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el pensamiento filosófico

latinoamericano, del caribe


y "latino" (1300-2000)

historia, corrientes, temas y filósofos

editado por

enrique dussel
eduardo mendieta
carmen bohórquez

siglo
veintitino
editores
4. LA FILOSOF~AQUECHUA
Josef Estemann

rial oficial del Taiz~arztinsuytf,


que ciertamente
ha sido una síntesis de influencias culturalei
Hablando en términos histáricos, la etnia de y sapienciales de muchas culturas milenarias.
1.0s quechuas o ruría (término del idioma que- heredadas por los nuevos señores quechuaha-
chua o í-zflin sirni para los miembros de este blantes del Imperio del Sol. En vista de que las
pueblo) fue identificada a menudo con el Za- culturas andinas originarias usaban una escri-
izta~?tinsuyr~, el imperio incaico o el Imperio d.el tura alfabética Y jeroglífica hasta el n~omento
Sol (aproximadanlente desde el 1300 hasta el no descih-ada, las fuentes de tal pensamiento
1535). A mediados del siglo xv, una revolución incaico son de índole arqueológica, paleonto-
cultural inicia su expansión desde la zona occi- lógica, indumentaria, o bien de tradición oral
dentd de América del Stir, en el corazón de la y de testinlonios de cronistas españoles, mes-
Cordillera de los Andes. Luego de su contunden- tizos e indígenas acul tux-ados (que hablan ya el
te victoria militar sobre los chancas en 1438, el español).
inca Pachakutjq empieza desde el Cuzco un Tratándose de una de las vertientes del pen-
proceso de expansión cultural, económica y mi- samiento jndígena del Ab.va Yala (expresión de
l i ~ aar lo largo y ancho de los Andes, abarcando la cultura ktllia), el pensamiento quechua no se
cualro mil kilómetros de teti-itorio de norte a limita a la época histirica del Ta+vaiztiizstcyu,
sur, hoy ocupados por Colornbja, Ecuador, Pe- sino que sigue existiendo, en forma más o rrie-
ni,Bolivia, Chile Argentina (casi el doble que
I\ nos sincrética y clandestina, durante la colonia
hay de España al norte de Noruega). y la vida republicana de los nuevos estados en
En aproximadamente cien años las tropas el ámbito andino, por lo que se prefiere el de-
incaicas lideradas sucesivamente por Pacha- nominador de "pensamiento quechua" sobre el
kullq, Tupaq Inka Yupanki y Wayna Qhapaq, de .'pensarniento incaico".
imponen una cultura que se nutre de más de
tres mil años de historia, con los valiosos apor-
tes de las antiguas civilizaciones chavín, para-
cas, mochica, tiawanaku, iiazca, wari, chirnú
y lambayeque. El Tniiwt?tinszqr.r,en su esplen- Al referirse a las filosofías indígenas en gene-
dor hacia finales del siglo xv, desarrollaba una ral o a las filosofías andinas en particular, la
política de uniformación cultut-al, rnítica (el academia filosófica tiende a cualificar este ti-
culto iinperial del i d o sol) y filosófica que po de filosofías como pensamiento, etnofdoso-
resultaba en la imposición del runa siini (que- fía, cosrnoi7ision o simplemente sabiduría. Co-
chua) como li~qgtinfiarzca i~nperial. mo con cualquier filosofía, se trata de filosofías
Sin embargo, no se pudo subvugar a mino- contextuales, y el contexto en este caso es so-
rías culturales, lingüísticas y sapienciales como hr-e todo de tipo C L Itural,
~ étnico y religioso. Es
los aymara, los ui-u, los pukara y otras que se- cierto que en cl caso del pensamiento quechua
guían usaiido sus lenguas nativas y cosmoui- (o de la filocofia quechua) nn existen textos
siones propias. históricos de primera mano, n o hay autoría
Hablando d e un "pensamiento incaico" o individual y no existen instituciones de elabo-
incluso de una "filosofía incaica", los autores r.ació1-iv difLisi6n del saber filosófico (universi-
se refieren al pensamiento o la ideología impe- dades! institutos, comunidades de sabios).
LA FILOSOFÍAQUECHUA 37

Sin embargo, desde una perspectiva inter- provincias noroccidenlales de Argentina tie-
- -.:ural, se trata de un pensamiento filosófico nen una diversidad fonética, morfológica v
: .;:into de la tradición occidental dominante, semántica impresionante. A pesar de los es-
: :ncluso distinto de la gran mayoría de co- fuerzos de la Academia de la Lengua Quechua,
7:ntes filos6ficas de América Latina. no se logró hasta !a fecha iiniformar la gramá-
Elidentemente, hay problemas epistemoló- tica y la escritura; esta ítltirna -como se trata
;..:os v rnetodolíigicos, en el mon-iento de la de una lengua ágrafa- tenia q u e adaptarse al
:.:boraciÓn y sistematización de una filosofía alfabeto latino, introduciendo signos auxilia-
;.;?chua. Por la falta de Fuentes escritas, hay res (apóstrofes :!diéresis) y limitando las vo-
buscar otro tipo de fuentes, que son sobre cales a tres fa, e, u).
:I ~ la O tradición oral, la subconciencia colec- La lengua quechua o i-zrna simi se ha con-
:::a. el universo simbólico religioso y ritual, vertido en base y trasfondo de lo que viene a
i ' relatos indirectos de los primeros cronis- ser la cultura quechua o, mejor, las culturas
s:. v los esfuerzos indigenas de los últimos quechuas, que abarcan los ámbitos culturales
2 - 0 s por desclandestinizar la sabiduría mile- en 10s que tal lengua predomina, desde el sur
x r i a quechua. de Colombia hasta el norte de Argentina, La
No se trata, entonces, de elaborar una filo- llamada cultura quechua (un tipo ideal) es el
:>ría desde cero, sinv de articular, expresar y resultado de un largo proceso de hibridación,
:latematizar un pensamiento milenaiio, que superposición, in tei-penetración y asimilación
fxistía antes, con y después de la conquista entre diferentes culturas, tanto en tiempos
ispañola, y que sigue existiendo en gran par- precoloníales como en los últimos 500 años.
:? de los Andes de Sudamérica, desde Colom- No se trata de una cultura pura, netamente
:a hasta el norte de Argentjna. Este trabajo indígena y originaria, sino de un universo cul-
:;1 análisis y sistematización merece el título de tural híbrido y sincrético que corresponde al
Ilosofia". mestizaje cultural de la gran mayoría de las
personas quechuas.
Las culturas andinas a las que pertenecen
el pueblo y la cultura quechuas tienen muchos
rasgos sapienciales, filos6ficos v civilizatorios
El término español "quechua" (que deriva de en común, sobre todo las culturas aimara y
.a. palabra quechua qlzesi~,n:"región de que- quechua. La cosmosisión englo bante, que es
-7i.adasJ')en primer lugar es una referencia lin- la base para e1 pensamiento quechua, con los
güística; el quechua o ?-zrr.rnsiíni ("lengua de principios fiIosóficos más importantes, es el pa-
gmte") es parte de una familia lingüística (a la raguas paradigmático andino para la filosofía
que pertenece el airtzara) que se originó de una o el pensamiento quechua. Este pensamiento
snia asentada en las cercanías de Cuzco en se sustenta en la lengua runa simi v su estructu-
Perú, pero que era de origen altiplánico (cerca ra básica, como también en la cultura quechua
del lago Titicaca). Según Las investigaciones, como conjunto de costumbres, ritos, princi-
21 qucchua es una derivación del aimara, con pios, éticas y modos de vivir.
;a influencia adicional de otras lenguas (puka-
sa, wari, uru).
Por la expansión de) pueblo quechua, a
partir del siglo xn: de nuestra era, a ~ravésdel
imperio incaico, la lengua quechua se con- El pensamiento quechua tiene una racionali-
~.ierteno solamen~een la lengua oficial del Ta- dad sui gener-is que ce constniye en torno a un
\i.antjnsuyu,sino que era promovida como liiz- concepto eminente, expresado por el termino
;tia franca en todas las regiones, aunque no quechumara (quechua y airnara) pacha.. Esta
pudo imponerse del todo. palabra es polisémica; no puede ser traducida
Por los contextos regionales y el contacto en forma unívoca a la lengua indoeuropea.
con otras lenguas, el runa silni actual tiene una Filos6ficamente, pacha significa el "un.iverso
variedad lingüística significativa, El kichwa de ordenado en categorías espaciotemporales",
Ecuador, el quechua anwshino de Perú, el que- pero no simplemente como algo físico y astro-
chua collao del altiplano peruano, el quechua nómico. El vocablo griego kosi~zostaJ vez se
cochabambino de Bolivia o el quechua de Ias acerque más a lo que quiere decir pacha, pero
38 PRIMERA PARTE: PENODOS

