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Eva Jersonsky
El presente trabajo toma como punto de partida algunos interrogantes que son parte
fundamental de un proyecto de investigación que ya casi cumple cuatro años de vida. Fue
cambiando de forma de acuerdo con los diferentes contextos en los que se desarrolló
hipótesis fueron evolucionando, como suele suceder con cualquier trabajo de este tipo,
El proyecto gira en torno a tres autoras: Carmen Laforet, Ana María Matute y Merce
Rodoreda. Explicaremos las razones de esta elección más adelante en este trabajo, para lo
que habrá que tener en cuenta que esta es una decisión que se acompaña de ciertas
preguntas, centrales en los planteos mismos del proyecto: ¿estas autoras pertenecen a la
corriente u otra? ¿Por qué seguimos pensando en términos literarios nacionales? ¿Qué
parecen resistirse a tales clasificaciones?; estos son algunos de los interrogantes que nos
explotada Lo que podemos adelantar, en este comienzo, son los disparadores originales de
éxito, han ganado premios y han compartido un mismo territorio de origen; sin embargo, no
se las suele pensar en conjunto, ya sea por el idioma en que sus textos se encuentran
líneas comunes nos parece válido proponer una lectura que las atraviese a las tres sin
olvidar sus diferencias, ya que son estas –precisamente- las que tornan a esta investigación
tan interesante.
único destino: formar una larga cadena de autores, escuelas y generaciones que se heredan
ausencia de ciertas figuras (como las autoras que nos competen en este caso, por ejemplo);
como sabemos, lo que aparece dice mucho, pero lo que está ausente, también.
referencia para explicar un poco más de qué estamos hablando. La importancia de esta
elección radica en que son la forma más accesible y clara de distinguir los criterios de
clasificación literaria que se han ido utilizando en las últimas décadas, producto a su vez de
una larga tradición de la disciplina. Las historias de la literatura toman como punto de
partida una lengua o un territorio bien demarcado e, incluso cuando contemplan algunas
escapar.
española, dirigida por Francisco Rico o la Historia de la novela social española (1942-
Laforet y Matute como figuras importantes de los años 40 y 50; Rodoreda, por haber escrito
solo en catalán, no aparece. El mundo intelectual catalán no suele tener una gran
Europa (Marsal [en Rico], 1980: 93-108); esto último es especialmente importante ya que
España y una búsqueda de modelos –en diferentes aspectos- en otro lugar. Europa, en
cuanto a lo cultural, lo político y lo social será el nuevo punto de referencia que generará
catalana del siglo XX. Vale la pena mencionarlo por dos razones principalmente. Por un
lado, porque, a diferencia de los dos textos anteriormente mencionados, este no pretende ser
una historia de la literatura; en este caso, nos encontramos frente a una especie de manual
que recorre de forma ordenada y sin ahondar demasiado las diferentes generaciones y
grupos de autores que se sucedieron en territorio catalán. Por otro lado, aquí nos
encontramos con un enfoque mucho más reducido, no se habla de España, ese conjunto de
nacionalidades y autonomías dispares, sino de Cataluña; los autores que integran este
de este volumen es que hay algo que hace que la literatura catalana sea diferente de la
española (más allá del idioma), y que tiene que ver con las influencias del Mediterráneo y,
como ya aparecía en el tomo a cargo de Rico, la conexión con Europa. Matute y Laforet no
aparecen por razones obvias, y Rodoreda es una de las pocas mujeres que aparece, en un
reducido grupo de alrededor de cuatro (junto con Victor Catala, Montserrat Roig y Carme
Riera).
En línea con lo anterior, nos encontramos con uno de los tomos que más se acercan
gallega y vasca. Los tomos anteriores realizan un recorrido crítico de la literatura escrita en
lengua española desde el medioevo hasta la actualidad. Que las tres lenguas restantes del
territorio español deban compartir un tomo para este mismo recorrido cronológico es
síntoma del espacio que ocupan para los historiadores de la península. También es
necesario mencionar que recién en los últimos 20 años encontramos una obra de esta
magnitud que se dedique específicamente a la literatura escrita por mujeres. En este caso, el
criterio con el que se seleccionan autoras sigue manteniendo las ideas clásicas de la
además, con la idea de genealogía, estas mujeres -según las autoras del volumen- forman
una larga cadena de feminismo y catalanismo. Rodoreda aparece como una figura
editada por Fernando Cabo Aseguinolaza, Anxo Abuín González y César Domínguez, y en
Bases metodolóxicas para unha historia comparada das literaturas na península Ibérica,
de Angel Abuín González, para nombrar algunos. En estos, se intenta romper con ese
caduca asimilación de la literatura española con aquella escrita en castellano (reseña, xxxx).
Esta proliferación de manuales, historias y genealogías –de las cuales solo hemos
mencionado unas pocas hoy- reproduce los mismos criterios de clasificación, ya sea
encuentra, por ejemplo, en la figura del escritor exiliado, ya que es aquel que no encuentra
específica para esta “excepción”. Otro punto que debemos remarcar antes de continuar es
esta idea que aparece en más de una ocasión con respecto a la conexión de Cataluña
directamente con Europa. Esto, incluso dentro de una historia de la literatura española,
cuestiona las bases mismas de la construcción de una literatura y una genealogía nacional.
