada, de ese modo, su validez; ii) Las
constancias del legajo desmienten los fundamentos sobre los cuales la
Sra. Magistrada de Grado apoyó su decisión de declarar nulo el proce-
dimiento del 9/11/2012; iii) la detención propiamente dicha se configu-
ró luego de advertir la existencia del arma en el automóvil.
3. Recibidas las actuaciones en sede de este Tribunal se celebró, el
20/08/2013, la audiencia que aparece documentada en el acta de fs. 226/7
durante la cual las partes tuvieron la oportunidad de manifestar sus posi-
ciones jurídicas. Cumplido ello la causa quedó en estado de ser resuelta.
PRIMERA CUESTIÓN
El recurso ha sido interpuesto en tiempo y forma y por quien
posee legitimación para hacerlo.
Asimismo, se dirige contra una resolución que, al declarar la
nulidad del procedimiento policial y sobreseer a los imputados, osten-
ta el carácter de equiparable a definitiva.
En conclusión, la impugnación resulta procedente para anali-
zar los agravios que contiene (art. 279 CPPCABA).
SEGUNDA CUESTIÓN
a) Previo a ingresar al análisis del modo en que se adoptó la re-
solución en crisis así como de su contenido, aparece oportuno reiterar
la descripción del modo en que se llevó a cabo el procedimiento policial
que dio origen a la presente causa.
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Por lo expuesto,
el Tribunal,
Resuelve:
Magistrados:
Dra. Elizabeth Marum; Dr. José Sáez Capel; Dr. Marcelo P. Vázquez.
Número Fallo:
20368
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letras “a” y “b” del considerando 4º por lo que las conductas reprocha-
das constituyen una unidad fáctica inescindible. Ello es así por cuanto
no existe elemento agregado a la causa que permita confirmar que el
pistolón no haya sido utilizado para cometer el tipo penal por el que el
imputado fuera sobreseído.
Nótese que de las declaraciones prestadas por los testigos no
se puede descartar que el intento de robo haya sido cometido median-
te el uso del arma que supuestamente se secuestrara en poder del in-
curso (ver testimonios agregados a fs. 1/2, 10/12 y 16/17).
Por otro lado, la supuesta comisión del robo en grado de ten-
tativa mediante la exhibición de la navaja sólo surge del acta labra-
da al momento de celebrarse la audiencia prevista por el art. 294 del
C.P.P.N. (fs. 75/76), en la que se imputó a Barbuzzi: “el hecho ocurrido el
día 27 de marzo del 2012 a las 16:30 horas aproximadamente consistente en
haber intentado apoderarse ilegítimamente mediante la exhibición de una na-
vaja, del dinero y del celular de un menor del que aún se desconoce su identidad
(…) en presencia de testigos de actuación se procedió a la detención de Gonzalo
Roberto Iglesias y Juan Domingo Barbucci . En ese mismo acto se procedió al
secuestro de un cuchillo de 20 cm de largo, mango de madera y hoja platea-
da, que se encontraba en la cintura de Barbuzzi; como así también se incautó
un destornillador plano con mango de plástico de color verde y negro, y de un
pistolón doble caño con mango plateado y oxidado sin numeración visible y
sin cartuchos remarca … siendo que ambos elementos se encontraban dentro
de una mochila de color azul y celeste del nombrado Barbuzzi. Asimismo se
le hacen saber las pruebas colectadas…: … Acta de Secuestro de fs. 5/6… Vista
fotográfica de los elementos secuestrados de fs. 20…” (sic, fs. 75 y vta.).
Por último, el incurso tenía en su poder el pistolón en el mis-
mo momento y lugar en que se habría producido el intento de apode-
ramiento ilegítimo de las pertenencias de la presunta víctima.
Por ello corresponde hacer lugar parcialmente al recurso de
apelación incoado por la defensa contra el punto I de la resolución re-
currida en cuanto no hizo lugar al progreso de la excepción de cosa
juzgada y, en consecuencia, sobreseer a Juan Domingo BARBUZZI, de
demás datos personales obrantes en autos, en orden a la comisión de
la conducta imputada (arts. 189 bis, inc. 2º, primer párrafo, CP y arts.
195 inc. “d” y 197, tercer párrafo, in fine, C.P.P.C.A.B.A.).
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Así lo voto.
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colección jurisprudencia
de un pistolón doble caño con mango plateado y oxidado son numeración visi-
ble y sin cartuchos en la recámara, el que conforme surge del informe pericial
realizado…no posee aptitud para el disparo, siendo que ambos elementos se en-
contraban dentro de una mochila e color azul y celeste del nombrado Barbuzzi”
(fs. 75/76).
Luego, a fs. 119, se le imputó “el suceso ocurrido el día 27 de enero
de 2012 a las 7.50 horas aproximadamente, en la intersección de la calle Río de
Janeiro y la avenida Díaz Vélez de esta Ciudad, consistente en haber tenido en
su poder un pistolón…”.
Al resolver el juez de instrucción, dispuso el sobreseimiento
del imputado por el hecho consistente en “haber intentado apoderarse ile-
gítimamente mediante la exhibición de una navaja, del dinero y del celular de
un menor del que aún se desconoce su identidad” y declaró la incompeten-
cia respecto del segundo hecho por el que le fuera imputado a fs. 119
descripto como “el suceso ocurrido el día 27 de enero de 2012 a las 7.50 horas
aproximadamente, en la intersección de la calle Río de Janeiro y la avenida
Díaz Vélez de esta Ciudad, consistente en haber tenido en su poder un pisto-
lón…” (puntos I y IV de la resolución de fs. 124/127).
Resulta claro que al imputársele el robo por el cual fuera sobre-
seído, el juez no incluyó la utilización del arma ni su tenencia, que fue
motivo de una nueva imputación realizada posteriormente (fs. 119).
En tal sentido, coincido con lo sostenido por el fiscal de cáma-
ra, en tanto no puede considerarse que el sobreseimiento dispuesto
por el robo cometido mediante la utilización de arma blanca, hace cosa
juzgada respecto a la tenencia del pistolón, que no fue incluida en la
supuesta comisión de ese robo, y cuyo secuestro se produjo en forma
posterior, y bajo circunstancias de tiempo y modo diferentes.
De ahí que deba rechazarse la excepción de cosa juzgada plan-
teada por la defensa oficial.
3) Respecto al segundo planteo deducido -excepción por ma-
nifiesto defecto en la pretensión por atipicidad- el mismo tendrá favo-
rable acogida.
De las constancias de la causa ha quedado demostrado que el arma
que supuestamente le fuera secuestrada al imputado no se hallaba cargada.
4) En esta instancia, cabe recordar que en función de los arts.
1 y 19 de la Constitución Nacional, el Estado no puede entrometerse
en la vida de las personas si no media un conflicto, en función del
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ambos elementos se encontraban dentro de una mochila e color azul y celeste del
nombrado Barbuzzi” -la negrita me pertenece- (fs. 75/76vta.).
5) Cabe recordar aquí que, como ha señalado el Dr. Maier: …la
tenencia de un arma de fuego de uso civil sin la debida autorización -luego de
la sanción de la ley n° 25.886- constituye un delito, previsto en el art. 189 bis,
inc. 2°, primer párrafo, del CP, punible con pena privativa de la libertad (de 6
meses a 2 años de prisión) y multa. Sin embargo, antes de que entrara en vigor
dicha disposición, la misma conducta se trataba como mera infracción (art.
42 bis, ley n° 20.429) amenazada con una pena correccional (alcanzaba los
90 días de arresto o la imposición de una multa de entre $1.000 a $10.000).
Es más, antes de la vigencia de la hoy derogada ley n° 25.086 -que incorporó
el mencionado art. 42 bis a la ley n° 20.429 y, además, modificó el art. 189 bis,
CP- incluso la portación no autorizada de esa clase de armas se sancionaba a
través del derecho contravencional, con penas que no excedían del arresto por
10 días (art. 39, ley local n° 10). Resulta evidente, a través de esta descripción
básica, que la reacción estatal frente a una misma conducta se modificó seve-
ramente, aspecto que, al mismo tiempo, alteró los límites constitucionales que
deben considerarse al juzgarla. Y continúa diciendo: …las leyes que confor-
man el derecho administrativo sancionador local, y algunas de las disposicio-
nes del Código Contravencional, contienen supuestos en los que la conducta
reprochada resulta, simplemente, una infracción a ciertos deberes impuestos
por el derecho positivo (por ejemplo, aquellas regulaciones que prohíben la
conducción en estado de ebriedad, o el cruce de un semáforo en rojo). Nótese
que la reacción -penal, contravencional o administrativa-, en los casos antes
mencionados, se refiere, únicamente, a la tarea del Estado-administración en
busca de la realización del bienestar común, alejada, por ello, de la protección
de bienes jurídicos portables por alguna persona, y que, por ende, esa reacción
representa tan sólo la consecuencia de una infracción a una norma de derecho
positivo. Reaccionar desmedidamente en estos casos, con una pena del Derecho
penal, fundamentalmente, con la privación de libertad de cierta gravedad, re-
sulta inadecuado constitucionalmente, cuando la Constitución admite deducir
de ella la necesidad de afectación de un bien jurídico (harm principle, CN, 19).
El carácter eminentemente preventivo de aquellos tipos -y la entidad menor de
la sanción aplicable- permite considerar razonable, entonces, la condena con-
travencional o administrativa de algunas conductas que no podrían constituir,
válidamente, objeto de prohibición penal, es decir, siempre y cuando tales con-
denas conduzcan a sanciones razonables, en especial a sanciones sencillamente
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Así voto.
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arma de fuego se verifica con la sola acción de tener el arma sin au-
torización, independientemente de las motivaciones del agente y de
su efectivo empleo. “El hecho de que el arma -apta para disparar- haya
carecido de proyectiles resulta irrelevante, por cuanto este delito, en cuanto a
su estructura típica, es de mera conducta” (CNCas. Penal, Sala II, 17/5/00,
“Wasiluk, Daniel s/Rec. Casación”, causa 2253, reg. 260/00; ídem Sala
IV, 20/12/01, “Rodríguez, Raúl Oscar s/Rec. Casación”, causa 2836).
Como señalé anteriormente, la figura en análisis se trata de
un delito de peligro abstracto, pues, es el legislador quien, en el marco
del principio de legalidad, determina ex ante si una conducta es pe-
ligrosa y con ello prevé la producción del daño a un bien, basándose
en un juicio verosímil, formulado sobre una situación de hecho objeti-
va y de acuerdo con criterios, y normas de experiencia (Conf. C.S.J.N.
9-11-2000, B. 60 XXXV, “Bosano Ernesto Leopoldo, infracción a la ley
23.737, causa 73-B/98”).
En el mismo sentido, señala Buompadre que “…La configura-
ción de estos tipos de delito se basa en la presunción legal de una eventual si-
tuación de peligro, e implica una anticipación de la barrera de protección de los
tipos legales, anterior a la propia situación de peligro al objeto de protección. El
peligro es, pues, mero motivo de la resolución del legislador penal, que configu-
ra el tipo ante la eventualidad de una conducta efectivamente peligrosa para
algún bien jurídico merecedor de la protección legal.” (Buompadre, Jorge,
Derecho Penal, Parte Especial, TII, p. 287/8).
Se ha dicho también que, en el delito de tenencia de arma es
necesario probar el riesgo hacia el bien jurídico, ya que, si bien esto
podría conducir a una conversión de los delitos de peligro abstracto
en delitos de peligro concreto, surge como una de las respuestas más
adecuadas si se quiere respetar principios básicos de Derecho penal
(igualdad, proporcionalidad, culpabilidad). La tenencia sin autoriza-
ción del arma, descargada aunque apta para sus fines, en principio no
excluye la posibilidad del riesgo al bien jurídico “seguridad común”,
ya que distinto es el supuesto donde el artefacto no es apto para sus
fines, donde no hay posibilidad alguna para afectar el bien jurídico.
Un arma descargada, pero de funcionamiento normal, puede menos-
cabar la seguridad común, salvo que concurran especiales supuestos
que conduzcan a considerar que, pese a funcionar, de ninguna ma-
nera puede verse afectado el bien tutelado. Por ello, debe ordenarse el
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PRIMERA CUESTIÓN
Comparto el análisis de admisibilidad que realizan mis cole-
gas, debiendo admitirse formalmente el presente recurso.
SEGUNDA CUESTIÓN
Respecto al fondo de la cuestión, comparto lo expuesto por
la Dra. Silvina Manes en su voto en donde postula la atipicidad de la
conducta.
Mi opinión es coincidente con aquél sector de la doctrina y ju-
risprudencia que entiende que el arma de fuego carente de proyectiles
en su interior, descargada, resulta una conducta atípica por no confi-
gurar una acción que sobrepase el umbral mínimo de afectación de al-
gún bien jurídico. Así lo impone el principio de lesividad. Es la posición
en la que se ha enrolado también el Dr. Sáez Capel, en sus disidencias
en la causa nº 21835-00-CC/08 “Salazar Torres, Paul Giancarlo s/ inf.
art. 189 bis CP- Tenencia de arma de fuego- Apelación” y en la causa nº
1792-CC-00/2006 “Aldao Mauricio Ángel s/ inf. art. 189 bis CP”-rta. el
2/3/2007, de los registros de la Sala I.
Si bien la forma del objeto se corresponde con un arma de fue-
go lo cierto es que no posee las características relevantes para ser con-
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RESULTA:
1) Llegan las presentes actuaciones a esta alzada con motivo del
recurso de apelación interpuesto a fs. 84/88 vta. por la Dra. Marcela Millán,
titular de la Defensoría Oficial Nº 8, contra la resolución obrante a fs. 80/83
vta., mediante la cual el juez a quo no hizo lugar al planteo de excepción por
atipicidad de la conducta enrostrada a María José Cori Jurado.
Visto el dictamen del Sr. fiscal de cámara a fs. 93/97, y la pre-
sentación de la defensa a fs. 99/100 vta., pasen los autos a resolver.
Y CONSIDERANDO:
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el Tribunal,
Resuelve:
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En la Ciudad de Buenos Aires, a los 14 días del mes de marzo del año
2012, se reúnen en acuerdo los Jueces integrantes de la sala II de la
Cámara de Apelaciones en lo Contravencional y de Faltas, Dres.
Fernando Bosch, Pablo Bacigalupo y la Dra. Silvina Manes (conf.
Acordada 6/2011), para resolver la presente causa.
Y VISTOS:
El 7 de septiembre de 2011 el juez interinamente a cargo del
Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº 28 , Dr. Gonzalo S.
