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TRASTORNO EXPLOSIVO INTERMITENTE

GENERALIDADES POCO CONOCIDAS.

Presente entre nosotros pero poco sabemos de Él. “El trastorno explosivo intermitente

(TEI) se caracteriza por episodios recurrentes de agresividad mediados por la imposibilidad

de controlar impulsos” (Zapata & Palacio, 2015, pág. 215). Inicialmente fue considerado

como una rara condición psicológica de la que poco se conocía, sin embargo aportaciones

científicas actuales lo han clasificado dentro de los trastornos disruptivos, control de los

impulsos y la conducta, posee una gran incidencia sobre la población, y sus consecuencias

aíslan al individuo de las relaciones sociales produciendo un deterioro en su calidad de vida.

El TEI se manifiesta como una conducta agresiva e impulsiva, en forma de

estallidos recurrentes, de rápida instauración y resolución (menos de 30min)

desencadenados por un estímulo precedente menor o incluso sin desencadénate,

manifestando durante el ataque irritabilidad, aumento del nivel de energía, finalmente se

continua con remordimiento, vergüenza y culpa. Ocasionalmente los ataques se preceden

de síntomas como: cefalea, nauseas, mareo, tensión interna, alteraciones del nivel de

conciencia y miedo. Su prevalencia varia del 1.4% al 10%, se manifiesta inicialmente en la

adolescencia, entre los 14-18 años, más frecuente en los varones y en áreas urbanas.

Presenta una alta comorbilidad, el 64% de individuos con TEI presentan otro trastorno

mental, como trastorno depresivo, estrés postraumático, desórdenes alimenticios, fobia

social. (Zapata & Palacio, 2015, págs. 214-216)

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Dada la similitud de su agresividad con otros trastornos es muy común confundirlos,

para ello sus principales criterios de diagnóstico son: 1) Agresión verbal o física contra

personas, animales o cosas, dos veces por semana por tres meses o tres episodios graves en

un año; 2) Magnitud desproporcionada entre la agresión y la agresividad expresada; 3) Los

ataques no son premeditados; 4) Los arrebatos inducen un marcado malestar al individuo.

(Asociacion americana de psicologia (APA), 2014, pág. 466)

El TEI carece de una causa específica, sin embargo estos son algunos de los factores

desencadenantes: 1) Heredabilidad, con un 50% de probabilidades. Reducción en los sitios de

unión del transportador de serotonina; 2) Disminución de la integridad del de la materia

blanca (SFL). 3) Maltrato físico, verbal, abuso sexual y emocional durante la infancia; 4)

Exposición a traumas y accidentes. (Zapata & Palacio, 2015)

El Tratamiento con mejores resultados es la combinación de psicoterapias,

principalmente la cognitivo-conductual con psicofármacos como lo son inhibidores selectivos

de serotonina, anticonvulsivos, litio y agentes anti-ansiedad. (Guia psicologica, 2018)

Para finalizar, las personas que padecen de TEI llevan consigo consecuencias que

afectan al sujeto y su entorno, como: problemas interpersonales, legales, deterioro en la

calidad de vida, suicidio, acompañados de factores físicos negativos como dolores crónicos,
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diabetes mellitus, accidente cerebrovascular y otros. (Luper, Keiman, McCloskey, Berman, &

Coccaro, 2015, pág. 714)

Referencias
Asociacion americana de psicologia (APA). (2014). Manual diagnostico y estadistico de los
transtornos mentales(DSM-5). Madrid: Panamericana.

Guia psicologica. (2018). Trastorno explosivo intermitente . Obtenido de guiapsicologica.com:

http://guiapsicologia.com/trastorno-explosivo-intermitente/

Luper, D., Keiman, E., McCloskey, M., Berman, M., & Coccaro, E. (2015). The experience of agressive
outburst in intermittent explosive disorder. Psychiatry Res., 710-715.

Zapata, J. P., & Palacio, J. D. (2015). Trastorno explosivo intermitente: un diagnostico controversial.
Revista Colombiana de Psiquiatria, 214-223.