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pos. Por ejemplo, í p m e m o s lo que podría denominarse c o m o LA MPTÁ- nes queremos «llegar a unas conclusiones»?

onclusiones»?, ¿Los dalos «hablan* o más .


f-ORA DfiL CONTINENTR SUMERGIOO. El conüneníe o c u l t o es en este caso bien «decidimos» emplear una teoría para Intcipretar los dato.s, en lugar
la entidad fáclica, y el cienlífico-explorador se dedica fundamentalmente de otra?, ¿Nos vernos «obligadoso por los resultados, o rnás bien «desea-
a localizar la posición exacía del c o n l i n e n í e , proporcionar noticias acerca mos extraer conclusiones» que favorezcan nuestras orientaciones teóricas? •
de su existencia y de preparar a los demás para que p u e d a n visitarlo. En
f • •" '
muchas ciencias, la tierra descubierta puede recibir el n o m b r e del explora-
dor. Los astros, las zonas de! cerebrOiJcs efectos conseguidos en el labo- 2. La presencia del a u t o r y el e s t a b l e c i m i e n t o de la a u t o r i d a d
ratorio, etc. llevan a menudo el n o m b r e de sus supuestos descubridores.
Así, uno es b o m b a r d e a d o con frases c o m o «Smith DESCUBRIÓ el efecto», U n o ' d e los mayores atractivos del pensamiento empírista a lo largo de
Jones ENCONTRÓ q u e . . . » , «Broujn DETECTÓ que...», etc. Los términos «ex- los siglos se ha "derivado de su capacidad dé arrebatar a las autoridades
traer-» y asacar a la !u7.»-son bastante frecuentes, sugiriendo la metáfora de alto rango el p o d e r de la palabra y ponerlo en manes del p u e b l o . Y a
de] TESORO ENTERRADO. A m e n u d o ios ensayes cienlíficos citan una serie no hay que confiar en los edicío.s de los papas o los reyes para decidir
de estudios que llegan a conclusiones semcjaníes a lá.s que se exponen .qué es lo cierto; al contrario, o! privilegio de la palabra autorizada es otor-

M en e! ensayo, p o n i e n d o así de manifiesto que no u n o , sino muchos explo-


_radorcSr-Iian-vlsÍí"ado-la- íierrmexótÍca-o-vísto-eiOcsoro"pOT'símTͧinos.'"Lós"
efectos retóricos de este tipo de metáforas se p u e d e n ¿preciar con m a y o r
gado a c u a ! q u ¡ e r a _ q u £ S £ e x p o n s a o U ? ^ ^ ^ deLmuadoJÍ-Unda-.
" m e n t a l m e n t e a aqucílos que disponen de los medios para llevar a cabo
los estudios objetivos). En efeclo, aquellos que han sido impactados, afli-

•m. precisión al contrastarlas c o n otras formas de relatar las cosas. En lugar


de «Smilh descubrió el hecho», p o d r í a m o s decir q u e «Srnith d e n o m i n ó
su impresión»; en vex de «Jones encontró q u e . . . » , podríamos decir que
gidos u obligados p o r la naturaleza, o aquellos que han visitado directa-,
mente los tierras Inexploradas, son quienes se revisien p o r ello de áulori-
üad. El empirismo concede una voz autorizada a los que se enfrentan
«.jones eligió nuevos (éi niinos para su experiencia», y, en lugar de «Brown
rlircctamentc a la naturaleza, y el rcsultodo de esta lógica es el de.sarrollo
delectó», podríamos decir que « B r o w n buscó la notoriedad en este cam-
de los recursos retóricos apropiados.
po, de manera que trató de p r o d u c i r resultados q u e a los demás pudiesen
En este caso se exigen dos estratagemas. Lo primera es la de la PRE-
parecer ilnicos».
