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Apéndice

Las hipotéticas funciones que podría realizar el apéndice van desde la linfática, exocrina o endocrina hasta la
neuromuscular. Sin embargo, la mayoría de los médicos y científicos sostienen que el apéndice carece de una
función significativa, y que existe fundamentalmente como un órgano vestigial remanente de un ciego mayor
para digerir celulosa, encontrado en nuestros ancestros herbívoros. Sin embargo, algunos apuntan que
la glándula pineal, de la que recientemente (alrededor de 1960) se descubrió que produce importantes
sustancias químicas como la melatonina, también era considerada anteriormente un resto vestigial sin función.
Investigaciones recientes han demostrado que en los lactantes menores funciona como válvula de escape
para los gases, ya que su alimentación es plenamente láctea; esto denota la base tan amplia que posee el
apéndice cecal, a esta edad, la cual se va obliterando cuando viene la ablactación, por ende el riesgo de
obstrucción con fecalitos es muy bajo y el desarrollo de apendicitis aguda es de menor incidencia en menores
de 10 años de edad.
Función inmune

Algunos científicos han propuesto recientemente que el apéndice puede albergar y proteger a las bacterias
que benefician la función del colon humano.

El profesor de fisiología de la Universidad Estatal de Oklahoma, Loren G. Martin, sostiene que el apéndice
tiene una función en fetos y adultos. Se han encontrado células endocrinas en el apéndice de un feto de 11
semanas que contribuyen al control de los mecanismos biológicos (homeostasis)". En adultos, Martin sostiene
que el apéndice actúa como órgano linfático, sugiriendo que podría tener una función en el sistema linfático.
Zahid12 sugiere que si tiene una función, sería tanto para crear hormonas en el desarrollo fetal así como para
desarrollar el sistema inmune, exponiendo al cuerpo a antígenos para que así puedan producir anticuerpos.
Señala que los médicos en la última década han dejado de extirpar el apéndice como precaución rutinaria,
porque puede ser trasplantado en el tracto urinario para reconstruir el músculo del esfínter y reconstruir una
vejiga funcional.
Fisiopatología de la apendicitis desde la obstrucción. Hasta la perforación

El problema generalmente ocurre cuando el apéndice resulta bloqueado por heces, un cuerpo extraño o, en
raras ocasiones, por un tumor. Es una patología que se debe tratar quirúrgicamente Si el apéndice se rompe
antes de la cirugía, la recuperación puede tardar más tiempo. También es más probable que se presente otros
problemas, tales como: Un absceso, obstrucción del intestino, infección dentro del abdomen (peritonitis) e
infección de la herida después de la cirugía.

Historia natural de la enfermedad:

¿Por qué no se presenta apendicitis en recién nacidos y hasta que edad se empieza a presentar?

La noción de la existencia de la apendicitis en los niños muy pequeños data de unos cincuenta años.

La primera edad es el período de la vida en que la apendicitis se observa ccn menor frecuencia. Se
acostumbra invocar, como causa de esta rareza, algunas particularidades anatómicas de la región íleocecal
del lactante, tales como el gran desarrollo de la válvula de G-erlach, la anchura de la luz apendicular, etc

La apendicitis en recién nacidos, por más interesante que parezca, no pasa de ser casos muy raros.

Favorecen la aparición de la apendicitis en el lactante algunas predisposiciones congénitas del apéndice, la


herencia, la lactancia artificial y sobre todo los cambios introducidos en la alimentación. La apendicitis es rara
en el niño criado exclusivamente al pecho; en cambio, la alimentación defectuosa, el empleo de una leche mal
preparada o fermentada, de papillas indigestas son la causa de trastornos digestivos y de apendicitis.

En efecto, el mayor número de apendicitis obsérvase entre seis y nueve meses, período de las primeras
papillas, y un recrudecimiento entre diez y siete meses y dos años, cuando la alimentación del niño es ya más
parecida a la del adulto, cuando empieza a comer carne.
“Según Kirmisson y Guimbellot y Bérard, los trastornos digestivos constituyen el factor etiológico más
importante de las apendicitis del lactante.

