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El repertorio emocional del bebé se amplía de nuevo entre los seis y nueve
meses, cuando aparecen la timidez, el miedo a los desconocidos y el miedo a ser
separados de las personas que se ocupan de él. Antes de este momento, los bebes están,
por lo general, cómodos con cualquier adulto que se ocupe de ellos, pero después ese
momento es muy probable que tengan miedo de estar con quien no sea su madre, su
padre o cualquier otra persona que se haya ocupado de él.
A los dos años de edad, las emociones se hacen más complejas todavía. En
este momento, muchos bebés actúan de forma culpable cuando no se han portado bien y
parecen sentir vergüenza ante el fracaso. Los niños de dos años son criaturas muy
sociales, que se han creado fuerte apego con sus padres y con otras personas que los
cuidan La fuerza del apego se manifiesta de varias formas. Por ejemplo, ya hacia los seis
meses de edad el niño se aferra y hace lo que sea para estar cerca de sus padres. A veces,
no le parece suficiente estar muy cerca de ellos; pide que sólo le presten atención a él; en
caso de ausencia de los padres muestran su ansiedad con llanto, nerviosismo y gritos.
A los dos años las emociones positivas y negativas, están bastante desarrolladas,
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pero se vuelven más intensas en el periodo preoperatorio, entre los 2 y los 7 años. La
elaboración de las emociones en su mayor parte corresponde al desarrollo cognitivo.
Los cambios sociales más notables durante este período se producen en las
relaciones con sus compañeros. A los dos años de edad ya se dedican al juego solitario. Es
decir, juegan solos, aunque haya otros niños delante. La frecuencia de este tipo de juego
disminuye rápidamente entre los dos y cinco años.
Hacia los dos años la mayoría de los niños y niñas empiezan a actuar de
forma sexualmente tipificada. Los niños tienden a jugar con camiones, aviones y cubos de
construcción: las niñas juegan fundamentalmente con muñecas, peluches y ropas. A esta
precoz edad parecen ser conscientes de su propio sexo y entienden los estereotipos
sexuales de su cultura respecto de la ropa, las profesiones y las diversiones.
¿Y el desarrollo cognitivo?
El niño se relaciona con la realidad a través de las sensaciones y los movimientos motores. En esta etapa, el n
incapaz de razonar con símbolos mentales.
Entre los 2 y los 7 años – cuando el niño ve las cosas sólo desde su propio
punto de vista – se va haciendo cada vez más consciente de sí mismo como persona, lo
que lleva a conflictos y problemas con los demás. Para comprender los puntos de vista
ajenos necesita las estructuras de las operaciones concretas. En el nivel de pensamiento
pre operativo el niño se ve obligado a obedecer las reglas establecidas por quienes tienen
autoridad sobre él, fundamentalmente sus padres. Los valores y las obligaciones morales
se vinculan con la obediencia a las reglas y no tanto con las propias intenciones. En la
etapa de las operaciones concretas, entre los 7 a 11 años, el pensamiento es más flexible y
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general y los niños se comportan de acuerdo con las convenciones y expectativas de los
demás. Está claro que muy pocos pensamientos o acciones con netamente intelectuales;
casi todos tienen un contenido emocional.
(Fuente: El desarrollo social y afectivo en los niños de primer ciclo básico. Tesis, Facultad de Educación,
Universidad Mayor, Santiago, 2004. Por Mónica Álvarez, María M. Becerra, Fabiola Meneses. Prof. Guía:
Bartolomé Yankovic)