SENCIA DEMOSTRADORA. Para quG el 'exio del autor tenga validez, son pre-
v?íi La lógica de un m u n d o i n d e p e n d í e n l e de los observadores establece cisas algunas frases que d e t e r m i n e n la presencio del autor en él lugar d e í
también las bases de lo que p o d r í a m o s llamar METÁFORAS DE PASIVIDAD. supuesto Hecho o .suceso. La presencia del autor .se establece a m e n u d o
Si los hechos se p r o d u c e n con Independencia dt; la.s pcrsotias, eníonce.s en las primeras páginas de un i n f o r m e científico con el empleo de los p r o -
el conocimiento de eslos hechos habría de ser en grarí medida el resulta- nombres personales, sea «yo» o «nosotros», o los posesivos equlualenlcr.
do de la repercusión q u e p r o d u c e n sobre mí. Si u n o se dispone a obser- («mi» o «nucslro»). Uno podría decir, p o r ejemplo, «Nuestro objetivo con-
4 var o a buscar algo, el, lector n o p u e d e estar seguro de s¡ los resultados
sistía en .explorar...» o «Quedamos sorprendidos p o r el hecho de q i i e . . . » ,
son o no debidos a la misrha b ú s q u e d a . El que estemos prácticamente
¥fx^ insinuando de esta manera la presencia del autor en la actividad científica •
obligados por su presencia a percibirla es c o m o una oda cantada a la facti-
que se va a explicar. Se p u e d e n conseguir efectos parecidos d e m o s t r a n -
cidad de la naturaleza Si u n o habla de sí mismo c o m o de una «víctima
do que la investigación fue dirigida por el autor (o autores) o p o r a y u d a n -
de las circunstancias», entonces lo «credibilidad de la.s;circunstanclas», in-
tes estrechamente supervisados, y que el auíor no estaba ausente d u r a n t e
dependientemente de !a víclima, se ve favorecida. Ejémpios de la metá-
la m a y o r parle del proceso de investigación. C o n s i d e r e m o s , p o r e j e m p l o ,
fora de lo vicíimizQción son frases c o m o «Nos IMPRE.SIONÓ el hecho de
los efectos de una literatura científica que violase esíos efectos:. «Estaba
que», «Los datos HABLAN por s i s ó l o s » , «Estos resultados nos OBLIGAN a
m u y o c u p a d o c o n las ciases universitarias y las diversas conferencias que"
concluir que...», «E.ste resultado CLARIFICA...», etc., GS decir, todos las fra-
hube de dar, así que no (uve m u c h o t i e m p o para dedicarlo a la investiga-
ses que colocan al científico c o m o vícíima de la.s circunstancias de la natu-
ción. Smiíh, un estudiante que preparaba su doctorado, hizo la mayor parle
raleza. Una vez más, la potencia reiórlca de este tipo de expresiones se
del irabajo — p o r lo que ha conseguido que figurara su n o m b r e — , si bien
aprecia claiamenle por contraste en los casos en que la metáfora está ausen-
te. Por ejemplo, ¿nos «impresionan los hechos» o somos nosotros quie- yo discutí con el las líneas maestras de la investigación, y c o m p r o b é sus
cálculos estadíslicos.»
