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ADICCIONES
Jueves 24 de junio de 2010, Salón Azul, Facultad de Derecho, Universidad
de Buenos Aires
"Una mirada socio‐ sanitaria desde la Convención sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad a la luz de los fallos 'R. M. J. s/insania'"
(C.S.J.N., 12/2/2009), "Tufano, Ricardo Alberto s/internación" (C.S.J.N.,
27/12/2005) y "Arriola, Sebastián y otros s/causa nº 9080" (C.S.J.N.,
25/08/2009)
NOTANDO
1) Que el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamen‐
tales sin discriminación alguna, constituye una regla básica y esen‐
cial de las normas internacionales aceptadas por nuestro país, con
rango constitucional (art. 75 inc. 22 C. N.) y que el incumplimiento
por parte del Estado implica responsabilidad internacional
2) Que los organismos encargados de hacer cumplir la ley, en especial
el Sistema Judicial y una abogacía independiente, tienen un rol de‐
cisivo para lograr el cabal cumplimiento y respeto de dicha normati‐
va, debiéndose garantizar su cumplimiento, sea dentro del ámbito
nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; y
3) Que las obligaciones establecidas por las normas internacionales
sobre derechos humanos deben tener una especial consideración
en toda ley concerniente a personas con discapacidad mental, ‐sea
nacional o provincial‐ o en su reglamentación, así como en los sis‐
temas de servicio social y de administración de justicia.
CONSIDERANDO
1) Que toda persona que padezca una enfermedad mental y uso pro‐
blemático del alcohol y otras sustancias tiene derecho a vivir y tra‐
bajar en la comunidad, en la medida de lo posible.
2) Que toda internación psiquiátrica involuntaria debe tener un carác‐
ter excepcional: es necesario realizar todos los esfuerzos posibles
para evitar ingresos involuntarios los cuales sólo se justifican como
una instancia de tratamiento y por un tiempo limitado;
3) Que ello impone la necesidad de una reforma en el campo de la sa‐
lud mental con eje en la desinstitucionalización; que debe reorien‐
tar el modelo asistencial en salud mental, tendiendo a una necesa‐
ria expansión de la red de atención integral comunitaria, con parti‐
cipación efectiva de los usuarios y sus familias;
4) Que se debe efectivizar el derecho como ciudadanos de las perso‐
nas con discapacidad mental, procurando dar soporte y garantía a
procesos de inclusión y protección social.
5) Que para lograrlo se advierte la necesidad inexorable de articula‐
ción intersectorial de políticas y programas de las áreas de salud,
educación, trabajo, cultura, seguridad social y justicia.
DECLARAN
1) Que la Reestructuración de los Servicios de Salud Mental implica la
revisión crítica del papel hegemónico y centralizado del hospital
psiquiátrico así como el modelo de encierro vigente;
2) Que las intervenciones del sistema de salud mental ‐así como el tra‐
tamiento de adicciones‐ y del sistema judicial deben, coordinada‐
mente, proteger los derechos humanos fundamentales de estas
personas;
3) Que las personas seleccionadas por el sistema penal con discapaci‐
dad mental o que se hubiera decretado su interdicción deben ser in‐
ternados en establecimientos de salud mental de la comunidad con
los resguardos asegurados por los convenios y tratados sobre disca‐
pacidad y derechos humanos y la legislación específica y la derivada
de aquellos instrumentos, con el adecuado control de los organis‐
mos judiciales correspondientes;
4) Que los criterios y garantías en resguardo de derechos fundamen‐
tales de las personas sometidas a internaciones psiquiátricas invo‐
luntarias expuestos por la CSJN en los casos “T,R.A. s/ internación
”(27 de diciembre de 2005) y “ R., M.J. s/ insania” ( 19 de febrero de
2008 ) y "Arriola, Sebastián y otros s/causa nº 9080" (C.S.J.N.,
25/08/2009) deben ser respetados por los profesionales y técnicos
de la salud mental y aplicados rigurosamente en las actuaciones
vinculadas a los procesos de incapacidad y control de internaciones
que tramitan en sede judicial en y otros tipos de medidas de pro‐
tección.
