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LA IMPORTANCIA DEL CONTEXTO

SOCIO-HISTÓRICO EN EL ESTUDIO
DE LA BIBLIA I.
(TEORÍA HERMENÉUTICA).

INTRODUCCIÓN BÍBLICA II.


Reyes, G. (2016). Apuntes de teoría hermenéutica y hermenéutica analógica bíblica. Lima, Perú:
Ediciones Shalom.pp. 83-100.
CARLOS ALLEC CORDERO.

ETICA HERMENETUCA: ABRIENDO CAMINO DE LIBERACION PARA EL TEXTO YSU


HERMENEUTICA

Es posible comprender y explicar suficientemente la verdad del texto, mediante una


hermenéutica que vaya de la mano tanto de la fe como de una ética hermenéutica la
misma que posibilite tanto una liberación del texto como de la práctica interpretativa
misma. Solo así habría mayor oportunidad de que el texto hable con poder y
comprendérselo suficiente y transformadoramente; para el efecto, se propone formular
brevemente algunos principios que podrían denominarse ético-hermenéuticos.

El problema ético de lo que la práctica exegética occidental ha confirmado; se lleva a cabo


mediante una serie de intereses particulares y opciones múltiples no solo ideológicas, sino
también metodológicas; también ella se lleva a cabo individualistamente, es decir, sin
consultar muchas veces ni a la comunidad hermenéutica contemporánea ni practicar la
frónesis (equilibrio o proporción, la analogía puesta en práctica) como modelo de la
hermenéutica.

POSIBILIDAD DE UN DIÁLOGO OBJETIVO CON EL TEXTO.

Ya que el intérprete toma parte activa en el acto y proceso de interpretación bíblica (y en


general), este acto y proceso, se quiera o no, implica un trabajo subjetivo-creativo nada
desinteresado. Aun si confesáremos la naturaleza ontológica del texto y dependiéramos de
la gracia, luz y guía del Espíritu en el proceso exegético, hemos de recordar una realidad
que la tendencia hermenéutica moderna habría pasado por alto: que el proceso de
codificación (por los autores humanos) y decodificación (por los intérpretes
contemporáneos) del sentido del texto está lejos de ser algo mecánico, capaz de ser
repetido en su totalidad una y otra vez.

OBSERVAR EL HORIZONTE HISTÓRICO REFERENCIAL Y EL GÉNERO LITERARIO DEL TEXTO.

Parte de la singularidad de la Biblia es la combinación de material que podemos encontrar


en ella. Un tipo de material predominante en la literatura bíblica es el socio-histórico-
cultural, contexto subyacente detrás del texto que imparte información (ej. 1R 16:29-33) y
dentro del cual y por el cual fue compuesto por su autor humano. los textos bíblicos son
portadores de normas, convicciones y valores vigentes en su contexto.
Cada tipo de literatura, incluso bíblica, posee su propio marco de referencia, sus propias
reglas y estrategias de comunicación y propósito; por eso es que un texto que no
manifieste semejanzas). El género o tipo de literatura del texto provee al lector los
principios o las pistas hermenéuticas (reglas de juego del lenguaje) suficientes por medio
de las cuales se pueda entender ese texto.

El beneficio de este complicado análisis de género es que revela las convenciones literarias
del género del texto y, repitiéndolo, se tiene así mayores posibilidades de interpretárselo
mejor, de evitar interpretaciones erróneas y, por ende, de abusar del texto.

VALIDAR LA INTERPRETACIÓN.

Valdría recalcar, la constante práctica de una hermenéutica individualista y experiencial, y


la desatención sobre todo de la comunidad hermenéutica antigua de la Iglesia, tanto en la
tarea interpretativa como teológica. Y por comunidad antigua me refiero a aquella
comunidad de piadosos intérpretes, pensadores, pastores y maestros que en el contexto
que va del primer hasta el quinto siglo de la era cristiana supieron prescribir en forma oral
y escrita (los Apóstoles, primer siglo), defender, explicar, guardar y enseñar (los Padres de
la Iglesia) la fe y el dogma cristiano con fundamento escritural recibido, contra lo falsos
evangelios, falsas enseñanzas, intrigas y persecuciones de la época a tal punto de sufrir el
martirio por causa de la fe; esta situación haría posible la convocatoria de los siete
Concilios Ecuménicos (Universales), cuyas decisiones de orden doctrinal y eclesial
formarían la base de la fe y enseñanza de la Iglesia de Cristo. Esto significa, entre otras
cosas, que esta comunidad debiera ser la evidencia, la medida, el criterio de recta fe con
base al cual pesar nuestras interpretaciones.

LEER EL TEXTO CON LA LUZ Y GUÍA DEL ESPÍRITU SANTO, Y COMUNITARIAMENTE.