Rua, resolvió en lo que aquí interesa, rechazar las solicitudes de decla-
rar la inimputabilidad de C. A. M. formulada por la defensa a fs. 49 y 79
y de archivo de las actuaciones por vencimiento del plazo de la inves-
tigación preparatoria planteado por el asesor tutelar a fs. 77/78 y por
aquélla parte a fs. 80 (ver fs. 85/87, puntos II y III, respectivamente).
Contra dicho decisorio presentaron sendos recursos de apela-
ción el asesor tutelar, Dr. C. Bigalli (fs. 101/106) y la Defensora oficial,
Dra. Sandra Donnini (fs. 107/111).
Los accionantes argumentaron que la conducta endilgada al jo-
ven M. –que contaba con 16 años al momento del hecho– es la de tenen-
cia ilegítima de arma de fuego de uso civil, cuya escala penal conforme
el inc. 2º del art. 189 bis oscila entre los 6(seis) meses a dos (2) años de
prisión y multa de mil pesos ($1.000) a diez mil pesos ($10.000), por lo
que tal situación habilitaría la aplicación del art. 1º de la Ley 22278 ref.
ley 22.803 que exime de pena a los menores comprendidos entre los
dieciséis y dieciocho años de edad cuando cometen delitos de acción
privada o pública reprimidos con pena no privativa de libertad que no
exceda de dos años, con multa o inhabilitación. La construcción efec-
tuada reposa precisamente en la calificación legal pretendida, basada
en considerar errónea la subsunción de los hechos efectuada por el fis-
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CONSIDERANDO:
I.- Ante todo corresponde señalar que no aparecen atinadas
las consideraciones efectuadas por la Sra. Fiscal de Cámara en cuanto
a que corresponde declarar la falta de legitimación activa del asesor tu-
telar para intervenir en esta clase de proceso, ya que de una lectura ar-
mónica de los artículos 39 de la Constitución de la Ciudad de la CABA
y el artículo 40 de la Ley 2451 surge que habiéndose reconocido a los
niños, niñas y adolescentes como sujetos activos de sus derechos se les
debe garantizar la protección integral por medio de la participación de
los organismos competentes. En el caso, la asesoría tutelar es la encar-
gada de velar por el efectivo ejercicio de los derechos y garantías que
le asisten a toda persona menor de dieciocho años. En razón de ello y
atento a que de las constancias del legajo se advierte claramente que el
joven C. A. M. reviste el rol de imputado en la causa (conforme surge
de fs. 40, 42/43 y 71/75) el Asesor Tutelar cuenta con legitimación activa
para intervenir en las presentes actuaciones.
Por otro lado, los recursos resultan formalmente admisibles,
puesto que fueron interpuestos en tiempo oportuno, ante el juez que
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el Tribunal,
Resuelve:
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Magistrados:
Dr. Fernando Bosch; Dr. Pablo Bacigalupo; Dra. Silvina Manes.
Número Fallo:
16157
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ción y secuestro, del informe médico legal, del croquis del lugar del he-
cho y del informe de la División Armas y Agencia de la P.F.A.
c) Ahora bien, la normativa vigente –art. 170 CPPCABA- sólo
admite restringir la libertad ambulatoria por peligro de fuga “cuando
la objetiva valoración de las circunstancias del caso, los antecedentes y circuns-
tancias personales del/la imputado/a permitan sospechar fundadamente que
intentará substraerse a las obligaciones procesales”. Para determinarlo, re-
mite a la consideración del arraigo, la magnitud de la pena a imponer y
el comportamiento del imputado durante el proceso o en otro proceso.
Ningún temperamento que se adopte podrá fundarse en cues-
tiones meramente dogmáticas. Las circunstancias de la causa deben
ser determinantes de la resolución a adoptar.
Entonces, a este respecto, surge de autos que Firma Paz vive
donde indica (cfr. fs. 23), así como también que al momento de su de-
tención no ha intentado evadirse (cfr. fs. 1/2).
Respecto a la magnitud de pena que podría llegar a im-
ponerse en el caso, cabe recordar que se tendrá en cuenta especial-
mente la escala penal correspondiente al delito o concurso de aque-
llos atribuidos que tuviese una pena máxima superior a los 8 años
de privación de libertad y se estimase fundadamente que en caso de
condena no procederá la condicionalidad (inc. 2 del art. 170 citado).
En ese orden de ideas, debo destacar que el imputado registra
como antecedentes (ver fs. 35/38) una condena de tres años y cuatro
meses de prisión, accesorias legales y costas, por considerarlo coautor
penalmente responsable del delito de robo en concurso real con el de-
lito de robo agravado por el uso de armas de fuego, ambos en grado de
tentativa, en concurso material este último con el delito de portación
de arma de uso civil sin la debida autorización legal en concurso ideal
con encubrimiento agravado por ánimo de lucro, estas dos últimas
conductas en carácter de autor -sentencia condenatoria dictada el 28
de octubre de 2009 por el Tribunal Oral de Menores nº II-, la que cadu-
caba a todos sus efectos el 23 de febrero de 2012. El día 12 de mayo de
2011, el Juzgado de Ejecución Penal nº 2, le concedió la libertad condi-
cional a Firma Paz, respecto de la mencionada condena, la que gozaba
al momento de su detención en autos.
Frente a dichas circunstancias, no escapa al suscripto que en
caso de recaer condena en autos, la misma necesariamente será de
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Y VISTOS:
Motiva la intervención de esta Sala, el recurso de apelación
interpuesto a fs. 108/111 por el Sr. Defensor interinamente a cargo de
la Defensoría Oficial Nº 14, Dr. Sergio Julián Pistone, contra el pro-
nunciamiento de la Titular del Juzgado en lo Penal, Contravencional
y de Faltas Nº 16, Dra. Claudia Amanda Alvaro, obrante a fs. 106/107
mediante el cual resolvió, en lo que aquí interesa, rechazar el planteo
de excepción por manifiesto defecto en la pretensión por atipicidad.
De la lectura del remedio intentado surge que el agravio cen-
tral radica en cuestionar la tipicidad del comportamiento reprochado
a su asistido a la luz de los requisitos objetivos del tipo acuñado en el
art. 189 bis inc. 2 primer párrafo del CP, dado que la pistola semiauto-
mática marca Bersa, calibre .22 secuestrada carecía de estuche carga-
dor y en consecuencia no podía ser utilizada para producir disparos.
Por tal razón, la defensa considera que la conducta resulta atípica, por
cuanto el “arma” que llevaba consigo Figueiredo, pese a resultar apta
para el disparo y de funcionamiento normal, no podía cumplir con sus
fines específicos por hallarse descargada. En consecuencia, entiende
que no se ha afectado el bien jurídico protegido por la norma men-
cionada –seguridad pública– en razón de que no se advierte cuál es el
peligro al que presumiblemente se expuso la vida o integridad física de
las personas o bienes. En consecuencia solicitó la revocación de la de-
cisión de la Magistrada de grado en cuanto rechazó la excepción plan-
teada. Formuló reservas de recurrir ante el TSJ y la CSJN (fs.108/111).
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CONSIDERANDO:
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colección jurisprudencia
1. Conf. causa nº 1792-00-CC/2006 carat. “Aldao, Mauricio Ángel s/ inf. art. 189 bis C.P.-
Apelación”, rta. el 14-03-2006, del registro de la Sala II.
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colección jurisprudencia
5. Conf. CNCrim. y Correcc. Sala IV, causa carat. “Piñeiro Pérez, Gustavo R.”, rta. el
05/09/06.
6. Conf. CNCrim. y Correcc., Sala IV, causa carat. “Castronuovo, Jorge”, rta. el 02/03/01.
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tenencia y portación de arma de fuego
PRIMERA CUESTIóN
En este punto, coincido con el voto de mi colega. Considero
que el recurso de apelación presentado por la defensa resulta admisi-
ble en tanto la decisión que rechaza una excepción ha sido declarada
expresamente apelable conforme el art. 198 del CPP.
SEGUNDA CUESTIóN
I. Atipicidad
Los agravios expuestos por el recurrente se basan en el planteo
de atipicidad de la conducta imputada debido a que el arma que lle-
vaba Figueiredo se hallaba descargada y, por tal motivo, no resultaba
idónea para atentar contra la seguridad pública, bien jurídico tutelado
por el art. 189 del CP.
Al respecto, mi opinión es coincidente con aquél sector de la
doctrina y jurisprudencia que entiende que el arma de fuego carente
de proyectiles en su interior, descargada, resulta una conducta atípi-
ca por no configurar una acción que sobrepase el umbral mínimo de
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colección jurisprudencia
II. Concurso
La Sra. Patricia Cabral denunció que, producto de una discusión
con Gustavo Figueiredo, éste comenzó a referirle “Si vos me dejas te mato”
y tomó un bolsa que contenía en el interior un arma de fuego refiriéndole
nuevamente “Yo te voy a matar. Te voy a dejar tirada en la puerta de tu
casa y le voy a tocar timbre en la puerta de tu casa” (ver fs. 4). Tal como
han sido descriptos los hechos nos encontramos en presencia de un solo
hecho o única conducta, que en virtud de sus elementos integrantes, recae
sobre dos tipos penales, por un lado el art. 89 CP y por el otro el art. 149 bis
-lesiones y amenazas respectivamente-.
Al respecto, conforme se ha advertido en un caso similar al
presente (Sala I, Causa nro. 24887-01-CC/10 “Legajo de Juicio en autos
LIENDO, Víctor Daniel José s/inf. art. 149 bis CP”, rto. el 25 de octubre
de 2011) a fin de dar una solución al problema relativo a cuándo ocurre
un hecho y cuándo varios, hay que descartar la posibilidad de aten-
der exclusivamente a datos naturalísticos, pues se trata de cuestiones
eminentemente valorativas, en el sentido que de depende de una de-
terminada ponderación según la cual varios movimientos musculares
deben contemplarse como formando una unidad. Si bien en este juicio
la prohibición típica cumple la función relevante, operando como una
planilla que recorta un determinado fragmento de actividad humana
y permite considerarla constitutiva de una unidad de hecho, en oca-
siones, ella no resulta una variable suficiente para resolver el proble-
ma en cuestión sino que se hace necesario preguntarse acerca del fin
perseguido por el autor con su conducta. Así cuando, como ocurre en
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colección jurisprudencia
Magistrados:
Dr. Fernando Bosch; Dra. Elizabeth Marum; Dr. Sergio Delgado.
NÚMERO FALLO:
16440
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///n la Ciudad de Buenos Aires, al primer día del mes de junio del año
2012, se reúnen los miembros de la Sala I de la Cámara de Apelaciones
en lo Penal, Contravencional y de Faltas, a efectos de resolver el recur-
so de apelación interpuesto por el Defensor Oficial a fs. 13/18, contra la
decisión de la Juez de grado de fecha 16/03/2012, del que,
RESULTA:
I.- Que a fs. 9/12 vta. obra el acta de audiencia celebrada en los
términos del art. 197 CPPCABA al cabo de la cual la titular del Juzgado
Penal, Contravencional y de Faltas Nº 31, resuelve rechazar la excep-
ción de manifiesto defecto en la pretensión por atipicidad planteada
por la defensa de Jofre.
En tales circunstancias, la Dra. Millán plantea en primer lugar
que la excepción por manifiesto defecto en la pretensión por atipicidad
es de carácter perentorio ya que su fundamento reside, precisamente,
en que media un obstáculo insalvable que impide la continuación del
proceso y que, de corroborarse, traería necesariamente aparejado el
dictado de una resolución que pusiera fin a la situación de incertidum-
bre que genera su sustanciación.
Refiere que de la simple lectura del expediente se desprende
claramente la falta de tipicidad de la conducta reprochada a su asistido
toda vez que el arma estaba descargada, tal como surge tanto del acta
de audiencia del art. 161 CPPCABA, como del requerimiento de eleva-
ción a juicio.
Que el revólver, al no tener ninguna munición, no reviste la
calidad de elemento típico de la figura en cuestión, es decir no tiene
capacidad para afectar la seguridad publica, bien jurídico protegido
por la norma.
Señala además que la represión se justifica por ser la tenencia
de armas un delito de peligro abstracto, en cuyo caso lo determinante
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colección jurisprudencia
PRIMERA CUESTIÓN
En primer lugar, cabe expresar que el recurso ha sido inter-
puesto contra un auto que resuelve una excepción, declarado expre-
samente apelable conforme lo dispone el art. 198 del CPP, y reúne las
condiciones formales legalmente exigidas por dicha norma en cuanto
a la forma y el plazo para su presentación, por lo que ninguna duda
cabe acerca de su procedencia.
SEGUNDA CUESTIÓN
Admitido el recurso cabe adentrarse en los agravios esgrimidos
por la Defensa Oficial en el remedio procesal intentado los que se centran
en la cuestión relativa a determinar si la tenencia de un arma de fuego
descargada configura el delito previsto y reprimido en el art 189 bis CP.
Al respecto, la norma cuya aplicación pretende la impugnante
es la prevista en el inciso c) del art. 195 CPP que establece que se puede
interponer ante el Juez, durante la investigación, la excepción fundada
en el manifiesto defecto en la pretensión por atipicidad respecto de la
conducta descripta en el requerimiento de juicio.
Es criterio de este Tribunal que, a fin de que resulte proceden-
te la excepción de “manifiesto defecto en la pretensión por atipicidad”
(art. 195 inc. c CPP) en esta instancia del proceso, resulta necesario que
la atipicidad de la imputación aparezca manifiesta (Causas Nº 24011-
01-CC/2008 “Incidente de Apelación en autos Galván, Stella Gladys s/
inf. art(s). 181 inc. 1 Usurpación (Despojo) CP ”, rta. el 12/11/08; Nº 6300-
00-CC/2010 “García, José Rogelio s/infr. art. 149 bis CP- Apelación”, rta.
el 17/12/10; entre muchas otras).
Aclarado ello, cabe adelantar que no coincidimos con la
Defensa en cuanto a que la tenencia de un arma de fuego de uso civil
secuestrada sin proyectiles no alcanza para configurar los elementos
requeridos en el injusto previsto y reprimido en el art. 189 bis inc. 2º
párrafo 1º CP. Ello en razón de que consideramos que si un arma es
apta para el disparo, conserva entonces la naturaleza propia que la ca-
racteriza como tal, desde el momento de su creación como fabricación
humana (conf. Causa Nº 088-00-CC/2006 “Fast Wouterlood, Federico
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tenencia y portación de arma de fuego
1. Conf. causa nº 1792-00-CC/2006 carat. “Aldao, Mauricio Ángel s/ inf. art. 189 bis C.P.-
Apelación”, rta. el 14/03/06, del registro de la Sala II.