No obslanle, ei Gstablecimicnto de In presencia es iambién probiemáii- mentale.s); Si el proceso se desarrolla sin interferencia, la mente se'con-
co, Afii-mar excesivamente !a existencia del yo («ei ojo») es como siigcrir vierte en una especie de e.spejo del mundo. Es precisamente esta metáfo-
que ei supuesto objclo es el producto de esto presencia. Sólo el investiga- ra de la mente como espejo, o «esencia de vidrio» lo que. según Eichard
dor se ha encontrado ante el suceso; sólo él ha residido en la tierra extra- Rorty (1979), ha tmprégnado, si no estrangulado, la epistemología occi-
ña y ha observado a sus habitantes actuar de la manera relatada. ¿Cómo dental durante muchos siglos. Sobre eslos .supuestos se ba.sa también el
confiar en el observador único, sobre todo cuando sus afirmaciones ver- concepto de la Interferencia o distorsión. 3"radicionalmenle, se ha creído
san sobre sucesos inusuales o e.xccpcioiiales? Cuando el observador hace que las percepciones o categorías mentales constituyen ias bases del pen-
referencia a los platillos voladores, a las apariciones de ultratumba o o bestias samiento o la racionalidad. En este sentido, hay un vínculo directo entre
del tamaño del mamut, la crónica pasa del mundo de los hechos al de la valoración precisa de ta realidad exterior y el pensamiento fundamenta-
la ficción. Así, encontramos que en la mayor parte de las descripciones do. La etnopsicología occidental, desde Aristóteles hasta nuestros días,
establece también una distinción entre la racionalidad y un ámb'to secun-
científicas la perspectiva pasa riel científico individual a la colecüvidad im-
dario, normalmente DISTORSIONANTE, en ei que se Incluyen la emoción,
persona!. El punto de vista deja de .ser el del autor, y se convierte en el
el deseo, el afecto y / o ios valores. Como los críticos feminicla.s no larda-
«0)0 tianscendenlal», que contempla omnisciente lorio aquello que exis-
ron en .señalar, ha existido una íenden'cia persistente en la cultura occi-
te. Este efecto se consigue a menudo mediante e! uso de e.xpresiones y
deníaí (especialmente entre los hombres) a entender este ámbito comu
frases impersonales. En vez de «f^ude observar" se utiliza «Se pudo obser-
inferior, y en gran medida caracierístico de las mujeres.
var», en lugar de tOeteclomos que» o «Delecté que» leemos fra.ses como
«Se delectó que...». Con mayor frecuencia no se hace ningún tipo de re- Son estas circunstancias las que establecen lo lógica de una serie de re-
ferencia al punió de visia —implicando'que el punto de vista es trascen- cursos estilísticos que sirven para dar objelividad. En el nivel más general,
dente o! hecho observado—, convirtléndcse en el punto de vista de lo- las descripciones han de asegurar una SUPRESIÓN GENERALIZADA DE LOS
dos. Se lee «El estímulo se prese'níó.... y no «Observé que el estímulo se PROCESOS AFECTIVOS. Si el escritor describiese o explorase los diverso.s son-
presentó»; «El bolón fue pulsado...», en vez de «Mi ayudante vio que el Ümientos. deseos, valores o molivos que entran en juego en el proceso
botón fue pulsado...». En efecto, la bien forjada realidad debe, en primer de observación, estaría degradando el proceso de observación y socava-
lugar, establecer la presencia de! autor en e! escenario, y luego reempla- . ría la validez de la descripción resultante. Se puede decir «Registrarnos
zarlo por el punto de vista irasccndeníal. un valor medio de 5,6.5...». «Se observó que los sujetos esíaban inquie-,
tos...» o «Los resuiíados dcmosírarcp...». etc. Este tipo de frases hacen
pensar que eí espejo de la mente funciona con fidelidad. Sin embargo,
3." Oeijuración de la lente si se emplease una terminología afectiva en estas mismas frases, los efec-
tos se Verían'sumamente debilitados. Pensemos en los efeclos de estas
Como hemos visto, la metateoría empirista tradicional presupone la in- nuevas frases: «Estaba en vilo esperando un valor medio "superior a 5,00,.-
dependencia del observador respecto a la realidad exterior .observada. Sin ^y estallé ,de_alegría,cuando lo,obtijue...»_o.«,0ado .que,.e5ÍaJri.v.GstÍgacÍón,_
embargo, esta separación de sujeto y objeto también exige de! mctaleórl- sería prácticamente impublicable si no obtuviéramos resultados positivos,'
co una teoría de psicología individua!. Es decir, corresponde al episíemó- .buscamos pruebas de que los sujetos estuvieran intranquilos. Efectivamen-
logo elaborar la teoría de una mente capaz de reflejar el mundo con exac- te, as' lo comprobamos...» o «Los resultados demostraron que esas ac-
titud. En su forma más compleja, esta teoría tendría que especifícar también cione.c que nosotros, los investigadores, juzgamos como moralmcnic "re-
la manera en que se producen las eventuales distorsiones. prensibles no tuvieron éxHo en el experimento...» Reconocer que se está
involucrado afectivamente por la investigación supone, de acuerdo con
Desde el ENSAYO SOBRE EL ENTENDlMiENTO HUMANO de Locke a los es-
los principios de la retórica contemporánea, estar mirando a través de un
tudies p.dcológicos de este siglo, se ha sostenido habüuaiipeníe que ei mun-
cri.slal empanado.
