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ACEPTACION DE LA HERENCIA

Serie 11
Gaceta Judicial 7 de 18-dic.-1969
Estado: Vigente

TERCERA INSTANCIA

VISTOS: El doctor Augusto Velasco Montesdeoca, en su calidad de albacea y heredero de su


hermana Elena Velasco, afirma que su dicha hermana como consta del documento adjunto, entregó
a Gustavo Zúñiga la suma de 10.000,00 sucres y 20 letras de cambio aceptadas por ella, por
1.000,00 sucres cada una, pagaderas en plazos sucesivos de un mes, con el objeto de que los
invirtiera como parte de pago de compra de su casa a nombre de Alfredo González, estipulándose
que, en caso de no realizarse el negocio dentro del plazo de un mes, o sea el 27 de agosto de 1965,
le devolvería a su hermana tanto los diez mil sucres como las indicadas letras; pero que, habiendo
su hermana llegado a pagar las ocho primeras letras y hallándose aún el dispuesto a pagar las doce
letras restantes, ha sido informado de que el objeto para el que su hermana entregó el dinero y las
letras de cambio no se cumplió. Con estos antecedentes demanda en juicio ordinario para que se
declare que Gustavo Zúñiga retiene indebidamente tanto los diez mil sucres entregados por su
hermana como los ocho mil sucres valor de las ocho letras de cambio indebidamente cobradas; y
que dicho señor esta obligado a devolver las doce letras restantes y a pagar a la sucesión de su
hermana los daños y perjuicios, por haber incurrido en culpa o negligencia grave incurrido al dolo.
Antes de la citación con la demanda, el actor manifiesta que ha recibido insistentes avisos de que las
doce letras restantes también han sido pagadas y aclara su demanda en el sentido de que si en el
curso del juicio se probare que en realidad han sido pagadas tales letras, el demandado se hallaría
obligado a devolver a la sucesión el valor de tales letras. El demandado, en su contestación a la
demanda, opuso las siguientes excepciones:
1o. La demanda, en la forma en que esta planteada, es ilegal e injurídica y no reúne los requisitos
legales pertinentes, ya que en ella mismo el actor se dice y se contradice en los fundamentos de
hecho y de derecho en los que se apoya.
2o. Que si bien suscribió el recibo que se adjunta a la demanda, se cumplió la condición y no se halla
obligado a restituir suma alguna;
3o. Que la señorita Velasco contrajo el compromiso de pagarle la cantidad de 30.000,00 sucres por
el valor de un predio que le pertenecía y que debía venderle a Alfredo González, cuando arregle con
Benjamín Medina la promesa por escritura pública de venderle dicho predio.
4o. Que la señorita Elena Velasco fue informada del cumplimiento de la condición y por eso siguió
pagando sus obligaciones.
5o. Que no se cumplió dentro de los treinta días de plazo, porque el prominente vendedor no podía
otorgarle la escritura sino después de cinco años y el plazo fue prorrogado hasta el 17 de diciembre
de 1965, en que el prominente vendedor vendió directamente el predio a Alfredo González, por
escritura pública.
6o. Que la venta se realizó directamente por parte de Benjamín Medina a favor de Alfredo González,
por convenio mutuo existente entre las partes, la señorita Velasco y el.
7o. Que la demanda no reúne los requisitos legales porque no se ha fijado la cuantía.
8o. Que consta del mismo documento la estipulación de que realizada la escritura de venta el
documento quedará sin valor, y por lo mismo la demanda carece de causa.
9o. El actor carece de derecho para demandar, por sí sólo, al tenor de lo dispuesto por el Art. 1348
del Código Civil.
10o. Que niega los fundamentos de la ampliación y aclaración de la demanda.
11o. Que reconviene al actor el pago de las doce letras restantes con los respectivos intereses de
mora, y el pago del lucro cesante y el daño emergente que le ocasiona la presente acción.
Trabada así la litis, y recibidas las pruebas de una y otra parte, el inferior considerando que con la
venta del predio realizada por Benjamín Medina Defranc, a favor de Alfredo González, aún cuando
no haya intervenido el demandado, se ha dado cumplimiento al compromiso por esta ante la que fue
señorita Elena Velasco, aunque no se haya realizado dentro del plazo de un mes, rechazó la

