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MARCOS
Universidad del Perú, Decana de América
Lima – Perú
2018
ÍNDICE
Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
I. INTRODUCCIÓN....................................................................................................................3
II. OBJETIVOS............................................................................................................................3
III. MARCO TEÓRICO..............................................................................................................4
3.1. CÉLULAS SANGUÍNEAS..................................................................................................4
3.2. HEMATOPOYESIS..........................................................................................................5
3.3. ERITROPOYESIS.............................................................................................................9
3.4. PROPIEDADES GENERALES DE LA RESPUESTA INMUNITARIA......................................13
3.5. INMUNIDAD INNATA...................................................................................................14
3.6. INMUNIDAD ADAPTATIVA...........................................................................................18
3.7. DESARROLLO DE LA RESPUESTA INMUNE EN EL NIÑO, ADOLESCENTE, GESTANTE,
ADULTO Y ADULTO MAYOR.....................................................................................................22
IV. CONCLUSIONES..............................................................................................................23
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...........................................................................................23
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Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
I. INTRODUCCIÓN
II. OBJETIVOS
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También llamados hematíes o glóbulos rojos, tienen forma disco bicóncavo de 7.5 micrómetros
de diámetro, con una periferia oscura y un centro claro. La espectrina y la actina son proteínas
responsables de la forma de los eritrocitos. Esta asociación es la causa de la forma de los
eritrocitos y también de su capacidad de deformarse. Ya maduros carecen de núcleo y
organelos, viviendo 120 días.
Contienen hemoglobina que es una proteína grande conformada con cuatro cadenas
polipeptídicas, cada una de las cuales está unida de manera covalente a un grupo hem. Tiene
dos cadenas polipeptídicas alfa y dos cadenas polipeptídicas beta.
Funciones
A nivel de alvéolos, la hemoglobina de los eritrocitos reacciona con el oxígeno,
denominada oxihemoglobina (HbO3). De esta manera, el 99% del oxígeno es trasportado hacia
los tejidos. Al llegar la oxihemoglobina a la sección capilar de la red vascular, la unión se rompe
y el oxígeno es cedido a las células de los tejidos. El ciclo se repite una y otra vez. El total de
hemoglobina en la sangre es de 14-16%, es decir por cada 100mL de sangre.
En los capilares, el CO2 producido por los tejidos, reacciona en unión química con la
hemoglobina, formando el compuesto carbaminohemoglobina (HbCO2), unión que se rompe
en sus constituyentes primarios a nivel de los alvéolos pulmonares.
Ni el oxígeno, ni el gas carbónico compiten por los sitios de unión de estos gases con la
molécula hemoglobina. Caso contrario sucede con el gas monóxido de carbono (CO), producido
por los automóviles. Este gas se liga a la hemoglobina, en los mismos sitios donde se liga el
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Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
oxígeno, además su afinidad con la hemoglobina es mucho mayor, que la que presenta el
oxígeno con la molécula de hemoglobina2.
GLÓBULOS BLANCOS
Características
También llamados leucocitos, encontramos 6,500 a 10,000 por milímetro cúbico de sangre. A
diferencia de los eritrocitos, los leucocitos no funcionan dentro del torrente sanguíneo, pero lo
utilizan para desplazarse y cuando llegan a su destino migran entre las células endoteliales de
los vasos sanguíneos (diapédesis), penetran en el tejido conjuntivo y llevan a cabo su función.
Se clasifican en dos grupos:
1. Granulocitos: tienen gránulos específicos en su
citoplasma.
2. Agranulocitos: carecen de gránulos específicos.
Tanto los granulocitos como los agranulocitos
poseen gránulos inespecíficos (azurófilos), que hoy
en día se sabe que son lisosomas3.
