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FRANCISCO BURDETT
O’CONNOR
Estábamos en las postrimerías del año 1828, y se aproximaba ya el día fijado para
la reunión en Chuquisaca, de la convención nacional, el General Gamarra al
ausentarse de Bolivia, llevándose el título de Gran mariscal de Piquiza la república
había quedado sin presidente.
Los Señores Bernardo trigo y Felipe Echazú fueron elegido diputados por Tarija, a
la convención Nacional.
Como yo no tenía por aquellos días ninguna atención urgente en Tarija, resolvi
hacer un paseo a Chuquisaca y me fui en compañía de mi amigo Don Bernardo
Trigo, este amigo me instara a que le diera mi consejo franco e íntimo sobre la línea
de conducta que debería observar en el congreso, le aconseje a que no se prestara
a ninguno de ellos.
“pero compañero me replico: si tengo una carta del general Santa Cruz, escrita
desde Chile, en la que me dice que no quiere venir a Bolivia”; y saltando de la cama,
se dirigió a un escritorio inmediato y saco una carta. Era ciertamente del general
Santa Cruz, y en ella decía al General Blanco que estaba siempre dispuesto a servir
a su patria.
Venia el señor Canónigo a decir al presidente que todo estaba ya dispuesto para la
misa de Gracias.
- ¡oh! Dijo Blanco, que la misa sea más bien mañana. Aquí estoy aprendiendo
mucho con mi viejo compañero”.
- Llego el lunes, día designado para la misa de gracias. El presidente Blanco
estaba ya vestido y dispuesto para asistir a ella, cuando entro de improvisto
el batallón Nº1, desde Yamparáez, Formando en columna, frente al palacio
de gobierno.
- Yo estaba viendo todo esto desde un balcón de la casa en que me hallaba
alojado, se escuchaba el Grito de Revolución por todas partes.
- Salí luego a la plaza. Estaban buscando a Blanco, hasta que el coronel
Armaza gritó:
¡Cayo el pájaro!
El general Blanco viéndose todo perdido se había arrojado a una de las
letrinas, de donde le sacaron con lazos. Al ver esto, pensativo y triste, me
regrese a mi alojamiento.
En la mañana siguiente, martes y ultimo dia del año 1828, paso el
desgraciado General Blanco por debajo de los Balcones.
Al día siguiente por la mañana vino a verme el señor Don Horacio Álvarez
para proponerme que fuésemos a la recoleta a visitar al general blanco.
En la calle del comercio, por la cual debíamos subir, vivía el señor Don
Joaquin Lemoine, a quien el presidente blanco lo había nombrado su ministro
de Hacienda. Entre con Álvarez a verle y diciéndoles que estábamos de paso
a la recoleta a visitar a Blanco.
- ¿A Blanco?, exclamó levantando las manos al cielo. ¡Blanco está ya en la
eternidad; anoche le despacharon!
Recibí una carta del presidente Santa Cruz, llamándole al cuartel General, en la paz.
Sin pérdida de tiempo, emprendí mi marcha, en cumplimiento, como militar, de la
orden que había recibido del Gobierno.
MI MARCHA AL EJÉRCITO
Cuando llegue al rio san juan, me encontré al teniente Coronel Arancibia, me dijo
que había recibido orden del General Santa Cruz llamándole a la paz para prestar
sus servicios contra los peruanos.
Sobrado tiempo tenia, por cierto, para reflexionar sobre lo que debía decir al
presidente a mi introducción, y efectivamente le hable en los términos siguientes:
El gran Mariscal de Ayacucho me eligió para completar los triunfos de las armas
libertadoras, y a la cabeza de una división de nuestros compañeros de armas, a
quienes habíamos enseñado a vencer, marchamos hasta los remotos límites de los
magnánimos argentinos.
Se dio a la gran familia americana un nuevo pueblo. ¡NACIÓ BOLIVIA!, Cuna de la
libertad, suelo de héroes
Al día siguiente empecé a prestar mis servicios en el estado mayor General de que
era jefe el general Velasco.
