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•Ignacio Martín-Baró

ACCION E IDEOLOGM
Psicología S o c i a l O e s d o Cccroaméric.

UCA Editores
1990
C A I N T I I L O IMílMt-JÍO

t'.N'I'líM V.l. i M í n ' l D l . I Í ) V LA SOCIL.OAL)

L ¿ o u i - : i-:$TU!);/v L A L S I C O L O C I A SOCIAL?

A juzgar por el número de ediciones masivas lanzadas al mercado en


csl'A iiUimos años, las obras de psicología han gozado de gran populari-
dad y necpiaciÓM. Cabe dudar, sin embargo, que este proceso de difusión
haya producido un mejor conocimicnlo dehis personas sobre sí mismas y
¡os demás; lo que ciertamente si ha producido ha sido el enriquecimiento
de un vocabulario aparentemente esciareccdor para uso cotidiano y una
consagración de las tendencias más individualistas de las personas como
ideales de la vida humana. Así el individuo calificado ayer de idealista se-
rá tildado hoy de "par^^ioide", el acto de exigir responsabilidades será
calificado como "una proyección" y las aspiraciones insolidariamenie
egoístas de quien no quiere renunciar a sus privilegios se a m p a r a r á n bajo
el multicolor paraguas Üe "necesidades de auío-realización".
Con la excepción de la llamada "dinámica de grupos", los estudies
de psicología social han tenido menor difusión que ios análisis sobre la
personalidad.individual, la sexualidad o los problemas patológicos. Sin
embargo, últimamente hemos visto multiplicarse la edición de obras que
global o scctorioimcntc se ocupan de la psicología social. Es obvio que
esta muliiplieación responde a las necesidades competitiva.s de la.s empre-
sas editoriales má.s que a las necesidades objetivas de lo.s lectores, ya que
los mi.smos planteamientos se repiten con una monotonía digna de mejor
causa, y la innovación en el diseño editorial pretende suplir la ausencia do
originalidad en el pensamiento.
Este defecto se vuelve más notorio cuando los libros son examinados"
desde la perspectiva latinoamericana. El obturaste entre la propia reali-
dad vivida y la realidad presentada en estos estudies resulta cuando nie-
tic>s chocante. En lo fundamental, el mundo descrito por les psicólogos
sociales parece ser otro mundo, otra sociedad. De lieoho a;;i es: el mundo
presentado por la mayoría do psicólogos .sociales es ei mundo do lo.s Esta-
dos Unidos, .sobre iodo el mundo del osiudlante universitario norloumo-
.,^¿*..--^w^--^-^'--'"*^^^-*=^'"-''""^

r í a m o . con sns pi ohicnuis de identidad sexuai y su capacidad para entrar cando los mismos esquemas que k\ generan. Examinemos esta afirma-
ou cl juego de grupos pequeños realizando larcas sin sentido alguno,
ción de una forma concreta.
!il lector laiinomneiiennu no puede menos de sentir que los Rspcetoa
La mayaría de las autores de textos de psiwlogia social apenas dedi-
más cruciales de su propia existencia, de su propia hi.storia, uo son ni si-
ca uno o dos párrafos a dcfmif [a psicología social y prefiere precisar
quiera langcncialmciUtí considerados y mucho metros csturliudos en pro-
su objeto enumerando los temas que de hecho se han estudiado y va : i
riindidad. Siente, asi misino, ciuc cuando algunos de los propios problc-"
examinar en su obra (ver, por ejemplo, la intercsaiilc discusión de
mas son examinados sufren un desencarnamiento similar a la desexuali-
zacion con que cíenos artistas caracterizan a ios personajes religiosos. B r o w n , 1972, págs. 1-5). Esta postura recuerda la respuesta de Binet a la
Son problemas llevados a la abstracción, donde se han recortado las aris- pregunta de q u é era la inteligencia. Aunque el creador de! primer te.si
tas liiricnics y se han eliminado los contextos de significación comprome- c o n t e m p o r á n e o había dado definiciones más eruditas (ver Bincl, 19Ü3),
tedora. se cuenta que preferia definir la inteligencia como "aquello que mide mi
test". El problema de estas definiciones es que delimitan la realidad por
L o grave de este contraste entre la realidad histórica vivida, en lo conocido y confunden ideoiógicamente lo factual con lo posible- Es
nuestros países y la realidad tal como se presenta en tos.textos de bien sabido qu? cl conocimiento es parcial, relativo y Umiludo, que ia
psicología social, e.s que parece existir más coherencia en et mundo fan- propia perspectiva determina aquello que se puede captar. A u i u g ú a
tasmal de los libros que en el mundo desgarrado de la cotidianidad. Se a s t r ó n o m o sensato se le ocurre afirmar que cl universo espacial termina
trata de una lógica implieiia, pero arrastrante. Una lógica enajenadora, allá donde terminan los astros y planetas detectados por sus telescopios;
en la medida que produce la impresión de completar un universo de senti- ni tampoco pretenden que astros y planetas no sean más que la imagen
do. Tra.s la lectura, el lector puede incluso experimentar una confianza que de ellos obtienen a través de sus instrumentos de observación. Preci-
ingenua en cl conocimiento adquirido. Sin embargo, los esquemas pro- samente la identificación de inteligencia con lo medido por los tests d e i n -
.pueslos le llevan la.s más de las veces a aplicar prismas asépticos, que i m - teJigencía ha llevado a la crisis actual del concepto de "cociente imc'cc-
ponen camisas de fuerza y barbarisnros presuntuosos a los hechos, perso- tual ' y al cueslionamicnto sobre la validez de l o d o este tipo de medidas
nas y procesos de ía realidad social. 'El mundo de estos textos de (ver M a r t i n - B a r ó , 1977; Liungman, 1972; Salvat, 1977.).
psicología social es un mundo percibido, es decir, donde la realidad coti- Reducir la psicología social a lo que de hecho han estudiado y c ó m o
diana parece depender más de los propios esquemas perceptivos que de l o han estudiado los psicólogos sociales significa aceptar qúe una ciencb
los procesos objetivos de producción y reproducción social; las personas es d e f nida por aquellos que han dispuesto del poder económico y social
se guiaVpor pequeños indicadores estimulantes que observan en el am- para determinar los problemas que d e b í a n ser estudiados y las formas co-
biente o en las demás personas, y no por las necesidades fundamentales
de lograr un trabajo, una tortilla y un lecho en una sociedad opresiva e m o debian resolverse. En el presente caso, es bien sabido que lo.s proble-
••as actuales tratados por los textos de psicología.social son fundamcn-
mas
inhóspita; los grupos parecen elaborar sus normas de convivencia a fin almente los problemas que los centros de poder de la sociedad norwair.e-
de que cada cual encuentre su función social en un" universo armonioso, tal
en lugar do soportar los embates de una estructura social discriminadora riicana han planteado a sus a c a d é m i c o s , y las respuestas que ios psicólo-
gos sociales noricamerlcanos han proporcionado a estos problemas paro,
que impone presiones v aplica represiones desde las exigencias insaciables afirmarse al interior del mundo científico de los Estados Unidos (ver
de quien controla ol poder. Danziger, 1979). Estas respuestas, claro está, son lógicas en cl conicxio
¿Es ésto la psicología social? Ciertamente, es V n a psicología social, de este sistema social y de esta e s í i u c i u r a productora de conocimiento.
apta para ei consumo masivo de estudiantes universitarios o Sin embargo, ci alcance y sentido de las preguntas están determinados
" d i n á m i c o s " empresarios capiiallsias. Por desgracia, para muchos ésta p o r lo.s intereses de la clase que tiene el poder para plantearlas. El proble-
es l a psicología social. En nuestra opinión, ni es la' iinicá'ni es la mejor m a n o hay que bu.scarlo l a n í o en la lógica interna de la respuesta, cunnio
—al menos, para no.sotros— ni en modo alguno el quehacer del psicólo- en el sentido de la pregunta; n o hay que mirar tanto si b solución es válí--
go social tiene que asumir sus lineainícntos. d a al interior d é l esquema, cuanto si el esquema es hisíóricajnentc acep-
El problema conu al de la psicología social en uso no está tanto en al- table.
gunos de sus hallazgos o en u!guna.s de sus píOposiciones especificas, ^ E í ca.so de la llamada " d i n á m i c a de g r u p o " , ai que volveremos en
cuanto en el enfoque global que adopta sobre el objeto de su estudio. vario.s lugares de e.sta obra, e.s p a r a d i g m á t i c o (ver I9eleule, )'9?2, sobre
Dicho de otra manera, c! problema se cifra más en sus presupuestos, las t o d o p á g s , I ( M - ! 2 3 ) . El inismo nombre traduce cl e n g a ñ o . Cuando .se
más de las veces implícitos, que en .sus logros finales, cuya valoración h a b í a de grupo .se está entendiendo a q u í , rundamcntalmcnlc, al grupo pe-
objetiva sólo puede realizante desde una perspectiva liisiórica y no apÜ- q u e ñ o (niicrogrupo), no a lo.s grupo.s má.s amplio.s y mucho menos a las
2
^

clases sociales. M á s aú'i, en so gran mayoria et conoclmienío existente Es bien sabido que la tortura a los enemigos capturados e.s una triste
sobre estos grupos proviene no de los grupos pequeños más importantes realidad, casi tan antigua cbrvioBa humanidad. Sin embargo, la tortura
y estables, como la familia, .sino de agrupaciones circunstanciales, .si.sicmálica a enemigos políticos ba aVcanzádc recién teme hie en nuestros
reuniones de esiudiunluH y hombrcM do nogocion iralnndo de realizur la- países cotas de crueldad repugnantes a la conciencia contemporánea'asi
reas inlra.scendentes D de aliviar sus tensiones internas. Por otro lado, la di- como un carácter instituclonar que abiertamente contradice la llanfada
námica se entiende fundarnenialmente como las fuerzas y procesos que se " v o c a c i ó n democrática" de la 'que los'gobernantes'de'turno gustan
producen al interior del grupo, en la interacción de sus riiiembros, como proclamar.se r^des seguidores. Existen pruebas fehacientes de que la tor-
si el grupo pequeño fuera una entidad cerrada e independíenle del mun- tura es práctica normal.para los cuerpos de seguridad en El Salvador. La
do. declaración jurada delyeo político Reynatdo Cruz Menjívar (1978), que
No es que muchos de las procesos descritos y analizados por los i n - logró escapar de la cárcel, es un desgarrador testimonio de los niveles de
vestigadores de la "dinámica de grupos" carezcan de validez, al menos salvajismo c inhumanidad a que puede llegar la relación entre seres hu-
parcial, o que los métodos propuestos para el trabajo en grupos pe- manos (ver Recuadro 1; ver, t'ambién, Carpió, 1979).
queños no produzcan los efectos buscados. Como decíamos, los logros . ..
tienen o pueden tener sumido una vez que se penetra en la lógica de sus
presupuestos implícitos. El problema .se cifra en el enfoque que pretende
reducir la esencia del grupo humano a la realidad factual de-estos grupos,
analizados desde la perspectiva de quien persigue llevar al grupo'a que f
acepte unas metas convenientes a quienes tienen cl poder social (ver Le-
win, 1943, 1951) o aliviar al interior del grupo tensiones o conflictos cu-
yas raices se encuentran en la macroeslrucíiira social (ver Moreno, 1962).
Recuerdo que, en una ocasión asistía yo a una reunión en la que se iban a
ventilar importantes conflictos de una ijistitución académica. A l saber
que los dos primeros días de la reunión se iban a dedicar en su integridad
a,ejercicios de "dinámica de grupos", uno de los participantes comentó
püblicamente su recelo: " L a experiencia me dice —señalaba— que estos
• ejercicios le amansan a uno y luego, cuando hay que discutir los proble-
mas, se-está más atento a no herir u ofender a los miembros, del.grupo
que a resolver tos problemas reales de la institución".
Es difícil afirmar que en esta obra lograremos superar los limites y
condicionamientos de que adolece la psicología social por las pautas y
logros impuestos desde los centros de poder académico y cienlifico. Pero
ciertamente nuestro pumo de partida será la realidad cotidiana,tal como
es vivida por la mayoría de la población centroamericana y, más particu-
larmente, salvadoreña. No pretendemos tampoco ser imparciales en la
elección y enfoque de los temas, con esa pretendida asepsia de quien se-
lecciona por inercia, sin examinar los criterios que, consciente o incons-
clenlemcmc, estár» determinando la elección. Elegimos precisamente
aquella.s .situaciones, procesos y fenómenos que nos parecen reflejar me-
jor los conllictos claves que confronta hoy el pueblo centroamericano.
Ahora bien, muchas son la.s ciencias que afirman estudiar la realidad
.social. ¿Cuál es la óptica particular de la psicología social? ¿Existe algún
aspecto de esa realidad social que sea objeto peculiar de estudio para la
psicología .social? ¿O ía psicología social estudia los mismos fenómenos
que otras ciencias, pero desde una perspectiva propia? Examinemos esta stüíH?"
cuestión a partir de tres'situaciones concrcla.s.

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Cierianieiue, la tortura no ba sido nao de los tomas de ínteres de las
ciencias sociales, que apenas le han dedicado en el mejor de los casos una
aleación marginal. Esta falla de aleación resulta tanto más sospechosa
ÍÍKCUAVDUÍ;) I
cuanto que la psicología ha empicado como uno de SUR métodos de invcs"
• ligación favoritos cl castigo medíante pequeñas descargas eléctricas o rURTURA
aislamiento sensorial que, aunque menores, son ciaras formas de tortura.
La sociología estudia la tortura desde la perspectiva del control so- "Cuando ingresamos en el citado cuerpo de seguridad de in-
cial como caractcristica necesaria a cualquier .sistema político. ¿Qué sis- mediato me arrancaron a tirones la ropa hasta quedar desnudo y
lemas políticos y en qué circunstancias necesitan recurrir a ¡a lorlura? La siempre vendado y esposado fui .sometido a un inicrrogalorio... Ta-
.sociología también puede estudiar la tortura y, en general, las formas de les interrogatorios duraban desde dos horas y media hasta cinco o
represión social como aspectos del conflicto de clases en una sociedad seis horas seguidas, sintiendo el calor de presumiblemente potentes
concreta, o como expresión de las contradicciones internas a que puede refieciorcs y temblores a raíz de ios choques eléctricos recibidos.,.
abocar una determinada organización social. La psicologia, por otra par- Cuando me veían desfallecido, casi sin aliento y desmayado, en-
te, estudiará la personalidad de quienes ejecutan los actos de tortura, las sangrentado y eiilumccido por ios golpes y malo.s tratos, me iban a
formas psicológicas de tortura, o las reacciones psicosomálicas del toríu- tirar como si fuera un fardo a la celda que me habian a.signado, en
rado. Finalmente, la psicologia social estudiará ia tortura como una for- la cual las cucarachas, los mosquitos, zancudos, ino.scas, ralas y
ma de relación humana (por irónico que pueda aparecer este calificativo gran cantidad de otros insectos pululaban entre los excrementos y
en el presente caso) y, por tanto, como un proceso que no puede explicar- orines, ya que la celda carecía de algún orificio en el suelo para que
se simplemente a partir de la realidad de los individuos que en cl partici- la suciedad pudiera saÜr... Cuando llegaban a buscarme para otro
pan. ¿ C ó m o puede mentalmente una persona llegar a convertirse en tor- interrogatorio y no podía moverme de debilidad por el hambre y la
turador? ¿Cuál es ei significado social del proceso de tortura? ¿Cómo sed, asi como por las lesiones que presentaba, me halaban de los
reaccionan las personas a la tortura? ¿Que efectos transitorios y perma- pies y a puñetazos me haciau volver un poco en mi; a! octavo día
nentes produce en los grupos sociales eí peligro real de la tortura? me llevaron en un bote sucio con restos de pintura, un poco de agua
en la que hablan unas cucarachas, pero era tan grande la sed que
La tortura es, desgraciadamente, un acontecimiento cotidiano, perc
me devoraba, que como pude, tomé entre mis manos tumefactas
que afecta a pequeños sectores de la población. La vivienda, sin embar-
esc bote y bebí ávidamente su contenido, inclusive la cucaracha, cu-
go, es una de las circunstancias claves en ia vida de cualquier población.
ya existencia dentro de! agua comprobé hasta que la tuve en la bo-
Según cálculos confiables, el ÓO%.dc la población salvadoreña carece de
ca; esc hecho me produjo un vómito inmediato, expulsando de
vivienda adecuada, es decir, que reúna unos mínimos esenciales de espa-
nuevo el agua sucia que acababa de.ingerir, y quedando peor que
cio, seguridad, servicios e higiene. Una de las formas más típicas de vi-
antes. Así era la rutina durante los primeros veintiséis d í a s " .
vienda popular en El Salvador es el llamado mesón (del que volveremos a
habiar má.s adelante). El mesón o casa de vecindario genera una especie
( T c s i i m o n i o d e l r e o p o H l i c o R e y s i a l d o C r u z .Menjívar. l i C A , 1 9 7 8 . 3 6 0 , 8 5 0 - 8 5 8 ) .
de sistema "social especialmente determinado que constriñe la vida de los
inquilinos e induce particulares formas de comportamiento. La vida en el
mesón representa uno de los capítulos má.s importantes o, por lo menos,
más comunes de la vida social salvadoreña (ver Recuadro 2).
La sociología estudiaría ía vida en el mesón con respecto al proble-
ma de la vivienda, su demanda y oferta, asi como los movimientos
La psicología social, por su lado, se interesaría también por muchos
migratorios, económicos y laborales vinculados con ella. También
de los aspectos estudiados por la sociología , pero examinaría más parli-
estudiaría las formas de organización familiar y comunitaria que se pro-
cuiarmente la vida del mesón como ua sistema de interacción humana,
ducen en estas circunstancias, las clases sociales involucradas, la emer-
con unos mecanismos y procesos peculiares de comunicación, donde ios
gencia de economías marginales, y los procesos de delincuencia y anemia
requerimientos de las necesidades de unos y otros van generando normas
que aparecen vinculados a esta forma de vida.
explicuas o implícitas de convivencia, y donde las fuerzas de los
miembros dan .sentido a los conflictos y a la estructuración de las rela-
ciones y comportamientos.

