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Mastabas saítas:

En el Periodo tardío de Egipto, cuando la época saíta, las mastabas perdieron su forma original,
consistiendo en sencillas construcciones de adobe elevadas sobre el suelo, y prescindieron de la cámara
subterránea. En esta época, las mastabas contenían a veces un panteón familiar, colocándose unas
tumbas encima de otras, disponiendo una escalera exterior para poder llegar hasta las más elevadas.
Esta curiosa disposición fue habitual en el Bajo Egipto para resguardar a los cadáveres de la humedad
propia de las inundaciones.
Existen miles de mastabas en Egipto, muchas de ellas con capillas interiores decoradas con bellas
pinturas murales. A diferencia de los textos de las Pirámides, que sólo contenían fórmulas para la
vida en el más allá, estas pinturas son una excelente fuente de información de la vida cotidiana.
Las pirámides egipcias posiblemente se desarrollaron como evolución de las mastabas pues, según los
eruditos, la más antigua, la Pirámide escalonada de Saqqara, fue originalmente una mastaba,
posteriormente ampliada.

Dinastía XXVI de Egipto


(Redirigido desde «Saíta»)
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"Estatua cubo" de Padishahdedet. Louvre.


La dinastía XXVI transcurre del año 664 a 525 a. C., también denominada Saíta, por tener su
capital en Sais; fue la última dinastía nativa que gobernó Egipto antes de la conquista persa. Se la
considera el inicio del Periodo Tardío de Egipto (configuran este periodo las
dinastías XXVII, XXVIII, XXIX, XXXy XXXI).

Textos de las Pirámides


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Los Textos de las Pirámides son un repertorio de conjuros, encantamientos y súplicas, grabados
en los pasajes, antecámaras y cámaras sepulcrales en las pirámides del Imperio Antiguo con el
propósito de ayudar al faraón en la Duat y asegurar su resurrección y la vida eterna. Son una
recopilación de textos, sin orden aparente, de creencias religiosas y cosmológicas muy antiguas, que
debieron emplearse durante la ceremonia funeraria. Algunos textos ya aparecen en estelas
y mastabas de las dos primeras dinastías.

Textos de las Pirámides, inscritos en la cámara sepulcral de la Pirámide de Teti, en Saqqara.


Los textos ya debían existir en papiros al menos en los tiempos de Unis, el último faraón de
la dinastía V, y desde aquí se copiaron a los muros y techos de su pirámide, denominada por los
egipcios: "Perfectos son los lugares de la Muerte". Por tanto, su pirámide es el primer lugar en el
que se escribieron los Textos de las Pirámides en un soporte duradero, al menos que se haya
conservado. Los textos están compuestos por 228 declaraciones. Posteriormente se convirtió en
práctica habitual inscribirlos en el interior de las pirámides de los faraones del Imperio Antiguo,
llegando a 759 conjuros (compilados por Raymond O. Faulkner)

PRIMERAS MASTABAS:

La decoración era muy simple, aunque en las salas de oración se podían encontrar bellas
estelas rectangulares de piedra grabada en relieve y pintada con la imagen del difunto, con
ofrendas y el título que habia ostentado en vida. Toda una carta de presentación para el mas
allá. Algunas de las mas bellas se encontraron precisamente en Giza y podrían haber sido regalos del
faraón de turno y haberse realizado en los talleres reales.

En las mastabas más complejas, se incluyen tambien puertas falsas, cámaras funerarias para otros
miembros de la familia de los nombres difuntos, salas para las ofrendas mas voluminosas, falsos
pasadizos y entradas y una decoración mas ampulosa. Se iban agregando mas y mas habitaciones y
riqueza dependiendo de la importancia o del poder económico de su propietario.

La gran mastaba de Mereruka en Sakkara es un ejemplo. Se trataba del un visir del rey Teti, de
la VI dinastía, y dispone de 32 habitaciones de las cuales 6 están dedicadas a su esposa (Uatethethor,
hija de Teti) y 5 a su hijo. Esta tumba ocupa casi 1.000 metros cuadrados y se levanta al norte de la
pirámide del faraón. Diez de sus habitaciones presentaban una decoración exquisita, digna de un
gobernante (después de todo era el yerno del jefe). Esta mastaba fue descubierta en 1893 y excavada
entre 1921 y 1938.
Las Mastabas Egipcias
por SIBYLA el 14 de sep de 2009 • 9:00 am13 Comentarios

Junto a los grandes templos, no podemos hablar de arquitectura en el Antiguo Egipto sin detenernos
en la tumbas, sin duda una de las grandes aportaciones del Imperio Antiguo. Aunque lo primero
que se nos viene a la mente son las pirámides, antes que ellas ya existían unas tumbas
llamadas mastabas.

Las mastabas o “banco” eran sepulcro propio de la Época Tinita durante la I y II Dinastía.
Construídas con caliza o ladrillo, eran tumbas rectangulares y de estructura trapezoidal sin
ornamento en su exterior.
Su interior tenía una pequeña sala (Sirdab) donde se guardaba la estatua del difunto y en la que se
encontraba la falsa puerta en el lado oriental cuya finalidad era permitir la salida y entrada del alma
del faraón. Es en esta capilla donde se depositaban las ofrendas y se realizaba el culto funerario.
La falsa puerta daba paso a un pozo excavado en la roca que terminaba en la cámara sepulcral.