Fui dado de alta en el estado mayor General en clase de ayudante General y tenía
mi despacho de sub-jefe del estado mayor nacional de colombia.
A fines del mes de enero de 1832, recibió el general sanrta cruz un desafio del
caudillo Argento Quiroga
PASO DE ANDRÉS DE SANTA CRUZ POR ATACAMA
En el mes de mayo de 1833 según O’connor Santa Cruz visitaría al relator de estas
memorias para eso el Gral. O’connor dispuso de dos batallones de Infantería y
cuatro de regimientos de Caballería para tal recibimiento. Donde lo recibieron
formando una calle pero el hecho curioso de este acontecimiento es que el Gral.
O’connor tenía entre sus filas al Teniente Manuel Isidoro Belzú y al Teniente Manuel
Laguna. Donde se relata que Belzú seria presidente de la República de Bolivia Y
Laguna Presidente del Senado.
Andrés de Santa Cruz entre una de sus virtudes era el respeto por que ante tal
recibimiento exclamo que les concedería todo a los hombres de dichos regimientos.
Según las memorias del Gral. O’connor este testifica que si no fuera por el Santa
Cruz no hubiera conocido a los mejores soldados de línea de Bolivia que resultaron
ser los indios de la extinguida misión de Itau, ya que Santa Cruz mando a estos a la
lucha en la Guerra del Perú, siendo también escoltas del Gral. Orbegoso.
Orbegoso, que estaba en Arequipa sin mayores tropas, ante el peligro que
significaba la presencia de Gamarra, hizo uso de una anterior atribución del
Congreso que le permitía solicitar el auxilio de fuerzas bolivianas. Debemos resaltar
que Orbegoso no estaba enterado de los conciertos entre Gamarra y Santa Cruz.
El convenio con Bolivia se firmó el 15 de junio de 1835, y por él se acordó que Santa
Cruz pasaría al Perú con sus fuerzas, como acto preparatorio para el
establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana. Ese mismo día 5.000 soldados
bolivianos cruzaron la frontera peruano-boliviana.
Gamarra se enfureció con el giro tomado por Santa Cruz, que hasta poco antes
había sido su aliado, y por su parte se alió con Salaverry para hacer frente a la
invasión boliviana, siendo el primero en salir en campaña. Pero Santa Cruz lo
derrotó en la batalla de Yanacocha (13 de agosto de 1835). Gamarra fue tomado
prisionero y deportado. Quedaron entonces frente a frente Santa Cruz y Salaverry.
Según el Gral. O’connor Santa cruz le dijo que había mandado a enjuiciar al Coronel
Manrique por robo de fondos de su batallón, y O’connor sería nombrado presidente
del Consejo de Guerra de Oficiales Generales.
El Coronel Manrique era peruano, le había conocido el General Santa Cruz en 1823,
cuando mandaba el ejército del Perú, de cuatro mil hombres, que vino hasta Oruro
y se retiró después sin haber visto al ejército del rey, que venía a su encuentro desde
Potosí.
TRATADO DE PAUCARPATA.
Empiezan a llegar proclamas del Gral. Manuel Blanco Encalada, quien comandaba
las fuerzas de Chile, que se encontraba en Arequipa; sugirió que se decida la
campaña por medio de un combate entre 100 hombres escogidos de cada ejército,
después de varias conferencias se convino en la celebración de un tratado, que libro
al ejercito de chile de ser completamente destrozado (17 de noviembre de 1837).
DETALLES DEL COMBATE DE IRUYA
Lo primero que hice como general fue visitar los puntos de vanguardia Iruya y
Cochinoca. El camino a Iruya se encontraba en mal estado encontrando así al
General Raña en su casa, le pregunto los detalles del combate de Iruya
Este combate no fue difícil ganarlo por el mal estar del camino ya que el enemigo
debía bajar las cuestas estando expuestos al tiroteo, cuando el Coronel Carrasco
oyó los vítores de la tropa boliviana y los gritos de victoria, salió de su escondite y
se presentó al Coronel Raña.