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En los nioiiicnlos de agudización de los conriicios sociales, los pro-
cesos de grupo adquicrcn una especial imporiancia. Las maiiircslaciuiíes
callcjQihti (ver R a u í u i r o .1). las huelgas lahorales y poliiieas, las ncupa-
cioncs de ediricios y otras acciones semejantes alteran la evolución uor-
maí de la cotidianidad establecida. Los grupos (_y las personas) tienen que RECUAÜKO 2
adoptar dcci.siones para las que no liencn normas claras y a veces ni si- LA VIDA EN EL MESON
quiera crilerios orientadores. En uno de ios múltiples confíicios laborales
que se plantearon en San Salvador cii ¡979, los trabajadores de una Angela se encarga de atender las necesidades familiares. A ias
fábrica nacional ocuparon las instalaciones y retuvieron a un buen núme- seis de la mañana se levanta y va a la tienda a comprar las cosas pa-
ro de rehenes, sobre todo de mandos intermedios. Reunidos ios propieta- ra el desayuno. Cuando se va Carlos (su esposo), lava en cl patio y
rios y administradores de la fábrica, consideraron ias peticiones de los atiende al desayiino del niño. Después, desayuna ella, arregla la
huelguistas, peticiones en su conjunto muy razonables y a las que la pieza y se queda aljí, leyendo cl periódico o entreteniendo el tiem-
fábrica podía atender sin mayor dificultad. Mientras el gerente de la po. Hacia las once vuelve a salir a ia tienda, a comprar ias cosas pa-
fábrica era partidario de acceder a las demandas de los huelguistas y ocu- ra el almuerzo. Después, descansa en la pieza, leyendo cl periódico
paiues, cl principal accionista adoptó ¡a postura dura de no negociar en o dormitando. Hacia las tres, sale con el niño a caminar por cl pa-
tanto ios rehenes no hubieran sido liberados. Los días empezaron a pn- lio. A veces le compra una paleta donde la Niña Lupita, y algunas
•sar, sin que el grupo propietario riexlbllizara su postura. Tras un mes de tardes se quedan en la pieza de ella, viendo televisión. "Antes salía
ocupación, y unos minutos antes de que fuerzas de seguridad recupera- al parque con el niño; pero desde que oí cómo la Ana María decía
ran violeniamenlc la fábrica, los obreros la abandonaron y —no se sabe que la señora de José Luis había salido toda una mañana para irse a
si inlcncionai o casualmente— la fábrica fue incendiada, quedando total- un hospedaje con otro hombre, ya no me gusta salir. Unicamente
mente destruida. salgo ios domingos con Carlos".
Las liucigas y su resolución son acontecimientos de gran significado Angela es bien considerada por sus vecinos, aunque ella trata
para ias ciencias sociales, aunque, lamentablemente, la corriente domi- de eludir el conversar frecuentemente con otras mujeres para evitar
nante de científicos sociales ha rehuido a menudo el estudio profundo de la acusación de "chambrosa" (murmuradora).
las formas concretas de conflicto social. La sociología se interesa por una
huelga en ia medida en. que expresa las áreas problemáticas en ei fun-
cionamiento de una estructura social, y en cuanto revela los dinamismos ( H e r r e r a Morán^ A . y Martin-Baró, I . L e y y o r d e n e n l a v i d a d e l mesón. IÍC\, 1978,
que pueden alterar un ordenamiento social concreto. La psicología social m, 803-828)
se interesa, sobre todo, por la interacción de personas y grupos que se
produce en el desarrollo del proceso conflictivo. Ante situaciones para
las que no existen claras prescripciones, ¿cómo se llega a adoptar una de-
cisión? ¿ C ó m o y por qué llegaron los trabajadores a ía decisión no sólo
de declararse en huelga, sino de extremar su postura mediante la ocupa-
ción de la fábrica? ¿ C ó m o y por qué la dirigencia de la fábrica decidió Ante todo, es claro que ia p-.;-- >ücial no es lo mismo que
adoptar una postura totalmente intransigente, y, a pesar de los obvios psicologia de los grupos (pequeños o grandes). La psicología social cier-
peligros,^ la mantuvo hasta cl final? ¿ C ó m o intervinieron las distintas tamente analiza procesos grupales como la loma de decisiones en una
personalidades y factores en juego en el proceso de adoptar esas deci- huelga. Pero la psicologia social también estudia la acción de personas in-
siones que condujeron a consecuencias tan desastrosas? ¿ H u b o algún t i - dividuales, como el torturar o la jornada normal de una mujer al interior
po de liderazgo en las decisiones'de trabajadores y propietarios? ¿Qué de un mesón. Social no es lo mismo que grupa!, aunque todo grupo hu-
determinó ese liderazgo y cómo fue ejercido? mano es obviamente de naturaleza social. Lo social es una categoría más
U n e.xamen de los tres casos presentados -—tortura a un prisionero, amplia que con perfecto derecho se aplica también a los individuos hu-
la vida diaria en un mesón urbano, y cl desarrollo y resolución de una manos (personas sociales). La constante de la psicologia social en los
huelga— y e! tipo de preguntas que la psicología social se formula, nos ejemplos examinados, es decir, lo específico social es el atender a la ac-
permite llegar a una delimitación provisional del objeto de la psicología ción de individuos o grupos en ciiamo referida o influida por otros indi-
social. viduos o grupos. En la medida que una acción no es algo que se puede

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explicar adccuadamcmc a partir del sujeto mismo, sino que, expUcila o positivo o un obstáculo para cl desempeño de ta actividad iiumnna? En
impücitamcnic, en su forma o en su contenido, en su raiz o en su inten- otras palabras, ¿hay alguna diferencia entre realizar una acción oii soliia-
ción, este referida a otro y a otros, en esa misma medida la acción es So- rÍQ y realizarla ante otros? ¿La ejecución de esa acción mejora, empeora
cial y cae bajo la consideración de la psicología social. o es igual?
La.s personas no somos seres arrojados al vacio, sino que formamos Muchos autores han investigado estas cuestiones expcrimcnialmen-
parle de una historia, nos movemos en una situación y circunstancia, ac- le. En 1920, Fíoyd AUport publicó los icsuUadüs de una serie de c.xperi-
tuamos sobre las redes de múltiples vinculaciones sociales. La psicología mento.s en los que comparaba los resultados entre realizar una serie de ta-
social trata de desentrañar la elaboración de la actividad humana en reas en solitario o en compañía de otros. Las larcas examinadas eran rc-
cuanto es precisamente forjada en una historia, ligada a una situación y
referida al ser y actuar de unos y otros. La pregunta central sería enton-
ces hallar en que medida una determinada acción ha sido configurada
por cl influjo ele otros sujetos, de qué manera su sentido total le viene KECUAORO 3
precisamente de su referencia esencia! al ser y hacer de los d e m á s . Tcne- UNA MANIFESTACION POPULAR
ncmos asi una primera aproximación al objeto de estudio de la psicologia
social: la acción humana, individual o grupal, en cuanto referida a otros. Contra la voluntad de la e.virema derecha y del sector prooli-
La mayoría de autores utiliza variantes de este tipo de definición. gárquico de la Fuerza Armada, a pesar de la supresión del transpor-
Como dice Gordon W. AUporí (1968, piig. 3) en su síntesis histórica te público, a pesar de los retenes-en las ciudades del interior del
sobre la psicología social, "con contadas exepcioncs, los psicólogos so- país, a pesar de las amenazas, los rumores, a pesar de jo agresión ,
ciales consideran que su disciplina es un intento por comprender y expli- abierta a comunidades rurales para impedir su a.sislencia, .se oyen '
car la manera en que los pensamientos, sentímienios y comporiamientos las voces de los organizadores, la cabeza de manifestantes da ios
de los individuos son influidos por la presencia actual, imaginaría o primercs pasos... ÍC! desfile se ha iniciado! Hacia c! oriente, sobre
implícita de los d e m á s " . En nuestro medio, Jesús A r r o y o (1971, p á g . 16) ia calle Rubén Darío, miles de simpatizantes y observadores se
definió la psicología social como "aquella parle de la psicologia que se agolpan para ver pasar y saludar a las organizaciones. £1 espectá-
ocupa del estudio de la conducta humana en e! aspecto en que está referi- culo es cpooéyico. Una verdadera verbena popular, con colores,
da a los demás, estimulada o reaccionada, que implica (la conducta) una proclamas y canciones. ¡Pueblo que lucha, triunfa! ¡Pueblo que
conciencia social conforme a situaciones múltiples meiaindividuales, en lucha, triunfa! ¡Ei pueblo unido jamás será vencido! ¡El pueblo
cuanto dicho comportamiento requiere de asociaciones motivadas por unido j a m á s será vencido!
las necesidades individuales y del grupo". El-primero en avanzar es el partido U D N que, movilizando a
Esta primera aproximación al objeto de la psicologia social nos más de 25,000 personas, pasa entre banderas rojas y amarüla.s. lle-
orienta hacia el comportamiento en cuanto relación, es decir, al influjo van mantas con inscripciones alusivas a la Unidad, con exigencias
inierpersona!. Es importante, entonces, preguniarnos cuál es la esencia sobre el cese de la represión y ¡a libertad para los reos políticos.
última del influjo interpersonal, no en un sentido mciatlsico, sino en un Enormes carteles, sobre armazones de madera y rodos, avanzan lu-
sentido empírico. En otras palabras, ¿en q u é consiste et inEujo interper- ciendo proclamas de solidaridad. Entre los grupos que desfilan ba-
sonal reducido a sus miiiimos elementos? j o las banderas del U D N van el Partido Comunista Salvadoreño, la
Esta pregunta ha sido una de las primeras en formularse experimen- Juventud Comunista, la Asociación de E.slLidianics Salvadoreños,
ta Imente. Ya en 1897 N . Tripletl trataba de averiguar q u é influjo tenia en cl Frente de Acción Universitaria y una delegación de la Confedera-
ciertas competencias ciclistícas y en ejercicios de ritmo la presencia de ob- ción Unitaria de Trabajadores Salvadoreños.
servadores. De alguna manera, todo.s hemos tenido la experiencia de sen- ¡Pueblo: únete! ¡Pueblo; únete! ¡Pueblo: únete!
tirnos espoleados a correr, más o a d e s e m p e ñ a r n o s mejor cuando sabe-
mos que alguien nos está olrsefvando. Sin embargo, probablemente tam-
bién habremos expcrimeniado cierto embarazo c incínso agarrolamiemo
cuando nos ha tocado hablar ame un muuctoso p ú b l i c o o realizar alguna ( F r a n c i s c o Andrés E s c o b a r . E n i a l i n c a d e l a m u e r t e ( L a manifestación d e l 2 2
tarca difícii en presencia de " m i r o n e s " (peor a ú n .si la presencia es de al- r o d e 1980). E C A , 1980. 375-6, 21-35).
gún capataz o supervi.sor). ¿ C ó m o inriuyeit lo.s d e m á s en nuestro com-
portamiento? ¿Es la presencia de espectadores o c o m p a ñ e r o s u n cstuuvdo

