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Parálisis motora

Definiciones motoras producen calambres o espasmos del músculo, trastorno


que se conoce como miocimia. Si la unidad motora se destruye,
Cuando se aplica a la función motora, la palabra parálisis sig- todas las fibras musculares que inerva experimentan atrofia pro-
nifica pérdida de los movimientos voluntarios a causa de inte- funda, es decir, atrofia por desnervación.
rrupción de una de las vías motoras en cualquier punto entre el Las fibras nerviosas motoras de cada raíz ventral se entretejen
cerebro y la fibra muscular. Se conoce como paresia a la parálisis con las de las raíces vecinas para formar plexos y aunque los
de menor grado. El término plejía proviene de una palabra griega músculos están inervados de modo burdo, según el segmento
que significa “golpear” y la palabra palsy de una vieja palabra de la médula espinal, cada gran músculo está inervado por dos
francesa que tiene el mismo significado que parálisis. Todas estas o más raíces. En contraste, por lo general, un solo nervio peri-
palabras pueden intercambiarse, aunque por lo general se usa férico provee la inervación motora completa de un músculo o
parálisis o plejía para la pérdida grave o completa de la función un grupo de músculos. Por este motivo la parálisis causada por
motora y paresia para la pérdida parcial. enfermedad de las células del asta anterior o de las raíces ante-
riores suele tener una configuración diferente a la de la parálisis
que ocurre después de la interrupción de un nervio periférico.
MOTONEURONA INFERIOR Estas “configuraciones” siguen la distribución señalada en el
cuadro 46-1. Por ejemplo, la sección de la raíz motora L5 origina
parálisis de los extensores del pie y pie péndulo, en tanto que la
Consideraciones anatómicas y fisiológicas
lesión del nervio peroneo produce el mismo efecto, aunque no
Cada célula nerviosa motora raquídea y craneal, por arborización altera los inversores del pie inervados por L5, pero a través del
extensa de la parte terminal de su fibra eferente, entra en contacto nervio tibial.
con apenas unas cuantas o hasta más de 1 000 fibras musculares; Toda actividad motora, incluso la de tipo reflejo más
en conjunto, las células nerviosas, sus axones y las fibras mus- elemental, requiere la actividad sincrónica de muchos múscu-
culares constituyen la unidad motora. Todas las variaciones de los. El análisis de un movimiento hasta cierto punto simple,
fuerza, límite y tipo de movimientos dependen del número y el como empuñar la mano, ofrece cierta idea de la complejidad
tamaño de las unidades motoras que entran en acción, y de la de la distribución neuromuscular subyacente. En este acto el
frecuencia y la secuencia del disparo de cada unidad motora. Los movimiento primario es una contracción de los músculos flexo-
movimientos leves abarcan relativamente pocas unidades moto- res de los dedos, los músculos flexores superficial y profundo
ras pequeñas; los movimientos poderosos reclutan muchas más de los dedos, los músculos flexores largo y corto del pulgar, y
unidades de tamaño creciente. el músculo abductor corto del pulgar. En la terminología de
En los primeros días posteriores a la interrupción de un ner- Beevor estos músculos actúan como agonistas o motores prima-
vio motor, el músculo individual desnervado comienza a con- rios. Para que la flexión sea suave y fuerte, los músculos exten-
traerse en forma espontánea. Esta actividad aislada de las fibras sores (antagonistas) deben relajarse al mismo ritmo que los
musculares individuales se llama fibrilación. La explicación más flexores se contraen (inervación recíproca o ley de Sherring-
probable es la incapacidad de la fibra aislada para mantener un ton). Los músculos que flexionan los dedos de la mano tienen
potencial de membrana estable. La fibrilación es tan fina que no la misma acción en el carpo o muñeca; por lo regular, la persona
puede verse a través de la piel intacta, pero es posible registrarla intenta flexionar sólo los dedos mencionados y por esa razón
como un pequeño potencial repetitivo, de corta duración en el se necesita que actúen los extensores del carpo para evitar que
electromiograma (EMG) (cap. 45). Cuando una motoneurona se el carpo resulte flexionado; por eso son músculos sinergistas
enferma, como en la atrofia muscular espinal progresiva, puede de los primeros. Por último, durante esta acción de la mano,
manifestar aumento de la excitabilidad, es decir, el axón es ines- los músculos flexores y extensores apropiados estabilizan la
table y capaz de generar impulsos de manera ectópica, y todas muñeca, el codo y el hombro; los músculos que se encargan de
las fibras musculares que controla pueden descargar en forma estas acciones sirven como fijadores. La coordinación de agonis-
esporádica e independiente de las otras unidades. El resultado tas, antagonistas, sinergistas y fijadores la efectúan sobre todo
de la contracción de una o varias de estas unidades es una fasci- los reflejos raquídeos segmentarios bajo la orientación de estí-
culación visible, que se reconoce en el EMG como un potencial de mulos sensitivos propioceptivos. En general, cuanto más deli-
acción muscular espontáneo de gran tamaño. Las contracciones cado es el movimiento, más precisa debe ser la coordinación
espontáneas simultáneas o secuenciales de múltiples unidades entre los músculos agonistas y los antagonistas.

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44   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

Todos los movimientos balísticos (fásicos) voluntarios hacia más que monosinápticas. Lo anterior se logra en parte por las
un blanco se deben a la activación de las motoneuronas; las más neuronas internunciales inhibidoras (inhibición recíproca), que
grandes inervan grandes unidades motoras y las más pequeñas, también reciben impulsos de entrada, de vías descendentes. Las
unidades motoras pequeñas. Estas últimas se activan de manera células de Renshaw participan también al generar retroalimenta-
más eficiente por las aferentes sensitivas provenientes de los ción negativa por medio de sinapsis inhibidora de las motoneu-
husos musculares, tienen más actividad tónica y se reclutan con ronas α (inhibición recurrente).
mayor facilidad en las actividades reflejas, el mantenimiento de Por tanto, la distribución de las fibras del huso y el estado
la postura, la marcha y la carrera. Las grandes unidades moto- de excitabilidad de las neuronas α y γ (influido en gran medida
ras participan de manera primordial en los movimientos fásicos, por los sistemas de fibras descendentes) determinan el grado
que se caracterizan por una descarga inicial de actividad en los de actividad de los reflejos tendinosos y el tono muscular (la
músculos agonistas, luego por una descarga en los antagonistas capacidad de respuesta del músculo al estiramiento). Otros
y por último por una tercera descarga en los agonistas. La velo- mecanismos, de naturaleza inhibidora, abarcan los órganos ten-
cidad y la distancia del movimiento dependen de la fuerza de dinosos de Golgi, en los que el estímulo se produce por tensión
la descarga agonista inicial, pero siempre se observa el mismo a causa de la contracción activa del músculo. Estos receptores
esquema trifásico de actividad agonista, antagonista y agonista encapsulados, que se encuentran en las inserciones tendino-
(Hallett et al.). Los núcleos basales y el cerebelo establecen el tipo sas y aponeuróticas del músculo, activan fibras aferentes que
y el tiempo de la acción muscular en cualquier ejecución motora terminan en células internunciales, que a su vez se proyectan
proyectada. En los capítulos 4 y 5 se discuten estos aspectos con hacia las motoneuronas alfa y, por tanto, forman un arco reflejo
mayor profundidad. disináptico. Los receptores tendinosos de Golgi se hallan inac-
A diferencia de los movimientos fásicos, ciertas actividades tivos en el músculo relajado y durante el estiramiento pasivo;
motoras básicas no se caracterizan por inervación recíproca. sirven, junto con los husos musculares, para vigilar o calibrar
Agonistas y antagonistas se contraen de manera simultánea en la fuerza de la contracción muscular en diferentes situaciones.
el apoyo del cuerpo en la postura erguida (bipedación), en que También desempeñan una función en los movimientos de las
las piernas deben actuar como pilares rígidos, y en los escalo- extremidades que ocurren de manera natural, en particular en
fríos. La locomoción requiere que el modelo extensor de la bipe- la locomoción.
dación refleja se inhiba y se sustituya por el modelo coordinado Las neuronas α de las partes mediales del asta anterior iner-
de los movimientos alternados que caracteriza a los pasos; esto van los músculos del tronco o axiales, y las neuronas de las par-
último se logra gracias a los reflejos raquídeos y del tallo cerebral tes laterales inervan los músculos apendiculares. Las neuronas
multisegmentarios, los llamados centros locomotores. El control de mayor tamaño que están en la capa IX de Rexed (véase la fig.
suprasegmentario de la musculatura axial y proximal de las 8-1B) envían fibras a grandes músculos con grandes unidades
extremidades (mecanismos posturales contra la gravedad) está motoras. Las neuronas de menor tamaño en el asta anterior iner-
mediado sobre todo por los fascículos reticuloespinal y vestibu- van músculos de menor volumen y controlan movimientos más
loespinal, y los movimientos de manipulación de los músculos delicados, en particular de dedos de la mano y la mano. Ambos
distales de las extremidades lo están por los fascículos rubroespi- grupos de neuronas α reciben proyecciones de neuronas de las
nal y corticoespinal. Estos aspectos de la función motora también capas intermedias de Rexed (V a VIII) y de neuronas propioes-
se desarrollan más adelante. pinales en los fascículos propios de los segmentos espinales o
La actividad refleja musculotendinosa (estiramiento) y el raquídeos adyacentes (véase la fig. 8-1B). Todas las influencias
tono muscular dependen del estado de las grandes motoneuro- facilitadoras e inhibidoras que ejercen las neuronas cutáneas y
nas del asta anterior (a ); los husos y sus fibras aferentes y las propioceptivas aferentes y suprasegmentarias descendentes,
neuronas anteriores pequeñas (g ) cuyos axones terminan en están coordinadas por sistemas interneuronales secundarios
las fibras musculares pequeñas intrahusales. La superficie de la en actividades como reflejos fásicos y tónicos, reflejos flexor de
membrana de cada célula del asta anterior tiene unas 10 000 ter- retirada y extensor cruzado, apoyo postural, reflejos tónicos del
minaciones sinápticas (botones). Algunas de estas terminaciones cuello y lumbares, y sinergias más complejas como la marcha rít-
son excitatorias y otras inhibitorias; en combinación determinan mica (p. ej., los pasos reflejos que dan los neonatos). Consúltense
la actividad de la neurona. Las motoneuronas ( b ) efectúan la con- a Burke y Lance, así como a Davidoff (1992) para encontrar más
tracción, tanto del huso como de las fibras extrafusales, pero la detalles.
importancia de este fenómeno fisiológico aún no se dilucida. Se ha acumulado abundante información sobre mediadores
Algunas de las neuronas γ presentan actividad tónica en reposo farmacológicos de las motoneuronas. Las grandes neuronas del
y conservan las fibras musculares intrafusales (cadena nuclear) asta anterior de la médula espinal contienen elevadas concen-
tensas y sensibles a los cambios activos y pasivos de la longitud traciones de acetiltransferasa de colina y utilizan a la acetilco-
muscular. lina como transmisor en la unión neuromuscular. Hasta donde
El golpe sobre un tendón estira o tal vez causa una vibración se sabe, en los seres humanos los ácidos aspártico (aspartato)
del huso y activa sus fibras de la bolsa nuclear. Las proyecciones y glutámico (glutamato) son los principales neurotransmisores
aferentes que provienen de tales fibras establecen directamente de los haces (tractos) corticoespinales descendentes. La glicina
sinapsis con las motoneuronas α en el mismo segmento medu- es el neurotransmisor liberado por las células de Renshaw, que
lar y en los vecinos; a su vez, dichas neuronas envían impul- se encargan de la inhibición recurrente, y por las interneuronas
sos a las fibras de músculo de fibra estriada y el resultado es que median la inhibición recíproca durante la acción refleja. El
la conocida contracción muscular monosináptica o reflejo miotá- ácido aminobutírico γ (gamma-aminobutyric acid, GABA) sirve
tico monofásico, que suele denominarse “reflejo tendinoso” (fig. como neurotransmisor inhibidor de las interneuronas del asta
3-1), que con mayor precisión podría denominarse reflejo pro- posterior. El l-glutamato y el l-aspartato se descargan desde
pioceptivo. Todo esto ocurre en un plazo de 25 ms del estira- terminaciones aferentes primarias e interneuronas, y actúan de
miento súbito. Las neuronas α de los músculos antagonistas se modo específico sobre receptores de aminoácidos excitatorios.
inhiben de manera simultánea pero por conexiones disinápticas También hay axones descendentes colinérgicos, adrenérgicos y
Capítulo  3  Parálisis motora  45

Ganglio de
la raíz dorsal
Fibra aferente
Huso muscular Sistemas de
L2 del huso
fibras descendentes
Órgano
tendinoso de Golgi
Huso
L3 muscular
Placas
motrices
Placas
terminales
motrices
Fibra terminales
S2 eferente γ
Fibra α

Órgano
B tendinoso de Golgi

A
FIGURA 3-1.  A, Reflejo tendinoso rotuliano. Fibras sensitivas del nervio ciático mayor (segmentos raquídeos L2 y L3) median este reflejo miotático.
Los receptores principales son los husos musculares, que reaccionan al estiramiento repentino del músculo al golpear el tendón rotuliano. Se muestra
que las fibras aferentes provenientes de los husos musculares entran sólo en el segmento raquídeo L3, en tanto que las fibras aferentes del órgano ten-
dinoso de Golgi entran sólo en el segmento raquídeo L2. En este reflejo monosináptico las fibras aferentes que entran en los segmentos espinales L2 y
L3, y las fibras eferentes que provienen de las células del asta anterior de estos niveles y los inferiores completan el arco reflejo. Las fibras motoras que
dejan el segmento raquídeo S2 y pasan hacia los músculos tensores de la corva demuestran la vía disináptica mediante la cual se ejercen las influencias
inhibitorias sobre el grupo muscular antagonista durante el reflejo. B, Se ilustra el asa γ. Las fibras eferentes γ pasan a las porciones polares del huso
muscular. Las contracciones de las fibras intrahusales en las partes polares del huso estiran la región de la bolsa nuclear y, por tanto, producen un
impulso aferente que se conduce en sentido central. Las fibras aferentes que provienen del huso establecen sinapsis con muchas motoneuronas α, dado
que estas últimas se distribuyen en las fibras musculares extrahusales, la excitación de las motoneuronas mencionadas por estímulos aferentes del huso
origina contracción compartida del músculo. De este modo, las fibras γ y α simultáneamente activan la contracción muscular. Las motoneuronas tanto
α como γ están influidas por los sistemas de fibras descendentes provenientes de niveles supraespinales. (Adaptada con autorización de Carpenter MB,
Sutin J: Human Neuroanatomy, 8a ed. Baltimore, Williams & Wilkins, 1983.)