do se presenta a ía consciencieT a través del sistema sensorial. Prinicrn-
• rncnlc se es consciente de datos sensoriales primarios. Aunque el proceso Todavía existe otra repercusión importante de este liasíondo etnopsí-
cxacio está sujeto a nuicerosas discusiones, normalmente se mantiene "que coiógico para la elaboración retórica de la realidad. No sólo sd.ácaiia sis'ic-
estas sensaciones acaban convirtiénclose en perCGpcione.s (o categorías niálicamenle cualquier sentimiento del observador, sino que se produce
O

con írccucncia una supresión de las CAHACTCRISTICAS DEL OBJETO QUE PRO- prensión de las cosas, han de introducirse nuevos términos en la comunl- •
VOCAN EMOCIONES. En la medida en que el objeto ds investigación posee dad científica —términos como «quarlís», encanto o «agujeros negros» en ;
cualidades o caraclerísticas^que podrían suscitar el afecto, la motivación la física, o «disonancia»,-«esquemas cognoscitivos» o «red de apoyo» en
o los valores del observador, la descripción rcsultanie se hoce menos creí- ei campo de la psicología social—. Al principio estos términos .son Inacep-
ble como reflejo de la realidad y se convierte en un producto de los de- tables desde la perspectiva de lo que lomamos como descripciones de la
seos o aspiraciones del observador. Principalmente por esta rozón, los !n- vida real. Es decir, no se hallan entre los términos que constituyen e! vo-
(omiíís sobre esludios en los ciencias del comportamiento son con tanta cabulario consolidado de lo rea!. Más bien, en esa fa.sc, suelen entenderse
frecuencia asépticos y faltos de interés humano. Poco queda a salvo de como me.áforas o unidades-hipotéücas. El problema retórico es ei de trans-
lo que se puede decir .sobre los «objelos» de estudio, por ejemplo, una formar este mundo de los misterios teóricos en un léxico de lo real —en
serie de caracíenslicas demográficas neutralizadas. Vemos que los sujetos .-.,.9l.9y_?_'3l,]IL^!l49Jlo_91,lCpMOjma^^ «ES una_e5.íeran:. cq el
•'•"•deda~irTJG5llgaT:lóTrsonYnlunviT(Ts''d5~láUdUüllad7ia5Té^^
qué Ja mente no funciona básícomcnle «COMO una computadora», sino
entre los 60 y los 80 ar"Ío.s, o escolares negros del centro de la ciudad. que «ES un mecanismo fundamentalmente compufacional»;
Por el contrario, no se mencionan en estos informes cuesüones tales como A mi juicio, el principal medio de lograr esta transformación es ef vehí-
e i atractivo-sexual, ia obesidad. !a empalagosa superficialidad, ios gesíos
, culo de la investigación empírica. Para decirlo con términos" más próxi-
amables, la ignorancia paíeníe, la elegancia en e! vcsüi , ia.s repulsivas es-
mos a nuestra disciplina, la función principal del experimento de la pslco-'-
pinillas, etc. Cualquier mención sobre eslos rasgos haría pensar que el ob-
logfa social es la rciíicación del lenguaje teórico o místico ron el que se
•scrvndor experimentaba sentimientos durante el período de observación.
