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MANUAL DEL

VENERABLE
MAESTRO
MASONERÍA EN ACCIÓN Y EVOLUCIÓN
GRAN LOGIA DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA

MANUAL DEL VENERABLE MAESTRO

CONTENIDO

- Introducción.

- ¿Qué es la Masonería y Cuál es su propósito?

- ¿Qué es la Gran Logia y Cuál es su estructura?

- Normas de Regularidad y Reconocimiento.

- ¿Qué es una Logia y Cuál es su Estructura Organizativa?

- ¿Qué es una Tenida y Cuáles son sus tipos?

- ¿Qué es un Venerable Maestro?

- Agenda de las Tenidas

- Presupuesto de la Logia

- Docencia Masónica

• Método de Docencia Masónica

• Los Landmarks

• El Uso de la Biblia y su lugar en la Logia

• Cámara del Medio

• Responsabilidades del Maestro Masón

• Resumen de los Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro

- Gerencia y Liderazgo

- Guía para el Desarrollo de las Cámaras de Instrucción

- El Guarda Templo Interior

- Rituales y Ritos

- Derecho Masónico

- Referencias Bibliográficas y Electrónicas.


INTRODUCCIÓN

Toda acción humana adquiere vigor, se proyecta acertadamente, cuando la


doctrina que la inspira está incorporada plenamente en su ser y en la cotidianidad
de quienes son partícipes de los ideales que esa doctrina representa.

La Masonería constituye una propuesta innovadora y positiva, de permanente


vigencia para atender, en todo tiempo y en toda sociedad, los problemas del
hombre en su trascendencia social y para que ella se exprese como un método
de análisis y, consecuentemente, como una forma de vida, los miembros de esta
Augusta Orden debemos tratar de tener un conocimiento cabal de su doctrina, en
su forma particular de manifestarse a través de un rico ritual y de su expresivo y
generoso simbolismo.

La Masonería permite descubrir y vivir la dimensión particular de los hombres


conscientes de sus responsabilidades frente a sí mismos y de sus congéneres. Para
este logro hay que osar, humilde y activamente, volver a cuestionar lo que somos,
tomar el riesgo de perfeccionarnos, devenir como los otros, reencontrarnos
en nuestra profundidad. La Masonería no dispensa ninguna enseñanza por
impregnación, pero exige la participación viviente y consciente del Masón que
experimenta por sí mismo las múltiples formas del mundo cotidiano. Chocando
con las realidades y dificultades del cotidiano, el Masón adquiere la sensibilidad
necesaria para sentir la eternidad en la falta de permanencia. Más trabaja y más se
acrecienta su sensibilidad, más su comprensión se aproxima a la realidad.

Es precisamente esta convicción, lo que nos lleva a realizar este Manual con
el cual queremos significar la importancia de la labor del Venerable Maestro,
ofreciendo humildemente una guía que permita al Maestro Masón orientar a los
Aprendices, Compañeros y Maestros de su Logia, tratará siempre de procurar el
bienestar de sus hijos espirituales, usando su buen sentido y los métodos que la
experiencia masónica aconseja para obtener la convivencia fraternal, sobre la base
siempre de su Doctrina y Principios fundamentales.

Para el desarrollo de este tema proponemos conceptos e ideas que forman, en


su esencia, parte de la ortodoxia Masónica, que converjan en hacer del Venerable
Maestro, verdaderos Guías de la Orden, con plena percepción de los valores
que son el estímulo para realizar una Veneratura Iniciática Representativa y de
Elevada Docencia y Expresiva Fraternidad en el quehacer ineludible en el ámbito
profano; donde con toda propiedad deben expresarse estas convicciones éticas
que modelan la conducta y que en su esencia plasman la visión axiológica del
Masón.

Todo ello, dándole la connotación del lenguaje masónico, presentando ideas


con contenidos para aproximarnos a lo que debe ser la labor del Venerable Maestro,
su posición y responsabilidades en Logia, sustentado siempre en su Doctrina.
Esto, con el propósito de entregar a la Masonería Universal un universalismo
humanista que responda al Etos que distingue a nuestro mundo masónico, en la
estructura permanente de ese atrio de reflexión que idealizamos como el templo
interior de nuestro espíritu

¿Qué es la Masonería y Cuál es su propósito?

La Masonería es una Institución esencialmente filosófica que se dedica a


labrar la perfección intelectual, moral y física de sus miembros, incitándolos a
perfeccionarse mediante el estudio de las ciencias, la investigación de la verdad,
la difusión de la cultura, la práctica de la virtud y de la filantropía, siendo el
programa de la obra exterior el tratar de ser útil al progreso moral, intelectual y
material de la Humanidad.

La Masonería es una Escuela donde se practica la investigación de la verdad


y todos sus asociados son aprendices perpetuos. Comenzando su labor con el
perfeccionamiento espiritual de sí mismo, conocimiento que se adquiere por los
Símbolos, porque son una fuente constante de enseñanza. Debemos tener siempre
presente que cada uno de ellos encierra un elevado concepto moral, intelectual o
espiritual y una vez obtenido este perfeccionamiento irradiar sus virtudes hacia
sus semejantes y formar así una Unión Fraternal Universal, lucha incansable
contra la ignorancia bajo cualquier forma que se presente. Es una Escuela mutua,
según se establece bajo el programa siguiente: “Vivir honradamente, obedecer las
leyes de su país o del país en que viva; practicar la justicia, amar a sus semejantes;
trabajar constantemente por el bienestar de la Humanidad y procurar alcanzar
por los medios pacíficos y persuasivos, su emancipación.” (Revista Masónica de
Chile Nº 1 y 2, año 1959, p. 13)

La Masonería es Universal como está demostrado en la Cadena, la cual


representa a una gran familia, cuyos eslabones son los masones repartidos por
todo el mundo y que están unidos por los mismos lazos fraternales. Es Universal
por su doctrina y propósitos.

La Masonería, dignifica y enaltece el trabajo y exhorta a sus miembros en este


sentido para así hacerse acreedores de ser llamados obreros. Es una Institución de
hombres libres espiritualmente para pensar y expresar sus ideas que su cultura, su
ambiente y el medio en el que se desenvuelve y lo estimula cada día en su afán
nobilísimo de perfeccionarse y perfeccionar. Busca el bien y hace el bien, en la
medida que le es posible. Estudia, analiza y persigue la verdad.

Desea la justicia, la libertad y la igualdad en los derechos. Aspira mejorar al


hombre para mejorar la sociedad. Por lo tanto, estimamos que no debe detenerse
en los aspectos negativos de las doctrinas políticas o sociales, sino que en los
aspectos positivos, realzando todo lo bueno que existe en cualquier idea o doctrina.

Los mismos principios universales de la Masonería manifiestan que está


destinada a trabajar por el advenimiento de la justicia, de la solidaridad y de la
paz de la humanidad. La Masonería como corporación no sienta conclusiones
dogmáticas de ninguna naturaleza, pero todo masón está en el deber de no
desconocer las ideas o doctrinas que pugnan, unas en un sentido, otras en otro,
para hacer posible un mayor bienestar, una mayor felicidad sobre la tierra.

La Masonería por la virtud de sus principios es inmortal. Amor Fraternal,


Socorro y Verdad, siendo éstas sus bases fundamentales. La Masonería es una
Institución basada en la Moral y en la Filosofía, sostenida por tres grandes pilares:
La Sabiduría, La Fuerza y La Belleza. Todo masón está en el deber de estudiar
para aumentar el caudal de su saber y dar fuerza a sus ideales.

Se incluye a la Masonería entre las sociedades secretas, tan sólo porque sus
simbolismos no se hallan al alcance de todos; pero sus principios de Libertad,
Igualdad y Fraternidad demuestran que es una Institución humanitaria y
filantrópica ilustrada por los símbolos y basada en alegóricas leyendas.

La Masonería recibe en su seno a hombres libres y de buenas costumbres,


amantes de la Verdad y de la Justicia. No es una Institución perfecta porque la
perfección es relativa, pero es sin duda, la que más se acerca a la perfección.
Muchos ilustres varones han pertenecido a la Orden y sus obras han sido
glorificadas por la Humanidad.

Por su doctrina está basada en el bien y en el progreso humano, es inmortal,


y a manera de luminoso faro, ha de ser a través del tiempo, salvación y guía de la
Humanidad. No es solamente una sociedad de hombres honrados que se asisten
mutuamente y se ocupan de beneficencia, sino que hay que encontrar en ella los
medios y las direcciones para hacerse verdadero obrero del progreso humano.
El objeto es desarrollar en sus miembros la conciencia humana y el sentimiento
de la personalidad. Así llenarán con mayor fecundidad la función que le ha sido
asignada en todas las colectividades humanas de que forman parte: La Familia,
La Nación y La Humanidad.

La Masonería no es una sociedad secreta, puesto que cualquier hombre de


pensamiento libre y de costumbres honradas puede entrar y formar parte de ella.
Es una sociedad privada como muchas otras.

La Masonería es una Institución esencialmente espiritual, por consiguiente,


sus rituales, su gobierno, sus reglas y sus reglamentos tienen que ser espirituales,
no puede ser una organización que ate, sino que libere, guie e ilumine en el
sendero de la Iniciación a todos sus adeptos, conduciéndolos con la suavidad del
idealismo hacia la verdad y la virtud.

La Masonería no es una secta, puesto que su contenido no es doctrina particular


establecida o encontrada por un Maestro, ni los masones siguen a nadie con tesón
y sin conciencia deliberada.
La Institución de la Masonería, fundada por gremios de obreros, tomó el
carácter especulativo que hoy tiene desde hace dos siglos; es su fin primordial el
perfeccionamiento de la humanidad y para conseguirlo, valiéndose de la Moral y
la Filantropía, trata de reunir en su seno a individuos de todas las razas, de todas
las creencias políticas y de todos los dogmas religiosos, para que unidos trabajen
por disipar la ignorancia, combatir los vicios y fomentar el amor fraternal.

Basa sus preceptos en la más pura Moral y en la Ley Natural y como único
dogma requiere que sus adeptos crean en un Ser Supremo definido como lo
pueda definir tal o cual secta religiosa, sino como un Principio Esencial de moral
filosófica, cabiendo por tanto en la Institución desde los creyentes de las distintas
religiones positivas, hasta aquellos individuos que sólo conciben a Dios como el
principio generador de cuanto existe, según las definiciones de la Razón y de la
Ciencia.

Este amplio programa, este amplio tolerantismo, es lo que da a la Masonería


una fuerza y una solidaridad irrefutables. Como en ella no va a discutirse quien
es Dios, el Dios de uno no es el Dios de todos, y sus adeptos no se pueden dividir
por aquello que siempre ha dividido a los hombres más que cualquiera otra cosa:
la cuestión religiosa.

En lo político, tampoco se exige determinado credo; ni siquiera se pregunta


al Masón o al que va a serlo qué piensa sobre tal o cual sistema de gobierno, ni si
pertenece a éste u otro partido. Y lo propio resulta en lo social, pues que ella se
nutre de todos los elementos sociales con tal que sean elementos sanos.

Lo que quiere la Institución es tener en su seno hombres honrados, tolerantes


y filantrópicos; hombres que sean libres, de buenas costumbres, de edad adulta,
de capacidad bastante para poder comprender y practicar las enseñanzas que ella
difunde, y asimismo hombres que tengan recursos suficientes y posición social
independiente para que puedan cumplir, sin sacrificio para sí y sus familiares, los
deberes que trae consigo el carácter de masón; hombres que se conduzcan moral
y decorosamente, no sólo en la Logia, también fuera de ella; hombres que sean
ejemplos vivos de civismo y moralidad.

La Masonería por su organización perfecta y el masón por sus procedimientos,


deben ser modelos para la sociedad civil y para el ciudadano.

En cuanto a tradición y Masonería, podemos decir que la palabra tradición es


de origen latino y significa la acción de entregar o presentar, pero esta traducción
no comprende el aspecto psicológico del concepto. La tradición es una noción de
estatutos, doctrinas y principios éticos de los pueblos, noción opuesta a la historia
escrita; y transmitida por comunicación oral a la posteridad.

La tradición posee una fuerza sugestiva que está fundada en su efecto


simbólico a la entidad popular. Las bases de la Masonería eran claras y unívocas, y
descansaban sobre las tradiciones de las costumbres de los antiguos picapedreros.

En relación a la Doctrina Masónica, establece que nuestra Augusta Orden en


cuanto su acción bienhechora: no inculca dogmas, no catequiza ni adoctrina, por
el contrario, estimula espíritus libres que se llenen de curiosidad y elaboren sus
propias respuestas.

La Masonería encierra toda una doctrina de perfeccionamiento moral; sus


principios son buenos para todo ser humano, y los masones no debemos ejercer
el mando a espaldas de estos fundamentos rectores, ya que nos constituiríamos
en detentores de autoridad ilegitima. La Doctrina Masónica es una esperanza
nueva para los pueblos decaídos en su motivación, ella contiene los elementos
esenciales para transformar a los actores y a sus actos. Contiene la esencia para
que el hombre se realice en sus postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

La Masonería invita al trabajo de pensar –sistemática y ordenadamente,


silenciosa y sencillamente, moderada y perseveradamente, constructiva y
productivamente-. Nos invita a ser sinceros y fervorosos, leales, firmes y
constantes en el estudio. En el cultivo y en la práctica del Arte Real. Este Arte
permanece como patrimonio de los hombres libres y de buenas costumbres,
este Arte, hoy por hoy, requiere de elegidos, hombres a quienes llama la noble
e importante Institución en la que estamos voluntariamente incorporados, para
vivir una utopía-realidad con la cual mantener lo humano entre los hombres de
este tiempo.

La Doctrina Masónica es una doctrina para la vida, y en sus 33 Grados produce


una interacción entre el hombre y su circunstancia, para que los actos humanos no
se desvíen del pensamiento y de la palabra.

La Masonería desde su nacimiento en 1717, hace casi tres siglos, viene


difundiendo su concepción humanista mediante sus principios o ideario de
libertad, igualdad y fraternidad, junto a su lucha por la justicia, la tolerancia y
respeto por la persona humana, a todos los hombres y todos los pueblos de la
tierra. Así mismo, la concepción humanística del hombre se pone en evidencia
en las características del masón: hombre noble, vida honrada, franco, cortés,
generoso, padre amante, buen esposo, odio a nadie, miedo a nada, de la virtud
defensor, sostén de la libertad, siervo de la caridad, compañeros del dolor,
refractario al fanatismo que en la falsedad se inspira, verdugo de la mentira y juez
del oscurantismo. Adora al G:.A:.D:.U:. y a sus seres, y es además de todo eso,
sacerdote del progreso y esclavo de sus deberes.

La palabra doctrina, tiene un significado importante y que los masones


debemos tener presente, en este sentido, el Diccionario Filosófico de la Sociedad
de la Filosofía francesa, de A. Lalande, establece que Doctrina en su sentido
primitivo significa enseñanza y agrega: “…lo que se enseña; lo que se afirma
que es verdadero en materia teológica, filosófica o científica; pues este término
implica siempre la idea de un cuerpo de verdades organizadas; solidarias y hasta
por lo general unidas a la acción; no una aseveración aislada o de pura teoría
“ciencia y doctrina tienen fines diferentes: la una comprueba y explica, la otra
juzga y prescribe”

Desde este punto de vista la Masonería posee Doctrina:

1) Es Doctrina Masónica: creer que los valores del espíritu son los que
deben orientar la vida humana.

2) Es Doctrina Masónica: luchar porque la Justicia, la Libertad y la


Tolerancia, sean valores a los que todos los hombres tengan derecho y que deben
ser respetados.

3) Es Doctrina Masónica: el anhelo constante de superación que debe


caracterizar a todo auténtico masón; es la razón de que se nos elija en el mundo
profano y después se nos inicie.

4) Hay Doctrina Masónica en la recomendación que se nos hace de que las


enseñanzas recibidas deben determinar nuestra acción, luchando porque lo que
hoy es un ideal, mañana sea una realidad.

Para muchas personas Doctrina significa una colección de preceptos a los


cuales deben ceñirse sus adeptos. Para los masones esta afirmación no es válida,
porque sería desconocer el dinamismo de las ideas creadoras, que no se encuentran
sujetas a dogmas fijos.

No, la Doctrina Masónica, al igual que la cultura humana, se enriquece con los
aportes y experiencias de las diversas épocas. Lo anterior significa que el masón
de hoy tiene en muchos aspectos, una visión diferente de la que tenía el masón del
pasado, pues debe “adaptarse a las evoluciones sucesivas de la humanidad”, como
dicen nuestros rituales.

Ello significa, que sólo necesitamos practicar constantemente la doctrina


de nuestra Orden; ella debe estar presente en cada uno de nuestros actos, que
no haya discrepancias entre lo que decimos y lo que hacemos, proyectando en
todo momento las cualidades de Buen Masón, ser ejemplo a seguir por los que
se van incorporando, constituyéndonos en Baluarte de los Principios y Doctrina
Masónica. Los principios que caracterizan la Doctrina Masónica son: Libertad,
Igualdad y Fraternidad; Juramento, Secreto y Silencio; Sabiduría, Fuerza y
Belleza.

El Arte Real: es importante introducir este tema en este punto del trabajo,
porque la Masonería, sus principios y Doctrina están relacionados con la noción
de Arte Real, que sugiere un conjunto de conceptos tales como Expresión del
Alma y del Espíritu, Amor, Acción, Belleza, Armonía, Equilibrio, Sabiduría,
Catedrales, Permanencia, Arquitectura, Excelencia, Nobleza, Gobierno Superior,
Objetivos y Dirección, Poder, Libertad, Religión, Dios, en fin un conjunto muy
amplio de conceptos e ideas que reunidos constituyen la Orden Masónica. Hablar
de Arte Real es, en consecuencia, hablar de la Masonería.

Del Diccionario Enciclopédico Abreviado de la Masonería, de Lorenzo Frau


Abrines se dice del Arte Real: “Título que se da a la Masonería para conmemorar
el apoyo que le dieron los monarcas antiguos a las corporaciones de obreros, de
las cuales se cree que ha nacido la Orden. Se la denomina también así porque
sus símbolos se derivan de los actos del Rey Salomón y, por otro lado, porque el
Rey de Prusia Federico II la organizó y protegió en la parte referente a los altos
grados. El Gran Oriente de Francia, el 27 de diciembre de 1774, substituyó la
denominación de Arte Real por el nombre de Orden Masónica.” Otra fuente cita
“…que la Francmasonería se llamó por primera vez el Arte Real en 1693, cuando
Guillermo III, de Inglaterra, fue iniciado en sus ritos.” También se indica que
la Francmasonería se denomina como Arte Real, “…porque su objeto es erigir
edificios majestuosos y, especialmente, palacios y residencias de los reyes.”

¿Qué es la Gran Logia?

La Gran Logia es una organización que debe cumplir con los siguientes
principios:

a) Legalidad: Su fundación se realiza de acuerdo a las leyes y tradiciones de


la Orden, legitimando su origen con signos de pureza;

b) Jurisdiccionalidad: Tiene poder o derecho para juzgar, ejercer autoridad


sobre las Logias a ella adscritas;

c) Territorialidad: Su jurisdicción comprende un territorio perfectamente


delimitado o bien, territorios abiertos donde no exista otro poder masónico;

d) Constitucionalidad: Su gobierno y funcionamiento lo rige una Ley y un


Estatuto soberanamente establecido;

e) Universalidad: Es reconocida universalmente como Potencia y está


adscrita a Organizaciones Masónicas regionales o mundiales, las cuales le
confieren esa condición;

f) Centralista: En ella están concentrados los poderes Legislativo, Ejecutivo


y Judicial, cuyo ejercicio determinan sus atribuciones legales, y

g) Adhesión e irrestricto acatamiento: A los Antiguos Límites, Usos y


Costumbres de la Orden que regulan el funcionamiento de las Corporaciones
Simbólicas Regulares del Mundo.
Normas de Regularidad y Reconocimiento

La Regularidad es el fundamento indispensable que ha permitido a la


Masonería el desenvolvimiento filosófico y espiritual que la caracteriza. En el
criterio de selección de esos principios, figuran antiguos preceptos que se señalan
como fuente de Derecho Masónico.

Distintos autores definen la Regularidad como un sistema orgánico


condicionado por “…leyes inmemoriales transmitidas de edad en edad, cuyo
origen se ignora y nadie tiene derecho a modificarla”.

En la Literatura Masónica también se denomina regla o norma; estas leyes


fundamentales son escritas u orales. Son orales los Rituales y Símbolos de la
sociedad; escritas, las seis leyes que figuran en la Constitución de Anderson de
1723.

Sostienen los estudiosos de la Masonería, que los Principios que establecen


la Doctrina de la Orden admiten la creencia de todos los hombres amantes de la
Humanidad y del progreso unidos por rectitud de criterio y buena voluntad.

Pese a ser una noción conocida el concepto de regularidad, conviene recordar


que deriva del Latín regularis, y éste de regula, que no significa otra cosa que
regla, es decir, aquello que se conforma exactamente con la norma prevista.

En la Masonería se interpreta por regular, lo que se ajusta a la regla, ley, uso


y prácticas establecidas en ella. El principio de la legitimidad, equivale al de la
regularidad y en algunos países el uso y la costumbre tienen fuerza de ley, en lo
que se refiere a las fuentes del derecho que rige a la Masonería.

Es indudable que la existencia de estos principios constitutivos, base de la


Orden, es universalmente aceptada y establecen una regla jurídica de carácter
inalterable e irrevocable que toda autoridad masónica está obligada a conservar
y mantener. Por consiguiente, se deduce de su propia organización, que los
elementos jurídicos y filosóficos organizan la existencia de las Potencias
Masónicas establecidas legítimamente.

El 4 de septiembre de 1929, la Gran Logia Unida de Inglaterra aceptó la


siguiente Declaración de Principios Básicos para el Reconocimiento de Grandes
Logias:

Principios Básicos para el Reconocimiento de una Gran Logia

1. Regularidad de origen: esto es, que cada Gran Logia deberá haber sido
establecida legalmente por una Gran Logia debidamente reconocida o por tres o
más Logias regularmente constituidas.
2. Que una creencia en el G.A.D.U. y Su voluntad revelada será un requisito
esencial para la admisión.