dopaminérgicos que participan de manera menos definida en las La parálisis de las motoneuronas inferiores es resultado
funciones reflejas. directo de pérdida del funcionamiento o destrucción de las célu-
las del asta anterior, o de sus axones en las raíces y los nervios
anteriores. Los signos y síntomas varían con la localización de
Parálisis causada por lesiones la lesión. En cualquier caso individual lo más importante desde
de las motoneuronas inferiores el punto de vista clínico es saber si estos problemas coexisten
con cambios de la sensibilidad. La combinación de parálisis flá-
Si todas o casi todas las fibras motoras periféricas que inervan cida arrefléxica y cambios sensitivos suele indicar afección de
un músculo se interrumpen, todos los movimientos voluntarios, nervios motores y sensitivos mixtos de las raíces, tanto anterio-
posturales y reflejos de ese músculo desaparecen. El músculo se res como posteriores. Si los cambios sensitivos están ausentes,
torna laxo y blando, y no resiste el estiramiento pasivo, un tras- la lesión debe situarse en la sustancia gris anterior de la médula
torno que se conoce como flacidez. El tono muscular (la resisten- espinal, en las raíces anteriores, en una rama puramente motora
cia ligera que el músculo relajado normal ofrece al movimiento de un nervio periférico o sólo en los axones motores (o en el
pasivo) se reduce (hipotonía o atonía). El músculo desnervado músculo en sí). En ocasiones resulta imposible distinguir entre
experimenta atrofia extrema y se reduce hasta 20 a 30% de su las lesiones nucleares (espinales) y de la raíz anterior (radicu-
tamaño original en un plazo de tres a cuatro meses. La reacción lares).
del músculo al estiramiento repentino se pierde, como sucede Los reflejos tendinosos preservados y a menudo más intensos
cuando se golpea su tendón (arreflexia). La afección de sólo una y la espasticidad de los músculos debilitados por las lesiones de
parte de las fibras motoras que inervan el músculo da por resul- los sistemas corticoespinales, atestiguan la integridad de los seg-
tado parálisis parcial, o paresia, y disminución proporcional de mentos espinales o raquídeos por debajo del nivel de la lesión.
la rapidez de la contracción. En este caso la atrofia es menor y el Sin embargo, las lesiones agudas y profundas de la médula espi-
reflejo tendinoso se reduce, pero no se pierde. El electrodiagnós- nal, y en menor grado las lesiones corticoespinales del tallo cere-
tico de la desnervación depende del hallazgo de fibrilaciones, bral y del cerebro, eliminan de manera temporal los reflejos mio-
fasciculaciones y otras anomalías durante la exploración con táticos espinales (“choque espinal o medular”; véase cap. 44).
electrodos en aguja. Sin embargo, algunas de las anormalidades Esto se debe a interrupción de los impulsos excitatorios tónicos
comentadas aparecen días o una o dos semanas después de la descendentes, que en condiciones normales conservan un grado
lesión del nervio (véase cap. 45). suficiente de excitación en las motoneuronas espinales para
46   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

permitir la activación periférica de los reflejos segmentarios. El mentaria y ciertas porciones de la corteza parietal (áreas 1, 3, 5
aplacamiento del choque espinal por medio de antagonistas de y 7) convergen en la corona radiada y descienden por la rama
opiáceos, como la naloxona, sugiere que al menos en parte dicho posterior de la cápsula interna, la parte basal de los pedúncu-
fenómeno es mediado por la liberación de opiáceos endógenos los cerebrales, la porción basilar del puente y el bulbo raquídeo.
almacenados, desde las terminaciones distales de las neuronas Conforme los fascículos corticoespinales descienden por el cere-
en la materia gris periacueductal. Una vez liberados los opiáceos bro y el tallo cerebral, envían colaterales al cuerpo estriado, el
almacenados, cesa la inhibición presináptica de las motoneuro- tálamo, el núcleo rojo, el cerebelo y la formación reticular. Los
nas y ello anuncia el final del choque espinal y el comienzo del fascículos corticobulbares, que se distribuyen en los núcleos
periodo de espasticidad. motores de los nervios craneales, ipsolateral y contralateral-
mente (fig. 3-2), acompañan a los fascículos corticoespinales en
el tallo cerebral. Ha sido posible rastrear la proyección directa de
los axones de las neuronas corticales hacia los núcleos trigémino,
MOTONEURONAS SUPERIORES
facial, ambiguo e hipogloso (Iwatsubo et al.). No se observaron
axones que terminaran de manera directa en los núcleos motor
Consideraciones anatómicas y fisiológicas
ocular común, patético, motor ocular externo o vago. Puesto
Los términos piramidal, corticoespinal y motoneurona superior a me- que las fibras corticobulbares y corticoespinales tienen un ori-
nudo se emplean de manera indistinta, aunque en sí no son si- gen semejante y ya que los núcleos motores del tallo cerebral
nónimos. En el sentido estricto de la palabra, se designa con el son los homólogos de las motoneuronas de la médula espinal, el
término haz o fascículo piramidal sólo a las fibras que corren en término motoneuronas superiores puede aplicarse con propiedad a
sentido longitudinal por la pirámide del bulbo raquídeo. De to- ambos sistemas de fibras.
dos los fascículos de fibras del encéfalo el piramidal es el que Los fascículos corticoespinales se cruzan en la parte baja del
se conoce desde hace más tiempo, pues su primera descripción bulbo raquídeo, aunque algunas de sus fibras pueden entrecru-
la realizó Türck en 1851. Desciende de la corteza cerebral, pasa zarse por arriba de este nivel. La proporción de fibras cruzadas
por la sustancia blanca subcortical (corona radiada), la cápsu- y directas varía en cierto grado con la persona. En muchos tex-
la interna, el pedúnculo cerebral, la porción ventral de la protu- tos se señala que cruzan 75 a 80% de las fibras y el resto des-
berancia, y la pirámide o cono de la porción superior del bulbo ciende en el mismo lado, más bien en el fascículo no decusado
raquídeo; se cruza en la porción inferior del bulbo y continúa corticoespinal ventral. En casos excepcionales estos fascículos se
su trayecto hacia abajo en la columna lateral de la médula es- entrecruzan por completo; con la misma rareza se conservan sin
pinal (su otra denominación es fascículo corticoespinal). Ésta es cruzarse. Estas variaciones tal vez tengan importancia funcional
la única conexión de fibras largas directa entre la corteza cere- para determinar el grado de déficit neurológico resultante de una
bral y la médula espinal (fig. 3-2). Las vías indirectas, mediante lesión unilateral, como un infarto capsular. Se han identificado
las cuales la corteza influye en las motoneuronas espinales o ra- pocos casos estudiados minuciosamente, como los descritos por
quídeas, son las vías o fascículos corticorrubroespinal, corticorre- Terakawa et al., de accidente agudo del hemisferio cerebral, que
ticuloespinal, corticovestibuloespinal y corticotectoespinal; estos causan hemiplejía en el mismo lado. Asimismo, Yakovlev identi-
fascículos no transcurren por la pirámide. Todas estas vías, tan- ficó tres casos de pirámides en que no había absolutamente cru-
to directas como indirectas, se abarcan con el término motoneuro- zamiento, en la necropsia de 130 neonatos con retardo mental,
na superior. pero después de considerar el desarrollo deficiente del encéfalo
Una posible causa de confusión en relación con el fascículo no cabe sorpresa de detectar dicho hallazgo (comunicación per-
piramidal, es la proveniente de los criterios tradicionales, plan- sonal).
teada a comienzos del siglo xx, que la hace nacer totalmente Tras su decusación, las vías corticoespinales descienden como
de las grandes neuronas motoras de Betz en la quinta capa de fascículos bien definidos en las columnas anterior y posterola-
la circunvolución precentral (corteza motora primaria o área 4 teral de la sustancia blanca (funículos o cordones) de la médula
de Brodmann) (figs. 3-3 y 22-1). Sin embargo, sólo hay 25 000 a espinal (fig. 3-2). Nathan et al. han definido el trayecto de las
35  000 células de Betz, en tanto que la pirámide bulbar contiene vías motoras no corticoespinales (vestíbulo espinal, reticuloespi-
cerca de un millón de axones (Lassek). Por ello, el fascículo nal y propioespinal descendentes). El fascículo vestibuloespinal
piramidal contiene muchas fibras que se originan de otras neu- lateral yace en la periferia de la médula espinal, donde ocupa la
ronas corticales, además de las células de Betz, en particular porción más anterolateral del cordón anterior. Las fibras vesti-
en las áreas 4 y 6 de Brodmann (corteza frontal, precisamente buloespinales mediales se mezclan con las del fascículo longitu-
rostral al área 4, incluso la porción posterior de la circunvolu- dinal medial. Las fibras reticuloespinales son menos compactas,
ción frontal superior, es decir, el área motora complementaria), descienden en forma bilateral y la mayor parte se encuentra pre-
en la corteza sensitiva somática primaria (áreas de Brodmann cisamente por delante del fascículo corticoespinal lateral. La vía
3, 1 y 2) y en la parte superior del lóbulo parietal (áreas 5 y 7). propioespinal descendente consiste en una serie de fibras cortas
Los datos relacionados con el origen de la vía piramidal en el (de uno o dos segmentos de longitud) localizadas cerca de la sus-
ser humano son escasos, pero en el mono, mediante recuento tancia gris.
de los axones piramidales residuales después de resecciones La organización somatotópica del sistema corticoespinal tiene
corticales y periodos prolongados de supervivencia, Russell y importancia en el trabajo clínico, sobre todo en relación con
DeMyer encontraron que 40% de los axones descendentes se ciertos síndromes vasculares. Conforme los axones descenden-
originaba en el lóbulo parietal, 31% en el área 4 y el restante tes que permiten los movimientos de la extremidad y la cara
29% en el área 6. Estudios del transporte retrógrado de una emergen de la franja cortical motora, mantienen la especificidad
sustancia rastreada en el mono confirmaron estas observacio- anatómica de la corteza suprayacente; por tanto, una discreta
nes. lesión cortical-subcortical causa una debilidad restringida de la
Las fibras provenientes de las cortezas motora y premotora mano y el brazo o del pie y la pierna. En sentido más caudal, las
(áreas de Brodmann 4 y 6, fig. 22-1), la corteza motora comple- fibras motoras descendentes convergen y quedan incluidas en el
Capítulo  3  Parálisis motora  47

Tronco CORTEZA
MOTORA
Circunvolución paracentral Extremidad superior

Extremidad inferior Campo ocular

||||||||||||
Inervación de los músculos oculares | ||| ||| Cara
|| ||
|

|
||
Rodilla de la cápsula interna

||||
Núcleo del III par
|
|||||||||
| |||| Rama posterior de la cápsula interna
||

|
Tálamo dorsal

||
Pedúnculo cerebral |||
|||||||||||||||||

MESENCÉFALO

Núcleo motor del V par


||

| | | | | | | || |
||

||
|||
Núcleo del VII par
PUENTE
V par
VII par
||||

Núcleo del XII par


|||||||

Núcleo ambiguo || | BULBO RAQUÍDEO


| |

||||
|

Decusación motora Pirámide

Fibras corticoespinales laterales directas

Nervios motores para la extremidad superior Extremidad superior

AUMENTO DE TAMAÑO CERVICAL

Fascículo Fascículo corticoespinal ventral


corticoespinal
lateral cruzado
AUMENTO DE TAMAÑO LUMBOSACRO

Nervios motores para la extremidad inferior


FIGURA 3-2.  Fascículos corticoespinal y corticobulbar. Las líneas interrumpidas indican las trayectorias de estas vías, desde su origen en sitios particu-
lares de la corteza cerebral hasta sus núcleos de terminación.

brazo posterior de la cápsula interna, y por esa razón una lesión Esta distribución topográfica se mantiene más o menos igual
pequeña en ese punto puede originar una “hemiplejía motora en el pedúnculo cerebral, donde las fibras corticoespinales ocu-
pura” en que hay afección de la cara, el brazo, la mano, la pierna pan cerca de la mitad de esta estructura; las fibras destinadas
y el pie, en un grado similar (síndromes lagunares). Los axones a la inervación de los núcleos faciales yacen en la parte más
que sirven para el movimiento facial se sitúan en la parte rostral medial. En sentido más caudal, en la porción ventral de la pro-
del brazo posterior de la cápsula; los de la mano y el brazo, en la tuberancia, los fascículos motores descendentes se subdividen
parte central, y aquellos para el pie y pierna, en la región caudal en haces, en que se intercalan masas de neuronas pontocerebe-
(véase Brodal). losas y sus fibras cerebelípetas. En este lugar también se reco-
48   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

6ab 6aa 4 trario. La conexión mencionada debe existir y así explicar casos
ocasionales de parálisis del facial por lesiones de la zona del tallo
3,1,2
encefálico en sentido caudal al segmento medio de la protube-
8αbd 5a
rancia. En el artículo de Terao et al., el lector puede conocer algu-
5b nos de los sitios hipotéticos de tal vía que incluye un fascículo
recurrente o de Pick. Los autores concluyen, con base en datos
7a
de estudios imagenológicos, que las fibras corticobulbares des-
tinadas al núcleo del facial descienden por la porción ventro-
medial del puente hasta alcanzar el extremo superior del bulbo,
punto en que muestran decusación para ascender de nuevo; sin
embargo, en dicha configuración se observa enorme variabilidad
de una persona a otra.
8g 19 Los fascículos pontinos descendentes, una vez desprovistos
6b de las fibras corticopontinas, se reúnen para formar la pirámide
del bulbo raquídeo. El modelo braquial-crural puede persistir en
22
A 7b 18 17 las pirámides y de hecho se reconstituye en las columnas latera-
les de la médula espinal (fig. 8-3), pero debe destacarse que la
separación topográfica de las fibras motoras en los segmentos
6ab 6aa 4 3,1,2 cervical, torácico, lumbar y sacro no es tan marcada como suele
5a mostrarse en los esquemas de la médula espinal.
5b Los fascículos corticoespinales y otras motoneuronas supe-
riores terminan sobre todo en relación con las células nerviosas
19
de la zona intermedia de la sustancia gris espinal (neuronas
internunciales), desde las cuales se transmiten luego los impul-
sos nerviosos hacia las células del asta anterior. Sólo 10 a 20%
de las fibras corticoespinales (al parecer los axones gruesos y de
18 conducción rápida derivados de las células de Betz) establece
conexiones sinápticas directas con las grandes motoneuronas de
18 las astas anteriores.

