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JESUS Mª CARRILLO, SUSANA COLLADO, NIEVES ROJO, ARTHUR W. STAATS


Personalidad, emociones y dolor
Clínica y Salud, vol. 14, núm. 1, 2003, pp. 7-25,
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180617967001

Clínica y Salud,
ISSN (Versión impresa): 1130-5274
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España

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Clínica y Salud, 2003, vol. 14 n°. 1 - Págs. 7-25

ARTÍCULOS
Personalidad, emociones y dolor
Personality, emotions and pain

JESUS Mª CARRILLO 1

SUSANA COLLADO 2

NIEVES ROJO 1

ARTHUR W. STAATS 3

RESUMEN

El dolor constituye un ámbito de estudio y de intervención multidisciplinar


de primera magnitud para las ciencias de la salud no sólo por lo que supone
de sufrimiento humano, sino por sus repercusiones económicas.
Sin embargo, el dolor no puede reducirse a una consideración biomédica y
son cada vez más necesarios acercamientos multidimensionales, acercamien -
tos entre los que la perspectiva psicosocial tiene una relevancia creciente.
Dentro de esta perspectiva psicosocial uno de los enfoques actuales más pro -
ductivos en el estudio de los componentes psicológicos del dolor es la teoría
del Conductismo Psicológico —Pyschological Behaviorism— (Carrillo et al.,
1996, 2001, 2002; Staats, WA. W., 1997; Staats, P. S. et al., 1996). Analizamos
desde esta teoría una de las primeras aplicaciones clínicas llevadas a cabo
para controlar el dolor a partir de sus componentes psicológicos: el plantea -
miento de fordyce aplicado en contextos hospitalarios, planteamiento guiado
por las directrices operantes de Skinner. en este trabajo se intentan analizar las
limitaciones del enfoque de Fordyce que derivan, en parte,de una interpreta -
ción incompleta del planteamiento skinneriano, pero, sobre tdo, por las propias
limitaciones teóricas de este planteamiento. Un enfoque más adecuado para el

1 Universidad Complutense de Madrid.


2 Universidad Alfonso X El Sabio.
3 University of Hawaii at Manoa.

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Personalidad, emociones y dolor

control de los componentes psicológicos del dolor necesita un acercamiento


conductual integrador que implique un nivel de análisis de la personalidad y la
consideración de la experiencia dolorosa como una respuesta emocional que
pueda vincularse a los niveles biológico, aprendizaje pasado, medio actual,
conducta y respuesta del medio a la conducta.

ABSTRACT

Pain is a field of major importance for research and multi-disciplinary inter -


vention in health sciences not only because of the underlying human suffering
but also because of its economc implications.
Nevertheless, pain cannot be limited to a biomedical issue. Multi-dimensio -
nal approaches are needed, among which the psychosocial view is increa -
singly relevant. Within this psychosocial approach, the psychological beha -
viourism is one of the most productive current views in the study of pain psy -
chological components (Carrillo et al., 1996, 2001, 2002; Staats, 1997; Staats,
et al., 1996). From this approach, we have analysed one of the pioneer clinical
applications to control pain from its psychological components —Fordyce‘s
approach implemented in a hospital. This method fellows Skinner‘s operating
guidelines.
This paper checks Fordyce‘s approach limitations, coming partially from a
biased interpretation of Skinner‘s theory, but mainly from its own theoretical
limitations. A more appropriate focus on the control of pain psychological
components would need a comprehensive behavioural approach. This approach
involves an analysis of personality and addresses painful experience as an
emotional response with links to biological, past learning, current environ -
ment, behaviour and the environmental response to behaviour levels.

PALABRAS CLAVE

Dolor, Personalidad y dolor, Emociones y dolor, Teoría del Conductismo


Psicológico y Dolor.

KEY WORDS

Pains, Personality and Pain, Emotions and pain, Psychological Behaviou -


rism Theory of Pain.

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J. M.ª Carrillo, S. Collado, N. Rojo y Arthur W. Staats