comienza. Son necesarios tres pasos:
A! hacer notar estos lasgos del objclo sería como subvertir la aparente exac-
Ai principio, el autor debe encontrar un medio de Introducir al discurso
titud del infoune resultante. Ei m.-uiifado es una descripción llana, inex-
realista, esto es, los términos que ya se aceptan como representación del
presiva, distanciada pero «objetiva».
mundo real. De esta forma, el lector sabe que la investigación trata de su-
ce.sos reales'y objetivos, y no es un simple ejercicio de abstracción teórica.
A menudo, este fin se consigue inlroduciendo el tema de esludio. E! e.síu-
'1. La rGÍflcación de las consírucciones [eóricms •dio es sobre la «agresión», por ejemplo, que es algo que todos sabemos
que existe. Del mismo modo, se podría elegir el tema dol altruismo, el
Hay un cuarto aspecto de la elaboración rotórica de la realidad que de- conformismo, el prejuicio racial, ele. Esta fundamenlación sobre las reali-
searía tratar aquí, un aspecto que no .se deriva tan limpiamente de ía me- dades dc^seníido común de la cultura se amplía posteriormente en la.s sec-
lalGoría empirista, pero que presenta un desafío importante para la comu- ciones melodológicas de los distintos estudios existentes. Dentro de esta
nidad cientííicá. Como propusieron Laiour y Woolgar (1979), ei problema sección, el lector conoce, por ejemplo, que «30 mujeres tomaron paric
del científico proíeslona: es ccmducir las preposiciones a través de un pro- en el estudio", que «la Investigación so. realizó en el Laboratorio riol De-
ceso de cinco fases. El científico puede inician el proceso de investigación ¡jortámento de Psicología», que «los individuos se sentaron junto a una
con mera.s "conjeturas o especuincioncs». El objenvo final es elevar en la mesa y frente a un espejo», etc. La mayoría de los lectores no albergan
jerarquía el cslatus de usías pioposiciones. «.lesdc el esjaíiis.de simples asei- duda alguno de que las palabras «mujer», «laboratorio», «mesa», «espejo»
ciones, por ejemplo, ai de -«hechos dcmoslvados».' Desde la perspectiva y similñ'-es se hallan estreciiamente relacionadas con entidades del mun-
r!e Latoui" y Woolgar, el problema en este caso e.s fundamenfalmeníe so- do real. Este es el Icngupje de la realidad cotnúninente aceptado. "
cial y exige, que .se preste atención a la sene de mícroproccsos sociales que
intervienen en el seno de la comunidad científica. El movlmienío a travé.s _ El segundo, paso en csía transformación consi.síe en relacionar el miste-
de la jerarquía es una cue.sl¡6n de habilidad social. Sin embargo, el pro- rioso lerjguaje de la teoría con el lenguaje profano de la realidad acepta-
blema es ai mismo tiempo de carácter retórico. Concretamenfe, deben ha- da. La rnetatcoría empirista proporciona este vínculo medíante la llamada
llarse los medios de inscripción de un lenguaje críptico o misterioso ai que DEFINICIÓN OPERACIONAL. Desde la perspectiva tradicional, la definición
a menucio se llama teoría, con el fin de transformarlo en eí lenguaje realis- operacional era el medio por el cual ios términos teóricos adquieren con-
ta de las verdades fácticas. Para que el cieiitílico pueda avanzar en ia com- - l e n l d o empírico, y. de hecho, permite emplear las proposiciones teó'ricas
¡-¡ara h a c e r predicciones sobre el mundo real. Además, la definición ope-
Ibíl
iSl
rncioiicil permüe a los (Jeinás jiivcstinacloret que repliquen el estudio suiiodos. A medida que se relatan los resultados, el lenguaje profanó de