3. Que todos los Iniciados prestarán su Juramento sobre o en completa


presencia del Libro de la Ley Sagrada abierto, por el cual se significa la revelación
de lo Alto que liga la conciencia del individuo particular que se Inicia.

4. Que los afiliados de la Gran Logia y de las Logias individuales serán


exclusivamente hombres, y que cada Gran Logia no tendrá relaciones masónicas
de clase alguna con Logias Mixtas o con cuerpos que admiten mujeres como
miembros.

5. Que la Gran Logia tendrá jurisdicción soberana sobre las Logias bajo
su gobierno; esto es, que será una organización responsable, independiente, con
gobierno propio con autoridad exclusiva e indiscutible sobre la Orden o Grados
Simbólicos (Aprendiz, Compañero y Maestro Masón) dentro de su jurisdicción; y
no estará sujeta en modo alguno a dividir tal autoridad con un Supremo Consejo
u otra Potencia que reclame dominio o inspección sobre aquellos Grados.

6. Que las Tres Grandes Luces de la Francmasonería (a saber, el Libro de la


Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás) estarán siempre expuestas cuando la Gran
Logia o sus Logias subordinadas estén trabajando, siendo la principal de aquéllas
el Libro de la Ley Sagrada.

7. Que la discusión de religión o de política dentro de la Logia será


estrictamente prohibido.

8. Que los principios de los Antiguos Límites, costumbres y usos de la


Orden serán estrictamente observados.

La Gran Logia de la República de Venezuela es Regular, desde hace más


de ciento cincuenta años. Como consecuencia de las alteraciones políticas que
tienen lugar en la Gran Colombia, en el año 1830 Venezuela se declara Nación
Libre e Independiente, dándose una Constitución y leyes bajo cuyas bases ejerce
su Soberanía. Este hecho influye en la Orden Masónica, pues, consolidada la
República, garantizada la estabilidad de sus Instituciones, un 9 de septiembre de
1938, la M:.R:.G:.L:., por unánime votación de sus miembros, representantes de
todas las Logias existentes en el Territorio de Venezuela, acuerda: Primero: “Que
la M:.R:.G:.L:. fundada y establecida en Caracas, antes del G:.O:. de la República
de Colombia, es y debe ser considerada como de la República de Venezuela,
declarándose desde este en actividad y en toda la plenitud de autoridad y facultad
simbólica, según le conceden los Estatutos Generales”; Segundo:…; Tercero:…;
Cuarto: “Que se dirija a una Gr:. PI:. circular en este acuerdo a los GG:. OOr:.
de los Estados Unidos de Norte América, de Francia e Inglaterra”, en esa misma
reunión se elige el cuadro de Grandes Funcionarios. El documento, copia fiel
del Acta Original reposa en el Gran Templo Masónico, y está registrado en la
Oficina Subalterna del Primer Circuito de Registro del Departamento Libertador
del Distrito Federal.

De lo anteriormente expuesto se deduce la legalidad y legitimidad de la


Constitución de la G:.L:. de Venezuela, queda perfectamente establecida su
territorialidad, todo el territorio de Venezuela, el cual al ser ocupado legalmente
por un Cuerpo Masónico Regular y reconocido no puede en él establecerse otra
Potencia Masónica, de ser así, ésta última se considera irregular y clandestina y
violará los Tratados Masónicos Internacionales (Laussana 1875, Bruselas 1907
y Washington 1912). Su jurisdiccionalidad sobre los TTall:. Masónicos en él
constituido o por constituirse, de acuerdo al Ordenamiento Legal (artículos 2, 3
y 25 de la Constitución Masónica), cuestión ratificada por la G:.L:. el 01.01.52
al declarar su “su Jurisdicción Masónica, Simbólica exclusivamente, no está
compartida con ningún Cuerpo Masónico de ningún Rito”. Su universalidad
está asegurada al ser reconocida desde hace más de cien años, como autoridad
legítima y única del Simbolismo en Venezuela, por todos los Cuerpos Masónicos
del Mundo legalmente incorporados a la Francmasonería Universal. Su gobierno
centralista está previsto en los artículos 26 y 56 de la Constitución. Su adhesión
e irrestricto acatamiento de los Antiguos Límites, Usos y Costumbres de la
Orden está ratificada en Declaración de la G:.L:. de fecha 01.01.52. Luego la
G:.L:. de Venezuela es Potencia Masónica Regular; las Logias Simbólicas a ella
jurisdiccionadas, son Regulares y sus Miembros, Masones Regulares.

¿Qué es una Logia?

La palabra Logia, deriva del sánscrito Loka o Loga que significa Universo. La
Masonería es una Institución Universal que trabaja y desarrolla su humanitaria
labor en el mundo entero. Los locales donde se reúnen sus miembros llevan el
nombre de Logias y sus integrantes representan simbólicamente a los ciudadanos
del Universo.

En este sentido, las dimensiones de una Logia son: su longitud de Oriente a


Occidente, su ancho de Norte a Sur y su profundidad del Cielo al centro de la
Tierra.

La Logia Justa y Perfecta está constituida por siete Maestros Masones


regulares y el documento que le expide la Gran Logia de la cual depende, se llama
Carta Patente. La Masonería, así como la Tierra recibe la luz del Sol, toma la luz
de la Verdad que surge del conocimiento de Sí mismo. Cada una es por sí mismo
un mundo y todos los hombres que pueblan el Infinito obedecen a una misma
Ley, por eso se dice en la Orden que son Hermanos, título fraternal con que se
distinguen sus Miembros.

Los Masones trabajan en la construcción de un Templo Moral, y para ello han


consagrado el principio de la Virtud y de la Ciencia, bajo los auspicios del Gran
Arquitecto del Universo. El trabajo del Aprendiz Masón consiste en desbastar la
Piedra Bruta, lo que significa tratar de dominar sus pasiones y perfeccionar su
Espíritu.

La Logia y el Hombre están relacionados íntimamente. Las tres Columnas


Simbólicas que sostienen la Logia, representan: el V:.M:. la Sabiduría, o sea, la
inteligencia creadora que concibe y manifiesta interiormente la idea del Gran
Arquitecto del Universo; el Primer Vigilante la Fuerza, aquella fuerza volitiva que
trata de realizar lo que la Sabiduría concibe, y, el Segundo Vigilante la Belleza, es
decir, la armonía del plan justamente realizado. Estas tres facultades se encuentran
dentro del hombre.

Libertad – Igualdad – Fraternidad: la primera, simbolizada por la Plomada y


que se refiere a la liberación de la ignorancia, del vicio, del error y de las pasiones
que degradan y embrutecen al hombre; la Igualdad, que corresponde al Nivel
y nos enseña la Unidad Fundamental de todos los seres con los principios de
Equidad y Justicia, y, la Fraternidad, simbolizada por la Escuadra, es la Unión de
los dos principios anteriores que nos hacen sentirnos hijos del mismo Padre, el
Gran Arquitecto del Universo.

La analogía de la Logia y el Hombre continúa, considerando que: el Venerable


Maestro simboliza la cabeza; las dos Columnas, que se encuentran en el Occidente,
las piernas y, al mismo tiempo, la dualidad; el Ara, representa el corazón; el
Orador el poder del Verbo en el hombre; el Secretario, la memoria que acumula,
ordena y archiva todas las experiencias recibidas por el cuerpo humano; la Carta
Constitutiva indica la sucesión de la Verdad en el hombre; el Pavimento Mosaico,
la diversidad y, también, el engaño de nuestros sentidos por la ignorancia,
haciéndonos concebir el bien y el mal como algo real, siendo productos solamente,
de nuestros pensamientos; el Compás, simbolizando la Intuición, y, la Escuadra, la
Razón; asimismo, el Compás, la Sabiduría Interna; la Escuadra, el Conocimiento
Externo: el Cincel, la Inteligencia; el Mazo, la Voluntad.

Nuestros Templos también representan algo, el Universo que nuestra Orden


ve como un conjunto de símbolos. El Templo Masónico se encuentra orientado
de Oriente a Poniente, en la dirección de la luz; los sitiales, destinados a quienes
ocupen los cargos y el hecho de que estén situados en determinados lugares,
representan también algo esencial. El mosaico de cuadros, que en algunos
templos cubre todo el piso y en otros sólo la parte que rodea el Altar Central –
cuadros que son blancos y negros- representa alternativamente al día y la noche,
el sueño y la vigilia, el trabajo y el descanso, etc., es decir, las contrariedades y
contradicciones que hay en las alternativas de la vida. En la parte de arriba de
los Templos Masónicos hay una cadena, la Hermandad; el mandil, sin el cual
no es permitido entrar al Templo una vez abiertos los Trabajos con Ritual, está
hecho con piel de cordero y representa al trabajo, aunque no sea éste considerado
meramente físico, destinado a pulir la piedra bruta. Empuñando el Cincel, que
representa el pensamiento y la inteligencia, al empuñarlo y dejar caer enseguida
sobre él Mazo –símbolo de la fuerza- se desbasta la piedra bruta, mostrando así la
decisión para nuestra propia búsqueda de la Verdad.

Cuando observamos por algunos momentos cualquiera de los Símbolos


Masónicos, la inteligencia se nos despierta y se nos ensancha grandemente a
su alrededor y nuestra imaginación vuela hacia esferas de mayor interés y de
más grandes posibilidades, así como los artesanos de la Edad Media, al mirar
cualquiera de sus instrumentos de trabajo, seguramente asociaban la idea de la
grandeza de la obra en cuya realización o construcción estaban ellos colaborando
oficialmente. Así también en la vida diaria, en la vida del Masón, o sea, en
esta enorme construcción que es la vida de cada uno, se edifica cada día con la
ayuda de pequeños elementos, pequeños detalles, de cosas que a primera vista
parecen muy pequeña, pero que aplicadas a la práctica y completadas con nuestra
constancia y lealtad, forman ese cúmulo de virtudes, que nos orientan y nos guían:
tolerancia, franqueza, bondad, caridad, tenacidad, prudencia, serenidad, etc., casi
inaprehensibles si las tomamos aisladamente, pero al considerarlas en conjunto,
son de tan grande importancia en la formación y crecimiento espiritual de toda la
personalidad.

La Masonería nos da éstos y muchos otros Símbolos, cuya traducción


verdadera se encuentra en nosotros mismos, para llevarnos a la unificación con
el Gran Arquitecto del Universo y poder cumplir el plan terreno de Libertad –
Igualdad – Fraternidad.

¿Qué es una Tenida y Cuáles son sus tipos?

La Tenida es una reunión ordinaria de Masones, tipo asamblea, que se realiza en


un local especial llamado Logia. Hay Tenidas Ordinarias y Tenidas Extraordinarias.
Las Ordinarias son las establecidas por la Ley y las Extraordinarias, son reuniones
especiales que se convocan con un objeto o propósito específico, que debe ser
descrito en la convocatoria. En el artículo 207º de los Estatutos Generales de la
Gran Logia de la República de Venezuela, se establece: “En la plancha de citación
para una Tenida Extraordinaria se expresará siempre el objeto de su convocatoria,
y los Talleres no podrán ocuparse en ningún asunto extraño a aquel para el que
han sido resueltas.

Las Tenidas Ordinarias son las que se realizan regularmente. Los Estatutos
Generales de la Gran Logia de la República de Venezuela, en su artículo 203º,
expresa: “Las Tenidas Ordinarias de las Logias serán cuatro cada mes. La primera
y tercera en Grado de Aprendiz, la segunda en el Grado de Compañero, y la cuarta
en el Grado de Maestro en Cámara del Medio”.
¿Qué es un Venerable Maestro?

El Título de Venerable Maestro es de origen francés y se emplea para designar


al Presidente o Primer Dignatario de las Logias Simbólicas en Francia, países
latinoamericanos y algunos otros.

Los ingleses denominan al Primer Dignatario del Taller simplemente como el


“Maestro de la Logia”.

La Constitución de Anderson de 1723, señalaba las altas condiciones que debía


reunir el Maestro de la Logia. Este Documento exponía hace casi trescientos años,
además de las circunstancias materiales relacionadas con su honorabilidad, no
debía elegirse para este cargo a un Hermano, fundándose en su antigüedad, sino
mirando sus méritos.

Una de las restricciones ineludibles era haber desempeñado con anterioridad


el cargo de Vigilante, requisito que nos parece acertado, por cuanto la misión del
Venerable Maestro es, por esencia, docente; debe ejercer una docencia al más alto
nivel, basándola tanto en sus profundos conocimientos de la Masonería, como en
su ejemplo didáctico, puesto de relieve en cada uno de sus actos.

Nos atreveríamos a agregar a esa valiosa cláusula estipulada en la Constitución


de Anderson, la formalidad de haber desempeñado el cargo de Secretario; porque
a su tarea docente debe el Venerable Maestro sumar un cabal conocimiento del
rodaje interno de su Taller.

Tradicionalmente es Venerable Maestro quien es digno del respeto propio y


ajeno, gracias a su sólida reputación, reconocida autoridad y virtud, adquiridas
por la madurez de su pensamiento, por su saber y equilibrado juicio.

Las cualidades que debe poseer el Hermano Venerable Maestro, se inician


con la práctica de los más elementales deberes de un Masón cualquiera. Éste
tiene la obligación de estudiar sin descanso para saber enseñar. Su labor de
aprendizaje debe ser permanente –al igual que la de todos los masones-, pero
en su caso particular será más acentuada, más profunda, porque de él se espera
todo; la palabra sabia, el ademán del Maestro, la acción ejemplar, la fraternidad
sublimada.

Los Maestros intuimos –desde el mismo momento de la Iniciación- al


Hermano que al correr del tiempo, empuñará el Mallete Rector; su preocupación
por perfeccionarse es constante y aumenta a medida que el Hermano asciende; su
asistencia es notoria en todas las reuniones del Taller; siempre se le ve trabajando,
con modestia y en silencio en alguna labor masónica –porque siempre hay tareas
masónicas por realizar-; interviene en los debates con ideas singulares que
destacan, sin petulancias, su personalidad; evita las generalizaciones apresuradas,
sabe escuchar y sus afirmaciones conllevan el justo equilibrio de quien capta
y conoce la relatividad de los valores temporales; es respetuoso sin ser servil;
discreto sin ser retraído; curioso sin ser intruso; demuestra esa estabilidad que,
consolidándose en el tiempo, afirma la individualidad integrada al grupo, y forma
un Maestro ponderado, capaz de inspirar confianza a sus Hermanos.

Este esperar actuando, este obedecer activo, esta colaboración permanente y


positiva, son las condiciones que han llevado siempre a un Maestro a iluminar
su Taller con el brillo singular de una Luz de Primera Magnitud. Haber sabido
obedecer con disciplina es razón principalísima que permite a un Venerable
Maestro mandar posteriormente con justicia.

El Hermano que dirige una Logia, debe haberse impregnado de Doctrina


Masónica en su paso por las Cámaras de Instrucción, e independientemente y sin
descanso desde el momento mismo en que fue exaltado; nada de lo que concierne
a la Orden le será desconocido; su historia universal y nacional; el derecho y la
jurisprudencia a través de las Constituciones, Reglamentos y Códigos que han
regido nuestras actividades; la filosofía y valores de la Masonería ocuparán lugares
destacados entre sus conocimientos. Además, debe ser un virtuoso en la ejecución
espontánea de todas las prácticas rituales de la metodología institucional interna,
para lo cual es indispensable que haya ejercido, previamente en Logia, la mayor
parte de los cargos de trabajo. Por estos dos caminos habrá aprendido a pensar y
hacer, elementos que después le serán útiles para enseñar y gerenciar.

El Maestro que se elija para tan importante cargo, ha de contar con el aprecio y
simpatía de todas las Columnas del Taller, por sus dotes de fraternidad, solidaridad
y preocupación permanente por los problemas “individuales” de cada uno de sus
Hermanos. Haber demostrado en el transcurrir de sus años Iniciáticos –más que
con palabras, con hechos-, su afán de ser útil al Taller y su real disposición para
ayudar en cualquier misión, sin que se le busque para que la desempeñe, sino
porque él mismo, por idea propia, ha ofrecido su persona, demostrando poseer
capacidad para servir, y en consecuencia, madurez masónica para dirigir a sus
Hermanos.

Sin embargo, su integridad vital no estará completa si se limita a desarrollar


su persona únicamente dentro de los conceptos masónicos. El Venerable Maestro,
tiene la premiosa urgencia de conocer con amplitud el mundo profano en todos
sus aspectos. Las nuevas corrientes del pensamiento; los avances científicos y
tecnológicos; la orientación de la política contingente y de la economía de los
países; las manifestaciones del arte y la literatura serán incorporadas cada día
al acervo de cultura de un Venerable Maestro. En algunos de estos movimientos
humanos deberá tomar participación activa, para que el conjunto de su persona
esté siempre impregnado de sensibilidad social.

El asilamiento de ese mundo grande, del cual forma parte nuestro grupo social,
podría tener peligrosas resonancias negativas para el organismo que dirige, cuyos
componentes viven la mayor parte de su tiempo fuera del Templo.
La quietud que el Venerable Maestro provoca en el primer golpe de su Mallete
y la invocación “Silencio en Logia” no implica desprenderse de la realidad
vivencial, para entrar en un nirvana de ensueño, sino el inicio de una tarea de
perfeccionamiento individual y de renovación de energías para emprender, fuera
del Templo, las tareas humanas con más solidez, fuerza y vigor. Reforzar esa
solidez, remozar esa fuerza y aumentar el vigor de sus Hermanos es quehacer
genuino de un Venerable Maestro.

Como padre de familia consciente de su responsabilidad, tratará siempre de


procurar el bienestar de sus hijos espirituales, usando su buen sentido y los métodos
que la experiencia masónica aconseja para obtener la convivencia fraternal,

Excluida la dureza excesiva para llamar la atención, sancionará con prudencia


aquellas actitudes reñidas con nuestros principios éticos; su censura será directa,
parca y, en lo posible, privada, procurando no lesionar las fibras íntimas y sensibles
de la personalidad de su Hermano; pero jamás llegará al extremo de aparentar
ignorancia o de soslayar, por exceso de complacencia, aquellas faltas contra la
recta conducta masónica que es su deber cuidar celosamente.

También actuará de forma mesurada al otorgar honores, agradecer servicios o


felicitar a cualquiera de sus Hermanos. Colocado en un justo término medio, la
ponderación acompañará las actitudes del Venerable Maestro, como si formara
parte de su cuerpo biológico.

Los Hermanos del Taller no son, durante su mandato, ni sus amigos ni sus
enemigos, sino simplemente sus Hermanos, a quienes otorgará trato justo,
igualitario, constante y afectuoso, sin exclusivismos, excepciones ni favoritismo.

El Venerable Maestro vive preocupado de sus deberes. El invierno o


verano, de día o de noche, en la calle, su hogar, en la Secretaría o en el Templo,
en el ágape fraterno o en el cine, durante un año cada una de sus horas tiene
minutos masónicos. El cumplimiento del programa de trabajos, la tramitación de
expedientes, el financiamiento del Taller, la salud de los Hermanos, su situación
material y espiritual, la conservación y acrecentamiento de la fraternidad, la
evaluación del cumplimiento de las labores de cada uno de sus Oficiales, la
inquietud que provocan los fenómenos transitorios o la política contingente entre
Columnas, y muchos otros aspectos de la vida cotidiana, son el condimento
usual de sus reflexiones, sus proyectos, sus decisiones, en sus horas de soledad.
Nosotros recordamos, poco antes de la Tenida, que debemos llegar al Templo
esa noche, mientras el Venerable Maestro ha desvelado muchas de “sus” noches
en procura de la solución para un asunto de su Logia o relacionado con algún
Hermano, problema que sólo él conoce a fondo.
Ese estrecho contacto con sus Hermanos lo conduce a estudiar la personalidad
de cada uno, a conocer su idiosincrasia, a comprenderles, a ofrecerles vigilante
su estímulo cuando lo necesitan o a aminorar sus ímpetus, apartándolos de las
sendas erradas.

La vigilia es su actitud permanente, dentro y fuera del Templo, y la cumple


con serenidad, sin impaciencias, cual un centinela bajo cuyo cuidado hay intereses
valiosos: los de todos y cada uno de nosotros, porque los intereses ajenos deben
tener siempre un valor superior a los otros.

En su sitial lo vemos dueño de sí mismo; posesionado de la importancia


de su rol. Su serenidad otorga confianza a sus Columnas; dirige los debates
con sagacidad y cordura, evitando las controversias inútiles y las discusiones
acaloradas. Es, efectivamente la Primera Luz del Taller.

El Venerable Maestro, equilibrado en su Plomada, es símbolo de imparcialidad,


garantía de justicia y el apoyo espiritual, que todos los Hermanos tenemos el
derecho de solicitar en nuestras aflicciones y contrariedades.

Pero no olvidemos, Queridos Hermanos, que todo este cúmulo de obligaciones,


responsabilidades, deberes, límites y normas no le es fácil de soportar encima,
sino a hombres de excepción, que han hecho de su vida un apostolado gratuito
al servicio de sus Hermanos, de los postulados de la Orden y del progreso de la
Humanidad. El Venerable Maestro resta muchas horas de su descanso familiar
para cumplir su tarea; posterga sus problemas para resolver los ajenos; calla para
mantener la fraternidad; da antes que le soliciten; pide sólo cuando las necesidades
del Taller se lo imponen. En suma, se sacrifica. He ahí el alto precio que paga por
los honores y autoridad que le hemos otorgado.

Por eso, cuando abriguemos, en lo más recóndito de nuestra condición de


masones, la justa aspiración de alcanzar la dignidad de Venerable Maestro,
ambición noble y digna de aplauso, connatural a todo buen Hermano,
culminación lógica de una senda de servicio recorrida con esfuerzo, sacrificios
y sanas intenciones, debemos recordar al Venerable Maestro que, en una tarde
inolvidable de Iniciación, supo prender en nuestra conciencia la convicción de
que la Masonería es un camino apropiado de perfeccionamiento.