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de reacción en un momeiiio determinado depende de la inleraeción cnivc
lalivaniciue senciHas, como asociar palabras, realizar ciertas operaciones
ia fuerza del hábito y la pulsión:
aritméticas, o tratar de distinguir entre pesos y oiorcs- Aílport halló que,
Cil general, la presencia de otras personas Influra posivlvamoulo ou las la- E = r (.0 X M) E - Foienciul de reacción (enerain)
rcas, con la excepción de la solución de problemas y ciertos juicios, i ' o i D = Pulsión (drivc)
ello, AUport señaló que la presencia de los otros consliluia un estímulo H = Hábito
"facUitador" de la conducta, y caliricó este influjo como una "facilita- Según Zajonc, la presencia de oirás personas conslítuyc una fuente de incre-
ción social". Ciertamente, estos resultados parecían conformarse al mo- mento puisional para el individuo, pero como tal, se trata de una energctiza-
delo condiictista propuesto por Watson para la psicología según el cual ción o activación genérica, que no determina de por si una dirección
podía explicarse lodo comportamiento como un encadenamiento de especifica de la conducta. En cada caso será la respuesta dominante la ac-
estímulos y respuestas, sin lencr que profundizaren el Interior inaccesible tivada por cl aumenio puisional, es decir, la "facilitada" socíalmenle.
de las personas. Según AUport, la presencia de otros era un estimulo faci- A pesar de ía aparente elegancia de esta conclusión, el problema
litador en la ejecución de las propias respuestas. Ei calificativo de "so- sobre eí efecto de la presencia de otros en cl comporiamienlo de un indi-
c i a l " se debía a que el "estimulo racilitador" lo constituían otras perso- viduo está lejos de haber sido zanjado definitivamente. Apenas tres anos
nas. T o d a v í a en la actualidad psicólogos sociales de o r i e n t a c i ó n conduc- m á s tarde de que Zajonc propusiera su solución al problema, Nickoias B.
lisla consideran que la psicología social debe estudiar "las reacciones de Cottrell (1968, 1972) señalaba que la mera presencia Esica no parecía su-
un individuo a los estímulos socialmcnic relevantes" (Bcrkowitz, 1975, ficiente para explicar el fenómeno de ¡a facilitación. Según Cottrell, _el
pág. 8). En este sentido, el influjo intcrpersonal seria un simple influjo incremenio puisional es mediado por la conciencia del sujeto que se sien-
externo, de orden casi mecánico. te ansioso ante la eventualidad de que los presentes evalúen su comporta-
miento. El individuo experimenta esta " a p r e n s i ó n cvaKialiva" como la
En 1928, L . E. Travis repitió algunos de los experimentos de A U -
llama Cottrell, ya que la presencia de otros le lleva a anticipar las eva-
port, pero con sujetos tartamudos. Los resultados obtenidos fueron
contrarios a los de AUport, es decir, las personas lograban un rendimien- lúales consecuencias negativas que su conducta le puede acarrear. En este
to mejor trabajando en solitario. En general, una de las características sentido, la presencia de otros se convierte en una señal desencadenante de-
más interesantes en los experimentos sobre "facilitación social" es la la anticipación temerosa.
aparente inconsistencia de ios resultados. De hecho, la ejecución de cier- En la misma línea de pensamiento, Henchy y Ciass (1968) opinaron
tas respuestas motoras o de ciertas asociaciones suele mejorar c o n la pre- que el incremento puisional es mediado por ei temor de los individuos a
sencia de otras personas, mientras que ei aprendizaje de sílabas sin senti- ser juzgados. De ahí que si la audiencia no constituye una presencia eva-
do, o ciertas tareas de memorización empeoran cuando, se realizan en luativa, la respuesta dominante no resulte significativamente
público. "facilitada". Ahora bien, Weiss y MiUer (1971) ampliaron este punto
de vista al afirmar que la aprensión evaluativa sólo es efectiva cuando el
Tratando de encontrar un principio que pudiera dar cuenta de unos
sujeto espera o anticipa que la presencia de otros le va a acarrear resulta-
y otros resultados, Robert H . Zajonc (1971. pág. 80) propuso en 1965
dos negativos.
que " l a presencia de espectadores facilita el emitir respuestas bien apren-
didas, mientras que obstaculiza el aprender nuevas respuestas"; en otras Estos autores confirman en lo fundamental la solución de Zajonc y
palabras, " l a presencia de espectadores facilita la ejecución y obstaculiza mantienen los supuestos del modelo de HuU. Sin embargo, plantean cl
el aprendizaje". Según Zajonc, este efecto se explicaría porque la presen- problema a un nivel más complejo y, ciertamente, más realista o, si se
cia de otras personas es un cstimuíante, que excita o activa al sujeto, el quiere, m á s humano. Lo que se pone en cuestión es que la presencia d é
cual incrementará la emisión de la respuesta dominante a la s i t u a c i ó n en otras personas tenga un efecto de orden mecánico o automático sobre eí
que se encuentra. Por tanto, si la respuesta dominante del sujeto es la res- comportamiento de un individuo. De hecho, dos aspectos parecen me-
puesta correcta (como sucede en tarcas bien aprendidas), obviamente diar cl efecto de ía presencia de otros: la conciencia de esa presencia, y su
mejorará la ejecución; pero si la respuesta dominante es una e r r ó n e a (co- particular significación. Por un lado, parece evidente que la presencia dm
mo sucede cuando a ú n no se ha aprendido a ejecutar u n ejercicio o a de- otros sólo puede afectar al sujeto cuando éste es consciente de esa presen-
sempeñar una tarca), la mayor excitación incrementará la e m i s i ó n de res- cia, a no ser que se quiera suponer la existencia de efluvios misteriosos o
puestas erróneas. parapsicológicos. E l mismo Zajonc (1972, p á g . 8) indicó posteriormente
que por lo general el individuo sólo se siente afectado por la presencia de
La solución de Zajonc al problema de la facilitación social se basa
otros cuando sale de un ambiente relativamente sereno y tiene que pres-
en el modelo sobre aprendizaje de HuU (1943), según ei cual el potencial
tar atención al hecho de que hay espectadores o per.sonas presentes.
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Diclio de otra iiiiincra, cl ¡nftujo de Ui presencia de los otros pasa por el
fillro del propio individuo, que cae en ia cuenta de esa presencia. Por
oli o lado, ia conciencia siempre es una cnneicpcia do algo; IOB oíros pre=-
seutcs tienen una significnctón para el sujeto, quien valora positiva o ne-
gativamente esa presencia y anticipa las consecuencias buenas o malas
que le puede acarrear. Así, ia presencia de otras personas p o n d r á nerviso
al individuo o le dejará tranquilo, le estimulará o le será indiferente, ie
agradará o le molestará.
M á s recientemente, Zajonc ha retomado cl tema y lia precisado su
posición. Evidentemente. Zajonc (1980, págs. 41-2) reconoce que hablar
de una "mera presencia" de otras personas constituye una abstracción
que no existe en la realidad. En la vida, toda presencia tiene algún senti-
do, por mínimo que sea, y esc sentido es fuente principal de estimulación
social. Sin embargo, Zajonc mantiene que hay efectos producidos por ia
presencia de los otros que no son atribuiblcs al sentido de esa presencia,
sino al dato (abstracto, en el sentido de una variable experimental inde-
pendiente) de ia " m e r a " presencia, y que esos efectos consisten en un
incremento puisional no directivo en el individuo. Recientes revisiones
del tema (Gccn, 1980; Geeir y Gauge, 1977) han tendido a sustentar es-
ta visión de Zajonc.
Con todo, la postura de Zajonc sigue siendo ÍnsatÍsfactoria, no por-
que se niegue el influjo activador sobre el sujeto de la presencia de otros,
sino parque ese influjo se produce necesariamente en u n contexto m á s
amplio. E l esquema de Zajonc despoja al proceso de relación o influjo
social de su carácter específicamente social, incluso en el caso de una me-
ra presencia, es decir, en d caso de una presencia pasiva en la que no hay
ningún otro tipo de acción interpersonal, el influjo que se produce es pre-
cisamente social porque ocurre a través del significado que unos sujetos
tienen para otro. Más a ú n , si se acepta que la mera presencia es una abs-
tracción que nunca tiene lugar en la realidad, es porque se reconoce tam-
bién que la activación mutua de las personas se produce a través de ia quizá el dominio no sea ni siquiera la principal variable en juego. A un
conciencia que las unas tengan de las otras, es decir, de la.s significaciones nivel m á s básico, influye en la excitación eí tipo de tarca que se está reali-
que las vinculan siempre sobre el supuesto de que no se da más que una zando y la significación que para las personas presentes (el actor y los ob-
presencia pasiva de los unos ante el otro. En este sentido, Richard Bor- servadores) tiene esa tarca. La presencia de otros me influye de manera
den (1980) ha propuesto recientemente una modificación al esquema de muy distinta si estoy realizando mis labores de aseo cotidianas, si voy a
la facilitación social, según el cual el sujeto interpreta activamente ia si- torturar a otra persona, sí estoy representando una obra teatral o si estoy
tuación de los otros presentes y trata de lograr la mejor evaluación po- tratando de resolver un complicado problema de m a t e m á t i c a s . Ob-
sible de su propio comportamiento. Ahora bien, Borden insiste en que viamente, todas estas tareas suponen un aprendizaje por mi parle, pero,,
este esfuerzo por lograr una evaluación óptima será tanto mayor cuanto de una manera mucho m á s importante, estas tareas tienen un contenido
más importante o significativa socialmeiile considere el sujeto que es su de valor, una significación social, aparte de que su producto tiene efectos
acción. muy distintos en mí mismo y en la sociedad en la que vivo. Toda tarea,
Fuera del laboratorio, en la vida real, tas cosas son todavía menos aprendida o no, sea o no una "respuesta dominante", tiene una significa-
"puras", pero quizás más claras. El influjo interpersonal no es algo me- ción social que es resaltada, positiva o negativamente, por el hecho de
cánico. La excitación de una pensona por la presencia de otros no pro- que la sociedad se hace rcdupiicativainente presente a travé.s de los oíros.
viene únicamente del hecho de que se domine o no una acción o tarea:
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Un guardia puede verse estimulado por la [jrcsencia de otros guardias pa- cia!, ya sea que esc momento tenga carácter individual o grupal, es decir,
ra loviurar a un prisionero (ver Carpió, 1979), pero se scnliria totalmeiuc que la acción corresponda a un individuo o a Lodo un grupo,
coiiibido para realizar la misma operación delante ele sus padres o de sus A la luz de este análisis, podemo.s proponer una definición más sig-
propios hijos. El otro, no es Kinipítímente "lina persona pl'óüódlc"; es im nificativa de la psicología social como el estudio cienlifico de la acción en
espectador, un crítico, un amigo, mi jefe, mi profesor o mi esposa. cuanto ideológica. A l decir ideológica, estamos expresando la misma
El influjo interpersonai, es decir, aquello que constituye una acción idea de influjo o relación iiUerpersonal, de juego de lo personal y social:
como social y que estudia !a psicologia social, no es un proceso de simple pero estamos afirmando también que la acción es una sinlesís de objetivi-
conexión externa entre un estímulo y una respuesta ya constituidos. Se dad y subjetividad, de conocimiento y de valoración, no necesariamente
trato más bien de un elemento interno a !a misma acción, que adquiere consciente, e.s decir, que la acción está signada por unos contenidos valo-
una significación iransindividual en esa referencia a los otros, y mediante rados y referidos históricamente a una estructura social.
esa significación recibe un impulso estimulante o un Impulso inhibidor. Puede sorprender esta definición, ya que el termino ideología es usa-
El problema fundamental sobre la "facilitación social" consiste en pre- do de muy diferentes mancra.s para expresar realidades a veces muy dis-
guntarse q u é es lo que se facilita y que es lo que se dificulta en una deter- tintas. En términos muy generales, hay dos concepciones fundamentales
minada sociedad o grupo social en un determinado momento histórico y sobre la ideología: una de tipo funcionalista y otra de tipo maixista. La
para una determinada persona. Sólo en segundo lugar interesa pregun- concepción funcionalista entiende la ideología como un conjunto cohe-
tarse c ó m o , a través de qué procesos y mecanismos concretos, este influ- rente de ideas y valores que orienta y dirige la acción de una determinada
j o tiene lugar. sociedad y, por tanto, que cumple una f u n d ó n normativa rcstjecio a la
Cuatro elementos son esenciales para que se dé un influjo interper- acción de ios miembros de esa sociedad. La concepción maixisia (que
sonai: un sujeto, ios otros, una acción concreta y un sistema o red de sig- tiene sus raices en Maquiavelo y Hcgel) entiende ¡a ideología como una
niricaciones propio de una sociedad o de un grupo social. Toda acción se falsa conciencia en la que se presenta una Imagen que no corresponde a la
realiza en ía tela de este sistema de significaciones, que constituyen la in- realidad, a ia que encubre y justifica a partir de tos intereses de la clase
terioridad del acto mismo más allá de su forma externa. Así, ei influjo in- social dominante.
lerpcr-sonal, la relación del quehacer de una persona a otra persona, no Estas dos concepciones parten de presupuestos diferentes acerca de
e.s algo genérico o abstracto en la conducta, n\o menos algo sobre- la sociedad y del ser humano. La visión funcionalista supone que ia so-
añadido a la acción ya constituida. Se trata, por el contrario, de algo bien ciedad es un sistema coherente y unitario, regido por un esquema único
concrevo y algo consliliiyente. Concreto, ya que es esta o aquella relación de valores y normas, en cl que el sujeto actúa principalmente como indi-
con tai o cual persona o grupo en tal o cual situación. Por otro lado, viduo. La visión marxista encuentra que la sociedad se configura por cl
se trata de algo intrínseco al acto - ; T S U significación—, que es como ia conflicto entre grupos con imercses contrapuestos y que el individuo es
imagen que el sujeto trata de actuar. Una acción humana no es una fundamentalmente un represéntame de su clase social. La corriente del
simple concatenación de movimientos, sino la puesta en ejecución de un estructuralismo marxista, principalmente avanzada por Louis Allhusser
sentido: torturar a un enemigo, o castigar a un subversivo, o darle una (1968), concibe la ideología como un sisiema o estructura que se impone
lección a este inmundo comunista, o mostrar que soy muy macho y . y actúa a través de los individuos, pero sin que los individuos configuren
puedo hacer sentir mi superioridad a esta alimaña socialista. a su-vez esa ideología. Se trata de una totalidad actuante pero sin sujeto
La psicologia social estudia pues al comportamiento humano cu la propiamente dicho ya que, en la ideología asi entendida, el sujeto aoiúa
medida en que es significado y valorado, y en esta significación y valora- en la medida en que es actuado. "Los hombres viven sus acciones, referi-
ción vincula a la persona con una sociedad concreta. Se trata de en- das c o m ú n m e n t e por ia tradición clásica a la libertad y a ía 'conciencia',
contrar las referencias concretas entre cada acción y cada sociedad. En e/i ia ideología, a través-y p o r la ideología; en una palabra, que la i'clacióu
definitiva, la psicología social es una ciencia bisagra, cuyo objetivo es 'vivida' de los hombres con el mundo, comprendida en cUa la Historia
mostrar la conexión entre dos estructuras: la estructura personal (la per- (en la acción o inacción política), pasa por la ideología, más aun. es l a
sonalidad humana y su consiguiente quehacer concreto) y la estructura ideología f n i s m a " (AWhusscr, 1968, pág, 193),
social (cada sociedad o grupo social específico). En otros términos, la Lo interesante de este enfoque es que, asi concebida, la ideología uo
psicología social pretende examinar la doble realidad de la persona en es algo externo o añadido a la acción (individual o grupal). La ideología
cuanto actuación y concreción de una sociedad, y de la sociedad en cuan- es uti demento esencial de la acción humana ya que la acción se constitu-
to totalidad de personas y sus relaciones. L a psicología social examina ye por referencia a una realidad significada y ese significado está dado
esc momento en que lo social se conviene en personal y lo personal enso- por unos intereses sociales determinados. La ideología puede ser asi vEin

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desde la loialidad de los inlcrcses sociales que la generan, pero también que estudia la percepción tiene que estudiar la ideoiogía, es decir, las
en cuanto dota de sentido a la acción personal y, por consiguiente, en fuerzas sociales que llevan al individuo a captar de una u otra inaneia la
cuanto esquemas cognoscitivos y valoralivos de las personas mismas. F i - realidad:
tos esquemas son personales y es el individuo cl que ios actúa, pero su (b) Sea mediante el estudio de las a c t i l u d e s o mediante el estudio de
explicación adecuada no se encuentra en e! individuo, sino en la sociedad los r o l e s , la psicologia social intenta comprender, explicar y predecir los
'de la que es miembro y en los grupos en los que cl individuo echa raíces. esquemas de acción de los individuos y grupos sociales, ios mecanismos
Ahora bien, cl enfoque estruciuralista de Allhusser elimina en la por los que se forman estos patrones de comportamieiuo, así como los f i -
práctica el papel del sujeto. Esto parece absurdo y m á s ' d e s d e una pers- nes y motivos que están a su base. No otra cosa pretende el análisi.'; ideo-
pectiva psicológica. El individuo a c t ú a en el medio de la ideología, pero lógico, que trata de descubrir los esquemas de acción brotados de los i n -
•no se acaba en olla; dicho de otra manera, la persona no se reduce a la tereses de grupo a fin de ejercer normalivameiUe el dominio social exis-
ideología a la que incluso puede trascender mediante una toma de con- tente y reproducir el sistema establecido. Resulta interesante observar
ciencia. Asi concebida, la ideología viene a ser como los presupuestos o qué pocas veces los p.sicólogos sociales pasan de observar la consistencia
"por supuestos" de la vida cotidiana en cada grupo social, supuestos t r i - o inconsistencia de los esquemas actitudínales con respecto a la acción a
viales o esenciales para los intereses del grupo dominante. En la medida analizar cl porqué social de esa consistencia o inconsistencia, es decir,
en que una acción es ideológica, dice referencia a una clase social y a qué pocas veces pasan del examen positivista de los procesos al e.xamen
unos intereses, es decir, está influida por unos intereses grupales respecto de su sentido histórico.
a los cuales adquiere sentido y significación social. N o loca acción es, (c) La psicología social contemporánea dedica mucha atención a los
por supuesto, igualmente ideológica. Respirar, dormir o pasear no tienen procesos de sumisión, obediencia y conformismo, de manera análoga a
el mismo carácter social que tomar la decisión de irse a la Ituclga, trans- como ia ideología se interesa por las formas de actuar el domino social y
mitir un rumor acerca de un golpe de estado o torturar a una persona. reproducir el sistema establecido. Es significativo que la psicología social
Se ha afirmado que la ideología cumple una serie de funciones: ofre- haya adoptado prioritariamente la perspectiva del dominador, niicniras
cer una interpretación de la realidad, suministrar esquemas prácticos de que apenas excepcionalmenlc ha contemplado el proceso desde la pers-
acción, justificar el orden social existente, legitimar esc orden como váli- pectiva del dominado —es decir, ia desobediencia, el inconformismo y el
do para todos, es decir, dar categoría de natural a lo que es simplemente cambio social (ver Moscovici, 1972).
liistórico, ejercer en la práctica la relación de dominio existente y repro- Por tanto, incluso el temario de la psicología social m á s tradicional
ducir el sistema social establecido. Ahora bien, cabe preguntarse q u é es responde parcialmente a! enfoque que centra su objeto en examinar ¡a
lo que hay de psicológico en todas estas funciones. Dicho de otra mane- ideología y sus funciones, es decir, la acción humana en cuanto ideológi-
ra: si la psicologia social estudia la acción en cuanto ideológica y éstas ca. En gran parte, la dispersión que hoy se da en la psicología social es
son las funciones de la ideología ¿qué es lo psicológico en estas fun- debida a la carencia de un marco conceptual adecuado que permita unifi-
ciones? La respuesta es clara aunque su desarrollo lleva al desarrollo de car criticamente las diversas investigaciones y datos disponibles. A l pro-
toda la psicología social: en la ideología las fuerzas sociales se convierten poner que la psicología social estudie la acción en cuanto ideológica se
en formas concretas de vivir, pensar y sentir de las personas, es decir, ¡a ofrece un marco teórico unificador que ademá.s, exige a la psicología so-
objetividad social se convierte en subjetividad individual y, a! actuarla, la cial una profundización histórica y conceptual mucho mayor que la
persona se realiza como sujeto social. Bien analizado, un temario conser- usuaimente ofrecida.
vador de cualquiera de los textos de psicología social actualmente en bo- Esta definición de la psicologia social nos permite también descubrir
ga coincide parcialmcnie con las funciones de la ideología. el mayor fallo en los enfoques más corrientes; el olvido de los contenidos
(a) Ante todo, el tema de la percepción trata de explicar las causas y de la acción humana, su significación, en cuanto referidos a las fuentes
mecanismos mediante los cuales se capta e interpreta la realidad, espe- de su producción y, por tanto, el determiiiismo configurador de esas
cialmente las relaciones interpersonales y ios procesos de carácter social. fuentes sociales (ver Braunsicin, 1975). Lamcnlablcmenie, muchos cstu-
Rara vez la psicología social profundiza este análisis en el sentido de c^ia- dios de psicología social se contenían con verificar correlaciones y depen-
minar los procesos de Justificación y legitimación cognoscitiva de esa rea- dencias entre formas de conducta, sin analizar suficientemente la dife-
lidad. Sin embargo, el complemento necesario de! análisis do ios meca- renciación radical aportada por sus contenidos y sus productos. Esta es
nismos perceptivos es el análisis de las causas de esos mecanismos, y esas la razón de que aquí optemos por hablar de " a c c i ó n " y no de conducta.
causas hay que buscarlas a nivel social, no simplemente individual. Si Una acción supone, ciertamente, una conducta, es decir, una respuesta
percibir es configurar de alguna manera la realidad, la psicología social extcrnarnenle verificable (en el sentido conductisia), pero supone tam-