2. CNCrim. y Correc., Sala VI, causa nº 23.469, carat. “Núñez Ortiz, Juan Miguel”, rta.
el 16/05/05.
251
colección jurisprudencia
el Tribunal,
Resuelve:
3. Conf. CNCP, Sala I, causa carat. “Roldán, Gustavo”, rta. el 23/04/02 y Sala IV, causa
carat. “Rodríguez, Raúl Oscar”, rta. el 20/12/01 y TCPPBA, Sala II, causa carat. “Mieres,
J. R.”, rta. el 05/09/02.
4. Corte Suprema de Justicia de la Nación, Competencia Mº 1082. XLI “Álvarez García,
Gustavo Gonzalo s/ portación de arma de uso civil”, Fallos 329:1324, del 18/04/06 .
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tenencia y portación de arma de fuego
Y VISTOS:
Motiva la intervención de esta Sala, el recurso de apelación in-
terpuesto a fs. 84/88 por la Sra. Defensora a cargo de la Defensoría Oficial
Nº 6, Dra. Marcela María Paz, contra el punto I del pronunciamiento del
Titular del Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº 28 -Dr.
Norberto Luis Circo-, obrante a fs. 78/83 mediante el cual resolvió, en lo
que aquí interesa, no hacer lugar a la excepción de manifiesto defecto en
la pretensión por atipicidad interpuesta por la Defensa.
De la lectura del remedio intentado surge que el agravio cen-
tral radicó en cuestionar la tipicidad del comportamiento reprochado
a su asistida a la luz de los requisitos objetivos del tipo acuñado en el
art. 189 bis inc. 2 primer párrafo del CP, dado que la pistola semiauto-
mática secuestrada no sólo se encontraba descargada sino que a su vez
su representada no tenía proyectiles a su alcance y en consecuencia
el arma no podía ser utilizada para producir disparos. Por tal razón,
la defensa consideró que la conducta resultaba atípica, por cuanto la
pistola que llevaba Arevalos Benitez, no podía cumplir con sus fines
específicos por no hallarse cargada con municiones. En consecuen-
cia, entendió que no se había afectado el bien jurídico protegido por la
norma mencionada -seguridad pública- en razón de que no se advertía
cuál era el peligro al que presumiblemente se expuso la vida o integri-
dad física de las personas o bienes. Solicitó la revocación de la decisión
del Magistrado de grado en cuanto rechazó la excepción planteada.
Formuló reservas de recurrir ante el T.S.J. y la CSJN (fs.84/88).
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colección jurisprudencia
CONSIDERANDO:
I. En cuanto a la admisibilidad de la vía recursiva intentada, se
han cumplido en el caso los recaudos subjetivos y objetivos que habi-
litan su procedencia, pues la apelante cuenta con legitimidad para su
deducción, presentó su escrito en tiempo y forma y el auto contra el
cual se dirige es expresamente apelable (arts. 198 y 279 CPP).
II a) En relación a la formación de incidente propuesta por la
Fiscal de Cámara no se observa la conveniencia de tal pedido pues en
definitiva la investigación ha concluido, ya que la causa fue requerida
a juicio, ofrecida la prueba por las partes y proveída por la A-Quo, dis-
poniéndose la formación del legajo de juicio.
II b) Respecto de la cuestión de fondo, es necesario enunciar
previamente la cronología de los actos procesales pertinentes practi-
cados en el presente legajo para posteriormente abocarnos al análisis
de la decisión del Magistrado a fin de constatar el acierto o desacierto
de aquélla.
De las constancias de autos surge que se le imputa a Feliciana
Arevalos Benitez, el haber tenido, en un lugar público, un arma de fue-
go de uso civil, específicamente la pistola semiautomática marca “TE
PIKERTON”, calibre 6.35 mm, sin municiones en su cargador y la reca-
mara, sin numeración a la vista, de dimensiones 11 cm de largo, por 8
cm de alto y 1.5 cm de ancho, sin la debida autorización legal para ello
(ver requerimiento de elevación a juicio de fs. 66/71).
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el Tribunal,
Resuelve:
Magistrados:
Dr. Fernando Bosch; Dra. Marcela De Langhe.
NÚMERO FALLO:
17151
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Y VISTOS:
Motiva la intervención de esta Sala, el recurso de apelación
interpuesto a fs. 256/265 por la Sra. Defensora Oficial, Dr. Gabriela
Marquiegui Mc Loughlin, contra el pronunciamiento del Titular del
Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº 23, Dr. Norberto
Luis Circo, obrante a fs. 250/254 mediante el cual resolvió no hacer lu-
gar al planteo de excepción por manifiesto defecto en la pretensión
por atipicidad prevista en el artículo 195 inc. “c” del C.P.P.C.A.B.A.
De la lectura del remedio intentado surge que el agravio cen-
tral radica en cuestionar la tipicidad del comportamiento reprochado
a sus asistidos a la luz de los requisitos objetivos del tipo acuñado en
el art. 189 bis inc. 2, tercer párrafo del CP, expresando que la portación
de arma de fuego no es susceptible de ser compartida, pues requiere
llevarla corporalmente y en condiciones inmediatas de uso, siendo que
en el caso resulta materialmente imposible que ambos imputados ha-
yan contado con la posibilidad de portar simultáneamente las armas
secuestradas. A ello adiciona que el revólver calibre .32 marca Pasper
modelo Tango con numeración 14825 de color plateado secuestrado
carecía de proyectiles y en consecuencia no podía ser utilizado para
producir disparos. Por tal razón, la defensa considera que la conduc-
ta resulta atípica, por cuanto el “arma” que, según el Fiscal llevaban
consigo los imputados, pese a resultar apta para el disparo y de fun-
cionamiento normal, no podía cumplir con sus fines específicos por
hallarse descargada. En consecuencia, entiende que no se ha afecta-
do el bien jurídico protegido por la norma mencionada –seguridad
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CONSIDERANDO:
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1. Conf. causa nº 1792-00-CC/2006 carat. “Aldao, Mauricio Ángel s/ inf. art. 189 bis C.P.-
Apelación”, rta. el 14-03-2006, del registro de la Sala II.
2. CNCrim. y Correc., Sala VI, causa nº 23.469, carat. “Núñez Ortiz, Juan Miguel”, rta.
el 16-05-2005.
3. Conf. CNCP Sala I, causa carat. “Roldán, Gustavo”, rta. el 23/04/02 y Sala IV causa
carat. “Rodríguez, Raúl Oscar”, rta. el 20/12/01 y TCPPBA, Sala II causa carat. “Mieres,
J. R.”, rta. el 05/09/02.
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colección jurisprudencia
RESULTA
I.- El hecho imputado en los presentes actuados fue descripto
como acaecido el día 31 de agosto de 2011, a las 17:30 hs aproximada-
mente, oportunidad en la cual los Sres.
Maximiliano Nicolás Basualdo y Adrián Ezequiel Antivero fue-
ron advertidos por el cabo 1º Oscar García, mientras merodeaban el
frente de un salón de belleza en la calle Ayacucho, en su intersección
con la calle Pacheco de Melo de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Al intentar proceder al reconocimiento de los imputados, estos habrían
actuado sobresaltados, momento en el cual Antivero habría empujado al
cabo García, dándose a la fuga junto con Basualdo. Momentos después,
éste último fue alcanzado por el cabo 1º García quien logra reducirlo,
mientras que Adrián Antivero resultó detenido por el suboficial Niz en
la calle Uriburu, más precisamente a la altura catastral 1695.
II.- Que a fs. 178/180 obra el acta en donde se pone en conoci-
miento de Adrián Ezequiel Antivero el hecho imputado y los elemen-
tos prueba existentes. En dicha oportunidad, se atribuyó al nombrado
el haber portado, conjuntamente con Maximiliano Nicolás Basualdo,
en un lugar público y con disponibilidad inmediata, dos armas de fue-
go sin autorización legal. El imputado hizo uso de su derecho de no
prestar declaración alguna al respecto.
III.- Que a fs. 205/218 el fiscal Iván Coleff solicita, en conformi-
dad con los arts. 206, 209, 210 y 213 del CPPCABA, se tenga por presen-
tado el requerimiento de elevación a juicio de los presentes actuados,
calificando el hecho previamente imputado como portación de arma
de fuego de uso civil sin la debida autorización, delito previsto en el
art. 189 bis, inciso 2º, párrafo 3º del Código Penal de la Nación.
IV.- Que a fs 250/252 se advierte que tuvo lugar la audiencia pre-
vista en el art. 197 del C.P.P.C.A.B.A. solicitada a instancias la defensa
oficial, en donde se planteó la excepción prevista en el art. 195, inc. “c”,
del código procesal local, ofreciendo pruebas y refiriendo que la califi-
cación legal escogida por el fiscal resulta inadmisible. Explicó que, se-
gún palabras del fiscal, el imputado Antivero habría desenfundado un
arma descargada, en tanto que Basualdo habría dejado caer un revolver
cargado. En esta línea, expresó que cada conducta puede ser imputada
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colección jurisprudencia
PRIMERA CUESTIóN
El recurso interpuesto ha sido presentado por quien se encuen-
tra legitimado para hacerlo, en tiempo y forma, y contra la resolución
cuya apelación esta expresamente establecida en el art. 198 del CPP.
SEGUNDA CUESTIóN
La defensora se agravia ante el rechazo de la excepción de ati-
picidad por entender que la conducta desplegada por sus asistidos no
se adecua a la acción típica prevista en el art. 181 del CP, ya que en el re-
querimiento de juicio el fiscal ha imputado a los Sres. Adrián Ezequiel
Antivero y Maximiliano Nicolás Basualdo el haber portado conjunta-
mente, en un lugar público y con disponibilidad inmediata, dos armas
de fuego, sin la autorización legal para ello.
Al respecto, cabe advertir que la excepción planteada en virtud
del art. 195 inc. c) del CPP requiere que la atipicidad de la conducta se
configure de forma manifiesta. Desde mi punto de vista, la defensa ha
planteado una cuestión de puro derecho en tanto se trata de determi-
nar si es posible imputar la acción de portar elementos identificados
como armas de fuego, en forma compartida, a los imputados en autos.
La acción de portar requiere no sólo de proveerse de un arma
en inmediatas condiciones de uso, sino que además exige una relación
corpórea con el objeto ofensivo del que se debe poder disponer. Por
lo tanto, como he dicho en otras oportunidades, resulta imposible la
configuración del tipo de portación de un arma de manera comparti-
da (expte. Nro. 52964-00-00/09 “Tassistro, Lautaro Fabricio y otros s/
Inf. Art. 189 bis CP”, rta. el 6/9/11, entre otras), en tanto el autor debe
ostentar el dominio del hecho, lo que sólo puede suceder si existe una
relación inmediata entre el objeto y el agente.
Al respecto, la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en
lo Crim. y Correc. ha expresado “…la portación compartida del arma
secuestrada es incorrecta, dado que la misma naturaleza del concepto
de portación es contrario a la posibilidad de que dicha acción sea com-
partida, y la portación de armas supone más que una mera tenencia,
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RESULTA:
I.- Que en estas actuaciones se ha imputado a D. G. R. y a M. D. V.
el hecho que habría acaecido el 24 de marzo de 2012 en la calle A. al **** de
esta ciudad, que consistió en la portación de un revolver calibre 32, marca
rubí, número 37371, con cachas color marrón (fs. 66/68).
A fs. 116/118 obra el requerimiento de juicio presentado por el
fiscal, en el que califica la conducta descripta como constitutiva del de-
lito de portación de arma de fuego de uso civil, sin la debida autoriza-
ción legal (art. 189 del CP) imputando a R. y V. en calidad de coautores.
II. El Sr. defensor interpuso las excepciones de falta de acción
y de cosa juzgada. Afirmó que el requerimiento de elevación a juicio
resulta extemporáneo ya que, al ser D. G. R. menor de edad (fs. 121/122
vta.) debe aplicarse el plazo de 15 días previsto en el art. 47 del RPJ.
Asimismo, planteó que este tribunal ya se había expedido en las actua-
ciones el 18 de abril de 2012, oportunidad en que analizó la atipicidad
de la conducta reprochada. Por tal motivo, consideró que continuar
con el trámite vulnera el principio de ne bis in idem ya que la resolución
ha pasado con autoridad de cosa juzgada.
III. A fs. 127 y vta. el Sr. asesor tutelar solicitó la nulidad de la
prórroga que fuera otorgada al fiscal que realizó la instrucción ya que
consideró que es una decisión exclusivamente jurisdiccional y no pue-
de ser otorgada por el Fiscal de cámara. Atento a haber transcurrido el
plazo previsto en el art. 47 del RPJ, solicita el sobreseimiento del menor
D. G. R.
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ser compartida, pues si bien la primera sólo implica contar con la po-
sibilidad de disponer de tal objeto, la segunda requiere llevarla corpo-
ralmente y en condicional inmediatas de uso” (Sala VI, causa nº19166
“Cela Días, Rául Claver”, rta. el 19/7/20002). Asimismo, se ha sosteni-
do que “la portación compartida del arma secuestrada es incorrecta,
dado que la misma naturaleza del concepto de portación es contrario
a la posibilidad de que dicha acción sea compartida, y la portación de
armas supone más que una mera tenencia, toda vez que implica llevar
un arma en un lugar público en condiciones de uso. La portación de un
arma de fuego requiere, para su configuración, que el causante lleve
sobre sí tal objeto, en un lugar público y en condiciones de uso” (Cám.
Crim y Correc., Sala I, causa nº 19.394 “Zotarez, Geraldine y otra” -voto
del Dr. Donna-, rta. el 14/2/2003).
Tal resolución no fue discutida por el Ministerio Público Fiscal
y, por lo tanto, ha consentido el análisis de atipicidad efectuado por
este tribunal otorgándose a tal decisión el carácter de cosa juzgada. En
efecto, correspondía que la sra. juez, más allá de su opinión personal,
acatando el criterio sentado por el superior, dispusiera el inmediato
sobreseimiento del imputado V., toda vez que la continuación del trá-
mite en este marco vulnera la garantía del ne bis in idem.
Atento al análisis efectuado y toda vez que la conducta impu-
tada resulta atípica de modo manifiesto, corresponde sobreseer a M.
D. V. en relación al hecho imputado en autos.
Corresponde, asimismo, analizar el planteo efectuado por la
defensa en torno a la extemporaneidad del requerimiento de elevación
a juicio del imputado R., a la luz de lo normado por el art. 47 del RPJ.