Tanto en el lactante como en el niño más crecido, el apéndice puede estar interesado en el curso de
enfermedades infecciosas, tales como: sarampión, escarlatina, erisipela, etc. La infección primitiva radica
muchas veces al nivel de la faringe, y en algunos lactantes afectos de rinofaringitis, de adenoiditis, de angina,
vemos presentarse una crisis apendicular; pero este factor etiológico no viene a ser muy importante, dada la
frecuencia de las infecciones rinofaríngeas del lactante y la escasa frecuencia de la apendicitis

¿Cómo realizar dx diferencia con adenitis mesentérica?

Se puede presentar el mismo cuadro que una adenitis mesentérica por una amigdalitis. La diferencia es la
odinofagia.

La AM es una de las patologías que con mayor frecuencia se puede confundir con una Apendicitis Aguda
(AA). Se caracteriza por una sintomatología muy similar a la de la AA y en el acto quirúrico se encuentran
linfonodos mesentéricos con signos inflamatorios sin otros hallazgos patológicos. Clínicamnete es imposible
diferenciarla de una AA, los exámenes como el recuento de blancos y PCR no son capaces de discriminar ya
que pueden estar aumentados o normales. La ecografía en este caso es de gran utilidad ya que puede
detectar las adenopatías (diámetro menor mayor a 8 mm.) y a veces la visualización de un apéndice sin
signos inflamatorios. Hay que recordar que en una AA se pueden encontrar adenopatías, pero en ese caso el
apéndice presenta signos inflamatorios.

¿Puede coexistir adenitis mesentérica y apendicitis?

Sí, pero hay una probabilidad muy baja.

¿Causas de obstrucción apendicular en el adulto mayor?

Hiperplasia linfoidea, taponamiento del apéndice por un apendicolito, infestaciones (Ascaris


lumbricoides, Enterobius vermicularis o larva de Taenia), tumor, dieta baja en fibra.

¿En dónde buscamos el punto apendicular de acuerdo a los meses de embarazo?

 Punto de McBurney. Al tratar de recostarse del lado derecho de tu cuerpo, sentirá el dolor más intensamente.
Es posible que también se sienta dolor cuando te pongas de pie o te
muevas.
 Algunas mujeres experimentan dolor cuando se ponen de pie porque
tienen un ligamento redondo excesivamente estirado (algo que puede
suceder durante el embarazo). Sin embargo, este tipo de dolor se
desvanece en el espacio de unos momentos. El dolor de apendicitis, por
el contrario, no se desvanece, así que así es como puedes distinguirlos.
 Las mujeres que tienen 28 semanas de embarazo en adelante sentirán
dolor justo debajo de la costilla más baja del lado derecho. Esto es porque, a medida que tu bebé y tu vientre
crecen, tu apéndice se mueve. En lugar de estar ubicado entre tu ombligo y tu cadera derecha (en el punto de
McBurney), se moverá hacia arriba por tu abdomen de forma que esté presionado justo debajo del lado
derecho de tu caja torácica.
¿Dónde se realiza la incisión en apendicitis de acuerdo a los meses de embarazo?

Incisión paramedia derecha que se extenderá más hacia arriba en dependencia de las semanas de gestación.

Generalmente se realiza en el punto de máxima sensibilidad.

La incisión de Mc Burney puede ser realizada en cualquier trimestre30 siempre que se esté seguro del
diagnóstico y la zona de máxima sensibilidad esté ubicada en este lugar.

En dependencia de las características del apéndice y las condiciones locales se procederá de la siguiente
forma:

- Apendicitis aguda no complicada: apendicectomía.

- Absceso apendicular: drenaje extraperitoneal en el sitio más declive.

- Apendicitis perforada en la punta con peritonitis localizada: apendicectomía y drenaje.

- Apendicitis perforada en su base con peritonitis generalizada: apendicectomía con cecostomia por sonda.

- En embarazos próximos al término, si el útero tiene características sépticas, teniendo en cuenta que es
importante la presencia de un ginecoobstetra de experiencia, valorar la realización de cesárea e
histerectomía.