TIPOS DE GRANULOCITOS:
Neutrófilos ( 60-70% )
Eosinófilos ( 4% )
Basófilos ( 1% )
TIPOS DE AGRANULOCITOS
Linfocitos ( 20-25% )
Monocitos (3-8% )
Fig. 3 la fagocitosis 5
Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
atacar todas las sustancias que considera extrañas al organismo, incluidos los antígenos que
son los constituyentes químicos de muchos virus y células diversas. Los antígenos, provocan
una reacción del sistema de defensa, en términos de producir anticuerpos (inmunidad
humoral) o de sensibilizar leucocitos (inmunidad celular).
Existen dos tipos de reacciones de defensa inmunitaria. La primera denominada reacción
celular, involucra a los linfocitos T, denominados así porque su proceso de maduración y
sensibilización culmina en el timo, pese a que su lugar de origen sea la médula ósea. Los
linfocitos T atacan, previo reconocimiento, todos los microorganismos que posean antígenos
extraños al organismo, así como también a las propias células que han sido infectadas.
Funciones
Limitan una hemorragia al adherirse al recubrimiento endotelial del vaso sanguíneo en caso de
lesión. Las plaquetas entran en contacto con la colágena subendotelial, se activan, liberan el
contenido de sus gránulos, se acumulan en la región dañada de la pared del vaso (adherencia
plaquetaria) y se adhieren unas a otras (agregación plaquetaria) 5.
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III.2. HEMATOPOYESIS
a) Definicion:
La hematopoyesis o hemopoyesis es el proceso de formación, desarrollo y maduración de
los elementos figurados de la sangre (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) a partir de un
precursor celular común e indiferenciado conocido como célula madre hematopoyética
multipotente, unidad formadora de clones, hemocitoblasto o stem cell.
Las células madre que en el adulto se encuentran en la médula ósea son las responsables
de formar todas las células y derivados celulares que circulan por la sangre.
Las células sanguíneas son degradadas por el bazo y los macrófagos del hígado. También
es conocida por su distribución en la sangre.
La vida de las células de la sangre es corta. Para mantener los niveles de células
sanguíneas en cifras estables es necesaria una renovación permanente de las células que
desaparecen por el proceso normal de envejecimiento. También son precisos unos
mecanismos de ajuste que permitan una mayor producción ante un aumento de las
demandas de células sanguíneas concretas porque su cuantía sea insuficiente para
producir una función. Por ejemplo, en caso de problemas pulmonares que impidan una
adecuada oxigenación de la sangre se produce un fuerte estímulo para aumentar la
capacidad de transporte de oxígeno de la sangre mediante una hiperproducción de
glóbulos rojos (hematíes). Ello se debe a la existencia de "sensores" que identifican una
función deficitaria y elaboran uno o varios productos de tipo proteico o similar que
estimula la producción de células específicas para suplir la función deficitaria. En el caso
previamente descrito, los sensores serían células del riñón que detectan la escasez de
oxigeno sanguíneo y elaboraran como respuesta compensadora un producto llamado
eritropoyetina. La eritropoyetina es transportada por la sangre hasta la medula ósea
donde estimula la producción de glóbulos rojos. También existen factores inhibidores que
frenan la producción de uno o varios tipos celulares sanguíneos.
c) TEJIDO HEMATOPOYETICO
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La actividad proliferativa de las células totipotenciales es baja. Aumenta para las células
monopotenciales y células precursoras más jóvenes y cesa en los precursores más
maduros. Le acompañan unos cambios morfológicos y funcionales que dan lugar a la
célula definitiva.
Los factores de crecimiento hemopoyéticos son necesarios para la supervivencia,
proliferación y maduración de las células progenitoras en medios de cultivo en el
laboratorio. Estos factores se producen en el ambiente de la médula ósea o en otros
lugares del organismo. Se trata de glicoproteínas con estructura conocida hoy en día y que
se están produciendo de forma industrial con fines terapéuticos.
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Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
Está formada por todas aquellas células hematopoyéticas más o menos diferenciadas y
reconocibles mediante diferentes técnicas que a lo largo de su proceso de división y
maduración van a llegar a producir glóbulos rojos.