18 19
bien uim Iiuciioridad, es decir, im sentido y. sobre todo, un produelo; to-
da acción consiste en un hacer, \in prOíUlcjr Q generar algo, y csle produc- CUAOHO 1
to afecta a la totalidad social (ver Scve, 1973).
A i examinar los casos de tortura, Ui toma de decisiones en un C O M P A R A C I O N DE OEFiNlCIONES DE PSICOLOGIA S O C I A L
conflicto laboral o el quehacer cotidiano en un mesón entendemos la i m -
portancia de ir m á s allá de un esquema de estímulos y respuestas al estilo
de la facilitación social. Los innujos sociales no son estimulaciones asép- Objeto (le estudio Especificidad psicosocial
ticas, sino impactos valorativos de acuerdo a la actividad e intereses en
juego. Si la presencia rea! o imaginaria de oíros excita o inhibe la acción (1) La conducta liiterper.sonal o influida por lo.s otros
del sujeto es porque de ios demás proviene y se espera una valoración c Respuesta influjo extrínseco a la acción misma
incluso una reacción. Por tamo, no va a haber un inHujo facilitador o "Vacia" . los "otros" como seres abstractos genéricos
inhibidor meramente formal y externo, sino un Innujo concreto, que fa- Es seguida por supone una cierta continuidad en ci influjo,
cilita o dificulta determinadas conductas, que potencia u obstaculiza de- refuerzos mía lincaridad en el vínculo (claridad)
terminadas actividades, de acuerdo con las exigencias del grupo social
concreto en que se está. Un análisis como cl de la facilitación social no es (2) La aceifin En cuanto ideológica
adecuado ni completo mientras no se discrimine la función ideológica, es
Actividad Influjo intrínseco a la acción misma
decir, el dcterminismo selectiva que se ejerce sobre las acciones de las Sentido referencia a otros concretos históricamente,
personas y grupos reales a partir de los intereses y valores sociales domi- agrupados en clases mediante cl ejercicio
nantes. Por otro lado, al tomar conciencia de la fLiiición ideológica, se dei poder
siente por lo mismo ia necesidad de ubicar cada proceso psicológico en la
totalidad de los procesos sociales, desbordando la mera comprensión de Culmina en un supone que puede existir niveles de influjo
ios mecanismos parciales de ta que está plagada la actual psicologia so- producto aparentemente contradictorios, y que el
cial. Así, un problema como el de la facilitación social, sobre todo apli- vinculo real es ocultado por cl vinculo-
cado a procesos concretos como la tortura, ia liuelga o los rumores al in- aparente.
terior de un mesón, adquiere significaciones muy diferentes cuando se le
ubica en ei contexto de problemas m á s amplios: el problema del de-
sempleo, el problema de la disidencia política, cl problema de la rcpro-
• ducción social de la fuerza laboral, cl problema de la organización social,
el problema de los.conflictos y luchas de clase (ver Cuadro ! ) .
2. PERSPECTIVAS Y MODELOS.

2. 1. Orientaciones en psicología social.

Precisamente porque !a psicologia social es una ciencia bisagra, a ca-


ballo entre lo que compete a la sociedad como tal y lo que es propio del
individuo en cuanto persona, corre siempre el peligro de abandonar la
tensión inicrdisciplinar y dejarse absorber por la dinámica de uno de ios
dos polos. En este sentido, ha habido y sigue habiendo una psicologia so-
cial como ha habido y hay una sociología psicológica. Cuál sea cl .sustan-
tivo y cuál el adjetivo ¿n ei nonrbrc usado no es una arbitraria decisión
lingüística, sino, la expresión de una opción teórica.
La socioiogía psicológica es primero y fundamentalmente .sociología
y, por consiguiente, su unidad principal de análisis es de carácter colecti-
vo; bien sea el sistema social o la acción en cuanto social (ver, por
ejemplo, Parsons, 1968). Cierlamenic, muchos temas que hoy coaslilu-
ycn capítulos obligados de la sociología son claros estudios de psicologia
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social, aunque no sicinnrc son tratados desde la perspectiva de la La vida cotidiana en un mesón (ver Herrera y M a r t i n - B a r ó , 1978)
sociología p-sicoiágica. Un ejemplo típico lo constituye el tema de la so- puede ser examinada desde ambas perspectivas. La sociología psicológi-
?iídi?,aciún, ca páriU'lfl probablememe de! presupuesto deque el mesón 05 un «Eterna
La psicología social, por su lado, suele tender a ser psicología en social, y examinaría cl comportamiento de su.s liabitanícs como rotes re-
sentido restringido y, por consiguiente, a lomar al individuo como la uni- gulados por una normatividad explícita o implícita. La perspectiva de
dad central de análisis. Esto crea problemas principalmente cuando se es- psicologia social examinarla ci comportamiento de los individuos a partir
tudian procesos grupales o renómcnos colecüvos. Por otro lado, es raro de sus necesidades, su percepción y su conciencia de la situación y, por
encontrar en textos de psicología temas de sociología psicológica, a no tanto, trataría de examinar los aspectos más importantes de ia situación
ser en aspectos relacionados con variaciones culturales o raciales. El que del mesón, así como los hábitos personales reforzados o castigados en el
aquí usemos como título genérico el de psicologia social no presupone de acontecer cotidiano.
parte nuestra una opción por la perspectiva más psicológica. L o usamos En principio, las dos perspectivas son aceptables como punto de
sencillamente porque se ha impuesto de hecho corno nombre común en
partida. Resulta perfectamente licito y basta cnriquecedor el poder e.xa-
ciencias sociales sea cual sea ía perspectiva adoptada (ve Rosenbera v
niinar un mismo fenómeno desde atalayas diversas, aun cuando las posibi-
Turner, 1981). f K B 3
lidades de comprensión no sean las mismas en cada caso. Ei problema
surge cuando la perspectiva pierde su carácter de relatividad y se absolu-
liza. Es el peligro del reduccionismo, psicológico o sociológico. De hecho,
los psicólogos sociales suelen incurrir m á s frecuentemente en el reduc-
cionismo psicológico o psicologismo que en el soclologismo.
P o d r í a m o s brevemente definir el psicologismo como aquella
comprensión de los fenómenos y procesos sociales que los reduce y expli-
ca como la simple adición de procesos puramente psicológicos. A l igual
que otro.s "ismos" el psicologismo se expresa por el empleo de ia fórmu-
. la " n o es más que" con la que se transforma una categoría (en este caso
la social) en otra (aquí, de orden psicológico). Un ejemplo típico de re-
duccionismo psicologisía se encuentra en Pelcr Homans (1967) quien
afirma que cualquier proceso histórico y social puede ser explicado con
las categorías y principios enunciados en cl.conductismo operante de
Skinner,
El psicologismo es una de las tendencias culturales m á s ' a c e n t u a d a s
actualmente en los países capitalistas y sus zonas de influencia (ver
Lasch, 1978), Ricardo Zúñiga (1976) señala tres graves errores psicolo-
gistas en los que suelen incurrir los psicólogos sociales al utilizar un análi-
sis "centrado en las personas";
(a) La transformación del objeto de estudio. A l redefinir un proble-
ma o proceso social con variables psicológicas se produce una alteración
esencial en cl objeto de análisis. No es lo mismo hablar de cambio social
que de cambio de actitudes, de ideología que de motivación, de aliena-
ción que de imágenes del yo.
(b) La abstracción de los problemas sociales analizados respecto a
los procesos históricos concretos que los producen. " U n análisis centra-
do en la persona produce un sutil, pero significativo efecto de dcsconiex-
tualizacíón y atcmporalización, que encubre el juego de las fuerzas so-
ciales en un momento histórico específico" (Zúniga, 1976, pág. 36).
(c) En tercer lugar, el análisis centrado en la persona tiende a atri-
buir la causalidad de los hechos a los individuos y sus caracleristicas, lo
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que en el fondo es consecuencia de la Ideología política ühcral-burgvicsa. cuanto ideológica. Esto no es lo mismo que afirmar que la psicología so-
Los problemas sociales se convierten asi en problemas de p?rMnilí), y los einl es o deba ser simplomontü liUíoria (Gorgon, 1973). Gluro quo do algu-
problemas políticos en problemas de caracteres o personalidades. Se in- na manera lo que aquí se plantea es la concepción que se tenga sobro lo
curre en e! personalismo a todos los niveles, tanto para cl éxito como, que deba ser una ciencia y la posibilidad de ía psicologia de ser científica
sobre todo, para el fracaso. El problema es la "vagancia" de los campe- en sentido restringido una vez que se acepta su necesaria referencia histó-
.sinos, las tendencias paranoicas de los políticos o el carácter sociópata de rica. En todo caso, si la psicoiogía socia! examina la acción en cuanto
los terroristas, y no los conflictos estructurales de fondo. De este modo ideológica, no puede evitar (precisamente para sor científica) esta necesa-
ias soluciones sociales y políticas recomendadas por osle tipo de análisis ria referencia a un coiilexlo y situación concretas. En buena parte, ía
tienden siempre a asumir como intocable el sistema social establecido y a psicologia social en uso consiste precisamente en la organización de "re-
estimular a los individuos a plegarse a sus exigencias. ferencias" históricas de los distinto.s comportamientos sociales; sin em-
El peligro del sociologismo es precisamente ci opuesto, es decir, redu- bargo, las más de las veces estas referencias son desfiguradas conviríién-
cir lodos los problemas a variables sociales, hasta ei punto de que la per- dolas en simples "condiciones" asépticas para que se produzca o no un
sona " n o es más que" una simple expresión de fuerzas estructurales o proceso o para que una forma de comportamiento social aboque a uno u
sistcmicas. Este peligro se cierne claramente sobre aquellos autores otro resultado (ver HoUand, 1978).
influidos por Louis AUhusser; por ejemplo, algunos análisis de Elíseo Examinemos estas tres perspectivas con un ejemplo concreto. ¿Cómo
Verón sobre procesos comunicativos (Vcrón, 1972). Ya Wilhcim Reich analizarían cl fenómeno de la tortura una psicologia social sociolo-
(1974) reprochaba a! movimienío socialista el no haber analizado sufi- gista, una psicologisía y una dialéclica'.' Con el peligro de distorsionar
cicntemente los factores personales y subjetivos en la conciencia de clase los aportes de cientos autores, intentemos aplicar a este caso algunos es-
en el periodo del desarrollo fascista en Europa. tudios bien conocidos.
De acuerdo con la definición propuesta de psicología social, preten-
demos a c á adoptar una perspectiva dialéctica. E l término dialéctica se ha
vuelto en ocasiones un expediente para salir nominalmeiite del paso teó-
/YOMACER D E POÜCIASI.
DEOEMOSLO SER PDLtClA.PO&RE
MÍGUELlTO,/SÍ ES UN TlEteNOL.
rico, sin que en la práctica concreta de quienes se dicen dialécticos haya
PERO DE BAMDIDO h 4 0 / ¿CÓfiAO VA A HACER DE DELlN-
ninguna diferencia con quienes practican el psicologismo o, sobre lodo,
el sociologismo. Otros identifican dialéctica con interacción, lo que es /ESOSrQUENO.//- CUENTE ?
una comprensión bien superficial. El m é t o d o dialéctico tal como lo en- ^^-v^
tendemos aquí, asume que cl objeto se constituye precisamente por una
mutua negación de polos, y que esto ocurre en un proceso iiistórico. En
el caso concreto de la psicología social, aplicar el m é t o d o dialéctico
quiere decir que al estudiar los problemas se parte del presupuesto deque
persona y sociedad no simplemente i n t e r a c t ú a n como algo constituido,
sino que se constituyen mutuamente y, por consiguiente, que negándose
uno y otro, se afirman como tales. El individuo es pcnsona porque existe
una sociedad (no individual) que ic hace persona; pero ía sociedad es so-
ciedad porque existen individuos (negación de la sociedad) que la plas- /ADEAAAfe O U E T P A D E A
man y dan realidad. En la práctica, el m é t o d o dialéctico va a significar UN ALFILER PARA LAS
que no podemos entender los procesos ideológicos de la persona sin aten- .TORTURAS Y TODO/
der como parte esencial a su estructuración social. En este sentido la ac-
ción humana es por naturaleza ideológica ya que está intrínsecamente
configurada por las fuerzas sociales operantes en una determinada histo-
ria. La acción, cada acción concreta, simultáneamente plasma y configu-
ra ambas realidades, sociedad y persona, en u n hacer que es ai mismo
tiempo hacerse y ser hecho (ver, también, Castilla del Pino, 1966, 1968).
La psicología social no puede abstraer su objeto de la hisloria, pues
es la historia social concreta ia que da .sentido a la actividad humana cii