- La histerectomía se decide sobre la base de indicaciones obstétricas y del grado de peritonitis.

- En todas las peritonitis se realizan lavados abundantes y se deja drenaje.33

La tocolisis no se recomienda rutinariamente a no ser que existan contracciones uterinas demostradas. 33

Actualmente se plantea la realización de apendicectomía laparoscópica como segura y eficaz cuando son
realizados por personal con adiestramiento y experiencia.

Factores de riesgo para absceso hepático amebiano y bacteriano

Existe mayor riesgo en el género masculino en una proporción de 10 hombres afectados por 1 mujer (según
algunos textos). No se sabe por qué es más común en este género; se piensa que la ingesta de alcohol (más
de 150 g al día) altera la función de las células del hígado y pudiera alterar su sistema inmunológico
(defensas). Ocurre con mayor frecuencia entre los veinte y cincuenta años. En el mundo, los países en donde
más se reportan casos son México e India. Otros factores de riesgo son: la desnutrición, la edad avanzada, el
embarazo, el uso de medicamentos como esteroides, el cáncer, o las defensas bajas por infección por VIH o
alguna otra causa.

¿Cuándo intervenir un absceso hepático?

Los pacientes que tengan síntomas y datos clínicos de este padecimiento tienen que ser hospitalizados, el
manejo es con medicamentos por vía intravenosa específicos para eliminar la ameba, si el absceso es mayor
en la tomografía o ultrasonido a 5 cm. se puede sugerir según el caso el drenaje quirúrgico del mismo. El
tratamiento se ajusta de acuerdo a la evolución y otras enfermedades concomitantes que pudiera tener el
enfermo.

¿Cómo tratar un absceso hepático post drenaje y como evitarlo?


Se recomienda el abordaje interdisciplinario, con base en los factores de riesgo y el cuadro clínico sospechar
la entidad ya que esto ha disminuido la mortalidad.

Se ha demostrado que el drenaje percutáneo viene acompañado de una duración doble de estancias
hospitalarias que los drenajes a cielo abierto, sin embargo, la tasa bruta de mortalidad es muy similar entre
ambos procedimientos: aproximadamente 15%. El drenaje quirúrgico está indicado en casos de abscesos
voluminosos o numerosos, o si el contenido del absceso es muy viscoso—lo que tiende a obstruir el catéter
subcutáneo—, si hay enfermedades asociadas o si el drenaje percutáneo no ha dado resultados de mejoría.

Durante la aspiración o tratamiento quirúrgico de quistes de una hidatidosis, se debe ejercer extremada
cautela para evitar romper los quistes, con la consiguiente liberación de protoscolices a la cavidad peritoneal.

El tratamiento de los abscesos hepáticos por Candida exige, por lo general, la administración prolongada
de anfotericina B, pero se han descrito casos de tratamiento satisfactorio con fluconazol tras un ciclo inicial de
anfotericina

Describe la técnica de pringle y su utilidad:

La descripción en 1908 de Pringle sobre su experiencia con pacientes traumatizados y su técnica de control
vascular del hilio hepático "maniobra de Pringle", constituyó un punto de inflexión en el abordaje quirúrgico del
traumatismo hepático. La mejora progresiva de las técnicas de cirugía hepática y la experiencia quirúrgica
desafortunadamente acumulada a través de dos guerras mundiales, contribuyeron a un espectacular
descenso de la mortalidad por traumatismo hepático.

Maniobra de Pringle: corresponde al control vascular del hilio hepático. En los casos en que no se logre
control del sangrado se debe sospechar lesión de venas suprahepáticas o de la cava retrohepática.

Tipos de lesiones hepáticas traumáticas y como se tratan:

Laceraciones menores: En la mayoría de los casos es suficiente con la ligadura de algún pequeño vaso o
conducto biliar o sutura hepática con puntos tipo colchonero. Es importante destacar que estas laceraciones
no es necesario cerrarlas.