Al respecto, dicha norma prevé “…En caso de flagrancia el plazo
de la investigación preparatoria será reducido a quince (15) días, prorro-
gable hasta por quince (15) días más en los mismos términos que en el
párrafo anterior….el imputado podrá cuestionar las prórrogas ante el juez
solicitando se fije un plazo razonable para que se clausure la investigación
preparatoria, que no podrá exceder los previstos precedentemente…”
Toda vez que se ha facultado al imputado a fin de que inste
el control jurisdiccional de las prórrogas otorgadas, se infiere que el
fiscal de cámara puede otorgar las mismas, por lo que el planteo efec-
tuado al respecto por la defensa no resulta admisible.
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Así lo voto.
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Así voto.
Magistrados:
Dr. Fernando Bosch; Dr. Sergio Delgado; Dra. Silvina Manes.
Número Fallo:
18114
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///nos Aires, a los 21 días del mes de diciembre de 2011, se reúnen los
integrantes de esta Sala I de la Cámara Penal, Contravencional y de
Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los efectos de resol-
ver el recurso de apelación interpuesto por la Sra. Defensora Oficial, a
fs. 178/184 de la presente, de la que:
RESULTA:
I.- Que se inician estas actuaciones el día 18 de noviembre de
2010, en circunstancias en las que fueran detenidos José Daniel Cuellar
y Tito Mariano Zotar, por la presunta comisión del delito previsto en el
art. 189 bis CP, secuestrándose en dicho acto un revólver calibre 32 lar-
go, con la inscripción “CORZO”, con cachas de madera y numeración
265.320; asimismo, su tambor poseía dos (2) vainas servidas. A fs. 1/87,
obran las actuaciones policiales, informes del Patronato de Liberados,
acta de secuestro, declaraciones testimoniales efectuadas en sede po-
licial y los restantes informes.
II.- Que a fs. 89/90 el Juez de Instrucción, Dr. Guillermo A.
Carvajal, resuelve sobreseer parcialmente a José Leonel Cuellar y Tito
Mariano Alfredo Zotar y declarar la incompetencia en razón de la ma-
teria para seguir interviniendo en la presente y remitir la causa a la
Cámara de Apelaciones PCyF a fin de que desinsacule el juzgado de ese
fuero que deberá continuar con la investigación, en orden al delito de
tenencia de arma de uso civil (art. 189 bis, inc. 2, primer párrafo del CP).
III.- Que a fs. 99/102 obra el informe pericial del arma donde
se concluye que al momento del examen el revólver es “apto para el tiro
pero de funcionamiento anormal”.
IV.- Que a fs. 114/115 obra copia del acta de audiencia en los
términos de art. 161 del CPPCABA, en la Unidad Fiscal Sudeste, Equipo
Fiscal F. Se le informó al imputado que el delito que se le atribuye re-
sulta el cometido el 18/11/2010 a las 11.20 hs. aproximadamente en la
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calle Matheu altura 1156 de esta Ciudad, por cuanto llevaba en su cin-
tura una revólver calibre 32 largo con inscripción Corzo, numeración
265320, con dos vainas servidas en su tambor sin autorización legal.
Oportunidad en que el encartado se negó a declarar.
V.- Que a fs. 120/122 vta. la fiscal interviniente, Dra. Claudia
Barcia, formula requerimiento de elevación a juicio en orden al deli-
to de tenencia de arma de fuego y solicita que de conformidad con el
art. 209 del CPPCABA se le de traslado a la Defensa y se fije audiencia
a efectos de dictaminar sobre la admisibilidad procesal de la prueba
ofrecida, conforme el art. 210 del CPPCABA. A fs. 125/129 la Defensa
contesta el traslado, y señala que, conforme al informe pericial, el
arma en cuestión se encontraba descargada al momento del hecho,
pues poseía en su interior dos vainas servidas percutadas, planteando
la nulidad de la pericia y la atipicidad de la conducta.
VI.- Que a fs. 134/136 obra el acta de la audiencia en los térmi-
nos del art. 210 del CPPCABA en la cual la Magistrada, la Dra. Claudia
Amanda Alvaro, resolvió: I) rechazar el planteo de nulidad interpuesto
por la Defensa; II) hacer lugar a la incorporación para el juicio oral de
la prueba testimonial, documental, informativa e instrumental; III) no
hacer lugar a la oposición solicitada por la Defensa.
VII.- Que contra lo decidido por la Magistrada, la Sra.
Defensora interina interpuso recurso de apelación (fs. 145/156), resuel-
to por esta Sala a fs 160/161, disponiéndose : I) rechazar in limine el re-
curso de apelación dirigido contra la decisión que dispuso llevar a cabo
la audiencia del art. 210 del CPPCABA y contra la que rechazó el plan-
teo de nulidad de la pericia: II) declarar la nulidad de la decisión de la
Magistrada que resolvió tener por desistida la excepción incoada por
la Defensa y disponer que se lleve a cabo la audiencia en los términos
del art. 197 de la CPPCABA; remitir la presente a la Secretaría General
de esta Cámara a fin de que recaratule de acuerdo a lo consignado.
VIII.- Que a fs. 176/177 obra copia del acta de la audiencia en los
términos del art. 210 del CPPCABA en la cual la Magistrada de Grado
resolvió rechazar el planteo de excepción de atipicidad interpuesto por
la Defensa Oficial, por considerar que si una arma es apta para el dis-
paro conserva la naturaleza propia que la caracteriza como tal.
IX.- Que a fs. 178/184, consta el recurso de apelación interpues-
to por la Defensora del imputado, contra la resolución mencionada. Al
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tenencia y portación de arma de fuego
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colección jurisprudencia
cautada no resulta afectada para tal finalidad por cuanto no puede ser
disparada por carecer de proyectiles.
Por todo ello, entiende que corresponde revocar la resolución
de grado y hacer lugar a la excepción por manifiesto defecto en la pre-
tensión por atipicidad de la conducta de su defendido y dictar su so-
breseimiento. Hace reservas de recurrir ante el TSJ y la CSJN.
X.- Que a fs. 190/191 obra el dictamen del Sr. Fiscal de Cámara,
Dr. Walter H. Fernandez, quien considera que debe rechazarse el re-
curso de apelación interpuesto y ordenar la remisión a primera ins-
tancia a fin de que se expida sobre la cuestión de competencia. Señala
que de la causa se desprende que la Magistrada no se expidió respecto
a la declaración de incompetencia postulada por el Juez Nacional de
inmediato a efectuar el decreto de determinación del hecho. Omisión
que considera infranqueable, no sólo porque no existe aceptación de
competencia tácita, sino que el Magistrado local debe expedirse sobre
la competencia atribuida de manera expresa, sumado a que de la lec-
tura del dictamen del Fiscal de Instrucción surge que la conducta que
se le atribuye al Sr. Cuellar es el “haber intentado apoderarse ilegítima-
mente de elementos de valor, mediante la utilización de un arma de
fuego que carecía de aptitud para el disparo”, se le imputa una unidad
delictual y el sobreseimiento y posterior declaración de incompeten-
cia dispuesta por el Juez Nacional escindiría una unidad de acción en
diversas calificaciones. Así, considera que nos encontramos ante un
temperamento liberatorio en sede nacional que podría atrapar la con-
ducta que aquí se pesquisa vulnerándose así la garantía del ne bis in
idem. Por lo que entiende que resulta dirimente que la cuestión relativa
a la competencia sea zanjada previo a debatir otras cuestiones.
XI.- Que a fs. 193/195 el funcionario a cargo de la Defensoría
Oficial nº 3, Dr. Federico Enrique Stolte, contesta la vista oportuna-
mente conferida, mantiene el recurso interpuesto y señala que en caso
de que los Sres. Camaristas compartan la opinión del Fiscal ante esta
Alzada en cuanto afirma que el sobreseimiento dictado por el Juez
Nacional podría abarcar la conducta objeto de la presente causa debe-
rá adoptarse en esta instancia una resolución que ponga fin al proceso.
Por otra parte, respecto del fondo de la cuestión apelada, ma-
nifiesta que el Juez Sergio Delgado sostuvo la atipicidad de la conducta
de tenencia de un arma de fuego descargada por no considerar una
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PRIMERA CUESTIÓN
En primer lugar, cabe expresar que el recurso ha sido inter-
puesto contra un auto que resolvió acerca de una excepción incoada
por la Defensa, declarado expresamente apelable conforme lo dispone
el art. 198 del CPP CABA, y reúne las condiciones formales legalmente
exigidas por dicha norma en cuanto a la forma y el plazo para su pre-
sentación, por lo que ninguna duda cabe acerca de su procedencia.
SEGUNDA CUESTIÓN
I.- Admitido el remedio procesal sub examine, en primer tér-
mino cabe pronunciarse acerca del dictamen del Sr. Fiscal de Cámara,
quien entiende que en el presente caso la Magistrada de Grado no ha-
bría aceptado la competencia para intervenir en las actuaciones. Por lo
que postula el rechazo del recurso de apelación bajo examen y la remi-
sión al Juzgado de origen a fin de que se expida expresamente acerca
de la posibilidad de juzgar al imputado.
En rigor, su planteo aparentemente formal sugiere que po-
dríamos estar en presencia de un supuesto de afectación a la prohibi-
ción de múltiple persecución penal por un mismo hecho.
En efecto, señala que “de la lectura del dictamen del Fiscal de ins-
trucción a fs. 66/67 claramente se extrae que la conducta que se le achaca al
Sr. Cuellar es el haber intentado apoderarse ilegítimamente de elementos de
valor, mediante la utilización de un arma de fuego que carecía de aptitud para
el disparo”, agrega que “se imputa entonces una unidad delictual” y culmina
señalando que “el sobreseimiento y posterior declaración de incompetencia
dispuesta por el Sr. Juez Nacional, escindiría una unidad de acción en diversas
calificaciones” y que con ello se vulneraría la garantía del ne bis in idem.
En principio, cabe señalar que el Sr. Fiscal de Cámara en su dic-
tamen se refiere erróneamente al Sr. Cuellar cuando el aquí imputado
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colección jurisprudencia
por razón de materia, por lo que, al ser ellos distintos, deben ser in-
vestigados ante los jueces competentes, sin verse afectada la prohibi-
ción del ne bis in idem, tal como lo afirma el Fiscal de Cámara. (Causa
nº 56787-01-CC/10, caratulada “Incidente de apelación en autos TEVE,
Carlos Daniel s/infr. art. 149 bis”, rta. el 16/06/2011).
Finalmente, y en cuanto a la pretensión del Sr. Fiscal de
Cámara de que se devuelva la presente al Juez de Primera Instancia,
a los efectos de que el Magistrado se pronuncie expresamente acerca
de la aceptación de la competencia respecto de la tenencia ilegítima
de arma de fuego de uso civil, cabe afirmar que ello no sólo implicaría
una dilación innecesaria del proceso sino que contraria el principio
de economía procesal. Ello, pues cuando por un lado no cabe duda al-
guna respecto a su competencia material para entender en el delito
atribuido al imputado, y por otro, los actos llevados a cabo por su parte
en el presente claramente implican su aceptación. Por otra parte, cabe
destacar que tampoco ha mediado cuestionamiento alguno, en este
punto, por parte de la Defensa.
II.- Ahora bien, aclarado ello, cabe adentrarse en los agravios
esgrimidos por la Defensa en el remedio procesal intentado, los que
podrían sintetizarse en los siguientes: afectación a los principios de
legalidad y lesividad por cuanto la Magistrada al resolver rechazar la
excepción por atipicidad planteada consideró que un arma no deja de
serlo por el hecho de encontrarse descargada. Entiende que la conduc-
ta atribuida a Zotar resulta atípica pues el bien jurídico tutelado (segu-
ridad pública) no fue expuesto a ningún peligro, ello a la luz del princi-
pio de lesividad, el cual procura que la conducta endilgada menoscabe
algún bien jurídico con cierta entidad y, por otra parte, sostiene que el
arma incautada no resulta afectada para la finalidad requerida en vir-
tud de carecer de proyectiles. Así, plantea la atipicidad de la conducta
atento que según surge de los presentes actuados el arma se encontra-
ba descargada.
Es decir, la Defensa cuestiona la tipicidad de la conducta atri-
buida al imputado, atento que según refiere de la prueba colectada se
desprende que el arma se encontraba descargada, razón por la cual no
poseía la aptitud para provocar una afectación al bien jurídico protegi-
do por el art. 189 bis CP, a saber el peligro para la seguridad pública.
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el Tribunal,
Resuelve:
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colección jurisprudencia
los delitos de peligro abstracto (voto del Dr. Donna in re “D’ ALESSANDRO,
Alejandro Marcelo s/ procesamiento”, C. 18.674, CNCRIM Y CORREC
DE LA CAPITAL FEDERAL, Sala I, rta. el 17/07/2002).
Nótese que en sentido material, una acción es antijurídica en
atención al menoscabo del bien jurídico protegido por la correspon-
diente norma. En consecuencia, y si bien la doctrina y jurisprudencia
se haya dividida sobre el particular, entendemos que el arma de fuego
sin municiones en su recámara hallado en poder del imputado, es una
conducta que no contradice el tipo penal bajo estudio toda vez que no
se advierte que el bien jurídico tutelado haya estado expuesto a algún
peligro (conf.: CNCRIM Y CORREC, Sala VI, Bunge Campos y Escobar,
c. 27.404, GONZALEZ, Alan y otros, rta. el 17/11/2005, con citas de fallos
de la CNCRIM Y CORREC, Sala I, c. 15.037, “Rodríguez, Raúl O.”, rta. el
04/04/2001 y c. 19.487, “Alvarado, Ariel D.”, rta. el 03/03/2003).
En mérito a lo expuesto, nos encontramos frente a una con-
ducta que resulta atípica por falta de lesividad y en razón de la cual co-
rresponde sobreseer al imputado y archivar las presentes actuaciones.
Ello es así pues la falta de idoneidad en el objeto referido impide tener
por satisfechos los requisitos del tipo objetivo de la figura en cuestión
y, por ende, se revela como falto de aptitud para provocar una afecta-
ción al bien jurídico protegido por la norma (tipicidad conglobante).
6) Sin necesidad de analizar si asiste razón al a quo, en cuan-
to a que el legajo sólo da cuenta de evidencia con la que el Ministerio
Público Fiscal va a sustentar su hipótesis acusatoria (teoría del caso)
y que el CPPCABA establece la desformalización de la investigación
penal preparatoria, lo cierto es que el secuestro del arma descargada
obrante a fs.3/4 es una prueba definitiva e irreproducible que no puede
ser soslayada y cuyo contenido no depende, en principio, de los dichos
de los testigos por ser un instrumento público.
7) Atento la conclusión a la que hemos arribado y siendo la de-
claración de inconstitucionalidad de una norma un acto de extrema
gravedad institucional, (CS Fallos 301:962, 1062; 302:457; 314:407 entre
muchos otros),consideramos inoficioso su tratamiento.