sin dejar de incluir el "m~lndode la naturale- dientes uno de otro, anárquicos, heteróno-
za", al que tambikn pertenece el ser humano. mos, no sustanciales. La relación, que en Oc-
Pacha también podría ser un equivalente ho- cidente es un accidens real o una forma u
meorn6iSico del vocablo latino esse ("ser"): pa- priori de la razón, es la primera categoria on-
cha es "10 que es", el todo existente en el uni- tológjca, es -para decirlo así- la verdadera
verso, la "realidad". Es una expresión que se sustancja no sustancial. Para el pensamiento
refiere al más d á de la bifurcación entre lo vi- andino, un ente particular siempre está en re-
sible y lo invisible, lo material y lo inmaterial, IaciOn con otros (trascendencia), no es sujsufi-
lo terrenal y 10 celestial, lo profano y lo sagra- ciente, no puede ser principio en sí misnlo (es
do, lo exterior y lo interior. anárquico), es regido por una nomatividad
Contiene como significado tanto la tempo- exterior (heteronomía) y no existe en si mis-
ralidad como la espacialidad: lo que es, de mo (relacionalidad).
una u otra manera, está en el tiempo y ocupa El principio de relacionalidad se puede
un lugar (topos). Esto incluso rige para los Formular de manera negativa y positiva. Ne-
entes espirituales (espíritus, almas, dioses). gativamente dice que no puede haber ningún
Facha es la base común de los distintos estra- ente completamente carente de relaciones, y
tos de la realidad, que para el rana (persona cuando se dice relaciones, hay que pensar en
humana) son básicamente tres: hanuq pachn, relaciones transeúntes (o trascendentes), Y no
k c ~ ypacha y ziray (o ukhu) pacha. Sin embar- soJarnente en relaciones inmanentes (o reflexi-
go, no se trata de mundos o estratos total- vas). Esto quiere decir que para el pensamien-
mente distintos, sino de aspectos o espacios to andino no hay entes absolutos {absolvere:
de una misma realidad (pacha) internelacio- "soltar", "desconectar") en sentido estricto.
nada. Tal vez sea oportuno traducir el vocablo La concepción de la absolutidad en el mundo
pncha por la característica fundamental de la andino es un concepto anatópico u occidento-
racionalidad andina: relacionalidad. Tiempo, génito.
espacio, orden y estratificación son elemen- Positivamente, el principio de relacionali-
tos imprescindibles para la relacionalidad dad dice que cada ente, acontecimiento, esta-
del todo. Juntando el aspecto de cosmos con do de conciencia, sentimiento, hecho y posibi-
el de relacionalidad, podemos traducir (lo lidad se halla inmerso en múltiples relaciones
que siempre es a la vez traicionar) pacha con otros "entes", acontecimientos, estados
como cosmos interrelacionado o relacionalí- de conciencia, sentimientos, hechos y posibi-
dad cósmica. lidades. La realidad (como un todo holístico)
La pachasofía quechua es la sapiencia filo- recién es (existe) como conjunto de seres y
sófica andina concerniente al universo orde- acontecimientos interrelacionados. El verbo
nado y basado en ciertos principios directri- quechua kay significa "ser" y "existir", pero
ces que se exponen a continuación. también es usado para expresar la relacján de
posesión o pertenencia: "tengo un hijo" en
quechua se expresa como "de mí me es mi
EL PRINCIPIO DE RELACTOiXALD3AD hi,joJ'(wazuay kalzmi). Además, el mismo voca-
blo kay también se usa como adietlvo y pro-
El rasgo más fundamental y determinante del nombre demostrativo con el significado de
pensamiento andino es la relacionalidad de "este", "esta" o "esto" (kvqhavi: "este varón";
todo. La categoría básica no es el "ente en iman kay?: "¿quées esto?").
cuanto ente" (eus inquanttlln e w ) de la meta- El principio de relacionalidad también tie-
física occidental, sino la relación. La filosoEía ne que ver con la relación gnoseológica. La fi-
occidental tiene como Eundamento ontol6gico losofía occidental expresa su concepción dias-
la sustancialidad de todo lo que existe, sea en tatica, ante todo, respecto a la relación entre
sentido realista como ser-en-sí-mismo, o sea el sujeto y el objeto gnoseológicos: la relación
en sentido trascendental como autonomía del cognoscitiva es una relación de conciliación
su.jeto. La existencia separada y monádica es entre realidades bifurcadas. El reconocimien-
lo primero; la relación entre los entes particu- to fenomenológico de que cada conciencia
lares lo segundo. Para el runa quechua, la si- fuera "conciencia de" (intencionalidad) no su-
tuación es la inversa: el universo es ante todo pera esta condiciiin, sino sólo la inmanentiza.
un sistema de entes interrelacionados, depen- MAS adelante, voy a discutir a fondo el con-
LA FILOSOF~AQUECHUA

cepto del sujeto y de la subjetividad. Por el EL PRINCIPIO DE COMPLEMENTARIEDAD


momento sólo quiero dejar anotado que la re-
lacionalidad cognosci tiva andina no presupo- Cada ente y cada acontecimiento tienen como
ne una diástasjs entre un sujeto conocedor y contraparte un complemento como condición
un objeto conocido. necesaria para ser completos y capaces de
La relacionalidad, como base trascenden- existir y actuar. Un ente individual aislado
tal (aqé)de la concepción filosófica andina, se (mónada) es considerado como incompleto y
manifiesta en todos los niveles y los campos deficiente si no se relaciona con su comple-
de la existencia. Por eso puede ser llamada el mento opuesto. La oposición no paraliza la
"axioma inconsciente" de la filosofía andina y relación, como sucede en la lógica occidental
la clave preconceptual de la interpretacion que se rige por el principio de la no contradic-
hermenéutica de la experiencia del runa andi- ción. La oposición más bien dinamiza la rea-
no. Se expresa (entre otros) en algunos axio- lidad, como lo afirma la lógica dialéctica y el
mas derivados, o principios paralógicos andi- pensamiento oriental en general. Cielo y tierra,
nos, que se explicitaran en seguida (principios sol y luna, varón y mujer, claridad y oscuri-
de correspondencia, complementariedad, re- dad, día v noche, bondad y maldad coexisten
2iprocidad y ciclicidad). Es tos principios, a su para el pensamiento andino de manera inse-
x z , son la base "paradigmática" para un sin- parable. El verdadero ente, es decir, la rela-
mímero de fenómenos filosóficamente intere- ción es una unión de oposiciones, un equilibrio
santes en los ámbitos de la naturaleza, la vida dialéctico o dialógico.
social y el orden ético. La complementariedad a nivel cósmico se
da como ordenamiento polar entre un lado iz-
quierdo y un lado derecho, la que a su vez se
EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA concibe en términos de sexuación: el lado iz-
quierdo corresponde a lo femenino, y el lado
El principio básico de relacionalidad se mani- derecho a lo masculino. Se trata de categorías
2 s t a a nivel cósmico como correspondencia cosmológicas (o pachasóficas), y no de antro-
tntre micro y macrocosmos, entre lo grande y pologicas o biológicas. Para el rtrnn quechua
11spequeño. El orden cósmico de los cuerpos todo está sexuado y, por tanto, sujeto al prin-
:?lestes, las estaciones, la circulación del cipio de complementariedad.
:-a, 10s fen6mcnos climáticos v hasta de lo
31-ino tiene su correspondencia (es decir: en-
:- entra respuesta correlativa) en el ser huma-
y sus relaciones econdmicas, sociales y cul-
:-~rales.El principio de la correspondencia Los principios de correspondencia y de com-
:xstiona la validez universal de la causalidad plementariedad se expresan a nivel pragrná-
Asica; el nexo entre micro v macrocosmos no tico v ético como principio de reciprocidad:
t. causal en sentido mecánico, sino simbóli- A cada acto corresponde, como contribución
:1)- t-epresentativo. Por tanto, los fenómenos complementaria, un acto reciproco. Este prin-
I, tr-ai~sición-que son chakanns o puentes cipio no sólo rige en las interrelaciones hurna-
;:lsmicos-, como los cerros, las nubes, el nas (entre personas o grupos), sino en cada
-::o iris, los rnanantes, los solsticios y los tipo de interacción, sea ésta intrahumana, en-
:~rnbiosde luna tienen un carácter numinoso tre el ser humano y la naturaleza, o sea entre
.. sagrado. El ser humano representa median- el ser humano y lo divino. El principio de reci-
:t actos simbólicos lo que pasa en lo grande, procidad es universalmente válido v revela un
iie-nrándose de esta manera de la continui- rasgo muy importante de la filosofía andina:
Izd del universo y de la perduración del orden la ética no es un asunto limitado al ser hu-
::smico. mano y su actuar, sino que tiene dimensiones
La correspondencia rige ante todo entre las cósmicas. Con mucha razón se puede hablar
t z fcr-asdel h a n q pacha ("espacio de arrí ba") y de una ética cósmica, que para la racionali-
:-1 pacha ("esfera de aqul y ahora"), mien- dad occidental sería un absurdo, debido a la
.. - que la tercera esfera representa el mundo
--m

