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A P O R T E S
sobre disposiciones de género. Dentro del
no ambitions and with maternity as their
mercado laboral -‐‑por medio de los salarios,
lives axis. Therefore, the fact that women
los puestos, los ascensos y los oficios-‐‑ se
are underpaid, over demanded, not promo-‐‑
actúan las ideas que tenemos de cómo son
ted as frequently, and generally excluded
las mujeres y de cómo son los hombres. De
of more authoritative positions becomes a
esta forma, las mujeres entran al mercado
natural detail. This article is based on that
laboral desde un lugar de modestas, sin
and on how within the context of labor
ambiciones, altruistas y con la maternidad
“flexibilization” women are demanded
como centro de su vida, por lo que el hecho
more frequently by a market that wants
de que se les pague menores salarios, se
more in return for less. It also discusses
les exija más, se les ascienda menos y se
how that same market contributes to the
las excluya de los puestos de mayor poder,
abolition of gender decentralization while
pasa a ser un detalle natural. Este trabajo
reinforcing gender stereotyping.
habla de eso y de cómo, en un contexto
de “flexibilización” laboral, las mujeres
son más apetecidas por un mercado que
KEY WORDS
cada vez quiere más a cambio de menos.
Labor experiences, Gender Dispositions,
Labor Market, Underemployment and
Unemployment, Women Work, Labor
* Licenciada en Sociología. Tiene varias
Flexibilization, Gender Stereotypes.
publicaciones sobre esta temáti-‐‑
ca y actualmente es funcionaria del
Programa Atención Integral de Salud
UCR-‐‑CCSS. Correo: ilione@racsa.co.cr
Rec. 7-‐‑3-‐‑05 / Acep. 28-‐‑9-‐‑05
Subempleo y desempleo 101
“Tal vez es en la esfera del trabajo
te las mujeres terminamos siendo
donde el patriarcado presenta una mayor
una especie de extranjeras, sobre
flexibilidad de ajuste a las nuevas condiciones
todo si se incursiona en profesio-‐‑
estructurales, mostrando formas de
nes o especialidades “masculinas”.
readecuación casi automáticas, flexibilidad
Como dice León, existe una brecha
que ha hecho posible hablar de una “ajuste
estructural e histórica que expulsa
estructural permanente” del patriarcado
a las mujeres de la competencia,
en dicha esfera.”
pues entran en el mercado laboral
ya perdiendo (León, 2002).
Adriana Muñoz D` Albora
Se sobreentiende que lo hecho
Tal parece que las mujeres nos
por las mujeres, para la repro-‐‑
movemos entre el desempleo, el
ducción de la familia, es trabajo,
subempleo y los trabajos con las
pero que ello nunca ha implicado
peores condiciones, con mayor
una retribución económica ni que
continuidad que los hombres. Esto
se le nombre como tal. El pensar
tiene que ver con que las condicio-‐‑
siquiera que lo que una mujer rea-‐‑
nes del mercado laboral están, de
liza, en su papel de madre-‐‑esposa,
seguro, atravesadas por las dispo-‐‑
tiene un costo económico, es algo
siciones de género.
que va contra la moral altruista
Uno de los mensajes, que tanto
que el patriarcado ha enseñado a
tácita como explícitamente, reci-‐‑
las mujeres, es indecente. A veces
bimos las mujeres desde la niñez,
parece que la demanda de filantro-‐‑
es el de que nuestra “máxima rea-‐‑
pía a las mujeres llega a extremos
lización” está en el matrimonio y
irónicos, cuando, participando en
la maternidad, y debido a la carga
trabajos formalmente reconocidos
sexista de ese mandato, ambas
como tales, es como si se insistie-‐‑
cosas entran en fuerte contradic-‐‑
ra tácitamente en nuestra abnega-‐‑
ción con la vivencia de un tra-‐‑
ción, para mal pagarnos.
bajo asalariado. Solo por referir
Pero en contradicción con los man-‐‑
una consecuencia, si se considera
datos de ser y estar en la casa, la
la casa -‐‑lugar del matrimonio y
realidad es que las mujeres “esta-‐‑
la maternidad-‐‑ como el espacio
mos afuera”. Las mujeres dentro
“natural” de las mujeres, esa valo-‐‑
de la casa es solo una fantasía de la
ración influye, de manera negati-‐‑
cultura misógina, fantasía que se
va, en las oportunidades, salarios y
opone a la existencia de cada vez
calificaciones del trabajo realizado
más mujeres que se incorporan al
fuera de ese lugar “original”, casi
mercado laboral.
