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Magistrado Ponente:
Dr. VLADIMIRO NARANJO MESA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Solicitud
1. Pretensiones
2. Impugnación
Adicionalmente, alega que no existe ninguna norma que disponga que los
títulos valores cuando sean firmados por un ciego deban estar autenticados.
Agrega que ello implicaría un detrimento de la seguridad jurídica y de la
circulación de los títulos valores. Por el contrario, continúa, éstos se
presumen auténticos en virtud de los principios de autonomía y
legitimación que les son propios.
1. Competencia
2. Consideraciones Generales
1
Sobre el texto de la ley como límite de la función judicial, ver Sentencias T-175 de 1994 (M.P. Antonio
Barrera Carbonell), C-486 de 1993 (M.P. Eduardo Cifuenes Muñoz), T-146 de 1995 (M.P. Vladimiro
Naranjo Mesa).
Pueblo en la conformación, ejercicio y control del poder político.”
Sentencia T-126 de 1999 (M.P. Carlos Gaviria Díaz).
Adicionalmente, esta contradicción de los textos legales por parte del juez
ordinario puede llegar a comportar una vulneración de los derechos
fundamentales de las personas y, por ello, ser considerada una auténtica vía
de hecho judicial, susceptible de ser analizada y controvertida por el juez
constitucional, en los términos fijados por la jurisprudencia de esta Corte.2
“El Juez que incurra en una vía de hecho, no puede esperar que al
socaire de la independencia judicial, sus actos u omisiones,
permanezcan incólumes. En este evento en el que se rompe de manera
incontestable el hilo de la juridicidad, los jueces de tutela están
excepcionalmente llamados a restaurar esa fidelidad a la ley de la que
ningún juez puede liberarse sin abjurar de su misión. Solo en este
caso, que por lo tanto exige la mayor ponderación y la aplicación de
los criterios de procedencia más estrictos, es dable que un juez
examine la acción u omisión de otro.” Sentencia T-231 de 1994 (M.P.
Eduardo Cifuentes Muñoz)
“La práctica de todas las pruebas que sean menester para ilustrar el
criterio del juez y su pleno conocimiento, ponderación y estudio, así
como las posibilidades ciertas de objetarlas, contradecirlas y
completarlas en el curso del trámite procesal, son elementos
inherentes al derecho de defensa y constituyen garantía de la
idoneidad del proceso para cumplir las finalidades que le han sido
señaladas en el Estado Social de Derecho.”
“De allí resulta, sin duda, que los defectos del análisis probatorio, o la
ausencia total del mismo, no menos que la falta de relación entre lo
probado y lo decidido, vulneran de manera ostensible el debido
proceso y constituyen irregularidades de tal magnitud que representan
vías de hecho. Tal expresión encaja en los indicados supuestos como
ninguna otra, ya que el fallador que se aparta del material probatorio,
que no lo evalúa en su integridad, o que lo ignora, plasma en su
sentencia su propia voluntad y no la de la justicia ni la de la ley.
Decide de facto y quebranta, en consecuencia, los fundamentos
esenciales del orden jurídico.” Sentencia T-100 de 1998 (M.P. José
Gregorio Hernández Galindo).
4. La aplicación de la ley o adjudication e s un proceso complejo y, si bien
en sus diversas fases está comprometida la interpretación de la ley, el
análisis que hace el juez no se limita a los textos jurídicos. Antes de
interpretar propiamente las normas, el juez debe seleccionar las
disposiciones aplicables, entre la gama de posibilidades que le da el
ordenamiento jurídico. Para esto necesita tener conocimiento del “estado
de cosas” del caso, el cual, a su vez, está mediado por la interpretación que
haga de las pruebas practicadas dentro del proceso. La aplicación de la ley,
entonces, requiere que el juez interprete tanto la situación de hecho, a partir
de las pruebas y de las máximas de la experiencia, como las normas
jurídicas que pretende aplicar, para poderlas relacionar entre sí, atribuyendo
las disposiciones que mejor se adecuen a la comprensión que tenga de los
hechos.
3
Sobre los deberes del Estado para lograr que la igualdad sea real y efectiva, consultar entre otras,
Sentencias C-021 de 1993, C-410 de 1994, C-530 de 1993, T-530 de 1995, T-518 de 1998.
4
Ver Sentencia T-620 de 1999 (M.P. Alejandro Martínez Caballero).
10. En general, la discriminación de que han sido objeto las personas que
se encuentran en situaciones de debilidad manifiesta debido a su condición
física o mental no ha sido consecuencia del odio o de actos de agresión por
parte de otros grupos. Más bien ha resultado de la falta de comprensión y
consideración que la sociedad y el Estado han tenido respecto de su
situación. Estas no han tomado las medidas adecuadas para corresponder a
las necesidades particulares de tales individuos, lo cual trae como
consecuencia su exclusión del entorno social, impidiéndoles desarrollarse
como seres útiles a la comunidad. Al respecto, esta Corporación ha
anotado:
“6. Tal como ha ocurrido con otros grupos sociales, los discapacitados
han sido objeto constante de marginación social a través de los siglos.
