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7. La infamia de la religión, la verdad de Dios.

(30/12/2008, con retoques).

La falsedad y la mentira de la religión están presentes desde el


principio de los tiempos. Ni el origen del mundo es obra de Dios, ni
las escrituras son su palabra. La física ha demostrado desde hace
tiempo que un agente externo no es necesario ni para formar los
planetas ni para desarrollar la vida y que la Teoría de la Evolución de
las Especies de Darwin tiene base científica, hecho que la Teoría
Creacionista de la Biblia es válida para enfoques infantiloides donde
la fe intenta apartar a la razón del camino de la explicación verdadera.
¿Dios encarnado en hombre para perdonar los pecados? Pero
pensando fríamente, ¿qué paparruchada es ésa? Y en eso creemos
en occidente, en alguien que dice que vino para salvarnos y que,
supuestamente, dijo los siguientes comentarios:

• “Los ricos no entrarán en el reino de los cielos".

• “Ésta es la casa de mi padre (refiriéndose a los mercados) y se


trafica”.

• “Mi reino no es de este mundo”.

Y esto centrándome solo en el cristianismo católico porque es del que


entiendo. Nos han educado para asentir por fe respecto a una serie
de parrafadas que vaya Ud. a saber quién las escribió y que pueden
referir una distorsión interesada sobre la realidad acontecida a través
de los siglos.

Y es que la palabra de Dios no es tal. La Biblia, la Torah, el Corán,…


fueron escritos que se hicieron sobre unos sucesos que ni siquiera
sabemos si se aproximan a la realidad y que creemos a pies juntillas
sin ni siquiera preguntarnos si es falso.

La tradición aristotélica en la cual el teleologismo divino era el


responsable y hacedor del Cosmos en una cosmovisión del universo
con el hombre en la Tierra siendo el centro, llevó a afirmar que la
Tierra estaba inmóvil y que el Sol se movía a su alrededor (teoría
geocéntrica o ptolemaica) fue defendida con uñas y dientes por
“nuestra” iglesia a lo largo de siglos. Si ésa era una de sus teorías
máximas, no cabe duda que la iglesia ha sido la responsable de
creencias nefastas tanto para la ciencia como para el desarrollo de la
economía, con el diezmo obligatorio hacia la Iglesia, con lo cual, no
es de extrañar las riquezas desconcertantes de una iglesia que cree
en un ser del que afirma que se autoproclamó hijo de Dios y predicó
la humildad, una paradoja ante los desmanes que ha ocasionado por
lo siglos de los siglos. Por la religión se mata, por culpa de la religión
existen enfrentamientos entre pueblos. La religión es una droga que
embelesa a los pueblos desde tiempos muy remotos.

La religión siempre tuvo un origen político y de dominio sobre los


demás. Muchos judíos piensan que su dios-diablo les escogió a ellos
como el pueblo elegido, no siendo más que una severa tozudez ciega
de personas que se creen leyendas escritas sin el mayor
fundamento. Debemos liberarnos de esa lacra que ahonda en
nuestros subconscientes y que nos impide elaborar una visión natural
de la realidad y que no nos permite realizarnos. Una cosa es la
religión, que es la forma con la que el hombre ha explicado a Dios y
otra la existencia real de Dios, que no es más que el universo, pues
otra cosa más grande, no hay. El universo no puede generarse por
alguien externo a él. La “magia” no existe. Y si pertenece al Universo,
no pudo crearlo. Pero entonces, no se debería llamar al Cosmos Dios
pues, si nos paramos científicamente a pensar, ningún ente superior
pudo crear el Cosmos por tener este “ser” naturaleza eterna, pues es
materia-energía en el espacio-tiempo. Y antes del Big Bang, si esta
teoría se demostrara cierta del todo, ya había una partícula
infinitesimal muy cargada y densa, proveniente con toda probabilidad
de un estadio del Cosmos anterior, pues ningún dios la dejó ahí de la
nada.