La línea granulo-monocítica
Está formada por todas aquellas células que tras sufrir un proceso de división y
maduración darán lugar a los leucocitos polimorfonucleares (también llamados
granulocitos) y monocitos. Estas dos células tienen unas células progenitoras
comprometidas inicialmente comunes, de ahí el nombre.
La línea megacariocítica
Está formada por todas aquellas células que finalmente darán lugar a la célula productora
de plaquetas, llamada megacariocito. La plaqueta no es una célula, es un fragmento del
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Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
III.3. ERITROPOYESIS
Las células sanguíneas comienzan sus vidas en la médula ósea a partir de un solo tipo de célula
llamado célula precursora hematopoyética pluripotencial, de la cual derivan todas las células
de la sangre. Las sucesivas divisiones de las células pluripotenciales para formar las diferentes
células sanguíneas. A medida que se reproducen estas células, una pequeña parte de ellas
permanece exactamente igual que las células pluripotenciales originales y se queda en la
médula ósea para mantener el aporte, aunque su número disminuye con la edad. Pero la
mayoría de las células reproducidas se diferencia hasta formar los otros tipos celulares. Las
células en un estadio intermedio son muy parecidas a las células precursoras pluripotenciales,
aunque ya estén comprometidas en una línea celular en particular y reciben el nombre de
células precursoras comprometidas.
reproducción de las diferentes células precursoras están controlados por múltiples proteínas
llamadas inductores del crecimiento. Se han descrito cuatro inductores principales del
crecimiento, cada uno con características diferentes. Uno de ellos, la interleucina 3, favorece el
crecimiento y reproducción de casi todos los tipos diferentes de células precursoras
comprometidas, mientras que otros inducen el crecimiento sólo de tipos específicos.
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Mecanismos de defensa del sistema inmunitario GRUPO 1
Cada una de ellas hace que un tipo de célula precursora comprometida se diferencie uno o más
pasos hacia la célula sanguínea adulta final.
Una vez que se ha formado el proeritroblasto, se divide múltiples veces formando finalmente
muchos eritrocitos maduros. Las células de primera generación se llaman eritroblastos
basófilos porque se tiñen con colorantes básicos; la célula ha acumulado en este momento
muy poca hemoglobina.
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numerosas como para impedir el flujo sanguíneo. Este mecanismo de control se muestra en la
siguiente figura.
Destrucción de la hemoglobina.
Cuando los eritrocitos estallan y liberan su hemoglobina, esta es fagocitada casi de inmediato
por los macrófagos en muchas partes del organismo, pero en especial en las células de Kupffer
del hígado y en los macrófagos del bazo y de la médula ósea.
Durante las siguientes horas o días, los macrófagos liberan el hierro de la hemoglobina y vuelve
de nuevo a la sangre, para su transporte por medio de la transferrina a la médula ósea para la
producción de eritrocitos nuevos o al hígado u otros tejidos para su almacén en forma de
ferritina. La porción porfirina de la molécula de hemoglobina es convertida por los macrófagos,
por medio de una serie de pasos, en el pigmento biliar bilirrubina, que se libera a la sangre y
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después se libera del organismo mediante
Figura: Función secreción
del mecanismo hepática a para
eritropoyetico la bilis.
aumentar
la producción de eritrocitos cuando se reduce la oxigenación
tisular.
III.4. PROPIEDADES GENERALES DE LA RESPUESTA
INMUNITARIA
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La inmunidad es la capacidad del cuerpo humano de resistir casi todos los tipos de
microorganismos y toxinas que tienden a lesionar los tejidos y órganos.
La inmunidad innata es la primera línea de defensa frente a agentes infecciosos; la mayoría de
los agentes patógenos pueden controlarse antes de que se produzca una infección declarada.