implicación rnutua de eticidad y libertad. La


it "adentro", de los difuntos y ancestros (uray/ reciprocidad andina no presupone necesaria-
..
...:,:;? paciza). mente una relación de interaccidn libre y vo-
40 PRIMERA PARTE: PERIODOS

luntaria; más bien se trata de un deber cosmi- la importancia de u n acontecimiento. Por


co que refleja un orden universal del que el ser eso, existen "tiempos densos" y "tiempos fla-
humano forma parte. cos"; en algo la temporalidad andina refle,ja
El principio de reciprocidad dice que dife- la concepción griega del kairos. El tiempo no es
rentes actos se condicionan mutuamente (in- cuantitativo sino cualitativo: cada tiempo (épo-
leyacción) de tal manera que el esfuerzo o la ca, momento, lapso) tiene su propósito espe-
inversi6n en una acción por un actor será re- cífico. Existe un tiempo para la siembra, otro
compensado por un esfuerzo o una inversión para el aporque, otro para la cosecha; hay
de la misma magnitud por el receptor: En el tiempos rituales para hacer los despaclios y
fondo, se trata de una justicia (metaética) del los pagos a la pnciza~~zanzu. Los rituales y las
inter-cambio de bienes, sentimientos, perso- cerernoilias no son neutrales respecto al tiem-
nas v hasta de valores religiosos. po; si no es el tiempo apropiado, el ritual no
A través de la reciprocidad, los actores (hu- tiene el efecto deseado. No se puede presio-
manos, naturales, divinos) establecen una jus- nar el tiempo; por eso, las supuestas ganan-
ticia cósmica como normatividad subyacente cias de tiempo para el rtri~a/jaqia largo plazo
a las múltiples relaciones existentes. Por eso, serán pérdidas.
la base del principio de reciprocidad es el or-
den cósmico (v su relacionalidad fundamental)
como un sistema aimonioso y equilibrado de
relaciones.
Para el pensarniei~toquechua (y a foutiori para
todas las filosofías indígenas), el f~ltur-oparece
EL PKl%CJPIO DE CICLlCIDAD oscilar entre una integración estética y la ab-
sorción coinpleta por la cultura occidental do-
Debido a la experiencia agrícola, el hombre minante. En el primer caso, la filosofia andi-
andino concibe tiempo y espacio (pocha) co- na se convertiría en un paracligma exótico del
mo algo repetitivo. La infinidad no es entendi- pensamiento humano, accesible mediante In-
da como línea sin fin, sino con10 movimiento ternet a los cibemautas del siglo xxr y conserva-
circular o espiral interminable. Cada círculo do como en un banco genérico intelectual para
describe un ciclo, que puede ser referente a las las futuras generaciones de viajeros vi~~uales.
estaciones del año, la sucesión de las genera- Ser-íaentonces parte de una cultura museal, un
cjones o las diferentes eras históricas. El v7o- pensamiento sin pensadores, una filosofía sin
vtiiil corno algo absolutameilte desconocido ''sabios del amor", una creación sin creadores.
no existe para el pensamiento andino. La se- En el segundo caso, el proceso de la occidenta-
cuencia de ciclos es dialéctica y discontinua; lizacion (a través de la economización globali-
cada ciclo termina con un cataclismo cósmico zada) arrastraría en la caída iodo tipo de re-
(pachakuti)que da lugar a otra vuelta, una era ducción cultural y de resistencia andina. Para
nueva en otro nivel. las comunidades quechuas es una realidad vi-
El tiempo para el rtrlzu quechua es coino viente y en crecimiento.
la respiración, el latido cardiaco, el jr y venir
de las mareas, el cambio de día \.: noche. El BIBLIOGRAF~A:Aguirre Cárdenas, M., 1994; Bouys-
tiempo es I-elacionalidad cósmica, copresen- se-Cassagne, T., 1987; Díaz Guzmán, V., 1991;
te con el espacio, o sirnple~nenteotra rnani- Estermann, J., 2004, 2006; Gutiénrez Pareja, S.,
festación de pacha. Las categorías temporales 1972; Kusch, R., 1977; Manrique, E., 1987; Mejía
más importantes no son avanzado o atrasa- Huanián, M., 1994; Miranda Luizaga, J., 1996;
do, ni pasado v futuro, sino "antes" (r?atvpay) Ossio, J., 1973; Pacheco Farfán, J., 1994; Pefiü,
. tiempo tiene un or- Antonio, 1992;Rivara d e Tuesta. M.L., 1992, 1994;
y "después" ( q ~ i e p a ) El
den cualitativo, segun la densidad, el peso y Sobrevilla, D., 1992; Taipinquiri, 1996.
5 . LA FILOSOFÍA MAPUCHE
Ricardo Salas AsLraín

El pensamiento inapuche (r?zapticl-rerukidriar7z) r7a,las tesis de las filosofias rnonocul~uraljstas


está en intima vinculación tanto a las posibi- y logocentristas, que erigen criterios abso1.u-
lidades de la lengua mapuche (11zaptidtllg~~11) tistas y ahistóricos sin conciencia de sus di-
y de sus saberes (kinzijn) como a la afirma- mensiones contextuales, han fracasado e11 es-
ción existencia1 de una cultura como modo te intento. Las irnp!icaciones intercullurales
auléntico de vida (17layui~zogelz);en este sen- conllevan asumir la tesis de un pensar "entre"
tido es un complejo sistema dle cignificacio- que restaure las traducciones posibles entre
nes, valores y prácticas culturales (ndvzapu) mundos culturales que forjan ~núltiplesco-
que permiten dar cuenta de su visión del mun- nocimientos y praxis - q u e ya ha sido cues-
do y de s u historia como pueblo. En tanto que tionada desde ambos tipos de culturas. Esto
fue y es uno de los pueblos indoamericanos implica necesariamente la idea del didlogo
-que a travks de sus estrategias discul-sivas y intercuitural -deudora de una práctica his-
praxicas plasma sistemáticas Formas de iden- tórica de pnr+lar~ze?~ini- entre mapuches y co-
tidad y resistencia en una lar,ga historia de lonizadores españoles- que presupone la re-
encuentros y desencuentros con otros pue- consLrucción intercultural de los saberes como
blos y sociedades del sur de América-, su saberes históricos vii-iculados a los 17zt.rndosde
diizámica reflexiva es un preciso ejemplo del vi&, desde los que nacen v desde donde se
desenvolvimiento de saberes ci~lturales,ilaci- consolidan, pero que exigen ser cuidadosos
vos e histhricos, caracterizadcls por comple- con las dificultades inherentes a la traducción
jos procesos de identidad y resistencia. En sín- de lenguas ( ~ t i l p a z t ~ g uque
) , no permite una
tesis, tales conocimientos han demostrado una ti-asposición de todos Y cada uno de los signi-
capacidad intrínseca para res,ponder, creali- ficados y sentidos de sus terminologías, de ma-
vamente, desde sus contexto:; endógenos y nera tal que afirmamos una imposibilidad de
tradiciones ancestrales, a nuevas vicisitudes transportar los saberes de una cultura a otra
históricas. Ei pensar niapuche es un ejemplo en lo que refiere a la mera ir-aduccibn y tras-
paradigmático de lucha por el reconocirnien- plante de saberes. Entre otras cuestiones, esta
to, en la que los propios conocimientos (ki- tesis de dialogo debería dar cuenta de lo que
~lziin)son la base de una práctica de la vida es propio de los sabei-es del mundo mapuche
cultural (n,~ogerz),que se afirma y resiste cul- no a partir de disociaciones de los planos lin-
luralrnente, no sólo cuestionando la subordi- güístico~,epistémicos v ontologicos, tal como
nación política, sino tambien la hegemonía lo plantean los desai~ollosdel pensamiento y
de conocimientos y las visiones de mundo ex- de la filosofía latinoamericana del siglo xx,
tranjeras (ivinkn) que pretenden imponerse sino de una afirmación de que existe una sa-
en sus territorios. biduría que reconstruye sus propios conoci-
La reiterada lucha por el reconocimiento mientos autóctonos.
exige en~enderel ntaptic7.ze rakidua~na partir El pensar mapuche (1-akidziaílz) ha elabo-
de criterios de lo que constituye el pensaniien- rado en este sentido distinciones propias en
to rnapuche en su especificidad y en sus dialo- campos específicos: antropológico, ético, epis-
gos con el pensar ajeno (ivirzka rakidual~z),es temico y ontológico. Desde tradiciones inme-
decir, con los tipos de conocimientos defini- moríales hasta nuestros días se puede definir
dos como no niapuches. Desde esta perspecti- como el particular desenvolvimiento de cono-
42 PRIMERA PARTE: PERIODOS

