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ANTROPOLOGÍA
FILOSÓFICA
Una introducción a la Filosofía del Hombre
Quinta edición
Primera reimpresión
percepción de que esta necesidad puede ser satisfecha, de que esta deficiencia
puede ser superada y esta pobreza recibir socorro mediante el encuentro con la
persona humana del otro sexo. Y puesto que esta atracción tiene su origen en una
condición permanente del ser humano, no se encuentra (enteramente) en función
de la procreación» 13.
La descripción de la sexualidad desde el punto de vista meramente fisioló-
gico supone una visión parcial y deformada de la persona. Ocurre algo parecido,
por ejemplo, con la sonrisa. Definir la sonrisa desde la fisiología como una deter-
minada contracción de los músculos de la cara, o desde la psicología experimen-
tal como un tipo de respuesta a determinados estímulos positivos, es verdadero,
pero insuficiente. Sonreír es también (y sobre todo) símbolo y expresión de ale-
gría, acogida y amistad hacia otra persona: estos sentimientos expresan el amor,
no reducible a una descripción fisiológica. De manera análoga, en la donación de
sí que se da en la sexualidad se expresa realmente mucho más que la mera unión
fisiológica entre macho y hembra.
Ciertamente, como todo lenguaje, también el lenguaje sexual es susceptible
de ser utilizado para engañar. Puedo manifestar con mis gestos algo que no es
verdadero, como puedo simular la sonrisa ante un enemigo al que odio, o decir
palabras de adulación hacia alguien de quien esperamos recibir un beneficio. En
este último caso no quiero a la persona, sino el bien que ella me pueda reportar:
la persona es utilizada sólo como un medio para mi beneficio. La donación se-
xual es engañosa cuando está privada de su dimensión verdaderamente personal.
«Una entrega corporal que no fuera a la vez entrega personal sería en sí misma
una mentira, porque consideraría el cuerpo como algo simplemente externo,
como una cosa disponible y no como la propia realidad personal» 14. En otras pa-
labras: «La donación física total sería una mentira si no fuese el signo y el fruto
de la donación personal total» 15.
Lo propio de la donación sexual de la persona humana, debido a su carácter
espiritual, es su exclusividad y perpetuidad, condiciones que se dan sólo en la
institución matrimonial. En efecto, si la persona humana posee la capacidad de
trascender el momento presente, y su obrar no está ligado a las coordenadas espa-
ciales o temporales, eso quiere decir que es espiritual. La única manera de darse
totalmente como persona es «para siempre»: en todo tiempo y en todo lugar. En
realidad, la perpetuidad es la exclusividad a lo largo del tiempo. «La única mane-
ra de amar con amor exclusivo a alguien es no amar a nadie más con ese amor
exclusivo. Entregarse del todo significa entregarse una sola vez, a una sola perso-
na, y guardar todo para ella (...). Cuando el amor es verdadero, es incondiciona-
13. CAFFARRA, C., Ética general de la sexualidad, 4.ª edición, Ediciones Internacionales Univer-
sitarias, Madrid 2006, p. 55.
14. RUIZ RETEGUI, A., op. cit., p. 278.
15. JUAN PABLO II, Familiaris consortio, n. 11.
PERSONA, SEXUALIDAD Y FAMILIA 189
4. MATRIMONIO Y FAMILIA
5. SEXUALIDAD Y FECUNDIDAD