Esta inmunidad innata hace al cuerpo humano resistente a enfermedades como algunas
infecciones víricas paralizantes de los animales, el cólera del cerdo, la peste bovina y el
moquillo, una enfermedad vírica que mata a un gran porcentaje de los perros infectados. Por el
contrario, muchos animales inferiores son resistentes o incluso inmunes a muchas
enfermedades humanas, como la poliomielitis, la parotiditis, el cólera humano, el sarampión y
la sífilis, que son muy lesivas o incluso mortales para los seres humanos.
Barreras epiteliales
Las superficies intactas de los epitelios forman una barrera física entre los microbios del medio
externo y el tejido del huésped. Los tres elementos de separación principales entre el medio y
el huésped son la piel y las superficies mucosas de los aparatos digestivo y respiratorio. Todos
están protegidos por unos epitelios continuos que impiden la entrada de los microbios, y la
pérdida de su integridad suele predisponer a una infección.
Los epitelios, al igual que algunos leucocitos, producen péptidos dotados de propiedades
antimicrobianas tales como las defensinas y las catelicidinas.
Células efectoras circulantes
Las células efectoras más abundantes del sistema inmunitario innato son las que proceden de
la médula ósea, circulan por la sangre y emigran hacia los tejidos. Entre ellas figuran las
pertenecientes a la estirpe mielocítica, como los neutrófilos, los fagocitos mononucleares y las
células dendríticas.
Moléculas circulantes para el reconocimiento de patrones y proteínas efectoras de la
inmunidad innata
En el plasma y en los líquidos extracelulares pueden observarse diferentes proteínas solubles
que también reconocen patrones moleculares vinculados a los patógenos y sirven como
elementos efectores del sistema inmunitario innato. Otras moléculas solubles funcionan como
opsoninas, y marcan los microbios para su posterior fagocitosis por los neutrófilos y los
macrófagos.
Los principales componentes de la inmunidad innata humoral son el sistema del complemento,
las colectinas, las pentraxinas y las ficolinas.
Citocinas del sistema inmunitario innato
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Las citocinas de la inmunidad innata atraen a los leucocitos y los activan, además de producir
modificaciones sistémicas, como el aumento en la síntesis de células efectoras y de las
proteínas que potencian las respuestas antimicrobianas. En el siguiente cuadro se explica de
manera concisa las principales funciones de los componentes de la inmunidad innata 9.
FUNCIONES
Fig.7 tabla de los componentes del sistema inmunitario
La inmunidad innata cumple dos funciones importantes:
La inmunidad innata es la primera respuesta ofrecida frente a los microbios, que
impide, controla o elimina la infección en el huésped. Su importancia en la defensa del
huésped queda ejemplificada por los estudios que muestran un sensible aumento de la
vulnerabilidad frente a las infecciones al inhibirse o suprimirse cualquiera de los
diversos mecanismos de la inmunidad innata, aunque el sistema inmunitario
adaptativo siga íntegro y en unas condiciones funcionales.
La inmunidad innata frente a los microbios estimula las respuestas inmunitarias
adaptativas y puede influir en su naturaleza en el sentido de que cobren una eficacia
óptima contra los diversos tipos de microbios. No sólo cumple funciones defensivas
poco después de una infección, sino que también «advierte» de su existencia con el
objetivo de organizar una respuesta inmunitaria adaptativa posterior 10.
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INMUNIDAD HUMORAL
La inmunidad humoral, en la que los anticuerpos son un componente clave, protege a través de
los líquidos extracelulares. Los anticuerpos se ocupan de los microorganismos patógenos
extracelulares con bastante eficacia:
INMUNIDAD CELULAR
La respuesta celular es mediada por los linfocitos T que “patrullan” el organismo, esta
respuesta se realiza contra células tumorales, hongos o células tomadas como “rehenes” por
virus y parásitos.
Si los anticuerpos fueran nuestra única defensa los patógenos podrían ocultarse dentro de las
células, como lo hacen los virus, algunas bacterias y algunos parásitos. A este nivel actúa la
inmunidad celular, los linfocitos T reconocen el antígeno a través de receptores para el
antígeno especializados de la superficie celular: los TCR 14.
Las células presentadoras de antígenos (CPA) son un puente entre la respuesta inmunitaria
innata y adaptativa. Este grupo de células especializadas relaciona a las anteriores mediante la
captación y procesamiento de antígenos para que puedan ser reconocidos por los linfocitos T y
mediante la síntesis de citocinas.
Tanto linfocitos T como linfocitos B derivan de la médula ósea, pero el T madura en el timo.
Tienen funciones diferentes pero en común ambos:
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*Presentan memoria lo que hace que la respuesta inmune sea más rápida y de mayor
magnitud ante una segunda entrada del patógeno.
Los linfocitos T o células T representan del 70 al 80% de los linfocitos periféricos en la sangre y
maduran principalmente en el timo, carecen de gránulos y se encargan de la inmunidad celular.
Los linfocitos T cooperadores son el tipo más numeroso de linfocito T del organismo, regulan
casi todas las funciones del sistema inmunitario y entre sus funciones están estimular el
crecimiento y la proliferación de los linfocitos T citotóxicos y supresores, estimular el
crecimiento y diferenciación de las células B, activar el sistema macrofágico y estimularse a sí
mismos.
Los linfocitos restantes abarcan una amplia gama de clases como las células citolíticas.
Fig.2 Activación del linfocito T
RESPUESTA INMUNE ADAPTATIVA
Ambas respuestas comienzan con la activación de los linfocitos en los órganos periféricos,
causada por la CPA, que alcanza a estos órganos a través de la circulación linfática y
desencadena las siguientes fases:
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2. Fase de activación: Secuencia de eventos que se producen en los linfocitos como resultado
del reconocimiento antigénico específico. Todos los linfocitos experimentan dos cambios
fundamentales:
b) Diferenciación: Etapa en la cual se forman las células efectoras y las de memoria. Las
primeras producen diversas sustancias que pueden interactuar con el antígeno, como los
anticuerpos y linfocinas; las segundas son los linfocitos parcialmente diferenciados, es
decir, que no llegan a convertirse en células efectoras.
3. Fase efectora: En esta fase, los linfocitos T diferenciados en células efectoras migran hacia los
sitios de agresión, donde desarrollan sus funciones de eliminación de los patógenos, mientras
los linfocitos B las ejecutan en los propios órganos periféricos. Muchas de estas acciones
efectoras promueven la participación de células no linfoides y de mecanismos de inmunidad
innata, a saber: anticuerpos opsonizantes que favorecen la fagocitosis por parte de macrófagos
y neutrófilos PMN; anticuerpos que activan el sistema de complemento; inmunoglobulinas E
que estimulan la desgranulación de los mastocitos; citocinas segregadas 15por los linfocitos T,
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el adaptativo. En las semanas 5–6 de gestación la Inmunidad innata está representada por
macrófagos en el hígado y la sangre y en cuanto a la Inmunidad celular, existen precursores
de las células T en el hígado. Entre las 9–10 semanas de embarazo, en la Inmunidad innata
se inicia la síntesis de complemento y se encuentran células NK en hígado; en la Inmunidad
humoral encontramos precursores de células B en el hígado y en la Inmunidad celular hay
precursores de las células T en el timo. A las 12-14 semanas en la Inmunidad innata se
encuentran macrófagos en nódulos linfoides y células presentadoras de antígeno con HLA
mayor clase II; en la Inmunidad humoral hay células pre-B con IgD, IgG e IgA y en la
Inmunidad celular encontramos células T CD4+ y células CD8+ en el timo, hígado y bazo. Se
inicia de la transferencia pasiva de IgG materna. En las semanas 16-17, la Inmunidad innata
tiene macrófagos maduros en el hígado y neutrófilos circulantes; en la Inmunidad humoral
hay un gran número de células B en el bazo, sangre y médula ósea; y en cuanto a la
Inmunidad celular hay células T en la sangre y tejido linfoide/reordenamiento de
receptores. Entre las 20-30 semanas en la Inmunidad humoral las células B secretan