19 17 Corteza motora, premotora


B y motora complementaria, y control
FIGURA 3-3.  Superficies lateral (A) y medial (B) (externa e interna) de cerebral de los movimientos
los hemisferios cerebrales del ser humano, en que se identifican las áreas
de la corteza excitable, es decir, las que han sido numeradas con base El área motora de la corteza cerebral se define fisiológicamente como
en el esquema de Brodmann. (Reimpresa con autorización de House la región de la corteza eléctricamente excitable, en la cual se pue-
EL, Pansky B: A Functional Approach to Neuroanatomy, 2a ed. New York, den desencadenar movimientos aislados, por acción de estímulos
McGraw-Hill, 1967.) Véase también la figura 22-1. de intensidad mínima. Los grupos musculares de la mitad con-
tralateral de la cara, el brazo, el tronco y la pierna están represen-
tados en la corteza motora primaria (área 4 en la fig. 3-3), los de la
noce algún grado de organización somatotópica, ejemplificada cara se localizan en la porción más inferior de la circunvolución
por la debilidad selectiva de la cara y la mano con disartria, o precentral en la superficie externa del hemisferio cerebral, y los
de la pierna, que puede ocurrir en los infartos lacunares pon- de la pierna, en el lóbulo paracentral en la cara interna del hemis-
tinos. Los estudios anatómicos en primates no humanos indi- ferio mencionado. En términos generales, las zonas del cuerpo
can que la distribución brazo-pierna de las fibras en la región que se encargan de los movimientos más finos son las que tienen
rostral del puente es muy similar a la que se encuentra en la una mayor representación cortical como se advierte en el homún-
base de los pedúnculos; esta distinción es menos definida en culo (término sugerido originalmente por Wilder Penfield seña-
la parte caudal del puente. En los humanos no hay tanta certi- lado en la fig. 3-4).
dumbre respecto a la organización somatotópica de las fibras El área 6 o premotora también es excitable eléctricamente,
corticoespinales porque no se han hecho estudios anatómicos pero para ese fin se necesitan estímulos más intensos que los
sistemáticos. Sin embargo, los datos de una investigación reali- necesarios en el área 4, para desencadenar movimientos. La
zada por Marx et al., en la que utilizaron técnicas complejas de estimulación de su porción caudal (área 6aα) genera respuestas
cartografía por resonancia magnética (magnetic resonance ima- similares a las producidas al estimular el área 4; ellas probable-
ging, MRI) en sujetos por hemiplejía por lesiones del tallo ence- mente surgen por transmisión de impulsos de toda el área 6a al
fálico, sugieren que en la base de la protuberancia se pierde la área 4 (que no se puede producir después de ablación de esta
organización somatotópica usual, y en vez de ella, la fibras que última área). La estimulación del área premotora rostral (área
inervan músculos proximales se concentran en un plano más 6aβ) genera perfiles de movimientos más generales, de manera
dorsal y las que excitan partes distales de las extremidades, en predominante en la porción proximal de músculos de extremi-
un plano más ventral. dades. Los últimos movimientos se efectúan por vías distintas a
Otro aspecto de incertidumbre ha sido la existencia y la tra- las que se derivan del área 4 (es decir, son “extrapiramidales”).
yectoria de fibras que descienden por la zona inferior de la pro- Los estímulos muy intensos desencadenan movimientos de una
tuberancia y la mitad superior del bulbo raquídeo para ascender zona muy amplia de las cortezas frontal premotora y parietal,
de nuevo e inervar el núcleo motor del facial, en el lado con- y los mismos movimientos pueden obtenerse de varios puntos
Capítulo  3  Parálisis motora  49

Homúnculo motor B A

Cad Rodi To Ded


era lla bill os

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[ Saliv
Figura 3-4.  La representación de partes corporales en la cor-
astic
teza motora. El esquema también se llama homúnculo motor. Se [ M
advierte que la mayor representación se localiza en una gran
zona de la corteza que se encarga del control motor de manos,
labios y cara. En el esquema de menor tamaño A representa la
corteza sensitiva y B la corteza motora. Medial Lateral

muy distantes entre sí. Por lo anterior cabe asumir, como señalan que, para estimular las células motoras desde la superficie, la
Ash y Georgopoulus, que la corteza premotora incluye varias corriente eléctrica tiene que penetrar por la corteza hasta la capa
subregiones distintas desde el punto de vista anatómico, con V, donde se localizan estas neuronas, y activar de manera inevi-
diferentes conexiones aferentes y eferentes. En general puede table un gran número de otras neuronas corticales. Los expe-
afirmarse que el conjunto de cortezas motora y premotora es rimentos de gran calidad de Asanuma y Evarts et al., quienes
capaz de sintetizar acciones agonistas en una variedad infinita estimularon las profundidades de la corteza con microelectro-
de tipos de graduación fina y muy diferenciados. Se encuen- dos, demostraron la existencia de zonas discretas de neuronas
tran bajo la dirección de la información sensitiva visual (área 7) eferentes que controlan la contracción de músculos individua-
y táctil (área 5), y reciben el apoyo de mecanismos posturales les; más aún, la estimulación sostenida de una zona eferente es-
apropiados. pecífica a menudo facilitó, en vez de inhibir, la contracción de
El área motora complementaria se localiza en la zona más ante- los antagonistas. Estos investigadores mostraron también que
rior del área 6 en la superficie interna del hemisferio cerebral las células de la zona eferente reciben impulsos aferentes desde
(6aβ en la fig. 3-3B). Su estimulación puede desencadenar movi- el músculo particular al que las neuronas eferentes se proyectan.
mientos ipsolaterales o contralaterales relativamente burdos, Cuando los efectos de muchas estimulaciones a diversas pro-
contracciones tónicas bilaterales de las extremidades, movimien- fundidades se correlacionaron con los sitios precisos de cada pe-
tos contrarios de la cabeza y el cuello con contracción tónica del netración, se encontró que las células que se proyectaban hacia
brazo contralateral, y a veces inhibición de la actividad motora un grupo particular de motoneuronas espinales o raquídeas se
voluntaria, y paro vocal. distribuían en columnas alineadas de manera radial de cerca de
La forma en que la corteza motora controla los movimientos 1 mm de diámetro. La distribución columnar de la corteza sensi-
aún es motivo de controversia. El criterio tradicional, basado tivomotora se conoce desde hace muchos años; la riqueza de las
en las interpretaciones de Hughlings Jackson y Sherrington, interconexiones radiales entre las células de esas columnas con-
consiste en que la corteza motora está organizada no en térmi- dujo a Lorente de Nó a sugerir que estas “cadenas verticales” de
nos de músculos individuales sino de movimientos, es decir, la células eran las unidades funcionales elementales de la corteza.
contracción coordinada de grupos de músculos. Jackson visua- Tal noción ha recibido un fuerte apoyo de las observaciones de
lizó una representación muy sobrepuesta de grupos musculares Mountcastle, de que todas las neuronas en una columna reciben
en la corteza cerebral, con base en su observación de que un impulsos de la misma modalidad sensitiva, de la misma parte
paciente podría recuperar el uso de una extremidad después del cuerpo. No se ha dilucidado del todo si las columnas con-
de la destrucción del área límbica a juzgar por la estimulación tribuyen a un movimiento, como unidades, o si se activan de
cortical. Este criterio recibió apoyo de las observaciones de She- manera selectiva neuronas individuales en muchas columnas.
rrington de que la estimulación de la superficie cortical no acti- Henneman y Asanuma han resumido las pruebas de estos crite-
vaba músculos solitarios sino una combinación de éstos y siem- rios antagónicos.
pre de manera recíproca; es decir, de un modo que conservaba Evarts et al. esclarecieron la función de las motoneuronas
las relaciones esperadas entre los agonistas y los antagonistas. corticocerebrales en los movimientos sensitivos provocados o
Asimismo observó la inconstancia de los efectos estimulantes; planeados. Mediante técnicas de registro de una célula demos-
la estimulación de un punto cortical determinado que iniciaba la traron que las células piramidales disparan cerca de 60 ms antes
flexión de una parte en una ocasión podría iniciar la extensión del inicio de un movimiento en una secuencia determinada por
en otra. el tipo y la fuerza que el movimiento requiere. Pero observa-
Estas interpretaciones deben considerarse con circunspec- ron también otras propiedades más complejas de las células
ción, como todas las observaciones que se basan en la estimu- piramidales. Algunas de ellas recibían estimulación sensitivo-
lación eléctrica de la superficie de la corteza. Está demostrado somática por vía transcortical desde el lóbulo parietal (áreas
50   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

3, 1 y 2), que podía activarse y desactivarse o saltarse según el integrados del cuerpo y las extremidades, y movimientos totales
movimiento por controlar, es decir, guiada por el impulso sen- de las extremidades. 3) Una vía lateral, que se deriva en espe-
sitivo. Antes de un movimiento planeado se activaban muchas cial de la parte magnocelular del núcleo rojo y termina en las
neuronas de las cortezas complementaria y premotora; de este partes dorsal y lateral de la zona internuncial. Esta vía añade la
modo, las neuronas motoras piramidales (área 4) estaban pre- capacidad para el empleo independiente de las extremidades, en
paradas para la activación inminente, por impulsos que pro- particular de las manos.
venían de las áreas parietal, prefrontal, premotora, auditiva y Ya se hizo referencia a los sistemas de fibras corticomesen-
visual de la corteza. Esta “señal prefijada” preparatoria podía cefálicas, corticopontinas y corticobulbares que se proyectan
surgir sin actividad alguna de la médula espinal y los múscu- a los núcleos reticuloespinal, vestibuloespinal, rubroespinal y
los. Se advirtió que el origen de la señal de activación era más tectoespinal. Éstos se encargan de controlar la estabilidad de la
bien la corteza motora complementaria que al parecer está bajo cabeza (vías reflejas laberínticas) y del cuello y el cuerpo en rela-
la influencia directa de los “estímulos preparatorios” (potencial ción con la cabeza (reflejos tónicos del cuello), así como las pos-
de Bereitschaft) que ahí llegan desde las áreas prefrontales (en turas del cuerpo en relación con los movimientos de las extre-
el caso de los movimientos planeados) y de la corteza parietal midades. Las lesiones de estos sistemas no están definidas con
posterior (en el caso de actividades motoras iniciadas por per- tanta claridad como las del sistema corticoespinal. No producen
cepciones sensitivas). Existen también fibras que llegan al área parálisis de los músculos, pero ocasionan la liberación de pos-
motora desde el sistema límbico y quizá se relacionan con la turas inusuales (p. ej., distonía hemipléjica), reflejos tónicos del
motivación y la atención. Roland ha utilizado mediciones del cuello y laberíntico intensificados, y rigidez de descerebración.
flujo sanguíneo de la función cerebral para explicar estos fenó- En sentido estricto, todos estos fascículos son “extrapiramida-
menos nerviosos. les”, como se expone con mayor amplitud en los dos capítulos
Por tanto, las cortezas frontal anterior, motora complemen- siguientes.
taria, premotora y motora son las que responden a los diversos
estímulos aferentes, y participan en las descargas antes de un
movimiento complejo y de manera coordinada con el mismo. Parálisis causada por lesiones
Además, como se destaca más adelante, el complejo estriado- de las motoneuronas superiores
pálido y el cerebelo, que se proyectan hacia estas áreas corticales,
se activan también antes de la descarga de las neuronas corti- La vía corticoespinal puede interrumpirse a causa de una lesión
coespinales o junto con ésta (véase Thach y Montgomery para en cualquier punto de su trayectoria: en la corteza cerebral, sus-
encontrar una revisión crítica de los datos fisiológicos). tancia blanca subcortical, cápsula interna, tallo cerebral o médula
espinal. La vía corticoespinal directa suele estar mucho más afec-
tada que la larga cuando la hemiplejía es grave y permanente
Terminación de los fascículos como consecuencia de alguna enfermedad. Las fibras corticoes-
corticoespinales y otros fascículos pinales se entremezclan con fibras corticoestriadas, corticotalá-
motores descendentes micas, corticorrúbicas, corticopontinas, corticoolivares y cortico-
reticulares en la sustancia blanca cerebral (corona radiada) y la
Éstos se estudiaron en el mono mediante interrupción de las vías cápsula interna. Es notable que las fibras talamocorticales, que
motoras descendentes en el bulbo raquídeo y las partes más ros- constituyen un enlace vital en un sistema de fibras ascendentes
trales del tallo cerebral, y por rastreo de la distribución de los ele- que provienen de los núcleos basales y el cerebelo, pasan también
mentos degenerativos en la sustancia gris espinal. Con base en por la cápsula interna de la sustancia blanca cerebral. Por ello las
estos experimentos y otros datos fisiológicos, Lawrence y Kuy- lesiones en estas regiones afectan al mismo tiempo los sistemas
pers propusieron que la organización funcional de las vías corti- tanto corticoespinal como extrapiramidal. En consecuencia, no
cales y subcorticales descendentes depende más de sus tipos de es del todo correcto atribuir la hemiplejía capsular a una lesión
terminación y de las capacidades motoras de las neuronas inter- de la vía corticoespinal o piramidal. Es más adecuado el término
nunciales sobre las que terminan que de la localización de sus parálisis de la motoneurona superior, que reconoce la afección de
células de origen. Tres grupos de fibras motoras se distinguie- varios sistemas de fibras descendentes que influyen en la moto-
ron según su distribución terminal diferencial: 1) los fascículos neurona inferior y la modifican.
(haces) corticoespinal y corticobulbar, que se proyectan en todos Las lesiones que se limitan al área 4 de Brodmann, la corteza
los niveles de la médula espinal y el tallo encefálico, terminan motora, sólo producen hipotonía y debilidad de los músculos
de manera difusa en todo el núcleo propio del asta dorsal y la distales de las extremidades en los primates. Las lesiones de la
zona intermedia. Parte de ellos establece conexión directa con corteza premotora (área 6) ocasionan debilidad, espasticidad y
las grandes motoneuronas que se distribuyen en los músculos de aumento de los reflejos de estiramiento (Fulton). Las lesiones
los dedos de la mano, la cara y la lengua; el sistema en cuestión de la corteza motora complementaria causan prensión involun-
permite que la “subdivisión” o especialización de movimiento se taria. La resección de las áreas corticales 4 y 6 y de la sustancia
haga en grado extraordinario, tal como lo ejemplifican los movi- blanca subcortical produce parálisis completa y permanente,
mientos digitales independientes. Como se explica en párrafos así como espasticidad (Laplane et al.). Estos efectos clínicos aún
previos, una gran fracción de las fibras en el haz corticoespinal no se definen con tanta claridad en el ser humano como en el
nace de la corteza sensitiva y al parecer actúa en la modulación mono.
del movimiento por parte de neuronas aferentes. 2) Vía ventrome- El sitio en que las fibras corticoespinales se aíslan en su tota-
dial, que nace en el techo (haz tectoespinal), núcleos vestibulares lidad es el fascículo piramidal en el bulbo. Se conocen unos
(haz vestibuloespinal) y las neuronas reticulares de puente y bulbo cuantos casos documentados de lesión más o menos confinada
(haz reticuloespinal) y termina en especial en las neuronas inter- a esta localización en seres humanos. El resultado de tales lesio-
nunciales de la porción ventromedial de la sustancia gris medu- nes fue hemiplejía flácida inicial (que no afectó la cara), cuya
lar. Este sistema se relaciona sobre todo con los movimientos recuperación es considerable. De manera similar a lo que ocu-
axiales: mantenimiento de la postura (bipedación), movimientos rre en el mono (como lo demostraron Tower en 1940 y después
Capítulo  3  Parálisis motora  51