perinienlal. De esle modo se, podría juzgar más adecuadamenle ta solidez la descripción metodológica se oscurece cada vez más. Los rGsult.ado.s se
de los resultados y descartar bs posibles factores contaminantes. Con el Gxolican normalmente en el argot teórico. Se. nos Informa de sucesos en
paso de los años, las debilidades de esla lógica se han hecho cada vez cofidlciones de Alta o Baja atracción, por ejemplo, en lugar de hablar de
iTifís eulcientes; nuestra discusión anterior sobre el declive del empirismo puntos sumados en un determinado cuestionario; la.s luces Intermitentes
es significativa al respecto. Sin embargo, esta tentativa de establecer el vín- dirigidas hacia las palomas se convierten en «ensayos de aprendizaje»; un
culo sigue siendo un paso decisivo en el proceso de reiticación del lengua- ruido dañino que se produce mientras trabajan los individuos de! experi-
• je leórioo. pues la definición operacional no es operacional en realidad; mento se convieríe en la «condición indefensión», etc. La.s representacio-
el lecior nunca se enfrenta a las oíreraciones experimentales reales, sino nes gráficos tratan de forma semejante de afirmar la realidad del lenguaje
a una OESCKtPCIÓN de ias operaciones, esto es, a un lenguaje. De esta teórico. Las ordenados y las abscisas reciben etiquetas íeórlcas, como «Pro-
manera, mientras se está realizando la definición operacional de los diver- porción de estrés», «Número de respuestas agresivas», «Porcentaje de in-
sos términos teóricos, ei lector está absorbiendo c!sencialmenle un nuevo
dividuos obedientes», etc. Cuando se presenta ia discusión final de lo.s re-
conjunto de equivalencias lingüísticas. Al definir los téiininos teóricos de
suiíados del estudio, el lenguaje cotidiano suele haber sido eliminado
forma operacional. e! invesíigador encucníra eí medio dedefifrír e) nnste-
absoluíameníe. Los términos teóricos se utilizan ya como si poseyeran un
rioso lenguaje en términos predicados de la realidad.
estalus ontológico plenamente justificado. Encontramos conjeturas sobre
E.sta vinculación es de una imporlanda éruclal. ya que permite al inves- el modo en que el proceso ahora reificado puede desarrollarse en otro?
íigador hacer declaraciones sobre la naluraleza de los sucesos del mundo ámbitos, sobre las razones por las que su eficacia en ei presente estudio
real {los sucesos experimentales}, y extraer conclusiones desde el punto no es tan sólida como se había previsto, sobre el modo en que el mecanis-
de vista del lenguaje teórico. Así, por ejemplo, s! la reducción de disonan- mo psicológico puede verse afectado por otras variables, etc. Si ha tenido
cia se define como la canlidad de espinacas que consume un individuo, verdadero éxito, el informe olvida la ontoiogía convencional y la sustituye
y se «demuestra'' entonces ciue los'\ndiuidüos consumieron una caiilidad con un lenguaje teórico ya objetivizado. Como convendrían muchos, cieilos
creciente de espinacas, el investigador está en posición de concluir que términos, como. Cl, «imagen de uno mismo», «represión», «motivación
ha ocurrido una reducción de disonancia. Si cf término K de la teoría es de logro» y «estrés» ya han alcanzado, el estatus de lenguaje-objctivoi..-
equivalente ai término Y del mundo rea!, y se demuestra que Y existe,
entonces se concluye que X también exi.ste. Al establecer una definición
operacional, el investigador se aroga con el derecho de sustituir por el len-
LA FE EN LA CIENCIA
guaje esotérico el lenguaje concreto o profano.