Curioso a tener en cuenta es que el nombre con el que se conoce a esta construcción funeraria no es
egipcio sino árabe. Se lo dio en el siglo XIX Auguste Mariette, un egiptólogo francés que la escuchó
de sus obreros a los que les recordaba a unos asientos de ladrillo que se adosaban a las fachadas de
las viviendas musulmanas.

Mastaba. Construcción funeraria del Antiguo Egipto, con forma troncopiramidal, de base
rectangular. Las más suntuosas, como la erigida por el faraón Shepseskaf, llegaron a tener casi veinte
metros de altura. Aunque no se sabe cómo las llamaban los antiguos egipcios, los árabes las
denominaron mastaba, ya que se parecían a los bancos locales, nombre que adoptaron los primeros
exploradores europeos. Las más antiguas se datan durante las primeras dinastías.

Contenido

Ubicación
Era muy importante: las tumbas se debían situar fuera del alcance de las crecidas del Nilo, y tenían
que estar en la ribera occidental, en el desierto, por donde se ponía el Sol al atardecer, que era donde
el difunto iniciaba su viaje hacia el Más Allá pues, según sus creencias, la entrada al inframundo
o Duat, estaba situada al occidente, denominándose "occidentales" a los espíritus de los difuntos.

Descripción
Las mastabas se construyeron con adobe (ladrillos de barro), y posteriormente de piedra,
generalizándose entre los egipcios más ricos, durante la dinastía III, después de erigir Imhotep, en
piedra, el complejo funerario de Saqqara para el faraón Dyeser (Zoser).
Esta construcción tenía dos niveles: el subterráneo, con la cámara sepulcral a la que se accedía a través
de largos pozos verticales, que se cegaban después de depositar la momia. En el nivel superior, la
capilla, que imitaba la casa del difunto, donde los familiares podían pasar para depositar ofrendas, con
una o varias "falsas puertas" decoradas con relieves, situadas en la parte oriental, que servían para
indicar al espíritu, al doble del difunto, el lugar por donde debía salir o entrar al edificio. Las más
suntuosas disponían de varias salas ricamente decoradas y serdab.
Con el paso del tiempo, esta construcción se fue haciendo más compleja y se añadieron más salas,
escaleras, trampas para saqueadores, etc., llegando algunas a medir cincuenta metros de largo y seis
o siete de altura. Las más monumentales sirvieron de sepultura para la nobleza, clases dirigentes y
personas de alta posición social, incluso de algunos faraones.

Evolución
Las más antiguas eran fosas excavadas divididas en varias salas con muros de adobe. La sala central
se reservaba para el difunto, y en las demás se colocaba el ajuar funerario y los víveres para la otra
vida. En algunas, hay fosas en el exterior con los cuerpos de los esclavos sacrificados para el servicio
de su señor en el más allá. Una vez depositado el cuerpo, se cegaba el acceso. La forma de cubrir de
estas fosas se desconoce; posiblemente fuese una estructura de adobe y madera, de poca altura.
Existen miles de mastabas en Egipto, muchas de ellas con capillas interiores decoradas con bellas
pinturas murales. A diferencia de los Textos de las Pirámides, que sólo contenían fórmulas para la
vida en el más allá, estas pinturas son una excelente fuente de información de la vida cotidiana. Las
pirámides egipcias posiblemente se desarrollaron como evolución de las mastabas pues, según los
eruditos, la más antigua, la pirámide escalonada de Saqqara, fue originalmente una mastaba,
posteriormente ampliada.

Mastabas saítas
En el Periodo Tardío, desde la época saíta, las mastabas perdieron su forma original, consistiendo en
sencillas construcciones de adobe elevadas sobre el suelo, y prescindieron de la cámara subterránea.
En esta época, las mastabas contenían a veces un panteón familiar, colocándose unas tumbas encima
de otras, disponiendo una escalera exterior para poder llegar hasta las más elevadas. Esta curiosa
disposición fue habitual en el Bajo Egipto para resguardar a los cadáveres de la humedad propia de
las inundaciones.

Mastaba número 17 de Méidum

Localización
La mastaba número 17 de Meidum se encuentra muy cerca de la cara este de la pirámide de Seneferu.
Nada más llegar a la base de la pirámide, además de lo imponente de la estructura de ésta, lo que más
llama la atención son las dimensiones de la mastaba.

Propietario
Se desconoce a quién pertenecen los huesos que se encontraron en su interior y, por tanto, quién pudo
haber sido su propietario. Sin embargo, existen varias teorías al respecto: La más comúnmente
aceptada es la que afirma que puede ser la tumba de un príncipe, otro de los hijos de Seneferu. La
familia real parece tener un vínculo estrecho con Meidum, dado que varios de sus componentes fueron
enterrados en este enclave. Dos de los personajes más conocidos son Nefermaat, enterrado en la
mastaba doble número 16 junto con su esposa Atet, y Rahotep, que descansa igualmente en una doble
mastaba conocida con el número 6 junto con su esposa Nefret.
El cuerpo hallado tenía los ojos arrancados y, en su lugar, unas bolas de pasta cubriendo las órbitas.
Los miembros, incluido el pene, estaban amputados y fueron vendados por separado.

Estructura
La mastaba 17 es un buen ejemplo de este tipo de enterramiento dentro del Reino Antiguo.
Únicamente el adobe fue el material utilizado en la superestructura; las cámaras están construidas
con piedra caliza. La tumba tiene forma cruciforme, con un corredor, la antecámara y la cámara del
sarcófago. Todo su interior fue rellenado con escombros de caliza, que, según varios autores, podrían
pertenecer a la pirámide de Seneferu.

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