Laceraciones mayores: Se puede realizar hepatorrafia, pero tiene el riesgo de necrosis del parénquima con
posterior formación de absceso. Cuando la causa del sangrado se origina a partir de una herida punzante, se
puede realizar una hepatotomía; la cual se logra realizando una disección roma del tejido hepático en el
trayecto de la herida hasta encontrar y ligar el vaso causante del sangrado. Lo anterior se puede
complementar con un taponamiento con epiplón. La ligadura arterial selectiva es posible debido a la alta
saturación de oxígeno de la sangre portal y por la existencia de flujo colateral arterial entre lóbulos; estaría
indicada en los casos en que la maniobra de Pringle ha sido efectiva. La resección hepática es un
procedimiento que condiciona una elevada morbimortalidad (20-40%) y está indicada sólo si existe total rotura
de un segmento o lóbulo y es la única técnica que puede controlar el sangrado.2

Lesiones venosas: Son las más graves y tienen una mortalidad superior al 50%. Entre las maniobras
descritas para controlar el sangrado se describe el aislamiento vascular hepático, el cual se logra realizando
un control vascular de la vena cava inferior supra e infrahepática, seguido de la maniobra de Pringle; con ésto
logramos un control vascular hepático global. En los casos de lesiones de vena cava retrohepática se puede
realizar un shunt entre la vena cava inferior y la aurícula derecha, mediante el uso de un tubo endotraqueal.

Con respecto a los hematomas hepáticos su manejo va a depender de su localización y de si su origen es


venoso o arterial.
- Hematoma intrahepático: habitualmente sólo deben observados.

- Hematoma subcapsular: los de origen venoso se suelen taponar con rapidez y no plantean
amenaza de una rotura espontánea. Los de origen arterial se expanden de forma constante, por lo
que se debe ligar la arteria del lóbulo correspondiente. Si se ubican en la cúpula, primero se liga la
arteria del lóbulo con mayor extensión y si continúa la expansión se debe ligar también la arteria
contralateral.

- Hematoma retrohepático: se deben observar a menos que se trate de una lesión arterial. Si
existe desgarro peritoneal puede suturarse con epiplón.

- Hematoma infrahepático: se deben explorar porque se puede pasar por alto una lesión de vía
biliar principal.

Pasos de seguridad para la colecistectomia abierta y laparoscópica

No hay enemigo pequeño y, en las intervenciones más fáciles y debido al exceso de confianza, también se
pueden producir daños iatrogénicos en la vía biliar. Nadie está ‘vacunado’ contra las lesiones iatrogénicas y
está demostrado que, aun cirujanos de mucha experiencia, pueden cometer errores y que en aguas
aparentemente tranquilas también pueden aparecer nuestros más grandes enemigos.

Se debe operar bien acompañados, ojalá siempre con un cirujano que tenga experiencia en la técnica a
realizar. Se debe procurar siempre operar en clínicas donde se disponga de buenos recursos tecnológicos,
por lo menos, donde se pueda practicar la colangiografía intraoperatoria (catéteres de colangiografía, equipo
de radiología, cámaras con buena resolución). Se debe tener un bajo rango de conversión a cirugía abierta.
La arrogancia y la inexperiencia son una mezcla peligrosa en un cirujano.

Escala de Bismuth.

H. Bismuth (1982) ha establecido la clasificación que aparece ilustrada en los diagramas, clasificación que se
basa en la ubicación de la lesión, la cual es particularmente en la actualidad, cuando las lesiones iatrogénicas
de la vía biliar se han hecho más frecuentes con la popularización de la colecistectomía laparoscópica.

Tipo 1. Estrechez baja del colédoco, el segmento proximal es > 2.0 cm de longitud.

Tipo 2. Estrechez a nivel de la porción media del colédoco; el segmento proximal <2.0 cm de longitud.

Tipo 3. Estrechez alta con la confluencia de los hepáticos intacta: el hepático común no existe. Hay
comunicación, por encima de la confluencia, entre los dos canales hepáticos.

Tipo 4. La estrechez hiliar interrumpe la comunicación entre los dos canales hepáticos.

Tipo 5. Cuando el trauma involucra una distribución anómala de las ramas segmentarias derechas, uno de
estos dos canales puede ser separado del tracto biliar por la estrechez.

