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EL AMOR: EL ARMA SECRETA DE LOS MEJORES LÍDERES

Los mejores líderes tienen un arma secreta que los mantiene decididos

durante los momentos más difíciles y a través de todas las

adversidades. Un arma que los ayuda a perseguir la mejora continua, a

solo entregar su mejor trabajo y a siempre buscar contribuir

positivamente en la vida de todas las personas. Esta arma es el amor.

Si, amor. Un amor profundo e intenso por todos y cada uno de los

miembros de las personas que lidera. Es un amor sincero; basado en

un genuino interés en sacar la mejor versión de las personas que lo

rodean.

EL AMOR BASE PARA EL DISCIPULADO

A lo largo de toda la escritura, vemos como Dios nos manda a negarnos

a nosotros mismos en pos de amar a los demás, y nos da múltiples

ejemplos de personas que dedicaron su vida a hacer esto (así como

también de muchas que hicieron precisamente lo contrario). Una de las

grandes características que tenemos que tener como cristianos y líderes

es el poder estar atento a las necesidades que tienen los que nos

rodean. Al momento de la regeneración –nuevo nacimiento–, Dios nos


da un nuevo corazón sensible y que se conmueve frente a las

necesidades de las personas, y que tiene el deseo de que todos puedan

adorar al Señor.

Y yo os voy a mostrar todavía un camino por excelencia. Con estas

palabras, Pablo introduce el Capítulo del Amor (1 Co. 13). Lo que dice

es que la mera posesión de los dones no es tan importante como

ejercitar estos dones en amor. El amor piensa en otros, no en el yo. Es

maravilloso ver a un hombre destacadamente dotado por el Espíritu

Santo en su liderazgo, pero aún más maravilloso que este hombre

emplee este don para edificar a otros en la fe, no para atraer la atención

sobre sí mismo.

AMOR INTENCIONAL A LAS OVEJAS DEL SEÑOR

El amor a las ovejas del Señor es indispensable para el líder cristiano,

porque el liderazgo en Cristo se trata de un servicio a nuestros

hermanos en la fe. Pero, el amor a las ovejas del Señor tiene que ser

intencional, por tres razones:

Muchas ovejas no inspiran al líder como para que las ame y sirva.

El líder cristiano es una persona imperfecta que tiene que batallar con

su propio corazón egoísta y orgulloso.


El amor al prójimo no es un sentimiento natural sino un mandamiento

del Señor que requiere de una decisión del líder.

El líder cristiano ha de amar a las ovejas del Señor, no porque le nace

amarlas sino porque en obediencia a la Palabra de Dios decide hacerlo.

AMOR A DIOS

Todas las cualidades antes mencionadas quedarían eclipsadas si un

líder cristiano no fuera motivado por un profundo amor a su Dios. En tal

caso todo lo demás sería sólo apariencia. La pregunta más importante

que todos los que ejercemos algún liderazgo debemos hacernos hoy y

siempre es:

¿Amo a Dios con todo mi corazón, mi alma, mi mente y mis fuerzas?

Porque nuestro amor a Dios es el motor que debe mover todo nuestro

liderazgo. Cualquier otra motivación sería egoísta y por lo tanto

abominable delante del Señor. Si no nos motivara el amor a Dios,

cualquier éxito sería fatal para nosotros mismos, porque nos llenaría de

auto complacencia, arrogancia o adicción a la religión.

El éxito en la obra de Dios, llena al líder de auto complacencia cuando

lo hace por amor a sí mismo. También le produce arrogancia cuando lo

motiva un espíritu competitivo. Y la adicción a la religión se produce


cuando el líder solamente usa el liderazgo como un escape a sus

propios problemas y no por un profundo deseo de ver a Dios

complacido.

EL DICTATORIAL Y EGOÍSTA: DIÓTREFES - LIDERAZGO SIN AMOR

ES UNA TRAGEDIA

Juan había escrito a la iglesia, pero su carta fue interceptada por un

hombre llamado Diótrefes, que tenía un concepto desmedido de su

propia importancia. Era virtualmente un dictador en la asamblea. Su

pecado era orgullo de posición, un ego hinchado y unos violentos celos

por lo que consideraba sus propios derechos, que indudablemente

defendía como la autonomía de la iglesia local. Ningún mero hombre

tiene derecho a asumir el mando, a tomar decisiones, a recibir o a

rehusar. Estaba haciendo un gran daño a la verdad al rechazar al

apóstol con el pretexto de fidelidad a Dios. Y no sólo rechazaba a Juan,

sino también a otros hermanos. Además de rehusar a estos verdaderos

creyentes, excomulgaba a los que sí los recibían. Era un ser

enloquecido por el poder, tratando de denigrarlos con palabras


malignas. Un líder cristiano exitoso pero ensoberbecido, es en realidad

un líder fracasado.

LA COMPASIÓN DE DAVID MOSTRADA A MEFI-BOSET –

PLETÓRICA DE AMOR

Mefi-boset es símbolo del alma no convertida viviendo en una tierra

estéril (puede que Lodebar signifique: sin pastos) y vendido bajo pecado

(Maquir significa vendido). Era desterrado de la casa de Saúl. No pudo

venir al rey para pedir clemencia, porque estaba lisiado de los pies. Pero

la gracia del soberano le buscó para bendecirle. Una vez que fue

encontrado, a Mefi-boset le fueron dados riquezas y un lugar de

comunión alrededor de la mesa del rey. Los paralelos a la salvación son

obvios. Así como Mefi-boset, nosotros éramos impotentes (sin manera

de venir a Dios); nuestra condición era sin esperanza (siendo parte de

la raza caída). Pero por gracia llegamos a ser objetos del favor divino.

Hemos sido elevados a un lugar en la familia de Dios y hechos

coherederos con Cristo.


CONCLUSIÓN

Los grandes líderes aman y quieren lo mejor en la vida de sus

discípulos. Estos líderes buscan hacer de todos los miembros de su

equipo mejores versiones de sí mismos. El amor, no se puede fingir, es

algo que se debe de sentir. Los mejores líderes se sienten

profundamente agradecidos con todos dentro de su equipo.

Agradecidos de su esfuerzo, de su dedicación, de su trabajo diario. Este

agradecimiento es la base de este amor que hace que todo lo demás

sea posible. Es por esto que el amor es el arma secreta de los mejores

líderes.

¡Sin amor no hay liderazgo!

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