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La comida basura o también llamada comidas rápidas, puede ser definida como

aquel tipo de alimento que, por su exceso de grasa, contenido bajo en nutrientes y
otros ingredientes, puede ocasionar serios efectos negativos en la dieta del cuerpo
humano.
En estados unidos se venden productos elaborados por más de 25mil millones de
dólares anuales. Son muchas golosinas las cuales se requiere 12 kilos al año para
satisfacer la demanda de un estadounidense.
Marx incorporatión fabricante de Snicker´s, Milk y emanets vende 16mil millones de
dólares en todo el mundo
Ejemplos comunes lo constituyen las hamburguesas las papas fritas, chocolates,
preyzel, pastelitos de flowers , helados y toosies. La comercialización de estos
alimentos está extendida a nivel mundial, forma parte de diversas culturas, lo cual, a
su vez, ha afectado enormemente la manera en que las personas deciden
alimentarse.
Su consumo en exceso suele estar relacionado con la producción de numerosas
enfermedades, tales como la obesidad, la diabetes tipo II, las caries y la celulitis.
El cuerpo necesita una ingesta diaria de determinados nutrientes, proteínas y fibras.
Las comidas chatarras, no reúnen el mínimo de estos elementos para ser
considerados como saludables, al contrario, o lo tienen en muy poca cantidad y
sumado al exceso de otros componentes que no favorecen una dieta sana.
El problema se concentra en el abuso. Ingerirlos una vez la semana no produce los
mismos efectos dañinos que comerlos todos los días
¿Por qué tienen tanto éxito las comidas basura?
El aumento en el consumo de la comida basura tiene relación con el fenómeno de
la globalización.
Se trata de una cuestión cultural que ha tenido una considerable expansión
especialmente desde el siglo XX.
Estos alimentos tiene dos factores importantes que impulsan su consumo: su fácil
elaboración y su conservación, lograda luego de varios procesos industriales. A
estos factores, se suma su precio accesible.
Muchas personas, no tienen tiempo de poder prepararse sus propias comidas y no
tienen otra opción que ir al restaurante.
Las comidas rápidas atraen por su sabor y popularidad. Aquí también se aprecia un
trabajo considerable en la publicidad.
Como se señala en un trabajo de Dolores Cabrera, "la falta de tiempo acarrea la
mala alimentación que se produce hoy en día en nuestra sociedad, con horarios que
en muchas ocasiones solo dejan una hora para el almuerzo. Esto hace que los
horarios laborales sean en gran medida responsables de esta falta de dedicación a
la alimentación que nos obliga a recurrir al fast food, aunque estas causas se
concentran más en el sector trabajador, ya que los consumidores jóvenes recurren
a esta comida por su sabor, aspecto, y por su bajo costo"
Las comidas rápidas, sencillamente, no deben formar parte habitual de una dieta.
Las consecuencias para la salud, si no se toman los recaudos necesarios, pueden
ser inevitables.

El mercado mundial de comida basura observó gran parte de su expansión a


principios en América del Norte, la región donde los fundamentos del mercado se
establecieron y donde la comida rápida sigue siendo muy popular. Sin embargo,
en los próximos años, se espera que el mercado genere gran parte importante de
sus ingresos y el crecimiento más rápido en los mercados no tradicionales de
comida rápida - Asia Pacífico y países contemplados en la categoría del resto de
mundo. La enorme base de población de estas regiones, junto con el aumento
constante PIB y el aumento de los ingresos disponibles de la población, se
destacan como los factores clave que impulsan el mercado de la comida rápida en
estas regiones. El aumento de la preferencia de los consumidores hacia los
hábitos alimentarios contemporáneos es también un factor clave que impulsa el
mercado mundial de comida rápida.
El informe señala que los mercados tradicionales de la comida basura, América
del Norte y Europa están observando un cambio evidente en las opciones del
consumo y la demanda de las variedades más nutritivas y naturales de los
alimentos está en aumento. Los analistas afirman que los consumidores de estas
regiones están preocupados por los efectos nocivos de los aditivos en la comida
rápida en su salud. Esto está impulsando a los grandes jugadores del mercado a
cambiar hacia las verduras naturales, carne libre de hormonas e ingredientes
orgánicos para hacer sus productos más atractivos. Se espera que esta tendencia
afectara el desarrollo general del mercado en los próximos años. En las regiones
en desarrollo de Asia, sobre todo en países como India y China, el poder
adquisitivo de la población e inclinación cada vez mayor de comer afuera están
impulsando el crecimiento del mercado mundial de comida rápida.
Los segmentos del informe del mercado de comida rápida mundial se basa en tres
categorías: tipo de alimentos, la cadena de suministro, y geografía. En el
segmento de los tipos de productos, el informe estudia las dinámicas del mercado
y crecimiento de productos como hamburguesas / sándwiches, pollo, pasta / pizza,
comida asiática/latina, mariscos y snacks. Cadenas de suministro tales como
restaurantes de servicio y vendedores ambulantes de comida rápida son
estudiadas en el informe también. En base a la geografía, el mercado está
segmentado en América del Norte, Europa, Asia Pacífico y el resto del mundo
(ROW).

El mundo se vuelve cada vez más dual también en cuestiones de alimentación.


Mientras una parte de los habitantes del planeta siguen padeciendo hambre, otra,
cada vez mayor, pierde salud por exceso de comida. Naciones Unidas ha puesto
cifras a este fenómeno: 950 millones de personas sufren desnutrición y cada año
mueren cinco millones de niños por ello. Al mismo tiempo hay 2.100 millones de
personas con sobrepeso; y tres millones mueren cada año por obesidad
La principal causa es la comida basura, categoría en la que se sitúa una gran
cantidad de productos ricos en calorías y pobres en nutrientes. Bollería industrial,
bebidas azucaradas y aperitivos con alto contenido de azúcar, grasas o sal son
sus principales exponentes.
Se trata de productos que llegan al mercado arropados por grandes campañas de
promoción. Son, en general, más baratos y accesibles que la comida saludable; de
ahí que la obesidad se esté convirtiendo en un nuevo signo de pobreza. Y se
extiende no solo en los países ricos, sino también en los pobres. Los productos
azucarados se benefician de la tendencia innata por razones de herencia evolutiva
a preferir los alimentos dulces. La bollería industrial añade la peor de las fórmulas:
azúcares y grasas en grandes cantidades.
La profusión de estos productos está cambiando hábitos y preferencias, de
manera que cada vez son más demandados. El resultado es una alteración
metabólica que hace que aumente el sobrepeso incluso cuando se reduce la
ingesta de calorías.
La OMS señala varias formas de combatir la epidemia, pero todas ellas exigen
grandes dosis de voluntad política. Combinan la prevención con una regulación
fiscal que penalice el consumo de estos productos, y todas exigen el compromiso
de la industria alimentaria. El camino está claro. El problema es recorrerlo.

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