5) Que en el marco de la protección constitucional a la libertad, la vida,
la integridad corporal ,la salud y la dignidad, se deducen principios o
derechos de los pacientes, que dan lugar a deberes específicos del
profesional de la salud mental en relación con la asistencia que les
presta y que deben garantizarse;
6) Que deben respetarse los principios vinculados con las restricciones
a la libertad de la persona afectada por un trastorno mental, orien‐
tadas a su cura y rehabilitación;
7) Que siempre deben respetarse los principios vinculados al Debido
Proceso, para la protección de la persona con problemas mentales
contra internaciones arbitrarias, en especial: a) Garantías procesa‐
les y judiciales vinculadas al principio de inmediación‐inmediatez; b)
Derecho al debido proceso de internación psiquiátrica y c) Control
jurisdiccional sobre las condiciones de la internación;
8) Que el consumo de drogas no puede ser considerado como delito.
Se trata de una problemática de naturaleza sociosanitaria que exige
políticas públicas enmarcadas en este contexto, que incluyan según
los casos estrategias de reducción de riesgos y de daños y
9) Que, en especial, el sistema de justicia debe concretar la transición
del paradigma de la defensa social ‐basado en las nociones de in‐
imputabilidad, peligrosidad e incapacidad del sujeto‐, hacia el para‐
digma de la garantía de los derechos humanos, en el cual se busca
garantizar el derecho a la asistencia, a la salud , al trabajo y al trato
humanizado del la persona con trastorno mental en general, y en
particular, frente al nuevo desafío de estos tiempos, garantizar el
acceso a hospitales generales y a servicios de emergencia ‐ en calle
y en domicilio‐ en los casos de desintoxicación de quienes hacen
consumo problemático de alcohol y otras drogas.
10) Que todo establecimiento penitenciario deberá contar con un servi‐
cio de salud mental compuesto por profesionales expertos entre
ellos, aquellos que deben intervenir en la inclusión social de las per‐
sonas privadas de su libertad;
Por lo tanto:
INSTAN
1) A la elaboración e implementación de un Plan de Atención Integral
de Prevención, Asistencia e Inclusión en el campo de la salud mental
y las adicciones, que proponga la intervención coordinada del Go‐
bierno Nacional con los Gobiernos Provinciales;
2) A que la autoridad sanitaria extreme los recaudos en la habilitación
y el control de la calidad de las prestaciones que se le brindan a per‐
sonas con discapacidad mental y/o con uso problemático del alco‐
hol y otras drogas en los establecimientos asistenciales a fin de ga‐
rantizar no solamente el cumplimiento de la normativa vigente en la
materia sino también a que la atención que brinden los profesiona‐
les se ajuste a los protocolos aceptados por las autoridades científi‐
cas en la materia;
3) A que el Estado suministre los recursos necesarios y eficaces para
evitar y reparar las infracciones o violaciones a los derechos huma‐
nos aplicables al sector de salud mental;
4) A que las instituciones que se ocupan de la administración de justi‐
cia cuenten con una adecuada financiación. Para lo cual debe pre‐
verse un nivel elevado de asistencia técnica. Deben garantizarse que
las personas de escasos recursos puedan acceder al reconocimiento
de sus derechos, sin perjuicio de la creación de redes entre los dis‐
tintos operadores jurídicos, en colaboración con otros sectores para
proveer determinados servicios médicos y sociales.
5) En tal sentido, se exhorta a dicha instituciones a que los jueces
competentes, como órgano de revisión para evaluar la admisión o
retención fundadas del paciente mental en el lugar de internación,
debe tener a su disposición a uno o más profesionales capacitados
en materia de salud mental, que deben ser independientes de la
institución que prevé internar a la persona y de los parientes del
mismo.