8) Por todo ello, corresponde: I. HACER LUGAR al recurso de
apelación interpuesto; II. REVOCAR la resolución recurrida en todo
cuanto fue materia de apelación; III. SOBRESEER a SANDRA BELEN
BAIZA, de las demás condiciones personales obrantes en autos, por
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Así lo votamos.
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protegerse mediante una amenaza penal y de qué manera dicha amenaza debe
expresarse para garantizar una protección suficiente (Fallos 11:405; 191:245;
275:89), y su aplicación, ciertamente, no es facultativa para el juez, ni disponi-
ble para las partes. (Del voto en mayoría de la Dra. Conde)…” (Cfr. fs. 152 y
vta de la resolución puesta en crisis). Por lo que entiendo debe recha-
zarse el planteo de inconstitucionalidad introducido por la defensa.
3) Así las cosas, entiendo que corresponde: I) RECHAZAR
el recurso de apelación interpuesto por la defensa a fs. 154/161. II)
CONFIRMAR el resolutorio cuestionado en cuanto fuera materia de
apelación y III) TENER PRESENTES las reservas efectuadas.
Por lo expuesto,
el Tribunal,
Resuelve:
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colección jurisprudencia
RESULTA:
1) Que a fs. 1/2 obra la declaración del Subinspector Julio
Ricardo Suárez Kieffer, quien relató que el día 28 de febrero del co-
rriente año, mientras recorría el radio jurisdiccional en misión de
seguridad, prevención general de ilícitos y contravenciones, por la
Avenida Lacroze entre Corrientes y Forest de esta Ciudad, observó a un
masculino de joven edad, que caminaba en forma sinuosa, expectante
a toda persona y sus pertenencias, como así también, observaba hacia
el interior de los comercios del lugar y hacia el interior de los automó-
viles estacionados en la vía pública. Debido a ello comenzó a seguirlo
en forma lenta con el patrullero. Que al notar esto el imputado comen-
zó a correr por lo que se persiguió y al dar la voz de alto en reiteradas
ocasiones, no obedeció en ningún momento, tomándose siempre la
cintura en la parte del vientre como si llevase algún tipo de elemento.
Asimismo, el individuo continuó su fuga por la Av. Forest en dirección
a la calle Fraga, intersección en la que pudo ser interceptado, reducido
y asegurado. A fin de resguardar la seguridad del procedimiento, se lo
palpó rápidamente sobre sus ropas, determinándose que tendría entre
las mismas, mas precisamente en la cintura a la altura del vientre, un
arma de fuego, por lo que rápidamente se lo despojó de dicha arma y se
lo esposó. A continuación se solicitó la presencia de dos testigos ante
quienes se labró un acta de estilo por medio de la cual se le dio lectura
a Galarza, de sus derechos y garantías y se procedió al secuestro de un
revólver, para luego trasladar al prevenido a la dependencia policial.
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PRIMERA CUESTIÓN
En primer lugar, es dable mencionar que el remedio procesal
intentado ha sido presentado en legal tiempo y forma, encontrándo-
se el recurrente legitimado para hacerlo conforme los artículos 177 y
279 del CPPCABA. Así las cosas, se encuentra esta instancia habilitada
para adentrarse en el fondo de la cuestión debatida.
SEGUNDA CUESTIÓN
Llegado el momento de resolver, la Sala que integro ha resuel-
to en anteriores oportunidades que las medidas cautelares restrictivas
de la libertad tienen carácter excepcional y que debe recurrirse a ellas
cuando resultan indispensables para asegurar el resultado de la inves-
tigación o la sujeción del imputado al proceso penal. Y que es un punto
de partida indiscutible que repugna al Estado de Derecho anticipar
una pena al imputado durante el procedimiento de persecución pe-
nal (Cafferata Nores, La excarcelación, ed. Lerner, Córdoba – Buenos
Aires, 1977, pág. 24).
En este sentido, la Corte Suprema de Justicia expresó que la
prisión preventiva no debe aplicarse como regla general (art. 9.3 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), dado que se trata
de una medida de naturaleza cautelar, y no punitiva, importando lo
contrario privar de derechos a personas cuya responsabilidad criminal
no ha sido establecida en un proceso, con menoscabo del principio de
inocencia (arts. 8.2, Convención Americana de Derechos Humanos y
9.1, pacto internacional citado, incorporado al art. 75 inc. 22 CN), como
así también que las limitaciones a la libertad que impone el someti-
miento a un proceso penal deben interpretarse en forma restrictiva y
aplicarse solamente para asegurar los fines del proceso, sin que pueda
convertirse en un anticipo de pena (“Alianza Frente para la Unidad s/
oficialización listas de candidatos”, rta. 27/09/01).
Por otro lado, el Alto Tribunal sostuvo que el derecho de gozar
de libertad hasta el momento en que se dicte la sentencia de conde-
na no constituye una salvaguardia contra el arresto, detención o pri-
sión preventiva, medidas cautelares éstas que cuentan con respaldo
constitucional, en tanto la idea de justicia impone que el derecho de la
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disparado. ¿Cuándo? será determinado por la pericia. Pero que era un arma,
no tengo ninguna duda. Y que estuvo en condiciones en algún momento de ser
efectivamente utilizada en forma inmediata, tampoco. Es decir que entiendo en
los elementos de consideración que se han reunido hasta el presente sí permiten
sostener, por ahora al menos y en la medida en que sea corroborado por el re-
sultado de la pericia, que el imputado habría tenido un arma portándola en las
condiciones que la portación exige. Es válido presumir, si no tenía necesidad, si
quería llevar un arma que no pudiera ser utilizada como tal por qué no estaba
descargada por qué tenía vainas servidas, quién las disparó,? Cuándo?. La in-
vestigación debe avanzar en ese sentido, pero en principio también he darle la
derecha a la Fiscalía para que sostenga la posición de la portación”.
Sin embargo, estimo que dicho análisis adolece de un defecto
y esto es que el arma hallada en poder de Galarza estaba descargada,
lo que impide suponer, a esta altura del proceso, que estamos frente
al delito de portación al que se refiere el inc. 2 parr 3º del art. 189 bis
del CP, por cuanto ello importa la acción de disponer en un lugar pú-
blico o de acceso público de un arma cargada o en condiciones de uso
inmediato.
Que al menos en esta etapa provisoria de la investigación, ha
quedado claro a partir del informe pericial obrante a fs. 25/vta. que
el revolver secuestrado sería apto para el disparo y que existían en el
interior de su tambor dos vainas servidas percutadas en su culote, por
lo que, al carecer de municiones aptas para ser disparadas, no puede
afirmarse que estaba en condiciones de uso inmediato (conf. CSJN,
18/4/2006, “Alvarez García, Gustavo Gonzalo”, Fallos 329:1324)
Sentado ello, y respecto a la magnitud de pena que podría
llegar a imponerse en el caso, cabe recordar que se tendrá en cuenta
especialmente la escala penal correspondiente al delito o concurso de
aquellos atribuidos que tuviese una pena máxima superior a los 8 años
de privación de libertad y se estimase fundadamente que en caso de
condena no procederá la condicionalidad (inc. 2 del artículo citado).
En el presente, siendo que nos encontramos hasta el momento, frente
a una simple tenencia de arma de fuego, la pena en abstracto no supe-
raría los dos años de prisión, por lo que en la hipótesis de ser condena-
do correspondería, ante la ausencia de antecedentes condenatorios de
Galarza, que su cumplimiento quede en suspenso.
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el artículo 189 bis, inciso 2º, primer párrafo, que establece que la “sim-
ple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal,
será reprimida con prisión de 6 (SEIS) meses a 2 (DOS) años y multa de MIL
PESOS ($ 1.000.-) a DIEZ MIL PESOS ($ 10.000.-).”
Ello así por cuanto, para que se configure el delito de “tenencia
de arma de fuego”, respecto de cuya pena el fiscal y el a quo analizaron
la pena en expectativa para decretar la prisión preventiva, el imputa-
do debe llevar consigo un arma y en condiciones de uso inmediato;
extremos que no se cumplen si el arma se encontraba descargada al
momento de su secuestro, por lo que no se hallaba en condiciones
de uso inmediato, lo que controvierte el fundamento del resolutorio
impugnado.
En ese sentido es de destacar lo sostenido por el Dr. Edgardo
Donna, para quien el “arma encontrada sin municiones en su recá-
mara como en su cargador, no reúne los elementos del tipo penal pre-
visto en el art. 189 bis, 4to. párrafo, CP No se advierte cuál es el peligro
al que presumiblemente expusieron a la seguridad pública. Para que
exista el delito de peligro abstracto, o conducta peligrosa, es necesa-
rio que se den los elementos del tipo penal y, además que la conducta
sea antijurídica materialmente. Si no hay antijuricidad material, mal
puede hablarse de injusto. El dolo del autor debe existir, de manera
que debe querer y conocer que porta un “arma”. Y arma propia, es algo
que funciona, esto es dispara balas. Si no es así, será de otra cosa, pero
no un arma, aún para los delitos de peligro abstracto.” (de su voto en
la causa Nº 18.674, caratulada “D’ ALESSANDRO, Alejandro M.”, rta. el
17/07/2002, Sala I, CNCRIM y Correc., publicado en elDial - AI156D).
Corresponde seguidamente analizar si en autos se verifica la
existencia de alguno de los supuestos objetivos en razón de los cuales
sustentar la privación de la libertad del imputado en esta instancia del
proceso.
De acuerdo a lo que surge de las constancias de la causa,
Galarza vive con su hermana en el mismo domicilio desde aproxima-
damente siete (7) años; trabaja como pintor; no posee antecedentes
condenatorios, aunque sí enfrenta dos (2) procesos en trámite: uno
por robo con armas en grado de tentativa en que se encuentra pen-
diente de resolución una solicitud de suspensión del juicio a prueba
y otro por robo y lesiones leves, en que se fijó audiencia de juicio oral
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tenencia y portación de arma de fuego
Así lo voto.
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colección jurisprudencia
Así lo voto.
el Tribunal,
Resuelve:
REVOCAR la resolución impugnada, dejando sin efecto la
prisión preventiva de Osvaldo Manuel Galarza, imponiéndole una
CAUCIÓN JURATORIA con más la OBLIGACIÓN DE COMPARECER
ante el juzgado cada quince (15) días (conf. artículos 173, a contrario sen-
su, 174, inciso 2º, 178 y 179 C.P.P.C.A.B.A.).
Regístrese, notifíquese por Secretaría mediante correo elec-
trónico oficial a las partes y oportunamente remítase al juzgado de
origen.
314
tenencia y portación de arma de fuego
//n la Ciudad de Buenos Aires, a los 15 días del mes de julio de 2010, se
reúnen los integrantes de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo
Penal, Contravencional y de Faltas a los efectos de resolver los recur-
sos de apelación obrantes a fs. 157/65 y 167/72, interpuestos por el Sr.
Defensor Oficial y por el Asesor de primera instancia en lo PCyF (int.)
respectivamente, contra la resolución dictada a fs. 153/55 de la presen-
te causa, de la que
RESULTA:
I.- Que en el presente proceso de conocimiento se imputó a
Andrés Domingo Gómez, Jonathan Silvero (de dieciséis años de edad) y
a Leopoldo Nicolás Pérez (de diecisiete años de edad) haber llevado con-
sigo, en forma conjunta, un arma de fuego de uso civil que, el 29/01/2010
a las 18:50 hs., habría sido hallada, por agentes de la prevención, en la
cintura de Leopoldo Pérez cuando los tres imputados transitaban por
la calle Remedios 2820, luego de volver sobre sus pasos, aparentemente,
en razón de observar la existencia de un control vehicular por parte de
personal policial (conf. requerimiento de elevación a juicio, fs. 114/9).
II.- Recibido el traslado del requerimiento de juicio, el Sr.
Defensor oficial de los imputados planteó la excepción de falta de
participación criminal de Andrés Domingo Gómez y Jonathan Silvero
solicitando, por los fundamentos que expuso a fs. 117/22, el sobresei-
miento de los nombrados. Asimismo, solicitó la aplicación del institu-
to de la remisión (art. 75 régimen procesal penal juvenil, en adelante
RPPJ) respecto de Nicolás Leopoldo Pérez.
A su turno, el Sr. Asesor Tutelar de primera instancia PCyF in-
terino, mediante la presentación de fs. 137/44, dejo sentada su opinión
respecto a que: a) corresponde proceder al archivo del procedimiento
respecto de los jóvenes Jonathan Silvero (16) y Leopoldo Nicolás Pérez
(17) por aplicación de los arts. 4 y 1 de la ley 22.278; b) la detención y
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PRIMERA CUESTIÓN
Ambos recursos resultan procedentes, ello así toda vez que
aparecen fundados y oportunos y se dirigen contra resoluciones cuya
impugnación se encuentra expresamente reconocida por la ley ritual
(arts. 80 RPPJ, 279 y 198 CPP). Asimismo, los recursos fueron inter-
puestos por funcionarios judiciales que se hallan legitimados para ha-
cerlo (arts. 16, 31 inc. 4 y 6, y 40 RPPJ).
El Asesor Tutelar de primera instancia interpuso recurso de
apelación contra los puntos I y II de fs. 153, no así respecto del III,
habiendo manifestado durante la audiencia que le asiste razón al
Defensor en lo relativo a la procedencia de la remisión respecto de
Nicolás Leopoldo Pérez. Si bien podría aparecer como contradictorio
que ambas decisiones –la pretendida al peticionar que se revoque el
punto I y la que surge del punto III- se adoptasen en forma conjunta, es
dable interpretar que el Asesor pretende el archivo de las actuaciones
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tenencia y portación de arma de fuego
SEGUNDA CUESTIÓN
1. Acerca de los agravios generados por rechazo de la excepción de
falta de participación criminal de los imputados Andrés Domingo Gómez y
Jonathan Silvero.
Recordemos brevemente que en el presente proceso de cono-
cimiento se imputó a los Nicolás Leopoldo Pérez, Jonathan Silvero y
Andrés Domingo Gómez haber portado, en forma conjunta y sin la
correspondiente autorización, un arma de fuego de uso civil cargada,
que personal de la prevención halló en la cintura de Nicolás Leopoldo
Pérez el 29/01/2010, a las 18:50 hs., en la calle Remedios 2820 de esta
ciudad cuando se procedió a la detención de los nombrados (conf. re-
querimiento de juicio de fs. 115/17)
Que frente a la excepción de falta de participación criminal,
propuesta por el Sr. Defensor Oficial de los imputados, sustentada en
la afirmación que no existe elemento alguno que permita afirmar, si-
quiera con el grado de probabilidad requerido para la celebración de la
audiencia de debate, que Gómez y Silvero hayan tenido participación
alguna en la conducta imputada a Leopoldo Nicolás Pérez, consistente
en llevar un arma de uso civil en su cintura, la Sra. Juez de grado enten-
dió que resultaba necesaria la celebración del debate oral para analizar
acabadamente los extremos fácticos propuestos en la acusación que
cuestiona la Defensa Oficial.