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Desde uiiii perspectiva de eos íc .sociologisia, podría aplicarse al caso aplicable, en la medida cii que se ciifaiizara más cl pape! de la persona
de la lorltira una visión puraniciiie sisiémica: es la estructura de una concreta, su conciencia ética y política, ast como las caraclcrlslicas
determinada organización penal y ¡a adopción do unos rolos yn iircfigu- espccll'ic'as dé lá SlUlaolÓn que dcacneudeim la lorturíi —no IM6 carac"
rados lo que hace posible que tina persona pueda atormentar fisicamenlc icrislicas de la situación como dalo inmediato (es decir, la habitación de
a otra persona. El estudio de Piiilip Zimbardo (1973) s ó b r e l a f u c r p con- la tortura, la cercanía de loruirador y torturado, etc.), sino las
dicióname del papel de carcelero podría ser extrapolado a la condición de características del grupo en cl poder y sus necesidades de llegara ia tortu-
lorlurador. Ciertamente, la forma en que un sujeto desempeñe su papel ra como ¡nstruinenlo de control social. Algunos de los análisis sobre les
de carcelero o, para cl caso, de lorlurador, puede depender en gran medi- proccdimientos'utilizados en los hospitales psiquiátricos podrían ofrecer
da de ias ideas que en un delerminado grupo hay sobre lo que es ser car- un imncdialó paralelo de c ó m o analizar dialécticamente c! f e n ó m e n o de
celero o torturador (Bnnuazizi y Movahcdi, 1975). Pero que el papel la tortura (ver.Basaglia, 1972; Berlingucr, 1972).
desempeñado ai interior de una institución legitimada tiene una gran
fuer/a constrítñeule, incluso para for/.ac a acciones contrarias a los prin- 2.2. Una visión histórica de la p.sicología social.
cipios del sujeto, se puede deducir de los conocidos estudios de Stanley
Milgram (1974). De los estudios (amo de Zimbardo como de Milgram Entendida en su forma más amplia como el estudio de las relaciones
podría sacarse la consecuencia de que ía estructura institucional (a través entre cl individuo y la sociedad, la psicologia social ha sido un lema de
de los mecanismos de normatividad de un rol y de obediencia legitimada) larga tradición filosófica. El hecho de que los análisis fueran elaborados
bastan para explicar e! comportamicnio de un torturador, sin que su per- especulativa y no empíricamente, no quila valor ni a las conclusiones a
sonalidad, sus convicciones o su experiencia anterior alteren fundamen- las que los filósofos fueron llegando n¡ a las observaciones en que busca-
talmente este proceso. Por cl contrario, algunas de las condiciones de los ban apoyo para su especular ni menos a las preguntas que originaban su
experimentos de Milgram (pérdida de la legitimidad institucional, fuertes reflexión. N o deja de sorprender penosamente el que, tras haber despre-
principios éticos personales, c í e ) , así como ia conciencia de las repercu- ciado una larga y rica tradición de filosofía psicológica, algunos psicólo-
siones a largo plazo en cosas fundamentales, y no simplemente una si- gos (sociales y generales) lleguen con dificultad a conclusiones mucho
tuación de laboratorio referida a aspectos relativamente transitorios o de mejor formuladas en tiempos pasados por la filosofía (ver Chateau y
poca importancia personal y social, llevarían a dudar de una fácil expli- otros, 1979). Cuando esta confluencia añade el enriquecimiento empírico
cación de la tortura a nivel puramente sistémíco. a la conclusión especulativa, la ignorancia real o funcional queda de al-
Una explicación de orden psicologisía trataría de encontrar en las gún modo justificada. Por desgracia éste no es el caso las más de las veces
características personales del torturador las razones de su comportamien- y tras rechazar la "metafísica" teórica, se nos ofrecen pobres recetas de
to como tal. En otras, palabras, no sería el roí el que crearía al sujeto y su filosofía casera bajo ia apariencia de sofisticados productos de laborato-
comportamiento, sino que .seria el sujeto el que de una u otra manera rio.
terminaría ocupando aquel rol que se adaptara a sus necesidades profun- Aunque no es éste cl lugar para recuperar cxpliciiameme la tradición
das y a las características de su personalidad. Esta ha sido la visión de al- filosófica de psicologia social (ver Lana. 1969), es necesario mencionar al
gunos psicoanalistas, qiie han explicado la acción del torturador como un menos algunos autores cuyos planteamientos siguen vivos de una forma
comportamiento de sujetos profundamente sádicos, y de sistemas so- u otra en la reflexión contemporánea sobre la acción social de los seres
ciales que generan "estructuras" como respuesta a estas necesidades humanos. Una de las tradiciones de pensamiento más rico sobre la rela-
destructivas de los individuos (ver Guitón, Beltelheim, y otros 1973). ción entre hombres y sociedad comienza con ios clásicos griegos. Sócra-
Otro tipo de análisis, también de corte psicologisía, se limita a anali- tes, por ejemplo, insistía en la importancia de analizar la acción de las
zar cl c ó m o forrnal de la tortura (u otras formas de violencia abusiva), personas referida a su circunstancia concreta. U n individuo separado de
sin ver que el contenido mismo de la acción está esencialmente vincula- su medio es una abstracción, algo irreal. Más a ú n , " l o que una persona
do a determinadas fuerzas sociales. Este e.s, al menos parcialmente, el ca- es sólo explica parcialmente lo que esa persona hace. Nadie puede resistir
sa de los estudios sobre la "víctima inocente", que muestran la necesidad las fuerzas de su medio ambiente. O el hombre conquista al mundo o cl
del torturador de dévaluar a su victima y así acallar los pasibles reclamos mundo le conquista a é l " (CoUingwood, 1956, p á g . , 40).
de su conciencia (ver, por ejemplo, Lerncr y Sinimons, 1966). Platón desarrolla esta visión socrática cuando, al esbozar la estruc-
Un enfoque dialéctico tendria que examinar el problema de la tortu- tura de su República (que no es concebida como la forma absoluta de un
ra como un proceso Inierpersona! al interior de una determinada estruc- estado ideal, sino como la mejor forma de estado en un periodo de crisis
tura sociopoUtica. El análisis de S. Milgram (1980) sería parciaUneiite social), asigna diferentes tipos de personas a diversas funciones en el sis-
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lema social. 1?A hombre nccesila de la csuiictura socia!; pero q u é ciase de cl que lo.s individuo."; renuncian a actuar de una forma egoísta y aceptan
sociedad se licguc a forniar depende del lipo y carácter de los hombres respetar los derechos de los demás. Mediante este coiUralo social los
que In rigen. De ahí qUé ól problema nuclear de una sociedad sea cl de ta hombres se vinculan a una sociedad concreta, en la que el coniroi ejerci-
educación. El ser humano es perfcclamcnl.e maleable, y es función del do por las leyes de ía voluntad general hace precisamente posible la liber-
educador forjara! ciudadano (socializarle, se diría hoy) p r o p o r c i o n á n d o - tad de cada persona.
le ese saber moral conocido como sentido c o m ú n . E l fracaso de esla tarca Para Karl Marx (Marx y Engeis, 1848/1969) la idea de un contrato
produce hombres asociales o antisociales, es decir, " i d i o t a s " . El idiota social es una ficción engañosa qu<^ oculta la verdadera relación de fuerzas
(que en griego significa hombre privado o particular, profano) es el indi- existentes en una .sociedad concreta. Lo que hay son grupos con intereses
viduo aislado "puesto que carece de la atadura interna, interpretada co- contrapuestos, una sociedad escindida por el conflicto no cnlre las ape-
mo un 'saber', al sistema de normas de la sociedad en cuyo seno vive" tencias de los individuos como tules, sino de los individuos en cuanto
(Hosfstatlcr, 1966, pág. 36). miembros de diversas ciases sociales. N o hay una ley surgida por e! con-
Frente al relativo optimismo de Platón respecto a la maleabilidad senso maycritario, sino una ley impuesta por la clase dominante que ca-
social del ser humano, Nicolá.s Maquiavelo piensa que la naturaleza hu- naliza sus intereses, ejecuta su control y reproduce su situación de d o m i -
mana es mucho m á s fija y que los hombres se guian por los mismos moti- nio .social. Los hombres son forjados por aquellas fuerzas que actúan
vos y las mismas pasiones, principalmente el ansia de poder y cl ansia de sobre el punto en eí que se insertan sodaimente, principalmente ci entor-
seguridad. Como lodos tratan de satisfacer sus deseos, las leyes no bas- no de su propia clase social. Los hombres llevan interiorizada esa norma
tan para regular la convivencia social y los jefes poiilicos tienen que acu- social que responde a los intereses de la clase dominante, se imponen co-
dir a la fuerza y a la violencia. Aunque separados por muchos siglos, es mo una estructura no consciente y guía el proceso de alienación y deshu-
interesante subrayar que tanto Platón como Maquiavelo enfrentan mo- manización de las personas.
mentos de grave crisis política en sus respectivas sociedades. Sin embar- Mientras para unos autores cl individuo y sus necesidades determi-
go, proponen soluciones muy diversas a la pregunta de c ó m o integrar al nan en última instancia lo que ha de ser ia sociedad, para otros es la so-
individuo en la sociedad. Mientras Platón piensa que el individuo puede • ciedad la que determina lo que el hombre concreto va a ser. Por tanto,
llegar a interiorizar la ley que lo vincula a los d e m á s y así actuar moral- mientras para unos qué sea la sociedad hay que entenderlo desde ía ó p t i -
mente por convicción personal, Maquiavelo piensa que, en última instan- ca de lo que es el individuo, para otros qué sea cl individuo sólo se puede
cia, el hombre sólo se pliega a la ley común p o r el medio o la coacción entender desde la óptica de lo que es cada sociedad histórica. En definiti-
fisica impuesta por la autoridad. va, la misma dualidad de perspectivas que encontramos en la psicologia
T o m á s Hobbes llega un siglo más (arde a una conclusión, parecida. social contemporánea ha dividido a los filósofos en su reflexióa sobre las
Para Hobbes el hombre es antisocial por naturaleza y, como todos los relaciones entre individuo y sociedad. Sin embargo, entre la filoso fia tra-
hombres tienen las mismas apetencias, cada semejante es u n rival, un lo- dicional y la moderna psicologia social hay también diferencias ímpor-
bo para los d e m á s { h o m o h o m i n i l u p u s ) , contra el que hay que luchar en laiites. Cuatro hechos históricos son necesarios para comprender estas di-
una guerra de todos contra lodos ( b e l i u m o m n i u m c o n t r a omnes). Por ferencias y cl nacimienlo de la psicología social asi como de las ciencias
ello, la única forma de convivir sin destruir unos a otros es mediante un sociales en su acepción moderna: una mayor conciencia sobre las diferen-
pacto o contrato social que regule de alguna manera ia satisfacción bási- cias entre los grupos humanos, una concepción secularizada del ser hu-
ca de las necesidades de todos. Este contrato social s ó l o puede ser pre- mano, la revolución industrial y el desarrollo de una nueva mclodologia.
servado por una autoridad fuerte, sea el estado o u n soberano absoluto; Sería ingenuo pensar que sólo el hombre moderno ha tomado con-
Levialán. Leviatán es así el poder común d é l a sociedad, surgido d é l a re- ciencia de las diferencias existentes entre los diversos grupos humanos.
nuncia de cada individuo a sus tendencias de aniquilar a los demás Desde antiguo los pueblos han viajado y emigrado de un lugar a o í r o y
miembros de la sociedad. han observado la diversidad de lenguas, razas, costumbres y estilos de vi-
Es interesante que, un siglo después, Juan Jacobo Rousseau postula da. El bello mito de la lorrc de Babel expresa literaria y teológicamente la
también la necesidad de un contrato social, pero a partir de unas premi- conciencia de esta diversidad de pueblos y los problemas que de a h í ,se
sas diferentes. Para Rousseau, el hombre es fundamentalmente bueno (el pueden seguir. A pesar de todo, .sólo modeniamenlc este liecho .se ha
mito de "buen salvaje"), pero la sociedad c o r r o m p e sus sentimientos convertido en un cucslionamieino sobre la naturaleza humana. A I con-
bondadosos al tiempo que induce la emergencia de la razón y de la con- quistador ibérico le costaba aceptar que cl indígena tuviera alma, es de-
ciencia. A fin de hacer posible cl que los hombres desarrollen en común cir, fuera humano como él. Y cuando aj^ fin aceptó su humanidad, no .se
.sus mejores potencialidades, hace falta establecer u n contrato social, por le ocurrió extender esta generosa concc.sióii incala! a los esclavos negros

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Por supucslo que se (rataba de una visión etnocéniríca, muy enraizada en Un tercer factor crucial para el nacimiento de las ciencla.s .sociales
los intereses materiales de la conquista. Pero el hecho es que ésa era la fpc la revolución industrial del capitalismo. El proceso de industrializa-
concepción generalizada entre los cultos pueblos europeos. ción conriiovió hasta sus raices todo el orden social occidental, juntando
En ci periodo romántico, la diferencia recibe carta de ciudadanía verdaderos,rebaños de seres humanos en condiciones de gran miseria,
humana. Cuando Rousseau proyecta su imagen del "buen salvaje", del movilizando poblaciones enteras, minando todo tipo de estructura co-
hombre no corrompido por la sociedad egoísta, de alguna manera está munal o familiar, y alterando profundamente costumbres, tradiciones y
señalando la potencialidad humana de formas distintas. La búsqueda ro- hábitos de comportamiento (Castelis, 1976). De hecho la revolución i n -
mántica del misterio, la pureza y !o natural, entendido todo eiio en un dustrial produjo una nueva forma de organización social, en la que los
sentido de incontaminación social, logra que las diferencias entre los individuos eran simples números al servicio de un sistema productivo i n -
pueblos adquieran cl grado de pregunta amropólogica. A ello contribu- saciable y en la que la explotación humana y los contrastes sociales (que,
yen también los numerosos viajes y las exóticas narraciones de tierras por supuesto, siempre habían sido grandes) adquirieron nuevas dimen-
extrañas que florecen en Europa durante ese período. Finalmente, los siones exasperantes.
continuos conflictos entre los pueblos europeos así como el surgimiento La conmoción radical producida por ta revolución industrial
de nuevas unidades políticas acrecienta la conciencia inmediata sobre las planteaba con más urgencia que nunca la cuestión de si era posible man-
diferencias culturales y raciales de los diversos grupos que, por primera tener unida la sociedad humana. Las relaciones entre individuos y grupos
vez, se sienten "nacionales", es decir miembros de una " n a c i ó n " . —tanto al nivel macrogrupa! de la ciudad como al nivel microgrupal de ia
Por cl mismo tiempo —mediados del siglo X I X — la Idea sobre la familia— ya no podían desarrollarse por cauces tradicionales y cl sistema
evolución de las especies empieza a ser aceptada en los medios ínlclec- de producción capitalista imperante no posibilitaba de hecho la forma-
luaies. Si las teorías evolucionistas eran correctas, quería decir que el ción de nuevos cauces adecuados. De hecho, se ha afirmado (Asplund,
hombre no era un ser absoluto e Inmodlficable, sino que era un animal Dreier, y Morch, 1975) que la psicología social surgió y se desarrolló co-
entre otros (aunque fuera sobre ellos) y, como tal, sujeto a los influjos y mo una disciplina especial cuando la separación de los individuos con
presiones del medio ambiente. Para la psicología social tiene una especial respecto a la sociedad se volvió problemática en un momento de la evolu-
importancia ei pensamiento de Herbert Spencer, no sólo como expositor ción del sistema capitalista, especialmente al transformarse en capitalis-
brillante de las ideas evolucionistas, sino porque aplicó estas ideas al ser mo monopóUco (ver también Israel, 1979).
social, al que comparó con un organismo viviente (Spencer, 1972). De La revolución industrial fue posible, al menos en parte, debido al
hecho, la mayoría de los principios del moderno funcionalismo en las progreso tecnológico. La máquina de vapor representa como ía partera
ciencias sociales se encuentran ya formulados en los escritos de Spencer, técnica de la revolución industrial.
Si cl conocimiento sobre las diferencias humanas en tiempos ante- La tecnología capacitó a las sociedades occidentales para enfrentar
riores no se habia convertido en cuestión filosófica .se debía en parle a nuevos problemas de una manera práctica y para resolverlos también
una antropología leocentrica, cristiana o no. Cierto, había diferencias empíricamente. De ese modo, la tecnología daba cauce a la aplicación de
entre ]os seres humanas, pero era diferencias producidas directamente las ciencias a los problemas cotidianos e incluso permitía una compren-
por Dios. Así, el hecho de la diversidad humana no planteaba una cues- sión nueva de problemas viejos. Frente a la tradicional visión arislotcU-
tión histórica y social, sino que se remitía al misterio insondable de Oíos ca, el conocimento técnico empezó a considerarse como superior al mis-
y su infinita providencia. mo razonamiento.
Pero la sociedad moderna poco a poco a b a n d o n ó el teocentrismo. La tecnologia no consistía en un simple canal pragmático de la cien-
Las preguntas humanas tenían que ser respondidas en términos huma- cia, sino que representaba un nuevo enfoque metodológico en ía sempi-
nos, es decir, con respuestas comprensibles a la inteligencia de los terna tarea de resolver los problemas humanos. Fue precisamente esta
hombres. En parte la visión secularizada del ser humano encontró un ca- nueva metodología la que hizo posible que ¡os esludios sociales ad-
mino en ei enfoque positivista que, junto con la creencia en la posibilidad quirieran aquella consistencia formal que los hacía candidatos al grado'
de un progreso sin fin, forjóla ilusión de que las ciencias p o d r í a n respon- de científicos, al menos en la aceptación positivista en boga. Ciertamen-
der cualquier pregunta y resolver cualquier problema. Ya no se podía re- te, las ciencias sociales adquirieron unas herramientas de trabajo que les
mitir cl hecho de ias diferencias entre pueblos al misterio diyino; había permitió enfrentar con alguna confianza (quizás un tanto ingenua) cues-
Aue explicarlas en términos humanos. Más a ú n , probablemente la tiones sociales tanto antiguas como nuevas. Las que hasta entonces
filosofia no era el instrumento adecuado para resolver esla cuestión; la habian sido ramas peculiares del gran árbol de la filosofia, empezaron a
ciencia, en un sentido positivi.sta, tendría que asumir la tarea. actuar con una creciente independencia y a reclamar una autonomía que

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proniclia friilos maravillos-os. Fuera lo que fuera de eslas prciensíoiics y
sus resultados ríñales, lo cuerto es que una nueva metodología, requerida (1) Primer períoiht.
y promovida por los avances lecnológicos, permitió a los cientincos so-
ciales formular importantes preguntas antropológicas a niveles dilcrcntcs El primer período corresponde a la pregunta primigenia en las cien-
del lueranicntc filosófico. cias sociales acerca de qué es lo que nos mantiene unidos en una sociedad
Posiblemente se podrían señalar otros antecedentes históricos de las y, más cspccíncamente, en un determinado orden social. Como pregunta
ciencias sociales además de los cuatro aquí indicados. Sin embargo, estos para la moderna psicologia social, surge en Europa ante la profunda cri-
cuatro hechos —la nueva conciencia sobre la diversidad lutmana, la con- sis soda! desencadenada por el proceso de industrialización capitalista.
cepción secularizada del hombre, la revolución industrial capitalista y un Es una pregunta de tipo funcional que se plantea desde una perspectiva
nuevo enfoque metodológico— constituyen los factores cruciales para ia filosófica y que exige ser respondida como parte de una visión a n t r o p o l ó -
aparición de la moderna ciencia social y, por supuesto, de la psicologia gica global.
social. No es que estos cuatro hechos constituyan cuatro causas distintas En general, la respuesta va a consistir en alguna variante sobre el te-
por sí mismas; se trata de su conjunción en un momento hislórico dado ma central de !a "mente de grupo": de una u otra forma, todos los
(la segunda mitad de siglo X I X ) la que, junto con otros faclores.hace po- miembros de una misma sociedad participan de algo común, algo que no
sible el surgimiento de las ciencias sociales en su acepción actual. es material sino espiritual, y que los mantiene unidos más allá de las dife-
No es arriesgado situar los orígenes de la moderna psicología social rencias e intereses individuales.
a finales del siglo X I X . De hecho, los primeros libros con el título de Este tipo de respuesta se encuentra ya en Wilhelm Wundi, a quien la
Psicología s o c i a l aparecen en 1908. Sus autores, Wiliiam McDougall y psicología experimental reconoce como fundador y a quien sus muchas
Edmund A . Ross, son dos académicos norleamericano.s que muestran ya inquietudes intelectuales' le llevaron a escribir una voluminosa
en embrión la. posibilidad de poner el énfasis en lo psicológico (Mc- "psicología de los pueblos".
Dougall) o en lo social (Ross). En buena medida, el texto de McDougall Para Wund (1904/1926), la psicología popular consiste en aquellos
sería considerado hoy como un texto de psicología general más que de productos mentales creados por una comunidad humana que no se pueden
psicología social. McDougall mantiene que todos los hombres nacen con reducir a la conciencia individual, sino que presuponen la acción
ias mismas tendencias innatas o instintos y que es tarca de la psicología recíproca de muchos individuos. Esta acción reciproca es histórica y, por
; social analizar c ó m o ia sociedad va "moralizando" al individuo, es de- consiguiente, la psicología de los pueblos tiene una génesis que en cada
cir, cómo va configurando las tendencias egoístas de la persona en tenden- caso dependerá de condiciones particulares. Serían estos productos de la
cias socializadas. Por su pane, Ross afirma que la psicología social debe interacción colectiva los que van dando carácter a un pueblo y mantienen
estudiar la interacción entre los seres humanos, principalmente los proce- a .sus miembros vinculados entre sí.
sos a través de los cuales unos seres influyen a los d e m á s , para diferenciar La respuesta que da Emite Durkheim (1985/1964) es bastante simi-
entre ias influencias racionales y constructivas y los influjos irracionales lar: una sociedad mantiene su unidad debido a la existencia de una con-
y sodaimente desintegradores. De ahí que Ross, con u n prejuicio muy ciencia colectiva. La conciencia colectiva consiste en un saber normativo,
c o m ú n a los sociólogos de su tiempo, se muestre enemigo —al menos común a ios miembros de una sociedad c irreductible a la conciencia de
teórico— de la vida urbana, en ta que los individuos se verían afectados los individuos, ya que constituye un hecho social. Como tal, no sólo es
por todo tipo de influjos masificadores e irracionales. un fenómeno colectivo, sino que trasciende a los individuos a los que se
A fin de abarcar sigiiificativamentc la evolución de la psicologia so- impone desde fuera como una fuerza coactiva.
cial c o n t e m p o r á n e a , podemos sintetizar su historia en tres periodos En tanto Durkheim se esfuerza por dejar en claro el carácter social
correspondientes a tres preguntas o perspectivas fundamentales: (!) ¿qué de la conciencia colectiva, Max Wcbcr (1904/1969, 1925/1964) subraya
nos mantiene unidos en el orden social establecido?; (2) ¿ q u é nos integra su naturaleza psicológica. Para Weber, los intereses objetivos de un grupo
al orden establecido?; y (3) ¿qué nos libera de! desorden establecido? Por social actúan en los individuos mediante la ideología que traduce esos i n -
supuesto, no se trata de tres periodos sucesivos, sino de tres enfoques tereses en valores y objetivos cxistenciales. El caso clásico y bien conoci-
fundamentaies que toman cuerpo en un momento y en unas circunstan- do es el de la ética protestante, que sirve para operativizar la dinámica de!
cias históricas determinadas, pero que permanecen j u n t o a los otros co- incipiente capitalismo europeo haciendo de los intereses burgueses prin-
mo alternativa académica. cipios religiosos de salvación individual.
En la misma linea de pensamiento cabe situar la visión
psicoanalítica. Según Freud (1921/1972), lo que mantiene unidos a los
miembros de una misma .sociedad o grupo son los lazos afectivos que los