Ha llegado entonces, también, el instante de renovar nuestro esfuerzo,


dando más; de imitar al Hermano que desde su elevado dosel, representando a
la Sabiduría, nos invita a ser mejores, y espera que la Belleza y el Vigor de las
Columnas Jóvenes le brinden la única recompensa a que se siente acreedor: la
comprensión y el amor de sus Hermanos.
Prerrogativas del Venerable Maestro

Se entiende por Prerrogativas del Venerable Maestro, el derecho y la autoridad


inherentes que posee en virtud de la posición que ocupa, dándole, como en efecto
le confiere, poderes y privilegios extraordinarios, comparables a los de Presidente
de muy pocas instituciones. En todos los casos su decisión en las cuestiones de
procedimiento es definitiva en la Logia, ya que es un principio establecido (es un
dogma) por la Ley Masónica que no se puede hacer ninguna apelación a la Logia
en contra de una decisión del Venerable Maestro. Sólo la Gran Logia o el Gran
Maestro, puede anular su decisión sobre cualquier cuestión de procedimiento.
(Manual de Dirección del Venerable Maestro, Caracas, diciembre de 1993)

Las Prerrogativas del Venerable Maestro son numerosas, por tanto, en el


presente Manual, se señalarán las más comunes:

1. Convocar la Logia a su discreción.

2. Presidir todas las reuniones de su Logia, regulares o extraordinarias,


cuando esté presente.

3. Llenar todas las vacantes que pudieran ocurrir.

4. Decidir la admisión de visitadores.

5. Controlar y terminar las discusiones.

6. Determinar, (fijar, establecer) todas las cuestiones de procedimiento y el


orden de los asuntos (agenda), a excepción para el Gran Maestro o la Gran Logia.

7. Nombrar las comisiones.

8. Ser el custodia de la Carta Patente.

9. Ordenar la expedición de la convocatoria, requiriendo la asistencia de los


Hermanos.

10. Firmar todos los documentos de la Logia, a excepción de los gastos


presentados por el Tesorero y las donaciones del Hospitalario, que están sujetos a
la aprobación de la Logia.

11. Representar la Logia en la Gran Logia, junto con sus diputados, (cuando
el Gran Maestro convoca las Logias Constituyentes, quien representa a la Logia es
el Venerable Maestro y sus Vigilantes, pero en la Gran Tenida son los Diputados
quienes la representan).

12. Constituye y convoca el Tribunal el Tribunal de la Logia.


13. Autoriza la salida del Templo de cualquier Hermano.

14. Concede la palabra directamente a los Oficiales y a los Hermanos que


ocupan su asiento en el Oriente.

15. Tiene derecho a interrumpir al Hermano que, haciendo uso de la palabra,


falta al Orden o se separa de la cuestión del debate.

16. Hace uso de la palabra sin ponerse de Pie y al Orden.

17. En caso de fallecimiento de algún Hermano de la Logia, tiene la


obligación ineludible de hacer a la familia el sentimiento de la solidaridad
fraternal, preocuparse por su situación y velar porque el Sepelio Masónico, por
voluntad expresa del Hermano desaparecido o con la autorización de la familia,
transcurra con la sobria solemnidad de las prácticas y costumbres masónicas.

18. Es responsable de la conservación de la pureza del Rito y del exacto


cumplimiento de las Leyes Masónicas.

19. El Venerable Maestro es inviolable en su autoridad. A nadie le es lícito


censurarlo.

20. El Venerable Maestro se encuentra más estrechamente ligado, que los


demás miembros de la logia, a visitar a los Hermanos que estuvieren enfermos
o en desgracia, a fin de proveer lo que fuere necesario para su socorro y auxilio;
en su calidad de jefe de familia. No debe omitir sacrificio alguno a favor de los
miembros de su Logia y para mejor prestigio de ésta.

21. Cumple y hace cumplir los acuerdos de la Logia.

22. Concede la palabra y la retira cuando hubiese motivo para ello.

23. Imprime orden a la discusión y la suspende cuando la acritud y el


personalismo hayan reemplazado a la moderación.

24. Suspende la Tenida cuando le sea imposible mantener el orden y la


compostura necesaria.

25. Puede hacer del Templo a cualquier Hermano, si lo desobedeciere


reiteradamente.

26. Designa Hermanos pro témpore, en ausencia de los Oficiales titulares.

27. Nombra comisiones y las preside por derecho propio.

28. Firma las actas, la correspondencia y cargos al Tesorero.

29. Examina mensualmente los Libros que deben llevar el Secretario, el


Tesorero y el Hospitalario.

30. Debe imponerse de la conducta profana de los miembros de la Logia;


exigirles perfecta moralidad y honradez; impedir las intrigas y velar porque reine
la paz y la armonía.

31. Es responsable de la Docencia de los Maestros miembros del Taller.

32. Es supervisor de las Cámaras de Instrucción que ejecutan el 1er. Vigilante


a los Compañeros y el 2do. Vigilante a los Aprendices.

33. Elaborar la Planificación Anual de actividades de la Logia.

34. Instalar su sucesor.

Nunca olvidéis que sólo sois el primero entre vuestros iguales; que vuestro
Taller os observa y que en él no puede existir para vos ni amigos ni enemigos, y
sí únicamente Queridos Hermanos, a quienes debéis solicitud sin preferencias.
Caiga vuestra censura sobre cualquiera, siempre que sea fundada. No veáis en el
desempeño de vuestro alto cargo, sino el honrado cumplimiento de vuestro deber,
con obligado sacrificio de vuestros personales sentimientos afectivos. Estudiad
a fondo el carácter de vuestros Hermanos, conteniendo a unos, estimulando a
otros, atrayendo a todos al más puro Idealismo Masónico. Con calma, previsión y
prudencia, adivinad rectamente la intención y el propósito de todo Hermano que
discute. Suavizad las asperezas y no permitáis que una involuntaria causticidad
coseche explicable resentimiento, o una excesiva lisonja se convierta en estigma
de corrupción y vanidad. Confiamos en que sabréis dirigir a vuestros Hermanos
con la autoridad necesaria, por el sendero de la Verdad, de la Virtud y de la Justicia
y que la base de vuestro gobierno, habrán de ser la Sabiduría, la Equidad y la
Benevolencia.

Estas son, en síntesis, algunas de las obligaciones que debe cumplir y de las
facultades que ostenta un Venerable Maestro. Ellas forman parte de las materias
de Derecho Masónico administrativo que debéis conocer.

Valores y Virtudes que debe poseer el Venerable Maestro

Siglos han pasado desde el hombre de las cavernas hasta nuestros días. Por un
largo proceso de evolución, el hombre, en su convivencia humana, ha dado paso
y preferencia a los valores del espíritu.

Pero no nos engañemos, la historia de la humanidad está colmada de guerras,


cada una de las cuales ha sido más cruel y sanguinaria que la precedente, y a
diario sentimos sobre nuestras espaldas la amenaza de una guerra, nuclear por
ejemplo. Lo que nos obliga a preguntarnos ¿Ha superado el hombre sus instintos
cavernarios? Vemos en el mundo profano como imperan los odios de raza,
antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias; como la opulencia de
la riqueza hace escarnio en la necesidad, de la pobreza; como, en fin, impera un
“canibalismo civilizado”.

Debemos reconocer, que en lo más profundo de nuestro ser espera agazapado,


listo para aflorar en cuanto se den las condiciones favorables, el hombre de las
cavernas, con sus innumerables malos instintos y su cortejo de bajas pasiones.

La Masonería se ha propuesto la más grande tarea, como es la de destruir en


cada uno de nosotros, el ancestro que deviene desde miles de años, para dar paso
al hombre justo, ecuánime y fraternal, que llegue a construir y consolidar una
sociedad de iguales características.

¿Qué nos entrega la Orden para nuestro perfeccionamiento y para buscar la


verdad? Para lo primero, simbólicamente, el Mazo y el Cincel. Concretamente la
práctica de ciertas virtudes, que considera fundamentales. Para lo segundo, nos
despoja de prejuicios, nos induce al estudio y nos indica varios caminos racionales
y científicos para descubrirlos.

Aunque mejor que la práctica de ciertas virtudes, nos enseña el hábito de las
virtudes. Porque la práctica no encierra, necesariamente, una actitud permanente
de ética superior, sino que se debe llegar al hábito de las virtudes para que lleguen
a constituir parte integrante, permanente e indisoluble de nuestra personalidad.

Pero, ¿Qué es la Virtud? Se denomina Virtud, al conjunto de sentimientos


y cualidades morales, que nos conducen o nos enseñan a actuar siempre con
Honradez, con Razón y con Justicia. La Virtud es la fuerza espiritual que impulsa
al hombre a la acción de luz y de verdad, iluminando las tinieblas de las almas
extraviadas para que busquen la senda de la honestidad y del amor.

La Virtud es absoluta, no es posible ser virtuoso a medias, todos los hombres


podemos ser virtuosos, ya que desde nuestro nacimiento nos hallamos dotados
del libre albedrío y con el transcurrir del tiempo vamos adquiriendo la facultad de
discernir sobre el Bien y el Mal.

La Virtud da sabiduría, y la sabiduría es felicidad y es vida. El pensamiento


virtuoso produce acción constructiva, y es a esta acción que reclaman de los
hombres la hora presente, porque cada semejante es un hermano nuestro, es a esta
acción a la que debemos estar todos preparados y es en ella donde está nuestro
desafío, nuestro reto, es a esta acción a la os invito, mis QQ:.HH::; pero debemos
tener presente que no somos jueces sino antorchas, no somos cárceles sino
horizontes, no somos látigos sino ejemplos, como nos recuerdan cada instantes
nuestros rituales.

Mostremos nuestras virtudes para que nos sigan, porque en el corazón del
hombre hay esperanza y la esperanza es el amanecer de nuevas auroras en el
despertar de la existencia humana. Lo que obliga al hombre a cultivar su
inteligencia, desarrollar sus aptitudes y procurarse la mayor suma de bienestar,
brotando el amor a la familia, el amor a la patria y el culto a la libertad, tres
amores que la Masonería quiere conservar, perfeccionar y perpetuar por medio de
la práctica de todas las virtudes de que es susceptible el corazón humano.

La Sabiduría Iniciática nos enseña que cada hombre es un Templo donde mora
la chispa trascendente y nos recuerda siempre la misteriosa unidad existente entre
los seres y el Universo. El Iniciado está obligado a cooperar con el quehacer
evolutivo del Universo y de los seres que le rodean encuadrando sus acciones más
en el dar que el recibir. Los Iniciados de todos los tiempos influenciaron las vidas
de sus pueblos al practicar en cada oportunidad las virtudes esenciales que les
enseñó la Orden Masónica y la escuchamos en nuestra noche de Iniciación, como
son: la Tolerancia. La Caridad y la Fraternidad, que es el inicio de la tríada de
virtudes que vamos encontrando en el camino que nos enseña la Orden Masónica.

La Virtud tiene un campo de acción muy vasto; se puede practicar en cualquier


lugar, en cualquier momento y tanto en las cosas grandes como en las pequeñas.

Nos preguntamos ahora ¿Cuáles son esas virtudes? La respuesta es que son
muchas; la dificultad estriba en la selección de aquellas, sin hacer abstracción
de ninguna. La práctica de todas ellas nos conducirá al luminoso camino de la
perfección. Sin embargo, hay virtudes que consideramos convenientes destacar, y
que presentamos a continuación:

- La Discreción: Debe ser cualidad preponderante en todos los actos de


un Masón. La meditación madura las ideas, las perfecciona, morigera todo acto
impulsivo e invita a una convivencia feliz dentro del medio en que se actúa.
Saludable es ejercitarse en la disciplina del silencio, que nos pone a cubierto
de infidencias, imprudencias y desaciertos. No olvidemos que la concentración
mental sirve para aprender a pensar. Y lo más importante, enseña a pensar bien.

- La Tolerancia: Mucho habréis oído y tal vez escrito sobre este Principio,
que es una de las leyes primordiales de la Orden. Sabemos que por ella nos reunimos
fraternalmente en la paz del Templo, con el superior objetivo de propender a la
felicidad social de la Humanidad. Aunque, debemos reflexionar profundamente
sobre cuándo y en qué momento la Tolerancia se convierte en claudicación de
nuestros principios y convicciones. No debemos permitir, que al amparo de su
magnificencia, se cometan actos delictuosos, o de manifiesta injusticia. En estos
casos, el Masón debe tener el valor de luchar contra el error y el obscurantismo.
El reconocimiento del derecho que tienen los demás para pensar y obrar según
sus sentimientos y según sus convicciones, no nos libera de nuestra obligación de
contribuir a combatir las tiranías y toda esclavitud, liberando así a los débiles y a
los oprimidos del poder mal empleado y peor dirigido.
- La Fraternidad: Esta virtud nos hace llamarnos Hermanos. A su amparo
los vínculos masónicos se hacen fuertes y poderosos y nos impulsa a practicar
la amistad y la comprensión. Pero nada sacamos si al llamarnos Hermanos, lo
hacemos sin emitir ningún contenido emocional y no nace en los más puros
sentimientos de amor, comprensión y sinceridad. Nada sacamos tampoco si la
Fraternidad sólo la practicamos dentro de la Logia. Este sentimiento debe volcarse
con generoso cauce al mundo profano, porque el Masón tiene la obligación de
realizar el sueño de la Fraternidad Universal entre todos los hombres. Aunque
esto parezca utópico, no nos neguemos el placer de impulsar su advenimiento.
Reinando la paz y el amor sobre la faz de la Tierra, la Humanidad habrá cumplido
su más anhelada esperanza.

- La Caridad: Recordemos que en nuestra Iniciación el V:.M:. nos dijo que


la Caridad es la virtud que más aprecia nuestra Orden. ¿Por qué es la Caridad la
virtud que más aprecia la Masonería? Es así porque la Caridad comprende toda la
actitud fraternal que debe observar un Masón.

- La Solidaridad: Esta virtud nos lleva a desprendernos definitivamente


de egoísmos como nos enseña la Orden, mostrando nuestra entereza y capacidad
para actuar adecuadamente ante el infortunio, abriendo una ancha vía para la
felicidad colectiva. Nosotros no podemos desoír la inspiración de la Solidaridad;
es nuestro deber como miembro de la especie humana, es nuestra obligación
como seres sensibles y es nuestra natural función como Masones. Si acudimos
generosos y prontos a aliviar el dolor y no nos queda otro sedimento que la
satisfacción del deber cumplido, actuamos masónicamente. No otra satisfacción
o recompensa debemos esperar, que comprobar que nuestra mano tendida, hizo
menos angustiosa una necesidad o sirvió para trocar una amargura en felicidad.

- La Prudencia: Es la virtud que induce al hombre a hacer proceder todas


sus acciones de una reflexión madura basada en el buen sentido, en el juicio y la
previsión. Antes de obrar el hombre prudente examina el orden y el método que
debe seguir, los medios que están a su disposición y el momento que es necesario
elegir para poner manos a una obra. La prudencia nos enseña a distinguir el bien
del mal, nos pone en guardia contra las seducciones de las formas deslumbrantes
y atractivas, nos hace descubrir los peligros más ocultos y nos hace hábiles para
vencerlos.

- La Moderación: Es la virtud que nos enseña a reprimir nuestra conducta,


evitando juzgar u obrar al primer impulso; se muestra también en nuestro
lenguaje, es decir, en la forma de expresarnos, según nuestro estado de ánimo.
El que se deja arrebatar por la primera impresión y, en consecuencia, se apresura
a juzgar y obrar, fácilmente puede exagerar los acontecimientos, darles una falsa
interpretación y comprometer su dignidad personal y sus propios intereses. La
Moderación obliga a reflexionar, presenta los hechos bajo su verdadero aspecto,
los reduce a proporciones reales y nos precave de confundir las cosas y de tomar
medidas inoportunas. La Moderación es interior y exterior. La interior reprime
nuestras pasiones y contiene los impulsos de nuestro corazón, que podría
hacernos franquear los límites de lo justo y de lo honrado. La exterior arregla
los movimientos de toda nuestra persona, impide que la indignación y la cólera
nos lleven a cometer acciones injustas, groseras e intempestivas. La Moderación
refrena nuestros deseos, nuestras palabras y nuestras acciones, manteniéndonos
en los límites de lo conveniente.

- La Paciencia: Es la virtud por la cual oponemos una gran serenidad a los


diarios inconvenientes de la vida. Es lo contrario de la violencia del temperamento,
y los que con frecuencia se dejan arrastrar por su carácter a deplorables excesos,
deben hacer esfuerzos constantes por adquirirla. La Paciencia es indispensable
para conseguir en poco tiempo, educar e instruir a los hombres; es muy necesario
para obtener resultados más grandes en los diferentes trabajos que durante nuestra
vida llevamos a cabo.

- La Modestia: Es una virtud que tiene por objeto precavernos de todo


exceso de orgullo. Aquel que no hace alarde de sus títulos, de sus diplomas o de
sus riquezas, entre otros, aumenta su mérito. Dejar en las sombras las cosas que
nos conciernen personalmente, no envanecernos de nuestra erudición, evitar que
la conversación recaiga sobre asuntos poco familiares a la mayoría de la sociedad
o grupo; he aquí la característica de un hombre prudente y modesto. El que obra
de otro modo, pasa tal vez por un hombre instruido, pero se le considera poco
generoso, poco modesto, pobre de espíritu y vanidoso.

- La honradez: Es la virtud que nos hace evitar toda acción, toda palabra
contraria al deber, al honor y a la justicia. Una persona deja de ser honrada cuando
no paga a sus acreedores lo que les debe; el honrado debe saber arreglar sus gastos
según sus recursos. Toda persona que se precie de honrada, busca la proporción
entre sus ingresos y sus gastos.

- La Probidad: Es la virtud que supone tener firmeza y constancia en el


respeto a los derechos de otro; así como la costumbre de dar a cada uno lo que le
pertenece. La Probidad en sí, es la práctica asidua de la honradez.

- La Integridad: Es la virtud que consiste en el cumplimiento riguroso


de nuestros deberes, sin dejar que alguna vez pueda ponerse en duda nuestra
fidelidad. En el desempeño de funciones administrativas y financieras debemos
vigilar que nuestras manos no retengan, ni involuntariamente, la menor partícula
de polvo. La integridad nuestra debe estar al abrigo de toda sospecha, a fin de
exponernos al ataque de los ignorantes o de los mal intencionados.

- La Lealtad: Es la virtud que consiste en cumplir fielmente la palabra, en


no prometer jamás sino lo que se puede dar, y en desempeñar escrupulosamente
sus deberes delante de todo el mundo. La Lealtad es la base de toda perfección
natural, es la rectitud, la veracidad y la legalidad en toda acción.
- La Sinceridad: Es la virtud que consiste en expresarse siempre con
sencillez y declarando cosas que absolutamente sean verdaderas, sin dejarse
influenciar por el amor propio. Por esta virtud se nos impide atribuirnos falsamente
el mérito de alguna acción, cuyo pensamiento no hemos concebido; ella nos incita
a sacrificar todo en beneficio de la verdad, que es la base fundamental del orden
social.

- La Franqueza: Es la virtud que consiste en decir siempre la verdad,


aunque ésta pueda herir el amor propio de la persona a quien se le dice. Se puede
ser franco sin llegar a la aspereza o a la brutalidad, únicamente presentando o
diciendo la verdad con oportunidad, sin faltar a la urbanidad y a la decencia, y a
la prudencia y la moderación.

- La Benevolencia: Es la virtud que nos hace desear el bienestar, el


contento y la dicha de nuestros prójimos, fuera de toda esperanza de reciprocidad.
La bondad es el acto por el que la Benevolencia se manifiesta y se revela. Esta
virtud llevada a la práctica, forma el lazo de unión más sólido de concordia entre
los hombres.

- La Abnegación: Es la virtud que nos conduce a sacrificar todos nuestros


sentimientos para cumplir con nuestro deber; sea que ese deber nos haya resultado
por una obligación voluntaria o que sea como resultado de un acto de sacrificio
a favor de algo o de alguien; o como obligación inherente a nuestra profesión o
actividades masónicas, que pueden afectar las comodidades que disfrutamos.

- La Generosidad: Es la virtud por la cual los hombres demuestran su


largueza, lo grande de su alma y lo magnánimo y noble de su corazón. Prestar
servicios sin esperar recompensas y sin imponer un reconocimiento, así como no
hacer alarde de su mérito y de su superioridad, perdonando las injurias, ofreciendo
disculpas cuando se haya cometido un error, son actos que hacen que se distinga
el hombre generoso. Quien practica la generosidad socorriendo las miserias y
participa en obras de beneficencia para sus conciudadanos y guarda como único
testigo su conciencia, hace un acto meritorio y verdaderamente sublime.

- La Magnanimidad: Es la virtud en que por definición se demuestra la


elevación y grandeza de ánimo. Éste ánimo viene a ser el valor, el brío y el esfuerzo
con que se ejecuta determinada cosa. Cuando se es magnánimo siempre se tiene la
fuerza de alma, indispensable para soportar con calma, ya sea la buena o la mala
fortuna, jamás se clama contra los acontecimientos, nunca se regocija con exceso
de un éxito y nunca se desespera al recibir un revés, no porque sea insensible sino
porque la elevación de su alma lo hace superior a todas las vicisitudes.

- El Espíritu de Cuerpo: Es un sentimiento que tiene como base principal


en el espíritu de solidaridad, que impulsa a todos los que formamos parte de
esta Familia a consagrarle sus méritos personales y a evitar toda acción indigna,
porque ella disminuiría el honor de la Orden entera. Para hace y aumentar el
Espíritu de Cuerpo, el Masón debe conocer desde sus principios la historia de la
Masonería, los hechos memorables o sobresalientes y los nombres de todos los
que han contribuido a realizarlos.

Hecho este breve análisis de las principales virtudes que la Orden nos enseña
como camino al perfeccionamiento espiritual y moral, no cabe otra conclusión
que para que cumplan su objetivo, deben ser práctica diaria y natural en el Masón.
No aprovecharemos sus enseñanzas si nos conformamos con su conocimiento en
abstracto, si no les damos validez vital y efectiva dentro de los Talleres y en el
mundo profano.

Para poder llegar, siquiera cerca, conforme a estos postulados, el camino de


superación es largo y es difícil. Como la respuesta que dio un gran Masón cuando
le preguntaron si lo era y respondió: ¡Trato de serlo!