Escala de Strambert

Escala de Ballesta

Tipo I. Lesiones laterales e incompletas del hepático o colédoco sin pérdida de sustancia y producidas por
instrumentos sin coagulación (fríos).
Tipo II. Lesiones completas y limpias del hepático o colédoco, sin pérdida de la estructura biliar, y producidas
por sección (sin coagulación).

Tipo III. Lesiones parciales o completas producidas por electrocoagulación o clips que conllevan fibrosis
cicatrizales posoperatorias

Tipo IV. Lesiones con resección o amplia pérdida de tejido del conducto hepático o colédoco.

Tipo V. Lesiones del hepático derecho.

Tipo VI. Lesiones tardías de la VBP por reacción cicatrizal a la coagulación.

Grados de Tokio para la colecistitis

Describe brevemente la hepato-yeyuno anastomosis para la reconstrucción de la vía biliar:

Lesión de la vía biliar extra hepática

Colédoco o hepático yeyuno anastomosis término lateral en Y de Roux, es la operación de elección, con
mejores resultados a largo plazo, realizada con suturas absorbibles que producen reacción mínima
(polifilamento de ácido poliglicólico). Cuando la aposición de la mucosa es difícil o cuando el diámetro del
conducto es pequeño, la colocación de una férula, ya sea una sonda transhepática, sonda transintestinal, o
férula intraluminal están descritas. En la mayoría se utiliza una sonda en T, pudiéndose realizar
colangiografías a través de la sonda en el postoperatorio. Si se logra una anastomosis en conductos no
isquémicos ni infectados y de buen calibre, puede prescindirse de la utilización de sondas.

Describe las escalas de bisap.


Marshall.

Apache
Esquematiza la escala de petrov y baltazar para pancreatitis
Indicaciones quirúrgicas en Pancreatitis aguda

Existen varias indicaciones claras de intervención quirúrgica en los pacientes con pancreatitis aguda grave
(PAG): perforación de víscera hueca, isquemia intestinal, hemorragia intraabdominal, y síndrome
compartimental abdominal.

En la PAG, el importante proceso inflamatorio a nivel del retroperitoneo conduce a la formación de colecciones
líquidas peripancreáticas y necrosis pancreática, la cual perpetúa el síndrome de respuesta inflamatoria
sistémica (SRIS), produciéndose una PA necrotizante estéril, con mortalidad en torno al 10%. El tejido
necrótico puede contaminarse con microorganismos entéricos, produciéndose entonces una PA necrotizante
infectada, de mal pronóstico, con cifras de mortalidad del 30 al 80% según las series, y de hasta el 100% si el
tratamiento es exclusivamente conservador (médico).

Basándose en lo anteriormente expuesto, y en base a los resultados de los estudios realizados [2-7], la
necrosis pancreática infectada se considera una indicación absoluta de tratamiento quirúrgico, con cifras de
mortalidad entre el 15-25% en centros especializados (tabla VIII).

Tabla VIII. Objetivos de la cirugía en la necrosis pancreática infectada


Retirada de detritus y exudado pancreático de espacio retroperitoneal y cavidad
peritoneal
Retirada del tejido necrótico pancreático y peripancreático infectado
Prevervar la mayor cantidad posible de parénquima pancreático sano
Evaluación postoperatoria de los detritus y exudados pancreáticos mediante
drenaje cerrado

Grados de lesión esplénica. Periodo de baudel y muerte súbita por hematomas Sub capsulares en
bazo
Esplenosis.

La esplenosis se define como el autotrasplante heterotópico de tejido esplénico como resultado de una rotura
del bazo por trauma o cirugía. Es una condición benigna y de hallazgo casual, aunque en ciertas ocasiones
las pruebas de imagen puedan orientar a malignidad simulando tumores renales, linfomas abdominales y
endometriosis, entre otros.

Hiperesplenisno

Estado de hiperfunción del bazo que se caracteriza por producir:

 Esplenomegalia
 Disminución variable de la celularidad hemática (hematíes, plaquetas, leucocitos).
 Aumento de células inmaduras en sangre.
 Médula ósea normal o con hiperplasia productora para compensar la destrucción esplénica.