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demanda y aceptó la reconvención; y el superior, en virtud del recurso de apelación interpuesto por
el actor, considerando que del testamento otorgado por la señorita Elena Velasco Valdivieso aparece
que instituyó como sus herederos a sus hermanos doctor Augusto, Amelia y Beatriz Velasco
Montesdeoca, a sus sobrinos Dávalos-Velasco, Velasco- Alcívar y León-Velasco y a Luis Arturo
González, que por expresa disposición del Art. 1348 del Código Civil, el albacea no puede
comparecer en juicio en tal calidad, sino para defender la validez del testamento o cuando fuere
necesario para llevar a ejecución las disposiciones testamentarias, pero en todo caso con
intervención de los herederos presentes o del curador de la herencia; y que el doctor Augusto
Velasco no podía comparecer por sí sólo como albacea, sino con intervención de los herederos
presentes, de los numerosos instituidos en el testamento, confirmó la sentencia del inferior, y el actor
interpuso el recurso de tercera instancia para cuya resolución se considera:
1o. Que no hay nulidad procesal que deba ser declarada o que haya sido alegada por las partes.
2o. Que el demandado, en su primera excepción, alega que la demanda, en la forma como esta
planteada es ilegal e injurídica y no reúne los requisitos legales, sin concretar y especificar los
motivos de la ilegalidad o injurídica de la demanda, y menos precisa los requisitos legales omitidos, a
tal punto que ni siquiera puede calificarse tal excepción de dilatoria o perentoria, que no sean las
últimas palabras "ya que en ella misma el actor se dice y se contradice en los fundamentos de hecho
y de derecho en que se apoya", que permiten calificarla como perentoria, porque se refiere a los
fundamentos de la demanda; pero que tampoco específica excepción alguna y sólo constituye una
negativa general del derecho y que por lo mismo no puede concederse a tal excepción el alcance
que le da el superior en su sentencia.
3o. Que es procedente la novena excepción porque si bien el art. 1337 del Código Civil impone al
albacea la obligación de velar sobre la seguridad de los bienes el Art. 1348 no le concede el derecho
de comparecer en juicio en calidad de tal sino para defender la validez del testamento o cuando
fuere necesario para llevar a ejecución las disposiciones testamentarias, y ninguno de estos objetos
se persigue con la acción materia del presente juicio. Más el doctor Augusto Velasco planeó la
acción también como heredero, y ninguna excepción opuso el demandado a este planteamiento y si
del testamento que obra a fs. 2 y 3 consta que la señorita Elena Velasco instituyó varios herederos,
el demandado no ha justificado ni pretendido justificar que uno o algunos de ellos hayan aceptado la
herencia que es requisito indispensable para que el heredero designado adquiera el título de
heredero y se sustituya en los derechos y obligaciones del de cujus, como indican múltiples
disposiciones del Código Civil, tales como el Art. 1025 que define la delación de la herencia como el
llamamiento de la ley a aceptarla o repudiarla; como el Art. 1026 que, en caso de fallecimiento del
heredero designado, antes de haber aceptado o repudiado la herencia, transmite a su heredero no la
herencia, sino el derecho de aceptarla o repudiarla; el Art. 1293 que dispone que si dentro de quince
días, de abrirse la sucesión no se hubiere aceptado la herencia o una cuota de ella, y no habiendo
albacea, el juez declarará yacente la herencia, y que "Si hubiere dos o más herederos - como es del
caso-, y aceptare uno de ellos, tendrá la administración de todos los bienes hereditarios proindiviso,
previo inventario solemne y aceptando sucesivamente sus herederos, y suscribiendo el inventario,
tomarán parte en la administración. Mientras no hayan aceptado todos, las facultades del heredero o
herederos que administran serán las mismas de los curadores de la herencia yacente"; y los Arts.
1294 y 1295 que disponen que la aceptación de la herencia puede ser expresa o tácita.
Expresa, cuando se toma el título de heredero, como lo ha hecho el actor al plantear su demanda; y
tácita cuando el heredero ejecuta un acto que supone necesariamente su intención de aceptar, y que
se entiende que alguien toma el título de heredero cuando lo hace en un acto de trámite judicial,
como también lo ha hecho el actor en su demanda. Así, pues la calidad de heredero que encarna la
sustitución del de cujus, en todos sus derechos y obligaciones transmisibles como prescribe el Art.
1154 del Código Civil, no se obtiene con la simple asignación del testador, sino con la aceptación
que debe hacer el designado, sin la cual ni esta obligado al cumplimiento de las obligaciones ni esta
capacitado para el ejercicio de los derechos, y por lo mismo el demandado debió justificar que
alguna o algunas de las personas instituidas como herederos en el testamento, han aceptado
expresa o tácitamente la herencia, y solo en este caso el juez podría concluir que, habiendo otros
herederos que han aceptado la herencia y que administran los bienes hereditarios, el heredero
doctor Augusto Velasco, por sí sólo, no representa la persona del testador ni administra la herencia.
En consecuencia, constando del proceso que únicamente el actor aceptó la herencia de su hermana
Elena Velasco, por el hecho de haber tomado el título de heredero y propuesto como tal la acción