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vinculan a un misino tlirigemc o líder en un proceso de idenlificnción co-
lectiva. En la medida en que el objeto de la identificación de iodos los in-
dividuos es uno misino, hay entre cÜos una comunidad de lazos afectivos
que ios mantiene unidos. De ahí la importancia que el psicoanálisis con-
cede a la cabeza política como punto esencial en cl que reposa la solidez
de las estructuras sociales.
En conjunto, esa linca de pensamicnío psicosocial presupone el
dato de !h sociedad como un todo común y unitario, al que la evolución
de ios procesos lii.stóricos parece poner en peligro. El problema funda-
mental consiste entonces en compaginar las necesidades del individuo
con las necesidades del todo social, y para ello examinar los vínculos
entre la estructura social y la estructura de ia personalidad. Este tipo de
enfoque perdurará hasta nuestros días en la mayoria de los estudios
sobre la cultura y la personalidad que postulan una ' 'personalidad de ba-
se" (Kardiner, 1939/1955; Dufreime, 1959), un "carácter social"
(Eromm, 1966) u otra estructura común a los miembros de una sociedad,
como la "motivación de logro" (McClelland, 1968).

(2) Segundo período.

El segundo periodo en la historia c o n t e m p o r á n e a de la psicología so-


cial surge con la americanización de la psicología y, en general, de las
ciencias sociales, cuyos centros rectores pasan de Europa a Estados Uni-
dos. Este segundo período puede encuadrarse bajo la pregunta sobre qué
integra a las personas en el orden social establecido y representa una sutil
transformación de la pregunta del primer periodo llevada al terreno de
las conveniencias pragmáticas de los grupos sociales en el poder. conocer como psicología social constituye casi en su totalidad un produc-
Si el primer período de la psicología social presuponía como real ia
to típicamente norteamericano.
unidad de la sociedad como un todo homogéneo, este segundo período
A comienzos del siglo, los Estados Unidos enfrentaban dos grandes
da un paso más y asume ia incuestionabilidad del orden social bajo el que
problemas sociales; por un lado, la integración de muchos y muy diver-
el todo social se encuentra. La pregunta funcional primera de q u é es lo
que mantiene unidos a los miembros de una sociedad se transforma en sos grupos de inmigrantes; por otro lado, las crecientes exigencias del ca-
una pregunta sobre qué hay que hacer para que cualquier individuo o pitalismo industrial y las presiones que esas exigencias imponían a la vida
grupo se integre armoniosamente en cl orden social dado. No se trata, social y comunitaria.
por tanto, de examinar q u é función pueda cumplir determinado indivi- La avalancha de grupos con lenguas, creencias, tradiciones y formas
duo o detertninado grupo al interior de una sociedad dada; se trata de ver de vida muy diferentes planteaba problemas inmensos a la convivencia
cuáles son las necesidades de! orden social establecido, cuáles los requisi- norteamericana, en el sentido de lograr un esquema común lo suficiente-
tos para su supervivencia, a fin de ayudar a los individuos y grupos a sa- mente flexible como para poder asimilar valores y modalidades humanas
tisfacer esas necesidades y requisitos a d a p t á n d o s e a las formas existentes muy diferentes, pero lo suficientemente unitario como para que la divi-
de vida. sión no impidiera el progreso social. A los norteamericanos les gusta pen-
Sin duda alguna, esta reorientación de la psicología social corres- sar que su sociedad fue y sigue siendo una "mezcladora" ( m e U i n g p o t ) ,
ponde muy estrechamente a su americanización. El que los dos primeros aunque hoy ya no estén tan seguros de que ése fuera el ideal y de que en el
textos con el título de "psicologia social" fueran elaborados por acadé- proceso no hayan perdido una gran riqueza de tradiciones y diversidades
micos norteamericanos (aunque McOougaU era de origen inglés) es un culturales. El hecho es que, en eí momento de la avalancha inmigratoria,
índice tic que ya desde eomicttzos del presente siglo los Estados Ihiidos la exigencia inmediata era la de integrar a los recién llegados ai orden y sis-
empiezan a lomar su dirección, hasta cl punto de q\ic lo que hoy se .suolc tema establecidos, la de adaptarlos á la cultura y estilo de vida dominan-
tes, es decir, el acuitiiramiento primero, la socialización después. Así, la
34 35
psicología social consüluía un eventual iiistriimemo de gran valoren esta
tarea Inlegrndora de! individuo al orden imperante. 6). Según A l i p o n , la única diferencia entre la psicología social y una
Junto al problema de la integración de grupos nuevos a ia sociedad psicología esírictameiue individual consiste en que aquélla estudia la con-
nortaainoricQnH, los Estados Unidos se cneonlraHun también cun tíl ducta de los individuos en cuáiUO OStlmUlada por otros individuos. Lii d i -
problema de las exigencias que ei proceso de acelerada industrialización ferencia, por tanto, no está en la naturaleza de la conducta o respuesta
imponía a la vida social. Si los orígenes de la industrialización contribu- misma, sino en cl tipo de estímulo.
yeroir a la aparición de las ciencias sociales, en Estados Unidos el acelera- Con AUport aparece ya con toda claridad cl carácter de la psicología
miento y volumen de este proceso planteó problemas muy críticos tanto a social norteamericana: la pretcnsión científica conduce a un reduccionis-
los individuos como a las comunidades de vida que obligó a la.s ciencias mo radical, en el que Ío eliminado es precisamente lo social en cuanto tal.
sociales a afirmarse dando respuestas prontas y prácticas. La búsqueda mientras que la búsqueda de respuestas pragmáticas a los problemas de
del máximo beneficio llevaba también a perseguir un máximo de eficien- la sociedad yanqui lleva a concentrarse en fenómenos microsociales o si-
cia, y a ello podía contribuir eficazmente la psicología socia!, tanto deter- tuaciones individuales, prescindiendo del contexto social más amplio. E l
minando ios individuos más adecuados para las tarea requeridas (proce- resultado es una psicologia social positivista, inconsciente cuando no Ig-
sos de selección) como ayudando a los individuos a adaptarse a las exi- norante de sus propios presupuestos, ciega al carácter histórico de los
gencias y condiciones de esas tarcas (procesos de formación, mediación procesos humanos y, por consiguiente, con tendencia a elevar al rango de
de conflictos, "relaciones humanas"). universal elementos o procesos circunstanciales o rasgos propios de cier-
Estas necesidades sociales de los Estados Unidos determinan muy tos medios específicamente nortcmericanos. En buena medida, la pro-
esencialmente el particular enfoque y desarrollo de la psicología social yección de psicologia social que Skinner plasma en su "Walden dos"
durante su segundo periodo. Desaparece, incluso por opción consciente, (1976), donde describe lo que, según los presupuestos conductislas, seria
cualquier residuo de justificación o preocupación filosófica, tan típica de una sociedad utópica, refleja caricaturescamente ci mecanismo y la ideo-
la psicología europea, y se busca preponderanlemente el suministrar res- logización que impregna la mayor parte del trabajo psicosocial de este
puestas prácticas a los problemas concretos planteados por la estructura periodo.
social dominante. La teoría es en buena parte relegada ai ámbito de la La Segunda Guerra Mundial ofrece ta oportunidad para que esta
metafísica, que pasa a ser u n término despectivo en el gremio de los psi- psicologia social de corte norteamericano despliegue todas sus potenciali-
cólogos. El producto prototípico de esta concepción pragmárica en dades, tamo para bien como para mal. Como muestra de este desarrollo
psicologia (aunque todavía no espceíficamenic en psicologia social) lo vinculado a las necesidades y exigencias de la guerra mundial, tres áreas
constituye la obra de .lohn B. Watson (I925/I972). Watson dictamina aparecen parlicularmeníe significativas: el estudio de los fenómenos gru-
que para que la psicologia llegue al nivel científico, debe despojarse de pales, sobre todo en lo concerniente a las relaciones del individuo con los
todo lastre filosófico y metafislco y adoptar con rigor los métodos de las grupos pequeños y a las relaciones inícrindíviduales al interior de los pe-
ciencias fisico-químicas. Ahora bien, esta reducción metodológica trae queños grupos; el análisis de los procesos de formación y cambio de acti-
como conecuencia una drástica reducción del objeto de la psicologia, de tudes; y el estudio de la personalidad en cuanto reflejo y moler, al mismo
esc modo limitada a estudiar la "conducta", entendida única y exclusiva- tiempo, del carácter de una sociedad. >
mente como las respuestas o movimientos externamente observables de El estudio de los grupos era particularmente atractivo para los nor-
un organismo. Watson no niega la existencia de la subjetividad y de la i n - teamericanos precisamente por su interés en la integración de diversos
terioridad de las personas, las intenciones buscadas o el sentido puesto a grupos étnicos en una sola y mi.sma saciedad. La guerra planteaba
los actos; pero opta por ignorar todos estos aspectos como algo indivi- problemas muy particulares sobre la integración de los individuos en las
dual que son y, por tanto, inútil para la ciencia como tal. unidades militares y las consecuencias que las relaciones a! interior de
Floyd AUport (1924) se encarga de trasladar a la psicología social el esos grupos militares tenían en su actuación y ellciencia. Esta misma pre-
enfoque conduclisia propugnado por Watson. AUport, al que muchos gunta sobre integración grupa! y eficiencia se la habían formulado repeti-
consideran cl padre de la moderna psicología social experimental, plan- das veces en cl área industrial, de modo que habia una convergencia de
tea con toda claridad que su trabajo se basa en el enfoque conduelista y intereses que potenció el estudio de los primeros grupos.
en el método experimental, lo que le lleva a reducir la psicologia social a Desde una perspectiva psicoanalítica, J.L. Moreno (1962) ya ponía
una psicologia individual: " N o hay psicologia de los grupos que no sea en 1934 los fuiidamcnios teóricos de la "sociometría', con la que trataba
esencial y completamente una psicología de los individuos" (1924, p á g . de sacar a la luz la complejidad de estructuras informales de orden afecti-
4) y, por consiguiente, " l a conciencia y la conducta colectivas son vo escondidas bajo la aparente unidad de un grupo social; por su lado.
simplemente la suma de ios estados y reacciones de los individuos" (pág. Muzafer Sherif (1936) mostraba experimeníaimente e! origen de aquclUus

