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Hegelianismo
Doctrina filosófica de Hegel, o pensamiento influido por este autor. Entre los
hegelianos se distingue una derecha, ortodoxa o tradicional, que insiste en los
rasgos nacionalistas y concibe el Estado como la síntesis perfecta entre lo privado
y lo público, al tiempo que cultiva la visión teológica de las teorías de Hegel, y la
izquierda («jóvenes hegelianos»), para la cual la religión aparece superada por la
filosofía, y que se interesa en particular por el método dialéctico aplicado a la
realidad (materialismo dialéctico); en esta última corriente se destacan autores
como D. Strauss, B. Bauer, L. Feuerbach, K. Marx y F. Engels.
Hegel es el máximo representante del idealismo y uno de los teóricos más
influyentes en el pensamiento universal desde el siglo XIX.
El Marco Filosófico
La obra de Hegel puede considerarse como la madurez filosófica y cultural
de la tradición occidental. Su filosofía pasa por ser el último gran sistema filosófico,
en el que confluyen prácticamente todas las filosofías anteriores. El propio Hegel
interpretó así su sistema, como el estado de maduración y unidad interna de todo
el pensamiento anterior a él (así lo hace en sus Lecciones sobre la historia de la
filosofía).
Positivismo lógico
La Hermeneutica de Gadamer
Gadamer, por otra parte, suele confesar con frecuencia que el auténtico punto de
partida de su pensamiento y el objeto de sus reflexiones teóricas ha sido el
pensamiento del «último Heidegger», en el que el lenguaje se constituye en fuente
de conocimiento. Conceptos tales como los de «pertenencia», «historia-efectual»,
«juego», «diálogo» expresan semánticamente en la hermenéutica de Gadamer la
lingüisticidad del ser. Tampoco duda en afirmar que el modelo que inspira su
propia experiencia hermenéutica es la propia experiencia que hace Heidegger con
el lenguaje, la verdad, etc. «Yo realmente creo haber comprendido al último
Heidegger, es decir, su "verdad". Pero debo "probarla" en mí, en la experiencia,
que es mi propia experiencia y que es lo que yo he llamado "experiencia
hermenéutica"» («Correspondence concerning Wahrheitund Methode: Leo-
Strauss/Gadamer»).
Al margen de la ayuda conceptual que representa Heidegger, su ontología
de la finitud inspira a Gadamer una posición crítica frente al subjetivismo y frente al
objetivismo dogmático de la ciencia. Aquí radica su principal confrontación con su
otro gran inspirador, Hegel, y con las pretensiones de las ciencias históricas de
hacer del método la única garantía para la verdad. No es casual, por lo demás,
que Gadamer comparta con Heidegger como punto de partida la crítica a la
ciencia y a la técnica de nuestro mundo actual. También aparece el influjo de
Heidegger en aquellos dos ejes que configuran todo el entramado de la filosofía
hermenéutica de Gadamer: la tradición y el lenguaje. Se relaciona sin ningún
eufemismo la problemática del ser, primero con el fenómeno de la tradición y,
luego, con el lenguaje. La tradición constituye para Gadamer el sujeto propio del
comprender, pues ella determina nuestros planteamientos, prejuicios y nuestra
propia conceptualidad. Por otra parte, la reducción ontológica del lenguaje al ser
determina la inexorable universalidad de la hermenéutica y su carácter
comprensivo.
Sin embargo, el tono catastrofista y pesimista que se respira a lo largo de la
dilatada obra heideggeriana cambia en favor de un discurso preñado de
perspectivas optimistas acordes con su formación humanista. Así por ejemplo la
visión positiva y optimista que tiene Gadamer de la historia de la filosofía marca
las diferencias. La descripción heideggeriana de la historia del pensamiento
occidental como la inexorable historia del «olvido del ser», como una historia de
errores, que culmina con el dominio actual de la técnica, deja paso a una visión
regeneradora y a un revival de la filosofía. Por otro lado, el concepto de «verdad
hermenéutica» gadameriano no acentúa, como lo hace Heidegger, aquello que
permanece oculto y en la oscuridad del misterio, sino que destaca más bien el
«desocultamiento» y el carácter de «apertura» propio de la experiencia de la
comprensión.
La presencia de Hegel y de los griegos. La hermenéutica de Gadamer es un
lugar de encuentro y confluencia no sólo de la tradición hermenéutica, sino
también de la tradición filosófica griega, especialmente Platón y Aristóteles, sin
olvidar la presencia de la Grosse Philosophie alemana: Hegel, Dilthey, Husserl etc.
En la más pura tradición heideggeriana y practicando lo que llamará la «historia-
efectual», deja que la tradición se muestre a sí misma en su propia efectividad,
que hable y eleve su voz hasta nuestro presente como si fuera un «tú».
El Falsacionismo de Popper
El falsacionismo, refutacionismo o principio de falsabilidad es una corriente
epistemológica fundada por el filósofo austriaco Karl Popper (1902-1994). Para
Popper, contrastar una teoría significa intentar refutarla mediante un
contraejemplo. Si no es posible refutarla, dicha teoría queda corroborada,
pudiendo ser aceptada provisionalmente, pero nunca verificada. Dentro del
falsacionismo metodológico, se pueden diferenciar el falsacionismo ingenuo inicial
de Popper, el falsacionismo sofisticado de la obra tardía de Popper y la
metodología de los programas de investigación de Imre Lakatos.
La definición de falsar es rebatir una proposición o una teoría mediante un
contraejemplo o una observación empírica
BIBLIOGRAFIA:
http://www.monografias.com/trabajos10/geor/geor.shtml