La experiencia del dolor tiene provincia se obtuvieron como resul-


una gran importancia social y eco- tados que más del 19% de los
nómica. Según Bonica (1990) se pacientes consultaban por dolor y
estima que entre el 25% y el 30% un 6% por dolor crónico. Según
de las personas en países indus- Mäntyselkä et al. (2001), en Finlan-
trializados padecen dolor crónico dia el 40% de 5646 consultas en
debido a problemas como artritis, atención primaria fue por dolor.
migrañas, dolores de espalda, de
cabeza, cáncer, etc. Esto sin contar De las repercusiones del dolor en
con otras fuentes de dolor tales el área laboral pueden ser un buen
como las que derivan del estrés de ejemplo los datos que proporciona
la vida cotidiana, de hechos críticos el INSHT. –Instituto Nacional de
como el divorcio o la muerte de una Seguridad e Higiene en el Trabajo-
persona significativa para el indivi- (2003): del total de motivos de con-
duo. Pero estos datos son escasos sulta médica realizadas por los tra-
en relación con los que otros estu- bajadores relacionados con proble-
dios apuntan; así, Elliot et al. mas de salud derivados del trabajo
(1999), en un trabajo realizado en el (N =932), el motivo más frecuente
Reino Unido con una muestra de fue el dolor de espalda con un
1.817 sujetos, calcularon una pre- 24,4%, al que le seguía el dolor de
valencia de dolor crónico de un cuello con un 10,2%. Otros tipo de
50%, porcentaje que se incrementa dolor también significativos fueron:
hasta el 79% en el estudio que dolor de miembro superior (7,1%),
Bassols et al. (1999) re a l i z a r a n dolor en miembro inferior (6,4%),
sobre una muestra representativa cefalea (3,7%) y dolor en mano-
de la población catalana. De la rele- muñeca (3%). Entre otros aspectos
vancia del dolor son expre s i v o s significativos relevantes para nues-
otros estudios tales como los que t ro estudio destaca también el
en Australia realizaron Blyth et al. motivo de estrés con 4,6% de con-
(2001) que señala como los picos sultas.
más elevados de la prevalencia del
dolor en hombres entre 65-69 años No cabe duda de que nos
(27%) y en mujeres entre 80-84 encontramos con un problema que
años (31%). tiene consecuencias económicas:
el dolor lumbar es una de las cau-
Por otro lado, el dolor es uno de sas más frecuentes de absentismo
los motivos más frecuentes de con- laboral y uno de los problemas con
sulta. García, Herrera-Silva, y Agui- el que se enfrenta el médico con
lar (2000), en una encuesta realiza- mayor frecuencia. El 50% de la
da en atención primaria en Sevilla y población en edad productiva pre-

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sentó d olor lumbar en algún gran inversión económica que se


momento a lo largo de su vida pro- estima entre un 2.2% y 2.5% de su
fesional, con una prevalencia entre Producto Interior Bruto.
el 15%-20% de la población gene-
ral según un estudio de Sternbach, Entre otras razones por las cua-
Vigos, y Martín (1986). Un 1% de la les el interés por la comprensión y
población laboral en Estados Uni- tratamiento del dolor es creciente
dos está incapacitada para el tra- cabe mencionar la relación obser-
bajo por esta causa (Rainville, vada entre dolor crónico y depre-
Sobe l, Banco, Levine, Childs, sión con una prevalencia del 30%
(1996). En el Reino Unido se esti- al 54% (Banks y Kerns,1996) o
ma, por ejemplo, que, en 1998, los cómo el dolor es capaz de provo-
servicios sanitarios invirtieron 1.632 car con frecuencia intentos autolíti-
millones de libras (aproximadamen- cos (Fishbain et al., 1997; Fisher et
te 350.880 millones de pesetas) en al., 2001).
el diagnóstico y tratamiento del
dolor de espalda, siendo esta pato- Si el dolor se revela tan impor-
logía la que mayor inversión recibe, tante por su prevalencia y sus cos-
tanto por la asistencia médica pri- tes, cómo no debería serlo desde el
vada como pública (Maniadakis y punto de vista preventivo, como
Gray, 2000). A esto hay que añadir objetivo de primer orden, para las
el coste del tratamiento de los tras- disciplinas de las ciencias de la
tornos derivados del mismo, como salud. Cabe recordar a este respec-
son los trastornos del sueño, to la indicación de Bayés (2001)
depresión, abuso de sustancias y según la cual el acto médico con-
estrés postraumático ( Nort o n , siste también en proporcionar cali-
Asmundson, Norton y Craig, 1999; dad de vida a los pacientes y en
Réthelyi, Berghamer y Kopp, 2001). alejar, en la medida de lo posible, el
Réthelyi et al. (2001) encontraron sufrimiento de sus vidas.
en una muestra húngara de 12.640
sujetos, una prevalencia de disca- Parece que los especialistas que
pacidad asociada al dolor de un se han dedicado al dolor y, sobre
32.7%. Bassols et al.(1999) estiman todo, a las relaciones entre éste y
que, en Cataluña, un 25.4% de los factores psicológicos, han detecta-
sujetos aquejados de algún dolor do la necesidad de un planteamien-
ven afectado su funcionamiento to integrador y multidimensional.
personal y social, y un 12% había Esta necesidad ha sido manifesta-
tramitado su baja laboral. En los da, por ejemplo, por autores como
países industrializados (Vidal y Staats et al. (1996), Dworkin et al.
Montero, 1988) esto constituye una (1992), Melzack y Casey (1965),