El hiperesplenismo se produce por acumulación de la celularidad sanguínea en el bazo o por aumento de su


destrucción al estar recubiertos de anticuerpos.

No toda esplenomegalia comienza con hiperesplenismo, pero sí todo hiperesplenismo cursa con
esplenomegalia. Es obvio que el hiperesplenismo desaparece, y se normalizan los parámetros citados, tras
una esplenectomía.

Esplenomegalia:

Incremento del tamaño de bazo mayor a sus dimensiones normales, (en el adulto son 12 × 7 × 3.5 cm) con un
peso aproximado de 150 g y un volumen de 300 m
Momento de aplicar la vacuna ante una esplenectomía

Después de la cirugía

Mano traumática y cuando reparar tendones

LESIONES TENDINOSAS DE LA MANO

Estas pueden ocurrir a nivel de los tendones extensores o flexores.

Lesiones de los tendones extensores Ocurren habitualmente por heridas en el dorso de la mano o dedos y,
en estos casos, el tratamiento de la herida como tal será primordial.

Tratamiento Es quirúrgico y consiste en realizar una sutura terminoterminal. La sutura primaria (inmediata)
está indicada en caso de heridas cortantes limpias que permitan la sutura terminoterminal con cierre de la
herida, seguido de una inmovilización de tres semanas con la muñeca en extensión y leve flexión de los
dedos. En caso contrario, debe tratarse la herida y luego realizar la reparación tendinosa, en forma diferida.

La ruptura del extensor pollicis longus puede ocurrir en forma espontánea (en artritis reumatoide o secundaria
a una fractura de Colles) y su reparación debe hacerse precozmente ya que este tendón se retrae
rápidamente y su reparación puede ser difícil si la cirugía se realiza tardíamente. Puede ser necesario efectuar
una transposición del extensor propio del índice para su reparación.

Lesiones de los tendones flexores Tienen un pronóstico mucho peor, ya que aun en las mejores
condiciones de tratamiento, sus resultados funcionales pueden ser malos.

Tratamiento Es quirúrgico y lo fundamental es hacer el diagnóstico y tratar la herida .Se puede realizar la
reparación primaria del tendón flexor cuando se reúnan las siguientes condiciones:

 Ambiente quirúrgico con pabellón adecuado, instrumental específico, tiempo


necesario para esta reparación que puede tomar horas.
 Cirujano con experiencia en cirugía de mano.
 Anestesia adecuada.
 Uso de manguito de isquemia controlado.
 Herida cortante limpia.

RUPTURA DEL TENDON DE AQUILES

Se produce en forma espontánea en pacientes alrededor de los 40 años o más, realizando algún deporte o al
subir un escalón. Típicamente el paciente siente «que alguien le lanzó una piedra al talón», quedando con
incapacidad funcional y dolor moderado.

Tratamiento Puede ser ortopédico o quirúrgico. El tratamiento ortopédico está indicado en personas mayores,
sin exigencias físicas o deportivas. Consiste en bota larga de yeso con tobillo en equino y rodilla en flexión por
tres semanas, y luego tres semanas bota corta de yeso para continuar con rehabilitación hasta lograr una
movilidad normal del tobillo. El tratamiento quirúrgico se prefiere en pacientes más jóvenes, con actividad
deportiva. Consiste en una sutura con material firme terminoterminal, procurando cerrar la vaina sinovial que
envuelve el tendón. En el postoperatorio debe continuar con una inmovilización similar al del tratamiento
ortopédico. El tratamiento quirúrgico da mayor seguridad y tiene menor posibilidad de una nueva ruptura.

RUPTURA DEL TENDON LARGO DEL BICEPS

Se produce en forma espontánea, en pacientes mayores, habitualmente con una historia de tendinitis previa o
de hombro doloroso. El tratamiento, habitualmente, es conservador ya que no produce alteraciones
funcionales. En algunos pacientes la deformación estética puede ser indicación de cirugía, pero la masa
muscular disminuye espontáneamente con el tiempo y la rehabilitación asegura una función adecuada.

