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La parte religiosa, por mucho tiempo fue la más aceptada, a pesar de no haber
tenido evidencia física, donde concibe que la creación del hombre fue un acto de
uno o varios dioses. Muchos consideran que el punto de vista religioso no es
incompatible pues pondría en duda muchas creencias religiosas, aunque afirmar
que el hombre tiene un origen místico no necesariamente afirma que no existan
aspectos biológicos involucrados, pues la biología es una ciencia.
La parte científica produjo un cambio de visión y sitúa al hombre como uno más en
la evolución de los organismos vivos de la Tierra gracias a estudios e
investigaciones constantes. La Teoría de la Evolución de Darwin, donde Charles
Darwin califica a la especie humana como Homo Sapiens y la sitúa dentro de la
evolución biológica afirmando que el mono ha pasado por un largo proceso de
evolución que llevó varios miles de años hasta dar origen al ser humano. Esto
último tiene apoyo gracias a los trabajos de Gregorio Méndel sobre la herencia
biológica y las mutaciones genéticas que puede sufrir el ser vivo, así como
muchas otras teorías hechas por varios científicos.
Otra razón podría ser la sangre, en efecto los dinosaurios, como la mayoría de los
reptiles, son de sangre fría y se vieron impedidos a adaptarse al clima glacial,
mientras que los mamíferos de sangre caliente y pequeña capa de grasa en sus
pieles consiguieron ser los supervivientes y más tarde los dueños de la misma
tierra. Si esta convivencia se hubiera llegado a dar, en un principio no hubiéramos
sido más que presas ante sus ojos y más tarde una competencia a la que eliminar.
Con esas grandes bestias en las puertas de la cueva, se tenía que ser muy
valiente para salir.