Ese Famoso Cuerpo de Voltijeros, era el mejor de todo el ejército del General
Heredia, en Campaña contra Bolivia, pero era imposible que bájese esa cuesta tan
empinada, frente a nuestra tropa formada al pie de ella
Tal fue, en resumen, la victoria de Iruya, ganada por las tropas bolivianas el 11 de
Junio de 1838.
Regrese a Tupiza sin haber visto a Medinacelli pero este, me alcanzo muy pronto,
para disculparse de no haberse hallado en su puesto.
En Tupiza me puse a pensar sobre la campaña del general santa cruz contra la
segunda expedición chilena y entonces me llegó la noticia de haber sido asesinado
el General Alejandro Heredia, con cuyo motivo se podía considerar, desde luego,
terminada la guerra declarada a Bolivia por los argentinos y ya nada podía llamar
nuestra atención hacia el sud.
“ Que no había quedado un soldado en chile que había sacado hasta los jóvenes
delos colegios, en clase de cadetes, que si daba la orden de llenar de numerarios
las cajas de los cuerpos por dos meses, yo me comprometía a situarme con las
fuerzas de mi mando, en cualquier punto de la republica de chile, que se me
indicase, que este me parecía el único medio que nos quedaba de librarnos de los
invasores, quienes sabiendo que su patria estaba ocupada por fuerzas de la
confederación peru-boliviana, desde su retaguardia, se apurarían a dejar las costas
perunas y regresar a valparaiso”. Le dije además que se sabía la expedición de
chileno-peruana se hallaba en lima, en cutas inmediaciones estaba el general Miller,
los generales Herrera y Moran se hallaban en Tacna al mando del ejército de la
confederación, y que él se encontraba en marcha desde el cuzco, en alcance de
ellos. “y ahora mi general agregaba al concluir mi carta, estando las cosas en este
estado, dígnese atender mi consejo franco y sincero, quédese U. en el cuzco
reuniendo y enviando recursos para su ejército y deje que Moran y Herrera le den
cuenta de los chilenos, porque si vuelve U. a meterse con ellos como en Paucarpata,
con su filosofía, lo volverá a echar a perder todo”
Carta donde indica que el general Miller había sido rechazado en un encuentro con
los enemigos en las inmediaciones de lima
Por este mismo correo el general Velasco recibió una carta del Doctor Casimiro
Olañeta, secretario general del general santa cruz en la que daba noticias nada
favorables del teatro de la guerra
Puesto que yo voy a Tarija me despedí de Estenssoro y seguí mi camino para Tarija
al llegar a la ciudad, me dirijo en primer lugar a la casa del gobernador, para
imponerme de todo lo que había. Me hablo del general trigo del pronunciamiento de
Velasco y me manifestó que había recibido una orden terminante para tomarme
preso y remitirme bien escoltado a Tupiza
Supe enseguida que al recibirse dicha orden, mi amigo el leal y excelente caballero
doctor Felipe Echazu, dijo a las personas que se hallaban en la casa del señor
gobernador “ni el, ni ningún tarijeño permitirían que se saque preso del país al
hombre que les había traído libertad”
Entre tanto en los días 15, 16, 17 en febrero de 1839 los departamentos e la paz,
Chuquisaca y Cochabamba, habían secundado ya la revolución contra el gobierno
legal del general santa cruz y la cosa era concluida
La relación del general Moran y el general Santa Cruz, el general moran, que
empezó a reconocer la quebrada arriba y abajo, descubrió con los indios del lugar
que había tres puentes dos de ellos de piedra le avisaron los mismos indios que los
generales chileno y peruano habían parado ese día, temprano con sus dos mejores
batallones y su caballería marcha para Huarez
Al fin llego nuestro ejército a Yungay y hallo al enemigo esperándolo allí por lo cual
se presenció una derrota
El general Santa Cruz debió haber sabido que venciendo el en esa campaña, nadie
se movería en Bolivia y que vencido tendría a todos en su contra menos al general
Braun y a mi
EL GENERAL SANTA CRUZ
Acabo de cumplir ochenta años 1871 soy uno de los pocos sobrevivientes de Junín
y Ayacucho la independencia de sud américa y de la fundación de Bolivia