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I. EL CONCEPTO DE CIUDAD
La ciudad ha sido objeto de un sinnúmero de definiciones. Estas han sido formuladas por diferentes
autores, por distintas disciplinas, por diversas corrientes de pensamiento, cada una de las cuales ha
estructurado una visión particular de este "objeto" llamado ciudad. A pesar de estos intentos, podemos
afirmar que es muy difícil lograr conformar una definición que incorpore todas las variables que
intervienen en este fenómeno complejo, como lo es la configuración del Ente Urbano. Sin embargo,
como una manera de acercarnos a nuestra propia definición, revisaremos aquellas que nos parecen más
significativas, en un intento por ir descubriendo los elementos estructurales, en la conformación de la
misma.
La definición, aparentemente más simple, es la que han formulado aquellas instituciones que manejan
fundamentalmente información estadística, para las cuales, ciudad es aquel ente que concentra o supera
un determinado número de habitantes. Según el Congreso Internacional de Estadísticas, esta cifra se
estima en 2.000 habitantes. Sin embargo, este umbral estadístico no es único, sino que varía de acuerdo
a diversos factores, situaciones, criterios o realidades. E, incluso, como lo es en el caso de Chile, de
acuerdo a diversos momentos históricos.
Es así como estos criterios han experimentado cambios en distintos períodos intercensales. Por ejemplo,
tenemos que, hasta antes del censo de 1982, se consideraba como "centro urbano" aquella localidad
que contase con la presencia de elementos urbanísticos, tales como agua, luz, servicios, trazado regular
de calles, etc.; una concentración de viviendas en número no inferior a 60, y una población sobre los 300
habitantes.
En otras definiciones estadísticas, se establecen diversas categorías de centros poblados -de acuerdo al
número de habitantes- entre las cuales se mencionan: las aldeas, cuyo número oscila entre los 300
habitantes y los 1.000 hab.; los pueblos, aquellos que registran entre los 1.001 y 5.000 hab.; y las
ciudades, denominando a los centros poblados con más de 5.001 habitantes.
Esta clasificación ha sido objeto de cuestionamientos por la importancia asignada al número de
habitantes, dejando de lado otros factores tanto o más relevantes, como son: la diversificación de
actividades y el predominio de las actividades económicas secundarias y terciarias -la industria
manufacturera, la electricidad, el gas y agua, la construcción y comercio, el transporte y las
comunicaciones; finanzas, seguros, los servicios comunales, sociales y personales respectivamente-.
Una nueva definición de lo urbano considera, como elementos determinantes, la concentración de
viviendas, el mínimo de habitantes y el predominio de la población económicamente activa (PEA),
dedicada a las actividades secundarias o terciarias. Razón por la cual, muchos de los asentamientos
considerados hasta 1982 como urbanos, pasarían a la categoría de rurales (1).
Sin embargo, esta necesidad de establecer una definición de la ciudad, se remonta a tiempos pretéritos.
Ya Aristóteles formulaba algunas apreciaciones en torno a este tema, señalando al respecto que ésta es
"un cierto número de ciudadanos, llamamos ciudadanos a quienes tienen la facultad de intervenir en las
funciones deliberativas y judiciales de la misma ciudad, y llamamos ciudad al número total de estos
ciudadanos que basta para la suficiencia de la vida". Además, hacía referencia a la Polis, como el lugar
en donde se hace la gran política.
Ortega y Gasset señala, en cambio, que " la ciudad es un ensayo de secesión (separación, separarse de
un total, parte de un territorio) que hace el hombre para vivir fuera y frente al Cosmos, tomando de él
porciones selectas y acotadas". En esta definición está implícita la idea de la sede, a la cual se puede
entrar y también se puede salir (disidir), en la cual el hombre encuentra refugio y puede en ella residir, es
decir habitar.
El mismo autor señala que "la urbe es ante todo plazuela, ágora, lugar para la conversación, la disputa,
la elocuencia, la política. En rigor, la urbe clásica no debería tener casas sino fachadas que son
necesarias para cerrar una plaza, escena artificial que el animal político acota, sobre el espacio agrícola".
Finalmente, Ortega y Gasset consigna "la ciudad clásica nace de un instinto opuesto al doméstico. Se
edifica la casa para estar en ella, se funda la ciudad para salir de la casa y reunirse con otros que
también han salido de sus casas".
En este contexto cabe mencionar la definición que Spengler hace de la ciudad en el sentido que "lo que
distingue a la ciudad de la aldea no es la extensión, sino la presencia de un alma ciudadana".