cimientos del entorno natural, personal y es- conocimientos autóctonos desarrollados por
piritual, que son afirmados por los propios sus sujetos y comunidades, pero que han sido
sujetos en su vida (mapuclze mogen) y guarda- reinterpretados acompafiando a los grandes
dos celosamente por sus propios jefes (lonkos) procesos históricos de interacción del pueblo
intelectuales: hombres y mujeres de conoci- mapuche con las otras culturas, y exige expli-
mientos, sabios y pensadores (kimche),auto- citar un interlogos que presupone una perma-
ridades que mantienen la memoria hjstorica nente redefinición del saber indígena como
(wezipifc),mensajeros (tuerken) y personalida- articulación de los conocimientos apropiados
des religiosas y teológicas (ng~tenpin,machi, a su modo de vivir (aduizapu), que se adquie-
etc.). Existen asimismo otros, como el Zawerz- ren y resignifican e interpretan de cara a prac-
ttichefe (conocedor de las plantas medicina- ticas sociales y saberes denvados de conflictos
les). Como lo demuestran estudiosos e intelec- inter-interétnicos asimétricos.
tuales indígenas, las aproximaciones cognitivas
al mundo no se pueden sistematizar y homo-
geneizar para todo el mundo mapuche, y cada PROBLEMA F I L O S ~ F I C O
uno de estos tipos de conocimientos presupo-
ne formas subjetivas y contextuales de protún- En el lenguaje fitos6ficopredominante, un con-
dizacion de dicho saber autóctono. Hay tipos cepto de pensamiento mapuche (mayuche ra-
de conocimientos míticos que sólo están re- kidtiarn) contiene una comprensión y una ex-
servados para los iniciados > para los que par- tensión mucho más amplias que la noción
ticipan de los misterios de lo sagrado. reductiva de filosofía que ha predominado en
En cualquier caso, estos tipos de saberes Occidente, pues comprende formas que se han
presuponen una sofisticada visión del mundo disociado y que han llevado a la separación de
y admiten tipos de realidades intermedias, que filosofía, religión y arte. En dicha tradición, la
sólo en los últimos tiempos han comenzado a fractura inicial entre Zogos y inytlzos lleva a se-
vislumbrarse y a comprenderse en su comple- parar drásticamente en el proceso del conoci-
jidad. Este modo de acercamiento a1 pensar miento esquematizaciones dualistas, oponien-
mapuche no ha sido escudriñado más que par- do de este modo, conocimientos sensibles e
cialmente por las ciencias occidentales de la inteligibles, mundos práxicos y te6ricos, lo que
cultura, por lo general prisioneras de estereo- es no científico y científico, conocimiento co-
tipos ligados a la definición de la racionalidad mún, ciencia-sabiduría.
científica predominante, atrapada e n los si- En la filosoffa intercultural que nace desde
glos xrx y xx en una deficiente filosofía de La la comprensión de los saberes culturales, la
historia y una epistemología incapaces de ha- comprensión del mapurhe rakíduavn renueva
cer la crítica de sus formas provincianas de una teoría de la reflexividad contextual, del
saber, producto de un miope prejuicio euro- lazo de diversos kiun~in,y entiende de otro
centrista impotente para reconoces las con- modo el nexo entre conocimientos naturales y
vergencias y diferencias específicas entre los conocimientos sapienciales, de forma tal qiie
saberes y las sociedades diferentes. La valora- va no es posible hacer la separación entre las
ción de otras formas cognoscitivas y raciona- ciencias del munda y la sabiduria de la vida
les y de su manera de interactuar en un mun- que ha sido el origen de la "crisis de las cien-
do complejo es parte de un reciente ejercicio cias occidentales". Este asunto remite, por
intercultural. tanto, a la discusión ya clásica acerca de la
Desde este actual enfoque filosófico inter- deconstrucción de los conceptos de logos y
cultural, que supera tales modos positivistas, rnythos, de ciencia y de saber, que han predo-
racionalistas y el etnocentrismo que los ani- minando en la filosofía v en el pensamiento
ma, cabe entender por pensamiento mapuche racionalista europeo.
no solamente los modos cognoscitivos ances- El problema filosófico del vrzapuche vnki-
trales -lo que implica superar la idea de un duam entiende el pensamiento como brotan-
pensar autóctono puro e intocado-, sino su do siempre desde un mundo de vida (mapuche
relación con las sucesivas oleadas de ideas, nog gen) y asociado a normas y valores contex-
creencias y modos de vida de los pueblos in- tuales (admapu) específicos que afirman un
vasores y sus permanentes resignificaciones. modo de ser, un saber y un valorar que resiste
En dicha óptica el pensar mapuche es parte de a los procesos negadores de otros saberes he-
~ m ó n i c o s .El problema crítico del pensar cisivos para la comprensión de las sapiencia-
lrrzpt~cheradica en que no ha sido reducido ni les formas de saber y convivir de la sociedad
i~meñado,y su cosmouisión sigue entraña- mapuche inserta en las suciedades chilenas y
:kmente unida a una compleja comprensión argentinas, reconociendo sus diversos cono-
I d sentido de la vida humana, a una tien-a cimientos y donde se reconoce una sabiduría
rriginaria que se expresa históricamente en profunda del ser humano, del mundo y del
-3s texturas internas de su lengua (mapudzrn- vivir la vida que cuestiona definitivamente el
::LIz), en la estructura social pre v posreduc- legado positivista y el etnocentrismo hege-
::anal, lüfj y a las altas formas de vida espiri- mónico que menospreció en el pasado el ra-
:;al (en el arte, en la religión, y en lo que kiduam nzapuche. Repasemos cuatro breves
:zbria denominar el esbozo de una "filosofía dimensiones a modo de ilustración, a partir
~apuche"),en las que se describe un sofisti- de lo que indican sus propios sujetos.
:ido mundo socioantropológico v ontológico,
zonde el ser humano (che)y el cosmos (rnapzd), La visián del ser humano
intendidos como naturaleza y metanat~irale-
:3 (wenumapu)no están disociados. Es enton- La noción de ser humano está definida pos el
:=S un pensar integador que despliega tanto término mapridtrngun che, que tiene signifi-
i; sentido conjunto del mundo material, hu- cados dentro de la cultura referidas a las no-
yano y espiritual como asimismo una inser- ciones en español de gente, ser humano v
:ion ético-política en el mundo, que desplega- persona. Para la cultura mapuche el che está
r2mos muy sucintamente a continuación. en permanente construcción, es decir, es u n
hacerse persona (chegen). El ser humano no
es sólo un cuerpo, sino que tiene una mente y
-i ~ISIONMAPUCHE DEL ML'NDO un espíritu que continúa sobreviviendo luego
de la muerte, manteniendo interacciones rea-
En especial la visión rnapuche del mundo se les en el otro mundo de los ancestros v de las
r2fiere a los modos de vivir >7 convitir dentro de divinidades. En esta cultura todos son perso-
cultura mapuche, entre sus comunidades nas comunes (reche), pero hay algunas que
i e origen v en todos los contextos histhicos tienen cuaIidades especificas según su linaje
resignificados en los que han vivido, lo que familiar (kiipan), y están llamadas a asumir
.niplica entender la visión mapuche también específicos roles religiosos, espirituales y po-
tn contacto con la vida urbana. Para un estu- líticos. Las cualidades más valoradas son que
lioso que no nació en dicha cultura, resulta las personas posean fortaleza (nezverzcke),sa-
'elevante destacar que, tanto en el análisis de biduria (kirnche), bienestar (kiiutzeche) y rec-
-2s estructuras profundas de su lengua (dun- titud (norche), ideales para ser mapuche, o
;ir)?) y de sus formas context~ialesde saber (ki- más bien para la proyección de la cultura.
: $ ! I ~ M )como de los presupuestos ético-titales
:aplícitos, aparece un mundo de vida (mapu- Ln visión del cosrnos
--he mogen) que es una intrincada visión de
rnundo. Es preciso reconstruir de un modo La noción del cosmos se define por una serie
ipropiado esta visión de mundo mapuche de términos en nzap~tdtrngunentrelazados con
-desconocida por años en los estudios de los la idea de ser humano, que tienen como eje
:nvestigadores wir~ka-, desde sus formas cog- central el término nzapu, que significa la tiena
xitivas y práxicas -con frecuencia desprecia- habitada por los che. Como lo dice Curivil:
!as y devaluadas- v sus resignificaciones "Ser mapuche es ser del rnaptc, de la tierra y de
iistóricas. La profundización de la visión si- esta tierra. Es más que ser originario del lugar,
zue siendo un ejercicio pendiente. En este es haber nacido del rnapm, y ser parte del mapti
riercicio es decisivo relevar las vivencias, aná- a Ia vez". No cabe en este contexto separar el
:isis e interpretaciones de los mapuches mis- lugar físico del concepto más amplio de los
TOS, y en particular el aporte de las nuevas irínculos de las Familias (lo0 y de su adscrip-
;meraciones de intelectuales y profesionales ci6n territorial; se trata decisivamente de una
rnapuches. noción polisémica en la que mapu se refiere no
Estas modalidades derakiduam reinterpre- sólo a los cuatro puntos cardinales, sino tam-
:ado aportan hallazgos y descubrimientos de- bién a los dos niveles ontológicos sriperpues-
44 PRlMERA PARTE: PERLODOS