El Espíritu Santo, el autor real de las Escrituras, y la presencia perdurable en la Iglesia, es la


continuidad de la guía e iluminación del Trino Dios, incluso en la lectura de los textos que
inspiró; por eso es que la hermenéutica es trinitaria y la Iglesia no está fundada en la letra,
sino en quien se mueve perennemente: el Espíritu, que habló por los profetas, que guió a
los apóstoles, que aun guía a la Iglesia a la más completa comprensión y entendimiento de
la verdad divina, desde la gloria hacia la gloria.

Leer el texto bajo la dependencia del Espíritu, con humildad y deseo de ser enseñado, sin
embargo —y vale recalcarlo— no es excusa para su lectura diligente y erudita, esto es, que
use inteligentemente las herramientas hermenéutico-exegéticas que la erudición
contemporánea haya puesto al alcance; aunque el Espíritu hace posible debilitar los
efectos del pecado y usar nuestras facultades en el proceso interpretativo, no garantiza
claridad en todo, incluso en la vida cotidiana, ni que iremos a deponer nuestras
precomprensiones ni entender el texto automáticamente ni evitar tergiversarlo.

TOMAR CONCIENCIA DE LAS PRECOMPRENSIONES.

una hermenéutica cien por ciento objetiva es imposible; esto es, siendo todo ser humano
un ser situado o condicionado por su horizonte cultural, hemos de aceptar que toda
interpretación de un texto tiende, si no estuviese prevenida, a llevarse a cabo a la luz de
ese condicionamiento y de este modo depender de la mentalidad, preocupaciones,
presuposiciones (de información o conocimiento) o de las lentes propias del intérprete que
tal condicionamiento le ha creado.
Una hermenéutica cien por ciento objetiva es imposible; esto es, siendo todo ser humano
un ser situado o condicionado por su horizonte cultural, hemos de aceptar que toda
interpretación de un texto tiende, si no estuviese prevenida, a llevarse a cabo a la luz de
ese condicionamiento y de este modo depender de la mentalidad, preocupaciones,
presuposiciones (de información o conocimiento) o de las lentes propias del intérprete que
tal condicionamiento le ha creado.

POLISEMIA DEL LENGUAJE, SU POSIBILIDAD Y CONTEXTO HERMENÉUTICO DEL


DISCURSO.

Quien pretende interpretar una secuencia de signos mediante los cuales se transmite un
sentido percibe, primera e inmediatamente, que lo transmitido es mediante una lengua
determinada.

En la medida en que considera la Biblia como un texto, precisamos tener en cuenta tanto
la lingüística como ciencia de base como presuponer una comprensión de lo que es el
lenguaje; hay que reconocer que el lenguaje bíblico, religioso y teológico no solo se
incrusta en el lenguaje humano y es parte de la totalidad del discurso del hombre, sino
que también no prescinde de la lógica general y no es un lenguaje privado.

La fuerza del texto y del mundo que él despliega se manifiesta y alcanza su plenitud en la
interpretación a la que el mismo texto da origen. La tarea de la interpretación consistirá, en
este sentido, en escuchar al texto, esto es, en someterse a lo que este dice, a lo que
propone y a lo que significa; por eso, el trabajo crítico cristiano sobre un texto bíblico es
un esfuerzo por recuperar y apropiarse lo suficiente del sentido que pretende el autor
humano y el texto, y dejarse interpelar y transformar por ese sentido, aunque sea un
trabajo arduo y complicado. Esa apropiación exige el análisis lingüístico, sintáctico y
semántico es fundamental; pero este análisis ha de ver cada palabra dentro de una frase,
sabiendo que ella participa de la intencionalidad de la frase —que, aunque compuesta de
palabras (signos lingüísticos individuales), constituye unidad lingüística básica y elemental
— que es donde se genera el mensaje, es decir, donde se encuentra el mensaje o lo que se
refiere.
La etimología es usada inadecuadamente cuando se da excesiva prioridad a la historia
diacrónica de un determinado término sobre la centralidad del contexto inmediato o
literario de las frases que conforman el discurso dentro del cual es usado. “El no tomar en
consideración el contexto es el error más frecuente, ya que la mayoría de los comentarios
tienden a un análisis de palabra por palabra usualmente aislada de otros términos que las
circundan y como resultado se falla en discernir el mensaje del texto como un todo
coherente”.

COMENTARIOS:
Ciertamente no podemos ser objetivos en la forma de interpretar un texto, pero nuestra
responsabilidad es ser guiados por el Espíritu Santo, llevar estudios lo más profundos
posibles y con seriedad académica para tener una interpretación honesta.
Los autores bíblicos no vivieron aisladamente sino forman parte de una sociedad
poseedora de su propio contexto socio cultural e histórico de la época en la que se
desarrolló, de la importancia de tomar esto en cuenta al momento de interpretar el texto.
Al situarse en esa posición el lector/intérprete conoce mejor el mensaje original de los
hagiógrafos bíblicos.

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