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Melzack y Wall (1982) y Turk (1994) ponentes psicológicos del dolor. Se


e n t re muchos otros. Una de las han perfilado, por tanto, dos fases
orientaciones más significativas de con elementos difere n c i a d o re s :
este enfoque integrador y multidi- una, a la que nos hemos referido
mensional es la de Staats et al. como teorías biomédicas (Carrillo,
(1996). Hernández y Collado, 2002) y otra,
que se ha distinguido por su perfil
En una primera aproximación al integrador multidimensional y que
estudio del dolor se intentaro n hemos denominado perspectiva
esclarecer sus mecanismos fisioló- biosocial (Carrillo, Hernández, Sta-
gicos. A este enfoque inicial del ats y Staats, 2002). Abordaremos, a
estudio científico del dolor pode- continuación, alguna de las teorías
mos denominarle perspectiva bio - biomédicas de interés para dete-
m é d i c a . Estudios recientes han nernos luego en algunas de las teo-
intentado llevar más lejos el estudio rías biosociales relevantes, como la
de los mecanismos fisiológicos travesía operante de Fordyce, vista
i n t e resándose, además, por las y analizada desde el prisma Psy -
relaciones que dichos mecanismos chological Behaviorism (Conductis-
pudieran mantener con componen- mo Psicológico) que da un papel
tes psicológicos; surge así la pers - central a la inclusión de la persona-
pectiva biosocial (Karjalainen et al., lidad para poder entender y mane-
2001). jar de manera más acertada los
componente s psicológic os del
Norton et al. (1999) señalan que dolor.
el número de publicaciones de la
perspectiva biomédica descendió
significativamente en el período TEORÍAS BIOMÉDICAS
1986-1995, al contrario de lo que
ocurrió con el número de publica- Entre las teorías más relevantes
ciones realizadas desde una pers- que se pueden encontrar dentro de
pectiva biosocial que, en cambio, la orientación que hemos denomi-
han aumentado de manera impor- nado biomédica están las teorías
tante. de la Especificidad, y la del Patrón.
Este auge de la investigación Teoría de la Especificidad.- Apa-
científica sobre el dolor desde la rece en el siglo XIX con Müller
perspectiva biosocial también se (1801-1858. cfr- Miró, 1997). Esta
confirma en la actualidad; parece teoría postula la existencia de
que se define una atención prefe- re c e p t o res específicos para el
rente a la investigación de los com- d o l o r, terminaciones nerv i o s a s

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Personalidad, emociones y dolor

libres en la piel que envían informa- seccionado vías nerviosas para


ción a través de vías nerv i o s a s paliar el dolor.
específicas hasta un centro del
dolor en el cere b ro (Schneider y La investigación, por otra parte,
Karoly, 1983; Cerveró, 1988; Mel- (Melzack y Wall, 1996) ha puesto de
zack y Wall, 1996; Miró, 1997; manifiesto la inexistencia de una
Novy, Nelson, Francis y Turk, 1995). relación unívoca entre el tipo de
fibra nerviosa y la sensación experi-
Estudios posteriores confirm a- mentada. Así pues, hoy no se
ron la existencia de una re l a c i ó n acepta el modelo de una vía de
unívoca entre el tipo de receptor, transmisión específica tan simplista
tamaño de la fibra nerviosa y el (Schneider y Karoly, 1983). También
tipo de experiencia sensorial. Se se ha criticado en este contexto el
encontró también que el tracto papel tan pasivo que, en esta teo-
espinotalámico que asciende por ría, desempeña el cerebro, limitado
la médula anterolateral es la vía a recibir impresiones de nerv i o s
específica del dolor. En esta teoría específicos (Melzack y Wall, 1996).
no existe, sin embargo, un acuer-
do respecto a la ubicación del Teoría del Patrón. Para mejorar
centro del dolor en el cerebro. En las deficiencias y los planteamien-
la década de los años 20 se pen- tos simplificadores de la Teoría de
saba qu e dic ho c ent ro esta ba la Especificidad han surgido diver-
localizado en el tálamo y la corteza sas teorías que proponen que el
e j e rcería un control inhibitorio dolor es producto de la intensidad
sobre él. (Melzack y Wall, 1996). de la estimulación sensorial y de la
suma de estímulos (Miró, 1997;
Desde un punto de vista clínico Novy et al., 1995).
hay evidencias según las cuales la
experiencia dolorosa está modera- Las teorías del Patrón periférico,
da y modulada por factores psico- de la Suma de estímulos a nivel
lógicos que pueden impedir que la central, y la de Interacción sensorial
información que llegue al receptor son ejemplos relevantes que pue-
sea transmitida fidedignamente al den considerarse como teorías del
c e re b ro. Este efecto modulador Patrón. La Teoría del Patrón perifé -
puede ser también efectivo en r i c o considera a la experiencia
ausencia de estímulos que lo pro- dolorosa como una consecuencia
voquen. Este hecho ha quedado de la estimulación intensa de
también patente ante el poco éxito receptores no específicos que da
que han tenido muchas intervencio- lugar a un patrón de impulsos ner-
nes quirúrgicas en las que se han viosos que el cerebro interpretará