La discriminación contra los discapacitados presenta, sin embargo,
características que le son propias y que no se observan en otros casos.
Por un lado, porque el sector de los discapacitados ha sido durante
largos períodos una minoría oculta o invisible, en la medida en que en
muchas ocasiones las personas afectadas por discapacidades fueron
internadas en instituciones o mantenidas por fuera del ámbito de la
vida pública. De otra parte, porque la minoría de los discapacitados es
tan heterogénea como disímiles son las limitaciones que pueden
causar las múltiples formas en que se manifiestan las discapacidades.
Y finalmente, porque la discriminación contra los discapacitados
frecuentemente es ajena al alto grado de hostilidad, odio e
irracionalidad que acompaña otras formas de discriminación, tal como
la que causa la segregación racial. En efecto, en muchos casos la
discriminación contra los discapacitados no tiene origen en
sentimientos de animadversión, y recibe una justificación con la
limitación física o mental que presenta la persona afectada - claro está,
haciendo caso omiso de las condiciones especiales de cada
discapacidad y de los diferentes grados de limitación que ellas pueden
generar. De esta manera, la marginación de los discapacitados
frecuentemente no está acompañada de hostilidad, sino que es más
bien producto de ignorancia, de prejuicios, de simple negligencia, de
lástima, de vergüenza o de la incomodidad que genera el encuentro
con personas diferentes.” Sentencia T-207 de 1999 (M.P. Eduardo
Cifuentes Muñoz).
El Caso Concreto
En el presente caso, el accionante considera vulnerado su derecho al debido
proceso, por cuanto el juez de segunda instancia en el proceso ejecutivo
seguido contra él como avalista de un título valor, declaró “no probada” la
excepción opuesta, fundada en el incumplimiento de lo dispuesto en el
artículo 828 del Código de Comercio. En sentir del juez accionado, dicho
artículo no es oponible como excepción a la acción cambiaria, por dos
motivos principales: en primer lugar, no está consagrado expresamente
dentro del listado taxativo de excepciones contenidas en el artículo 784 del
Código de Comercio y, en segundo lugar, por cuanto el artículo 828 se
encuentra ubicado dentro de la parte del Código que regula las obligaciones
y contratos mercantiles, normas que, en su sentir, no son aplicables a los
títulos valores.
“Artículo 620. Los documentos y los actos a que se refiere este título
sólo producirán los efectos en él previstos cuando contengan las
menciones y llenen los requisitos que la ley señale, salvo que ella los
presuma.”
“(…)”
14. Por otra parte, según el principio de literalidad de los títulos valores,
quienes los firman, quedan obligados por su texto (art. 626 del C. de Co.),
lo cual se debe a que los derechos se incorporan al documento, con un alto
grado de prescindencia de la relación causal que les dio origen. Mientras
que en general las obligaciones son independientes de la manera como se
manifiesten, en los títulos valores la manifestación constituye en sí misma
la obligación.
“Para nada, las normas de este capítulo (el que regula las
generalidades de las obligaciones comerciales), tienen que ver con el
régimen sobre títulos valores. La aplicación que la funcionaria de
instancia hizo de la norma carece de explicación alguna. No se sabe
si se aplicó por extensión, remisión, analogía, integración normativa o
qué otro sistema de aplicación material del derecho.”
“La materia a que dicha norma se refiere (art. 828 del C. de Co.) tiene
que ver de manera específica en los contratos y obligaciones
mercantiles.”
“Fuera de este contexto valdrá recordar que contra el pagaré No. 1590
del Banco Industrial Colombiano sólo cabían las excepciones del art.
784 del Código de Comercio, claramente definidas como excepciones
contra la acción cambiaria; que dichas excepciones son nominales y
taxativas y que por ninguna parte aparece que el demandado hubiese
propuesto alguna de ellas, causa o excausa, cartular o extracartular.”
5
Ver Sentencia T-320 de 1993 (M.P. Carlos Gaviria Díaz), en la cual se afirma que el desconocimiento
del texto de la Ley por parte del juez acarrea una vulneración del derecho de las partes al acceso a la
la interpretación y aplicación de la ley comercial por parte del juez debe
analizarse en cuanto a su relación con los valores, derechos, principios y
obligaciones que hacen parte del ordenamiento constitucional, para
determinar si existe una contradicción evidente entre ellos que la haga
susceptible de ser desvirtuada mediante la acción de tutela. Así, un análisis
del significado que deben tener las palabras dentro del contexto jurídico al
cual pertenecen requiere, por supuesto, debe hacerse teniendo en cuenta su
posición jerárquica dentro del ordenamiento jurídico.
administración de justicia, independientemente del derecho litigioso, en los casos en que la ley le ordena
impartir justicia.