tos: el werturnaptl (separado en SUS dos niveles otros a través de consejos morales (giilal.iztu-
de arriba: wente tvenu ritapzi y t a g i ~ ?ti?ent.r 1 1 ~ ~ 1 1 ' 1 ) .Como
dice Marimán, estos principios
nrapzi), y el maptr (espacio terrestre dividido ético-políticos estaban vinculados a la igual-
en izay nzapti v minclze vznpti). Cada uno de dad, a la reciprocidad, la redistribución v la
estos niveles se refiere a modos de ser, a seres hoi-jzontalidad, lo que impedía practicas rela-
v formas religiosas que tienen relación con las cionadas con la verticalidad del poder.
diversas formas de saber de la sabiduría an- Recapitulando, en esta tradición sapien-
cestral en la que se fundan los vínculos reli- cial el írzapziclze rakiduarn mantiene un carác-
giosos. Esto conlleva la afirmación de que el ter no sólo racional sino sapiencial trascen-
cosmos no es entendido en su dimensión na- dente, porque resitua los conocimientos a su
turafizada, como 10 afirma el naturalismo cien- específico modo de vincularse a la tierra, lo
tífico occidental, sino en una abierta a las rela- que exige un lazo estrecho entre coi~ocin~ien-
ciones n~iticorreligiosas q u e los seres humanos tos multidimensionales y su relación con el
tienen con okros niveles del mundo metanatu- entorno ecológico. Pero en general se trasun-
ral (t.veltumapu), ta el principio antropológico por el gran apre-
cio al ideal de la persona sabia (ki~?iclze)y al
El devenir de lu conzur~zidad vivir bien (küme fele~i).Este saber indígena
presupone La necesaria reevaluación de una
El sentido de la comunidad es central, como comprensión intercultiiral en tanto aprehen-
en el contexto mapuche lo es la referencia a sión de un saber vivir en un contexto interét-
los antepasados, al lina,je, y a la familia. Por nico específico.
ello, no hay devenir de la comunidad sin rele-
rencia a una afirmación de la memoria ances-
tral v a SLI configur-aciónpresente por parte de CRITICA INTERCULTURAL DEL PENSAR MAPLCHE
sus líderes (lonkos).La coordinación de la co- E N LAS CIE.Z;CTAS CCLTCWLES
munidad se hace dificil luego de los procesos
de anexión d e los territorios mapuchcs a hna- Estas brevísimas cuatro dimensiones de la cul-
les del siglo XIX,pues se suplanta la autoridad tura inapuche v los principales elementos cons-
comunitaria por organismos e instituciones tituyentes han sido a veces estudiados por las
determinados por las sociedades chilenas y c.iencias de la cultura; sin embargo, en general
argentinas dominantes. Las comunidades que sus patrones generales han sido desconocidos
conforman el territorio mapuche prosiguen y rninusvalorados a lo largo de 1a historia de un
en la afirmación de su identidad cultural y en pensamiento de cinco siglos de dominación y
el permanente reclamo de sus tierras, como exclusión. La mayor parte del pensar de las éli-
lo demuestran las permanentes rnovilizacia- tes políticas e intelectuales que dieron forna a
nec de estas últimas dkcadas y los discursos las sociedades chilenas \; argentinas subraya-
de las nuet7asformas de dirigencia mapuche. ron -lo que permanece aún en varios textos
escolares y xisiones mediáticas- aspectos es-
Los p~~itzcipios
éticos 2) politicos tereotipado~y etnocéntricos. Se c0nsid.ei-aaun,
como pre.iuicio o precomprensión generali-
Los principios de la moralidad mapuche están zada, que las formas cognoscitivas de estas
definidos por la íntima relación con la nonna- poblaciones indígenas no tenían ni tienen su-
tividad centrada en el ad77znphr, que precisa el ficiente valor porque en ellas prevalecían ele-
modo de llegar a ser clze (persona) arraigada a mentos místico-religiosos propios de socieda-
una tierra (nzapu),lo cual presupone el valor des primitivas y no seguían los patrones del
relevante de la dignidad del ser humano ex- conocimiento cientifico. Muchos planteamien-
presado en la fórmula ancestral: yo también tos asumieron acríticamente la herencia posi-
sov gente (IYicl7e cuy cRe!) En este plano existe tivista, en particular la lev cornteana, de la
el ideal del hombre bueno (Kfimeclze)que in- humanidad de la que extraían la necesaria
coi-pora los valores del saber, la rectitud v la subordinación de las formas culturales indí-
Fuerza. La cultura mapuche confirma el valor genas -incivilizadas y barbaras- a la de las
L

de la convivencia y 1.a afirmación de la vida grandes civilizaciones, en las que predomina-


comunitaria en el respeto profundo a los otros ba el progreso social resiiltado de las investiga-
(ka.wUn),el respeto a 1.a tierra (ecoética)y a los ciones científicas y de su aplicación técnica.
La mayor parte de los Lextos históricos los que se asunle gradualmente un giro epis-
::riológicos donde se estudia e interpreta e1 témico que cuestiona el papel del investiga-
;'nocimiento mapuche, cuya influencia llega dor- '; repone el papel central de los propios
!zsta el siglo xx, sobredimensionan sus ele- sujetos ';comunidades ~mapuc~ies. Nuevas epis-
:;=ritos extraños y I'olklóricos. por lo que se temología~provenientes de las ciencias socia-
.-~átifica la imposición de la instrucción y edu- les críticas, desa~-rolladasdesde las creativas
;xjon científica en tanto que era preciso llc- nlodalidades de las actuales genel-aciones chi-
-. :ir- a sus inteligencias la luz de la razón y de Jcnas y argentinas, generan grandes líneas de
=<temodo expandir el progreso de la ciencia iii\'esrigaci6n presentes en los enfoques disci-
la civilización entre todas las poblaciones plinarios del amplio campo dc matriz históri-
:;.1 país. El prisma posilivista aplicado a la co-socioc~~ltuial (J. Bengoa, 1. Hei-nández \: J .
r-.i!tura, sobre todo el modelo elaborado por Pinto), tipo errric (M.E. Gi-ebc, T. Duran y M.
-21-i-Bruhl, ayudo, en su aplicación ideol6gi- Bacigalupo), estktica (P. Mege, M. Ahrarado,
i r . a consolidar el prejuicio de que las socie- Chihuailaf), lingüística (A. Salas, 1. Carrasco,
:;des mapuches eran prelógicas e hizo pre- L. Golluscio) y etnopolítica (R. Foerster, J. Ver-
21ecer la idea de que la plena racionalidad gara, P. Marimjn), jurídjca (J. Avhvin), et-
;:.a sólo posible en una sociedad moderna y norreligiosa (F.Díaz, A. Marileo, R. Curjvil),
;::ntífica. entre muchos otros aportes relevantes. En la
Esta manera de inlerpretar s61o fue criti- mayor parte de Ios mencionados estudios se
;zda gradualmente a través de las discusiones amalgaman otras modalidades epistén~iwspa-
;:,)movidas hace pocas décadas por otras li- 1-3.entender el punto de vista inapuche del sa-
:.icts de investigación de lin$istas, antrnpó- ber; superando la mera confrontación del co-
:,-os, historiadores y semiólogos que iriicia- nucimiento nativo con el pensar moderno. En
-7rt un pi-oceso de comprensión de las culturas ellos se insiste especialmente en los plurales
.striendo la inspiración de antropologías es- discursos ?- prácticas de sus propios sujetos y
-:--iaurales !posestructurales. Esta nueva re- comun i d.d d es.
.-;: tu ra histórica de las grandes explicaciones