He ahí el nudo: tratemos de serlo. Porque ser, es realizarse. Ser Masón, es


realizarse como tal. Y un hombre es Masón:

“Cuando ninguna voz de agonía llegue en vano a sus oídos y no se le tienda


ninguna mano que no tenga respuesta.”

“Cuando sepa combatir contra el Mal, haciendo que su vida no sea una
contemplación pasiva del Bien.”

“Cuando sepa vivir pura, honesta, digna y bondadosamente; pero siempre


alerta y sin temor alguno al Mal y a la Intriga.”

“Cuando sepa sentir suyas las tristezas y dolores de los hombres.”

“Cuando sus actos y sus palabras, sepan mostrar la franqueza de su alma.”

“Cuando sepa tener y conservar amigos y, sobre todo, cuando él sepa ser
amigo de sí mismo.”

“Cuando sepa respetar y dignificar a la mujer y la estime como la flor más


delicada.”

“Cuando sepa conservar la serenidad del mal en el no siempre agradable


camino de la vida.”

Es sólo entonces cuando puede considerarse que un hombre es Masón, porque


la Masonería es Altruismo, es Justicia y es Verdad. (Revista Masónica de Chile,
O:. de Santiago de Chile, marzo-octubre 1961).

La Masonería es una escuela de virtudes que procura mejorar la condición


social del hombre por todos los medios y especialmente por la instrucción.
Propone eliminar odios de raza, de opiniones, creencias e intereses subalternos,
uniendo a todos sus miembros por los lazos de la Caridad, la Fraternidad, la
Tolerancia, la Solidaridad, la Libertad, la Verdad, etc. Qué hermosas y nobles
virtudes, qué magníficos y sabios principios y qué nobles y elevados sentimientos
ofrece la Doctrina de nuestra Orden. Estas virtudes deben adornar las cualidades
de todo buen Masón.

Agenda de Trabajo

Todo Venerable Maestro debe elaborar su Agenda de Trabajo (Orden de los


Asuntos), a fin que la Reunión se pueda llevar a cabo con el Máximo Provecho
y con la Mínima Pérdida de Tiempo. El Venerable Maestro tiene la facultad de
alterar el orden establecido, cuando él así lo considere, sin el consentimiento de
la Cámara.

Fecha: _____________________________________________________

- Apertura de la Logia a la hora indicada en la Convocatoria

- Dar la bienvenida a los Miembros y presentación de los Huéspedes


(visitadores)

- Lectura del Acta de la última reunión y su confirmación

- Lectura del Mensaje del Gran Maestro

- Lectura de las Correspondencias

- Solicitudes de Iniciación, o Afiliación, o Grados

- Informe sobre Hermanos enfermos o necesitados

- Informe de la Comisión de Investigación

- Informes de las Comisiones (anote los asuntos sobre los que deben
informar)

- Asuntos pendientes por tratar (anote los asuntos a tratar)

- Examen de los Hermanos que solicitaron Grado

- Lectura del Tema señalado en el Programa

- Cierre de la Tenida
Cuando se trata de asuntos nuevos y si alguno así lo amerita, remítalos a la
Comisión apropiada a fin de perder el menor tiempo posible.

• Si el expositor fuese un Hermano invitado, es una cortesía elemental


concederle la palabra después de la admisión de las Solicitudes. No hay mayor
descortesía que hacerle esperar hasta el final de la Agenda para luego decirle
“Q:.H:. A:.B:. por favor regrese para la otra Reunión”

Este Presupuesto es sólo una sugerencia para estructurar los ingresos y egresos
de una Logia. El Venerable Maestro deberá reunirse con su Comisión de Hacienda,
el Tesorero y aquellas Comisiones cuyos programas impliquen Ingresos y Gastos
para elaborar un Presupuesto lo más sincero posible.

¿Qué es la Docencia Masónica?

La docencia, en su sentido más común apunta hacia el significado de “enseñar”,


que, asociado a “enseñanza”, debe interpretarse como la acción y efecto de un
sistema y método de dar instrucción.

Por el contrario, en este caso, interpreto la Docencia Masónica como un acto


dialógico, donde el Docente y el Iniciado interactúan de manera horizontal, como
iguales en un constante diálogo entre sí y con otros Iniciados, teniendo siempre
como base los Principios y Doctrina Masónica. El Docente, como menciono
anteriormente, se presenta como un guía, un orientador, un verdadero Maestro,
quien propicia en el Iniciado, la búsqueda del saber hasta que logre construir el
conocimiento desde el interior de su ser, conforme a su manera de concebir la
realidad Masónica, es decir su cosmovisión Masónica.

De esta manera, formado desde el interior, con participación de su conciencia,


el Iniciado se convertirá en un verdadero Masón, quien una vez internalizado la
Filosofía, los Principios y la Doctrina Masónica, actuará en su praxis masónica y
profana conforme a los mismos, ya que tendrá la certeza que lo aprendido es lo
verdadero ya que nació de sí y no por imposición, nació del descubrimiento de lo
que es la Orden Masónica y de su convicción de que verdaderamente es así, porque
así lo ha podido asumir a través del estudio, la indagación y el diálogo que ha
establecido consigo mismo, con sus Maestros y con sus Hermanos, descubriendo
entre todos la hermosa realidad que nos ofrece nuestra Augusta Orden.

En cuanto al método, proponemos el que permita construir la arquitectura de


la mente para la construcción del conocimiento, debe ser analógico y no lógico
como se acostumbra en el mundo profano. Según Morin (1986), “El conocimiento
por analogía es un conocimiento de lo semejante por lo semejante que detecta,
utiliza, produce similitudes de tal suerte que identifica los objetos o fenómenos
que percibe o concibe. (p.152)

Para el autor, el término analogía contiene diferentes sentidos:

1. Las analogías puede estar en las proporciones (similares) y en las


relaciones (iguales), como por ejemplo la analogía entre el movimiento y el
tiempo de rotación de la aguja de un reloj, y la rotación aparente del sol alrededor
de la Tierra.

2. La analogía puede ser de formas o configuraciones. A partir de estas


analogías, se pueden establecer isomorfismos y homeomorfismos, que conciben
de manera sistemática y coherente estas analogías, como las que entre los
organismos de los peces y los de los cetáceos, o las que hay entre las alas de los
pájaros y las de los murciélagos.

3. La analogía puede ser organizacional y funcional. Entonces permite


establecer homologías.

4. Por último, hay juegos de analogías libres, espontáneas, que tienen valor
sugestivo, evocador, afectivo, como las metáforas poéticas, literarias, y las del
lenguaje cotidiano. (Ibid. P. 153)

Las múltiples formas de reconocimiento y de conocimiento por analogía


son inherentes a toda actividad cognitiva y a todo pensamiento. Aun más: el
espíritu no hace más que servirse de analogías; el fin mismo de la actividad
cognitiva es <<simular>> lo real percibido construyendo un analogon mental
(la representación), y simular lo real concebido elaborando un analogon ideal
(teoría). En estas condiciones, la analogía, que aparece al comienzo y al término
del conocimiento, constituye a la vez su medio y su fin.

Otro de los aspectos a considerar en esta propuesta, es el uso de un método


que tenga al Humanismo como sustento filosófico, ya que considero que es el
Humanismo una forma de vida que aspira al máximo desarrollo a través del
cultivo de una vida ética y creativa.

Ante el futuro que se nos presenta es necesario preparar al hombre mediante


una educación adecuada para que enfrente los desafíos anotados y preserve y
defienda el Humanismo, integrándolo con la Tecnología, porque ambos no se
oponen, sino que constituyen elementos integrantes de la cultura, del cultivo de
la persona y de la sociedad. Esta es la finalidad que debe tener la educación en el
momento actual. Todo aquello que lo hace “ser” más al hombre constituye una
función educativa.

En este orden, es preciso citar los siguiente: “Nuestra Augusta Institución tiene
fe en el hombre, tiene fe en el Humanismo y lo practica, tiene fe en los avances
intrépidos de la ciencia, en las enseñanzas de la filosofía y en la exaltación de
los valores que son útiles para nuestro propio perfeccionamiento y para que se
produzca la realización de cada ser humano con una meta bien definida: la de
conseguir la felicidad y el goce de esta vida en este mundo que vivimos a través
de la cultura.” (Revista Masónica de Chile. Oriente de Santiago de Chile, 1976,
septiembre-octubre, Nº 7-8)

Método de Docencia Masónica

Para que el Iniciado adquiera los conocimientos necesarios para formarse


como un verdadero Masón y desentrañar algunos misterios de la vida, la
Francmasonería ha elegido un método de docencia muy particular que permite
escudriñar en la verdadera esencia de la realidad: El Método Simbólico, el que no
afirma ni niega, tan sólo sugiere a cada Masón, según su particular idiosincrasia
y cultura, un ámbito en el cual concentrar su actividad iniciática. El Simbolismo
es, así, la herramienta fundamental del Masón. Se basa en la relación analógica o
de correspondencia entre la idea y la imagen que representa. Es en sí, el principio
hermético de correspondencia, llamado también de analogía, el que establece
que existen ciertas relaciones entre los fenómenos y las leyes que gobiernan los
diversos estados del ser expresando: “Como es arriba, es abajo; como es abajo,
es arriba”.

El símbolo, que reiteramos, no expresa sino que sólo sugiere, permite captar
lo desconocido partiendo de lo conocido. Cada uno de ellos puede despertar en
nosotros un sinnúmero de ideas o sentidos, los que no son excluyentes entre sí,
sino complementarios. Asimismo, los símbolos no pueden ser explicados; ellos
son captados intuitivamente y, posteriormente, son comprendidos.

Esta es la razón por la cual el simbolismo está presente y es la base de todo


sistema iniciático, siendo esencialmente diferente al modo racional de pensar.
Mientras en el modo iniciático y simbólico la idea es captada en forma inmediata
y vivencial, estableciendo una relación directa entre el sujeto pensado y el ser
pensante, relación que la mayoría de las veces es intuitiva, en el conocimiento
formal o racional dichas relaciones son mediatas y empíricas e, incluso, puede que
nunca establezcan una relación directa con el Ser.

De lo anterior hay dos conclusiones muy importantes que se pueden extraer:


Primero, que el método simbólico no es necesariamente racional (es intuitivo y
racional). Sin embargo, el método racional le es tremendamente útil para confirmar
el Conocimiento Iniciático. Segundo, que si se afirma que la Francmasonería es
racionalista, se afirma algo cierto; pero si se afirma que ella sólo es racionalista,
se está incurriendo en un grave error, pues excluye su carácter iniciático, el que
puede no ser racional.

En cuanto a la Docencia, en su sentido más común apunta hacia el significado


de “enseñar”, que, asociado a “enseñanza”, debe interpretarse como la acción y
efecto de un sistema y método de dar instrucción. Puede también interpretarse
Docencia como el “ejemplo” o el “suceso” que nos deja una “experiencia” o un
conocimiento.

En nuestro caso, podemos describir la Docencia como un sistema interactivo,


en el que el “docente”, al aplicar su método de enseñanza, se relaciona de manera
dinámica con el discípulo. Tal relación dinámica desecha la docencia “pasiva” o
“tradicional”, en la que el “profesor” entrega conocimientos (concepto), dirigidos
a los “alumnos”. En el sistema dinámico, el docente es guía, orientador, facilitador
de aprendizajes; más que “un centro o fuente de información”, y el alumno pasa a
ser un “discente”, es decir, toma parte en el método de enseñanza de tal forma que
el resultado final es que ambos “aprehenden” y “aprenden”.

Existen métodos de docencia cuyo Principio fundamental consiste en que


“…mientras más sentidos se ponen al servicio del “aprendizaje”, más fácil es
el ingreso del concepto a la mente del alumno y más solida es la fijación de tal
concepto en la memoria”. (Strauss)

El Silencio como Método Docente

Sólo en silencio, como ante un espejo que revelara las profundidades de


nuestro ser moral, podemos “ver” la transparencia del alma.

No se trata de un silencio pasivo, quietista, sin contenido alguno; se trata de


un silencio activo, fecundo, pensante, dinámico, es decir de un silencio iniciático.
El silencio no es solamente para los que no tienen nada que decir. Es, también,
¡y en qué grado!, para los que tienen mucho que decir.

En el silencio se oculta un Poder que en vano buscaríamos en la palabra


hablada: todas las grandes Fuerzas y las posibilidades latentes de la Naturaleza
trabajan en silencio, y en el silencio cumplen sus mayores milagros. En general
puede decirse que la intensidad y valor de una fuerza y su real eficiencia obran en
razón inversa del ruido con que puede aquella manifestarse exteriormente.

Cultivar el silencio, en todo lo que se refiere a nuestros proyectos y actividades,


es, pues, la mejor manera de asegurarse su realización en la forma más deseable,
pues propicia el apoyo de aquellos Poderes Invisibles que únicamente en el
silencio pueden encontrar un medio conveniente para su expresión.

Esta virtud del Secreto y del Silencio nos la enseña la Masonería


fundamentalmente, desde la primera admisión del profano como Aprendiz en el
Templo de sus Misterios; y es la condición que nos asegura un progreso real en
la Masonería: el Secreto Final de la Orden no puede comprenderse y realizarse
individualmente sino en el místico silencio de la búsqueda interior.

Secreto y Silencio son dos hechos tan hermanados, tan coexistentes, que son
inseparables para lograr el común efecto.

En los Cuadernillos Escoceses, colección Citerior (1980), se plantea que:

- El Silencio es el Oriente de la Sabiduría. Pensar en silencio es identificarse


con la Idea.

- La palabra es diluyente del pensamiento; el silencio, su concentración.

- El silencio es la disciplina del Espíritu y la mordaza de las pasiones.

- El silencio es hermano de la Síntesis y padre de la Sabiduría.

- El Silencio, en Masonería, es la siembra del Espíritu que da, es la cosecha


del Espíritu que comprende. En ella no es exigencia, es comprensión de sus leyes
para una perfecta realización.

- El Silencio es fuerza, es potencia: la naturaleza efectúa su trabajo, en


silencio; la savia asciende y prende la vida vegetal, en silencio; las flores nacen
en silencio y se doran los frutos en silencio; el sol cuida de la vida, en silencio;
el poder de la luna, levantando masas de agua, se ejerce en silencio. Fuerza y
Potencia del IOD que expresa su Verbo en silencio.

- El silencio está más allá de la Vida y de la Muerte; la vida que nace de la


muerte y la muerte que despierta con la vida, tienen su génesis en las fronteras del
silencio.
- El Silencio no es silencioso, hay que saber oír el Silencio. El que escucha
la voz del Silencio abre las puertas del conocimiento personal.

- La expresión exterior del Secreto y del Silencio es la Discreción.

El deber y la virtud del silencio exterior sobre las actividades, aspiraciones


y proyectos interiores se hallan justamente remachados en este cuarto grado de
realización –que introduce introduce a la Masonería Filosófica, Mística y Mágica,
sintetizando la Simbólica, así como la década reúne en sí las primeras 9 cifras-, en
el mismo nombre del Maestro Secreto y en el signo de silencio que lo caracteriza.

El signo de silencio, que consiste en colocar uno o más dedos sobre los labios,
lo interpreta correctamente en su sentido primario cualquiera persona de nuestro
tiempo. Dicho signo fue empleado en las religiones y misterios de la antigüedad,
pero con un sentido más amplio y profundo que la simple omisión de expresiones.

Este signo adquiere toda su importancia y valor si unimos a él los conceptos


simbolizados en épocas pretéritas, tanto en Egipto como en Grecia y Roma, como
son el silencio, la discreción, lo inefable, la rectificación y corrección de opiniones
irreflexivas, imperfectas y truncadas; virtudes todas ellas que indicaría después
quien se gestaba cuando su madre presentaba la verdadera palabra, aquella que
permanece inexpresada, como la voz silente de la conciencia.

El silencio masónico es un periodo de meditación y de ahondamiento en sí


mismos, de práctica socrática, pues el conocimiento de sí mismo no se logrará
jamás en ámbito ruidoso: la calle, la casa, el trabajo, etc. Se logrará gracias al
silencio en el que se oyen voces desoídas, músicas ignoradas, mensajes venidos
de la eternidad, voces de los antepasados, es decir: cada uno de nosotros empezó a
vivir hace siglos o milenios, no lo sabe, -sólo el silencio acerca voces muy lejanas,
sabidurías ya sabidas y vividas, experiencias de infinitas etapas históricas-, sabios
consejos de generaciones olvidadas, leyendas que fueron verdades, ilusiones que
no se repitieron pero que siguen vibrando, anatemas de religiones algunas ya
desaparecidas y olvidadas, y otras en vías de desaparecer.

Sucede que el hombre, a través del silencio masónico, se independiza de


atavismos ancestrales, de miedos y terrores que acarrea desde las cavernas, de
Syllabus y Excomuniones que hoy no asustan a nadie, de angustias ficticias que
gravitaban sobre su alma, y, desde entonces, ese hombre, un día se puso de pie,
para ver más alto y más lejos, y, en silencio, se dedicó a forjar su destino en
¡LIBERTAD!.

El silencio masónico hace conocer a los hombres, los llama Hermanos, les
infunde la idea soberana de tolerancia y la práctica de la Tolerancia, y les asegura
que la paz llegará a través de la Tolerancia, en brazos de la Tolerancia, acunada
por la Tolerancia, o no llegará jamás.
Valdría la pena preguntarse: ¿Dónde aprendió la Masonería la práctica del
silencio? Quizás sus más antiguos y más nobles antepasados lo practicaron, quizás
los pitagóricos, los esenios y los órficos lo practicaran.

Es, sin duda, una gran escuela formadora del carácter.

La introspección cuidadosa, sólo es posible en el silencio, fomenta el con-


tacto del Hermano con su propia conciencia psicológica y moral.

La práctica del silencio es el único medio que tenemos para dedicarnos a


conocer a los que nos rodean, y, principalmente, para el conocimiento de nosotros
mismos.

Los egipcios, maestros en el culto del silencio, tenían un Dios: Hipócrates, que
tenía ojos y oídos, pero no tenia boca, demostración elocuente de que hay cosas
que pueden verse y oírse, pero hay otras que no pueden decirse y deben callarse.

El silencio es la manifestación de un estado del alma, mediante él aprendemos


a callar y a meditar sobre todo lo que se origina en nuestros sentidos.

Método de Docencia Masónica y el Cerebro Humano

La Masonería tiene entre sus objetivos fundamentales hacernos mejor de


lo que somos. Sus postulados así lo expresan y de sus ritos y símbolos es la
finalidad que se deduce. Esto implica afirmar que la conducta humana puede ser
corregida. Los masones nos esforzamos porque así sea desde que comenzamos a
dar los primeros pasos en la Columna de Aprendices, y el pulimento de la Piedra
Bruta será en la medida en que nuestro mecanismo cerebral vaya variando hacia
actitudes más perfeccionadas.

El sistema fisiológico que nos hace tener tal o cual personalidad, tal o cual
conducta tiene asiento físico en el cerebro. Pero no siempre se reconoció el papel
del cerebro en las diversas manifestaciones psíquicas. Es sólo a partir del siglo
XIX que los trabajos experimentales hechos por diversos investigadores ponen en
evidencia la función intelectual del cerebro y crean una ciencia nueva, la psico-
fisiología. En la actualidad la Neurociencia se ocupa de los asuntos que hacen
referencia al cerebro y los hemisferios cerebrales, en cuanto a las emociones
y demás funciones que guardan relación con la conducta y comportamiento
humanos.

Según Jazmin Zambrano, “Después de una larga oscuridad en lo referente


al conocimiento de cómo trabaja nuestro cerebro, hoy sabemos que él es el
responsable del funcionamiento de todo nuestro cuerpo (incluyéndose a sí mismo)
y de los órganos de los sentidos.” (p.15)

El cerebro prolongado por la médula espinal, dirige una red de nervios que
le suministran información y transmiten sus órdenes, que al mismo tiempo
son trasladadas por diversas sustancias químicas (los neurotransmisores) y por
corrientes eléctricas. Todo ello forma el sistema nervioso.

A través de los receptores, el impulso nervioso llega hasta el cerebro pasando


por unas células llamadas neuronas; estas células son muy numerosas, todos
poseemos al nacer miles de millones de ellas.

La Neurociencia actualmente, realiza más de medio millón de investigaciones


al año sobre diferentes aspectos neurocientíficos. Interesan aquí aquellos que
hagan referencia al proceso de conocer. Según los estudios de la Neurociencia,
en nuestro cerebro existe una especie de división en jerarquías de controles: los
resultados de primer orden o nivel son revisados críticamente por la mente auto-
consciente, es decir, la mente consciente de sí, autorreflexiva.

Según Martínez (2008), entre los aportes de la Neurociencia actual, es de


suma importancia el que esclarece el proceso de atribución de significados. Así,
por ejemplo, los estudios sobre la transmisión neurocerebral nos señalan que,
frente a una sensación visual, auditiva, olfativa, etc., antes de que podamos decir
“es tal cosa”, se da un ir y venir, entre la imagen o estímulo físico respectivo y
el centro cerebral correspondiente, de cien y hasta mil veces, dependiendo del
tiempo empleado. Cada uno de estos “viajes” de ida y vuelta tiene por finalidad
ubicar o insertar los elementos de la imagen o estímulo sensible en diferentes
contextos de nuestro acervo nemónico buscándole un sentido o un significado.
Pero este sentido o significado será muy diferente de acuerdo con ese “mundo
interno personal” y con la respectiva estructura en que se ubica: valores, actitudes,
creencias, necesidades, intereses, ideales, temores, etc.

Este aporte de la Neurociencia, desde el punto de vista de la Masonería,


constituye un gran aliado para explicar lo que ocurre en el Iniciado en el proceso
de construcción de su templo interior. La Institución le ofrece la información en
cuanto a su acervo histórico, filosófico, sus enseñanzas, su doctrina, él con esta
información y el cúmulo de experiencias de su vida profana, le va dando sentido
y encontrando significados a la sabiduría que le ofrece nuestra Augusta Orden.