A esle paso sigue, un tercero, por el cual se completa la (ransform.ación. Ei anterior análisis arroja serias dudas sobre la validez de las explicacio-
í'ji esta fase final, el lenguaje sagrado de lo.s c!enlííico.s empieza a susiiiuir nes que sostienen estar comprobadas empíricamente, ya sean científicas
con cada vez más fi*ecuencia al lenguaje del seníido común. A mediiia o no. No obstante, el lecior atento probablemente albergará sus dudas.
que el lenguoje profano empieza a adenírarse'en la oscuridad, el lenguaje Si bien es cierto que los recursos literarios pueden dar cuenta práctíca-
teórico gano palpabllidad. A.sí, por ejemplo, en un informe normal sobre menie de todo aquello que consideremos objetivo en nuestras comunica-
un estudio, el-íenguaje teórico se introduce a menudo en una forma hipcj- ciones, ¿.no queda nada más?, ¿i'O queda espacio para la validez empíri-
lélica. «Es útil considerar la posibilidad de que...». «Una forma de encua- ca? Si no quedara ese margen, ¿por qué no habríamos de responder con
drar el problema es...», «Nos permitimos apuntar la posibilidad de que un poemo a alguien que nos pregunta el camino que conduce a la ciudad
el proceso X que tiene lugar en estos cosos...» o «Ciertos dalos permiten más cci'cnna? ¿Por qué los físicos, los inédicos, los asesores fiscales', los
suponer que X es un proceso importante, pero todavía hace falta com- agentes de viaje, etc., no nos proporcionan novelas, en lugar dé lo que '
probar dicho suposición de forma experimental...» son expresiones habi- para nosotros son sólidas guías que permiten la loma de decisiones? La
Inales en la primera parte del informe. Cuando se inttoduccn los métodos respuesia a esta.'; preguntas radica en las funciones que estamos dispues-
d " '"^tudio. ios términos liipoíéíicos se cimentan en el lengunip operacional. tos a asignar a los lenguajes de descripción. Como he explicado mas ex-
Esla imporlanle vinculación sienta las bases de la de.scnpdóu de los re- tensamente en Gira obra (Gergen. .19871. no es el valor de verdad de las
palnhrns pronunciadas por. los físicos, médicos, asesores fiscales, ele. lo ciones sobre e! índice de natalidad, la opinión política, la delincuencia, c-
que Ies da su unlpr en cus.sliones de predicción. Más bien, esos dlsllnlos suicidio, c l enfrentamlento racial y demás pueden ser de gran utilidad para
enunciados, prop'osiclones y demás adquieren su valor funcional al coor- la sociedad. Ello no significa reificar las concepciones utilizadas en este tipo
dinar los actos sociales de las personas que csián involucradas en diversos de estudios; los términos como índice de natalidad, opinión, suicidio, ele.
campo.s práclicos. Los diversos lenguajes no nos proporcionan represen- dependen dejas circunstancias hlstórico-sogiales y se hallan saturados ds
láclones o espejos de In naturaleza; al conlrarlo, sirven cbínó ayudas ilo- valores. Sin embargo, estos términos se pueden emplear ampiiamenle para
ciiüvas para los que traían de alcanzar dlversosdines, tales como «hacer catalogarTos sucesos que preocupan a uno sociedad y que afectan a su
colislonar átomos», «curar enfermedades», «calcular impuestos», etc. La política. De hecho, la predicción acertada puede desempeñar un impor-
utilidad de las distintas formas de discurso en el morco de esas actividades tante papel en lo cultura, y los psicólogos sociales pueden contribuir deci-
práctica.^ no legitima esos lenguajes como verdaderos u objetivos. Esos sivamente en este aspecto.