La existencia del alma, y del espíritu, son definiciones que se creen


popularmente como ciertas, pero nadie ha demostrado que es
verdad. Por lo tanto, forma parte de la leyenda transgeneracional. El
cerebro canaliza emociones a través de reacciones físico-químico-
eléctricas y el comportamiento humano se rige por la genética
heredada (genotipo) y su relación con el medio ambiente (fenotipo).
Desde mi punto de vista ni alma ni espíritu tienen cabida en ningún
ser, pues forma parte de la literatura ficción remachada a lo largo de
siglos. Vendrían a ser como los fantasmas. En la literatura de ciencia
ficción abundan, pero ¿existen? ¿El alma, el espíritu? Son palabras
que no tienen sentido en la ciencia. Algunos científicos intentan
probar que el alma existe diciendo que es un conjunto de neuronas
interconectadas en el cerebro. Ocurre que cuando un ser muere, la
actividad neuronal acaba, y la energía que tenía esa actividad en el
cerebro, cesa y pasa al universo, en forma de materia (dualidad
materia-energía, relatividad de Einstein). Ninguna actividad eléctrica
puede pasar al universo en forma eléctrica, cuando se apagan las
“bombillas”…

Cada religión o secta es una mentira, porque cada una da muestras


de que es la verdadera y ninguna lo es, porque son falsas todas. Solo
mediante la fe se conoce la realidad. Y esa "realidad" es la mayor
farsa que existe.

La única Ley que existe es la de la naturaleza, aquélla que dice que


si se siembra se recolecta, es decir, la plusvalía del trabajo del que
invierte, aquello que criticaron los marxistas y los anarquistas con sus
otras "religiones". Pero ahora modernamente nos han inoculado el
veneno de la nueva “religión”, el neoliberalismo, como verdad
fundamentalista del FMI, BCs, BM, bancas comerciales y de
inversión, y los grandes financieros que manejan el mundo con el
fraude y la farsa, no sea que el ser humano descubra que sin bancos
privados es posible que circule el crédito y la economía a través del
control estatal de cada estado-nación que intentan destruir para
formar un gobierno mundial nazicomunista gobernado por
financieros...

Si quieren conocer a Dios, observen la naturaleza, pero no lean libros


absurdos de religión. Ahí solo se habla del diablo que es cosa del
hombre, pues dios no escribiría libros de religión. En todo caso, si
existiera se dedicaría a obras más importantes, no a idioteces
escritas para lavar el cerebro al hombre hecho por el propio hombre.

En definitiva y resumiendo si bien Dios es el 1, es decir, el conjunto


de la materia y energía del universo y sus leyes intrínsecas, cualquier
religión sería la interpretación endiablada de dios hecha por el
hombre.

Creo en Dios todopoderoso, eterno, mantenedor de la materia y


energía del Cosmos que representa toda la esencia existente y por
crear, visible e invisible, y en sí mismo es todo aquello que podamos
ver y no ver, el conjunto de toda la energía y materia del universo. La
Naturaleza de Dios se puede aproximar y conocer parcialmente a
partir de la ciencia, la observación y el desengrane de las leyes que
gobiernan el Universo a través de la física, la matemática, la química,
... pero jamás podremos conocer todo el detalle de su naturaleza
perfecta por muchos siglos que el hombre recorra. Es un misterio que
el Cosmos exista desde siempre. Puede parecer imposible y sería
difícil demostrarlo, pero la energía-materia no pueden crearse ni
destruirse. Y si “parece” que se crea o destruye, es porque ha pasado
a otra forma dentro de su dualidad. Por lo tanto, el universo es un
ente increado y el universo es lo que las religiones llaman Dios. Y
obviamente, creo en el universo y sus leyes, llamémosle Dios,
Cosmos o Naturaleza.

Ten en cuenta que, aun siendo el Cosmos inmortal, ningún otro ser
lo es, pues forma parte del conjunto total. Existe una continua
transferencia de masa y energía entre todos los seres del universo,
pero cuando una persona fallece, lo hace para siempre, su tiempo
acabó. Toda su energía-materia pasa al universo, pero es imposible
que algo denominado como alma, permanezca eternamente en el
universo. Lo que quedarán son pedazos de huesos y polvo que irán
pasando al conjunto del universo poco a poco. Ningún ser va a otro
lugar, llámese cielo o paraíso. Eso son absurdos y relatos de las
religiones para convencer a los incautos por si llevan una vida
desgraciada tendrán una compensación en el “más allá”. Pues,
aprevénganse, pues esto no existe. Solo hay que meditar con la
ciencia para darse cuenta que todas esas construcciones de la
religión son para dominar al ser humano y convertirlo en un borrego
servil y lobotimizado.

José Manuel Gómez Vega, es ingeniero industrial y máster MBA.


En búsqueda de Dios fuera de las religiones.

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