Con el pasar del tiempo, la idea y concepción de la ciudad ha ido experimentando modificaciones. En la
Edad Media, a las ciudades se las concebía como "poblaciones amuralladas“. Esta definición, si bien se
remite básicamente a un aspecto de su conformación física, no deja de considerar a sus funciones y
condiciones que allí se cumplen. A este respecto, Below hace mención a la ciudad, y señala que ésta es
"mercado, fortificación, jurisdicción, independencia política, privilegios.”
Resulta relevante que en cada una de las definiciones de ciudad, se pone énfasis en algunos de los
aspectos que la estructuran. Es así como L. Munford, al decir que " la ciudad es la forma y el símbolo de
una relación social integrada”, claramente privilegia el aspecto de las relaciones humanas; muy similar a
la que sustenta la sociología cuando define " la ciudad como un establecimiento relativamente grande,
denso, permanente de individuos socialmente heterogéneos".
Autores como Weber, en cambio, circunscriben su definición al mercado. “Una ciudad es un
establecimiento humano basado en el mercado". Le Corbusier dice, entre varias de las definiciones
conocidas, que “la ciudad es un objeto de uso”, haciendo referencia al objeto -en tanto medio para fines
no especificados-, en esta cita.
A medida que se han ido incorporando nuevos actores y, por ende, complejizando las relaciones entre
los diversos agentes y factores intervinientes; y, paralelamente, se ha logrado un desarrollo de algunas
disciplinas vinculadas con este objeto de estudio, como son la Sociología, Economía Urbana, Psicología,
etc., se ha ido consolidando la necesidad de una definición cada vez más integradora de todas las
variables que involucra el fenómeno urbano, o específicamente la ciudad.
Munizaga, sostiene que "ciudad es un espacio geográfico donde se desarrollan las funciones de
residencia, gobierno, transformación e intercambio, en todos los niveles; ocupada por una población cuya
densidad y heterogeneidad permiten los contactos sociales, con un grado de equipamiento que asegure
las condiciones de la vida urbana, y que se manifiesta en la generalidad de los casos, con un paisaje
construido cuyas características son la continuidad y la contigüidad".
II. URBANISMO
Parecería que la definición de ciencia o disciplina para referirse al Urbanismo, aún no está claramente
dilucidado. Sin embargo, para efectos de nuestra interés, asumiremos que es la Ciencia que estudia
todos los aspectos que conforman el desarrollo del espacio urbano en el tiempo. Es el orden previsor
para el desarrollo del espacio urbano.
Técnicamente, el Urbanismo nace en la segunda mitad del siglo XIX, como respuesta a la necesidad de
ordenamiento de espacios urbanos inadaptados, ante la nueva realidad de crecimiento y caos, producida
por la era industrial. Sin embargo, se separa de anteriores experiencias e intentos de desarrollo urbano,
en cuanto a dos aspectos:
Es la obra de profesionales especialistas, arquitectos generalmente, lo que habla de una consecuente
especialización.
Sus modelos de planificación se basan en premisas teóricas, y además, son realizados en la práctica.
III. PLANIFICACION URBANA.
Disciplina que ordena, de acuerdo con una práctica social y una teoría científica, la distribución, uso, y
función del espacio urbano.
Ya en la sociedad anterior a 1800, la construcción de ciudades era precedida por reflexiones que pueden
ser consideradas como medidas de planificación. Pero la ordenación apriorística, ha pertenecido de
manera tan natural a las funciones de la dirección política del Estado, que una especial ordenación
económica, o el planeamiento de ciudades, pasaban inadvertidos como tales (2).
Se puede definir un objetivo central: ORDENAR, ARMONIZAR Y REGULAR EL DESARROLLO
URBANO DE UNA CIUDAD, O AREA METROPOLITANA.
Se ordena y armoniza el espacio existente para mejorar la calidad de vida de los habitantes.
Se planifica el orden futuro y el crecimiento de la ciudad, mediante los denominados instrumentos de la
planificación.
En Chile estos Instrumentos de Planificación urbana son, en orden de jerarquía:
a. Política Nacional de Desarrollo Urbano
b. Plan de Desarrollo Regional
c. Plan de Desarrollo Intercomunal
d. Plan Regulador Intercomunal
e. Plan de Desarrollo Comunal
f. Plan Regulador Comunal
g. Plan Seccional
h. Límite urbano.