RUPTURA DEL TENDON DEL CUADRICEPS Y DEL TENDON ROTULIANO

La ruptura de estos tendones ocurre al producirse una fuerte concentración del cuádriceps con la rodilla en
flexión. Se ve en pacientes mayores o con patología basal (por ejemplo, artritis reumatoide, lupus). El paciente
presenta dolor e incapacidad en extender su rodilla. Se palpa una depresión por sobre la rótula en la ruptura
del tendón del cuádriceps o por debajo de la rótula en la ruptura del tendón rotuliano. El tratamiento es
quirúrgico reforzando la sutura con fascia e inmovilización por cuatro a seis semanas con rodillera de yeso
seguido de una adecuada rehabilitación.

Como reparar las diferentes lesiones de punta de dedo

Se debe realizar un examen físico dirigido a buscar y descartar alteraciones vasculares, nerviosas y motoras,
buscando de esta forma un mejor enfoque
de la patología.

 Lavado
 Torniquete digital
 Bloqueos digitales
 Clasificación de lesión
 Una vez realizada la clasificación. El manejo quirúrgico de las lesiones de punta de dedo se puede
realizar de la siguiente forma:
1. Pérdida de tejido blando sin exposición ósea menor al 50% y zona I de Allen
2. Pérdida de tejido blando sin exposición ósea mayor al 50%
3. Pérdida de tejido blando sin exposición ósea mayor al 50%

Donde hacer bloqueo troncular en mano

Con el bloqueo digital se logrará la anestesia del dedo afectado y, con ello, la disminución de la ansiedad del
paciente traumatizado. Esto permitirá manipular la extremidad y evaluar adecuadamente la lesión.

Para realizar el bloqueo digital se debe tener en cuenta la ubicación de los nervios colaterales radial y cubital,
los cuales, en teoría, se encuentran trazando una línea imaginaria en la separación entre la cara dorsal y
palmar de los dedos de la mano.

Se busca infiltrar cerca de cada nervio colateral aproximadamente 1 ml de anestésico local sin epinefrina,
haciendo, además, un habón dorsal para anestesiar las ramas sensitivas de esta región y siempre aspirando,
debido a la vecindad entre cada nervio colateral y su arteria respectiva.

Con la infiltración de 1 ml de lidocaína al 1% sin epinefrina se logrará la anestesia del dedo afectado en un
promedio de tres a cinco minutos, con una duración máxima del bloqueo de 30 a 45 minutos; durante este
tiempo se estima que se debe realizar el respectivo manejo.

Se debe tener precaución en la cantidad de anestésico infiltrado alrededor de la circunferencia digital, puesto
que se puede ver comprometido el drenaje venoso y ocasionarse un síndrome compartimental en el dedo
afectado.

Bibliografía:
 Revista Medica Hondureña. Apendicitis del lactante. Disponible en:
http://cidbimena.desastres.hn/RMH/pdf/1935/pdf/A5-4-1935-4.pdf
 Clinical Differentiation between Acute Appendicitis and Acute Mesenteric Lymphadenitis in Children.
Toorenvliet B, Vellekoop A, Bakker R, Wiersma F, Mertens B, Merkus J, Breslau P, Hamming J. Eur J
Pediatr Surg. 2010 Dec 14.
 Colecistectomía laparoscópica difícil, estrategias de manejo. Fernandez L, et al. Rev Colomb Cir.
2013;28:186-95
 Franco A. Iatrogenia en cirugía. ¿Cómo evitarla? Rev Colomb Cir. 2006;21:15-22.
 Mercado MA; Lesiones en vías biliares; Editores de Textos Mexicanos, México, 2005:37-88
 Cervantes J, Chousleb A, Shuchleib S; Complicaciones en cirugía laparosópica y toracoscópica. Edit
Alfil, S.A. de C.V. México, 2007; 53-74.
 Manejo inicial de las lesiones de punta de dedo. Carlos Torres-Fuentes, et al. Rev. Fac. Med. 2014
Vol. 62 No. 3: 355-362

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