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como dolor (Schneider y Karo l y, acuerdo con esta teoría, de la pre-


1983; Melzack y Wall, 1996). Este ponderancia de alguno de estos
planteamiento, sin embargo, no dos tipos de células: si la prepon-
concreta cómo surgen estos patro- derancia de las de diámetro corto
nes nerviosos ni de que forma el es mayor, se experimentará dolor y
cerebro los interpreta como dolor ocurrirá lo contrario en el caso de
(Schneider y Karoly, 1983). que la preponderancia sea de las
células de diámetro largo (Melzack
Para la Teoría de la Suma de estí - y Wall, 1996).
mulos a nivel central los patrones
nerviosos son producto de la suma
de las entradas sensoriales cutáne- TEORÍAS BIOSOCIALES
as en las células del asta posterior
de la médula espinal. Se producirá Un aspecto muy significativo que
la experiencia de dolor si el resulta- caracteriza, en nuestra opinión, a la
do de esta suma supera un deter- perspectiva biosocial es la búsque-
minado umbral (Schneider y Karoly, da de componentes psico-sociales
1983). Con esta teoría se asocian del dolor y, en el caso de la pro-
fenómenos clínicos como el síndro- puesta del Conductismo Psicológi-
me del miembro fantasma (Melzack co (Carrillo et al. 1996, 2001; Staats
y Wall, 1996). AW, 1997; Staats PS et al. 1996), a
este aspecto se añade la oferta de
La Teoría de la Interacción senso - una teoría integradora que, hoy por
rial propone que las fibras nervio- hoy, la perspectiva biomédica no
sas de diámetro pequeño constitu- ha sabido encontrar o no ha consi-
yen un sistema multisináptico afe- derado de utilidad.
rente que envía los impulsos ner-
viosos hacia el asta posterior de la La aplicación realizada por
médula, donde, al sumarse, ocasio- Fordyce (1990), basada en princi-
narán patrones neurales que serán pios de condicionamiento operan-
i n t e r p retados como dolor por la te, es uno de los primeros intentos
c o rteza cerebral. Las células de de analizar los componentes psico-
diámetro grande formarán, por su lógicos del dolor y de llevar a cabo
parte, un tracto neural que transmi- intervenciones clínicas a partir de
tirá rápidamente los impulsos ner- tal análisis. Fordyce señala expre-
viosos e inhibirá la transmisión de samente que los principios del con-
los impulsos de las células de diá- ductism o operante los obtuvo
metro pequeño (Schneider y Karoly, directamente de Ayllon y Michael
1983; Cerveró, 1988). La experien- (1959). Aunque estos autores, a su
cia álgica estará en función, de vez, recogieron, en buena medida,

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las ideas de Staats (1957) cuando cuadamente a contextos clínicos y


planteaba que las respuestas no educativos. Así, existen dos clases
deseables podían apre n d e r s e de reforzadores, positivos y negati-
mediante reforzamientos inadverti- vos. Y hay, también, dos modos de
dos. Fordyce, basándose en estos presentarlos. Un estímulo que no
antecedentes, se centra en la con- ha sido presentado puede serlo; y
sideración de las respuestas de un estímulo que ha sido presentado
dolor que el sujeto emite, tales puede retirarse. Combinando estos
como quejarse o evitar situaciones dos modos de presentación de
y actividades dolorosas. El dolor estímulos y los dos tipos de refor-
puede aumentar cuando, conse- zadores surgen las diferentes cla-
cuentemente a estas respuestas, el ses de condiciones de reforzamien-
paciente consigue atención y con- to.
sideración de los demás; así, estas
respuestas de atención actúan La Extinción consiste en suspen-
como reforzamientos inadvertidos. der, por ejemplo, la atención y con-
sideración de los demás contingen-
El control del componente psico- tes a las quejas del paciente. Al
lógico del dolor se podría conse- principio de este tipo de tratamien-
guir, prestando atención a los ele- to las quejas aumentarán pero ,
mentos operantes, mediante la utili- poco a poco, la conducta de dolor,
zación de cinco paradigmas bási- que está mantenida por la atención
cos que, en parte, fueron definidos y apoyo de los demás, se irá debili-
por Skinner (1951, 1969) pero que tando y disminuirá.
fueron contextualizados por Staats
(1971) en el ámbito del aprendizaje El R e f o rzamiento positivo, en
y la motivación humana, ideando, este contexto, sería prestar aten-
además, alguno de ellos (como el ción y apoyo al paciente conse-
time out). Estos paradigmas bási- cu entemente a su s conductas
cos a los que nos referimos son: dolorosas. En este caso, de acuer-
Extinción, Reforzamiento positivo, do con la aplicación que Fordyce
R e f o rzamiento negativo, C a s t i g o hace de principios operantes al
p o s i t i v o, y, finalmente, C a s t i g o tratamiento del dolor, la conducta
negativo. Gracias al trabajo de ree- de queja aumen tará. Desde la
laboración de estos principios ope- perspectiva skinneriana pro p i a-
rantes realizado por Staats y la vin- mente dicha el reforzamiento ope-
culación de los mismos a una teoría rante aumentaría sólo la conducta
de las emociones y de la personali- de queja y es, desde la perspecti-
dad, dichos principios pudieron, en va del conductismo psicológico, lo
nuestra opinión, trasladarse ade- que podría explicar que la e x p e -