:el pensar mapuche que triui-ifaron en las cien-


r :-=.S socioantropológicas de las Ultimas déca-
r-3 en Cliile y en Argentina dci-ilues~l-a la ne-
r=i.idad de que se de una pei-inanentc crítica En síntesis, el i7~apztclzerc¿kidr~ar7zes u n pen-
t: i ~ tendencias
s racionalistas y etnocentri- samiento autóctono parte de u n proceso de
- 2 5 qrie se han heredado. Explicar- los saberes reconstrucción del saber del propio pueblo
yiigenas a partir de las teorías europeístas mapuche; está relacionado con una recons-
o -,-dominantes exige mucho cuidado, porque trucción del saber de una cultura centrada en
..L:-amente se manifiesta una aversión a la el vínculo del ser humano (clw) a la tierra
. ,: rrira indígena comunitaria, dei-iostada por (17zap~i1,que articula y sistematiza los propios
2 zicsencia de lo mítico, lo místico y lo nu- conociinientos (kiirtiirt) que los sujetos pro-
-. .:oso y por una visión comunitarista respe- ducen y reproducen como parte de un "saber
- .
ya de la tierra, que se oponía a una ideolo- cultural", que no se limita y reduce a los de-
;.-iiberal. A pesar de los pioneros aportes de bates construidos a ti-al:& de las ideas >:
- -
T. -2hrnanrn-Nitsche, T. Guevara, R. Lalcharn prácticas llevadas adelante por las ciencias
L . Faron, se hace evidente que en general sociales 3 filosóficas. Este pensamiento re-
:í FA LI na de estas explcaciones anti-opológi- construido desde el núcleo ético-mítico de
- . - 5 ~ i i a l e queda11
s hecuentemente atrapadas una "tien-a" habitada por los rnapuches se
Y-. I-ris modelos teói-icos predominantes, en opone cn buena medida al pei-isaiiiierito eui-o-
que el valor d e los saber-es indígenas que- céntrico cosmopolita, ya q u e n o cs u n conoci-
:-> reducido al valor que le asignan dichos miento uni\:ersalista abstracto. El ~~znprlclze
. . ::ti-~iclor teóricos. vakidrin??~ es historico y en 61 opera hasta hoy
-
= n los años sesenta del siglo pasado y has- discursos y praclicas de los sujetos, movi-
-1 ....
- . : ssrros días, sur-gen visiones y estilos de mientos v comunidades mapuches de Chile y
- - :s:igación más apropiados para iustipre- Argcntina, que cuestionan su posición subal-
- ;:. :l:ls conocimientos y las formas de la rea- te]-na y asimétrica frente a los modelos cog-
, ,
:
i :ndígena que configuran este pensar, en nosciti.tros que son hegemónicas en las socie-
46 PRIMERA PARTE: PERIODOS

dades chilenas y argentinas mayores, y desde BIBLJOGRAFIA: Curivil, R., 2007; Duran, T., 2007;
su alteridad, plantea desaHos a las formas Hernandez, I., 2003; Marirnán, P., 2006; Salas As-
universalistas del saber. train, R., 1996, 2006; VCT.AA.,1995, 2002, 2005.
6. LA FILOSOFIA GUARAN~
Bartomeu Melia

En la actualidad es raro encontrar la expre- el desconcertante Moisés Santiago Bertoni,


sión de un pensamiento guaraní como siste- naturalista suizo-paraguayo que reivindica el
ma de ideas. Se puede decir que ni siquiera se atrayente pero espurio concepto de "civiliza-
sospechó su existencia en cuanto pensamien- ción guaraní" con fines sentimentales y pa-
:o; la palabra guaraní no fue escuchada. Los trióticos, partiendo de una ideología de positi-
2ensadores paraguayos acudieron más bien a vismo evolucionista, conforme a las ideas de
zonceptos y categorías que respondían a las la época. Su influencia fue notable.
ideologías del tiempo, preocupadas por supe- Sin embargo, Bertoni había avanzado mas
rar y salir de una herencia indígena, más re- como ensayista cuando ya en una conferencia
sentida que sentida. A lo mas se procede a la de 1913 había dicho que "el comunismo gua-
búsqueda de aspectos que puedan dar razón raní, como la organización política, es com-
del fenómeno del mestizaje, sea cual h e r e el pletamente democrático. Solamente que los
valor que se le concediera a éste. guaraníes han sabido hacer de esta bella teo-
ría una realidad" (Bertoni, M.S., 1914, p. 72).
El mismo dirá todavía que "esencialmente la
BREV~SXMA
RESEÑA DE PENSADORES PARAGUAYOS organización del indio es comunista anárqui-
ca" (Bertoni, M.S., 1956, p. 2 12). Curiosamen-
Rubén Bareiro Saguier presentaba en el Con- te, Pierre Clastres (1974) copia y retorna tal
oreso de Americanistas de París (1976) un es-
" punto de vista al desarrollar sistemáticamente
tudio sobre "La generación nacionalista-in- la idea de que los Guaraníes son ejemplo de
digenista del Paraguay y la cultura guaraní" Sociedad coatra e2 Estado -tal el título de su
f Bareiro Saguier, R., 1979). Para descubrir la libro .
ideología de los trabajos que incluyó en tal es- Efraim Cardozo, uno de los mejores inte-
tudio se servía del. concepto de tupa (Dios), lectuales que ha tenido Paraguay, al indagar
que analiza en las obras de cuatro autores cla- las raíces de la nacionalidad, no consigue su-
\-e:Moisés Santiago Bertoni, antropólogo; Nar- perar la fórmula del mestizaje, relegando a
ciso R. Colmán y Eloy Fariña Nuñez, poetas, y segundo término a los guaraníes al hacerlos
Natalicio González, ensayista polftico. En to- desaparecer en la "raza paraguaya". Tiene la
dos ellos descubre profundas contradicciones honestidad de reconocer que "el retrato primi-
derivadas esencialmente del positivismo evo- tivo de los guaranies se dispersa en mil face-
lucionista de la epoca, que a fin de cuentas tas, según se interpretan los datos que traen
sólo aprecia a los guaraníes en tanto que ha- los relatos de los conquistadores, misioneros y
brían tenido una "civilización" comparable con viajeros, a la luz de los restos sobrevivieiltes"
otras grandes civilizaciones. Natalicio Gonzá- (Cardozo, E., 1959, p. 60).
lez, en Proceso y fomaci6n de la cultura parn- En toda esa literatura es difícil encontrar
guaya (1938) y en Ideología guarani (19581, un pensamiento propiamente guaraní; ape-
?xalta la cultura guaraní de modo tan hiper- nas el pensamiento de paraguayos que se si-
bólico que le resta credibilidad y seriedad, túan frente a un mundo que sienten distante,
para acabar disolviéndola en el mestizaje. aunque no del todo extraño, transformado,
En ese movjrniento de ideología nacioiia- pues en algunos aspectos da muestras de per-
lista-indigenista el más atrevido y profético es tinaz y obstinada persistencia, o sustituido,
48 PRlMERA PARTE: PERTODOS

dada la de forestación ecológico-cultural en la ción de conocimientos etnográficos v etnoló-