¿Cómo se podría pensar una literatura nacional cuando constantemente se afirman los
esfuerzos constantes de Cataluña, por ejemplo, por adoptar un nuevo modelo cultural no
pararse frente a los estudiantes, en el momento de pedir una beca o definir el lugar propio
análisis serio de la literatura que represente un avance con respecto a ciertas ideas que
resultan –precisamente- cómodas. Por esta razón es que pensamos en el cruce entre
identidad de género e identidad catalana, y del español con el catalán, como un espacio
marginación” que parece recaer sobre la figura de la escritora catalana, presentada en más
de una ocasión por Geraldine Nichols (xxxx, xxxx). En este caso, el desplazamiento se
volvería doble por el hecho de ser mujer y por la identificación con una nación periférica
que intenta ser simplemente asimilada a lo castellano por el franquismo. Este concepto es
productivo para pensar en el cruce real que se desprende de estos dos caminos, pero
necesario pensar en qué significa esto para los estudios literarios; una encrucijada, en esta
más allá del lugar de origen, de la lengua o del género del escritor. El desafío se encuentra –
historia literaria.
enlazan lo “femenino” y lo “catalán” y que sirven como ejemplo de cómo esto puede ser
cuestión del origen, ya sea la cuestión generacional femenina, el rol de madre o hija o el
lugar de la mujer como reproductora física, o la cuestión nacional, la relación del individuo
con su territorio o con su patria, elementos unidos inextricablemente (Los Abel [1948],
Primera memoria [1959], La trampa [1969]). Por otro lado, ejemplarmente podemos hacer
construcción, como metafórico, donde las historias de estas familias hacen alusión a otros
procesos históricos (Aloma [1936/1968], La plaza del Diamante [1962], Espejo roto
[1974]). Por último, elegimos la idea de tierra, algunas veces relacionada con el territorio
con un lugar, y en otros momentos comparada con la idea de madre, uno de los términos
más asociados al de mujer en el contexto en el que nos ubicamos (Nada [1945], La mujer
nueva [1955]).
combinación que proponemos pretende hacer más hincapié en la lectura y análisis de los
género del escritor o su lugar de nacimiento. Incluso tomando las obras completas de las
complejo, no tiene demasiado sentido intentar abordar todas las obras a la vez. Creemos
que un corpus limitado y bien estudiado, sin olvidar la existencia de todo el resto de la obra
de cada autora, podría acercarnos a los objetivos iniciales de este proyecto. Allí también
catalán.
acuerdo con el corpus elegido, nos preguntamos sobre la capacidad de los estudios de
cómo, desde un lugar marginal, la literatura femenina o feminista entra en tensión con
con el fin de acercarnos a la gran pregunta que nos acecha sobre el status de la literatura en
el campo de los estudios literarios académicos, las delimitaciones disciplinares que cambian
en el que es necesario profundizar, tiene que ver con la elección del corpus y esa
Más allá de ciertas clasificaciones que proponen algunos autores como Rico o Sanz
Villanueva en relación a las generaciones o escuelas literarias españolas, es cierto que sus
momentos de mayor producción literaria fueron distintos, así también como sus relaciones
con el éxito editorial y sus pares escritores. Tampoco retomaron sus raíces y la lengua
catalana de la misma forma, llegando a diferencias tan importantes como el uso tajante del
esta en algunos casos) le suma un rasgo importante a sus producciones, complejizando las
histórico que se recorta a la hora de hacer el análisis. Con este propósito en mente, ciertos
franquismo (y sus diferentes etapas), la transición y la actualidad. Por otro lado, como
una realidad fragmentada, donde conviven diferentes lenguas y nacionalidades, con todos
permita el trabajo comparativo entre las obras. En los casos en los que es posible se leen los
textos en catalán y en español y se presta especial atención a los cruces entre lenguas que se
producen no solo por la traducción sino por la relación misma que la autora posee con cada
española”, “literatura catalana”, “literatura femenina” o “literatura feminista”, sino ver los
enfoques y tradiciones de investigación. Cómo trabajar con un corpus que abarca dos
lenguas, el español y el catalán, no solo es uno de los desafíos de este proyecto, es también
una de las bases mismas que sustenta su objeto y su análisis. El hecho de que exista la
posibilidad poco explorada de trabajar en forma comparativa con estos textos motiva la
delimitación de este nuevo objeto, es la razón misma por la que existe el cuestionamiento
aunque pueda llegar a resultar inevitable pensarlo leyendo algunos de sus objetivos o
hipótesis, no se intenta tomar una postura feminista o catalanista, no se intenta hacer una
defensa de la escritora catalana. Nuestra mejor defensa y nuestra más encarnizada postura
bien, detrás de un modo de leer y de trabajar con la literatura. Los estudios transnacionales
son parte de esto o, mejor dicho, este trabajo se propone acompañar a estos estudios –para
algunos nuevos, para otros ya históricos- que buscan nuevos objetos y nuevas formas de