Lawrence y Kuypers, y Gilman y Marco) la interrupción de enfermedad de Parkinson y de lesiones en la porción alta de la
ambos fascículos piramidales da por resultado parálisis hipo- médula cervical. En algunos pacientes en la fase de recupera-
tónica; por último, estos animales recuperan gran variedad de ción de la hemiplejía, surgen muy diversas anormalidades ciné-
movimientos, aunque la lentitud de todos ellos y la pérdida ticas como temblor, atetosis y corea en el lado afectado. Éstas
de los movimientos individuales de los dedos quedan como son expresiones de lesión de las estructuras nucleares basales y
déficit permanentes. Asimismo, el pedúnculo cerebral se sec- talámicas, y se estudian en el capítulo 4.
cionó en algunos pacientes con la finalidad de abolir los movi- Si las motoneuronas superiores se interrumpen por arriba del
mientos involuntarios (Bucy et al.); en algunos de estos indivi- plano del núcleo facial en el puente, los músculos de la mano y
duos se produjo sólo un grado ligero de debilidad o signo de el brazo se afectan de manera más grave y los músculos de la
Babinski, pero no se desarrolló espasticidad. Las observaciones pierna menos; de la musculatura craneal sólo los músculos de
anteriores indican que una pura lesión de vías piramidales no la lengua y la parte baja de la cara se afectan en grado impor-
ocasiona espasticidad. Aún más, para insistir en el comentario tante. Como Broadbent fue el primero en llamar la atención en la
anterior, el control de muy diversos movimientos voluntarios distribución de la parálisis, ésta a veces se refiere como “ley de
depende (cuando menos en parte) de vías motoras no piramida- Broadbent”. No se ha precisado el trayecto que siguen las fibras
les. Los experimentos en animales sugieren que las vías cortico- que inervan el núcleo del facial, como se había descrito, en la
rreticuloespinales tienen particular importancia a este respecto, forma del haz de Pick, pero lo que se sabe es que algunas des-
puesto que sus fibras se distribuyen de manera somatotópica y cienden a la zona superior del bulbo y otras lo hacen de manera
son capaces de influir en los reflejos de estiramiento. Se requie- recurrente a la protuberancia; ello explicaría la debilidad facial
ren estudios ulteriores en el ser humano para esclarecer los leve en el caso de lesiones que abarcan las dos zonas.
problemas relacionados con los movimientos voluntarios y la En sitios más caudales, como la médula cervical, las lesiones
espasticidad. La organización motora del gato e incluso la del agudas completas de las motoneuronas superiores no sólo pro-
mono es muy diferente de la del ser humano y la amplitud de la ducen parálisis de los movimientos voluntarios, sino también
actividad volitiva y de las actividades motoras en los animales abolición temporal de los reflejos espinales que están a cargo
es a tal grado menor que no se justifica establecer comparacio- de segmentos inferiores a la lesión. Éste es un trastorno al que
nes directas. ya se hizo referencia como choque espinal, un estado de parálisis
La distribución de las parálisis causadas por lesiones de la flácida aguda que luego se sustituye por espasticidad. Con lesio-
motoneurona superior varía con el sitio de la lesión, pero ciertas nes cerebrales agudas puede presentarse un estado de choque
características son comunes a todas ellas. Siempre se afecta un comparable, pero se define con menos claridad que el estado
grupo de músculos, nunca músculos individuales y, si cualquier espinal. Ante ciertas lesiones cerebrales agudas, la espasticidad
movimiento es posible, las relaciones apropiadas entre agonistas, y la parálisis se desarrollan juntas; en otras, sobre todo parieta-
antagonistas, sinergistas y fijadores se preservan. A la inspección les, las extremidades se conservan flácidas pero conservan los
cuidadosa, la parálisis nunca abarca todos los músculos de un reflejos.
lado del cuerpo, incluso en las formas más graves de hemiple-
jía. Los movimientos que son invariablemente bilaterales (como Espasticidad, hiperreflexia y signo de Babinski
los de ojos, maxilares, faringe, laringe, cuello, tórax, diafragma
y abdomen) se afectan poco o permanecen indemnes. Esto tiene Una predilección para afectar ciertos grupos musculares, un
importancia porque los músculos que participan en los movi- modelo específico de reacción de los músculos al estiramiento
mientos de ambos lados están inervados de manera bilateral; es pasivo (donde la resistencia se incrementa en forma lineal en
decir, la estimulación de la corteza motora derecha o izquierda relación con la velocidad del estiramiento) y una exageración
resulta en contracción de estos músculos en ambos lados del manifiesta de los reflejos tendinosos son las características de
cuerpo. Rara vez la parálisis de la motoneurona superior es identificación de la espasticidad. Los músculos que actúan contra
completa durante un periodo prolongado; en esto difiere de la la gravedad (los flexores de los brazos y los extensores de las
parálisis absoluta causada por destrucción de las células del asta piernas) son los que se afectan de manera predominante. El brazo
anterior o por interrupción de sus axones. tiende a adoptar una posición en flexión y pronación, y la pierna
Las lesiones de la motoneurona superior se caracterizan aún una postura extendida y en aducción, lo que indica que ciertas
más por ciertas peculiaridades de los movimientos residuales. neuronas espinales tienen mayor actividad refleja que otras. En
El impulso voluntario sobre las motoneuronas espinales dismi- reposo, con los músculos acortados hasta la posición media, éstos
nuye (pueden reclutarse menos unidades motoras y sus tasas de son flácidos a la palpación y silenciosos desde el punto de vista
disparo son más lentas). También existe un grado incrementado electromiográfico. Si se extiende el brazo o se flexiona la pierna
de contracción de los músculos antagonistas, que se refleja en con mucha lentitud, puede haber pocos cambios o ninguno en el
una tasa disminuida de movimientos alternantes rápidos. Estas tono muscular. En contraste, cuando los músculos se estiran de
anomalías tal vez expliquen el mayor sentido de esfuerzo y la manera repentina, la extremidad se mueve con libertad por una
fatiga fácil manifiesta cuando se efectúan movimientos volunta- distancia muy corta (intervalo libre), después de la cual ocurre
rios de los músculos debilitados. Otro fenómeno es la activación una detención repentina y luego resistencia muscular cada vez
de los músculos paralizados como partes de ciertos automatis- mayor hasta un punto; a continuación, conforme las extensio-
mos (sincinesia). El brazo paralizado puede moverse en forma nes pasivas del brazo o de la pierna prosiguen, la resistencia se
repetida durante los bostezos y el estiramiento. Los intentos de disipa. Esta secuencia constituye el fenómeno clásico llamado
un paciente por mover las extremidades hemipléjicas pueden “navaja de muelle”. Con la extremidad en la posición de exten-
producir diversos movimientos acompañantes. De esta manera, sión o flexión, un nuevo movimiento pasivo podría no encontrar
la flexión del brazo puede causar pronación y flexión involun- la misma secuencia; este tipo completo de respuesta constituye la
taria de la pierna, dorsiflexión y eversión del pie. Además, los reacción de alargamiento y acortamiento. Por tanto, el aspecto
movimientos volitivos de la extremidad parética pueden causar esencial de la espasticidad es un aumento que depende de la
acciones de imitación (en espejo) del lado normal o viceversa. velocidad en la resistencia de los músculos a un estímulo de esti-
Los movimientos en espejo también constituyen un signo de la ramiento pasivo.
52   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

Aunque la relajación en navaja de muelle que sigue a la resis- debe ser firme pero no doloroso. En el curso de los años se han
tencia máxima es muy característica de la hemiplejía cerebral, descrito docenas de respuestas indirectas (con epónimos nume-
de ninguna manera se considera homogénea. En algunos casos rosos) y muchas utilizan otros sitios y otros tipos de estimula-
surge espasticidad de los flexores del brazo y los extensores de la ción, pero poseen la misma importancia que la clásica respuesta
pierna, en tanto que los músculos antagonistas presentan resis- de Babinski.
tencia uniforme en todo el arco de su movimiento pasivo, es decir, Las observaciones clínicas y electrofisiológicas señalan que
rigidez, como se expuso en el capítulo 4. Un signo importante es el movimiento extensor del primer dedo del pie es un com-
que no se advierte una relación constante entre la espasticidad y ponente de un reflejo de mayor magnitud de flexión o acorta-
la debilidad. En algunos casos la debilidad grave se acompaña miento sinérgico de la pierna (es decir, la extensión del dedo
sólo de los signos más leves de espasticidad, identificables como mencionado, analizada desde la perspectiva fisiológica, es una
“asimiento” de los pronadores a la supinación pasiva del ante- respuesta protectora flexora [nocifensiva o defensiva en térmi-
brazo y de los flexores de la mano a la extensión de la muñeca. nos de Fulton]).
En contraste, los grados más extremos de espasticidad, vistos en Estos reflejos de flexión espinal, a los que pertenece el signo de
ciertos pacientes con enfermedad de la médula espinal cervical, Babinski, son acompañantes frecuentes de la espasticidad (pero
pueden exceder tanto la paresia de los movimientos voluntarios, no componentes esenciales de ella). También están intensificados
que ello sugiere que estos dos estados dependen de mecanis- a causa de desinhibición o descarga en los casos de paraparesia o
mos distintos. Asimismo, se dice que el bloqueo selectivo de las paraplejía de origen espinal. Características importantes de estas
pequeñas neuronas gamma suprime la espasticidad y los reflejos reacciones son su capacidad para inducirse mediante estímulos
tendinosos segmentarios hiperactivos, pero el desempeño motor superficiales débiles (como una serie de pinchazos de alfiler) y
se mantiene sin cambios. su tendencia a persistir después que la estimulación cesa. En su
Hasta fecha reciente se enseñaba que la intensificación de los forma más completa ocurre una sinergia flexora nocifensiva, que
reflejos tendinosos (de estiramiento) en el estado espástico cons- abarca flexión de la rodilla y la cadera, así como dorsiflexión
tituían fenómenos de “liberación”, resultado de interrupción de del pie y del dedo gordo (reacción de triple flexión). Con lesiones
las vías inhibidoras descendentes. Lo anterior parece ser sólo una suprasegmentarias incompletas la reacción puede fraccionarse;
explicación parcial. Experimentos en animales demostraron que por ejemplo, la cadera y la rodilla se flexionan pero tal vez el pie
este aspecto del estado espástico también está mediado a través no efectúe dorsiflexión, o viceversa. En las etapas más crónicas
de los aferentes de los husos (incremento de la actividad tónica de de la hemiplejía es característico que la extremidad superior se
las motoneuronas γ) y a nivel central, a través de las vías reticu- mantenga rígida en flexión parcial.
loespinal y vestibuloespinal, que actúan sobre las motoneuronas El estado hiperrefléxico que caracteriza la espasticidad suele
α. El fenómeno de navaja de muelle parece derivar al menos en tomar la forma de clono, que consiste en una serie de contrac-
parte de una lesión (o quizá de un cambio del control central) de ciones musculares involuntarias rítmicas con una frecuencia
una porción específica del sistema reticuloespinal. de 5 a 7 Hz como reacción a los estímulos de estiramiento apli-
En un análisis de la fisiopatología de la espasticidad, P. Brown cados de manera repentina y sostenida. Suele designarse en
destacó la importancia de dos sistemas de fibras: 1) el fascículo términos de la parte de la extremidad en la que es aplicado el
reticuloespinal dorsal, que tiene efectos inhibidores sobre el estímulo (p. ej., rótula, tobillo). La frecuencia se mantiene cons-
reflejo de estiramiento, y 2) los fascículos reticuloespinal medial tante dentro de los límites de 1 Hz y no se modifica de manera
y vestibuloespinal, que en conjunto facilitan el tono extensor. apreciable al alterar las actividades del sistema nervioso peri-
Dicho autor postula que la inhibición cortical se debilita en las férico o central. El desencadenamiento del clono depende de
lesiones cerebrales y capsulares, lo que causa hemiplejía espás- un grado apropiado de relajación muscular, de integridad de
tica. En las lesiones de la médula espinal que incluyen el fas- los mecanismos reflejos espinales del estiramiento, de la hipe-
cículo corticoespinal también suele estar afectado el fascículo rexcitabilidad sostenida de las motoneuronas α y γ (efectos
reticuloespinal dorsal. Si este último fascículo se respeta, sólo suprasegmentarios), y de la sincronización del ciclo de con-
ocurre paresia, pérdida de los reflejos de sostén y tal vez la libe- tracción y relajación de los husos musculares. Los reflejos mus-
ración de los reflejos flexores (fenómeno de Babinski). Pantano culocutáneos abdominal y cremasteriano suelen estar abolidos
et al. sugieren que la afección primaria del núcleo lentiforme y en estas circunstancias y el signo de Babinski suele estar pre-
el tálamo es la característica que determina la persistencia de fla- sente, aunque no siempre.
cidez después del accidente vascular cerebral, pero la evidencia La irradiación o diseminación de los reflejos se relaciona de
anatómica y fisiológica para este enfoque es incierta. manera regular con espasticidad, aunque el fenómeno anterior
El signo más sensible de la lesión de la motoneurona superior puede observarse en personas normales con reflejos tendinosos
es el descrito por Babinski en 1896. En torno a él se han escrito vivos. Golpear el periostio radial, por ejemplo, puede desencade-
innumerables monografías y artículos entre los que destacan nar una contracción refleja no sólo del músculo supinador largo,
una muy completa de van Gijn, y otra clásica pero más ante- sino también del bíceps, el tríceps o los flexores de los dedos.
rior, de Fulton y Keller. En los lactantes normales se advierte un Esta propagación de la actividad refleja probablemente no es
movimiento similar al del signo de Babinski, pero desaparece, consecuencia de la radiación de impulsos en la médula espi-
y si persiste o reaparece a finales de la lactancia y en la niñez o nal, como se pensaba, sino resultado de la propagación de una
etapas ulteriores de la vida, constituye un indicador invariable onda vibratoria de los huesos a los músculos, que estimula los
de que existe una lesión en algún nivel del haz corticoespinal. husos musculares excitables en su trayectoria (Lance). El mismo
En su forma esencial dicho signo consiste en la extensión del mecanismo tal vez opere en otras manifestaciones del estado
primer dedo y extensión y separación de los demás dedos hiperrefléxico, como el signo de Hoffmann y el del reflejo aduc-
del pie (hacia los lados) durante la maniobra de frotar o percutir tor cruzado de los músculos del muslo. Asimismo, los reflejos
el borde externo de la superficie plantar. El operador aplica el pueden estar “invertidos”, como en el caso de una lesión de los
estímulo en el dorso del pie desde la porción lateral del talón y segmentos cervicales quinto o sexto; por ello los reflejos bicipital
lo dirige en sentido superior, hasta llegar al antepié. El estímulo y braquiorradial quedan abolidos y sólo el tricipital y el de los
Capítulo  3  Parálisis motora  53

flexores digitales, cuyos arcos reflejos están intactos, responden Cuadro 3-1
al golpeteo sobre la porción distal del radio.
Con lesiones cerebrales bilaterales pueden desencadenar- Diferencias entre las parálisis
se reflejos de estiramiento exagerados tanto en los músculos de las motoneuronas superior e inferior
craneales, como en las extremidades y el tronco a causa de la Parálisis de la motoneurona
interrupción de las vías corticobulbares. Esto se observa como Parálisis de la motoneurona inferior o nuclear-
contracciones del masetero que se desencadenan con facilidad superior o supranuclear infranuclear
en respuesta al golpe repentino hacia abajo sobre la barbilla (re- Afecta músculos por grupos, Puede afectar músculos
flejo mandibular) y contracciones vivas del músculo orbicular nunca músculos individuales individuales
de los labios como reacción al golpecito sobre el surco nasolabial La atrofia es mínima y es Atrofia intensa, hasta 70% del
o los ángulos de la boca. En casos avanzados se agregan debi- consecuencia del desuso total
lidad o parálisis de los movimientos voluntarios de la cara, la Espasticidad con hiperactividad Flacidez e hipotonía de los
lengua, la laringe y la faringe (espasticidad bulbar o parálisis de los reflejos tendinosos y músculos afectados con pérdida
“seudobulbar”; consultar el cap. 25). reflejo plantar extensor (signo de los reflejos tendinosos.
de Babinski) El reflejo plantar, si lo hay, es del
Davidoff revisó las investigaciones sobre cambios bioquími-
No se observan fasciculaciones tipo flexor normal
cos que explicarían la espasticidad y los mecanismos de acción
Estudios de la conducción Pueden presentarse
de los fármacos contra ella. El ácido glutámico es el neurotrans- nerviosa normales; no hay fasciculaciones
misor de las vías corticoespinales y por ello cabría esperar que potenciales de desnervación Los estudios de la conducción
se perdiese su acción en las neuronas internunciales inhibidoras. en el EMG nerviosa son anormales;
Como se mencionó en líneas anteriores, el ácido aminobutírico γ se observan potenciales de
(GABA) y la glicina son los principales transmisores inhibidores desnervación (fibrilaciones,
en la médula espinal; el GABA funciona como inhibidor presi- fasciculaciones, ondas agudas
náptico al suprimir las señales sensitivas desde el músculo y los positivas) en el EMG
receptores cutáneos. El baclofeno, agente derivado del GABA,
lo mismo que el diazepam y la progabida, parecen reducir la
descarga de transmisor excitador desde las terminaciones pre-
sinápticas de las terminaciones aferentes primarias. En realidad APRAXIA Y OTROS TRASTORNOS
ninguno de estos agentes posee eficacia particular para tratar NO PARALÍTICOS DE LA FUNCIÓN MOTORA
la espasticidad cuando se administra por vía oral; la aplicación
intratecal de baclofeno puede tener un efecto benéfico. La gli- Todo lo que se ha dicho acerca del control cortical y espinal del
cina es el transmisor que las interneuronas inhibidoras liberan sistema motor ofrece sólo una idea limitada de la motilidad
y, según las mediciones, su cantidad, su captación y su recam- humana. Si se observa desde un punto de vista objetivo, el orga-
bio están reducidos en el animal espástico. Existen evidencias nismo humano consciente y sensitivo está en actividad continua:
de que la administración oral de glicina reduce la espasticidad agitación, ajuste de la postura y la posición, posición sedente,
inducida de manera experimental, pero su valor en los pacientes bipedación, marcha, carrera, habla, manipulación de herramien-
no está claro. Sin duda, la interrupción de las fibras noradrenér- tas o ejecución de secuencias intrincadas de los movimientos
gicas, dopaminérgicas y serotoninérgicas descendentes participa necesarios para las habilidades deportivas o musicales. Algunas
en la génesis de la espasticidad, aunque aún falta definir el modo de estas actividades son hasta cierto punto sencillas, automáticas
preciso de acción de estos neurotransmisores sobre los diversos y estereotípicas. Otras se aprendieron y dominaron mediante un
componentes de los arcos reflejos espinales. esfuerzo consciente intenso y, gracias a la práctica prolongada,
En el cuadro 3-1 se muestra un resumen de los principales se volvieron habituales, es decir, se redujeron a un nivel automá-
atributos de las lesiones de motoneurona superior y una compa- tico, proceso que aún no se comprende del todo desde el punto
ración con las de motoneurona inferior, antes expuestas. de vista fisiológico. Otras más son complejas y voluntarias, par-
tes de un plan formulado con cuidado, y demandan atención y
pensamiento sostenidos. El aspecto más notable es que la per-
Perturbaciones motoras causadas sona puede realizar de modo simultáneo varias de estas activi-
por lesiones del lóbulo parietal dades conscientes y habituales, como conducir un vehículo en el
tránsito congestionado en tanto marca números de su teléfono
Como se indicó antes en esta sección, una parte importante de celular (situación que criticamos) y también participa en una
los fascículos piramidales se origina en neuronas de la corteza conversación animada. Más aún, cuando un obstáculo impide
parietal. Además, los lóbulos parietales son fuente importante una secuencia particular de movimientos para lograr una fina-
de la información visual y táctil necesaria para el control de lidad, una nueva secuencia para el mismo objetivo puede acti-
los movimientos. Pause et al. describieron las perturbaciones varse en forma automática. Como se señaló con anterioridad,
motoras causadas por lesiones de la corteza parietal. El paciente estas actividades representan el tercero y más alto nivel de la
es incapaz de conservar posturas estables con la mano estirada función motora en el esquema de Hughlings Jackson.
cuando cierra los ojos y no puede ejercer una contracción sos- ¿Cómo es posible todo esto? Con base en el estudio de gran-
tenida. Los movimientos exploratorios y la manipulación de des números de pacientes con lesiones en diferentes partes del
objetos pequeños están trastornados, y la rapidez del golpeteo cerebro, los neuropsicólogos creen que los lóbulos frontales
ligero disminuye. Las lesiones en la zona parietal posterior (que guían y dirigen la planeación de las actividades complejas, la
abarcan las áreas 5 y 7 en la fig. 3-3) son más dañinas en este conceptualización de su finalidad y la modificación sostenida
sentido que las de la zona anterior (áreas 1, 3 y 5), pero las dos de los componentes individuales de una secuencia motora hasta
regiones están afectadas en individuos con los déficit más pro- que el objetivo se logra. Las lesiones de los lóbulos frontales tie-
fundos. nen el efecto de reducir el impulso para pensar, hablar y actuar
54   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

(es decir, abulia o “tono cortical” reducido, si se emplea la expre- un trastorno corticoespinal leve, al grado que muchos neurólo-
sión de Luria), y una actividad compleja no se inicia o sostiene el gos no la consideran como apraxia verdadera. En una persona
tiempo suficiente para terminarla. diestra (que usa la mano derecha) existe un tipo de apraxia de
El término apraxia se define como un estado en que la per- mano izquierda, por una lesión en el lóbulo frontal izquierdo
sona consciente pierde la capacidad de ejecutar actividades que abarca el área de Broca, la corteza motora izquierda y la
aprendidas, sin que muestre debilidad, ataxia o pérdida sensi- sustancia blanca profunda de ese lado. Desde el punto de vista
tiva; o perturbaciones extrapiramidales suficientes para explicar clínico se advierte afasia sin soltura, hemiparesia derecha y un
el déficit. Es posible identificar los elementos de la actividad tipo de apraxia de la mano no paralizada, que lleva por nombre
en circunstancias que no sean la respuesta a una orden para apraxia por simpatía. Si la lesión en la sustancia blanca profunda
ejecutar la actividad o el gesto; esto constituyó el significado separa las áreas del lenguaje, de la corteza motora derecha pero
que Liepmann dio al término apraxia, en 1900. La apraxia se ha no de las de la izquierda, el individuo podrá escribir con la mano
dividido en tres tipos: ideatoria, ideomotora y cinética, como se derecha, pero no con la izquierda, o escribir en forma adecuada
describirá. con la mano derecha pero con características afásicas con la
Las apraxias se describen en mayor detalle en el capítulo 23, izquierda. Un dato sorprendente es que existan tal vez sólo unos
pero se hará un resumen en este apartado, por la intervención pocos casos de apraxia de cualquier tipo que tengan lesiones pre-
íntima de la actividad motora. Cualquier explicación de esta frontales corroboradas.
anomalía obliga a identificar la interrelación entre las áreas corti- Estas anormalidades profundas de los perfiles de movimien-
cales modulares que dan origen a estos comportamientos moto- tos aprendidos poseen algunas características peculiares. El pro-
res muy complejos. Se les atribuyen muchas de sus funciones, pio paciente casi no las percibe y por ello no se queja de ellas a
aunque por otro lado han sido confirmadas por la experiencia pesar de que perturban las actividades de la vida diaria como
clínica en casos de daño de las regiones cerebrales comentadas. vestirse o, por otra parte, si la persona las detecta, tiene dificul-
Los datos obtenidos por la imagenología anatómica y funcional tad para describirlas, excepto en términos muy estrechos de la
indican que por lo común hay desarrollo normal de los mecanis- actividad deficiente, como sería utilizar un teléfono o vestirse.
mos de acción planeada u ordenada pero no en el lóbulo frontal, Por este motivo a menudo pasan inadvertidas para el médico
en que surge el impulso para la acción, sino en el lóbulo parietal examinador. Hacerlas evidentes requiere tipos especiales de
del hemisferio dominante del lenguaje, en que se integran los pruebas que pueden ser difíciles de llevar a cabo por la presen-
datos visuales, auditivos y somestésicos. Es posible que la for- cia de otros déficit neurológicos. Es obvio que si el individuo se
mación ordenada de conjuntos de movimientos finos adquiridos halla confundido o afásico no comprenderá las órdenes habla-
que Liepmann llamó “plan espaciotemporal”, dependa de la das o escritas para que efectúe un acto y deben buscarse formas
integridad del lóbulo parietal dominante, y en caso de daño de para persuadirlo de que imite los movimientos del examinador.
tal zona sería imposible activar los “perfiles” o los movimientos Más aún, el paciente debe ser capaz de reconocer y nombrar los
son torpes e inapropiados. artículos que intenta manipular, es decir, no debe experimentar
Liepmann llamó apraxia ideatoria a la imposibilidad de conce- agnosia.
bir o formular una acción, de manera espontánea o después de En términos prácticos, la lesión que origina la apraxia ideomo-
una orden. Participan como un “conjunto concertado” las áreas tora que afecta ambas extremidades por lo común se localiza
sensitivas 5 y 7 en el lóbulo parietal dominante, las cortezas com- en la región parietal izquierda. Kertesz et al. han aportado
plementaria y premotora de ambos hemisferios cerebrales y sus pruebas de que las lesiones que originan la afasia y la apraxia
conexiones integrales, para que se generen tales acciones. En la son diferentes, aunque los dos trastornos suelen surgir juntos
apraxia ideomotora, el individuo puede saber y recordar la acción porque se originan en el hemisferio izquierdo. Aún es incierta
planeada, pero al haber interrupción de dichas áreas o de sus la localización precisa de la lesión parietal, ya sea en la cir-
conexiones, no la ejecuta con una u otra mano. Se dice que algu- cunvolución supramarginal o en la parte superior del lóbulo
nas tareas diferencian entre las apraxias ideomotoras y las idea- parietal (áreas 5 y 7), y subcortical o corneal. La mayor parte
torias, como se expondrá mas adelante, pero la diferenciación de las apraxias ideatorias e ideomotoras surgen con lesiones
puede ser muy sutil. Sin embargo, se ha planteado que la apraxia del hemisferio cerebral izquierdo, pero el derecho conserva
ideatoria se caracteriza por dificultad en lo que “hay que hacer” algunas de tales capacidades. Un corto número de sujetos con
en tanto que la ideomotora es un bloqueo de lo que es la “manera apraxia tienen daño del hemisferio derecho y ello también
de hacerlo” como consecuencia de incapacidad de transmitir tal explicaría la conservación de la mayor parte de las capacidades
intención a los centros motores de ejecución. prácticas (praxis) de la mano izquierda después de lesiones del
Un tercer cuadro, la apraxia cinética de miembros (llamada tam- cuerpo calloso.
bién apraxia quirocinética) incluye torpeza e inseguridad indefini- Geschwind aceptó la propuesta de Liepmann de que la lesión
das como consecuencia de la imposibilidad de conectar o aislar de un fascículo subcortical (al parecer el fascículo arqueado)
movimientos individuales de la mano y el brazo, como describió desconecta la corteza parietal de la frontal izquierda, lo que
Kleist. En la forma original, una mano muestra torpeza que no explica la apraxia ideomotora de las extremidades derechas y
guarda proporción con la debilidad ni con la pérdida sensitiva, que la apraxia de la extremidad izquierda se deba a desconexión
aunque puede realizar gestos y movimientos complejos, a dife- callosa entre las cortezas premotoras de asociación izquierda y
rencia de lo que ocurre en la apraxia ideomotora. El término en derecha. Los conceptos anteriores, que quizá son válidos, tienen
cuestión se ha aplicado también a casos de parálisis que en un importancia más teórica que práctica y dependen sobremanera
lado “disimula” la apraxia, pero que en el lado contrario anula del modelo de desconexión; en realidad no hay desconexión de
los movimientos fraccionados finos de los dedos de la mano, los dos lóbulos frontales en la medida en que exista una supuesta
pero muy pocas veces se ha detectado tal fenómeno en clínica y insuficiencia del izquierdo para activar el lóbulo frontal derecho,
al parecer se trata más bien de una “apraxia por simpatía” que porque el primero no fue activado por el lóbulo parietal dañado
luego será descrita. No es precisa la identificación de la natura- o por una lesión profunda. Es el lóbulo parietal dominante el que
leza de la apraxia cinética de extremidad y su diferenciación de aún posee la facultad de la práctica.
Capítulo  3  Parálisis motora  55

De una naturaleza algo diferente sería la apraxia oral-ves- práctica. Es mucho más útil pensar en las apraxias en un sentido
tibular-lingual que quizá sea la más frecuente en la práctica anatómico, como trastornos de la asociación entre las diferentes
clínica. Puede aparecer con lesiones que socavan la circun- partes de la corteza cerebral, según se describió antes. Los auto-
volución supramarginal izquierda o la corteza de asociación res no han podido separar con confianza la apraxia ideomotora
motora izquierda y puede acompañarse o no de la apraxia de de la ideatoria. Casi siempre la persona con una grave apraxia
las extremidades, descrita en párrafos anteriores. Estos pacien- ideomotora tiene dificultades en el nivel ideatorio y, en ambos
tes son incapaces de efectuar movimientos faciales cuando se casos, las lesiones parietales izquierdas, de situación similar, ori-
les ordena (chasquear los labios, soplar un fósforo encendido, ginan los dos tipos en cuestión. Además, dada la complejidad
etc.), aunque pueden hacerlo mejor cuando se les pide que imi- del sistema motor, el clínico a menudo no sabe si la torpeza o
ten al examinador o que sostengan un fósforo encendido. En ineptitud de una mano para realizar un acto motor aprendido
el caso de lesiones limitadas al área facial de la corteza motora representa una apraxia cinética o una deficiencia más sutil del
izquierda, la apraxia quedará circunscrita a los músculos de la control de la mano por parte de los sistemas corticoespinal o
cara y se acompañará de apraxia verbal o disartria cortical (afa- alguno de otros sistemas motores paralelos.
sia de Broca). Un trastorno cinético afín pero poco conocido es la llamada
En el capítulo 7 se hace una exposición de la llamada apraxia mano alienígena. Incluso si la persona no lo desea, la mano y el
locomotora o de la marcha, pero en términos estrictos no cons- brazo emprenden movimientos complejos y al parecer con una
tituye una apraxia, porque la marcha no es un acto aprendido. finalidad como introducirlos en una bolsa o mochila; llevar la
Los términos apraxia durante el acto de vestirse y apraxia construc- mano a la nuca; arrastrar la mano contraria u otra zona corporal
cional se han utilizado para describir manifestaciones especiales y abotonar de nuevo una blusa o camisa inmediatamente des-
de afección del lóbulo parietal dominante, a diferencia de las pués que la otra mano la desabotonó. Dichas actividades acaecen
formas descritas anteriormente de apraxia que son consecuencia a veces durante el sueño. El sujeto es consciente de los movi-
de lesiones en el lado dominante. En muchos sentidos la apraxia mientos, pero tiene la sensación de que las acciones están más
del acto de vestir se asemeja a la apraxia ideomotora, pero quizá allá de su control y a menudo existe la impresión de que la mano
proviene de una forma de extinción sensitiva y pérdida de la es extraña, como si la controlara un agente externo (aunque
apreciación del espacio extrapersonal, temas que se exponen con la extremidad se reconoce como propia, no hay anosognosia);
mayor detalle en el capítulo 23. por lo general se agrega un reflejo de prensión y la tendencia a
Las pruebas para la apraxia se efectúan de diversas mane- movilizar la mano. La mayor parte de los casos es resultado de
ras. En primer lugar se observan las acciones del paciente con- un infarto en el territorio de la arteria cerebral anterior opuesta,
forme se enfrasca en tareas como vestirse, afeitarse y emplear incluido el cuerpo calloso; cuando esta última estructura se
los utensilios para comer. Segundo, se solicita al individuo que afecta, Feinberg et al. encontraron que suele aparecer un con-
realice actos simbólicos familiares: despedirse, mover el puño flicto entre las acciones de las manos, la normal contiene a la
como si estuviera enojado, saludar o mandar un beso. Si falla, ajena. La lesión en el área motora complementaria izquierda, de
se le pide que imite los actos del explorador. Por último, se le cualquier origen y también la enfermedad degenerativa llamada
solicita que indique la forma en que con un martillo clavaría un degeneración ganglionar corticobasal (síndromes ganglionares
clavo, se lavara los dientes con un cepillo, sacara un peine de su corticobasales), guardan relación con un síndrome similar al de
estuche y se peinara el cabello o ejecutara un acto más complejo la mano alienígena. Ay et al., también han observado una forma
como prender fuego y fumar un cigarrillo o abrir un recipiente que es consecuencia del accidente tromboembólico del territorio
de una bebida carbonatada, vaciar parte del líquido en un vaso y de la arteria cerebral posterior y que se acompaña de pérdida
beberlo. Estas últimas acciones que abarcan sucesiones más com- sensitiva.
plejas, según los expertos, son evaluaciones de la apraxia idea- Lhermitte ha descrito un fenómeno quizá afín que denominó
toria; los actos más sencillos y conocidos han sido considerados “comportamiento de utilización” en el cual la persona obliga-
“elementos que prueban” la apraxia ideomotora. Efectuar estas toriamente toma y utiliza objetos de su medio ambiente. Se ha
tareas en ausencia de un instrumento o un utensilio es siempre vinculado con daño bilateral extenso de lóbulos frontales y en
más demandante porque el paciente debe formular en la mente nuestra opinión, ha sido comparado insatisfactoriamente con el
un plan de acción, más que enfrascarse en una secuencia motora fenómeno bilateral de mano alienígena.
habitual. El individuo puede fallar para obedecer las órdenes o Por último debe insistirse en que la complejidad de la acti-
las sugerencias de efectuar una actividad (p. ej., sacar una pipa vidad motora sale casi por completo de la imaginación. Ya se
de su bolsillo) y algunos minutos más tarde efectuar la misma hizo referencia a la inervación recíproca que participa en un acto
secuencia motora de manera automática. Cabría pensar que este tan simple como empuñar una mano. Se ha estimado que para
déficit ideomotor es, si puede simplificarse (no hay confusión o rascarse un hombro se incorporan unos 75 músculos. Pero, ¿qué
defecto en la comprensión), una clase de amnesia para ciertos es lo que debe participar cuando se toca un concierto de piano?
patrones de movimientos aprendidos, análoga a la amnesia para Hace casi un siglo Hughlings Jackson comentó: “Hay, podría
las palabras en caso de afasia. decirse, cerca de 30 músculos en la mano; éstos se representan
Los niños con enfermedades cerebrales que retrasan el desa- en los centros nerviosos en miles de combinaciones diferentes,
rrollo mental a menudo son incapaces de aprender las secuen- esto es, en muchísimos movimientos; es precisamente el mismo
cias de movimientos necesarios para dar saltitos, brincar un número de notas, expresiones musicales y tonos que pueden
obstáculo, golpear o patear una pelota, o bailar. Sufren apraxia producirse a partir de unas cuantas cuerdas”. La ejecución de
motora del desarrollo. Algunas de estas pruebas cuantifican estos movimientos complejos, muchos de ellos aprendidos y
la falla en estas capacidades motoras relacionadas con la edad habituales, es posible gracias a las actividades cooperadoras
(véase cap. 28). de los núcleos basales, el cerebelo y la formación reticular del
En opinión del autor de este texto, no es totalmente satisfac- tallo cerebral. Todos estos elementos se integran y controlan de
toria la vieja división de apraxia en tipos ideatorio, ideomotora manera continua mediante mecanismos de retroalimentación
(ideocinética) y cinética, por la dificultad de diferenciarlas en la desde las motoneuronas sensitivas y espinales. Incluso el reflejo
56   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

espinal de estiramiento tiene conexiones con la corteza motora. Monoplejía sin atrofia muscular
Estos puntos, mencionados al principio en este capítulo, se desa-
rrollan en los tres capítulos que siguen. Más a menudo se debe a una lesión de la corteza cerebral. Sólo en
Faglioni y Basso han hecho una perspectiva histórica que des- pocas ocasiones es resultado de una lesión subcortical que inte-
taca la evolución de los conceptos anteriores y Heilman y Gon- rrumpe las vías motoras. La causa más frecuente es una lesión
zalez-Rothi en su capítulo de este texto, hacen un repaso autori- vascular cerebral (infarto trombótico o embólico); es posible que
zado del tema de la apraxia. un tumor o un absceso circunscrito produzca el mismo efecto.
Una pequeña lesión cortical puede paralizar la mitad de la mano
o incluso sólo el pulgar. La esclerosis múltiple y los tumores de la
médula espinal pueden producir debilidad de una extremidad,
TIPOS DE LA PARÁLISIS por lo general una pierna, muy al principio de su evolución. La
Y SU DIAGNÓSTICO monoplejía ocasionada por una lesión de la motoneurona supe-
rior suele acompañarse de espasticidad, aumento de los reflejos
Las consideraciones diagnósticas en caso de parálisis pueden y reflejo plantar extensor (signo de Babinski); en casos excepcio-
simplificarse si se utiliza la siguiente subdivisión, que se basa en nales, una lesión pequeña de la corteza motora no da por resul-
la localización y la distribución de la debilidad muscular: tado espasticidad. Los estudios de la conducción nerviosa son
normales en cualquiera de los casos. En las enfermedades agu-
1. Monoplejía se refiere a debilidad o parálisis de todos los das de las motoneuronas inferiores los reflejos tendinosos están
músculos de una pierna o un brazo. Este término no debe reducidos o abolidos, pero la atrofia quizá no aparezca durante
aplicarse a la parálisis de músculos o grupos muscula- varias semanas. Por tanto, antes de llegar a un diagnóstico ana-
res aislados inervados por un solo nervio o una sola raíz tómico, debe tomarse en consideración el modo de inicio y la
motora. duración de la enfermedad.
2. Hemiplejía, la forma más común de parálisis, incluye el brazo,
la pierna y algunas veces la cara de un lado del cuerpo. Con Monoplejía con atrofia muscular
excepciones raras, que se mencionan más adelante, la hemi-
plejía es atribuible a una lesión del sistema corticoespinal en Ésta es más frecuente que la variante sin atrofia muscular. El des-
el lado opuesto a la parálisis. uso sostenido prolongado de una extremidad puede producir
3. Paraplejía indica debilidad o parálisis de ambas piernas. Más atrofia, pero suele ser de menor grado que la causada por enfer-
a menudo es resultado de enfermedad o lesión traumática medad de la motoneurona inferior (atrofia por desnervación).
de la médula espinal, la cauda equina o los nervios periféri- En la atrofia por desuso los reflejos tendinosos se conservan y
cos y, rara vez, de ambas cortezas motoras frontales media- los estudios de la conducción nerviosa son normales. En casos
les. de desnervación de los músculos puede haber fasciculaciones
4. Cuadriplejía (tetraplejía) denota debilidad o parálisis de las visibles y reflejos tendinosos reducidos o abolidos, además de
cuatro extremidades. Puede deberse a enfermedad de ner- parálisis. Si se produjo desnervación parcial de la extremidad,
vios periféricos, músculos o uniones neuromusculares, sus- el electromiograma indica un número menor de potenciales de
tancia gris de la médula espinal o motoneuronas superiores unidades motoras (a menudo de gran tamaño), fasciculaciones y
en ambos lados de la médula espinal cervical, el tallo cere- fibrilaciones. Por lo general, la localización de la lesión (nervios,
bral o el cerebro. Diplejía se refiere a una forma especial de raíces raquídeas o médula espinal) puede determinarse mediante
cuadriplejía en la que las piernas están más afectadas que el tipo de la debilidad, los síntomas y signos neurológicos acom-
los brazos. La triplejía ocurre más a menudo como trastorno pañantes y pruebas especiales: imagenología de resonancia mag-
de transición durante el desarrollo de o la recuperación par- nética (MRI) de la columna vertebral, examen del líquido cefalo-
cial de la tetraplejía. raquídeo (LCR) y estudios eléctricos de nervios y músculos.
5. Parálisis aislada de uno o más grupos musculares. Una monoplejía braquial atrófica completa es rara; con más fre-
6. Trastornos no paralíticos del movimiento, como apraxia y cuencia se afectan sólo partes de una extremidad. Su presencia en
ataxia. un lactante sugiere trauma del plexo braquial al nacimiento;
7. Enfermedades de neuronas de músculos, raíces o nervios. en el niño mayor debe considerarse poliomielitis u otras infeccio-
8. Parálisis histérica. nes víricas de la médula espinal, y en el sujeto adulto se piensa
en poliomielitis, siringomielia, esclerosis lateral amiotrófica o
lesión del plexo braquial. La monoplejía crural (de la pierna) es más
Monoplejía frecuente que la monoplejía braquial y puede ser causada por
cualquier lesión de la médula espinal torácica o lumbar, es decir,
La exploración de los pacientes que se quejan de debilidad de traumatismo, tumor, mielitis, esclerosis múltiple, atrofia muscu-
una extremidad suele descubrir debilidad asintomática en otra lar progresiva, efecto tardío de las radiaciones, etc. Estos tras-
y en realidad el trastorno es una hemiparesia o una paraparesia. tornos rara vez producen atrofia grave; lo mismo sucede con el
En otros casos en vez de la debilidad de todos los músculos de infarto en el territorio de la arteria cerebral anterior. El prolapso
una extremidad sólo se encuentran afectados grupos aislados. de disco intervertebral y las diversas variedades de mononeu-
Ataxia, trastornos sensitivos o resistencia a mover una extremi- ropatía casi nunca paralizan todos o casi todos los músculos de
dad a causa de dolor no deben interpretarse como debilidad. El una extremidad. Los efectos de un disco con prolapso central u
parkinsonismo puede originar el mismo error, y también la rigi- otra lesión compresiva de la cauda equina rara vez se confinan
dez o la bradicinesia de otro origen, o una limitación mecánica a una pierna. Sin embargo, un tumor o un hematoma retroperi-
por artritis y bursitis. La presencia o la ausencia de atrofia de toneal unilateral puede paralizar la pierna al comprimir el plexo
los músculos en una extremidad monopléjica tiene utilidad diag- lumbosacro. Es posible distinguir estas enfermedades por su
nóstica particular, como se indica más adelante. modo de inicio y su curso temporal.
Capítulo  3  Parálisis motora  57