que sobrevixrimos. gicos que contribuyen a salvar las lagunas de
La búsqueda de un evcntual pensamiento comprensión.
guaraní se hizo, como se ve, por la vía de la Está en primer lugar la existencia del pue-
hisioria y del ensayo literario. Ahora bien, blo guaraní cn sus diversas etnias, que por.
será por la renovación de la historia por don- autodenominación y por voluntad propia se
de se abrirá camino el pensamiento guarani, manifiestan como sociedades no coloniales
cuando esta historia recoja a su \;ez experien- ni reducidas. La elnografía de estas socieda-
cias antr~opológicasde di~!ersutipo. des y el análisis de stis aspectos fundamenta-
les muestran que en realidad son sociedades
sin estado, no colonizadas. Y surge la cues-
tión de cómo han podido reproducirse en el
tiempo cuando la historia convencional y a
Ha habido en los últimos años una api-oxima- les había decretado la muerte y su desapari-
ción a la historia de Paraguay por la vía de la ción. Es aquí precisamente donde la antropo-
antropología, que abre caminos hacia una logía tiene que aportar algo a la historia. Ci-
historia indígena en la que los pueblos guara- tando de nuevo a Sahlins ( 1 988, p. 17), "el
níes son actores y agentes de esa l~istoria,no problema reside ahora en desbaratar el con-
simples anécdotas. Están en este seiitido los cepto de la historia mediante la experiencia
trabajos de Branislava Síisni k, de Louis Nec- antropológjca de la cultura". El dato irrecu-
ker y de Dais\.;Rípodas Aradanaz, a los cuales sable de la existencia de la cultura indígena
.jun~aríamis ensayos de e tnol~istoria.enire como diferente postula una nueva historici-
otros. Marshall Sahlins, en Islas de historia dad. Más aún, esta nueva historicidad, al des-
(3.985, p. 12), muestra claramente que corres- baratar los parámetros y las categorías de la
ponden a "diversas culturas, diversas histori- historia convencional, se venga de ella pero
cidades". Por-que "diferentes órdenes cultura- sin menoscabal-la; al contrario, la 1lel.a a una
les tienen sus modos distintivos, propios, de coniprensi6n más profunda de sí misma.
producción histórica". Todavía falta, por ahora, que sea el propio
La etnohistoria -y vamos directamente a indígena guaraní el que nos haga conocer su
la etriohistoria guarai-ií- no es simplemente histai-ia.
una historia que traia del indio guaraní. No
es el guarani en la historia; tampoco el guara-
ní de la hisloria, sino la historia del guaraní
en tanto que es éste quien sabe sus Liempos,
los siente, los selecciona y los relata. Hay so- ¿Podemos esperar conocer un pensamiento
ciedades guaranies en Paraguay, como tam- guarani tal como se dice y se desan-olla en el
bien las hay ei-i Brasil, Argentina Bolivia, interior del mismo pueblo guarani, con pala-
cuyas culturas se reproducen históricamente bras y lenguaje propios? ¿Sería posible que
en sus acciones. ;Qué quiere decir esto? qué lucran los guaranies los que nos hicíeran cono-
es lo que reproducen espccíficamerite a lo lar- cer su peilsamiento filosófico anterior a sus re-
ga de arios y siglos? Dicho de una manera sin- laciones coloniales y sus contactos mestizos?
tética -y no sin riesgo de equivocarrnc-, lo En el primer tiempo colonial los jesuitas,
que reproducen es la voluntad de un modo de conversores ellos y "reductores" de los guara-
ser que se expresa e n un sistema simb8lic0, nies a una vida "más política y humana", se
cspecialrnente vehiculado por una lengua, dejaron ellos mismos, segur-amente por prag-
que es el guaraní, que mantiene una econo- matismo, reducir al sistema de economía del
mía de reciprocidad y que se configura como don y de la distribución equitativa de los bie-
un.a sociedad sin estado; ahora, a pesar del nes, que el sistema colonial no sabía entender y
estado. menos mantener pero que podia compararse
Dos elementos configuran la nuei-a situa- con la primiti~acomunidad cristiana: "No lla-
ción: hay una nueva hermenéutica en la lectu- inaban propia a ninguna de sus posesiones,
ra del documento histórico, cuando se acepta antes lo tenían todo en coinún [. . .] No había
la diversidad cultural de los pueblos histori- indigentes entre ellos" (Hechos de los Apósto-
zados, y hay también una notable acumula- les 4, 32-34).
Con todas sus limitaciones, dada la frag- losofía guaraní se produjo en el momento en
rnentacibn con que se presentan las palabras que, como dice Egon Schaden (1987, p. 15) "el
-. bases de un diccionario, el Tesoro de la Ien- punto de vista deja de ser apenas el del hombre
,;cn guaraní, de Antonio Ruiz de Montoya civilizado, para ser también y sobre todo el del
1 639), permite etnologixar muchos concep- indio". La alteración se dio puntuatmente con
:os en él recogidos Y bosquejar una fiIosofía Curt Unkel Nimuenda.iú (1883-1945), cuando
rioral de comportamientos, actitudes y prin- el investigador muda de posición. No habla
cipios de acción: teko -modo de ser o cultu- él; es el guaraní que habla en guaraní. Y es un
ra-, ñe'e -palabra-; Tttpá -Dios-; jop6i guaraní el que explica s u modo de ser, el ñnnde
-dádiva recíproca-, tepy -venganza y pre- reko -nuestro modo de ser. Es el primero en
zio de la cosas. Están además las palabras presentar la cultura y el pensamiento no desde
;ue indican conceptos y formas de filosofía fuera para Euera, sino desde dentro para a h e -
i e comunicación, de participación, de ejerci- ra, a partir de los valores que le son propios. Y
rio de lenguaje. es precisamente en la palabra, dicha en mitolo-
gía y en ritual, pero también en la comunica-
ción cotidiana, donde está a10,jada la sabiduria
y la filosofía de ese pueblo. En 19 14 fueron pu-
blicados en alemán los resultados de su convi-
.Upresentar la experiencia de sus misiones en vencia con los guaraníes del Brasil, que había
Paraguay, los jesuitas no sólo daban a cono- comenzado en 1905: b s mitos de la creación y
cer u n método de evangelización, sino que destmcción del nzundo como fi~ndarnentosde la
~puntabana una filosofía de vida que desde r-eligiórz de los Apapokúva-Guaraní ( 1967). Esta
muy pronto inducía a la utopía. Utopía extra- cola obra arroja más luz sobre la auténtica filo-
ña, pues, porque en Paraguay habría puesto sofía guaraní, de su modo de ser, que todo lo
;os pies en el suelo y, haciéndose realidad, se que se había escrito hasta entonces.
disipaba. Tres son los temas que se desprenden de
Quiero señalar un texto de Joseph Peramas sus vivencias y comentarios: I ] El guaraní es
1004), PIatón y los guaravíes, cuyo título ori- su religión y su religión es la palabra; 23 La
sinal es De adn.zinistratiune guat.anica compa- búsqueda de la "tierra-sin-mal", tema más bien
-are ad Rempublicam Plato-nis comnzentarius. escatológico que articula "un dualismo espiri-
Se trata de un estudio comparativo y siste- tual del ser humano (alma-palabra celeste; al-
mático entre la utopía ideal o filosófica que ma-animal terrestre) a una lógica de sublima-
Piatón diseñó en sus libros La reptdblica y Las ción de la corporalidad, v que gira en torno al
:?!es y la organización efectiva de las reduc- tema de una aniquilación c6smica de la cual es
:iones de Paraguay. posible escapar por el acceso hic et nunc al pa-
Hay que advertir que la forma de vivir gua- raiso -una escatología que afirma la finitud
raní, transformada ciertamente, y no de1 todo humana, pero al mismo tiempo persigue la su-
sustituida, en la llamadas "reducciones guara- peración inmediata de esta condición por la
ni-jesuíticas", tuvo amplio eco en la Europa ascesis o por el exceso", según comprensión de
5 1 siglo xmr como utopía que había tenido E.B. Viveiros de Castro (1987, pp. xxxvi)-, y
lugar en Paraguay. Pero esa idea no tuvo nin- 31 La cuesticin de un pensamiento guaraní
guna resonancia aquende el mar, aunque no aparentemente inclinado a la melancolía y a la
han faltado teorías de que el dictador José desesperaci6n, aunque ese pesimismo guaraní
Gaspar Rodríguez de Francia era en su forma y concepcian trágica del mundo en la que vivi-
i e gobeimar un jesuita teísta y laico. No estoy mos es mezcla sutil de esperanza y desánimo,
5n condiciones de entrar en el tema de la ideo- pasión Y acción: "en medio de su miseria los
Iogia del Dr.Francia, el más filósofo de los go- hombres son dioses" (¿bid.,p. xxiv).
bernantes que Paraguay haya tenido. En el Paraguay León Cadogan (1 899-1973)
al defender a los guaraníes de la situación de
injusticia y desprecio en que se encontraban,
1 4 PALABRA LO ES TODO fue aceptado como mbyá-guaraní y recibió el
nombre de Tup6 Kuclzuví Vevé, "Divino Torbe-
Lo que ha representado una revolución coper- llino Votador'l. La compilación que lleva por
nicana en el conocimiento de la cultura y la fi- título Ayvtí rapytá (1 959) (Palabras fundarnen-
50 PRIMERA PARTE: PERIODOS