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riencia de dolor también aumenta- la respuesta de queja. Skinner


se. (1938), sin embargo, no creía que
esta modalidad de castigo debilita-
El Reforzamiento negativo con- ra la respuesta, sino que sólo la
sistiría en la retirada de un estímulo suprimía temporalmente mientras
que está presente en el entorno del permaneciese el procedimiento de
paciente, percibido como desagra- castigo. No obstante, autores como
dable por éste, consecuentemente Honing (1966) han demostrado
a sus quejas y reclamo de atención. experimentalmente la eficacia de
Por ejemplo, si la mujer del pacien- este tipo de castigo y estipulado las
te le está criticando y quejándose condiciones que aumentan dicha
porque no trabaja mientras que el eficacia. Sin embargo, su aplica-
paciente emite conductas de dolor, ción clínica presenta problemas éti-
tales como sollozos, quejas, lamen- cos y efectos secundarios delica-
tos, etc., y la mujer cesa en estas dos.
críticas, esta terminación de las crí-
ticas al paciente constituye un El Castigo negativo, en el entor-
reforzador negativo. Esta forma de no del paciente, consistiría en la
proceder, que se denomina reforza- retirada de un estímulo agradable
miento negativo, también dará presente consecuentemente a su
como resultado el aumento de la conducta de queja y de petición de
conducta de dolor de acuerdo con apoyo. Por ejemplo, retirarle el pri-
el planteamiento de Fordyce. Sin vilegio de estar solo en una habita-
embargo, desde un planteamiento ción que puede ser colectiva,
estrictamente skinneriano, tampoco suponiendo que ese privilegio sea
se podría explicar aquí que este agradable para el paciente. Este
procedimiento afectara también a hecho dará como resultado una
la experiencia de dolor, algo que la disminución de su conducta de
teoría de las emociones y el con- queja y petición de apoyo y, por
ductismo psicológico sí permite. tanto, de su experiencia dolorosa.
Staats (1971, 1997) presenta el
El Castigo positivo consistiría en análisis de una modalidad de este
la aplicación de un estímulo desa- tipo de castigo ideada por él
gradable consecuentemente a la mismo y que denominó time out –
conducta de queja y petición de tiempo fuera- que consistía en
apoyo. Por ejemplo, decirle al “retirar al niño de la presencia de
paciente “siempre te estas quejan- los miembros de la familia median-
do” y decírselo, claro está, en un te la prohibición de salir de su
tono frío, poco amable. Este trata- habitación actuará como un casti-
miento tendría el efecto de debilitar go” (Staats, 1971, p. 236). Esta

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Personalidad, emociones y dolor

modalidad de castigo consiste, Estas serían las reglas básicas


pues, en retirar una situación pre- para el control de la conducta
sente que es positivamente refor- desde un prisma operante, en este
zadora después de la re s p u e s t a . caso dolorosa. Hemos visto tam-
Esta modalidad de castigo es de bién que la aplicación de Fordyce,
una gran efectividad y no plantea centrada en el análisis y modifica-
los problemas de efectos secunda- ción de la conducta manifiesta, con
rios del castigo positivo. El castigo ser productiva y eficaz, está muy
positivo es el que, con frecuencia, limitada por el hecho de descartar
emplean algunos padres de forma del análisis el papel de las emocio-
intuitiva y sin entrenamiento y que, nes y de la personalidad y de los
en formas extremas o inadecua- f a c t o res biológicos del individuo,
das, puede llegar a constituir un p o rque el marco conceptual de
maltrato infantil. Pero aun cuando Skinner no ha aceptado estos fac-
se hace correctamente desde el tores como causas de la conducta
punto de vista técnico, con el cas- ni como objetos del estudio con-
tigo positivo los niños adquiere n ductual. Y es que, como han seña-
una respuesta emocional negativa lado psicólogos de la conducta de
hacia los padres, tutores o maes- la tercera generación tales como
tros vía condicionamiento clásico, Staats, AW (1997), las emociones,
lo que no ocurre con tanta intensi- la personalidad y los factores bioló-
dad con el time out. El condiciona- gicos son también muy importantes
miento emocional negativo de los y guardan una interrelación necesa-
padres es menor porque este tipo ria con las causas de los fenóme-
de castigo se desarrolla cuando los nos de la conducta, incluyendo los
padres u otros agentes del castigo del dolor. Por ejemplo, en los para-
no están presentes, mientras que digmas instrumentales antes men-
en el castigo positivo sí lo están. cionados hablábamos de retirar o
aplicar estímulos agradables o
Estas observaciones sobre las desagradables a la conducta de
diferencias de los efectos clínicos queja; pues bien, el carácter de
del castigo positivo en relación con agradable o desagradable de esos
el time out son especialmente váli- estímulos viene dado por cómo los
das en el contexto médico y hospi- percibe y los siente el paciente, y
talario y, en general, a todas las eso nos lleva al mundo de sus emo-
condiciones y personas que rodean ciones y de su personalidad.
al paciente que sufre dolor debido
a su situación especial de probable Gracias al trabajo de autore s
sensibilización e indefensión ante la como Staats, tenemos un perf i l
experiencia dolorosa. más completo de las posibilidades