Hemiplejía fiarse como resultado de lesión de las células del asta anterior o
de las raíces ventrales.
Es la forma más frecuente de parálisis. Con pocas excepciones En lo que se refiere a la causa de la hemiplejía, la frecuencia
(unos cuantos casos raros de poliomielitis o enfermedad del sis- de las enfermedades hemorrágicas y vasculares isquémicas del
tema motor), este tipo de parálisis se debe a la afección de las cerebro y del tallo cerebral excede a todas las demás. El segundo
vías corticoespinales. lugar lo ocupan los traumatismos (contusión cerebral, hemorra-
El sitio o el nivel de la lesión (es decir, corteza cerebral, corona gias epidural y subdural). Otras causas importantes de inicio
radiada, cápsula, tallo cerebral o médula espinal) casi siempre menos agudo son, en orden de frecuencia, tumor cerebral, abs-
puede deducirse mediante los hallazgos neurológicos relaciona- ceso cerebral, enfermedades desmielinizantes y complicaciones
dos. Las enfermedades que se localizan en la corteza cerebral, la vasculares de meningitis y encefalitis. La mayor parte de estas
sustancia blanca cerebral (corona radiada) y la cápsula interna enfermedades puede reconocerse por su modo de evolución y
suelen manifestarse por sí mismas como debilidad o parálisis de sus datos clínicos y de laboratorio característicos, que se presen-
pierna, brazo y parte baja de la cara del lado opuesto. La apari- tan en los capítulos referentes a enfermedades neurológicas. La
ción de convulsiones o la presencia de unos trastornos de len- hemiparesia transitoria alternante puede deberse a un tipo espe-
guaje (afasia), la pérdida de la sensibilidad discriminativa (como cial de migraña (véase la descripción en el cap. 10). En ocasiones
la astereognosia), la deficiencia de la localización táctil como la se advierte que la histeria es la causa de una hemiplejía, como se
anosognosia o un defecto campimétrico homónimo, sugieren expone más adelante.
que el daño se produjo en un sitio cortical o subcortical contra-
lateral.
La lesión de los fascículos corticoespinales y corticobulbares Paraplejía
en la porción superior del tallo cerebral también causa parálisis
de cara, brazo y pierna del lado opuesto (véase la fig. 3-2). En La parálisis de ambas extremidades inferiores puede ocurrir en
estos casos, en ciertos pacientes, la lesión puede localizarse por las enfermedades de la médula espinal, las raíces nerviosas o,
la presencia de parálisis del tercer nervio (síndrome de Weber) con menos frecuencia, de los nervios periféricos. Si el inicio es
u otra anomalía segmentaria del mismo lado que la lesión (lo agudo, puede ser difícil distinguir entre parálisis espinal y neu-
opuesto a la hemiplejía). Con lesiones pontinas bajas la parálisis ropática a causa del elemento del choque espinal, que resulta en
ipsolateral del nervio motor ocular externo o del nervio facial abolición de los reflejos y flacidez. En trastornos agudos de la
se combina con debilidad o parálisis contralateral del brazo y médula espinal con ataque de las vías corticoespinales, la pará-
la pierna (síndrome de Millard-Gubler). Las lesiones del bulbo lisis o la debilidad afecta a todos los músculos por debajo de un
raquídeo afectan la lengua y a veces la faringe y la laringe en un nivel preciso; por lo común, si hay lesión intensa de la sustancia
lado, y el brazo y la pierna en el otro. En el capítulo 34 se descri- blanca, se agrega pérdida sensitiva por debajo de un nivel par-
ben con mayor amplitud estas “parálisis cruzadas”, tan caracte- ticular (pérdida de la sensación del dolor y la temperatura por
rísticas de las lesiones del tallo cerebral. daño del fascículo espinotalámico y pérdida de la sensación de
Incluso a un nivel más bajo en el bulbo raquídeo, el infarto vibración y posición por ataque de la columna posterior). Ade-
unilateral de la pirámide produce parálisis flácida seguida por más, en la enfermedad bilateral de la médula espinal suelen estar
espasticidad ligera del brazo y la pierna contralaterales, con cara afectados la vejiga y el intestino con sus respectivos esfínteres. Es
y lengua hasta cierto punto indemnes. Cierta función motora posible que estas anormalidades se deban a una lesión intrínseca
puede preservarse, como en el caso descrito por Ropper et al.; es de la médula espinal o a una masa extrínseca que estrecha el
interesante que en dicho caso, y en otros tres que se informaron conducto vertebral; ambos tipos de lesión son evidentes en la
antes, la fuerza voluntaria se recuperó de manera considerable resonancia magnética.
aunque la pirámide estuviera casi por completo destruida. En las enfermedades de los nervios periféricos la pérdida
Rara vez una hemiplejía ipsolateral se debe a una lesión de motora tiende a afectar los músculos distales de las piernas más
la columna lateral de la médula espinal cervical. Sin embargo, que los proximales (ciertas variedades del síndrome de Guillain-
en esta localización el proceso patológico induce más a menudo Barré y la neuropatía diabética y porfiria son excepciones) y la
signos bilaterales, con cuadriparesia o cuadriplejía resultante. La función de esfínteres suele estar indemne o trastornarse sólo de
parálisis homolateral que deja indemne la cara indica enferme- manera transitoria. La pérdida de la sensibilidad, si se presenta,
dad de un lado de la médula espinal (síndrome de Brown-Séquard) también es más acentuada en los segmentos distales de las extre-
si se combina con pérdida de los sentidos vibratorios y de posi- midades y el grado de pérdida a menudo es más de una moda-
ción en el mismo lado, y pérdida contralateral de los sentidos de lidad que de otra.
dolor y temperatura, como se expone en el capítulo 44. Para fines clínicos resulta útil separar las paraplejías agudas
Como ya se indicó, la atrofia muscular que sobreviene des- de las crónicas y clasificar las últimas en dos grupos: las que se
pués de lesiones de la motoneurona superior nunca alcanza inician en la edad adulta y las que ocurren durante la lactancia.
las proporciones que se observan en las enfermedades de la La causa más frecuente de paraplejía aguda (o cuadriplejía,
motoneurona inferior. En los primeros casos la atrofia se debe si la médula cervical está afectada) es el traumatismo de la
a desuso. Tanto el desarrollo normal de los músculos como el médula espinal, que suele acompañarse de fractura y luxación
del sistema esquelético en las extremidades afectadas se retra- de la columna vertebral. Entre las causas menos comunes se
san cuando la corteza motora y las partes adyacentes del lóbulo hallan la hematomielia, que se debe a una malformación vascu-
parietal se lesionan durante la lactancia o infancia. Las extremi- lar, una malformación arteriovenosa de la médula espinal que
dades e incluso el tronco son más pequeños en un lado que en causa isquemia por un mecanismo desconocido, o infarto de la
el otro. Esto no ocurre si la parálisis se produce después de la médula espinal por oclusión de la arteria espinal anterior o, más
pubertad, época en la que la mayor parte del crecimiento del a menudo, oclusión de las ramas segmentarias de la aorta (a causa
esqueleto ya se logró. En la hemiplejía causada por lesiones de de un aneurisma disecante o ateroma, vasculitis y embolia del
la médula espinal los músculos a nivel de la lesión pueden atro- núcleo pulposo). En varones ancianos se observa un síndrome
58   Parte 2  MANIFESTACIONES FUNDAMENTALES DE LA ENFERMEDAD NEUROLÓGICA

especial en que, meses o años después de dolor lumbar crónico, mencionados la parálisis de las extremidades superiores puede
aparece rápidamente paraplejía; es causada por una malforma- ser flácida y arrefléxica, y el de las inferiores, espástica. Por lo
ción arteriovenosa o una fístula en la médula o la duramadre que regular la persona siente dolor en el cuello y los hombros e insen-
la cubre, en la región lumbar. El cierre de la anomalía permite la sibilidad de las manos; la paraparesia se acompaña de elemen-
inversión rápida de la paraplejía, lo cual constituye una forma tos de ataxia propios de las lesiones de la columna posterior. La
tratable de este problema. compresión de los segmentos C1 y C2 medulares es causada por
La paraplejía o la cuadriplejía causada por mielitis posinfec- luxación de la apófisis odontoides. Entre los cuadros destacables
ciosa, mielopatía desmielinizante o necrosante o absceso o tumor que causan el problema mencionado están la artritis reumatoide
epidurales con compresión medular, tienden a surgir con mayor y la enfermedad de Morquio; en esta última se advierte engrosa-
lentitud, en un lapso de horas, días o meses. La hemorragia epi- miento extraordinario de la duramadre.
dural o subdural por enfermedades que originan diátesis hemo- Un síndrome progresivo de monoparesia, diparesia y a conti-
rrágica, o la terapia con warfarina, origina paraplejía aguda o nuación triparesia es causado por tumores y otras diversas lesio-
subaguda; en unos cuantos pacientes se ha observado la hemo- nes compresivas en la región del agujero magno y la parte alta
rragia después de punción lumbar. Es importante diferenciar de de la médula cervical. El infarto bilateral de las pirámides bulba-
las mielopatías agudas y subagudas y de cada entidad mutua- res por oclusión de las arterias vertebrales o sus ramas espinales
mente, la poliomielitis paralítica y el síndrome agudo de Gui- anteriores es una causa muy rara de cuadriplejía. Los accidentes
llain-Barré (la primera es un trastorno motor puro con meningi- cerebrovasculares repetitivos que afectan los dos hemisferios
tis leve, en tanto que el segundo es predominantemente motor, pueden culminar en hemiplejía bilateral por lo común acompa-
pero con perturbaciones sensitivas). ñada de parálisis seudobulbar (consúltese el cap. 23 sobre disar-
En la vida adulta la esclerosis múltiple y los tumores expli- tria espástica y el 25, de risa y llanto seudobulbares). En lactantes
can la mayor parte de los casos de paraplejía espinal subaguda y y niños pequeños, además de las anomalías del desarrollo y de
crónica, pero una gran variedad de procesos intrínsecos puede la anoxia del nacimiento, ciertas enfermedades cerebrales meta-
producir el mismo efecto: protrusión de un disco cervical y bólicas (leucoencefalopatía metacromática y de otras formas,
espondilosis cervical (a menudo con estrechamiento congénito enfermedades del almacenamiento de los lípidos) pueden ser las
del conducto), absceso epidural y otras infecciones (tuberculosa, causas de cuadriparesia o cuadriplejía, pero siempre con retraso
micótica y otras enfermedades granulomatosas), meningomieli- psicomotor grave. Las formas congénitas de distrofia muscular
tis sifilítica, enfermedad del sistema motor, degeneración com- y atrofia muscular (enfermedad de Werdnig-Hoffmann) se reco-
binada subaguda (deficiencia de vitamina Bl2), siringomielia y nocen poco después del nacimiento o más tarde y progresan en
enfermedad degenerativa de las columnas laterales y posteriores forma lenta.
de causa desconocida. (Véase cap. 44 para encontrar una descrip-
ción de estas enfermedades de la médula espinal.) Triplejía
El retraso para empezar a caminar y las dificultades para andar
son problemas frecuentes en la práctica pediátrica. Las manifesta- La parálisis que se confina a tres extremidades se observa sólo
ciones mencionadas pueden denotar la existencia de una enfer- rara vez; más a menudo la cuarta extremidad es débil o hiperre-
medad sistémica (como el raquitismo), el retraso mental o con fléxica y en realidad el síndrome es tetraplejía incompleta. Ade-
mayor frecuencia, algunos cuadros musculares o neurológicos. La más, como ya se indicó, este modelo de afección es importante
enfermedad cerebral congénita por leucomalacia periventricular porque puede significar el desarrollo de una lesión cervical
constituye la mayor parte de los casos de diplejía infantil (debi- superior de la médula espinal o en la unión de la médula espinal
lidad predominante de las piernas con afección mínima de los cervical con el bulbo raquídeo. Por ejemplo, es posible que un
brazos). Presente al nacer, se manifiesta en los primeros meses de meningioma del agujero magno inicie con debilidad espástica
la vida y puede dar la impresión de que progresa, pero en reali- de una extremidad, seguida por afección secuencial de las otras
dad la enfermedad es estacionaria y el progreso sólo es aparente, extremidades en una configuración como la de “las manecillas
se expone conforme el sistema motor se desarrolla; más tarde del reloj”. Muy al principio del proceso suele haber signos de
puede parecer que hay mejoría lenta como resultado del proceso Babinski bilaterales, pero quizá los datos de la sensibilidad sean
de maduración normal de la infancia. Estos trastornos corres- escasos. Los autores también han visto este modelo en pacientes
ponden al tema de la parálisis cerebral, que se expone en el capí- con esclerosis múltiple y otras lesiones inflamatorias intrínsecas
tulo 38. Otras posibilidades son la malformación congénita de y neoplásicas. Estas mismas enfermedades pueden producir tri-
la médula espinal y la lesión de ésta al nacimiento. La ataxia plejía (o triparesia) mediante una combinación de paraplejía a
de Friedreich y la paraplejía familiar, la distrofia muscular, los causa de la lesión de la médula espinal torácica y una lesión uni-
tumores y las variedades crónicas de polineuropatía tienden a lateral separada en la columna cervical o más arriba que resulta
aparecer más tardíamente, durante la infancia y la adolescencia, en hemiparesia.
y su progresión es lenta. La mielitis transversa (desmielinizante)
es causa de paraplejía aguda en niños.
Parálisis de grupos musculares aislados
Este trastorno suele indicar una lesión de uno o más nervios peri-
Cuadriplejía (tetraplejía)
féricos o de varias raíces espinales adyacentes. El diagnóstico de
Todos los datos que se han señalado respecto a las causas espina- lesión de un nervio periférico individual se establece con base en
les de la paraplejía son válidos para la cuadriplejía; la lesión está la debilidad o parálisis de un músculo o un grupo de músculos
más bien en el segmento cervical de la médula y no en el torácico en particular y de trastorno o pérdida de la sensibilidad en la dis-
o el lumbar. Si la lesión se localiza en los segmentos bajos cervi- tribución del nervio. La interrupción completa o extensa de un
cales y abarca la mitad anterior de la médula surge un síndrome nervio periférico se sigue de atrofia de los músculos que inerva
como el que se observa en la oclusión de la arteria espinal ante- y pérdida de los reflejos tendinosos de los músculos afectados;
rior (pero que también aparece en algunos casos de mielitis y anormalidades de las funciones vasomotora y sudomotora, así
fractura-luxación de la columna cervical). En todos los cuadros como cambios tróficos en piel, uñas y tejido subcutáneo.
Capítulo  3  Parálisis motora  59