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mismas normas sociajes que, como Durkheim había indicado, el indivi- grupos, buscando la comprensión interpersonal mediante la creación de
duo espcrimenla |)Os(enormcnie como externas y obligatorias. un ambiente supuestamente permisivo y la riqueza en la comunicación.
Con todo, fue el particular genio y liderazgo de un alemán emigrado Sip embargo, ni este tipo de grupos resultaban aceptables para ia gran
a Estados Unidos, Kiirt LtNvin, el que d!6 hombre c Identidad definitiva mayoria de las organizaciones sociales norteamericanas, sobre todo las
al estudio de los grupos, orientando la atención de los investigadores a más importantes (industriales, estatales, militares o educativas), ni los
ias fuerzas que configuran la csUictiira y carácter de un grupo en manera problemas de fondo mejoraban a pesar de los esfuerzos individuales por
similar a como los físicos habían dirigido la atención hacia las que confi- mostrar comprensión y aceptación incondicional de los demás. A s í ,
guran la estructura y carácter de la materia (ver Lippit, 1969; Deulsch y mientras la psicologia social centraba sus esfuerzos en desarrollar las po-
Krauss, 1970). Desde 1945, Lcwin dirigió un programa de investigación tencialidades del individuo y la comunicación intcrpersonal, sodaimente
sobre la dinámica de los grupos pequeños que tuvo una gran importancia seguían aumentando ias diferencias intergnipales, la falta de comunica-
teórica y empírica. Lcwin no sólo desarrolló un rico arsenal de concep- ción y los controles totalitarios sobre las diversas comunidades.
tos, principios y datos empíricos, sino que supo generar un notable entu-
Una segunda área de estudio impulsada por las necesidades y los
siasmo entre sus discípulos quienes han continuado su trabajo y prolon-
problemas planteados por la Segunda Guerra Mundial fue la del cambio
gado su visión hasta ci presente.
de actitudes. Ya en 1918, dos autores norteamericanos, W . l . Thornas y
En forma paralela y desde una perspectiva más sociológica, un F. Znaniecki (1918-1920), habían indicado que la psicologia social debía
equipo de investigadores encabezado por S. Slouffer {Slouffer y otros, consistir en el estudio de las actitudes. Las actitudes, entendidas como
1949) estudiaba los problemas del individuo al interior del ejército, su predisposiciones adquiridas para actuar de determinada manera ante de-
adaptación y eficiencia, sus motivaciones y frustraciones. De eslas inves- terminado objeto, constituían una unidad de análisis que parecía satisfa-
tigaciones seminales, Merton y Rossi (1968) elaborarían una toría sobre cer la tendencia norteanierlcana a enfatizar los factores ambientales y del
los grupos de referencia, como marco de normas y valores que el indivi-
aprendizaje en el comportamiento de las personas, sin ignorar los facto-
duo utiliza para orientar su comportamiento y la evolución de sus actitu-
res genéticos. El fracaso de la propaganda norteamericana en lograr que
des sociales.
los alemanes cambiaran en lo más m í n i m o sus actitudes, puso en crisis el
Los modelos y datos acerca de los grupos empezaron a abundar (ver conocimiento que se tenía al respecto y planteó la cuestión de s¡ las acti-
Cartwright y Zander, ¡971; Shaw, 1980). Sin embargo, todo el área de la tudes no estarían más profundamente enraizadas en las personas y gru-
dinámica de grupos ponía de manifiesto dos gravísimas limitaciones que pos de lo que se habia creído hasta entonces.
condicionaron negativamente su desarrollo. Por un lado, eí paralelo con Un grupo de psicólogos sociales, bajo la dirección de Cari Horland
las ciencias fisico-químicas, tanto desde el punto de vista téorico como (ver Hóviand y otros, 1953, 1960), inició un amplio proyecto de investi-
desde el punto de Vista metodológico, llevó a la reducción factual del es-
gación sobre ci cambio de actitudes, desde una perspectiva que pretendía
tudio de los grupos al estudio de los grupos pequeños, las más de las ve-
integrar los principios de la teoría de la forma (Gcstalt) con los principios
ces con el supuesto implícito de que, con pequeñas variantes, los grupos
de! aprendizaje, sobre todo como habian sido propuestos por H u l l
grandes eran una ampliación de los grupos pequeños y las macroestruc-
(1943). Desde entonces y hasta mediados de los años sesenta, el área de
turas sociales reproducían a gran escala ias mi croes tructu ras grupales.
las actitudes ha florecido como uno de los pilares básicos de la psicologia
Por otro lado, el haber adoptado desde cl principio (aunque no necesa-
riamente de una forma consciente) ia perspectiva del poder establecido, social, multiplicándose los modelos y acumulándose los datos empíricos.
social, industrial o militar, llevó a concebir la dinámica de grupos como Sin embargo, no sólo ha faltado quien lograra una visión siníéu'ca, sino
las fuerzas y procesos que producían la integración de los individuos en que el estudio de las actitudes ha ido mostrando también serias deficien-
los grupos, y no como las fuerzas y procesos que p o d í a n llevar a los indi- cias. El problema más insistentemente señalado por los psicólogos al mo-
viduos a cambiar los gnipo o a unos grupos a modificar a otros. Se trata- delo de las actitudes es su liníitación respecto a la predicción del compor-
ba de una perspectiva de adaptación individual y ei supuesto era que, en tamiento específico. Pero probablemente un problema más grave ha sido
caso de conflicto, la modificación corrrespondía al individuo no al gru- su tendencia a ignorar la vinculación entre las estructuras personales
po. (conceplualizadas como actitudes o de otro modo) y los determinismos
macrosociales, sobre todo a través del poder social. Así, el estudio de las
Estas dos serias limitaciones hicieron crisis precisamente en los mo- actitudes ha supuesto en buena medida el análisis ídeologizado de la
mentos en que la llamada " d i n á m i c a de grupos" logró su m á x i m o de • ideología de algún grupo particular.
influjo social, es decir, durante los a ñ o s sesenta. Por todas partes brota- Un tercer área impulsada por ios problemas de ia guerra fue cl del
ron en los Estados Unidos y otros países europeos multitud de grupos condicionamiento social de la persona humana asi como el influjo de las
que trataban de aplicar los métodos y recomendaciones de la dinámica de personas en el sistema socia!. La preocupación surgía del hecho de que
38 39
uno de ios pueblos más cuUos, como cl pnebio aicniáii, hubiera podido
No toda la psicologia social de cslc periodo ni Lodos ios psicólogos so-
llegar a comcicr o pariicipiir en la.s atrocidades a que ic había conducido
ciales pueden ser acusados de haber sido instrumenlalizados por el po-
el régidien anxi. ¿ C ó m o era po.siblc que cl nazismo hubiera florecido de
der; pero cl predominio de esta perspectiva ha marcado sin duda la linea
lai manera en la patria de Goethe y de Beethovcu? La subsiguiente pv?-
cciurai de su quehacer teórico y empírico.
gtiiutl "ÍL' Ceníraba en la Inquietud de s) un proceso similar no estaría
incoándose en oiro.s países, aparentemente cultos y dcmocrálico.s, como
los Estados Unidos. (3) Tercer periodo.
La pregunta, desde ia perspectiva particular de la Escuela de Frank
En los últimos años, un cieciente desencanto ha empezado a invadir
furl e impulsada principalmente por cicntirico.s sociales de origen judío
a numerosos psicólogos sociales sobre los logros obtenidos por esta raina
emigrados a Estados Unidos, condujo a numero.sas visiones psícoso-
de la ciencia social, desencanto que incluso ha llevado a nos pocos a un
dales. Sin duda alguna, la más conocida e infiiiycnie es la expuesta por
claro escepticismo sobre sus posibilidades reales. La crisis estalló como
T. W. Adorno y sus colaboradores cu lo qvic, con bastante poca fortuna,
un corolario de la derrota militar y política de la visión social norteatneri-
se dio en llamar el modelo de " l a personalidad autoritaria" (Adorno y
cana en la guerra del Viemarn. La derrota sirve para desenmascarar la su-
otro.s, 1965). Esta visión representaba una inodaiidad interesante de
misión del quehacer de las ciencias sociales a la perspectiva y necesidades
rrcudo-mar-xismo y, por consiguiente, replanteaba ci problema de !a.s re-
de! poder establecido, so capa de ascjisia científica (como sí ia ciencia pu-
laciones entre estructura social y personalidad. Con todo, ei enfoque cn-
diera ser ajena a los conflictos históricos y evitarse el optar por unos va-
fatizaba excesivamente (os aspectos psicológicos del problema, llevando
lores) y de pragmatismo (como si la ciencia fuera más valiosa cuanto más
casi a la conclusión de que ia transición entre regímenes políticos podía
Imyera de la teoría y se abocara a los problemas inmediatos).
ser entendida con categorías psicológicas.
A l cuestionarse cl poder establecido y la sumisión de las ciencia so-
E! segundo periodo en la historia de la moderna psicología .social ha
ciales a los dictámenes e intereses de esc poder, se abre una nueva pers-
sido ei de más vigor y entusiasmo. Sin embargo, a ia hora del saldo final,
pectiva sintetizada en ía preguma con la que enmarcamos este periodo:
se puede apreciar que los errores originales de enfoque, ¡mpliciíos en la
¿qué nos libera del desorden establecido? El cambio es radical en varios
pregunta con que hemos calificado este período, han pesado tanto o má.s
respectos. Ante lodo, cl marco socia! se acepta como un dato, pero preci-
que los Íi4dudab!cs logros obtenidos. En este sentido, el segundo periodo
samente un dato criticable en su facticidad y en su negación de posibili-
presenta tres constantes, precisamente vinculadas a la noneamericaniza-
dades sociales distintas (ver Marcuse, 1969). Por consiguiente, aunque
ción de la psicología social: e! individualismo, ei p.sicologis'mo y la pers-
el orden social sea un necesario marco de referencia, no es por lo mismo
pectiva desde ei poder establecido. En su segundo período, la psicología
criterio normativo respecto a ias personas y grupos. De ahí que si es i m - .
social no sólo se inclinó definitivamente hacia la socio-psicología, sino
portante saber qué integra a ias personas al orden social establecido, m á s
que optó por una visión individualista, segúii la cual la realidad debe ser
importante es saber cómo las personas pueden cambiar ese orden, libe-
estudiada tomando al individuo como unidad de análisis y como princi-
rarse de sus exigencias c imposiciones y construir un orden social diferen-
pio epistemológico. En otros términos, lo social debe ser visto y entendi-
te, más justo y humano.
do desde lo Individual. Asi, buena pane de la p.sicoiogia social ha
El nuevo citfoquc no desplaza totalmente a los dos anteriores y ni si-
bordeado cominuamenle el psicologismo, en el que más de un autor y un
quiera llega a constituirse en corriente central de la psicología social. Sin
modelo cayeron plenamente. Este psicologismo ha abocado en los últi-
embargo, ia critica pcrmea prácticamente todos ios ámbitos explorados y
mos años a un subjetivismo a ultranza, cuya semilla ya estaba echada
las aportaciones más originales provienen precisamente de esas iniciati-
tanto en la dirección adoptada por la dinámica de grupos como en la con-
vas críticas. Podemos señalar tres de estas revisiones, que abren impor-
ceptiialización de las actitudes. Todo esto resalta m á s la tercera constante
tantes perspectivas nuevas a la investigación: la visión de la realidad so-
de este período, es decir, la visión desde el poder: el presupuesto
cia! como construcción, el enfoque conflictivo del orden social y cl papel
implícito es que la sociedad constituye un dato previo, un punto de parti-
político de la psicologia social.
da)', como tal, no se cuestiona. Es el individuo el que debe adaptarse a la
La concepción de la realidad social como una construcción histórica
estructura social, militar o industrial, no ia estructura la que debe cam-
más que como un marco estructura! ya dado ha sido mucho más propia
biar. Lamentablemente, esta perspectiva ha permeado la mayor parle del
de los enfoques de orientación marxista que de ios de orientación fun-
trabajo dé los ps¡có!ogo.s sociales, haciendo de ellos instrumentos al ser-
cionalista. No es por tanto de extrañar que la visión histórica de la so-
vicio de las necesidades del poder esiabiecido, ayudando a cambiar al in-
ciedad haya permanecido notoriamente ausente del ámbito de la
dividuo, a contener su rebeldía y protesta, fortaleciendo así !a estructura
psicología social, fuadamemalmcntc desarrollada en Estados Unidos.
del sistema social capitalista, basado en la desigualdad y la explotación.
Incluso estudios como el de Sherif (1936). que apuntaban a! carácter d i -
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nániico de los grupos sociales respecto al orden social, coiistiluian ía ex-
cepción a la visión imperante de carácter rcaclivo y adaptacíonisla. adoptar una postura subjelivista. Eii cl fondo late el desencanto ideológi-
E! influjo de una serle de autores europeos, muclios de ellos emigra- co frente a la incapacidad por cambiar la realidad social mediante ía ac-
dos ü Esiado» UMÍÜUS a causa de la guerra mundial, prepara cl terreno ción social (espíritu kennedianií propio de lü década del scscnin) y de ahi
para la crítica a esta visión imperante. El marxismo y la fenomenología ia tendencia a cambiar al individuo y su propia visión de la realidad.
son las dos corrientes cuyo influjo se .siente con más claridad, aunque los A pesar de su subjctivizacíón, la concepción de la realidad social co-
sociólogos tiendan a abrirse más al primero y los psicólogos a la segunda. mo construcción sirve para disipar cl espejismo de su carácter ab.soUiio,
En concreto, los psicólogos sociales se vieron estimulados por una obra su rcificación; así mismo sirve para deshacer el engaño de la unidad so-
sobre sociologia del conocimiento, escrita en colaboración por un so- cial, como si ias fuerzas sociales funcionaran tmironncmeníe para todos
ciólogo norteamericano, Pcter iJergcr, y un sociólogo alemán, Thornas los sectores, los intereses fueran los mismos para todos los grupcs, y las
Luckmann. Berger y Lucktnann ( 1 9 6 8 ) consideran la sociedad en su mismas normas y valores rigieran cl comportamiento de todas las perso-
doble vertiente de realidad objetiva y de realidad subjetiva, de conjunto nas. La realidad social es una y múltiple, y existen contradicciones y dife-
de roles y de actitudes interiorizadas, de organización normativa y de reudas que uo pucdett asimilarse sin más a una estructura uniforme y
contexto para la identidad personal. Los individuos son ciertamente unitaria.
hechura de su sociedad, pero ia sociedad, cada sociedad concreta, es Una .seguntia perspectiva critica que aparece en este tercer período
hechura del quehacer de los grupos y personas. La sociedad aparece así de la psicologia social cuestiona la concepción de la realidad social como
en su relatividad histórica, como producto de un proceso humano y, por una unidad armoniosa, al interior de la cual los grupos de individuos se
consiguiente, susceptible de transformación y cambio. La dialéctica de la adaptan o no. Por el contrario, la realidad social empieza a ser vista co-
realidad social contiene (res momentos, que Berger y Luckmann sinteti- mo cl producto de una confrontación de fuerzas sociales y el orden social
zan en la triple afirmación de que la sociedad es un producto humano, la imperante como cl resultado de ia imposición de unas fuerzas sobre
sociedad es una realidad objetiva, y el hombre es un producto social üira.s. La sociedad no alberga una población simplemente distribuida a lo'
(1968, pág 84). LamemablcmeiUe, añaden Berger y Luckmann, la largo de un continuo de características, sino que la sociedad se compone
sociologia norteamericana —y, m á s aún, la psicología social— han ten- de grupos enfrentados entre si a partir de intereses contrapuestos.
dido a omitir el primer momento dialéctico de ia realidad social, in- La visión conflicliva de la sociedad es también una visión preponde-
curriendo en io que Marx llamó su rcificación, es decir, la visión de la rantementc marxista, y son una vez más autores europeos los que tratan
realidad social con categorías cosificadas, apropiadas sólo para el mundo de abrirle campo en cl ámbito de la psicologia social. Pero en este caso no
de la naturaleza. j se traía de autores que emigren a Estados Unidos, cuanto de autores que
Esta visión de ia .sociología del conocimiento ha sido recogida, aun- 1 tienen que enfrentar los problemas de sus propias sociedades europeas.
que sólo parcialmente, en el enfoque conocido con ei término de Una larga experiencia histórica y aun la .simple evidencia de ia realidad
" c t n o m c i o d o í o g i a " (Turner, 1974). La etnometodología mantiene como conílíctiva en que viven les hace sentir con más agudeza las limitaciones,
punto central que los individuos aprenden a construir la estructura social teóricas y prácticas, de una psicología .social basada en la concepción de
de valores y normas a través de la actividad rutinaria (ver Garfinkel, la sociedad como un todo armonioso. Esta misma conciencia les lleva a
1967). En este sentido, la clnometodologia .supone que la realidad social afirmar la parcialidad del análisis de la vida iniragrupal mientras no se
está .siendo continuamente generada por la actividad de las personas y, analice y conozca mejor la.vida Inlergrupal. El punto ceiitral no consiste
por consiguiente, que los valores sociales más importantes son aquellos ya en examinar al individuo al interior del grupo, cuanto en examinar las
subyacentes al .sentido común, a las prácticas rutinarias, cotidianas. De relaciones entre grupos y las relaciones entre las personas no como
manera parecida, Goffman (1971) traía de comprender la realidad social simples individúes, sino como micinbros de grupos'(Billig, 1976).
en tcrmino.s teatrales, donde la.s per.sonas actúan desempeñando papeles Una de las áreas donde esta vi.sjon connícliva ha tenido más repercu-
que definen esa realidad. sión es en c! análisis realizado por la " a n t í p s í q u i a t r í a " , donde confluye-
E! acierto de la ctnometodología está en el énfasis concedido al indi- ron influjos teóricos y experiencias prácticas muy diversas. La
viduo como.sujeto activo en la producción de la sociedad. Su debilidad se psiquialiía ha,sido uno de ios in.strinncmo.s iradicionalcs a través de lo.s
cifra en la pendiente .subjetiva que tienden a seguir estos estudios, según cuales la clase social domíname ha ¡mptiesto svi poder y ha mantenido su
la cual la realidad social es, en última instancia, cuestión de perspectivas. orden .social (Basaglia. 1972; Berlingucr, 1972). Do ahi que ias institu-
E.sta subjctivizacíón es perceptible en áreas tan de moda como los estu- ciones psiquiátricas hayan cumplido una misión paralela a la de las cárce-
dios de atribución (Jones y Davis, 1965). El mismo interaccionismo sim- les y que incluso .sean la.s mismas ¡n.sliluciones las q\ie, a través de su pci
bólico, corriente heredera de la visión de G . H . Mead (1972), ha tendido a

42 4.7
dcr ejercido ioiiiillariamenlc (Gofínian, 1970), hayan generado el mal
/ ¿A fAMíUA LA BASC )
que süpuestamenle prelendian eliminar.
Quizá hayun slílO los autores del movimiento antíp.siqiiiálrico los
D£' ¿A ibOC/LlDAD J
que mejor han puesto de manifiesto cl carácter de ia psiquiatría y. en ge-
neral, de las ciencias psicológicas como iiisirumenío al servicio del poder
establecido. Ese punto constituye precisamente e! tercer área críiica don-
de se perfila el nuevo enfoque de la psicologia suclai.
La psicología social y, cii general, toda la psicologia, deseosa de ad-
quirir estatuto científico y reconocimiento académico, tendió a despren-
derse demasiado radicalmente de sus raíces filosificas, a someterse con
excesiva estrechez a tos limitados márgenes del inclodo expcrimeniat, y a
1
pretender una asepsia científica que ia ubicaba por encima de las preocu-
paciones y Conflictos concretos de ía vida social, a h o r r á n d o l e al psicólo-
go la dolorosa necesidad de tener que optar-por unos u otros valores.
La psicologia social se convirtió así en una rama de las ciencias .so- Í¿LAFAM!IÍA
ciales en la que se multiplicaron indefinidamcnic los modelos de corlo al-
cance, las teorizaciones referidas a casos especifícos, pero donde brillan 1 DI QUiEM?
por su ausencia teorías ambiciosas que ofrezcan visiones globales de la
/» LA AAl'A
NO TÍENE
realidad psicosocial. Cuantos más datos empíricos se acumulan, más se
nota la carencia de una teoría que los englobe y dé sentido, hasta cl extre-
mo de que los autores de textos llegen a asumir como algo normal el que
ni siquiera puedan ofrecer una definición precisa de su especialidad, y
LA CULPAht
^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
prefieran afirmar que ia psicologia social es ia ciencia que estudia lo que
de hecho estudian los psicólogos sociales. Por otro lado, al someterse a
los requerimientos estrechos dql método experimental, entendido restric-
tivamente, se cierra fuertemente el campo de estudio y se excluyen casi
auiomáticamcntc'las preguntas más importantes que se pueden plantear
las personas y grupos. Como escribe un agudo critico inglés, "sentimos
que la psicología social debería explicar de algún modo nuestra propia como otros científicos sociales, lome conciencia de su enraizarniento so-
experiencia, pero no lo hace, y esto nos ha decepcionado" (Armistead, cial y, por consiguiente, de los intereses histórico a los que, por opción o
1974, p á g . 7). por inconsciencia, está sirviendo. Bl ideal no consiste en buscar ia asepsia
Todas estas limitaciones, teóricas, a.xÍológicas y prácticas, hicieron a toda costa, cuanto en tratar de adecuar et propio quehacer científico a
que la psicologia social se limitara a estudiar lo que el sistema le pedía y los valores por los que uno opta, en su vida. No se trata simplemente de
como el sistema se lo pedia, reduciéndose a un servilismo social incapaz una tarea de decisión subjetiva, sino primero y fundamentalmente de una
de cuestionar a ese mismo sistema tanto por el á m b i t o en que se movía tarea objetiva, es decir, de que la ciencia realice mediante sus propias vir-
como por los instrumentos que había elegido. Se estudiaba la sumisión y tualidades aquellos valores por los que se ha optado, independientemente
cl conformismo, no la independencia y la rebeldía. N o es de extrañar así de la intención subjetiva de cada científico.
que se haya llegado a pensar que la psicologia social no es más que una A pesar de que muchos psicólogos sociales siguen insistiendo en la
forma de historizar los procesos sociales (Gergen, 1973), y ello desde la necesidad de que la ciencia permanezca ajena a la opción axiológíca, la
perspectiva del poder establecido. crítica formulada ha rolo el espejismo de la asepsia científica. Quien se
A l cuestionarse lodo csic enfoque genérico de la psicología socia!, se atrinchera en su negativa a optar conscientemente, .sabe que sirve de
va a insistir por un lado en ia necesidad urgente de volver a teorizar, y no hecho u aquellos bajo cuyo poder opera, es decir, a la clase dominante en
sólo a elaborar modelos de corto alcance (Mo.scovici, 1972), asi como a cada sociedad, y ello no sólo en las aplicaciones prácticas de su quehacer,
someter los métodos a la teoría y las técnicas a los problemas, no al sino, más fundamentalmente, en la estructuración misma de sn saber y
contrario. Por otro lado, aparece la necesidad de que cl psicólogo social, Operar cienlifico.