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del condicionamiento al ampliar el ya llamar “experiencia” y no sólo


foco de análisis y de intervención a “conducta”. De acuerdo con este
otros componentes que la conduc- esquema se definen los siguientes
ta tales como la personalidad. Esta lugares de análisis y de interven-
teoría se resume en la Figura 1, ción e interacciones respecto a la
según versión de Burns ( 2000). experiencia de dolor:

De acuerdo con la Figura 1, la E1 : medio de aprendizaje pasa-


conceptuación de la personalidad do
de Staats y de Burns incluye el
planteamiento de Skinner y, ade- O1: condiciones orgánicas pre-
más, aporta un sistema de análisis sentes durante el aprendizaje origi-
que permite ligar la conducta mani- nal de los repertorios.
fiesta con las emociones, la perso-
nalidad y los factores biológicos. R B C : Repertorios básicos de
Esto hace posible entender e inter- personalidad.
venir de una manera más eficaz en
los componentes psicológicos de la O2: condiciones orgánicas que
experiencia dolorosa que, ahora, a afectan el funcionamiento de los
la luz de este esquema, podemos repertorios.

Figura 1. La personalidad en el Conductismo Psicológico, según la versión de G. L. Burns.


Seminario Internacional U.C.M. (2000), basado en el esquema original de A. W. Staats (1997)

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Personalidad, emociones y dolor

E2: situación del medio actual. dizaje humano se caracteriza fun-


damentalmente por el aprendizaje
E 3 : respuesta del medio a los de repertorios complejos que cons-
síntomas. tituyen la base para el aprendizaje
de nuevos re p e rtorios de una
O3: condiciones orgánicas que manera acumulativa y jerárq u i c a .
afectan la conducta sensorial y Los repertorios que el individuo ha
motora. aprendido van a definir su persona-
lidad y contribuyen a determ i n a r
Esta representación gráfica fun- cómo aprende, cómo se comporta
cional de diferentes puntos de eva- y qué experiencias características
luación y análisis se complementa tiene. Esta conceptuación de Sta-
con las interacciones correspondien- ats proporciona un marco de refe-
tes que han sido señaladas en la rencia integrador y heurístico para
figura en alguno de sus aspectos. entender las maneras en que el
ambiente actúa en la conducta del
De acuerdo con el marco con-
individuo y en la formación de su
ceptual propuesto por Staats, los
personalidad.
repertorios básicos de personalidad
(R B C ) son aprendidos mediante Staats, PS, junto con Hekmat y
condicionamiento clásico y con - Staats, AW (1996) ofrecen el marco
dici onamiento operante , que teórico del Conductismo Psicológi-
actúan conjuntamente. Esta teoría co para llegar a una perspectiva
difiere en gran medida de los plan- unificada que permita integrar plan-
teamientos de Skinner, quien man- teamientos biomédicos y psicológi-
tiene que los principios de uno y cos en una gran teoría sobre el
otro procedimiento de condiciona- dolor dirigida a mejorar el entendi-
miento son independientes y, por miento e intervención de la expe-
ello, la emoción no afecta a la con- riencia dolorosa y que, además,
ducta. Otra diferencia fundamental tenga valor heurístico para hacer
de Staats respecto a la teoría de más eficaz y productiva la investi-
Skinner, y que tiene implicaciones gación en este campo .
esenciales para el estudio de los
componentes psicológicos del El elemento básico que ayuda a
d o l o r, es que Staats planteó la dicha integración es precisamente
necesidad de tener en cuenta y la consideración de la experiencia
desarrollar el estudio de los princi- dolorosa como una respuesta emo-
pios de aprendizaje humano ade- cional negativa en el contexto del
más de los principios de condicio- esquema explicativo de la persona-
namiento animal básicos. El apren- lidad que acabamos de abordar. El