Se necesitan conocimientos de la inervación motora y sen- la parte alta del pie sano y pide al paciente que eleve esta pierna.
sitiva del nervio periférico en cuestión para que el diagnós- En caso de hemiplejía verdadera no se percibe presión añadida
tico sea satisfactorio. No es una maniobra práctica memorizar sobre la mano que quedó por debajo del talón de la pierna para-
la distribución sensorimotora exacta de cada nervio periférico lizada. En caso de histeria el talón de la pierna supuestamente
y será mejor consultar manuales especiales como el intitulado paralizada presiona hacia abajo de la mano del explorador. En
Medios auxiliares para la exploración del sistema nervioso periférico la experiencia de los autores ha sido más útil que la extremidad
(véase también el cuadro 46-1). Además, es importante decidir inferior normal no muestre presión descendente cuando se le
si la lesión es sólo temporal de la conducción o si ocurrió una pide al histérico elevar la extremidad supuestamente paralizada,
interrupción estructural de las fibras nerviosas, que requiere la lo cual indica ausencia de esfuerzo voluntario. Para efectuar la
regeneración del nervio o un procedimiento quirúrgico correc- prueba de Babinski de tronco y muslo, el examinador pide al
tivo para la recuperación. La electromiografía y los estudios de la paciente colocado en decúbito dorsal que se siente mientras con-
conducción nerviosa son de gran utilidad en estos casos. serva los brazos cruzados al frente del tórax. En el paciente con
Si no se observan evidencias de enfermedad de la motoneu- hemiplejía orgánica hay una flexión involuntaria de la extremi-
rona superior o inferior, pero aun así ciertos movimientos se dad inferior parética; en caso de paraplejía, ambas extremidades
efectúan de manera imperfecta, debe buscarse un trastorno del se flexionan conforme lo hace el tronco; en la hemiplejía histérica
sentido de posición o de la coordinación cerebelosa, o bien rigi- sólo puede flexionarse la pierna anormal, y en caso de paraplejía
dez con anomalías de la postura y los movimientos a causa de histérica ninguna de las piernas se flexiona. Los individuos con
enfermedad de los núcleos basales (cap. 4). En ausencia de estos miembros pélvicos al parecer paralíticos pueden impulsar una
trastornos se investiga la posibilidad de un trastorno apráxico silla de ruedas apoyándose en el suelo (signo atribuido a Blocq y
mediante los métodos que se señalaron al principio. Okun et al.). Pedir a la persona que coloque los muslos en aduc-
ción contra resistencia, puede ser útil para identificar la debili-
dad de origen histérico. El explorador señala al paciente que está
Parálisis histérica valorando la extremidad normal, en tanto le pide que trate de
acercar las rodillas. En la debilidad de origen histérico la extre-
La parálisis histérica puede afectar un brazo o una pierna, ambas
midad aparentemente paralítica entra en aducción con potencia
piernas o todo un lado del cuerpo. En la parálisis histérica los
normal. El explorador puede aprovechar las acciones motoras de
reflejos tendinosos tienen amplitud normal y no se observa
la línea media en la extremidad escapular al pedir a la persona
atrofia, signos que permiten diferenciarla de la enfermedad
que empuje juntas sus manos y señalarle que él estudia el lado
crónica de motoneurona inferior. Sólo ciertos casos agudos de
normal. En la debilidad de origen histérico hay un movimiento
enfermedad de la motoneurona superior que carecen de los
de aducción del miembro supuestamente paralizado.
cambios ordinarios en los reflejos y el tono muscular originan
dificultades diagnósticas. La marcha de origen histérico por lo
regular confirma el diagnóstico. En ocasiones la sensibilidad de Parálisis muscular y espasmo
las partes paralizadas está perdida lo mismo que la visión, la no acompañados por cambios
audición y el olfato en el lado paralizado, un tipo de cambios
sensitivos que nunca se observa en caso de enfermedad orgánica
visibles en nervios o músculos
del sistema nervioso. Cuando se pide al paciente histérico que Ninguna descripción de la parálisis motora sería completa sin
mueva las extremidades afectadas, sus movimientos tienden a hacer alguna referencia a un grupo de enfermedades en las que
ser lentos, vacilantes y a sacudidas, a menudo con contracción la debilidad muscular puede ser profunda, pero no ocurren cam-
de los músculos agonistas y antagonistas de manera simultánea bios estructurales manifiestos en las células nerviosas o las fibras
e intermitente (debilidad porque algo “cedió”). Por lo general la nerviosas motoras. La combinación mencionada puede origi-
ausencia de esfuerzo es evidente a pesar de que las expresiones narse por cualquier enfermedad de la unión neuromuscular y
facial y de otro tipo muestren lo contrario. La fuerza de la con- muchos trastornos de músculos. El grupo comprende la miaste-
tracción se incrementa con los ánimos que se dan al paciente. nia grave, las miopatías inflamatorias, las distrofias musculares
La debilidad no es sostenida; algunos movimientos se realizan y la miotonía congénita (enfermedad de Thomsen); la parálisis
en forma tentativa y momentos más tarde se efectúa de manera periódica familiar; trastornos del metabolismo de potasio, sodio,
natural otro movimiento que incluye los mismos músculos. Los calcio y magnesio; tetania, tétanos, intoxicación por Clostridium
signos de Hoover y de Babinski de tronco y muslo son útiles botulinum; picadura de la araña viuda negra y miopatías de ori-
para distinguir entre la hemiplejía histérica y la orgánica. Para gen tiroideo y endocrino de otros tipos. En estas enfermedades,
desencadenar el signo de Hoover el examinador coloca ambas cada una de las cuales posee un cuadro clínico bastante distin-
manos bajo los talones del paciente colocado en decúbito dorsal tivo, la anomalía es bioquímica en esencia y su investigación
y le pide que haga presión forzada hacia abajo con los talones. requiere pruebas bioquímicas e histoquímicas especiales, así
La pierna no paralizada ejerce la presión por completo o casi por como estudio de microscopia electrónica. Estos temas se tratan
completo en caso de hemiplejía orgánica. Luego el examinador en las secciones referentes a enfermedades musculares más ade-
retira la mano de la parte baja de la pierna sana, la coloca sobre lante en este libro.

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4
Anormalidades del movimiento
y la postura causadas por enfermedad
de los núcleos basales

En este capítulo se estudian trastornos del automatismo, estática, ambigüedad del término piramidal y ahí se señaló que las lesio-
postura y otras actividades motoras menos modificables del sis- nes piramidales puras no ocasionan parálisis total y cuando
tema nervioso. Constituyen expresión del denominado sistema surge este cuadro completo siempre hay algún grado de afecta-
motor extrapiramidal, que según S.A.K. Wilson, autor del tér- ción de otras vías motoras descendentes. El término extrapirami-
mino, comprende estructuras motoras como los ganglios basales dal es igual de impreciso. En apego a una interpretación estricta,
y algunos núcleos talámicos y del tallo encefálico con funciones se refiere a todas las vías motoras, excepto la piramidal, lo que
similares. hace a este término tan incluyente que prácticamente pierde su
Las actividades de los ganglios basales y el cerebelo se fusio- significado. El concepto de un sistema motor extrapiramidal
nan con las de los sistemas corticoespinal y cortical-tallo ence- adquiere mayor significado si se le subdivide en dos partes: 1) el
fálico-medular, y las modulan. La influencia postural estática sistema estriatopalidonigral (ganglios basales) y 2) el encéfalo,
del sistema extrapiramidal es indispensable para que se produz- que es el primero en ser calificado de “extrapiramidal”. La fun-
can los movimientos corticoespinales voluntarios; este vínculo ción de estas partes en el control del movimiento y la postura
íntimo de los ganglios mencionados y los sistemas corticoespi- es muy diferente y la enfermedad aislada de cada una de ellas
nales se manifiesta en la evolución de muchas formas de enfer- arroja como resultado alteraciones del movimiento y la postura
medad neurológica. Las lesiones cerebrales que afectan las vías sin parálisis. Los ganglios basales y los síntomas que surgen
corticoespinales son consecuencia de la parálisis contralateral de cuando se afectan se describen en las páginas siguientes y en el
los movimientos voluntarios y también de la postura fija, en el capítulo 6. En el capítulo 5 se incluyen los trastornos del movi-
cual queda el brazo en flexión y la pierna en extensión. Como se miento y la postura, que son consecuencia estricta de enferme-
hizo notar en el capítulo 3, la interrupción de las proyecciones dad cerebelosa.
de las vías motoras por una lesión del puente o la parte alta del
mesencéfalo puede dar lugar a otra postura en la cual las cuatro
extremidades o el brazo y la pierna de un lado se encuentran en
extensión y las porciones cervical y toracolumbar de la columna SISTEMA ESTRIATOPALIDONIGRAL
en hiperextensión (rigidez de descerebración). En estos perfiles (NÚCLEOS BASALES)
motores aberrantes el clínico advierte manifestaciones de reflejos
laberínticos, tónicos del cuello y posturales de otro tipo, que son Consideraciones anatómicas
mediados por sistemas motores bulboespinales y otros de tallo
encefálico, no piramidales. Las observaciones como las señaladas Como entidad anatómica, los núcleos basales carecen de una defi-
y los datos anatómicos presentados en el capítulo 3 han borrado nición precisa. Incluyen principalmente el núcleo caudado y el
la diferenciación clásica entre los sistemas motores piramidal y lenticular (por su forma de lente), con sus dos subdivisiones,
extrapiramidal. Sin embargo, la división sigue siendo un con- el putamen y el globo pálido. Puesto que el núcleo caudado y el
cepto útil y tal vez esencial en las labores clínicas, porque esta- putamen son en realidad una estructura continua (sólo separa-
blece una diferencia entre varios síndromes motores, es decir, dos de manera incompleta por fibras de la cápsula interna) y,
los que se caracterizan por pérdida del movimiento voluntario desde los puntos de vista citológico y funcional, son distintos del
acompañados de espasticidad, como el síndrome corticoespinal; globo pálido, tiene mayor significado dividir estas masas nuclea-
el segundo grupo se caracteriza por acinesia, rigidez y temblor res en una parte estriada (o neostriada), que comprende el núcleo
sin pérdida de movimientos voluntarios, e incluye el síndrome caudado y el putamen, y una parte paleostriada o pálido, que
hipocinético de ganglios basales; el tercer grupo se define por contiene un segmento medial (interno) y uno lateral (externo). El
movimientos involuntarios (coreoatetosis y distonía), y como putamen y el pálido se sitúan sobre la cara lateral de la cápsula
ejemplo está el síndrome hipercinético de ganglios basales y otro interna, que los separa del núcleo caudado, tálamo, núcleo sub-
más por incoordinación (ataxia), como el síndrome cerebeloso. talámico y sustancia negra sobre su lado medial (figs. 4-1 y 4-2).
El cuadro 4-1 resume las diferencias principales entre los síndro- En virtud de sus estrechas conexiones con los núcleos caudado y
mes corticoespinales y extrapiramidales. lenticular, el núcleo subtalámico (núcleo de Luys) y la sustancia
Gran parte de la crítica al concepto piramidal-extrapiramidal negra suelen considerarse como parte de los núcleos basales. En
proviene de los propios términos. En el capítulo 3 se expuso la general, se excluye el antemuro (claustro) y el complejo nuclear

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