podríamos decir que laboralmen-‐‑
102 ESPIGA 12, JULIO-DICIEMBRE, 2005
Dicho aumento se advierte desde
en los tipos de empleo que se
varias perspectivas: según un estu-‐‑
consideran femeninos o masculi-‐‑
dio del BID, citado por Duddy, el
nos (Duddy, 2003). Esto es, el mer-‐‑
aumento en la participación de
cado laboral ofrece a las mujeres
mujeres en trabajos remunerados,
empleos demasiado parecidos a
está relacionado con una disminu-‐‑
las ocupaciones reproductivas, y
ción en la fertilidad, un aumento
espera pagarles por éstos precios
en la escolaridad y en la demanda
inferiores a los pagados a los hom-‐‑
de mano de obra femenina (Duddy,
bres. Por ejemplo, un estudio reve-‐‑
2003); por su parte, Flórez-‐‑ Estrada
la que en la industria, en 27 de los
opina que ese aumento se explica
39 países con datos disponibles,
por la reivindicación que las muje-‐‑
las mujeres ganaban entre 20 a 50
res han hecho del derecho a ingre-‐‑
por ciento menos que los hombres
sar a dicho espacio, porque las
(Fontenele, 2003).
mujeres son un ejército de reserva
del cual está echando mano el
Dicho directamente, prevale-‐‑
capital, y porque esta incorpora-‐‑
ce la práctica de pagar menos a
A P O R T E S
ción de las mujeres permite al
las mujeres solo por el hecho de
serlo, independientemente de las
Estado alejarse de sus obligacio-‐‑
nes sociales, y ofrece la ventaja, al
circunstancias que se puedan con-‐‑
capital, de empequeñecer el costo
siderar. Pero evidentemente, esas
de la fuerza de trabajo en general
circunstancias a veces empeoran
(Flórez-‐‑Estrada, 2003).
la condición laboral de las muje-‐‑
res, por ejemplo, si además de ser
mujer se tiene baja escolaridad.
Costos
de la feminidad
Las mujeres con baja escolaridad,
que trabajan asalariadamente, se
Sea por una decisión indepen-‐‑
enfrentan al absurdo de que su
diente y personal, empujada por
salario no alcanzará siquiera, para
la necesidad económica, atraídas
pagar por la realización del trabajo
por el mercado, o cualquier otra
doméstico de su casa. Una mujer
circunstancia, cuando una mujer
tiene que decidir qué hacer ante la
ingresa al mercado de trabajo, lo
realidad de que por serlo no tuvo
hace en condiciones marcadas por
oportunidades para estudiar, sin
su género, ya que los supuestos
estudio tendrá que conformarse
que se actúan sobre el papel de las
con un muy bajo salario, con bajo
mujeres, básicamente reproducti-‐‑
vo y no productivo, se representan
Subempleo y desempleo 103
salario sus posibilidades de inde-‐‑
La “clase”
pendizarse son ínfimas (Flórez-‐‑
en el trabajo
Estrada, 2003).
El tema del trabajo asalariado en
Veamos un detalle más: si una
las mujeres está atravesado por
mujer tiene que trabajar pero no
contradicciones y clasificaciones
está lo suficientemente calificada
imaginarias que contribuyen a su
para conseguir el salario necesa-‐‑
baja estima.
rio, tendrá que bajar los costos
A pesar del discurso, aún pre-‐‑
de mantenimiento y una manera
de hacerlo es consiguiendo gra-‐‑
dominante, de que son los hom-‐‑
bres los principales responsables
tis algunos servicios; nuevamen-‐‑
te, como lo menos valorado, lo
de proveer económicamente a la
familia, las crisis latinoamericanas
“regalable” por excelencia, es el
han comenzado a mover dicho
trabajo doméstico, será esto lo que
la mujer podrá conseguir gratui-‐‑
patrón. Al aumentar el desempleo,
las mujeres, como responsables
tamente a través de sus hijas o
de su propia madre. Al respecto,
finales de la reproducción, se sien-‐‑
ten compelidas para incorporarse
una investigación para el caso de
a un mercado laboral, que por
Costa Rica, realizada en el marco
del proyecto PROMICRO, completa
razones que veremos más adelan-‐‑
te, prefiere mano de obra femenina
diciendo que las mujeres pobres
pueden trabajar, en la mayoría de
(específicamente mujeres jóvenes
y solteras) para ciertos oficios.
los casos, solo si sus hijas asu-‐‑
men las tareas reproductivas; esto
Ese aumento en la incorporación
implica, casi siempre, que deser-‐‑
de las mujeres al mercado laboral,
tarán de la educación formal, con
se da en empleos más inestables y
lo cual estarán condenadas a tra-‐‑
peor remunerados (Merlinsky, 2001).