•cnguajcs podrían perfectamente-ser muy distintos y seguir siendo igual- • Además, las disciplinas del tipo de la psicología social se ven favoreci-
mente útiles. Los físicos podrían emplear el pentámetro yámbrlco; los mé- das por el hecho de disponer de métodos empíricos de investigación Es-
dicos podrían referirse a los órganos corporales en términos de dioses del tos métodos esencialmente proporcionan el medio de hacer que lo?, afir-
Olimpo, y los asesores ííscales podrían adoptar el lenguaje espiritual de maciones teóricas sean más alrayenles, más convincentes y. como h.eruo-
lo.s dharmas budistas sin alíeror los resultados prácticos de forma sensible visto ya, más realistas. Son muchos los que tienen algo que decir -^n b
[.siempre y cuando el conjunto de per.sonas que usan un lenguaje común sociedad contemporánea, y cada uno posee diver.sos medios o recursos
estén dispuestas a ajustarse a las mismas convenciones). En la práctica teóricos para defender su visión. Las figuras religiosas puedeu^apelat al
se puede tener fe en la ciencia, y en otras empresas que se hacen llamar sentido de la espiritualidad en las personas o sus valores morales: Les di-
objetivas, siempre que se esté dispue.sto a aceptar un conjunto detevmmq. rigentes políticos pueden emplear el lenguaje de los derechos, ios debe-
do d'tvgonvenciünes. Peio cuando estos lenguajes traspasan,las frontera^ res, la Identidad nacional o^cullural. Los lilósoíos analíticos pueden hncer
de lo práctico y .son considerados como verdades de trascendental impor- u.so de una lógica riguroso, y a.sí sucesivamente. £1 comprender que los
tancia, se hace necesario adoptar una postura crítica. Y cuando se desea recursos retóricos que uno emplea no descansan .sobre fundamentos úllh.
cuestionar el aspecto práctico dé ciertas actividades —en el tema político, naos no es motivo para abandonar la empresa. Los fundamentos de la
empresarial, militar o periodí-slico—, puede ser fundamental desconstruir investigación empírica no son menos firmes que lo.s del espíritu, la rpor-a!,"
los criterios de-ob]otÍuldad. la Identidad cultural, o la lógica. Hay muchos esludios de psicología social
quc''ésláh-'llcnos de Implicaciones interesantes y que son excitantes por
sus perspectivas éücas o ideológicas. Este tipo de esludio puede ser conti-
CONCLUSIÓN nuamente cuestionado o sopesado a lo largo de los años, como lo haría-
mos con poesías bien con.slruidas. novelas, pintura.? o tratados illosóficbs.
Aun por epcima de su relevancia en el proceso de la autorrcflcxividad, ["Jo hay muciiar, razones para creer que se puede arrancar la verdad me-
uno de ios principales fines de elucidar la relórjcíi de realidad ha sido diante un mélodo, como de hecho intenta hacer la mayor parte ele los
el de reducir el peso ilocutiuo de las llamadas descripciones objetivas, en estudios contemporáneos. No ob.'=tantc. cuando las invesligncione.s están
la ciencia yen-la-cultura-eiv generaWAl-trrmsformar-ehccnlcnido-en-mero- ''•••sélGccróhad3rpGn^riCUtadiJáT.orrlTr;bÍljr.¡Lid y acieiio. puederrcontribuir de-
cslllo, la objetividad en artificio literario, este análisis hace hincapié una forma sustancial a crear recursos simbólicos de la cultura. El posmoder-
vez más en la propuesta aiUerlor dirigida al científico social para que in- nismo puede dar origen a una aguda sensibilidad anlc el proceso de la
vente con libertad, para que presente conceptas nuevos .sin temor a la ve- significación. Sin embargo, sería un inmenso error concluir que el lengua-
rilicación empírico. Al mismo tiempo, ello NO significa excluir cualquier je de, las-ciencias sociales carece ¡le lodo mérito. El problema no es si se
•iinbnjo empírico. En ningún sentido desearía que se abandonase la Inve.s- habría de abandonar esc discurso, sino cómo fommiar y enriquecer .-^u
ligación empírico propiamente dicha. Hay dos razones especiales para hacer potencial.
i--s\a .vA-'dmcia. Según la discusión anterior, queda un lugar importante
deniin de ¡a cullura para cierto tipo de predicciones sociales. Las predic-

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