Dicha forma de resolver agravia al Sr. Defensor recurrente
pues enfatiza que de las constancias obrantes en el legajo se desprende
que ni Gómez ni Silvero conocían la existencia de arma alguna ni tam-
poco vieron que ella hubiera sido extraída de la cintura de Leopoldo
Nicolás Pérez, pues en el momento en que ello habría ocurrido, esta-
ban contra la pared.
Entiende el recurrente que la mera circunstancia de estar
junto a una persona a quien se le habría secuestrado de su cintura un
arma de fuego de uso civil resulta una circunstancia fáctica insuficien-
te para ser llevados a juicio oral y que, tal como han sido descriptas las
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colección jurisprudencia
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tenencia y portación de arma de fuego
con pena de libertad que no excede de dos años) y por ende exento de la au-
toridad de la justicia de esta ciudad (art. 12 RPPJ).
Frente a esta propuesta interpretativa se señaló en el prece-
dente citado que, ella incursiona directamente en el rol de legislador
al establecer, con carácter obligatorio, supuestos de disminución de
la amenaza de reproche que no fueron previstos por aquél con dicho
alcance.
El Sr. Asesor solicita que se aplique, aunque de modo frag-
mentario, el art. 4 de la ley 22.278.
Sin embargo la composición normativa que propone, aún
cuando nos abstraigamos –si fuese posible- de los requisitos referidos
a la declaración de responsabilidad en el hecho y al tratamiento tute-
lar, no logra demostrar porqué en todos los casos en los que resulte
un menor –entre dieciséis y dieciocho años- “imputado de la comisión
de un delito” (adviértase que en la lógica del art. 4 de la ley 22.278 la
fórmula que venimos analizando cambiaría por la de “hallado respon-
sable de un delito”) la facultad del Juez de analizar el caso a la luz de la
escala prevista para la tentativa se debe transformar, vía interpreta-
ción pretoriana, en una obligación para él.
Adviértase que la interpretación propuesta por el Asesor
Tutelar de primera instancia, cuya aplicación reclama en esta etapa
liminar del proceso, tampoco halla sustento claro en el precedente de
la CSJN que cita (“Maldonado, Daniel Enrique y otro s/ robo agrava-
do por el uso de armas en concurso real con homicidio calificado” del
7/12/2005).
En dicho precedente el tribunal cimero, si bien exige extrema-
dos y rigurosos recaudos en ocasión de graduar la pena a imponer a
una persona que siendo menor cometiera un delito e incluso la obliga-
ción de fundar la necesidad de pena de encierro (cons. 35º, en sentido
similar nuestra ley ritual positiva –art. 27 RPPJ-), no deja de reconocer
la letra de la ley en cuanto establece que la reducción de la escala penal
según las reglas del delito tentado es, junto a la facultad de eximirlo
totalmente de ella, una potestad del Juez (v.gr.: cons. 14, 24).
En síntesis, tal como se señaló en el precedente “Romano” –ci-
tado en párrafos anteriores-, la propuesta interpretativa del Sr. Asesor
Tutelar resulta cuando menos forzada a fin de concluir que existe res-
pecto de los jóvenes Silvero y Pérez, una prohibición de persecución
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colección jurisprudencia
PRIMERA CUESTIÓN
Adhiero, por los motivos que expone, a la conclusión a que
arriba mi distinguida colega de Sala, Elizabeth A. Marum, en cuanto
a la procedencia de ambos recursos bajo examen. Con ello pasaré al
estudio de los agravios propuestos en dichas impugnaciones.
SEGUNDA CUESTIÓN
1. Acerca de los agravios generados por rechazo de la excepción de
falta de participación criminal de los imputados Andrés Domingo Gómez y
Jonathan Silvero.
Frente a los agravios presentados por el distinguido Defensor
Oficial Javier de la Fuente contra el rechazo de la excepción de falta
de participación criminal debo partir de la convicción que poseo, y he
puesto de manifiesto en votos precedentes, acerca de la posibilidad
jurídica de que se configure el delito de portación de arma en modo
compartido. Ella, sumada a las particularidades de este caso que se de-
tallarán, me convence que resulta necesario revocar el punto II de la
resolución en crisis, hacer lugar a la excepción de participación crimi-
nal de Silvero y Gómez y, consecuentemente, sobreseerlos del presen-
te proceso.
En efecto, tal como he manifestado en mi voto en minoría
en el precedente Quiroga, Alfredo Norberto y Rosas, Pablo Martín s/
Infracción al art. 189 bis CP, causa N º 20281-01-CC/2006 del 25/08/2006,
autor es quien domina el hecho, retiene en sus manos el curso causal,
puede decidir sobre el si y el cómo o -mas brevemente dicho- quien puede
decidir la configuración central del acontecimiento, tal circunstancia no se
puede afirmar configurada, sobre la base del sustrato fáctico que la
Sra. Fiscal de grado pretende llevar a juicio, siquiera a modo de hipó-
tesis, respecto de Andrés Domingo Gómez ni Jonathan Silvero.
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tenencia y portación de arma de fuego
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colección jurisprudencia
2. Acerca de los agravios del Sr. Asesor Tutelar en relación al rechazo del
archivo del procedimiento respecto del joven Leopoldo Nicolás Pérez (17).
Sin perjuicio de que considero innecesario expedirme acer-
ca de este agravio respecto de Jonathan Silvero, en relación a quien
postulo su sobreseimiento, debo señalar que en relación a Leopoldo
Nicolás Pérez adhiero las consideraciones efectuadas por la distingui-
da Juez preopinante que, asimismo, resultan coincidentes con la opi-
nión que suscribí en el precedente “Romano, José Luis s/infr. art. 149
bis -CP”, causa Nº 16654-01-CC/09 del 2/11/2009.
328
tenencia y portación de arma de fuego
PRIMERA CUESTIÓN
Adhiero a la conclusión a que arriba mi colega de sala Elizabeth
A. Marum en relación a la procedencia del recurso de apelación inter-
puesto por el Sr. Defensor oficial de los imputados.
En lo atinente a la admisibilidad del recurso de apelación pre-
sentado por el Sr. Asesor Tutelar de primera instancia interino debo
recordar mi opinión, expresada en el precedente “Romano, José Luis
s/infr. art. 149 bis -CP”, causa Nº 16654-01-CC/09 del 2/11/2009.
La intervención de la Asesoría Tutelar de primera instancia
resulta, a la luz del ordenamiento normativo vigente, accesoria ante
esta instancia. Con accesorio quiero señalar que ella resulta proceden-
te únicamente cuando el imputado carece de Defensor, y a los efectos
de salvaguardar sus derechos, o suplir la inacción de sus asistentes o
representantes legales, parientes o personas que los tuvieren a cargo o
hubiere que controlar la gestión de estos últimos.
Tal como lo señaló el Tribunal Superior de Justicia de esta
Ciudad “la atribución de facultades a los órganos estatales debe estar previs-
ta en la ley. La regla -principio de legalidad- funciona, para las oficinas del
Estado, de modo inverso a como lo hace respecto de las personas sometidas a
su jurisdicción. En otra palabras, mientras que las personas pueden realizar
todo aquello que la ley no prohíba, los funcionarios del Estado, por lo contrario,
sólo pueden actuar -en ejercicio de su función- en las ocasiones y de la manera
en que la ley los autoriza a hacerlo” (TSJBA in re Del voto del Juez Don Julio
B.J Maier “Ministerio Público- Fiscalía ante la Cámara de Apelaciones con
competencia en lo Penal, Contravencional y de Faltas nº 1 s/ queja por recurso
de inconstitucionalidad denegado en: ‘Alegre de Alvarenga, Ramona s/ infr.
art. 189 bis CP’”, Expte. nº 6182/08 del 22/07/2009, doctrina reiterada en
“Ministerio Público -Fiscal ante la Cámara de Apelaciones en lo Penal,
Contravencional y de Faltas- s/ queja por recurso de inconstitucionali-
dad denegado en: ‘Parga, Daniel Ezequiel s/ infr. art. 189 bis CP -porta-
ción de arma de fuego de uso civil-’”, Expte. nº 6165/08 del 20/10/2009).
Entonces, a fin de dilucidar si el órgano tutelar se halla facul-
tado para interponer recursos de apelación ordinarios ante los estra-
dos de primera instancia en favor de un joven que resulta imputado
de delito, cuando éste cuenta –además- con un abogado defensor que
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SEGUNDA CUESTIÓN
Me adhiero, por los motivos que expone, a las conclusiones a
que arriba mi colega preopinante Dr. José Sáez Capel en relación a que
corresponde hacer lugar a la excepción de falta de participación crimi-
nal de Jonathan Silvero y Andrés Gómez en la presente causa.
En efecto, si bien en precedentes del Tribunal que integro me
he mostrado partidario de aceptar la hipótesis de la portación de arma
de fuego de uso civil compartida aunque en el marco de situaciones
fácticas sustancialmente diferentes, entiendo que en el caso el reque-
rimiento de elevación a juicio obrante a fs. 114/6 no valora, siquiera
mínimamente, la declaración de descargo que formularon Silvero y
Gómez. Ello transforma, en este caso particular, a la hipótesis acu-
satoria en endeble y determina que comparta las consideraciones que
efectúa el Dr. Sáez Capel.
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RESULTA:
1) Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de este
tribunal en virtud del recurso de apelación interpuesto por el Dr.
Mariano Luis Bertelotti, a cargo de la Defensoría Oficial nº 13, contra la
resolución del a quo que dispuso la prisión preventiva de César Andrés
Díaz.
Y CONSIDERANDO:
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recibió en la Unidad Fiscal con fecha 5 de agosto del corriente (fs. 83) y
Díaz fue detenido el día 2 de noviembre ppdo. Por el contrario y lejos
de colectar la prueba básica mencionada, el Ministerio Público Fiscal
dilapidó sus esfuerzos exclusivamente en hallar a Díaz (quien por otra
parte ni siquiera pudo ser identificado en el tiempo legal, omitiéndose
para ello, el reconocimiento del imputado respecto de su mayoría de
edad, obrante a fs. 46), llegando al absurdo de solicitar la intervención
de una línea telefónica que ni siquiera coincide con la aportada por el
imputado. Tal es así que, el número telefónico aportado por Díaz fue
el 15-66592653 (fs. 46), mientras que el intervenido fue el abonado tele-
fónico 15-68592653 (fs. 111/113).
Conforme a lo expuesto, concluyo propiciando al acuerdo la
revocatoria de la resolución recurrida, debiendo ordenarse la inme-
diata libertad de Díaz en la presente causa.
5) Con respecto a los agravios evidenciados por la defensa y a los
argumentos esgrimidos por el Ministerio Público, no me expediré toda
vez que al estar ausente el presupuesto básico (como mencionara en los
acápites anteriores) para la viabilidad del instituto de la prisión preven-
tiva, no resulta procedente analizar los requisitos para aplicarla.
Por todo lo expuesto, entiendo que corresponde: I. REVOCAR
la resolución recurrida en cuanto dispuso la prisión preventiva de
César Andrés Díaz, en orden al delito de tenencia de arma de fuego
de uso civil sin la debida autorización (art. 189 bis CP y art. 173 último
párrafo del CPPCABA). II. DISPONER SU INMEDIATA LIBERTAD en
la presente causa.
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tenencia y portación de arma de fuego
Así voto.
el Tribunal,
Resuelve:
I. REVOCAR la resolución recurrida en cuanto dispuso la pri-
sión preventiva de César Andrés Díaz, en orden al delito de tenencia
de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización (art. 189 bis CP
y art. 173 último párrafo del CPPCABA).
II. DISPONER SU INMEDIATA LIBERTAD en la presente
causa.
Regístrese, notifíquese a las partes y oportunamente remítase
al juzgado de origen.
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Y CONSIDERANDO:
Primera cuestión
6) El remedio intentado por le MPF ha sido interpuesto en las
condiciones y plazos establecidos por el art. 279 del C.P.P., y por quien
se encuentran normativamente facultado para hacerlo.
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Así lo voto.
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el Tribunal,
Resuelve:
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Buenos Aires, a los 6 días del mes de septiembre de 2011, se reúnen los
integrantes de esta Sala I de la Cámara Penal, Contravencional y de
Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los efectos de resolver
RESULTA:
I.- A fs. 1/6 de este expediente, se observa que las presentes
actuaciones se inician el día 15 de noviembre de 2009, en circunstan-
cias en que la que fueron detenidos, Lautaro Fabricio Tassistro y Flavio
Piccoli por la presunta comisión del delito previsto en el art. 189 bis
C.P., secuestrándose en dicho acto un revólver de color dorado con
inscripción “Cal 22 LARGO PEHUEN M.R. INDUSTRIA ARGENTINA”
y numeración “1270”, conteniendo en su tambor cinco (5) vainas ser-
vidas y percutadas, un (1) cartucho de bala intacto, todos con la ins-
cripción “OA” y dos alvéolos vacíos, siendo su empuñadura de color
negra, resultando apta para el disparo y de funcionamiento normal y
los cartuchos aptos para sus fines específicos.
II.- A fs.9 surge que el día 7 de octubre de 2010, se realizó la
audiencia en la investigación penal caratulada “Tassistro, Lautaro
Fabricio y Piccoli, Flavio s/infr. art(s). 189 bis – CP (p/ L 2303)” del regis-
tro del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas Nº 9. Luego de los
pedidos de las partes se resolvió: por Tassistro Lautaro Fabricio, sus-
pender el juicio a prueba por un (1) año y seis (6) meses, fijar residencia
y durante el primer año, el cumplimiento de ochenta (80) horas de ta-
reas comunitarias a una institución pública cercana al domicilio. Con
respecto a Flavio Píccoli se resolvió: rechazar in limine por lo expuesto
por las partes, debido a que las circunstancias del hecho no deben ser
analizadas en esta etapa intermedia del proceso.
III.- A fs. 13 con fecha 19 de octubre de 2010 surge que se da
intervención al Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas Nº 23.