44 45
"Entendei:" suele definirse operativamente como e! encontrar la
Iii cuestioriamienlo introducido en el lercer-periodo de la historia de
causa de alguna conducta, Ahora bien, ia causalidad en cuanto determi-
la psicología socia! contemporánea cambia nó sóio los presupuestos, sino
nación du algo a partir do algo no puadá ontondcrBs on si mismo «ontido
ol objvuo mismo «1 que contjretameniü übóca lá óstcologla social. A l no
aceptar como un punto inmutable de partida la realidad social, el proble- cuando se trata de los fenómenos naturales estudiados por las ciencias
ma central ya no se cifra tanto en la relación entre individuo y sociedati, fisíco-químicas que cuando se trata de procesos humanos (Peters, 1960;
su adaptación o inadaptación, cuanto en la oposición de grupos que ge- Toulmin, 1969). En la práctica, el esfuerzo por limitar ia comprensión
nera un orden social concreto en cuyo interior los individuos actualizan psicológica de una conducta a la definición de su causa (eficiente, en sen-
intereses, perspectivas y situaciones sociales distintas y confliclivas. Esta tido aristotélico), obliga a eliminar la interioridad de ese comportamien-
perspectiva puede a ú n incurrir en alguna forma de psicologismo indivi- to, es decir, la eventual intencíSii subjetiva de la persona asi como el sig-
dualista o subjelivista, pero ciertamente tiende a valorar de manera pri- nificado particular que un comportmienlo pueda tener en determinada
mordial los influjos objetivos y las fuerzas grupales. Finalmente, es po- situación para cada" sujeto. De hecho, esta visión del "entender" suele
sible que algún psicólogo social opte por ponerse al servicio del orden es- quedarse en una descripción, más o píenos precisa, de la conducta así co-
tablecido, ya sea por interés de clase, por convicción o simplemente por mo de sus antecedentes y de sus consecuencias externamente observables.
interés personal. Sin embargo, la opción por la postura opuesta queda Esto supone un empobrecimiento inadmisible de la realidad psicológica,
abierta, y no sólo a nivel de la intención subjetiva o de las aplicaciones que se ve limitada a considerar conductas intranscendeníeso a considerar
prácticas, sino también de la configuración misma dei saber y hacer cieii- de un modo intranscendente conductas (acciones) Importantes en la vida
lificQ.' humana.
A l quedar en cuestión la particular comprensión que se puede ad-
quirir sobre la conducta, por lo mismo entra en cuestión el sentido que se
le pueda dar a los términos "predecir" y "controlar". La predicción se
basaría, precisamente, en el conocimiento de la causa de una conducta,
C í i J E T I V O OF L A FSECOUTCIA S O C I A L . en cl supuesto adicional de que, puesta ia causa, tendrá lugar la conduc-
ta. Pero si esa causa encontrada es sólo un antecedente más, ya que se i g -
A l definir el objetivo de una actividad o de un quehacer, es necesario nora un elemento esencial en la determinación de la acción humana, co-
distinguir entre la finalidad perseguida por el sujeto y la finalidad objeti- mo es el sentido y la intencionalidad, la predicción no pasará de ser un
vamente realizada o posibilitada por la naturaleza específica de la activi- ejercicio probabilístíco, en muchos casos d.e valor muy cuestionable. M á s
dad o quehacer en cuestión. La voluntad e intención del sujeto puede dar aun, la predicción en ciencias naturales suele presuponer condiciones idea-
eii rnuclios casos una orientación definitiva a su quehacer; pero es impor- les para que un determinado fenómeno se produzca. Ahora bien, la pre-
tante subrayar que la naturaleza objetiva de los procesos no es cambiada cisión de esas condiciones ideales resulta poco menos que imposible en el
a voluntad y que, como se suele decir, " e l Infierno está lleno de buenas caso de fenómenos humanos y sociales, donde las variables son Indefini-
intenciones". El no hacer esta distinción entre la ualuraíeza objetiva de das, De ahí la tendencia de muchos psicólogos sociales a reducir el campo
una actividad y la intención subjciivu del individuo que la realiza ha os- de su quehacer a aspectos mínimos de la conducta huma.nu, aspectos en
curecido la gran mayoría de las discusiones sobre problemas éticos en el que se limitan al máximo las variables en juego. Pero al reducirse a as-
psicologia asi como el carácter éticamente aceptable o rechazable del pectos miniriios de la conducta se reducen por lo general también a aspec-
conductismo. tos .socialmente,insignificantes o inlransccndcnles.
De una forma un tanto estereotipada, se afirma que el objetivo de la El control sobre la conducta depende de que se haya sido capaz de
psicología consiste en "entender, predecir y controlar" la conducta de entenderla y predecirla, y requiere además la capacidad.de influir en el
los individuos. Consecuentemente, el objetivo de la psicología social proceso. Por tanto, ¡as dificultades acumuladas en la comprensión y pre-
consistiría en "entender, predecir, y controiar" la conducta en cuanto dicción de la conducta repercuten en la posibilidad misma de lograr su
social, ya sea que ésta se entienda como interacción ya sea que se entien- control. Además, ei control mismo .supone la presencia demueva.s va-
da como respuesta ante estímulos sociales. Esla clerinición del objetivo riables, ppr lo general Imprevisibles. Resulta einonce.s compren.sibic que
de la psicología social presupone una concepción de ciencia y im'consi- de hecho no se haya logrado rea! control más que on conductas de labo-
guiente objeto de estudio de ia psicologia social sumamente problemáti- ratorio o en utopia.s ¡nlcloclualcs (Skinner. 1976). írinalmouic, ol término
cos. Se trata, por consiguiente, de una dificultad objetiva, independien- de control es, en el mejor de los ca.sos. de una deplorable ambigüedad, no
lemente de las buenas o malas intenciones de! psicólogo socia!. ajena a una fuerte carga de Ideología teeiióerata.

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"íiiUciKk-r, predecir y cuiurolai " representa un objetivo coniprcii-
siblc en cí marco de una psicología social cuyo objeto lo consiiiuya una
interacción nbsll íiiíla tic Itis ticu'rminivinof; macrosociaioü y de luj euncrc-
ciones históricas, o de una psicoiogia social conductisia que iralc la con-
ducta corno una "cosa" más de esiudio experimental. Pero ése no puede
ser cl objetivo sí la psicología social, como se ha expuesto aquí, debe es-
Uidiar la acción humana en cuanto ideológica. Y no puede serlo preclsa-
mcnic como consecuencia del nilstno abismo conceplual que separa a la
acción de la conducta, y a la acción en cuanto icicológica de la iiuerac-
ción. La inclusión de imencionalidades, significaciones y procesos de
conciencia así como de las grandes variables históricas hace del entender
un objetivo necesarib, pero conscientemente aproximativo y parcial; la
conipretisión del ser humano como un sujeto histórico, que produce y se
liroduce, hace de la predicción un juego ctigañoso; la necesaria referencia
sobre ia vinculación de los actores sociales n lo.s grandcs.inierescs de clase
hace del control un cjeicicio de falsa conciencia en el mejor de los casos,
cuando no un inslrumciuo de políticas de dominación social.
Tal como aquí se ha tlefinido, la psicología social debe buscar como
objetivo ci posibilitar la libertad social e hulividual. En la medida en ciuc
c! objeto de estudio lo con.siiiuye la acción en cuanto ideológica, es decir,
en cuanto determinada por factores sociales vinculados n los iiUerese.s de
clase de los diversos grupos, se pretende que el sujeto tome conciencia de
esos determinismos y pueda asumirlos (aceptándolos o rechazándolos)
mcdiaiuc una praxis consecuente. Ejercer la libertad va a constituir asi,
en muchos casos, un verdadero proceso de liberación social. Por eso se
presenta como objetivo el hacer posible la libertad, yn que actuarla es por
principio una praxis social en la que no sólo interviene eí conocimiento.
Pero ello mismo muestra la distinta comprensión que desde esta perspec-
tiva adquiere ei "entender" ti el '"predecir". No se trata de anticipar me-
cánicamente el fuliiro; se trata de poner a In disposición de los actores so- principios y conceptos van a estar condicionados por los intereses de cla-
ciales los conociiuieutos que les permitan jjroccder más adecuadamente se que el psicólogo, como actor social que es uunbíén, va a asumir en su
en cada circunstancia, en luucíón de unos valores y princijjlos sociales. quehacer. Si' las ciencias naturales son o no son ajenas a los valores es
Cuanto mejor es cl conocimicnlo, con más claridad se abre al sujeto cl una discusión que aquí uo nos concierne; cíeitamenic, las ciencias so-
ámbito para su decisión y acción conscienici es decir, más campo se pre- ciales no son ajenas a los valores ya que el propio, eicntií'icp social-y su
senta a su verdadera libertad social. quehacer son parle de,su mismo objeto de estudio. Hay una iiieviiablc
Este último punto está ya indicando que un objetivo como el aquí imbricación de sujeto y objeto, siendo el stijetoa la vez objeto y el objeto
postulado supone una opción axiológíca y un rechazo de ia pretendida a la vez sujeto. Por ello,-la comprensión en ciencias sociales tiene lugar
asepsia científica. A la psicología socitil corres^cjiide desenmascarar los desde cl interior cie!_ proceso"-.social estudiado y la opción se da en cl
vínculos que ligan a los actores sociales con los inrerescs de clase, poner quehacer cientifico mismo indepcndientemcnie de que .se lomc o no con-
de manifiesto ¡as mediaciones a través de las cuales las necesidades de ciencia de que se da esta opción.
una clase social concreta se vuelven Imperativos interiorizados por las La psicologia social que aquí se presenta surge en una situación muy
personas, desarticular cl entramado de fuerzas objetivadas en un orden concreta. La situación de El Salvador, en los momentos en que lodo un
social que manipula a los sujetos medíanle mecanísmo.s de falsa concien- pueblo lucha orgamzadame^tte por liberarse de una opresión secular. E.s-
cia. La psicología social como ciencia, y no sólo cl psicólogo social como . ta psicología social toma partido por esc pucbib. por sus luchas y aspira-
científico, debe lomar una |)o.s(ura ante esta realidad, pues presiipucslus, ciones, y pretende .sor un in.sirumeiuo [tara quceí'pueblo pueda tomar sus

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decisiones con mayor claridad, sin dejarse engañar por espejismos o resa- 9. El mctodo dialéctico parece ser cl más udccuado iiara cl estudio del
bios de su conciencia tradicionalmenle manipiiiada. No se (rata de indi- objeto de la psicología social, luics con.sidcra que itcrsoua y suciedad
car al pueblo lo que tiene que hacer o no; se irala de incorporar cl queha- se constituyen imituamcNic, sin que .se pueda entender la una sin la
cer ciemifico a una praxis social liberadora, que desenmascare y destruya otra. Para comprender los procesos ideológicos de una pcr.sona de-
la mampuíacion, promoviendo una sociedad basada en la solidaridad y berá cvaminursc ia csiriiciura social de la que es parte.
en la jushcia. 10. Muchos han sido los aportes de la fllosona a la p.sicoiogia .social.
Sócrates so.stenia la importancia de las circun.siancia.s en la dcicrmi-
nacióii de la íjcción humana y Platón aceptaba la maleabilidad del so
humano. En contraposición, Maquiavelo concebía la naiuraíe/a hu-
maua como más fijá. t iobucs con.sidciú que eí iiombrc e.s aiili.suchit
RESUMEN D E L C A P I T U L O PRIMERO por naturaleza, micntra.s Rous.scau dcrendió .su bondad natural, f i -
naímcnle, Mar.\o que la .sociedad se formaba en !a oposición
1. La psicología social que se refleja en.los.libros de texto presenta una de grupo.s, uno de lo.s cuales .se imponía .sobre el otro, haciéndole
realidad muy difcrcnle de la latinoamericana y tiende a ignorar c! pa- asumir prácticas y valores ajenos a sus propios intereses.
pel de ia estructura socioeconómica en la determinación del ser y ac- 11. Cuatro hechos históricos marcan el nacimiento de ía psicologia so-
tuar de personas y grupos. cial y de las demá.s ciencias sociales'hacia mediado.s de! .siglo X I X : a)
2. Los enfoques más comunes de psicologia social parten de algunos una mayor conciencia sobre las diferencias cnire los grupos Iminanos;
datos de la realidad, pero prescinden de si esa realidad factual ha si- b) ¡a concepción secularizada del .ser humano; c) líi revolución in-
do deTinida por los grupos que detentan el poder, ignorando así su dustrial; y d) el desarrollo de una nueva mciodoiogía.
relatividad histórica, 12. Un primer periodo en la historia de la psicología .social se caracteriza'
3. En la medida en que una acción, ya sea individual o grupal, no pueda p o r u ñ a visión de la sociedad como una realidad homogénea. E.sta v i -
ser suficientemente explicada por factores del sujeto, sino que deba sión queda planteada en la pregunta fundamental de este periodo:
hacerse referencia a sus relaciones con las demás personas para en- ¿qué n'Os mantiene unido.s en cl orden social establecido?
leadcr su scmítlo total, en esa medida la acción es social y debe ser 13. U n segundo periodo arranca de la americanización de la psicología.
esiudiada por la psicología social. La pregunta fundamental es: ¿qué nos íntegra al orden establecido?^
i 4. El influjo inierpersona! no es-una relación mecánica de estímulos y Se parte de la necesidad de adaptara! individuo al orden social impc- .
respuestas, sino que es parte constitutiva de la acción, a !a que da ranie. Las tres áreas más estudiadas en este periodo son: los pequeños
sentido y significación ligándola a una sociedad concreta. grupas (la "dinámica de grupos"), ias actitudes y la relación entre
5. Se puede definir la psicología social como cl estudio científico de ia cultura y personalidad. La forma de abordarlas y sus contenidos
acción en cuanto ideológica, entendiendo por ideología aquellos es- reflejan cl sesgo teórico hacia cl individualismo, cl psicologismo y ia'
quemas cognoscitivos y valorativos producidos por los intereses ob- perspectiva desde cl poder establecido.
jetivos de U\e dominante en una sociedad determinada e impues- 14. Un tercer período se caracteriza por la siguiente pregunta: ¿qué nos
tos a ias personas que los asumen como propios. libera ael desorden establecido? Supone ya un cucstionamicnto del
6. Las personas materializan en forma concreta las fuerzas sociales que orden social, Los postulados de este nuevo periodo serían: a) la v i -
configuran una realidad. Por tanto, para entender la acción de las sión de la realidad social como una construcción histórica, como un
personas se debe recurrir a sus raices sociales. producto de la acción humana; b) el enfoque conflictivo dei ord'en
7. Se u.sa el térímno acción en lugar de conducta ya que la acción no s ó - social; y c) el papel político de la psicologia social.
io supone una serie de movimientos observables, sino también un 15. El aceptar como objeto de estudio de la psicoiogía social a la acción
.sentido y un producto histórico. en cuanto ideológica lleva n buscar un objetivo que supere las inten-
8. Dos peligros de las ciencias sociales .son cl psicologismo y el sociolo- ciones positivistas de "entender, predecir y controlar la conducta".
gismo, que constituyen dos formas distintas de reduccionismo. E.ste objetivo debe ser c! posibilitar una mayor libertad individual y
Mientras ci psicologismo abstrae los problemas de la hisloria y los re- grupal mediante la loma de conciencia sobre los determinismos so-
fiere a los individuos y sus características, cl sociologismo reduce l o - ciales de la acción. Un mayor conocimiento de esos determint.sinos
dos lo.s problcnias a varinbic.a nocinics, negando ta ptirtleMpáción acti- iibi'irá lit püülbülditd de upuioiics más personales y una acción m á s
va del hombre. consciente.
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