Los descubrimientos de la Neurociencia actual, nos informan de la existencia


de dos hemisferios cerebrales, unidos entre sí por el cuerpo calloso, que tiene un
gran número de fibras nerviosas que transportan información permanente, de un
lado al otro. El Hemisferio Derecho: o zona inconsciente, está dotado para ejercer
las funciones intuitivas, por tanto, tiene una comprensión global del mundo, por
ser intuitivo, creativo y holístico. Se encarga de las compresiones estructurales,
sincréticas, configuracionales y gestálticas. Su forma de proceder es holística,
compleja, no lineal, tácita, simultánea y acausal, y este poder le viene del hecho
de incorporar la capacidad analógica, gestáltica y estereognósica.

El Hemisferio Izquierdo: es el encargado de realizar todas las funciones


del pensamiento analítico, es más especializado en escritura, lenguaje,
cálculo, pensamiento lógico y razonamiento secuencial. Hasta el momento,
es exclusivamente lineal, secuencial y atomista. Su razonamiento es verbal,
matemático y secuencial en el tiempo. El hemisferio izquierdo constituye la parte
consciente del pensamiento.

Ambos hemisferios, a pesar de delimitar perfectamente sus funciones, están


en la capacidad de interconectarse a la memoria almacenada en el otro hemisferio,
con el objeto de complementarse en el trabajo y entrar a la información del
otro, trabajando como un verdadero sistema. El cuerpo calloso, sirve de puente
intercomunicador, y dota al cerebro completo de una integración asombrosa de
funciones.

Este mecanismo no descansa nunca; permanece encendido durante toda nuestra


vida, incluso durante el sueño. Esta máquina maravillosa y sus misterios que aún
estamos lejos de conocer en su totalidad, es el más sorprendente <<ordenador>>
que se haya conocido jamás.

Investigaciones recientes indican que el proceso de procesamiento no


se sucede solamente en estos dos hemisferios a pesar de sus funciones y su
complementariedad. Existe un tercer elemento que afecta indiscutiblemente el
proceso de pensamiento: es el sistema límbico, que está encargado de realizar y
controlar las funciones afectivas y emotivas del ser humano.

Este sistema presenta una compleja red de conexiones de entrada y de salida


con la mente consciente, que permite el paso de información de uno a otro. Es
decir, el aspecto emotivo afecta y modifica las percepciones o datos conscientes
del cerebro. Así como el sistema consciente es capaz de influir o controlar los
sentimientos y emociones generados por el sistema límbico.

Las relaciones entre el sistema cognitivo y afectivo son de tal complejidad e


importancia, que algunos científicos descartan la división del cerebro en sistemas
diferentes, por la concepción de una única estructura emocional-cognitiva.
Según Martínez (1993), “De esta manera, los estados afectivos adquieren una
importancia extraordinaria, ya que pueden inhibir, distorsionar, excitar o regular
los procesos cognoscitivos, conclusión ésta que debe cambiar muchas prácticas
antieducativas, que no se preocupan por crear el clima o atmósfera afectivos
necesarios para facilitar los procesos de aprendizaje y el fomento y desarrollo de
la creatividad.” (p. 34)

Popper y Eccles señalan que “…no hay datos sensoriales; por el contrario, hay
un reto que llega del mundo sentido y que entonces pone al cerebro, o a nosotros
mismos, a trabajar sobre ello, a tratar de interpretarlo… Lo que la mayoría de las
personas considera un simple “dato” es de hecho el resultado de un elaboradísimo
proceso…” (en Martínez, ob.cit., p. 134)

Podemos concluir entonces, que al cerebro lo podemos programar para


todo lo que queramos. En la arquitectura de la mente para la construcción del
conocimiento masónico, la programación de nuestro cerebro para alcanzar metas
incalculables, sería un factor a considerar en la docencia masónica, valiéndonos
de este gran aliado y las múltiples actividades que se pueden desarrollar a través
de su uso adecuado, podremos asirnos de él para el desarrollo de un plan de trabajo
que facilite el aprendizaje masónico.

La idea de que podemos <<programar>> nuestro cerebro ha alcanzado una


gran aceptación entre los neurólogos, psicólogos y educadores. Un programa es
un conjunto de instrucciones sistematizadas adecuadamente, al efecto de dirigir
el ordenador a la ejecución de una operación deseada, lo que en pocas palabras
significa conseguir que el cerebro haga lo que queramos.

La tendencia es a integrar el “pensamiento calculante” y el “pensamiento


reflexivo” de que habla Heidegger (1974), un proceso dialógico en el sentido de
que sería el fruto de la simbiosis de dos lógicas, una “digital”, propia de nuestro
hemisferio cerebral izquierdo, y la otra “analógica”, propia del derecho. Sería
como la tercera dimensión, el proceso estereognósico, que no nos da cada ojo por
separado ni la suma de ambos, sino la simultaneidad de los dos.

El cerebro como órgano de la personalidad constituye la materia viva de


una trilogía siempre exaltada en nuestros Templos: aprendizaje, perfección y
sabiduría. En una simbología evolucionada, de acuerdo con los conocimientos
modernos, estimamos que el cerebro podría tener un sitio en el Altar, junto a las
grandes Joyas, y estar dirigiendo a la Escuadra y al Compás en sus posiciones a
través del tiempo.

Los Landmarks

La palabra “Landmarks” es de origen germano, compuesta de las expresiones


“land” (tierra) y “mark” (marca, límite, señal). Este término de Landmark se usa
comúnmente como “límite, confín y punto de referencia”. En las regulaciones que
establecieron los masones teólogos y aristocráticos que fundaron la Gran Logia
de Londres en 1723, emplearon el término significando indistintamente “límite”
o “confín”.

El Q:.H:. Barboza de la Torre (2002), en su obra “Francmasonería en Acción”


al hablar de los Landmarks refiere a Bob Monis, quien lo definió con estas palabras:
“Landmark es cualquier dogma o creencia por el cual se limita la Orden en sus
conocimientos y preservaciones” (p. 18). Hace referencia también, a otro autor de
nombre J.W.S. Mitchell, quien expresó en 1858 esta definición: “Landmarks de la
Masonería son aquellas Leyes Inmemoriales que han estado transmitiéndose de
época en época y de generación en generación sin que ninguno sepa su origen y
sepa que nadie tiene el derecho de alterarlas o cambiarlas. Eso es la fundamental
ley escrita y no escrita de la sociedad…” (p.18)
De estas dos definiciones y de otras consultas realizadas sobre el tema, podría
decir que son leyes de quienes no se tiene memoria, que han sido transmitidas
de generación en generación y por tradiciones de masones, sin conocerse aún
su origen, y sin tener nadie el derecho de alterarlas o cambiarlas. Lo cual resulta
bastante dudoso, ya que es difícil que podamos manejar una norma de vida, que
no pueda o jamás haya sido cambiada.

Encontramos también una definición de Mackensie, (referido por Barboza de


la Torre), que dice: “Hablando generalidades, un Landmark es una pilastra de
piedra que indica el confín de la propiedad y el término adoptado para indicar
cierto principio básico del cual no es posible hacer desviación” (p.20)

Por otro lado, Dring (en Barboza de la Torre), expresa: “Los Landmarks no
pueden ser absolutamente definidos, excepto que la larga y antigua costumbre
establecida en uso de aquel tiempo y que fue reconocido de obligación cuando la
Gran Logia fue constituida la primera vez.” (p.20)

Hunt (1943) en Barboza (2002), ofrece la siguiente: “Yo defino los Landmarks
masónicos como aquella característica que indica y distingue los “Libres
Masones” de cualquier cosa diferentes… Deberíamos redactar toda definición que
califique un Landmark como una ley o una norma de acción.” (p.21). En relación
con lo planteado por Hunt, expresa el autor citado, que “…los Landmark son para
distinguir a los “Libres Masones” de cualquier otra “cosa diferente”. Eso luce
coherente, posible y prudente. Por supuesto, este criterio fue expresado en 1943,
y no en el siglo XVIII ni en el XDC. El autor Hunt muestra una mentalidad crítica
aceptable.” (p.21)

Observamos en las diferentes definiciones que, algunos autores lo relacionan


con “límites” y otros con “preceptos”. En cuanto a Límites son antiguas leyes
escritas o no, y preceptos son dogmas, máximas y creencias. Mucho se ha creído
que los Landmarks han ofrecido la secreta fuerza de cohesión que une a los
diferentes tipos de Masonería, porque los une el secreto atractivo de un mensaje
solidario, a pesar de las diferencias entre ellos. Pues bien es cierto, que algunos
de los “preceptos” contenidos en los Landmarks se encuentran en la Masonería
Operativa y también en la de Libres y Aceptados Masones, pero la historia sólo
permite saber, que alguno de los “Límites” aparecieron por primera vez en la
Constitución de Anderson el año de 1723.

Expresa el Q:.H:. Barboza de la Torre, que luce más acertada la opinión del
ilustre Obispo y Masón inglés C.W. Leadbeater (1973), cuando expresó en su
obra “Vislumbres de Historia Masónica” que “En la Masonería hay una poderosa
fuerza siempre operante en el fondo, y sin embargo, siempre oculta a la vista, que
ha guiado la transmisión de la tradición masónica, a través de todas las vicisitudes
de su tormentosa historia y que aún inspira el máximo entusiasmo y devoción
entre los miembros de la Masonería de esta época” (pp.22-23).
Además del estudio de los Landmarks, el Venerable Maestro está obligado a
conocer y analizar la Normativa Legal vigente: Constitución, Estatutos Generales,
Estatuto Penal Masónico y Estatuto de Enjuiciamiento Masónico, así como el
Reglamento Interno de la Logia

Resumen de los Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro

El Grado de Aprendiz

La finalidad del Grado de Aprendiz es sembrar en el corazón del neófito la


duda filosófica, como instrumento de estudio; explicarle los conceptos de bien,
mal, virtud, vicio y libertad, y la necesidad de la depuración constante para
levantar templos a la virtud y cavar calabozos para los vicios; hacerle ver lo
palpable que es la esclavitud en que el hombre vive desde que nace, y despertarle
el sentimiento de la autoestima, para que luche por su liberación de los prejuicios
y hacer reconocer su propia dignidad mediante el estudio de cuánto debe a Dios,
cuánto debe a sí mismo y a sus semejantes y familiares.

El Grado de Compañero

La finalidad del Grado de Compañero es darle a conocer al Masón las


facultades creadoras vitales y culturales de que le dotó el G:.A:.D:.U:., y el modo
razonable de utilizarlas, desarrollarlas y perfeccionarlas física e intelectualmente.

El Grado de Maestro

La finalidad del Grado de Maestro es demostrar con los fenómenos de la vida y


de la muerte, que lo que constituye al hombre es la inteligencia, y que si queremos
sentir la cualidad de inmortales, debemos preferir la muerte digna antes que ceder
indignamente a la ignorancia, la hipocresía y la ambición.

Responsabilidades del Maestro Masón

En este punto, realizamos una detallada descripción del Grado de Maestro


para el cabal conocimiento de los HH:. que se inician en este Grado y para los
Maestros desarrollar la instrucción del Grado y, por supuesto, los Venerables
Maestros. En tal sentido, exponemos lo siguiente:

Origen y Finalidad

En cuanto al origen del Grado, han sido investigaciones recientes las que
permitieron establecer que:

- A comienzos del Siglo VIII no existía en la Masonería Especulativa sino


una ceremonia única de Iniciación y un sólo Grado, el de Compañero.

- Después de la formación de la Gran Logia de Londres, en 1717, se


organizaron dos Grados, restableciendo sobre nuevas bases el Grado de Aprendiz.

- Un tercer Grado se introdujo y propagó gradualmente en las Logias


Especulativas a partir de 1725.

- La existencia de los tres Grados fue reconocida por la Gran Logia de


Londres sólo en el año 1738, pero no tuvo dicho reconocimiento los caracteres de
un principio universal, sino hacia el año 1757.

En la Masonería Simbólica, el Grado de Maestro, o sea el Tercero, es el más


elevado que se pueda alcanzar dentro del Simbolismo. En principio, los Masones
Operativos sólo practicaban dos Grados, el de “Aprendiz Registrado” y el de
“Compañero”. Los “Compañeros” trabajaban en Logia bajo la dirección de un
Maestro que era una “función” y no un “grado” superior, como lo es hoy. Es
decir, que en las Logias inglesas habían muchos Maestros que actuaban junto a
los Compañeros, considerados como “maestros de cátedra”, o “Muy Venerables
Maestros”. Incluso Jean Palou, escritor Francmasón de gran nombre, a nivel, por
ejemplo, de Jean Naudon, dice que ya en el siglo VI los monjes Benedictinos,
a menudo presididos por los Abades, daban a estos el título de “Venerables
Maestros”, hace 14 siglos.

También existía un antiguo Maestro de Logia, llamado “Pastmaster”, o


“experto”, que era como un depósito de la Sabiduría y el Arte Masónico para
reemplazar también al Maestro en caso de ausencia. El sistema de dos Grados
(Aprendiz y Compañero), fue legitimado por la Gran Logia de Londres en junio
de 1721; es decir, que a los pocos años de constituida la Masonería actual, no se
planteaba la cuestión de la existencia de un Tercer Grado.

Le Forestier, otro autor contemporáneo (“L`Occultisme et la Francmasonerie


Ecossaice”), dice que la nueva organización creada por la Freemasonry
especulativa se contentó primero con dos Grados. Se completó luego con el
Grado de Maestro. Este título era usado por lo talladores de piedra, pero en ellos
designaba únicamente al Compañero encargado de una cantera, y había sido antes
atribuido por la “Freemasonry” especulativa al Compañero que presidia a las
asambleas o logias.

La razón por la cual este término sirvió a partir de 1725 para designar, no ya
una “función” sino una “dignidad” y se convirtió en la designación de ese “tercer
grado”, parece haber sido el deseo de hacer una selección entre los miembros más
numerosos cada vez en la asociación y crear un “alto orden de la Masonería”,
como algunas veces fue llamado el grado de Maestro.

Hasta 1725 no aparece la notación de los tres Grados Masónicos en los


archivos de una Logia. En 1726, en la Logia de York (independiente, por cierto,
de la Gran Logia de Londres), se habla de “Aprendices”, Fellow-craft y Maestros.
En 1731 se establecen ya en la Logia número 83 de Londres los derechos a
pagar sucesivamente por los recipiendarios de los tres Grados. En 1733 se ven
aparecer en Londres Logias compuestas “exclusivamente” por Maestros Masones
(lo que hoy llamamos “Cámaras del Medio”). En cambio, en Escocia, según de la
Logia de Kelso, se ve que el tercer grado apareció en 1735, aunque muchas Logias
no lo adoptasen de inmediato. Otro autor, Goblet d`Alviella (“Des Origenes du
grade de Maitre dans la Francmasonerie”), dice que al comienzo del siglo XVIII
sólo había un Grado –y por lo tanto, una sola ceremonia de Iniciación-, y que
después de la formación de la Gran Logia de 1717, se organizan “dos grados” y
se restablece “sobre nuevas bases el grado de Aprendiz”, que un tercer grado se
introdujo y se propagó gradualmente a partir de 1725… y que la existencia de
los tres grados fue sancionada en 1738 por la Gran Logia y que aún en 1757 no
era universalmente aceptada por la Orden. Más tarde, en 1813, el artículo II de
las “Decisiones” de las dos Grandes Logias de Inglaterra decía que “se declara y
decide que la pura y antigua Masonería consiste en tres grados y no más, a saber:
Aprendiz, Compañero y Maestro Masón que comprende la Orden Suprema de la
Real Arca Santa”.

El tercer grado se propagó con gran rapidez en Europa Occidental; en el Ritual


del Tercer Grado aparece ya citado por Anderson al comienzo del “Libro de las
Constituciones”, edición de 1723. René Guenon, una de las personalidades más
interesantes de la Masonería y del Esoterismo, nos habla del paso del “orden
psíquico” al “orden espiritual”, que se puede considerar como “segunda muerte”,
y “un tercer nacimiento”, que según el Simbolismo Masónico corresponde a la
Iniciación en el Grado de Maestro. En los antiguos Rituales se puede leer que
el Maestro Masón se encuentra siempre entre la Escuadra y el Compás, es decir,
entre la Tierra y el Cielo.

Estos son, a grandes rasgos, los orígenes del Grado de Maestro Masón,
en nuestra Fraternidad; tiene una importancia, y por ello que el Aprendiz,
el Compañero, tienen los ojos puestos en esa Maestría. “Las primeras fases
del desarrollo iniciático no constituyen un fin en sí mismas, y no son más que
preparatorias con respecto a la realización de las posibilidades de un orden más
elevado, queremos decir, del orden espiritual en el verdadero sentido de la palabra
Maestría” (René Guenon).

En cuanto a la finalidad

El I:.P:.H:. Pedro Barboza de la Torre, en su Manual del Maestro Masón,


plantea que “La finalidad del Grado de Maestro es demostrar con los fenómenos
de la vida y de la muerte, que lo que constituye al hombre es la inteligencia, y que
si queremos sentir la cualidad de inmortales, debemos preferir la muerte digna
antes que ceder indignamente a la ignorancia, la hipocresía y la ambición”. (41)
Cámara del Medio

Es el nombre que se le da en la mayoría de las logias europeas al punto de


reunión de los M:.M:. y/o al espacio ritualístico del Tercer Grado, un símbolo
desconocido para la mayoría de las logias de habla inglesa. Simbólicamente, la
Cámara del Medio es la HEKHAL del Templo de Salomón, la zona reservada
para los sacerdotes. Para cada Masón, esta cámara es una proyección del espacio
interno, espiritual en donde todo Masón guarda su propio y único Secreto. El
mismo espacio es sugerido en la expresión “entre la Escuadra y el Compás”.

LA SUPERVISIÓN

La función del supervisor no es una tarea fácil de realizar. Su complejidad está


determinada por los rasgos personales de quien supervisa, imprimiéndole a ésta
el estilo y una forma propia de ejecución. De este hecho surgen dos grandes tipos
de supervisión, a saber: la Autocrática y la Democrática.

La autocrática es primitiva, coercitiva, con ella un control riguroso del


supervisado. Centra sus acciones en la detención de fallas y errores, con el mínimo
de aplicar sanciones, sin ofrecer soluciones, ni orientación alguna. Hoy, es un tipo
de supervisión en completo desuso.

La supervisión democrática, en cambio, se ejecuta con la finalidad de orientar,


asesorar, colaborar en la búsqueda de soluciones: es creativa, democrática y
científica. Su objetivo primordial es lograr el mejoramiento del supervisor y del
proceso en marcha. Este es el tipo de supervisión que debemos ejecutar quienes
asumimos, desde los diferente niveles, la alta responsabilidad de administrar el
plan de Docencia Masónica

En el Plan propuesto, la Supervisión debe cumplir acciones dirigidas a la


ORIENTACIÓN, COOPERACIÓN Y PARTICIPACIÓN. Para ello el Q:.H:.
en función de supervisor debe ofrecer sus experiencias y vivencias masónicas; su
experiencia en el campo Técnico-Administrativo, para prevenir situaciones que
pudiesen ser confrontadas; prestar su colaboración en la planificación de todas las
actividades docentes complementadas; sugerir ideas y correctivos que conlleven
al logro de los objetivos y/o metas propuestas.

El trato del supervisor debe ser cordial, impregnado de un sentido fraterno


que promueva la armonía y las relaciones más amistosas. Que motive y fomente
el entendimiento mutuo, desarrollando el trabajo en equipo, ayudando a la
conformación de un grupo homogéneo y armónico. Su deber es el de comprobar el
cumplimiento de las actividades planificadas y el apego a la normativa establecida;
detectar los errores y fallas cometidas con disposición a sugerir recomendaciones
y aportar soluciones, estimulando el trabajo realizado y reconociendo los méritos
del H:. Supervisado. EQUIEDAD Y JUSTICIA, AMOR Y FE EN LA LABOR
QUE REALIZA, TIENE QE SER EL NORTE DEL H:. SUPERVISOR.
Toda actividad de supervisión tiene que ser llevada a efecto atendiendo a una
GUÍA, la cual debe ser llenada de común acuerdo con el H:. Supervisado y plasmar
en ellas las opciones emitidas, las observaciones hechas y las recomendaciones
sugeridas. Un modelo de una GUIA DE SUPERVISION, aplicable en cualquiera
de los niveles administrativo la encontramos a continuación.
Gerencia y Liderazgo

Entendemos por gerencia, un sustantivo y un proceso. Esto es, como aquellos


sujetos que dirigen el trabajo de otros hacia objetivos predeterminados. Asimismo,
como un conjunto de principios y funciones claves: la coordinación de recursos, el
proceso de toma de decisiones, el ejercicio del mando, la definición de la misión
y estrategia de la empresa.

El conocimiento administrativo es hoy un recurso invaluable. La exigencia


social y organizacional de una administración eficiente, se plantea como el gran
reto de este siglo. No sólo por razones de competitividad, sino y sobre todo por
motivos de sobrevivencia y de desarrollo con equilibrio. Las demandas por un
nuevo bagaje de conocimientos y prácticas administrativos son cada vez mayores.
Mientras se pone en tela de juicio la validez y oportunidad de la administración
clásica, la administración actual parece alejarse de los principios científico-
racionalistas y patrones burocrático-normativos que hasta hace poco constituían
el soporte de las organizaciones exitosas. (Kliksberg, 1991; Giral, 1991)

La visión más clara – o por lo menos más evidente – acerca del futuro,
es que la incertidumbre, la complejidad y el dinamismo serán condiciones
permanentes para la dirección de las organizaciones. El reto que enfrenta la
ciencia de la administración consiste en forjar un tipo de gerencia acorde con
las necesidades organizacionales de la actualidad cambiante y compleja. Esto es,
el conocimiento que debe construir los andamiajes necesarios y suficientes para
explicar e intelegir la realidad, y así, en el terreno de la praxis, sirva para reducir
la incertidumbre asociada a la toma de decisiones, consolidando de esta forma
acciones organizacionales que conduzcan al éxito de las organizaciones.

Para alcanzar tales fines, es menester la elaboración de un pensamiento


sistémico anclado en una visión holística del nuevo estadio mundial; nuevos
tiempos que exigen nuevos actores: sujetos polihábiles abiertos al cambio y a
la reingeniería del pensamiento con modelos mentales relacionados íntimamente
al enfoque paradigmático Bakeriano para la suspensión de los muy odiados
supuestos sin basamento alguno –yo creo, yo pienso- evitando a toda costa el vivir
solamente de nuestras ideas y reflexiones excluyendo al otro de nuestro entorno,
por ser una seria amenaza a mis parcelas de poder o como dijera Freud “miedo a
mi propio yo”.