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tenencia y portación de arma de fuego
IV.- Que a fs. 96/104 el día 13 de mayo del 2011 se llevó a cabo
la audiencia de debate oral y público, ocasión en la cual el se resolvió:
I) NO HACER lugar a la excepción prevista en el Art. 195, Inc. C del
C.P.P.C.A.B.A. introducida como cuestión previa por la defensa. II)
CONDENAR a Flavio Piccolo como autor penalmente responsable del
delito de portación de arma de uso civil, sin la debida autorización, a la
pena de un (1) año de prisión de efectivo cumplimiento, declarándolo
reincidente, más el pago de las costas procesales.
V.- Luego de practicadas las correspondientes notificaciones
de los fundamentos de la decisión mencionada, a fs. 117/120, la Sra.
Fiscal de primera instancia interpone recurso
de apelación contra la sentencia condenatoria. En síntesis, de los fun-
damentos expuestos por escrito –los cuales fueron sostenidos por la
Fiscalía de Cámara en la audiencia oral celebrada ante estos estrados
con fecha 16 de agosto del corriente año- se desprende que los agravios
centrales versan en torno al monto de pena impuesto por el juez de
juicio. En concreto, se expresa que para determinar la pena impuesta,
el juzgador tomó en consideración sólo aspectos atenuantes del caso
estudiado sin mesurar los agravantes –a criterio de la fiscalía- presen-
tes en el hecho.
VI.- Por su parte, a fs. 134/144, el Sr. Defensor Oficial interpuso
también recurso de apelación contra la sentencia recaída. En primer
lugar, el recurrente expuso sus fundamentos -mantenidos y amplia-
dos en la audiencia oral celebrada ante este Tribunal- en torno a la nu-
lidad de los testimonios recogidos en la audiencia de juicio celebrada.
A tal fin, manifestó que el juzgador no interrogó a los citados “por las
generales de la ley” previo a recibir sus testimonios. De esta manera se
incurrió en una nulidad absoluta al desconocerse si los testigos pro-
puestos poseen, por ejemplo, causales de enemistad manifiesta con el
acusado. En segundo lugar, la defensa se agravió por la valoración de la
prueba testimonial recogida en el juicio por parte del judicante. Así, se
indicó puntualmente el análisis efectuado sobre la declaración del Sr.
Joao Edson Gutiérrez Saravia, y las –a juicio del Sr. Defensor Oficial-
flagrantes diferencias entre tal relato y lo expresado por el Suboficial
Orlando Ramos (coincidente con el testimonio del acusado Piccoli). A
continuación, la defensa plantea su queja en torno a la falta de exhi-
bición en juicio del arma secuestrada en autos como así también de
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tenencia y portación de arma de fuego
PRIMERA CUESTIÓN
En primer término, cabe indicar que los recursos de apelación
han sido interpuestos por escrito fundado, contra una sentencia de-
finitiva, presentados ante el Tribunal cuya resolución se ataca y por
quienes poseen legitimación para hacerlo (arts. 16, 31 inc. 4 y 6, 40
RPPJ).
Respecto al plazo para su presentación, tal y como surge de
fs.120 vta. y 144 vta., ambos escritos han sido interpuestos dentro del
término legal (art. 279 del C.P.P.C.A.B.A.).
SEGUNDA CUESTIóN
El planteo expresado por la Defensa Pública, sumado a las ca-
racterísticas propias del hecho traído a conocimiento, nos eximen de
proceder al análisis compartimentado de los dos recursos interpues-
tos. Veamos por qué.
Las constancias de autos, sumadas a la información docu-
mentada en el soporte digital incorporado, permiten colegir que, más
allá de las desavenencias expuestas por la Defensa Oficial en torno al
déficit probatorio que pareciera surgir del proceso llevado a cabo, la
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1. Creus-Buompadre, Derecho Penal. Parte Especial 2, p.36, Ed. Astrea, Buenos Aires,
2007.
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colección jurisprudencia
PRIMERA CUESTIÓN
En cuanto a la admisibilidad de los recursos interpuestos co-
incido con lo postulado en el voto que me precede, y a los argumentos
allí esgrimidos me remito por razones de economía procesal.
SEGUNDA CUESTIÓN
Admitidos los remedios procesales incoados por las partes,
y de los presentes actuados surge que la titular acción imputó Flavio
Piccoli, el hecho ocurrido el día 15 de noviembre de 2009, en horas de la
madrugada –pasadas las 6 horas-, ocasión en la que el nombrado quien
conducía la moto marca Honda, modelo CG 125 dominio 796 CJN en
compañía del coimputado Tassistro, por la colectora Gral. Paz mano
Río de la Plata, portó en forma conjunta un revolver calibre 22 largo,
Pehuen M.R. Industria Argentina, numero 1270, cargado y en condi-
ciones de uso inmediato. Hecho que encuadró en el delito de portación
de arma de fuego de uso civil, sin la debida autorización contemplado
en el art. 189 bis inc. 2, párrafo 3, C.P.
Por su parte, el Magistrado al dictar la sentencia condenatoria
consideró debidamente acreditado el hecho atribuido al imputado por
la Sra. Fiscal de Grado. A tal efecto, tuvo en cuenta las declaraciones
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(CSJN Fallos 303:267; 274:482, 484 y 487; 284:42, entre otros); es decir,
en relación al hecho atribuido a Piccoli, que conociera que el arma se
hallaba en poder de su acompañante, a su disposición y cargada, satis-
faciendo el aspecto cognoscitivo del dolo, como también que quisiera
portarla, cumpliendo con la faz conativa del tipo subjetivo en cuestión.
En este punto, considero correcta la valoración de la prueba
que realiza el Juez de grado, tal como se explicará a continuación. Así,
corresponde tomar en consideración, en primer lugar, las circunstan-
cias que rodearon al hecho que fueran puestas de manifiesto en forma
conteste por los testigos en la audiencia quienes refirieron que en for-
ma previa al hecho que diera lugar a la detención del imputado se pro-
dujo una pelea a la salida de un local bailable; que Piccoli luego regresó
al lugar con un amigo y dispararon el arma de fuego que llevaban. Así
como lo referido por el preventor que efectuó la detención, quien ex-
presó que pudo advertir el arma de fuego que llevaba el acompañante
del imputado cuando circulaban en la moto y que eludieran la voz de
alto que les ordenara.
En el caso, y de las pruebas hasta aquí reseñadas se despren-
de que el hecho que el imputado condujera la moto y no fuera quien
llevaba el arma en la mano al momento de la detención, teniendo en
cuenta las demás circunstancias hasta aquí consignadas -en particular
que participó de una agresión previa e indicó a su acompañante que
dispare contra los damnificados- permite atribuirle la portación del
arma de fuego pues es claro que el hecho sucedió en la vía pública,
que tenía conocimiento de la existencia del arma así como su poder de
disposición sobre ella, a lo que cabe agregar que se encontraba en con-
diciones de uso inmediato, como efectivamente ocurrió previamente
conforme los testimonios recogidos.
En este último aspecto, considero oportuno mencionar que
si bien en la Causa Nº 088-00-CC/2006 “Fast Wouterlood, Federico
Gastón s/art. 189 bis CP” (del 3/7/2006) me he pronunciado por des-
cartar la certeza de considerar hábiles a los proyectiles cuando no se
pudo afirmar la idoneidad de los mismos a través de una pericia; las
circunstancias en que se sucedieron los hechos en la presente me lle-
van a apartarme de dicho pronunciamiento.
Ello así, pues si bien tal como refiere la Defensa la munición
que fuera secuestrada no fue peritada, teniendo en cuenta que se
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colección jurisprudencia
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Ante mí,
Magistrados:
Dr. Sergio Delgado; Dr. José Sáez Capel; Dr. Marcelo P. Vázquez.
Número Fallo:
15074
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///n la Ciudad de Buenos Aires, a los 2 días del mes de mayo de 2011, se
reúne la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional
y de Faltas, a efectos de resolver el recurso de apelación interpuesto
por el Sr. Defensor Oficial, a fs. 19/26 del presente incidente, del que
RESULTA:
I.- Que en ocasión de celebrarse las audiencias del art. 161 CPP
se les atribuyó a Gabriel Jorge Gutiérrez (fs. 69 vta. de las copias certi-
ficadas del principal) y Rodrigo Andrés Bahamondes Bravo (fs. 73 vta.
de las mismas actuaciones) el hecho presuntamente ocurrido el día
22/6/2010, consistente en haber portado, conjuntamente con Cristian
Andrés González Castañeda, en un lugar público y con disponibilidad
inmediata, dos armas de fuego de uso civil calibre 22 largo sin la debi-
da autorización legal para ello.
El hecho tuvo lugar en momentos en que dos agentes de la PFA
se encontraban recorriendo la zona de la Av. Santa Fe, cuando advir-
tieron la presencia de los tres hombres que caminaban en forma de
fila india, advirtiendo los preventores que Gutiérrez le hizo una seña
a los otros dos como que iba a ingresar en el comercio La Martina, sito
en Av. Santa Fe 1619 de esta ciudad, respondiéndole los otros dos con
señas que esperara. Así las cosas, el personal policial se les acercó y
se identificó, mientras ellos intentaban esquivarlos, refiriéndoles con
actitud nerviosa “que pasa, que pasa”, momentos en que González
Castañeda arrojó al piso una bolsa plástica naranja que llevaba entre
sus manos, en la que había un arma de fuego calibre 22 largo. De la
mochila que portaba Gutiérrez se secuestró otro revolver del mismo
calibre. El hecho que se les atribuye encuadra prima facie dentro de las
previsiones del art. 189 bis inc. 2 CP.
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PRIMERA CUESTIÓN
El escrito de apelación ha sido interpuesto en tiempo y forma
contra una resolución que tiene capacidad de irrogar al impugnante
un gravamen de insusceptible reparación ulterior (art. 279 CPPCBA).
Al respecto, esta Sala tiene dicho que la decisión que deniega el be-
neficio de la suspensión del juicio a prueba es pasible de desentrañar
el mentado perjuicio, pues implicaría para el imputado la inevitable
sujeción a un juicio que su defensa quiere evitar (Causas N° 408-00-
CC/2005 “Aguilera, César Alberto s/ art. 189 bis CP”, rta. el 19/12/2005;
N° 459-00-CC/2005 “Sánchez, Ruben Gerardo s/ art. 189 bis CP”, rta. el
9/3/2006; Nº 11482/07 “Chaparro, José Osmar y otro s/ art. 189 bis CP
Apelación”, rta. el 27/3/2009; entre otras).
Por otra parte, y en cuanto al planteo efectuado por el Sr. Fiscal
de Cámara respecto a la irrecurribilidad de la decisión que denegó la
probation a partir de lo establecido por el art. 205 CPPCABA, cabe acla-
rar -como ya expusiéramos en las causas Nº 19004-01-CC/08 “Toledo,
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colección jurisprudencia
SEGUNDA CUESTIÓN
Admitida la vía interpuesta, corresponde adentrarse en los
agravios esgrimidos por la defensa a los efectos de dilucidar si la reso-
lución de la Judicante en el presente caso, en cuanto dispuso no hacer
lugar a la suspensión del juicio a prueba, resulta ajustada a derecho o,
de acuerdo a los fundamentos expuestos en el recurso de apelación,
infundada y contraria a las previsiones normativas.
En primer lugar, cabe analizar el planteo introducido por la
defensa en cuanto a que las conductas atribuidas a los imputados con-
figurarían un supuesto de tenencia y no de portación. Al respecto, esta
Sala ha afirmado en la causa Nº 088-00-CC/2006, “Fast Wouterlood,
Federico Gastón s/art. 189 bis CP”, rta. el 3/7/06, que es la disponibili-
dad inmediata de uso propio y efectivo del arma lo que permite dife-
renciar los supuestos de mera tenencia de aquéllos de portación.
En tal sentido se dijo que “habrá portación cuando el sujeto lle-
ve el arma cargada, o cuando la lleve en condiciones de uso inmediato.
De ello se colige que no se trata de un solo supuesto con dos requisi-
tos sino que, incluso, este delito puede configurarse cuando el arma
se encuentre descargada, si concurriera la segunda hipótesis, como
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colección jurisprudencia
conformada por los votos de los Sres. Jueces, Dres. José Osvaldo Casás,
Luis Francisco Lozano y Ana María Conde, hacer lugar a un recurso de
inconstitucionalidad y revocar una sentencia dictada por una de las
Salas de esta Cámara de Apelaciones, que había confirmado la conce-
sión de una probation respecto de quien había sido imputado del delito
de portación de arma de fuego y consecuentemente, ordenó continuar
el trámite de las actuaciones.
Dicho precedente jurisprudencial fue mencionado por la de-
fensa al contestar la vista conferida en esta instancia, pero haciendo
la salvedad de que consideraba que correspondía apartarse de la doc-
trina sentada por el TSJ en esa causa, aplicando, en cambio, el crite-
rio sentado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo
“Acosta”.
A partir de la resolución dictada por el TSJBA in re “Benavidez”,
cabe efectuar algunas consideraciones respecto a los alcances que a
criterio de este Tribunal poseen los principios y disposiciones legales
invocadas por nuestro Máximo Tribunal local, a las que ya nos referi-
mos en la Causa Nº 12232-00-CC/10 “Porro Rey, Julio Félix s/art. 189 bis
CP - Apelación”, rta. el 15/10/2010.
Sistema acusatorio
I.- En principio y en cuanto al sistema acusatorio, este
Tribunal consideró, en síntesis, que debe ser comprendido como el
desdoblamiento de las funciones estatales de perseguir y juzgar, sien-
do un órgano distinto a los jueces el encargado de excitar la actividad
de éstos (este Tribunal in re “Delmagro, Juan Carlos s/ art. 189 bis CP”-
Apelación, Causa Nº 10331-00-CC/2006, del 5/12/2006, entre muchas
otras). A partir de esta concepción se extraen diversas consecuencias,
pero ninguna de ellas sustrae de la órbita de las tareas del Juez aquella
consistente en interpretar y aplicar la ley. Sobre la base de esta facul-
tad propia, hemos afirmado que la oposición fiscal carente de adecua-
da fundamentación no impide al Juez conceder la probation cuando se
dan los requisitos previstos legalmente para ello (este Tribunal en los
precedentes “Sánchez, Rubén Gerardo s/ art. 189 bis CP - Apelación-”,
N° 459-00/CC/2005, del 9/03/2006; “Delmagro, Juan Carlos s/ art.
189 bis CP – Apelación”, Nº 10331-00-CC/2006, del 5/12/2006; “Maver,
Alejandro Daniel s/ art. 189 bis CP - Apelación”, N° 15097-00-CC/2007,
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colección jurisprudencia
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tenencia y portación de arma de fuego
vino a establecer que “la oposición del Ministerio Público Fiscal, fun-
damentada en razones de política criminal o en la necesidad de que el
caso se resuelva en juicio, será vinculante para el Tribunal.”. Se dijo que
la fórmula terminológica “razones de política criminal” no puede fun-
cionar a modo de palabra mágica que se esgrima de un modo carente
de contenido. Muy por el contrario, la norma exige que la oposición,
para producir los efectos establecidos, se encuentre “fundamentada”.
