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Agradecimiento: A nuestro amigo Juan Antonio Alonso, "burgalés de pro" y amante del Arte Prerrománico, que
nos ha dado a conocer esta ermita y nos ha proporcionado parte de la información y todas las fotografías que se
utilizan es esta ficha.
Situada sobre una alta meseta, desde la que se domina un paisaje espectacular sobre un cañón que forman los
ríos Rudrón y Ebro, encontramos esta pequeña ermita dedicada a las santas Centola y Elena que, según la
tradición, recibieron martirio en este lugar en la época de Diocleciano y en la que se conservaron sus reliquias
hasta 1317, año en el que se trasladaron a la catedral de Burgos, donde aún se conservan. En su entorno se
encuentran también los restos de un castillo y, dada su magnífica ubicación defensiva, es muy probable que
existiera en él algún tipo de castro anterior a la época visigoda.
La iglesia, que ha sido restaurada recientemente, es de muy pequeño tamaño, formada únicamente por una
nave rectangular de 5,25 por 4,07m, con cobertura plana de
madera y con una especie de banco corrido en piedra
adosado internamente a cada muro lateral, y un ábside de
2,17 por 2,40m, cubierto por bóveda de cañón en forma de
herradura. La nave y el ábside están separados por un muro
en el que existe un arco de acceso, también de herradura,
prolongado 1/3 del radio como es habitual en la arquitectura
visigoda, sobre impostas incrustadas en el muro y con un
absidiolo a cada lado del arco, formando dos pequeños
altares laterales que parecen simular los ábsides triples tan
habituales en las cabeceras visigodas. Su única iluminación
proviene de la puerta de acceso en el lado oeste, que no
conserva su estado original y al que se ha añadido una
espadaña muy posterior, y por una ventana en el centro del
ábside. Esta ventana es muy estrecha, con derrame interior y terminada en un arco de herradura tallado en una
sola piedra que en su lado exterior contiene una inscripción en la que se lee claramente "FREDENANDUS
ET GUTINA", entre dos cruces patadas visigodas con la alfa y la omega, que se completa debajo con "ERA
DCCCXX" y a la derecha con una decoración vegetal que nos recuerda más a la época mozárabe que a la
escultura visigoda. La fecha grabada corresponde al año 782, por lo que si suponemos que toda la inscripción
corresponde a su fecha de construcción, estaríamos ante un edificio de estilo visigodo setenta años posterior a
la invasión árabe.
Desde nuestro punto de vista es mucho más probable que se tratara de una construcción del siglo VII, situada
en un entorno próximo - unos 70 kms - a la nueva ciudad de Vitoriacum y en una zona en la que encontramos
al menos otro monumento visigodo importante en San Vicente del Valle, unos 90kms al sur. Posiblemente la
23/09/2010
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al menos otro monumento visigodo importante en San Vicente del Valle, unos 90kms al sur. Posiblemente la
zona fue abandonada durante la invasión árabe y al recuperarla, en el último tercio del siglo VIII, existiera
aún la ermita en buen estado, dada su difícil acceso, y la restauraran en lo que fuera necesario para volver
abrirla al culto, posiblemente por monjes procedentes de Al-Andalus, siendo de esa época toda o parte de la
inscripción. En efecto, sería interesante estudiar si toda la inscripción es de la misma mano y de la misma
época, ya que a simple vista se observan diferencias importantes entre el estilo de la dedicatoria, incluidas las
cruces patadas que la encierran y el de la fecha y la
decoración vegetal, lo que podría demostrar que estas
últimas corresponden a una fase posterior a la dedicatoria y,
por lo tanto, a la construcción inicial.
Nuestra conclusión es que es muy difícil creer que esta ermita, con unas características tan definidas que la
sitúan en pleno siglo VII visigodo, fuera construida en el año 782 como indica la inscripción. Sin embargo es
mucho más creíble, como se piensa que sucedió en Santa María de Quintanilla de las Viñas, que se trate de
una iglesia anterior a la invasión árabe a la que se añadió una nueva dedicatoria al recuperarla para el culto
durante la reconquista de la zona.
En cualquier caso es evidente que nos encontramos ante un pequeño monumento altomedieval español, muy
poco conocido y que, tanto por sus especiales características como por el magnífico paisaje en el que se
encuentra, merece una visita de cualquier persona interesada en el Arte Prerrománico Español.
23/09/2010