El Modelo Gerencial Masónico, debe incluir entre sus premisas fundamentales


el componente humanístico - sociológico, en virtud que así lo exige la realidad
actual.

Para entender el componente humanístico de la Gerencia Masónica, hay que


asumirla desde los valores de sociabilidad que la fundamentan, como son: la
comprensión, el consenso, la motivación y el logro. Cuando estos aspectos se
colocan como el factor determinante de la Institución, la acción gerencial resulta
del interés de todos los Iniciados

Esto le da a la concepción humanista de la gerencia, un enfoque


multidisciplinario y holístico que asume para el desempeño de la dirección, y
por su intención de superar el pragmatismo gerencial. Insiste de esta manera, en
la humanización del Proceso de Iniciación, para ir más allá del eficientismo. Y,
se plantea la idea del Iniciado como ser humano, asociándolo al carácter social
de la Orden, que trasciende la idea del hombre como sólo un profano. Por ello, si
nos basamos en la corriente humanista, se debe considerar al Iniciado, más que
como un activo, como un creador, capaz de lograr con ella su transformación,
convirtiéndose en el masón que se aspira.

Esta concepción de la gerencia, fue inspirada inicialmente en la llamada


Escuela de las Relaciones Humanas, cuyo máximo exponente es Elton Mayo,
quién delineó el llamado enfoque conductista de la administración, con el que
buscó el éxito organizativo, a través de las variables humanas que intervienen
en la producción. El movimiento de las relaciones humanas plantea el énfasis
en la gente y promueve la interacción humana para lograr el éxito organizativo.
En este sentido, se refuerza la preocupación fundamental, en las personas, en su
creatividad, autenticidad y en su capacidad de auto-transformarse.
Esta relación se viene a profundizar en la escuela humanista de la psicología
fundada por Abraham Maslow (1991), quién realizó sus investigaciones del
comportamiento humano, entre 1939 y 1943, basado en el análisis de las causas
que mueven a las personas a trabajar. En su obra “motivación y personalidad”
incorpora el conocimiento profundo de las necesidades humanas y establece el
concepto de jerarquía, a través del cual explica la organización estructural de
estas necesidades, en forma de pirámide de acuerdo a las más básicas y menos
prioritarias.

En este mismo orden, a partir de 1960 Douglas Mc Gregor, plantea que la


dirección de la gente es el componente principal de la gerencia para mejorar el
cumplimiento de las responsabilidades y ubicar el trabajo como la actividad más
natural del hombre. En su obra el “Aspecto Humano de las Empresas” (1969),
examinó el comportamiento de los individuos en el trabajo, para luego formular
dos modelos que él llama la Teoría X (enfoque autocrático acerca de las relaciones
interpersonales en la empresa), y la Teoría Y, (enfoque humanístico, acerca de
la solidaridad en el trabajo). Estas teorías constituyen dos maneras excluyentes
de entender el comportamiento humano, por parte de la gerencia, que tiene la
finalidad de motivar a los trabajadores para obtener una alta productividad.

Se trata de encarar la situación gerencial de la Masonería actual, desde una


nueva perspectiva y sustentar en ella un renovado perfil gerencial del masón, en el
cual el liderazgo aparece como la arista principal, cuyas condiciones lo obligan a
ser proactivo y no reactivo y creativo más que pragmático, y –sobre todo – tener
una visión holística sustentada en la ética.

En virtud de lo antes descrito, se podría afirmar que el Masón Gerente debe


ser una persona con mentalidad abierta e innovadora que le permita responder
satisfactoriamente a las necesidades que le demanda su entorno interno y
externo, es decir, los puntos fuertes y débiles a nivel de gestión y a las amenazas
y oportunidades. Debe poseer una mentalidad abierta porque lo constante en
la dirección estratégica es el cambio, en consecuencia su objetivo central es el
manejo de ese cambio. Ello implica, a su vez, manejarse con paradigmas amplios
y efectivos.

La clave de este nuevo paradigma será la complejidad y lo dinámico de la


realidad, para enfrentar las situaciones críticas que presente la Institución,
producto de los mismos cambios y es precisamente esa postura paradigmática una
de las formas más eficientes de solución de los problemas organizacionales, que
deben resolverse.

El Masón Gerente debe tener un compromiso social, dejando de lado las


posturas pre-científicas que atribuyen como “coeficiente de realidad” a todo lo
que es natural: “...todas las dificultades se resuelven ante una visión general del
mundo, mediante una simple referencia a un principio general de la Naturaleza. (...)
la idea de una Naturaleza homogénea, armónica, tutelar anula las singularidades,
todas las contradicciones, todas las hostilidades a la experiencia.” (Bachellard;
1976; p.27)

El Masón Gerente debe partir del contexto singular, particular donde le


corresponda actuar, considerando que éste posee sus singularidades que lo
caracterizan y diferencian de otros. No debe concebirlo como plantea Bachellard
(Ibid.) como una Naturaleza homogénea, armónica.

Desde esta perspectiva epistemológica, la acción del Masón Gerente debe tener
un carácter marcadamente social, y su deber intelectual es siempre evidenciar la
inserción que como ciudadano le corresponde, dentro de la estructura social, es
decir, de la totalidad de la cual forma parte. Por ello, el proceso de dirección,
establece una relación de identidad entre el sujeto que dirige y el sujeto dirigido.
En este sentido la categoría gerencia se refiere a una acción social, desarrollada
por el propio gerente en un ámbito espacial y en una temporalidad en la que él se
encuentra.

En la perspectiva de valorar el compromiso social del Masón Gerente, estos


nuevos conocimientos deben surgir de una ruptura epistemológica, para producir
la transformación, que en términos Bachellardianos debe responder tres preguntas;
¿Qué? ¿Para qué? Y ¿Cómo?. Esto le da fuerza al gerente para asumir una praxis
transformadora, con conocimientos que surgen de la realidad concreta.

Es preciso entonces, romper con el paradigma empírico-analítico como única


alternativa válida para alcanzar la productividad gerencial, el cual tiene como
finalidad ideológica presentar la gerencia como una multidisciplina, desprovista
de condicionamientos sociales y como una entidad autónoma, que soslaya el
carácter epistemológico de la administración como ciencia de la dirección, y
conduce a una formación tecnocrática de los gerentes.

Ante el avance de la racionalidad instrumental de la gerencia tecnocrática,


es indispensable la conformación de comunidades científicas en los términos de
Kuhn, y la preparación integral de los gerentes como investigadores, a través
del ejercicio de la multiplicidad de prácticas científicas que tienen cabida en las
ciencias sociales, para el desarrollo de una Gerencia Masónica que propicie la
Acción.

En síntesis, desde mi punto de vista, el Masón Gerente se debe caracterizar


por:

- Ser Humilde, Ético, Solidario, Espiritual; poseer Pensamiento Estratégico,


tener una Visión Clara sobre la Orden, Congruente Consigo Mismo, Trabajar en
Equipo; Integrador, Inspirador e Imaginativo; practicar el Respeto y Aceptación
del Otro; establecer Relaciones Dialógicas con los Hermanos, Practicante
de los Principios y Doctrina de la Orden; propiciador de la Construcción del
Conocimiento, con niveles de Comprensión Profundos, creer en la Perfectibilidad
de la Institución.

Me permito también expresar, que la preocupación fundamental del gerente


no es obtener placer o evitar el dolor, sino más bien el ver un significado en su
vida y la de los demás, de allí que el mejor regalo que pueda hacerse un Masón
es meditar, ya que sólo por este medio podrá descubrir su propia naturaleza y
encontrar la estabilidad y la confianza que necesitará para vivir y morir bien, es
decir, la inmortalidad a través de su Acción.

Guía para el Desarrollo de las Cámaras de Instrucción

A continuación se presenta un breve guía, que complementa lo expuesto hasta


ahora, que sirva de la orientación a los Masones Docentes para el desarrollo de las
actividades de instrucción. Se sugieren los siguientes pasos:

- En el primer encuentro, se explica en qué consiste el método Iniciático-


Simbólico-Dialógico-Humanístico, y se consulta a los Hermanos sobre la forma
cómo desearían se realizaran los encuentros. Se proponen foros, discusiones
socializadas, conversatorios, exposiciones, entre otros

- En cada encuentro, se propicia un ambiente cordial, cálido y humano


para el desarrollo de la actividad de aprendizaje.

- Se invita a los Hermanos a meditar en silencio durante cinco (5) minutos


(con música de relajación como fondo a la meditación) a fin de activar los estados
de consciencia e inconsciencia.

- Se inicia el diálogo sobre el tema pautado, sin orden lineal, sino, según
las inquietudes o interrogantes que se le haya presentado a cada Hermano, durante
el análisis del mismo, utilizando la Técnica de la Pregunta y Procesamiento de
Respuestas, la cual consiste en formular preguntas y procesar de acuerdo a las
respuestas emitidas. Ejemplo: cuando haya dudas sobre una respuesta, se inste
a pensar y reflexionar en profundidad sobre lo tratado, activando los procesos
analógicos; como también cuando un Hermano, como resultado de su análisis,
exponga unas ideas que según el criterio del Masón Docente que guie el diálogo,
no es pertinente o acertado, nunca se le debe decir que está equivocado o es errada
su respuesta, sino, que se hace una consulta general, para que con las respuestas
de todos, éste por sí mismo, construya el Conocimiento Iniciático sin imposición
de ningún tipo. No se debe criticar ni cuestionar al Hermano, sólo guiarlo hacia la
construcción de su conocimiento.

- Antes de concluir, hacer una consulta sobre si han sido aclaradas todas
las dudas y el tema ha sido agotado. Nunca se debe imponer la culminación del
diálogo sobre el aspecto tratado. Luego de estar de acuerdo sobre avanzar a otro
tema, se debe realizar un cierre, de manera afectiva y cognoscitiva. Cognoscitivo,
haciendo un breve resumen de lo tratado, y el afectivo, incentivando e instando a
los Hermanos a través de palabras de elogios, sobre el esfuerzo y el alcance de los
conocimientos adquiridos.

- Los diálogos presenciales deben ser complementados con las Aulas


Virtuales Masónicas, donde se prolonguen en el tiempo y en el espacio los
encuentros dialógicos.

- La evaluación de las actividades se debe realizar según el criterio de cada


Hermano, en función de las consideraciones que ellos hagan sobre cuán profundo
ha sido el conocimiento construido.

- Recomiendo que en las actividades de aprendizaje, se presenten Símbolos


Masónicos con el fin de activar los procesos analógicos.

EL GUARDA TEMPLO INTERIOR

A continuación describimos las funciones del guarda templo interior, su


importancia en el trabajo logia y la alta simbología que encierra cada uno de sus
actos, muchos QQ:. H:. Lo consideran como un cargo de jerarquía inferior, con
funciones muy limitadas y con relativa participación en los trabajos internos del
taller. Nos proponemos aclarar esta situación y descartar la real valía del guarda
templo inferior. En el cuadro logia.

En los EE:.GG:., título XII de los funcionarios de las LLog.., Art. 150 se
determinan quienes son los funcionarios que conforman el cuadro directivo de las
logia, mediante lista que encabeza el venerable y la cual cierra el G:.T:.I:. Quien
junto al tesorero, hospitalario, EExp:., MM:. De CC:. DDiiac:. M:. de B:. y Arq:.
Dec:. Constituye los llamados OOF:. Del taller en el mismo título, Art 174 se
señala sus funciones: El G:.T:.I:. tiene a su cargo la seguridad interior del taller,
constata los anuncios que se hagan a la puerta y da cuenta al 1er vigilante para
que este se comunique al venerable maestro, permite la entrada al templo según
ordenes que s ele den; detiene ene l vestíbulo a los HH:. Que no se presenten con
las formalidades requeridas y practica el reconocimiento que se le ordene antes
de abrirse los trabajos.

UBICACIÓN EN LA LOGIA

Se ubica al G:.T:.I:. en el Occidente, a la derecha del vértice 1er vigilante,


triangulo rectángulo que determinan las posiciones del venerable maestro, el
1er vigilante y 2do vigilante, triangulo cuyo cateo mayor e hipotenusa han de
estar en relación 3: 4: 5, que nos recuerda los tres tributos, soportes del mundo
objetivo: sabiduría, fuerza y belleza, representados por el venerable maestro,
el 1er vigilante y el 2do vigilante, el aspecto cuartanario de la personalidad del
verdadero hombre, constituida por el cuerpo físico el cuerpo, etéreo o contra parte
del físico, el cuerpo emocional y el cuerpo mental; y los cinco planos de los
siete de la naturaleza, en los cuales evoluciona el hombre. Así como la naturaleza
superior que está representada por el venerable maestro, el 1er vigílate y 2do
vigilante ; los tres oradores fiscales, el 1 diacono y 2 diacono, y guarda templo
interior, representa respectivamente, la mente inferior la naturaleza emocional y
el doble etéreo, quedando la representación del cuerpo denso al guarda templo
exterior quien colocado en el exterior del templo nos dice “que los principios
constituyente de la naturaleza humana, la vista física solo percibe el grado más
denso e inferior de la materia del mundo físico”.

DECORACIÓN

Está decorado el guarda templo interior con un collarín del cual cuelga una
joya constituida por dos espadas cruzadas, que simboliza el pórtico de la logia,
entrada al taller donde trabaja los maestro masones, entrada al mundo interior,
templo interno, inaccesible para los profanos, invisible para los ojos físicos el
guarda templo interior empuña una espada dispuesto a manejarla en defensa de
sus hermanos y de la logia que custodia; símbolo también de la rectitud de sus
acciones de la firmeza de su proceder y de la autoridad de la cual está investido.

EL GUARDA TEMPLO INTERIOR EN LA APERTURA DE TRABAJO

Para proceder a la apertura de la logia lo primero que debe hacerse es


asegurarse de que se está a cubierto. De allí al dialogo entre el venerable maestro
y el 1 vigilante.

Venerable maestro hermano primer vigilante cual es vuestro primer deber de


logia?.

Primer vigilante, ver si está a cubierto de toda discreción de los profanos

Venerable maestro, asegurarnos de ellos con la ayuda del segundo diacono y


del guarda templo interior.

Recibe el guarda templo interior la orden y procede revisar el exterior del


templo, para asegurar que no exista asecho de profanos, y que todo esté en orden.
Al regresar responde, hermano primer vigilante, ESTAMOS A CUBIERTO.

¿Qué simbolismo encierra esta bella respuesta?. Después que el venerable


maestro (la sabiduría), pide concentración para el inicio de los trabajos previsto
estimula al vigilante (mente superior), su contacto con el mundo inferior a través
del guarda templo interior (doble etéreo), se asegure de que el exterior del templo
está libre de las asechas en discreciones profanas, perfectamente aislado el templo
del mundo exterior, seguro el hermetismo dentro del cual se ha de iniciarse la
obra. Así mismo la construcción de nuestro templo interior, el guarda templo
representa la faculta que se encuentra en el umbral de la conciencia la cual se
mantiene vigilante para impedir el ingreso a ella de los errores, los vicios, las
inquietudes, las iniquidades, el egoísmo, etc.; de los profanos, igualmente impide
que todos aquellos pensamiento perturbadores penetren y socaven las bases del
templo interior que se construye. Así como cubrimos nuestra logia del cuerpo
físico, tenemos que cubrir la logia del cuerpo mental y del cuerpo astral. Al cubrir
el cuerpo mental nos cuidamos de los pensamientos baladíes, pensamientos
rebeldes, pensamientos mal sanos ingresen a nuestro templo. Más difícil, pero
más necesario es cubrir nuestro cuerpo astral, ya que con trolar el impulso de
nuestras emociones determinara excelente resultados de la obra que realizamos.

Demás está decir que nuestra logia debe mantenerse efectivamente cubierta
para ; resguardar nuestros augustos misterios de la profana curiosidad, mantener el
equilibrio entre la materia etérea del plano físico y la más sutil del plano emocional
y mental, e impedir la presencia de profanos que romperían inexorablemente este
equilibrio.

EL GUARDA TEMPLO INTERIOR EN LA INICIACIÓN

Al escuchar que golpean profanamente a la puerta del templo, advierte de este


hecho al 1er Vig:. De quien recibe posteriormente ordenes de indagar el origen del
mismo. Al abrir se cerciora de la presencia de un profano conducido por alguien,
a quien reconoce como el H:. Exp:. Informa este hecho y a otro requerimiento,
informa sus deseos, de su condición libre, de practicar buenas costumbres, de sus
datos personales. Al permitirle la entrada, coloca la espada en forma que obligue
al candidato a bajar la cabeza, muestra de la humildad que debe caracterizar todos
los futuros actos de su vida como Iniciado.

Simbólicamente al entrar, el candidato muere y nace, muere para el mundo


físico, y nace a una nueva vida en el subplano inferior del mundo astral. Comienza
su progreso evolutivo por los planos que lo ascenderán hasta aquellos planos
superiores de la espiritualidad. Hasta aquí el trabajo del G:.T:. ya que en los
movimientos siguientes no tendrá nada que ver con el candidato, simbolizando
con esto que el hombre desecha el doble etéreo tan pronto traspone el portal de
la muerte.

EL GUARDA TEMPLO INTERIOR DURANTE LOS TRABAJOS

Está presto el G:.T:.I:. a atender la solicitud de entrada a los trabajos de aquello


HH:., miembros activos o visitadores, que lleguen a la puerta del templo. Tres
pequeños golpes sincronizados, armónicos, hablan de la presencia de un H:.M:.,
tres golpes que en cada H:. Tiene característica propias, frecuencia de tono propia,
influenciados por un numero de armónicos propios, todo determinado por su
grado de evolución espiritual y los perfiles de su personalidad. Pero en todos,
un denominador común que permite revelar su calidad masónica; con frecuencia
que permite a cada uno de los presentes entrar en resonancia, disponiéndolos al
recibimiento fraterno, al abrazo sincero y solidario, al brindis copa rebosante de
amor y cariño. Tres toques que nos aseguran la presencia a la puerta del templo de
un privilegiado, aquel que contrario al profano, es capaz de reconocer lo real en
las cosas y personas que lo rodean, siempre cubiertas por un manto de apariencias
exteriores ficticias. Así, al abrir la puerta cumpliendo órdenes del venerable
maestro, identifica y anuncia es un Q:.H:. Miembro activo de este respetable taller
o bien es un Q:.H:.Vis:.

En ambos casos estará anunciando y posteriormente permitiendo la entrada


de un noble pensamiento, de un ideal elevado, de un sentimiento puro, de una
conciencia tranquila y de un espíritu elevado, fuerzas creadoras que se incorporan
de inmediato al trabajo logial y reforzaran la eficacia del mismo, asegurando el
éxito de la jornada.

Para salir durante los trabajos o al finalizar estos, es indispensable la


autorización del venerable maestro, estos nos dice que el templo solo saldrá
aquellas ideas, pensamientos y sentimientos imbuidos de sabiduría, faro de
luz para el oscuro mundo profano. Al igual saldrán hombres concientizados,
sensibilizados y fortalecidos, sensibilizados y fortalecidos dispuesto a librar la
gran batalla contra la ignorancia, la ambición y el egoísmo, males que dominan la
humanidad. En forma igual y tan diligente obra sobre nosotros el G..T:. que vigila
nuestra construcción interior.

En síntesis, en la “gran búsqueda”, libro segundo, parte tercera “el drama


humano”, se desarrolla “el drama simbólico del hombre a través de su evolución
en conciencia. En su desenvolvimiento se ve el hombre como cuerpo grupal
dialogando consigo mismo entre diversos aspecto de su ser. Entrar en el cómo en
ti mismo”. Transcribo parte de un dialogo que bien analizado permite comprender
en toda su amplitud el papel del G:.T:.I:.

M:.C:. Para comunicarme con una unidad, es indispensable que haya fe,
confianza y comprensión mutua entre todos, que armonicen diferencias y
coordinemos los distintos modo de expresión alrededor de un propósito supremo.

S:.V:. Cada uno puede cooperar en estos siendo un factor armonizante en


donde quiera que se halle.

S:.D:. Esto debe ser fácil, pues somos esencialmente universalistas y nuestra
característica predominante es la inclusividad.

S:.V:. Estamos más consciente de los demás que de nosotros mismo y nos
estamos acostumbrando a ver las cosas desde el otro lado del cerco.

G:.I:. Según se desarrolla en nosotros el ojo interno la sensibilidad las cosas


espirituales, vamos descubriendo que la única diferencia entre unos y otros está en
la capacidad del instrumento de cada uno para expresar espiritualidad.
G:.E:. Que aunque ahí pino y hay caoba, todo árbol es madera.

S:.B:. Según se manifiesta a través de nosotros el espíritu del bien, nos vamos
dando cuenta que más acá del corazón no hay nada.

M:.C:. Detengámonos un momento en el recinto sagrado de este amor tan


grandioso que nos anima y hagamos en él un boto de consagración a la vida sin
fronteras.

F:. De acuerdo. Debemos aprovechar toda la avenida de la mente y el corazón


para llegar al trono supremo.

G:.I:. Nuestro templo está cubierto.

LOS RITUALES Y LAS LITURGIAS

Antes de adentrarnos en el tema RITUALES Y LITURGIAS, que nos


proponemos desarrollar, queremos, una vez más, reafirmar, para entendernos, que
la Masonería debe ser considerada como una Gran Familia de Iniciados y que
todo el poderío de esta Augusta Orden reside exclusivamente en la eficacia de
la Ceremonia de la Iniciación, palabra de profundo contenido, palabra sublime
que determina el acto por medio del cual el hombre se acerca a los antiguos
alquimista, en cuyas alusiones al oro, debe interpretarse el símbolo de la pureza y
de la perfección, acto que debe sugerir al hombre el deseo de llegar hasta el mayor
perfeccionamiento para transformarse en el auténtico HIJO DEL HOMBRE.

Ningún Maestro Masón debe tolerar que la Ceremonia de la Iniciación sea


profana empleando medios y procedimientos que anulen toda la religiosidad del
Acto. Si, hemos dicho religiosidad, porque la Masonería no es una religión, sino
LA RELIGION. Hablando de religión y de ritos nos hemos adentrado en un
mundo místico y por lo tanto, es natural el que se nos pregunte si la Masonería es
una religión, a esa pregunta contestamos: la Masonería es LA RELIGIÓN (Gorel
Porciatti).

