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Del aludido precepto legal, se desprende que para la actualización del aludido
ilícito, y como primer elemento material, es menester que el agente del delito
copule con una persona, pues sin este dato no puede acreditarse, es decir, si
nada más hubo tocamientos, manoseos o algo similar, no sería suficiente para
acreditarlo, sino que debe existir cópula entre el o la activo y el o la pasivo.
De igual forma, para que se justifique el segundo elemento del delito en comento,
debe tener una cierta edad, que es mayor de doce, pero menor de dieciocho años,
ya que si el o la pasivo es menor de doce, ya no podría considerarse como
estupro, no obstante que existiera consentimiento para haber copulado, pues, ya
estaríamos hablando de violación, toda vez que una persona menor de esa edad,
no cuenta con la capacidad física para comprender del acto, menos aún para
decidir sobre su sexualidad; ahora, si fue mayor de dieciocho, ya no se
actualizaría injusto alguno, pues, una persona mayor de edad, ya cuenta con la
capacidad de permitir a otra imponerle la cópula.
b) Concurso de delitos.
Igual que en los ilícitos que hemos analizado, se puede actualizar un concurso de
delitos, ya sea ideal o real; en el primer supuesto, se acreditaría si el sujeto activo
desplegara una sola conducta y con la misma se actualizarían dos o más injustos;
en el segundo caso, el activo tendría que desplegar dos o más conductas y con la
misma se acreditarían dos o más antijurídicos.
Igual que en todos los ilícitos, la víctima u ofendido tiene derecho a que se le
reparen los daños, en algunos supuesto la reparación es cuantificada en dinero,
pues se puede pagar lo que se quitó, un ejemplo de ello sería en los delitos
patrimoniales, ya que en estos se cuantifica la cantidad; incluso, se puede hacer
devolución del bien motivo de la controversia penal.
Sin embargo, en los delitos de naturaleza sexual, no puede establecerse una sola
cantidad de dinero, sino que esto debe establecerse en el que el activo, repare los
daños pero psicológicos, es decir, debe reparar el daño moral ocasionado a la
víctima, y para esto, deben existir dictámenes periciales en dicha materia, para
estar en condiciones de establecer las sesiones o el tratamiento que necesita la
víctima para estar en aptitud de recuperar su estado emocional y continuar con su
vida de una manera correcta, pues el ataque sexual no podrá olvidarlo, sino
únicamente será atendida y tratada para poder continuar y reducir el impacto que
les ocasionó.
Aunado lo anterior, tenemos que si del ataque sexual o cópula (en el caso de
estupro), resulta un descendiente, la reparación será el pago de alimentos para el
o los menores, así como a la progenitora del mismo, esto atendiendo a lo previsto
por el código civil del Estado de Guerrero; de igual forma, tendrá que sufragar los
gastos médicos y del embarazo de la víctima, pues, esto es conforme lo dispuesto
por el numeral 189 del código penal en vigor, ya que es necesario que el
delincuente satisfaga, además del daño psicológico a la víctima, también las
consecuencias extras del ataque o acto sexual: