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Pensamiento
Líder del socialcristianismo en el Perú, se incorporó a partir de 1956 al partido Acción Popular,
entonces recién en formación, con lo que influyó en su ideología desde sus orígenes. También
recogen el pensamiento de Víctor Andrés Belaúnde y reivindican su herencia intelectual
la Democracia Cristiana y el Partido Popular Cristiano, entre otras agrupaciones políticas
peruanas.
En el debate social, su mirada del Perú fue netamente positiva. Según su propuesta, el Perú es
una síntesis viviente en la que la cultura andina y la occidental española se habían fusionado
creando una nueva civilización. Opinaba que ambas fuentes son buenas, a pesar de las
sombras que puedan haber oscurecido ciertas etapas de nuestra historia. Se opuso a teorías
más antagónicas como la de J.C. Mariátegui que, propias de un nacionalismo racista,[7] e
influenciado por el socialismo de inicios del siglo XX declaraba la preeminencia de la raza
indígena frente al criollo y al blanco, o al mismo Haya de la Torre que también valoraba más el
aporte indígena pero no se mostraba en tan franca oposición al influjo occidental en América
Latina como Mariátegui.
Belaúnde no tuvo un afán proselitista ni un espíritu partidario muy arraigado, por lo que sus
ideas quedaron con el tiempo guardadas en ámbitos académicos algo cerrados y con poca
difusión. Tanto el Partido Comunista, fundado a la muerte de José Carlos Mariátegui, como
el APRA, fundado por Haya de la Torre, sí se dedicaron sistemáticamente a transmitir sus ideas
a las bases sociales, con lo que ganaron mucha mayor fuerza en el devenir histórico posterior
peruano.
En el plano internacional, destacó como el primer peruano en ocupar un alto cargo en la ONU:
Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas (en 1959 y 1960), responsabilidad y
honor solo posibles por el reconocimiento que la comunidad internacional. Además fue
Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en tres periodos.
Tanto en sus escritos como en sus discursos reveló un dominio magistral de la lengua, así como
respetuosos modales tradicionales y una proclividad al diálogo. Apasionado en la defensa de
sus ideales, fue uno de los principales promotores de la defensa del sufragio femenino. y murió
el 2013
Pensamiento
Haya postula que el imperialismo es la máxima expresión del capitalismo, que es, a
su vez, el modo de producción económica superior a todo lo que el mundo conocía.
En virtud de lo cual, concluye que el capitalismo es una fase inevitable en el proceso
de civilización contemporáneo. El capitalismo, según Haya de la Torre, no será
eterno y tiene contradicciones dentro de sí que terminarán finalmente con él pero,
para que eso suceda, debe evolucionar completamente, esto es, existir y madurar. El
proletariado de los atrasados países latinoamericanos es demasiado joven como
para hacer la gran revolución que supere al capitalismo.
Sigue indicando que el imperialismo es la última fase del capitalismo en los países
desarrollados, pero en los subdesarrollados, como los es el Perú, es la primera fase.
En estos países, no se trata de una etapa de industrialización avanzada sino de
explotación de materias primas, porque es el tipo de producción que le interesa
hacer allí al mundo desarrollado del que vienen los capitales imperialistas; no a los
ciudadanos de estos países. Por esta causa, dice, su desarrollo inicial es lento e
incompleto. De esta manera, el problema de la América es político: cómo
emanciparse del yugo del imperialismo sin retrasar su progreso. En tanto se trata
de América y no de Europa, en tanto llegó al capitalismo por el imperialismo, tiene
que adoptar una aptitud de enfrentamiento del problema que sea propia.
Víctor Raúl estima que serán las tres clases oprimidas por el imperialismo las que
harán avanzar esta etapa de la sociedad: el proletariado industrial joven, el
campesinado y las clases medias empobrecidas. Con la alianza de estas clases en el
poder, el Estado ya no será instrumento del imperialismo sino defensor de las clases
que represente. Así, tomarán de los países desarrollados lo que les interese y
negociarán con estos de igual a igual, no sometidos, porque se necesitan
mutuamente.
Haya de la Torre tiene una visión americanista de hacer política. Cree que lo que el
llama "Indoamérica", tiene que integrarse y luchar en conjunto para avanzar. Por
ello su partido tiene un nombre en el que figura el concepto de alianza americana.
En síntesis, dice que hay que crear la resistencia antiimperialista en América y darle
forma de organización política. Esto es lo que Haya considera que debe ser el Apra.
En la actualidad las reinterpretaciones y análisis del "hayismo" desde dentro y fuera
del Partido Aprista son cada vez mayores. Obviamente, la obra reciente más
destacada sobre el asunto corresponde a la autoría del actual líder del PAP y
ex Presidente del Perú, Alan García Pérez. García ha publicado recientemente La
revolución constructiva del aprismo/Teoría y práctica de la modernidad (Lima,
2008); el libro esboza una historia ideológica del APRA con vistas a explicar la actual
perspectiva del aprismo de este tiempo y su expresión gubernamental. La obra
pretende mostrar a un Haya de la Torre concurrente con un proceso de maduración
intelectual y política; explica, además, que durante el período 1970-1990,
el Apra "resultó más velasquista que hayista".[35] García dice que su partido cometió
un error al interpretar la revolución militar como la "realización de lo que había
propuesto el Apra desde 1931", lo que los habría llevado a que "adoptaran como
propias las estatizaciones, el modelo colectivista en la agricultura y el manejo estatal
del comercio de muchos servicios y bienes", lo que eran conceptos "totalmente ajenos
a la ideología de Haya y su trabajo dialéctico".[35] La tesis de García ha sido rebatida,
o por lo menos discutida, por diversos intelectuales peruanos como Hugo Neira,[36]
Sinesio López,[36] Nelson Manrique[37] y Martín Tanaka.