Quien pretenda modificar las fórmulas litúrgicas de la Masonería no es un


Iniciado, no es un verdadero Masón. Los innovadores empeñados en reformar
una Institución que ha sobrevivido a tantas generaciones sin alterar su espíritu
deben conservar intacto los rituales si no quieren que su metamorfosis la asesine.
La Masonería debe perdurar siendo para los adeptos del provenir lo que fue para
sus fundadores, porque no es posible reformar las doctrinas perfectas. (Ragon).

Retornemos mentalmente al respecto a los millares de siglos pasados: las


leyes, las costumbres, los ritos religiosos del mundo primitivo entre los indios,
los etíopes, los egipcios, los griegos, los romanos y los bárbaros, esconden sus
fundamentales conocimientos religiosos bajo formas geroglìficas y simbólicas.
Esto es en el fondo la maravillosa economía de la ciencia y de la religión de los
misterios. (Marconis – Rameau D`Or).

Con este brevísimo preámbulo hemos querido situar nuestro tema, difícil en
verdad, delicado, es cierto, pero indudablemente de oportunidad, en consideración
al hecho de que, innovadores trapaceros, ejecutores superficiales, no penetrados
en nuestro sublime arte siguen empeñados en modificar, empequeñecer, alterar
o pasar por alto aquellos actos litúrgicos y ritualismos más importantes,
consiguiendo una lenta y progresiva muerte de aquel espíritu que mantuvieron en
vida, y mantiene todavía, los antiguos y auténticos Iniciados. Se obstaculiza así la
formación de los verdaderos Masones, de los hombres conscientes del arte, de los
hombres que serían magníficos investigadores en la especulación de la sapiencia,
de la ciencia y del arte.

La evolución social, la guerra, las imperfecciones en la ejecución de las


ceremonias de Iniciación, y la escasa observancia de las normas esenciales
que deberían guiar a los Maestros en la selección de nuevos elementos para su
admisión en nuestra antiquísima Institución, han determinado que, hombres
absolutamente impreparados en nuestro Arte, se hayan sentido, en un momento
dado, autorizados a modificar leyes, rituales y liturgias, cometiendo el error de
considerar a la Orden Masónica como un club o una sociedad profana en la cual
se pueden ignorar las enseñanzas de los sabios de todas las épocas que llegaron a
nuestra Augusta Familia el tributo de su sabiduría.

Estos innovadores ignoran la unidad del origen y pretenden traer al seno de


nuestra Institución, reformas que matan o amortiguan en lugar de alimentar la
luminosa antorcha de la fraternidad, de la libertad y de la unión que distingue a la
Masonería Universal.

Es preciso afirmar que en la Masonería, ningún Rito, ningún Acto Litúrgico


carece de valor. Cada símbolo responde a la necesidad de dar forma real a las
concepciones de nuestro espíritu. O Wirth expresa al respecto, que el Símbolo abre
la ventana sobre el infinito, mientras Fidel agrega sabiamente: el Símbolo es el
vínculo exterior que uno a los Masones esparcidos por la superficie del globo que
tienen aspiraciones comunes y buscan, bajo la forma transmitida por la tradición,
asimilar la verdad para enseñarla a lo demás hombres. Cultivando esos estudios,
nos recuerda que los Masones tienen su patria universal y sus finalidades ideales.

Cuando un Masón desciende al bajo lenguaje de decir que las Ceremonias,


los Rituales y las Liturgias son viejos, vacíos, carentes de sentido o de objeto,
anacrónico o inadaptados a los tiempos modernos, demuestra no haber
comprendido nunca el Arte y por lo tanto la Masonería. Con nuestra habitual
tolerancia, sin animadversión contra él, le indicamos la necesidad de que estudie
todo el pasado de la Masonería para prepararse para el porvenir, sin que el
interregno se transforme en traidor de nuestra Orden, ni intente transformar en
sociedad profana una Institución nacida con la Ley de Dios.
A los Maestros agregamos que conviene permanecer rígidamente atendidos
a los límites universales de los Rituales y de la Liturgia impuestos por la
verdadera y auténtica Masonería, de lo contrario destruiremos tales límites para
degenerar en un sectarismo que quebrantaría nuestro orden hasta llegar a la total
desnaturalización de la grande y única Familia Universal.

Los Rituales transformados, modificados, abreviados, reducidos hasta la


expresión de a simple golpe de Mallete, o a la sola indicación de como costumbre,
no responde al Místico Masónico, a sus leyes, a su concepto espiritual y a menos
todavía a la necesidad de dar a nuestro trabajos aquel ambiente característico
que debe conducir a nuestros Hermanos hacia los arcanos misterios de nuestra
Orden y hacia el Arte motor del Espíritu y orientador hacia la meta sublime de la
brusquedad.

Es el Rito, la solemnidad con que se practica, la estrecha comunión que en


virtud del acto se establece con nuestro glorioso pasado, quien nos vincula a
aquellos grandes Iniciados que nos dejaron en herencia una misión que debemos
cumplir, que tenemos el ineludible deber de cumplir y hacer cumplir.

Las Liturgias modificadas, tal como se observa en algunos Orientes, no


reflejan la sublimidad del Acto Iniciático, y el acto resulta imperfecto, sin dejar en
el Iniciado aquella profunda y sugestiva impresión que inmediatamente lo vincula
a la sabiduría de la vieja ley. Cuando el Iniciado no siente, no observa, no ve en
torno suyo la solemnidad que el Acto debe encerrar, continúa siendo un profano
cualquiera y nunca llegará a ser un Iniciado perfecto.

La preocupación de los Maestros debe permanecer firmemente concentrada


sobre esta necesidad hasta llevar al Iniciado, a cualquier Grado que ascienda, a
efectuar en sí mismo aquella transformación que le permita convertirse en fuente
de luz consciente de la Ceremonia vivida. Para alcanzar tan elevado objetivo,
la Obra debe iniciarla el Maestro dirige los trabajos, pero debe además estar
estrictamente atenido a cuanto se establece en los rituales.

La Liturgia de nuestro Rito, todos los Rituales, poseen toda su brillantez


y la máxima profundidad en su significado y por lo tanto esa Liturgia y esos
Rituales deben ser rígidamente observados. En la observancia de esa fidelidad y
de esa rigidez litúrgica consiste el secreto de la vitalidad de nuestra Institución.
Opongámonos pues, a cualquier manipulación contraria a esa ortodoxia. La Ley
es única y los Rituales de la Masonería constituyen la genial y sabia síntesis de los
antiguos Ritos encerrados por un cuadro de insuperable sabiduría.

El Maestro debe rodear de la máxima profunda de sentimientos y de una


aureola de luz el Acto de la Iniciación, para que el neófito se sienta invadido por
un profundo y dulcísimo sentimiento que deberá dejar en él grabada la huella de
una fecha imborrable.
Pues bien, tales resultados se alcanzan con la estrecha observancia de los
Antiguos y Legítimos Rituales, de aquellos Rituales y de aquellas Liturgias
que jamás Masones cautos se atrevieron a modificar con manipulaciones o
abreviaturas, aquellos Rituales y de aquellas Liturgias que reflejan la sabiduría
de los Antiguos Iniciados y en cuya recopilación trabajaron Ilustres Hermanos
conocedores del Arte y superiores afianzadores de la religión, de nuestra religión
que es LA RELIGIÓN.

Partiendo del momento en que el profano se presenta a las puertas de


nuestros Templos para ser Iniciado hasta llegar a la última y sublime ceremonia
de elevación de nuestro Rito, todas las funciones litúrgicas deben rodearse de la
máxima importancia y solemnidad para que perdure grabadas, en la mente de los
Iniciados, los misterios de nuestra Augusta Orden.

Ultimada la solemne Ceremonia de la Iniciación, comienza el Aprendiz a darse


cuenta de que su primera labor es la de Escuchar, Atender, Obedecer, mantener el
Secreto, Respetar la Ley, vencer sus Pasiones y someter su Voluntad, y empieza a
comprender que poniendo la Escuadra sobre el Compás, deberá sobreponerse a su
propia iniciativa. Comprende el gran deber de penetrar los misterios de su propia
existencia, mejorándose y haciéndose digno.

El Compañero debe compenetrarse con su misión de hacer, de actuar, de


concurrir y de ser útil, porque ha conocido el Arte, las ciencias, todos los útiles
de nuestro trabajo y la forma de utilizarlos. Ha conocido el método idóneo para
conseguir su perfeccionamiento, para dotar a su personalidad de una fisonomía
característica, para hacerse poseedor de aquellos misterios que permiten al
hombre llegar a llamarse JUSTO Y PERFECTO. Además el Compañero aprende
que su personalidad ha sido enriquecida con la posesión de una filosofía propia y
por ello asciende hacia el Arte Real.

El Maestro asume obligaciones más graves y debe dedicar todas sus


preocupaciones a la propia existencia, porque sabe que la Maestría no
constituye una meta limitada. Los Maestros tienen el deber de trabajar por el
constante perfeccionamiento del Arte, asumiendo con ello la más grande de
las responsabilidades. Su camino no tiene término porque debe progresar
constantemente para convertirse en un manantial de luz para iluminar a los demás
con sus enseñanzas y su sabiduría.

Así se asciende, así se progresa de Grado a Grado, más para conocer todos los
misterios, para adentrarse en los profundos secretos del Arte sublime es preciso
recorrer un proceso de Iniciación y elevación esmerado, sublime, solemne,
animado por aquella rica Liturgia que deja en el Candidato, y en la profundidad
de su ánimo imborrable huella, y especialmente la huella del estímulo por la
conquista del infinito JUSTO Y PERFECTO.

A los Venerables Maestros, muy Sabios y Perfectos, Grandes Maestros y


Soberanos Grandes Inspectores de la Orden incumbe la gran tarea, la inmensa
responsabilidad, de todos los Actos Iniciáticos. Todos ellos deben sentir
íntimamente la responsabilidad del respeto a la Liturgia y a los Rituales cuyo
profundo contenido no puede anularse con inútiles golpes de Mallete y con el
modo acostumbrado, sino con la exacta, fiel y rígida observación de todos los
aspectos del Ritual y de la Liturgia en cada uno de los Grados, porque en cada uno
de sus aspectos se encierra el secreto de crear, de saber crear verdaderos Iniciados
y no estúpidos reformadores de las leyes que los sabios de todos los tiempos nos
han transmitido y las cuales nosotros tenemos el deber y la responsabilidad de
custodiar y conservar para transmitirlas intactas a aquellos que vendrán tras de
nosotros. Y quienes vengan detrás de nosotros tendrán que ser a su vez auténticos
Iniciados y no improvisados Masones que no saben porque razón llaman y se dejan
llamar Hermanos, ignorando el origen de esta sublime y Universal Fraternidad.

En la profunda Simbólica Masónica de las tres preguntas: ¿de dónde venís?,


¿quién sois?, ¿Quién sois?, ¿a dónde vais? Está el verbo de la responsabilidad.
Este Arte y esta responsabilidad se aprenden cuando se es buen Iniciado y mejor
Iniciado.

Dante ha dicho: SURGE ANTE LOS MORTALES. POR MANANTIALES


MÚLTIPLES LA LUZ DEL MUNDO.

Nosotros hablamos de diversos manantiales para que más tarde podamos


repetir como el mismo sumo poeta:

POR LA LUZ QUE EN TODO EL CIELO SE ESPARCE HEMOS SIDO


ALCANZADOS.

EL TEMPLO MASÓNICO

El ser humano buscó, desde su más remoto origen, entrar en contacto o


comunicarse con lo que consideraba era el ser supremo o su divinidad. En esta
búsqueda, guiado por su propia conciencia y obedeciendo los resultados de su
abstracción acerca del creador de todo lo que podía ver, sentir y presentir, entendió
que era necesario estar en un lugar apartado del bullicio y la incomprensión de sus
congéneres, para que en la tranquilidad del entorno pudiera escuchar la voz de su
propio ser, de su esencia, reflexionando profundamente para sentir la respuesta de
Dios, de todo aquello que no entendía o quería comprender.

Estos lugares, donde se empezó a honrar la virtud, lo divino, la inteligencia


y el bien, podemos considerar que fueron los primeros Templos y tuvieron una
configuración natural, pudiendo ser una gruta, un bosque, una cueva, un desierto,
etc., pero siempre con características que lo hacían especial y apropiado para su
objetivo.

Con el transcurrir del tiempo estos grupos humanos se fueron organizando y


empezaron a crear pueblos generalmente bajo la protección y guía de una o varias
deidades, a quienes les construían recintos especiales para su adoración y servicio.
Estos dioses representados por algún astro o personajes de aspecto zoomórfico,
les indicaban a través de las personas dedicadas a su culto (los sacerdotes) el lugar
más indicado para establecerse, acontecimientos futuros o las posibles mejores
opciones a tomar ante situaciones difíciles.

De todos los Templos que se construyeron en la antigüedad, el primero que se


edificó en nombre de Dios, creador del Universo, de todo lo visible e invisible,
fue el que hizo el Rey Salomón, por instrucciones de su padre el Rey David,
exactamente en el lugar donde obtuvo respuesta directa de Dios al pedimento
de que no siga castigando a su pueblo Israel, por una falta que personalmente
había cometido… “Y dijo David: esta será la casa de Yavé Dios y aquí estará el
altar de los holocaustos para Israel”… (Paralipómenos o Crónicas, primera parte,
versículos 21 y 23).

Entrando específicamente a nuestro tema, el Templo Masónico, desearía en


este caso obviar la parte metodológica de intentar una definición que englobe todo
lo que supuestamente pienso lo debe conformar, con el objeto de no limitar la
posibilidad de entender la esencia real, y a su vez tener la posibilidad de tratarlo en
algún momento de la exposición como la unidad manifiesta del Gran Arquitecto
del Universo, o interpretarlo en su aspecto dual causa y efecto de la multiplicidad
o en los tres aspectos de la realidad absoluta.

Dentro de la proyección cósmica, el Templo Masónico encierra un profundo


significado en la sola razón de su existencia y a su vez en la generación de un
nuevo Ser.

Si tomamos en cuenta el aspecto de la inmortalidad del alma y las múltiples


formas y oportunidades para su evolución dentro de la suprema obra del Gran
Arquitecto del Universo, toda esencia creada para este fin ha tenido que reunir
ciertas condiciones para ingresar al mundo terrenal convertido en un ser humano,
con las condiciones físicas y mentales que lo diferencia de cualquier otra forma
de vida o expresión de existencia, debido a su capacidad de pensar en términos
abstractos, de elegir y tomar decisiones. De forma similar el tener la oportunidad
de nacer como Masón y ser miembros de tan Augusta Familia, compartiendo
el privilegio de ingresar a trabajar en el Templo Masónico, nos indica que
como profano hemos podido alcanzar la medida que exige nuestra respetable
Institución, la cual se traduce, en madurez mental y emocional para recorrer en
forma voluntaria y consciente el camino de la autorrealización. Y también que
estamos preparados física y moralmente para ir en búsqueda de la Verdad, y el
cultivo y práctica de la virtud a través de la luz que se nos dio en el momento
de ingresar a esta Nueva Vida. Como referencia y complemento a este aspecto
simbólico tenemos que mencionar el Mandil que representa el cuerpo físico, en
nuestra vida de Masón, y nos recuerda el trabajo que tenemos que desarrollar en
nosotros mismos, como es la construcción de nuestro propio Templo Masónico
Interno.

La puerta del Templo Masónico está representado por dos Columnas que
recuerdan las del Templo del Rey Salomón, y están ubicadas en el lado de
Occidente, teniendo cada una además de la inscripción J y B, la fuerza y un
significado trascendente como proyección de la realidad absoluta, que sólo se va
conociendo de acuerdo a la evolución y Grado que se va adquiriendo.

Estas dos Columnas, J y B, representan el principio de la Ley de los pares


de opuestos, la luz y la oscuridad, lo positivo y lo negativo, el padre y la madre,
es el principio dualista generador de la multiplicidad y el pensamiento, de las
realidades aparentes y que lo vemos reflejado también en nuestros órganos que
conforman la estructura física y transitoria: dos ojos, dos oídos, dos hemisferios
cerebrales, dos brazos, dos piernas, etc., los cuales, en ese nacer y morir de nuestro
aprendizaje y evolución, en ese viajar de occidente a oriente y viceversa, en un
momento y en un espacio se dejarán temporalmente para conjugarnos con el todo
en el Oriente Eterno.

Con estas dos Columnas se inicia el Pavimento de Mosaico formado por cuadros
blancos y negros entretejidos, que representan la multiplicidad engendrada por la
dualidad, conformada por los pares de opuestos y se encuentran constantemente
el uno cerca del otro y por el cual nosotros tenemos que transitar, entre el bien y
el mal, el amor y el odio, la actividad y la pasividad, el día y la noche, la alegría y
la tristeza, el triunfo y el fracaso, etc.

En ese transitar erguido sobre toda esa gama de contradicciones, tenemos la


posibilidad de superarnos con nuestro pensamiento absoluto y trascendental como
el Ara en medio de esta multiplicidad, elevándose en una sola realidad, por encima
de esa visión dualista que lo rodea, porque están en él los instrumentos para llegar a
tal exactitud. Allí tenemos la Espada que abre caminos y custodia el cumplimiento
del trazado de arquitectura, como la conciencia inclaudicable que busca la verdad
contenida en el Libro Sagrado. Sobre él se encuentran los instrumentos que
necesitamos para comprender la eterna verdad y ponerla en práctica: el Compás
y la Escuadra. El primero está abierto en un ángulo de 60 grados, y su vértice
está dirigido hacia el Oriente; con él se puede construir el círculo que representa
la unidad, el todo, y a su vez, con sus extremos, se puede construir dentro del
círculo el triángulo equilátero que representa la triada, el ternario de la perfección.
Llevándolo al plano de nuestra naturaleza, el Compás representa los 3 aspectos de
nuestro espíritu o ser supremo en nosotros (la inteligencia, el amor o la sabiduría
y la voluntad o el poder). La Escuadra con su ángulo de 90 grados y su vértice
dirigido al Occidente, al mundo de las apariencias, de las manifestaciones, los
dos planos conformados por la regla y la plomada, uno es la proyección del punto
en una dirección impulsada por nuestra voluntad para seguir una vida recta en
búsqueda de la verdad, y la plomada de verticalidad de la línea, pero en sentido
contrario a la fuerza de las pasiones y ambiciones superfluas y terrenales, el
camino es ascendente y trabajoso pero necesario para construir los pilares de
nuestro Templo Masónico interno. La Escuadra representa nuestra personalidad,
es decir, nuestro ser inferior (la mental, emocional y la física). Es el instrumento
que va a ser la guía de la rectitud de nuestros actos y acciones.

El Compás y la Escuadra, superpuestos en la forma que señala el Símbolo


Masónico, nos indica la naturaleza de nuestro Ser.

Las tres luces que se encuentran sobre el Ara formando un triángulo equilátero,
manifiestan la equidad, el equilibrio que debe haber entre los extremos y el punto
de origen, la realidad hacia la cual estamos avanzando.

Al terminar este camino de pares de opuestos en el Oriente, se encuentra


una de las tres luces del Templo Masónico, el Venerable, guía en los trabajos
de la Logia y sabiduría que emana del propio ser y sentir. La otra luz ubicada al
Occidente es la del Primer Vigilante que representa la fuerza, la voluntad para
empezar y continuar como parte de nuestra propia convicción y comprensión. Y
la tercera luz ubicada en el medio día, representa el instrumento de la realización,
la belleza, la armonía de la forma que se logra a través del reconocimiento y
eliminación de las imperfecciones.

Detrás del Venerable se encuentra el Delta que representa al Gran Arquitecto


del Universo irradiando divinidad, la luz que sale de su omniciencia, omnipotencia
y omnipresencia. Y el Ojo representa una visión infinita y universal, en un todo
que mira y siente en él, y su presencia es única. A sus lados se encuentran la luz
visible representada por el sol, luz de la ciencia; y la luna, luz de la filosofía.

El lado Norte del Templo lo conforma la Columna de los Aprendices y


representa la oscuridad y la frialdad de la razón, lugar por el que se tiene que
pasar, en nuestro Viaje al Oriente, a la realidad. Y del lado Sur está la Columna
de los Compañeros y Maestros, lugar por donde se retorna al occidente para no
volver a empezar, a evolucionar pero con un mayor conocimiento, luz que nos
reflejan los Maestros para seguir en la búsqueda de la verdad y la virtud.

Rodeando el Templo debajo del techo se encuentra la representación de la


fuerza y unión de todos los masones, como una Gran Familia: la Cadena. Este
Símbolo nos muestra la fusión espiritual que existe entre los que siguen la ruta
trazada por el Gran Arquitecto del Universo, la cual está muy por encima de las
diferencias terrenales, para conformar un todo.

El techo del Templo es el Infinito como nuestro Creador, por eso se le representa
con la figura de un cielo estrellado. Ante esta magnificencia es bueno recordar
que no estamos solos y que somos un punto en la suprema realidad. Que en el
camino de nuestra búsqueda y evolución hacia la luz eterna, serán (dependiendo
de nuestro esfuerzo y dedicación) diversas las realidades que nos tocará vivir, y
que en esta parte de la tierra, en el nadir, se quedará la materia, la apariencia que
nos sirvió de vehículo para un objetivo superior, pero el espíritu continuará hacia
el cenit, principio del fin de una nueva realidad.

Si bien es cierto que el Templo Masónico es la representación viviente y activa


del Universo, éste no puede tener su razón sin la parte que conforma la vida dentro
de ese gran organismo, estos son los obreros que trabajan en el tallado de su
propia piedra para formar parte trascendente del Templo Masónico Universal.

Dependiendo del grado de evolución que se ha producido en su propia ser, en


su intelecto, desarrollando la capacidad de poder ver más allá de las apariencias,
de las formas exteriores, de la ilusión, trascendiendo en el conocimiento de lo
absoluto, de la suprema realidad, tenemos los tres grados que representan a los tres
grados de transición: el Aprendiz, representado por la piedra bruta, el Compañero,
es la piedra tallada y el Maestro está simbolizado por la piedra cúbica pulida,
síntesis de la triada espiritual, la liberación.