bajos mal pagados que limitan su
Lo anterior está relacionado, como
posibilidad de pagar por el oficio
mencionamos previamente, con la
doméstico, lo que las obligará a
valoración del trabajo femenino
designar a sus propias hijas para
desde una mirada de género, pero
ello ( PROMICRO-‐‑OIT, 2000). Para
también tiene que ver con que el
muchas generaciones de mujeres,
mercado laboral al que se insertan
es como si vivieran frente a un
las mujeres, se caracteriza por el
espejo que proyecta, una y otra
efecto que las políticas neolibera-‐‑
vez, la misma imagen.
les tienen sobre las legislaciones de
los países, políticas que les obligan
104 ESPIGA 12, JULIO-DICIEMBRE, 2005
a “flexibilizar” las condiciones de D`Albora opina que no es secun-‐‑
trabajo, o sea, a brindar una mano daria, sino subordinada, ya que
de obra más calificada y barata, al estar la estructura ocupacional
que en la mayoría de los casos es mediada por el género, éste devie-‐‑
femenina (León, 2002).
ne en una característica de las
ocupaciones ya que “...los roles
Debido a las nuevas formas de
laborales y los tipos de trabajo
contratación laboral, producto de
están definidos por ideas estereo-‐‑
la “flexibilización”, el mercado
tipadas sobre lo que son trabajos
prefiere la mano de obra femeni-‐‑
de mujeres y trabajos de hombres”
na, ya que las mujeres, por su baja
(D`Albora, 1991:73). La globalización
escolaridad y por la obligatorie-‐‑
contribuye en el fortalecimiento de
dad de trabajar para sustentar a
estereotipos de géneros.
sus familias, pueden ser contrata-‐‑
das con menores garantías sociales
La clasificación laboral se extiende
y con una mayor demanda de
hasta los estudios cuyo objetivo
productividad.
es mostrar o explicar la realidad
A P O R T E S
del empleo. Según Prieto todos
Y es que de todos modos, el dine-‐‑
los estudios sobre el empleo clasi-‐‑
ro que lleva a casa una mujer con
fican en empleo, cesación, empleo
pareja, no se toma muy en serio.
temporal y empleo parcial, y jerar-‐‑
Es común escuchar que una mujer
quizan, no solo a las situaciones de
que trabaja, teniendo marido o
empleo, sino a las personas que les
compañero, lo que hace es “ayu-‐‑
ocupan (Prieto, 2003). Agrega que
dar”; su dinero se toma como un
esta jerarquización afecta sobre
añadido al dinero principal, que
todo a las mujeres, al ser ellas
se supone aportado por el hom-‐‑
las que principalmente ocupan los
bre. Sin importar que las condicio-‐‑
trabajos con peores condiciones,
nes materiales de muchas familias
de modo que el valor con el que
desmienten dicha creencia, mer-‐‑
se juzga, por ejemplo, un empleo
cado y patriarcado se acuerpan
de tiempo parcial, pasa a ser el
mutuamente en la interiorización
valor con el que se juzga a la mujer
o minimización del trabajo de las
que lo desempeña. De ahí que
mujeres.
devaluada la situación de empleo,
devaluada la persona o mujer que
Consideremos otro ejemplo. La
lo ocupe.
fuerza de trabajo femenina es
tradicionalmente tomada como
una fuerza de trabajo secundaria.
Subempleo y desempleo 105
forma de subempleo y afecta con
Del medio empleo
al desempleo
mayor y progresiva intensidad a
las mujeres (PROMICRO, 2000).
Al ser las mujeres un grupo deva-‐‑
luado, se justifica y se entiende
El mismo estudio añade que la
que ocupemos, como mayoría, las
tasa de desempleo entre las muje-‐‑
listas de subempleo (Prieto, 2003)
res saltó, del 6% en 1990, al 8% en
y los puestos más desventajosos.
1998, entre tanto, la de los hombres
Las relaciones de género ocasionan
se mantuvo en 4% (PROMICRO,
que la fuerza de trabajo femenina
2000). Se apunta que una caracterís-‐‑
se concentre en actividades que
tica que distingue al desempleo en
muestran altos niveles de explota-‐‑
las mujeres, es que éstas son más
ción, y una inclinación acelerada al
sensibles a las coyunturas recesi-‐‑
desempleo (D`Albora, 1991).
vas, lo que se traduce en que el
desempleo en las mujeres aumenta
De acuerdo con los dispositivos de
rápidamente, mientras que el de
género, el empleo de las mujeres se
los hombres lo hace de manera
concentra en los sectores de servi-‐‑
más lenta o leve (PROMICRO, 2000).