7. Las que se funden en quitas o en pago total o parcial, siempre que
consten en el título;
8. Las que se funden en la consignación del importe del título conforme a
la ley o en el depósito del mismo importe hecho en los términos de este
título;
9. Las que se funden en la cancelación judicial del título o en orden
judicial de suspender su pago, proferida como se prevé en este título;
10. Las de prescripción o caducidad, y las que se basen en la falta de
requisitos necesarios para el ejercicio de la acción;
11. Las que se deriven en la falta de entrega del título o de la entrega sin la
intención de hacerlo negociable, contra quien no sea tenedor de buena
fe;
12. Las derivadas del negocio jurídico que dio origen a la creación o
transferencia del título, contra el demandante que haya sido parte en el
respectivo negocio o contra cualquier otro demandante que no sea
tenedor de buena fe exenta de culpa, y
13. Las demás personales que pudiere oponer el demandado contra el
actor.
(resalta la Sala)
Se observa que, si bien la redacción del encabezado del artículo 784 indica
el carácter taxativo de las excepciones, por otra parte, en general, están
enunciadas de manera abierta como categorías, por lo cual, en la mayoría
de ellas se encuadran una multiplicidad de supuestos fácticos. Para el
presente caso es particularmente importante la excepción contenida en el
numeral 4º, en la medida en que, como se dijo anteriormente, la firma es
uno de los requisitos que el título valor debe contener y que la ley no suple
expresamente.
18. Sin duda este problema tiene una relevancia constitucional, que hace
imposible resolverlo desconectándolo de la consagración que la Carta hace
del derecho al debido proceso.6 Particularmente, la decisión del juez de
accionado debe ser vista a partir de la razonabilidad de las limitaciones que
puede éste imponer al ejercicio del derecho de defensa de las personas
invidentes al aplicar la ley. En esa medida, debe el juez de tutela indagar si
se produjo una vulneración del núcleo esencial del derecho fundamental a
la defensa, impidiendo su ejercicio en condiciones de igualdad material con
las personas videntes, mediante la aplicación de “la ley en cada una de las
hipótesis fácticas, según las diferencias plasmadas en ellas”7.
6
Ver Sentencia C-486 de 1993 (M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz), respecto del papel de la Constitución
dentro de la función de aplicación de la Ley que hace el juez ordinario.
7
Ver Sentencia T-643 de 1998 (M.P. Antonio Barrera Carbonell).
19. La jurisprudencia reiterada de esta Corporación ha establecido que se
vulnera el núcleo esencial de un derecho cuando se impide su ejercicio, se
limita más allá de lo razonable o se lo despoja de la protección necesaria.
El razonamiento ha sido el siguiente:
“Combinación de métodos”
8
Cf. Alexy, Robert; Teoría de los Derechos Fundamentales, Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid, 1993, pp. 288ss.
espacios en blanco, a favor del Banco Industrial Colombiano –hoy
Bancolombia-.
9
El artículo 828 hace parte del Título I -De las Obligaciones en General- del Libro Cuarto del Código de
Comercio, dedicado a los Contratos y Obligaciones Mercantiles. Por su parte, el Decreto 960 de 1970 -al
que pertenece el artículo 70 demandado- consagra el Estatuto del Notariado.
la simple arbitrariedad, resulta contraria a la naturaleza misma
de una organización política, hay ocasiones en las que la presencia
real de factores de desigualdad exigen -como ha quedado dicho-
la concreción de mecanismos que reduzcan la disparidad y hagan
posible el ejercicio cabal de las prerrogativas concedidas por la
Constitución a todos los ciudadanos.”
Ello significa que, en estos casos, las personas videntes que negocien con
títulos valores, en cuanto están llevando a cabo asuntos de naturaleza
mercantil, están sometidos a las limitaciones que tengan lugar con ocasión
de la obligación de dar cumplimiento al artículo 828 del Código de
Comercio, particularmente en aras de la seguridad jurídica. No encuentra
esta Sala que haya un enfrentamiento real entre la seguridad jurídica y la
10
"Nuevamente insiste la Corte Constitucional en señalar que el artículo 13 de la Carta Fundamental,
ordena a las autoridades dar igual tratamiento jurídico a las situaciones de hecho iguales; pero también
les ordena actuar positivamente en la promoción de las condiciones para que la igualdad sea real y
efectiva, en aquellos casos en los que las situaciones de hecho no son iguales y, por ello, el tratamiento
idéntico constituye un desconocimiento de las circunstancias de debilidad manifiesta y una
discriminación en contra de las personas que las viven". Sentencia T- 100 de 1994 (M P. Carlos Gaviria
Díaz).
obligación de que un juez o un notario sean quienes lean y autentiquen los
títulos valores previamente a que los ciegos los firmen. Por el contrario, la
doctrina es unánime sobre la materia, al afirmar que el artículo 828 del
Código de Comercio es un requisito indispensable para que los títulos
valores firmados por los ciegos sean obligatorios.11
DECISION
RESUELVE