Teniendo en cuenta las funciones que realizan cada una de las dignidades
y oficiales, al igual que cada miembro, órgano y sistema de nuestro cuerpo,
proyección simbólica del universo, tenemos:

1. EL VENERABLE MAESTRO: cuyo símbolo es la Escuadra, con la letra


G que representa las tres ciencias (Gramática, Gnosis y Geometría).

2. EL PRIMER VIGILANTE: su símbolo es el nivel, el punto de equilibrio.

3. EL SEGUNDO VIGILANTE: su símbolo es la perpendicular formada


por la plomada que descansa sobre la regla.

4. EL ORADOR: cuyo símbolo es el Libro Abierto.

5. EL SECRETARIO: tiene como símbolo dos Plumas Cruzadas.

6. EL TESORERO: su símbolo son dos Llaves Cruzadas.

7. LOS EXPERTOS: tienen como símbolos la Escuadra y el Compás.

8. EL HOSPITALARIO: su símbolo es una Mano.

9. LOS MAESTROS DE CEREMONIAS: el símbolo es una Alabarda.

10. LOS DIACONOS: tienen como símbolo un Mercurio.

11. EL ARQUITECTO DECORADOR: el símbolo es un Templo.

12. EL MAESTRO DE BANQUETE: su símbolo es una Cornucopia.

13. EL GUARDA TEMPLO INTERIOR: su símbolo son dos Espadas


Cruzadas.
14. EL GUARDA TEMPLO EXTERIOR: su símbolo es una Espada.

El resumen y síntesis de este trabajo está en uno mismo como micro universo,
representado en nuestra triple realidad (intelectual, espiritual y material). Somos
obra del Gran Arquitecto del Universo y parte de la unidad que representa y
gracias a él tenemos la libertad de buscar nuestra superación, en convertirnos en
el Templo que permita honrarle en toda inmensidad.

Esa hermosa responsabilidad hace que nos convirtamos en objeto, sujeto y


medio para el logro de nuestro más alto ideal.

Como objeto, nos representamos como la piedra bruta sacada de la cantera,


con vicios, pasiones y defectos, la cual se tiene que tallar y pulir hasta convertirla
en una piedra cúbica perfecta.

Al ser sujeto, nos convertimos en el obrero que con esfuerzo y dedicación


desarrolla su trabajo, utilizando las herramientas que permitan tallar nuestra
piedra de acuerdo al grado de perfección que se desee alcanzar.

El medio lo conforman las herramientas que están dentro de nuestro ser interior,
el martillo que representa a la voluntad de iniciar nuestra superación, la fuerza
con la que decidimos elevarnos por encima de las contradicciones que gobiernan
nuestra vida. El cincel es la inteligencia que nos permite asimilar y entender los
conocimientos expresados no sólo en la apariencia externa de las cosas, sino llegar
al entendimiento más profundo que irá dirigiendo nuestras acciones. La escuadra
representa la facultad del juicio basado en la enseñanza del trazado de arquitectura
que tiene la verdad y la luz del entendimiento, comprobando nuestro progreso y
rectificando lo que no forma parte de la configuración de nuestra piedra cúbica,
guiando nuestros esfuerzos para alcanzar nuestro ideal propuesto, siempre para la
Gloria del Gran Arquitecto del Universo.

OPINIÓN MASÓNICA

“la Masonería es la fuente sagrada donde se restaura la marchita belleza, se


esclarece la enturbiada sabiduría y se vigoriza la debilitada fuerza. Es el asilo de las
asustadas lealtades, la conciliadora de la injuriada inocencia, la recompensadora
del impugnado amor… Demuele la pared divisora erigida por el prejuicio entre los
hombres; arranca al vestido de oro que cubre el cuerpo sin alma; coloca corazón
frente a corazón, mentalidad frente a mentalidad, fuerza frente a fuerza… Enseña
a juzgar el árbol por sus frutos, y no por el suelo en el que medra ni por la mano
que lo plantó”. (Ludwig Borne).

EL DERECHO MASÓNICO

En la estructura masónica se da una situación referida a su legalidad o


regulación normativa interna y particular, ya que no coincide ni es en ningún
momento un órgano estadal ni para estadal. De la impresión por el tradicional
uso de una terminología similar, que se copia la legislación del Estado y usa su
terminología, pero realmente no se trata sino de una asociación de hombres o
ciudadanos, que dentro del régimen estadal encuentra su derecho a ser y actuar
en el derecho humano o garantía de asociarse con fines lícitos; y se regula por
la Constitución y el Código Civil, ya que es una asociación sin fines de lucro,
humanitaria, filantrópica y que se puede asignar al voluntariado. En el país
no existe una legislación especial, que regule a la Masonería ni que la afecte.
Entremos a la consideración de sus principios y reglas, como un papel de trabajo
a ser perfeccionado por mejores observaciones y apuntaciones.

LANDSMARKS

Los principios universales de la Masonería son denominados Landsmarks.


Son de origen europeo y pretenden ser inmodificables y universales. Constituyen
reglas ancestrales y se conocen sur enumeraciones que son variables. En Tenida
de Gran Logia de aquí, del 1º de junio de 1951, se emitió la Declaración, fecha 1º
de enero de 1952, (siendo Gran Maestro: José Tomás Uzcátegui y Gran Secretario:
Jesús M. Chango Gómez) donde, en su artículo 4º, dice:

Artículo 4: “Así ratifica soberanamente su adhesión e irrestricto acatamiento


de los Antiguos límites, usos y costumbres de la Orden que regulan el
funcionamiento de la Corporaciones Simbólicas Regulares del Mundo, y que
están en plena armonía con la práctica de modernos postulados democráticos que
entrañan la justicia social y el equilibrio humano. De seguida se reproducen los 25
Landsmarks expuestos por el H:. A. Mackey.

Son interesante los numerosos enfoques – algunos muy críticos -, creyendo


que la obra mexicana de José González Ginonio “Las fuentes del Derecho
Masónico” (ediciones el Monitor Masónico – México – 1954) y W. Cox Leacher
“La regularidad Masónica en una nueva luz” (Los Landsmarks) (BA 1975) son
de obligatoria tenencia y lectura. Existen – aprobados el 29 de Septiembre de
1929 por La Gran Logia Unida de Inglaterra – “Los principios básicos para el
reconocimiento de Grandes Logias”, que también pueden aportar conocimiento
valioso.

OLD CHARGES

Sin tener la importancia de los primeros, están los llamados “Olds Charges”
o viejos preceptos masónicos, detectados en antiguos documentos ingleses
(“Manuscrito Regius o Halliwell”) que se estudian revelando muy antiguas reglas
masónicas, provenientes de antiguas logias o agrupaciones de ellas.

Es de plantearse si la Mas.: Indoamericana ha establecido maneras invariables.


Hemos opinado, que en lo que respecta a Latinoamérica, el adherir a la “República”,
como fórmula de organización política social, llega a elevarse para nuestra región
en un viejo principio masónico.

PERSONERÍA JURÍDICA DE LA GRAN LOGIA DE VENEZUELA

Siempre que se hace referencia a la Gran Logia de Venezuela se dice:


“Instalada el 24 de julio de 1824”. No pude localizar ningún ejemplar o cita
de dicho documento. En la oficina subalterna del Primer Circuito de Registro
del Departamento Libertador del Distrito Federal, con fecha 2 de noviembre de
1944, quedó anotada bajo el Nro. 47, folio 77 del Protocolo I Tomo 8º, el Acta
Constitutiva de la Gran Logia de Venezuela, del 9 se Septiembre de 1838, al
separarse el país de la Gran Colombia. Es el primer documento que hemos podido
leer sobre ese aspecto de su legalidad.

Tanto uno como otro cuerpo, de los que en la actualidad se disputan la


denominación de Gran Logia de la República de Venezuela, se pueden encontrar
protocolizados en las actas periódicas del mantenimiento de la legalidad en la
designación de las autoridades de ambas ramas. En el Derecho Privado del país,
se adquiría personalidad jurídica propia como Asociación de naturaleza civil,
mediante el artículo 19 del Código Civil, en su original 3º.

Hoy, fundada de derechos consagrados en la Constitución Nacional (art. 52)


y en el Estado, está un deber correlativo de facilitar el ejercicio de ese derecho;
se podría calificar en asociación de esa naturaleza, con la denominación en
uso de Organización No Gubernamental (ONG), sin fines de lucro, indefinida
en su duración, dedicada a los fines filantrópicos y humanitarios, de naturaleza
constitucional, fundada en los derechos humanos y con forma civil. Se adjuntó
en esa oportunidad, para el Cuaderno de Comprobantes (Nos. 105 y 106, folios
169 al 179 y del 80 al 211) un ejemplar de la Constitución y otro de los Estatutos
Generales.

El médico Juvencio Ochoa, Gran Maestro para esa época, certifica que el Acta
se encuentra en el Salón Principal del Templo Masónico. No lo hemos podido ver
allí (1).

ESTATUTOS GENERALES

Como un desarrollo más concreto de la Constitución, los Estatutos del 1 de


diciembre de 1931, que empezó a regir el 1 de febrero de 1932, que deroga los
aprobados el 20 de abril de 1925, viene a regular – con aspecto de reglamento,
pero en un grado de mejor organización – muchos detalles de los Órganos de la
Gran Logia.

En unos Estatutos no se puede ir contra lo expreso en la Constitución – ésta


priva en su espíritu y letra -, sino que los Estatutos amplían y detallan lo que allí
se enuncia. A su vez, priva frente a otras regulaciones derivadas, como serían
los reglamentos de Logias, Acuerdos y Resoluciones de la misma Gran Logia y
de los Talleres en particular. Para modificar o elaborar otras normas estatutarias,
solamente se puede hacer a través de las disposiciones que regulan su modificación
(Arts. 377 y 378 Estatutos Generales de la Gran Logia). Es una atribución propia
de la Gran Logia, como cuerpo (Ord. 1º, art. 26 Constitución Masónica)

CARTA PATENTE Y PERSONERÍA DE CADA LOGIA

La Logia y los triángulos son las entidades básicas de la Masonería. Son


autónomos y libres y al constituir o afiliarse a una Gran Logia, entran allí,
renunciando a algunos, pero manteniendo su autonomía en lo interno. Es
potestad de la Gran Logia otorgar a cada Logia su carta patente (Ord. 3, Art. 26,
Constitución Masónica) y sólo la Justicia Masónica, en proceso debido al Cuerpo,
la puede suprimir (Art. 58 Constitución Masónica) o propia decisión del taller. Se
debe levantar al constituirse el acta constitutiva de cada logia y protocolizar como
asociación civil, a los efectos de tener su personería. Allí, todos los años, se debe
protocolizar una copia del acta de elección y constitución de los funcionarios de
cada período, para mantenerse la legalidad. Se han pasado experiencias de pérdidas
y recuperaciones de Cartas Patentes. Pueden reproducirse copias y elaborarse una
nueva. Se acostumbra copiarla en el documento donde se constituye la asociación
legal, para obtener su personería jurídica.

CONSTITUCIÒN

La Gran Logia de Venezuela se regula por su Constitución. Aparece la primera


en 1847 y luego es reformada el 1 de diciembre de 1968, que mantiene en vigencia
la Constitución de 10 de marzo de 1924.

Se pasó por el Decreto 21 de fecha 14 de octubre de 1957, que derogó la


Constitución del 1 de septiembre de 1956 y que retrotrajo a la vigencia de la
constitución de 1924. Ese suceso dio origen a la separación del Cuerpo que
funciona en Plaza de la Concordia de esta ciudad y que reclama su vigencia y
prevalencia.

Contiene los principios definitorios de la asociación, que reúne las logias


que las forman y establecen la organización de sus poderes (Gran Logia, Gran
Maestría y Funcionarios, Alta Cámara de Justicia, Comité de Zona y demás
órganos), adscribe a un Rito Masónico determinado (el nuestro es el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado, con un Simbolismo de los tres primeros Grados y en total en
el Rito de 33 grados). Con tiene las normas prevalecientes o en la cúspide de la
estructura legal, incluyendo sus reglas.

ESTATUTOS PENALES Y DE ENJUICIAMIENTO MASÓNICO


Destinados a definir los delitos y faltas en las cuales pueden incurrir los
masones y regular la organización y procedimiento de la Justicia Masónica,
aprobados el 13 de mayo de 1924, empezaron a regir el 1 de junio de 1924. Fue
derogado el 8 de enero de 1982.

Reproducimos el cuadro de la Administración de Justicia Masónica en el


Simbolismo:

Principios:

- Opera en tres Instancias o Grados.

- Es escrito, pero realizado en tenida.

- El afectado tiene defensor: el ex Venerable o un Hermano.

- El afectado tiene su propio Debido Proceso. No puede ser condenado sin


oírsele, permitir que haga pruebas, informe y ejerza los recursos.

- El Juez o los jueces deben ser imparciales.

- El acusador de buena fe es el Orador.

- El delito o falta debe estar en Ley preestablecida.

ACUERDO, RESOLUCIONES Y DECRETOS

Derivan de la Gran Logia o del propio Taller para regular situaciones


concretas. Los acuerdos son decisiones que toma el cuerpo, sobre un asunto dando
su motivación, mediante considerandos y se tiene como una manifestación del
Taller. En cambio, las resoluciones son disposiciones administrativas de la Junta
Directiva o del propio miembro, para reglamentar y establecer conductas futuras.

Los acuerdos están, por lo general, destinados a dársele publicidad y requiere


la aprobación de la Gran Logia (arts. 8 C.M. , 16 Ord 11 C.M. , 35 y 263 C.M.)-
(creemos son objeto de acuerdo la publicación del Cuadro Anual, la designación
de miembros de honor, manifestar al opinión del cuerpo en asunto humanitario o
propio de la masonería o cuando acuerda extinguir la Logia). En las resoluciones
entraría el plan de temas para el año, cambios de horarios, lugares y días de tenida,
etc.

En cambio, los Decretos, están destinados a expresar lo que resuelve el


Venerable Maestro, refrendado por el Secretario, en los aspectos administrativos,
órdenes y convocatorias o donde se ejecute un mandato del Cuerpo, que así lo
disponga. Una especie dentro de las resoluciones del Taller son sentencias en los
juicios masónicos donde actúa. El término Documento abarca la expresión escrita
de los acuerdos, resoluciones y decretos. Por último se emite la correspondencia
como medio escrito de comunicación. En los usos se denominan “Planchas”.
Dentro de este rubro están las credenciales, el carnet y copias certificadas que
fueran necesarias en los trámites administrativos de las iniciaciones y ascensos.

REGLAMENTOS

Emanan del propio Taller y son aprobados por la Gr:. Logia, destinado a fijar
los detalles del propio funcionamiento. Reglamentar es detallar normas generales
para hacerlas operar en sus aspectos concretos.

La potestad de legislar corresponde a la Gran Logia en sus atribuciones, pero


quedan puntos de funcionamiento interno de cada Taller, donde se da la facultad
de reglamentarse. La Gran Logia controlará que no se invadan esferas que le
correspondan y le importe su aprobación. (Art 33 C.M.)

- Existe el Reglamento de la Comisión de Fomento del Templo fechado el


7-2-1979 y derivado de la decisión y regulación del Gr:. Log:. Y el Sup:. Cons:.
Del Gr:. 33.

- Reglamento de Elecciones.

- Régimen Legal (C.M. Ord 11 Art 26/ E.M- Art.33)

PACTOS

La Gran Logia de Venezuela y el Supremo Consejo Confederado del Gr:. 33


han suscrito un Pacto donde se reconoce, establece y regularizan sus esferas de
trabajo. Están en vigencia el del 9 de octubre de 1979, que derogó el del 2 de
septiembre de 1926.

La materia de las relaciones con otros Cuerpos o Ritos ha sido delegada por
las Logias en la Gr..Log:. (Ord. 5: Congreso y Convenciones: Ord. 7º relaciones
con cuerpos y potencias regulares nacionales o internacionales, del Art. 26 C.M.),
sin embargo, las Logias mantienen relaciones con otras Logias del país o del
extranjero, mediante los Garantes de Paz y Amistad (Art, 264 a 267), para hacer
efectiva la fraternidad, aumentando la comunidad y correspondencia.
LITURGIAS

Existen Liturgias (Texto Oficial 1968) que regulan el Ceremonial en varios


actos. Igualmente, cada Grado tiene su Liturgia y algunos sus Catecismo.
Es materia propia de la Gran Logia (Ord. 2 art. 26 C.M) – que lo estudia en
la Comisión de Ritos – emitir las liturgias, aunque obedecen a la tradición de
reproducir rituales usados desde hace tiempo inmemorial, atribuibles a diversos
autores. (Se recomienda ver el Manual de Masonería, de André Cassard)

Aparte de las liturgias de los cuatro Grados se tiene Ceremonial para la


Adopción de Luvetones, Consagración del Estandarte, entrega de Garante de
Amistad, Honras Fúnebres en el Templo y Servicio en el Cementerio, entrega de
Diploma de Miembro de Honor, Afiliación, Consagración de Panteón, Instalación
de Funcionarios, que aparecen en el texto oficial – Caracas 1968.

USOS Y COSTUMBRES

En los Talleres se realizan y mantienen usos y actividades que, no estando


reguladas expresamente, se mantienen tradicionalmente. Podría citarse, como
ejemplo, la Cadena Fraternal y leer la Oración en Pie y al Orden durante
el recorrido del Hospitalario. Su existencia se basa en la tradición oral y se
determina por la consulta con los Hermanos de mayor edad y experiencia. No
pueden contradecir disposiciones legales masónicas, aún por el tiempo. (Ver art.
58 Ord. 1º C.M.) Puede seguir líneas reguladas, pero al margen de ellas y se
denominarían extralegem. He visto usos distintos. Entre de la Tenida se rinden
honores a la Bandera entonando el Himno (Log:. Pitagórica). Al profano se le cita
y se le venda introduciéndolo en el Taller, formulándole preguntas, que revelan
su orientación y opiniones, para verificar su disposición y no una curiosidad
pasajera. (Cámara Oscura)

JURISPRUDENCIA MASÓNICA

Emanados de las decisiones de los órganos de Justicia Masónica, se determinan


criterios de interpretación a otros casos similares de las normas. Se ha sostenido
que el hombre común puede diseñar su conducta de acuerdo con los criterios
que se han dado en los órganos de justicia hablándose del valor pedagógico de
los fallos. También se tiene como criterio jurisprudencial la forma reiterada que
la Logia tiene para aplicar una norma. Por último, se ha aceptado como criterios
adecuados de interpretación y aplicación de una Norma Masónica, los criterios
elaborados por autores acreditados.

Hay un “estilo” en cada Taller en la forma de organizar su temática, apegarse


o no a un ritualismo, a resolver sus procesos eleccionarios.
OTROS CUERPOS

I. En el Orden Masónico Interamericano existe la C.M.I. –Confederación


Masónica Interamericana– fundada en abril de 1972, en fecha que tiene su cuerpo
de leyes regulares.

II. El Rito de Adopción Venezolano que tiene su Constitución (enero 1975),


Estatutos (enero 1975) Código Penal y de Enjuiciamiento (marzo 1975) y sus
rituales.

III. El Ajefismo Venezolano, que tiene su Constitución en fecha 12-2-1972.

IV. Logias de otros ritos como los del Real Arco y York.

INTERPRETAR UNA NORMA MASÓNICA

Fue una pretensión del positivismo, basado en la sospecha de la falta de


competencia en el ser humano, que se podía legislar dictando reglas que no
requiera sino aplicar mecánicamente lo que está especificado. Constituyó una
ilusión. No hay texto claro. Así nace y se mantiene la actividad exegética. La
Ley es clara. Abarca todos los casos. Y sólo se aplica su texto al caso concreto.
Se comprobó que no es posible regular todos los casos y se avanzó a buscar en
las normas la intención y la finalidad, el espíritu y propósito, que se tuvieron para
emitir e implantar la norma. Se dio mucha importancia a los trabajos preparatorios
y exposiciones de motivos, para localizar una correcta interpretación y aplicación
de la norma. Se avanza a la certeza que de ninguna norma puede cubrir todos
los casos, más cuando se presentan situaciones no previsibles, hasta llegar
a aceptarse que se debe tener un criterio que localice lo que es útil a realizar
la justicia, haciendo coincidir con su criterio ético adecuado, restituyéndose la
creencia en la bueno formación y actuación del intérprete. Sobre todo, se acepta
la variación proveniente de los tiempos y de las circunstancias, sin caer en ser
acomodaticio, sino que se ajusta a la necesidad. Esas posiciones se aplican a la de
juzgar en caso correcto, donde es necesario aplicar la norma luego de un proceso
debido. En cambio, en la aplicación de las normas, en la vida de cada Logia, en
sus actividades, que se podrían tener una actividad administrativa, se centra en el
Orador de cada grupo: es el controlador de la Legalidad Masónica, de cómo el
Cuerpo, a través de sus funcionarios, realiza la actividad masónica, para lo cual
se deben conocer todos los Cuerpos Normativos, cómo aplicarlos regularmente y
cómo corregir errores o desviaciones. En bien general de la Orden, sería una frase
de mucho interés, ya que se debe manejar con prudencia esa regla o máxima de
experiencia.

Creemos que se debe estimar hoy en día, que una Logia se trata de un Cuerpo
de Voluntarios, ya que ni se debe ni se puede hacer ingresar y permanecer en
forma obligada a una persona en la Masonería. De allí que se impone cambiar
el criterio de penalizar o someter a los miembros a conductas concebidas como
delitos o faltas, sino estudiar y establecer el estímulo de conductas positivas,
entender las críticas y crear y cultivar un ambiente fraternal, donde vale más la
conducta correcta estimulada y aceptada por propia voluntad, que impuesta por
criterios dogmáticos o impositivos. Debemos alegar de nosotros una noción de
que podemos manejar la Logia como una hacienda propia o bajo un régimen
cuartelario.

NOSOTROS SOMOS HIJOS DE LA LIBERTAD

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ANEXOS
Programa de Docencia para los Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro
Programación para la Docencia de los Grados de Aprendiz, Compañero y Maes-
tro, Período 2015-2017

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