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reconocimiento del dolor en parte dizaje, que crea las características


como experiencia emocional está tanto de la personalidad como de
asimismo avalado por la “Interna- la conducta del individuo.
tional Association for the Study of
Pain” (IASP, 1986), que define el El nivel d e a pr e n d i z a j e
dolor como “experiencia sensorial y p a s a d o, o E 1 , incluye todas las
emocional desagradable asociada a experiencias que han sido relevan-
una lesión del tejido orgánico real o tes para las situaciones en que,
potencial o descrita en términos de más tarde, se da la experiencia de
ésta”. De acuerdo, pues, con dicha d o l o r. Por ejemplo, un individuo
definición y con la formulación del podría haber tenido experiencias
Conductismo Psicológico, para de recibir re f u e rzo social (como
entender la experiencia dolorosa, simpatía) por quejarse mucho res-
es necesario entender e integrar los pecto a golpes de pequeña impor-
siguientes niveles: biológico, el tancia, mientras que otro, como
aprendizaje pasado, la personali- contraste, ha jugado al fútbol y ha
dad, el medio actual, la conducta y tenido la experiencia de ser refor-
la respuesta del medio a la conduc- zado socialmente por ser “duro” y
ta. soportar golpes fuertes sin quejar-
se. Hay también experiencias que
El nivel biológico se describe en no están relacionadas directamen-
el esquema como O, y está indi- te con el dolor pero que son tam-
cando el papel de las condiciones bién importantes. Experiencias
o rgánicas, remitiendo también a que hacen, por ejemplo, “miedo-
cuestiones de funcionalidad tales sa” a una persona harán que ésta
como la transmisión del dolor a reaccione en exceso a los estímu-
nivel cerebral, consistente en la los dolorosos. Por ejemplo, un
estimulación del receptor, transmi- niño algo frágil y endeble que ha
sión a través del Sistema Nervioso jugado al fútbol puede haber reci-
Periférico hasta la médula espinal, bido muchos golpes y caídas que
por donde ascienden hasta la cor- le han ocasionado dolor. Este tipo
teza cerebral. Este planteamiento de experiencia puede haber condi-
reconoce también que las condicio- cionado en este niño una respues-
nes biológicas del dolor actúan ta de miedo en relación con el fút-
como estímulos que afectan las bol y, como veremos, esa respues-
respuestas y el aprendizaje del indi- ta emocional le hará más sensible,
viduo; hay respuestas de dolor que más vulnerable a cualquier golpe
no son aprendidas por re f u e rz o que experimente en el juego. Este
inadvertido. Las condiciones bioló- patrón podrá también generalizar-
gicas (O ) también afectan el apren- se a otros contextos.

CLÍNICA Y SALUD 19
Personalidad, emociones y dolor

El nivel de personalidad. En el área, a las conductas de evitación


Conductismo psicológico la perso- que han aprendido los sujetos
nalidad del individuo está constitui- para evitar el dolor. Y, desde luego,
da por RBC (Repertorios básicos también hay interacciones entre
de conducta) que se van estable- los tres tipos de RBC considera-
ciendo y consolidando con el tiem- dos. Por ejemplo, un estado emo-
po ante el impacto continuo de E1, cional negativo puede estimular al
la historia previa de apre n d i z a j e . individuo a decirse cosas negati-
Estos RBC son de tres clases: vas sobre sí mismo o sobre lo
emocional-motivacional, lingüístico- terrible de los estímulos dolorosos
cognitivo y sensorial–motor. Para el y esto puede contribuir a exacer-
paciente que experimenta dolor, los bar la experiencia dolorosa y pro-
RBC emocionales-motivacionales ducir conductas negativas y de
son, por ejemplo, el carácter desa- evitación que apartan al individuo
gradable que pueden llegar a tener de sistemas de prevención. Así
algunos estímulos tales como los pues, las cosas que el individuo
propios médicos, los hospitales, el dice y piensa afectarán la expe-
concepto mismo de dolor y térmi- riencia de dolor. Y algunas perso-
nos como cáncer. También hay nas, habitualmente, como parte de
aspectos de la personalidad no su personalidad, se dicen y pien-
conectados directamente al dolor san m uc ha s cosas n ega tiva s,
que son importantes; así, si una mientras que otras personas se
persona ha aprendido a tener emo- dicen y piensan cosas que provo-
ciones positivas ligadas a muchos can muchas más emociones posi-
sucesos de la vida, el dolor no le tivas.
afectará tanto como a una persona
que no ha tenido ese aprendizaje. El nivel del medio actual (E2). El
El principio es que las emociones estímulo actual al que sujeto res-
tienen un efecto aditivo. Una perso- ponde , en nuestro caso, al estímu-
na que está experimentando emo- lo doloroso. Pero hay otros tipos de
ciones positivas o un estado emo- estímulos también que modulan
cional positivo no sentirá un estí- dicha experiencia; en este sentido
mulo doloroso tan intensamente la experiencia de dolor dependerá,
como una persona que ya está asimismo, de otros estímulos con-
experimentando una emoción currentes que provoque emociones
negativa o un estado emocional positivas o negativas. Que la mater-
negativo más general. nidad sea una experiencia delicio-
sa, fuente de emociones positivas,
Los RBC sensoriales-motore s puede ser verdad en el caso de una
se re f i e ren por ejemplo, en éste mujer con recursos económicos,