cios personales, sociales y comuna-‐‑
También relacionado con el desem-‐‑
les; gobierno; comercio e industria.
pleo o subempleo, un estudio para
Un estudio revela que las horas
el caso de Chile, reporta que las
que las mujeres trabajan remunera-‐‑
mujeres se retiran de la fuerza de
damente, han disminuido en com-‐‑
trabajo mientras crían a los hijos y
paración con las de los hombres,
las hijas y reingresan a ésta una vez
obviamente esta reducción en las
que terminan esa crianza (D`Albora,
horas laboradas ocasiona que sus
1991). Sin duda existe una gran pre-‐‑
salarios también mengüen (Montiel,
sión sobre las mujeres, aún sobre
citada por Flórez-‐‑Estrada, 2003). La
las profesionales, en el sentido de
disminución en las horas que las
que su principal función o respon-‐‑
mujeres trabajan asalariadamente
sabilidad continúa siendo la crian-‐‑
se relaciona con que las mujeres
za de las hijas y los hijos.
pueden trabajar solo tiempo parcial
por las obligaciones domésticas.
Agrega la investigación que “...la
relación entre ciclos económicos-‐‑
En el mismo sentido, una inves-‐‑
fuerza de trabajo femenina es de
tigación, aludida anteriormente,
naturaleza anticíclica; esta última
señala que la reducción en las jor-‐‑
tenderá a disminuir en aquellos
nadas laborales, de manera invo-‐‑
ciclos expansivos En la crisis, la
luntaria, es decir por ausencia de
mujer y sobre todo la mujer de los
trabajo, es la más trascendente
106 ESPIGA 12, JULIO-DICIEMBRE, 2005
sectores populares, entrará a presio-‐‑
los empleos más miserables, el
nar el mercado de trabajo como una
desempleo significa un riesgo real
de las múltiples estrategias que debe
de carencia absoluta, pero no una
poner en práctica para enfrentar los
crisis de identidad; una excep-‐‑
problemas de supervivencia fami-‐‑
ción sería el caso de mujeres que,
liar. Dada la gravedad de la situa-‐‑
habiendo roto de alguna manera
ción, la mujer buscará y se insertará
con los mandatos de género, cen-‐‑
en cualquier tipo de trabajo aunque
tren su identidad en una carrera
sea mal remunerado y muestre las
profesional (Merlinsky, 2001).
peores condiciones concretas de rea-‐‑
lización” (D`Albora, 1991:96).
CONCLUSIONES
Respecto a los efectos que el des-‐‑
Al reflexionar sobre la presencia de
empleo tiene en la identidad de
las mujeres y de los hombres en
las mujeres y de los hombres,
el mercado laboral, resulta relativa-‐‑
Merlinsky asegura que a los hom-‐‑
mente fácil darse cuenta de las dife-‐‑
bres, debido a que el fundamento
rencias que se dan en los puestos,
A P O R T E S
de su identidad es el ser proveedo-‐‑
pagos, ascensos, y garantías sociales
res, el desempleo les significa un
que viven unas y otros. Lo que
descalabro o desajuste en su iden-‐‑
resulta difícil, es percatarse de que
tidad de género (Merlinsky, 2001).
lo laboral es un escenario que mues-‐‑
Un hombre que no trabaja “no
tra, y es producto, de relaciones
es un hombre”. El trabajo puede
precisas entre un sistema económico
significar para los hombres la posi-‐‑
y otro patriarcal, o quizá mejor, es
bilidad de “conseguir” y “mante-‐‑
producto de un sistema patriarcal-‐‑
ner” mujeres, símbolo, en nuestra
neoliberal. Puede parecer confuso
cultura machista, de virilidad.
advertir cómo el mercado lucra de
la construcción cultural del sexo y
Para las mujeres, cuya imagen ha
cómo dicha construcción se ve refor-‐‑
sido construida más centrada en lo
zada por la lógica del mercado.
reproductivo, el desempleo impli-‐‑
ca un corte espacial (no viajar al
Pero la lucha por un mundo eco-‐‑
trabajo) más no temporal, pues
nómicamente más justo, no puede
ellas reconstruyen su tiempo en
desconocer que, además de los
el espacio doméstico del que de
datos, en lo laboral tiene existencia
por sí nunca se desentendieron
lo simbólico, donde, finalmente, se
completamente (Merlinsky, 2001).
actúa y reproduce el imaginario
Afirma la autora que incluso para
básico de que las mujeres son de la
aquellas mujeres que trabajan en
casa y los hombres de la calle.
Subempleo y desempleo 107
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