tales, o el fundamento del lenguaje humano), y que se hiciese como él, divinamente cosa de
contiene himnos sapienciales de esos profetas [cielo,
y teólogos de la selva, de palabra inspirada, de Cuando no existia la tierra,
profundo misticismo y de amplia visidn espi- en medio de la oscuridad antigua,
ritual. Esas palabras fueron transcritas respe- cuando nada se conocía,
tuosa y fielmente por León Cadogan, allá por hizo que se abriera como flor La palabra
los años cuarenta. La génesis de este libro es [fundamental,
la palabra indígena compartida con quien se que con Él se tornara divinamente cielo;
h a hecho acreedor a que se le considere "miem- esto hizo Ñamandú, el padre verdadero, ej
bro genuino del asiento de nuestros fogones": [primero.
viande rata ypyguá. (Cadogan,L., 1959, pp. 19-21).
Estos textos miticos nos acercan nada me-
nos que al origen de !a palabra, al fundamento El don de la palabra por parte de los pa-
de la palabra, a las palabras primordiales y dres "divinos" y la participación de la palabra
originarias. por parte de los mortales, marca lo que es y lo
puede llegar a ser un guaraní. Lo cierto es que
Cuando la tierra no era, la vida del guaraní en todas sus instancias cri-
en medio de las tinieblas prirnigenias, ticas -concepción, nacimiento, recepción de
cuando no había conocimiento de las cosas, nombre, iniciación, paternidad y maternidad,
hizo florecer en sí el fundamento de la palabra; enfermedad, vocacíón chamanica, muerte
lo convirtió el verdadero Primer Padre Ñamandú posrnortem- se define a sí misma en Función
en propia sabidun'a divina. de una palabra única y singular que hace lo
que dice, que en cierta forma consustancia la
"Hacer florecer en si la palabra" se expresa persona. Todo eso, que podría parecer una
mediante una forma verbal: oguerojera, cuyo gratuita transposicibn del platonismo occi-
sentido es hacer que aIgo se haga, participan- dental al universo guaraní, tiene sus pruebas
do el sujeto en una acción que él acompaña documentales registradas por diversas fuentes
en todo su hacerse. Habiéndose abierto como etnográficas; en otros térm~nos,se trata de
flor de palabra, de amor y de canto, el Padre verdaderas experiencias indígenas.
Último Último Primero reflexiona profunda- El hombre, al nacer, sera una palabra que
mente sobre a quién hará participe de la pala- se pone de pie v se yergue hasta su estatura
bra, del amor, del canto. plenamente humana. La educacjón consiste
Para el guarani la palabra lo es todo. Y en desarrollar la palabra en la historia, en
todo para él es palabra. No es fácil sistemati- cuanto escuchada y proferida -profetizada.
zar todo lo que es la palabra para un guaraní, Como ha sucedido con tantas obras ho?
dadas las varias subculturas, cada una con sus clásicas, la palabra fue primero escuchada;
tradicjones propias, en las que el modo de ser después vino la letra. La escritura en realidad
guaraní se presenta. no tiene voz -ahí está su desgracia-, pero
ella misma posee todas las voces -ésta es s u
El verdadero padre Namandú, el primero, gloria. El escrito vuelve a ser palabra.
de una parte de su propio ser de cielo, Tal vez lo más importante de estos hom-
de la sabiduría contenida en su ser de cielo bres, como Nimuendaj~y Cadogan es que, en
con su saber que se va abriendo como flor, la medida de lo que cabe y aun con invenci-
hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina. bles limitaciones, se han dejado poseer por el
Habiéndose incorporado y erguido como espíritu del guaraní; no le han hecho pregun-
[hombre, tas desde otros sistemas filos6ficos, sapiencia-
de fa sabiduría contenida en su ser de cielo, les o teológicos, buscando correspondencias o
con su saber que se abre cual flor diferencias, sino que se han hecho discípulos
conoció para si mismo la fundamental palabra de la palabra, en un acto de escucha, iniciado
[fii tura. en el respeto y mantenido a travCs de una
De la sabiduria contenida en su ser de cielo, transformación interior que los volvía otros.
en virtud de su saber que se abre en flor-, Cantos y expresiones similares todavía las
Nuestro Padre hizo que se abriese la palabra he escuchado en la profunda y gran selva de
[fundamental Caaguasú, cuando llegaba la noche y nos reu-
:amos a cantar y danzar en la íntima y secre- es el gesto, tofalmente ignorado por la naturale-
2 casa ritual: opy. za, del don. La justificación de un tal gesto 3 u e
Los mby5-guaraní son esos poetas, profe- para la economía occidental de libre cambio es
-- -
-ii v sabios de la selva que no les ceden en igualmente una paradoja Y una irracionalidad,
roiundidad ni coherencia a los filósofos más puesto que lo que ella pretende es respetar las
. :lgicos, incluso por la gratuidad con que sus leyes de la naturaleza- es precisamente el hacer
;alabras son libradas, como don, sin más. Sin aparecer algo que puede ser llamado alteridad.
+conomíadel don ese mundo no es posible. El respeto al otro, el reconocimiento del otro, tie-
Otros temas de filosofía se articulan con ne esto de singular y admirable: que hace descu-
rsa filosofía sapiencia1 de la palabra. Pierre brir no solamente al otro en si mismo, sino eso
-lastres
-. (1974) ha construido un discurso de nuevo que, entre el otro y si mismo, nace en
:iosofía política que desemboca hacia la teo- cuanto humanidad. Y porque no estA dentro de
n'a de una "sociedad contra el estado". El dis- las cosas dadas y recibidas, y menos aún en las
zurso profktico de los guaraníes llevaría a la cosas intercambiadas, ese valor es el que consti-
xegacibn de lo social, hipdtesis, sin embargo, tuye toda la diferencia entre la economía de in-
~ u discutible
y por su limitada base etnográfi- tercambio y la economía de reciprocidad.
:a. Desde Alfred Métraux ya se formulaba la
idea de que la originalidad de la metafísica tu- ¿No valdría la pena llevar adelante un diá-
$-guarani consiste en que es posible superar logo con la filasofía guaraní, que por otra par-
:a condición humana de modo radical, pues la te tendrá que hacerse con buen caudal de co-
iistancia entre dioses y hombres es al mismo nocimientos lingüísticos?
:iernpo infinita y nula (Viveiros de Castro, 1987, El desafío no ha sido asumido hasla hoy
r>. xxxiii). Hay una participacion plena de pa- por la filosofía paraguaya ni latinoamericana,
Labras que no pueden morir, y pone la inma- que en el pensamiento guarani encontraria
nencia de lo divino en lo humano. sin duda una fuente de inspiración y de diálo-
Con Dominique Temple hemos intentado, go con otros sistemas, en lo moral, lo ético, en
a partir de datos etnográficos y documentos lo económico y político y de modo muy espe-
ilistóricos, comprender la filosofía guaraní del cial con la filosofía de la palabra.
don, la venganza y otras formas de economía,
que se anuda en la noción del amor -mbor-a- BIBLIOGRAF~A:Bareiro Saguier, R., 1979; Bertoni,
>.hu-, entendido en su dimensión de reczpro- M.S., 1911,1956; Cadogan, L., 1959; Cardozo, E.,
cidad (Melia-Temple, 2004, p. 12). 1959; Clastres, P., 1974; González, J.N., 1938,
1958; MeliA, B., 2004; Montoya, A.R. de, 1639;
La economía de reciprocidad no es un sistema de Nimuendaju, C.U., 19 14; Peramas, J.M., 1793;
intercambio; no se basa en el interés pava si, sino Sahlins, M., 1985; Schanden, E., 198'7; Viveiros
en el interés por el otro; es decir, su fundamento de Castro, E.B., 1987.

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