20 CLÍNICA Y SALUD
J. M.ª Carrillo, S. Collado, N. Rojo y Arthur W. Staats

con posibilidad de dedicarse a acti- La utilización de un enfoque


vidades que le interesen y que reci- sk inn eriano e n un trata mi ento
be un apoyo de su círculo familiar y conductual como el de Ford y c e
social. Esta mujer tendrá una res- –con su foco en la disminución de
puesta y vulnerabilidad al dolor los síntomas de dolor-, sin tener
muy diferente de aquella que ha de en cuenta la relevancia de la res-
enfrentarse al cuidado de sus hijos puesta emocional del paciente y
sola, sin ayuda y sin recursos, con de su efecto acumulativo, puede
una mayor probabilidad de experi- desembocar en “estados emocio -
mentar gran cantidad de emocio- nales” más graves –en el caso de
nes negativas en su entorno coti- que la respuesta emocional sea
diano. negativa–; y puede dar lugar a un
control inadecuado y equivocado
El nivel de conducta ( C ). En de la conducta de dolor. Por ejem-
nuestro caso, la respuesta emocio- plo, castigar o extinguir la con-
nal negativa de dolor o, también, la ducta de queja o retirar el apoyo
respuesta conductual de evitación. social del paciente ante un dolor
La conducta de dolor en gran crónico, puede hacer aún m ás
medida estará causad a por el negativo su estado emocional lo
medio o situación estimular actual que exacerbaría la conducta de
(E2) pero también, en interacción queja y su experiencia doloro s a .
con la personalidad -en este siste- La importancia de la re s p u e s t a
ma definida en términos de RBC- . e mocio nal en e l p robl ema del
Trasladándonos a una perspectiva dolor se demuestra en el principio
fisiológica, los estímulos dolorosos de la suma algebraica de las emo -
se transmiten vía nociceptores a la ciones (Carrillo, Rojo y Staats, en
médula espinal, al tracto espinota- p rensa). El principio consiste en
lámico del sistema límbico, centro que la experiencia de un estímulo
de las emociones, con proyeccio- emocional es afectado por las
nes ascendentes al cortex. A lo otras emociones que el individuo
largo de este tránsito, y especial- estuviera experimentando, como
mente en el cerebro, los estímulos ya se ha ejemplificado. Así, si una
nociceptivos pueden modificarse. persona experimentara un estímu-
P e ro es que existen difere n c i a s lo doloroso, dicho estímulo se
individuales en la trasmisión de la magnificaría si la persona estuvie-
información dolorosa (Staats et al. ra adicionalmente experimentando
1996) como consecuencia de los otro estímulo emocional negativo.
sumandos recibidos desde las dife- Si el otro estímulo fuera positivo,
rencias de personalidad y, también, en cambio, la experiencia de dolor
del medio ambiente. se mitigaría.

CLÍNICA Y SALUD 21
Personalidad, emociones y dolor

El nivel de respu es ta d el suma algebraica de las emociones.


m e d i o ( E 3 ) a la conducta (C ) . El planteamiento operante del
Hay que considerar también que dolor tiene, por otra parte, la debili-
existe una re t roalimentación del dad de restringirse a los efectos de
sistema. El medio responde a la los refuerzos (el medio) en la con-
experiencia de dolor; por ejemplo, ducta. En el modelo del Conductis-
la atención de una enfermera con mo Psicológico este efecto de
actitud firme y con cara de pocos re t roalimentación que viene del
amigos versus el cuidado de una medio –por ejemplo, la actitud
enfermera comprensiva, que tiene f i rme y, en algunos casos hasta
empatía, con actitud de estar dis- hostil de un enferm e ro/a- llega a
puesta a paliar nuestro dolor. Aquí, nuestra personalidad (RBC) y la
en la respuesta del medio a la con- reconfigura. Dicho de otra forma,
ducta dolorosa es donde reside la los tratos que reciben nuestras
potencia del pla nteamiento de quejas pueden llegar a “imprimir
F o rdyce (ver 1976, 1979, 1968; carácter”: el enfermero/a “implaca-
Gamsa, 1994). El Conductismo ble” se instala en nuestra memoria
Psicológico mejora y desarrolla la y termina por formar parte de
potencia de este planteamiento nuestra personalidad, c on el
(Staats, 1957) al integrarlo con los potencial de contribuir en nuestra
otros aspectos ya comentados que próxima experiencia dolorosa. Otro
definen el contexto del análisis (E1, aspecto de la debilidad del sistema
O, RCB, E2, E3) y los principios de skinneriano: prescindir del efecto
integración de condicionamiento que la personalidad tiene en la
clásico e instrumental y el de la experiencia dolorosa.

22 CLÍNICA Y SALUD
J. M.ª Carrillo, S. Collado, N. Rojo y Arthur W. Staats

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