anticuerpos y en la Inmunidad celular hay un incremento gradual de los linfocitos T
secretores de citoquinas; y se incrementa gradualmente el transporte transplacentario de
IgG. Los monocitos son funcionales en las últimas semanas de gestación. Las proteínas del
complemento no son transferidas a través de la placenta, por lo que el feto debe
fabricarlas por sí mismo11-13. La inmunidad sérica durante la vida fetal queda limitada a la
transferencia de IgG maternas que, mediante un sistema complejo logran, desde la madre,
alcanzar la circulación fetal, por ello el recién nacido posee un limitado bagaje de
anticuerpos, IgG, fiel reflejo de las que existen en la madre. De todas las Inmunoglobulinas
la única que atraviesa la barrera placentaria es la IgG, lo cual ocurre fundamentalmente en
el último trimestre, comenzando aproximadamente de las 32 semanas de gestación
(alrededor de 400 mg/mL) y se incrementa a 1,000 mg/mL al término (se inicia la
transferencia de IgG materna entre las 12–14 semanas y hay un incremento gradual del
transporte de IgG entre las 20–30 semanas de gestación); sin embargo, no todas
las subclases de IgG van a estar suficientemente representadas, sino que es bien eficiente
la transferencia de IgG1 e IgG3, pero es bajo el aporte de IgG25. El nivel de IgG en el feto
aumenta hasta a término, excede generalmente el del nivel de IgG materna debido al
transporte placentario activo. En la edad fetal se sintetizan pequeñas cantidades de IgM
desde aproximadamente los cuatro meses y medio del embarazo. La producción de
Inmunoglobulinas propias es escasa, aunque en los fetos infectados en útero se estimulan
la producción de IgM y ocasionalmente IgA, pero raramente su propia IgG en respuesta a la
infección, probablemente debido a la presencia de IgG pasiva transplacentaria, así como
también por la falta de cambio del isotipo; aunque sí es capaz de producirla también si
fuera necesario, pero en menor medida. La mayor función de la IgG en defensa del
huésped es proporcionar actividad opsónica para bacterias piógenas y actividad
neutralizante para virus. Los prematuros nacidos antes de las 32 semanas de gestación
tienen una profunda deficiencia de IgG9. A medida que se avanza en el embarazo, el feto
alcanza mayor provecho, tanto en lo referente al traspaso pasivo de IgG materna, como en
la propia maduración de sus defensas y sistema inmune. Con ello verificamos que el recién
nacido tiene capacidad de respuesta, pero todavía en este período no ha alcanzado la
adecuada madurez inmunológica.18
Adulto mayor
Los cambios del sistema inmune repercuten en el resto de los órganos y sistemas, ya que
la respuesta inmune está compuesta por una serie de sucesos secuenciales y controlados
que generalmente se inician con la entrada de un antígeno (Ag) o molécula ajena al
organismo. Este reconocimiento antigénico se hace a través de los linfocitos, que deben
proliferar, crecer y madurar, todo lo cual se ve afectado en la senectud, que va
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acompañada de una involución típica, una disminución de las hormonas típicas, de los
linfocitos T maduros y de la respuesta de anticuerpos a ciertos antígenos específicos; a este
proceso se le llama inmunosenescencia, que además en muchos casos cursa con aumento
de la prevalencia de anticuerpos séricos como el factor reumatoideo (FR), que es una
inmunoglobulina M (IgM) que se encuentra en algunas enfermedades autoinmunes. 19
Está descrito que la enfermedad se desarrolla cuando los mecanismos de defensa fallan, ya
sea por agresión externa de gérmenes o por la combinación de varios factores tal y como
sucede en las enfermedades crónicas. Los cambios más relacionados con el envejecimiento
en el sistema inmunológico del anciano son el aumento de los linfocitos T HLA-DR14, el
aumento de los linfocitos T inmaduros CD2+ y CD3-, asociado al aumento de los linfocitos
de memoria CD45 RO, junto con una disminución de los linfocitos vírgenes CD4 SR A y la
disminución de los CD8, mientras que los CD4 se mantienen normales20.