La opinión del Ministerio Público debe ser fundada “… pues el hecho
de que la ley le permita decidir sobre la conveniencia político-criminal
de ejercer la acción penal en ciertos supuestos – para el caso, compren-
didos en el art. 76 bis, párrafo IV, del CP-, no significa que esa decisión
no deba ser justificada y, tampoco, que ella pueda estar motivada en
cualquier clase de razones. El reconocimiento legal de cierto grado
de discreción para que el ministerio público ejerza la acción penal no
permite que su juicio pueda estar fundado de cualquier modo, y tam-
poco impide que su decisión pueda ser sometida a control judicial ...”
(Bovino, ob.cit., pág 160).
Y, como se expuso, es deber del órgano jurisdiccional verificar
que la exigencia normativa se encuentre satisfecha.
Ahora bien, en cuanto a la oposición fiscal es dable afirmar
que la postura de los miembros de nuestro Máximo Tribunal local
en el citado fallo “Benavidez” no resulta coincidente en relación a la
posibilidad de control judicial sobre la fundamentación de los moti-
vos esgrimidos por el titular de la acción para oponerse a la probation,
tal como destacó esta Sala en el precedente “Porro Rey, Julio Felix s/
inf. art. 189 bis CP Apelación”, Nº 12232-00-CC/10 del 15/10/2010 C.
Consideramos que la inteligencia asignada al sistema acusatorio se-
gún la cual se excluye del control judicial la fundamentación brindada
por el Ministerio Público Fiscal para oponerse a la probation, no solo
es ajena a los principios que informan dicho sistema, sino que niega
la categoría de garantía que tal principio posee, tanto desde su origen
histórico como acordado por los constituyentes locales.
En efecto, el sistema acusatorio se erigió, como superador de
modelos anteriores, con el fin de perfeccionar la garantía de la impar-
cialidad y la defensa en juicio.
Asimismo, la Constitución de la Ciudad, incluye el sistema
acusatorio en el art. 13.3 como garantía de las personas perseguidas
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supuestos legales para ello. Así, ninguna duda cabe que el Juez puede
dictar un sobreseimiento pese a que el Fiscal pretenda ir a juicio (arts.
195 y 197 CPPCABA), y ello no contradice en modo alguno el sistema
acusatorio.
La Corte Suprema expresó que “la ley procesal permanente-
mente somete a los fiscales al control jurisdiccional, en cuanto son
los jueces quienes tienen la facultad de decidir si corresponde que la
persecución penal siga progresando” (“Recurso de hecho – Quiroga,
Edgardo Oscar”, del 23/12/04).
Por ello, como señala ELEONORA DEVOTO, “los jueces son
quienes, en definitiva, guardan la facultad y el deber de decidir acerca
de la viabilidad del otorgamiento de la suspensión, porque son ellos
quienes velan por el aseguramiento y los límites de los derechos de los
ciudadanos” (Los límites a la intervención del fiscal en la suspensión
del juicio a prueba, revista La Ley, Sup. Penal, 2010 (septiembre), 132).
Sólo de esta manera es posible aprehender una noción de sis-
tema acusatorio que no tergiverse la finalidad para el cual fue concebi-
do, es decir como límite frente al poder punitivo del Estado y no como
garantía del Estado para poder avanzar con su poder punitivo contra
el individuo.
En tal sentido destaca FERRAJOLI el “nexo que sin duda cabe
establecer entre sistema acusatorio y modelo garantista, y, por otra,
entre sistema inquisitivo y modelo autoritario...” (Derecho y razón.
Teoría del garantismo penal, Trotta, 1995, Madrid, p. 563).
Interpretación de los arts. 76 bis CP y 205 CPP CABA, y el prin-
cipio de autonomía del Ministerio Público.
Oposición infundada
I.- En este punto, y conforme lo que venimos exponiendo, la
norma contenida en el art. 76 bis CP tiene por indudable objetivo, por
un lado, la evitación de una pena que siempre posee consecuencias es-
tigmatizantes y, por otro, que la instancia penal concentre sus recur-
sos sobre el universo de delitos más graves que afectan bienes jurídi-
cos relevantes y se decidan rápidamente para cumplir con los tiempos
razonables impuestos a los procesos.
Por su parte, esta Sala ha adoptado un criterio amplio
para la procedencia de la suspensión del juicio a prueba en materia
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penal (Causas “Delmagro, Juan Carlos s/art. 189 bis CP” - Apelación,
Nº 10331-00-CC/2006 del 5/12/2006; “Schneider, Fernando s/art. 189
bis CP - Apelación”, N° 70-00-CC/2006 del 12/06/2006 y “Sánchez,
Rubén Gerardo s/art. 189 bis CP - Apelación”, N° 459-00-CC/2005 del
9/03/2006, entre otras), afirmando que dicho instituto resulta un dere-
cho del imputado cuando se encuentren reunidos los requisitos legales
para su procedencia (Causa Nº 11482-00-CC/07 “Chaparro, José Osmar
y otro s/inf. art. 189 bis CP”, rta. 27/03/09), tal es el caso de Bahamondes
Bravo, puesto que en el eventual e hipotético caso de recaer condena,
las circunstancias del caso permiten dejar en suspenso el cumplimien-
to de la condena aplicable (art. 76 bis CP, 4º párr), en atención a que no
posee antecedentes penales (fs. 42 de las copias certificadas del expe-
diente principal).
Esta misma tesis ha sido ratificada por la Corte Suprema de
la Nación en el fallo “Acosta”, en el que concluyó que “...el criterio que
limita el alcance del beneficio previsto en el art. 76 bis a los delitos que
tienen prevista una pena de reclusión o prisión cuyo máximo no supe-
re los tres años se funda en una exégesis irrazonable de la norma que
no armoniza con los principios enumerados, toda vez que consagra
una interpretación extensiva de la punibilidad que niega un derecho
que la propia ley reconoce otorgando una indebida preeminencia a sus
dos primeros párrafos sobre el cuarto al que deja totalmente inoperan-
te” (CSJN, A.2186. XLI, rta. 23/04/08).
Dicho precedente debe servir de norte para analizar el institu-
to de la suspensión del juicio a prueba en los casos en particular y des-
de allí corresponde abocarse al análisis de la situación del imputado en
la presente causa, a fin de dilucidar cuál es la solución justa y legal que
debe aplicarse.
En el caso, en ocasión de celebrarse la audiencia prevista en el
art. 205 CPP CABA, donde se discutió solicitud de suspensión del pro-
ceso a prueba formulada por los imputados, según surge del acta que
documenta dicha audiencia, el Sr. Fiscal de Grado sostuvo que “se ha-
brá de oponer a la concesión del mismo sustentado en razones de polí-
tica criminal y en razón al caso en particular, fundando su postura en
lo dispuesto por la normativa del art. 205 del CPPCABA, así como tam-
bién en el criterio general de actuación establecido en la Resolución del
Fiscal General Nº 178/08… que respecto del cuarto párrafo se requiere
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el consentimiento fiscal. Que el art. 205 exige un acuerdo para que pro-
ceda el beneficio… Que en el caso existe un riego concreto e inmediato
al portar un arma de uso civil en condiciones inmediatas. El hecho que
motiva esta causa fue en horas de la tarde en la Avda. Santa Fe frente
al comercio “La Martina” con tránsito de personas… El hecho resulta
ser grave por lo cual requiere que el mismo se ventile en juicio oral y
público. Que la resolución nro. 178 se relaciona con la problemática de
las armas…Que el juez debe verificar que se cumplan las cuestiones ob-
jetivas que la opinión del ministerio público no puede ser reemplazada
por otra…” (fs. 17 vta. y 18). A partir de ello la Sra. Juez de Grado resolvió
no hacer lugar a la probation, expresando que: “Todo ello lleva a negar
el otorgamiento de la suspensión del juicio a prueba solicitada por la
Defensa Oficial, en tanto las características de gravedad presentadas
en el caso en particular se hallan por encima de las de cualquier otra
portación. Asimismo que el instituto de la probation no alcanzaría en
el caso para satisfacer los fines de prevención especial propias del de-
recho penal en miras a concienciar el riesgo de portar armas de fuego
en la ciudad con afectación de la seguridad pública, con lo cual resulta
razonable la oposición fiscal y en virtud de ello no se acredita el tercer
requisito previsto en el cuarto párrafo del art. 76 bis del CP …” (fs. 18
vta.).
Tal como lo hemos afirmado en numerosos precedentes
(Causas Nº 12111-00-CC/2008 “Alegre de Alvarenga, Ramona s/inf. art.
189 bis CP” - Apelación, rta. el 25/7/2008; Nº 1527-00-CC/10 “Penna,
Víctor Norberto Domingos/inf. art. 189 bis CP - Apelación”, rta. el
24/8/2010; entre otras) la hermenéutica que efectúa el Ministerio
Público Fiscal de una norma no resulta vinculante para el Magistrado
quien sobre la base de la función jurisdiccional tiene el deber de inter-
pretar y aplicar la ley –en el caso el art. 76 bis CP-, a fin de determinar su
sentido y alcance. De lo contrario, las decisiones judiciales quedarían
siempre ligadas a pautas hermenéuticas del Ministerio Público Fiscal,
en desmedro del principio de imparcialidad del tribunal.
En el caso se ha atribuido a los encartados el delito tipificado
como portación de arma de fuego de uso civil sin autorización (art.
189 bis (2) tercer párrafo CP), cuya escala penal es de uno (1) a cuatro
(4) años de prisión. Por tanto, teniendo en cuenta que de acuerdo a
los parámetros legales establecidos en el art. 26 CP y aún ponderando
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las características del hecho que fueran señaladas tanto por el Fiscal
como por la Juez de grado, la pena que podría llegar a imponérsele a
Bahamondes Bravo –en caso que fuera condenado en juicio- podría
ser de ejecución condicional, es claro que el supuesto traído a exa-
men se encuentra contemplado en el establecido por el cuarto párra-
fo del art. 76 bis CP -antes citado-. Cabe destacar que ni el Fiscal ni la
Judicante –conforme surge del acta que da cuenta de la audiencia lle-
vada a cabo en los términos del art. 205 CPPCABA- tuvieron en cuenta
esta circunstancia.
Del análisis de lo documentado en el acta de audiencia del art.
205 CPP CABA, surge que el Sr. Fiscal de Grado se opuso a la suspen-
sión del proceso a prueba –entre otros motivos- por “razones de polí-
tica criminal”, fundando su postura en el criterio general de actuación
de la Resolución del Fiscal General Nº 178/08.
Ello así, cabe señalar que este Tribunal ha interpretado las pre-
visiones del art. 76 bis CP, considerando que la falta de consentimien-
to del representante del Ministerio Público Fiscal debe encontrarse
debidamente motivada. De este modo, una disconformidad Fiscal
infundada no puede, en ningún caso, impedir la suspensión del pro-
ceso a prueba (conf, Vitale, Gustavo, “Suspensión del Proceso Penal
a Prueba”, ed. Del Puerto, Bs.As., 2004, pág 266; en igual sentido, se
expide, entre otros, Edwards, Carlos, “La probation en el Código Penal
Argentino, ley 24.316”, 2da. edición actualizada, ed. Marcos Lerner,
1997, pags. 57/58).
Sí, en cambio, señalamos que el sentido de la exigencia del
consentimiento del acusador estatal, como titular de la acción penal,
en el marco de un sistema de justicia penal orientado hacia un modelo
acusatorio formal “sólo puede consistir en un juicio de oportunidad
político criminal respecto de la persecución penal de un caso parti-
cular” y “esas deben ser razones que, según el ordenamiento jurídi-
co, puedan ser tomadas en cuenta para una decisión de tal carácter”
(Bovino, Alberto “La suspensión del procedimiento penal a prueba en
el Código Penal Argentino”, ed. del Puerto, p. 158 y ss).
En el mismo sentido, la norma contenida en el art. 205 CPPCABA
es coincidente con el criterio que postulamos al establecer que “la opo-
sición del Ministerio Público Fiscal, fundamentada en razones de polí-
tica criminal o en la necesidad de que el caso se resuelva en juicio, será
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54, 55, 166 inc. 2 y 189 bis inc. 2, cuarto párrafo del CP), en el que se
ha dictado su prisión preventiva, por lo que se encuentra actualmente
detenido. Los hechos investigados en esa jurisdicción concurren real-
mente con el que conforma el objeto procesal de autos.
En base a lo expuesto y aún teniendo en cuenta el criterio am-
plio para la procedencia de la suspensión del juicio a prueba (adop-
tado por esta Sala, in re, “Aguilera, César Alberto s/ inf. art. 189 bis CP
-Apelación-”, causa Nº 408-00-CC/2005, resuelta el 19/12/05), deberá
confirmarse la decisión recurrida.
En el caso analizado, la magnitud de la escala penal de los de-
litos atribuidos a Gutiérrez, resultante de la aplicación del art. 55 CP,
hacen improcedente la aplicación del instituto, pues en caso de recaer
sentencia condenatoria única, aquélla no sería pasible de ejecución
condicional, dado que el mínimo legal de la escala penal que surge te-
niendo en cuenta el párrafo segundo del art. 76 bis del CP que contiene
el caso de concurso real de delitos, es de cinco años de prisión (arts. 55
y 166 CP).
Por último, cabe destacar que la regla del art. 76 bis, segundo
párrafo, CP sólo exige la presencia de imputación de un concurso real
de delitos, resultando indistinto a tales fines el orden cronológico de
su presunta comisión, mientras se den las exigencias propias de aquél.
Por tanto, no se afecta el principio de inocencia, sino que se trata de la
valoración de la situación procesal global y conjunta del imputado, tal
como lo exige la citada norma.
Por tales motivos, de acuerdo a la normativa mencionada,
entiendo que corresponde confirmar la resolución de la Sra. Juez de
grado en cuanto no hace lugar a la suspensión del proceso a prueba
respecto de Gabriel Jorge Gutiérrez.
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Así voto.
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Así lo voto.
el Tribunal,
Resuelve:
Magistrados:
Dra. Elizabeth Marum; Dr. Marcelo P. Vázquez; Dra. Marta Paz.
Número Fallo:
14377
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FUEGO DE USO CIVIL SIN CONTAR CON
LA DEBIDA AUTORIZACIÓN LEGAL
Colección Doctrina