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que se juzga, es el único que representa a la extinta y es injurídico exigir la intervención de
herederos cuya aceptación de la herencia no consta del proceso, sin que se haya propuesto
excepción alguna al respecto y sin que por lo mismo, sea materia de la litis.
4o. Que el actor ha justificado los hechos afirmados en su demanda, mediante el documento y que
reprodujo como prueba, que no ha sido impugnado ni redargüído de falso sino más bien aceptado
por el demandado en la excepción segunda de su contestación a la demanda, y que, por lo mismo,
hace tanta fe como un instrumento público, con la presentación de las ocho letras de cambio que han
sido canceladas, y que obran a fs. 15-22 que tampoco han sido impugnadas, sino más bien
aceptadas por el demandado, como giradas por el y como canceladas; y con la copia autorizada del
testamento de Elena Velasco Valdivieso, que acredita la designación del doctor Augusto Velasco
Montesdeoca como uno de sus herederos, quien en mérito de la propia demanda, aceptó la
herencia.
5o. Que el demandado estuvo obligado a probar los hechos directa o implícitamente afirmados por el
en su contestación a la demanda, como dispone el Art. 115 del Código de Procedimiento Civil, tales
como que se cumplió la condición estipulada o sea que el actor otorgó a favor de Alfredo González,
en el plazo de treinta días, la escritura de venta del predio de su propiedad en la ciudadela Municipal,
de cuyo precio eran parte los 30.000,00 sucres; que el predio debía vender a Alfredo González, no
en el plazo de treinta días, sino cuando arregle con Benjamín Medina la promesa por escritura
pública de venderle dicho predio, que el plazo de treinta días fue prorrogado hasta el 17 de diciembre
de 1965, y que la venta se realizó directamente por parte de Benjamín Medina a favor de Alfredo
González, por convenio mutuo existente entre las partes, la señorita Velasco y el; sin que ninguna de
estas afirmaciones haya sido justificada. No la primera afirmación, porque la escritura de promesa de
venta de un lote de terreno y la de venta de este mismo predio por parte de Benjamín Medina
Defranc a favor de Alfredo González, que obran a fs. 25-27, no dicen relación a la venta que el
demandado se obligó a verificar en el convenio de 27 de agosto de 1965, ni por lo que respecta a la
persona del vendedor, que debió ser el demandado y aparece Benjamín Medina Defranc; ni por el
plazo que debió ser hasta el 26 de septiembre de 1965, y la escritura de compraventa de Benjamín
Medina Defranc, a favor de Alfredo González aparece otorgada el 17 de diciembre de 1965, ni el
valor del inmueble, que debió ser mayor de la cantidad de 30.000,00 sucres que el demandado
recibió como parte del precio, y que de la indicada escritura consta que fue el de 5.000,00 sucres. No
las restantes afirmaciones, porque refiriéndose a modificaciones y alteraciones de un convenio
escrito, tal como el celebrado entre el demandado y Elena Velasco Valdivieso, es inadmisible la
prueba de testigos, como prescriben los Arts. 1761 y 1762 del Código Civil.
6o. Que con la presentación que ha hecho el demandado de las doce letras de cambio restantes, no
tiene razón de ser la aclaración o ampliación de la demanda.
7o. Que justificado el incumplimiento de la condición estipulada en el convenio de 27 de agosto de
1965, carece de fundamento la reconvención del demandado para el pago de las doce letras de
cambio restantes, las cuales carecen de causa.
Por estas consideraciones, ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DE LA REPUBLICA Y POR
AUTORIDAD DE LA LEY, se revoca la sentencia venida en grado y se declara:
1o. Que el demandado Gustavo Zúñiga retiene indebidamente la cantidad de diez mil sucres y las
doce letras de cambio, por el valor de 1.000,00 sucres cada una, giradas por el 1o. de septiembre de
1965, a 270, 300, 330, 390, 420, 450, 480, 510, 570 y 600 días vista, aceptadas en la misma fecha
por la señorita Elena Velasco, letras de cambio que son parte de las veinte letras de cambio giradas
y aceptadas en virtud del convenio de 27 de agosto de 1965; y,
2o. Que el mismo demandado Gustavo Zúñiga se halla obligado a devolver a la sucesión de Elena
Velasco la indicada cantidad de 10.000,00 sucres; el valor de las ocho letras de cambio giradas por
el 1o. de septiembre de 1965, por 1.000,00 sucres cada una, a treinta, sesenta, noventa, ciento
veinte, ciento cincuenta, ciento ochenta, doscientos diez, doscientos cuarenta días vista aceptadas y
pagadas por Elena Velasco; y las doce letras de cambio restantes, ya especificadas. Al demandado
se le condena, además, al pago de los intereses del 6% anual, sobre la cantidad total de 30.000,00
sucres a partir del 25 de noviembre de 1966 en que fue citado con la demanda. Sin costas.
Notifíquese y devuélvase.

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