Cuando se estudian otras moléculas como el CD16, el CD56, el CD19, están disminuidas, al
igual que los conteos absolutos de linfocitos. En cuanto a las células asesinas naturales (NK)
hasta ahora no se ha observado ningún cambio significativo, pero hay datos
controversiales.
La proteína CD28 es un coestimulante de la unión del receptor de reconocimiento
antigénico (TCR) de la superficie del linfocito T con el complejo Ag- HLA que está en la
superficie de la célula presentadora de Ag. Esta molécula también contribuye a la
activación y secreción de interleucina 2 (IL-2) y a la señal del linfocito T estimulado, por
tanto, la ausencia o disminución del CD28 causa una disfunción en el sistema
inmunológico. Los estudios de Boucher y otros demostraron que la expresión de CD28 varía
en diferentes grupos de edades, y es precisamente en los ancianos donde menos se
verifica su expresión.21
Otra de las alteraciones importantes que se ha observado en estas edades es la
disminución de la respuesta de hipersensibilidad retardada (DTH). Ello se estudió durante 7
años por Wayne y otros. Se apreció que la morbimortalidad aumenta en ancianos sanos
con anergia, comparados con aquellos cuyas pruebas de intradermoreacción eran
normales. De hecho, la prueba dérmica es el mejor predictor de la sepsis relacionada con la
mortalidad en estos pacientes.1
Los trabajos experimentales de Rathmell JC, estudian los factores que tienen que ver con la
supervivencia de las células B, productores de anticuerpos. Los niveles de anticuerpos en
general son normales, pero la capacidad de respuesta antígena específica está disminuida
con poca respuesta de anticuerpos ante los antígenos vacunales. 22
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IV. CONCLUSIONES
Dentro de los componentes celulares se encuentran los granulocitos (neutrófilos,
eosinófilos, basófilos y mastocitos), los monocitos y macrófagos, las células dendríticas
y de Langerhans y las células citotóxicas naturales (generalmente llamadas natural
killer.
El sistema inmunitario innato comprende las células y los mecanismos que defienden
al ser vivo, de la infección por otros organismos, de forma no específica. Esto significa
que las células del sistema innato reconocen, y responden a patógenos de forma
genérica y, a diferencia del sistema inmunitario adaptativo.
Los mecanismos de defensa se pueden agrupar en dos tipos, inespecíficos y
específicos. La defensa o inmunidad inespecífica comprende a una serie de
mecanismos de respuesta inmediata para proteger al organismo contra una gran
variedad de agentes patógenos.
El sistema inmunológico humano tiene dos niveles de inmunidad: específica y no
específica. A través de la inmunidad no específica, también llamada inmunidad innata,
el cuerpo humano se protege en contra de cuerpos extraños que percibe como
nocivos.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
24
1 Agur MR, Dalley F. Grant. Atlas de Anatomía. 11ª ed. Madrid: Editorial Médica Panaméricana; 2007.
8 John E. Hall, Arthur C. Guyton. Tratado de fisiología médica. 12ba edición. España: editorial S.A. ELSEVIER;
2011.
9 Guyton M, Hall J. Tratado de Fisiología Médica. 12ª ed. Madrid: Elsevier España, S.L., 2011. p. 433.
12 Abbas A, Lichtman A, Pillai S. Inmunología Celular y Molecular. 6ª ed. Madrid: Elsevier España, S.L., 2008. p.
19 – 44.
13 Castellanos R., Guevara M., Robinson R., Vásquez L. Respuestas inmunes innatas y adaptativas. Medisan
2000; 4(2): 64-7
14 Tortora G., Funke B., Case C. Introducción a la microbiología. 9 Ed. Madrid: Panamericana; 2007.
22 Guyton M, Hall J. Tratado de Fisiología Médica. 12ª ed. Madrid: Elsevier España, S.L., 2011. p.