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En “Morir en Femenino.

Mujeres ideología y prácticas funerarias desde la


prehistoria hasta la Edad Media”. María Dolors Molas Font y Sònia Guerra
López (Eds.). Edicions de la Universitat de Barcelona, España: 51-80. Una revalorización
del trabajo femenino:
análisis de la reproducción biológica
desde una perspectiva socio-económica

Figura femenina. Cuccuru S'Arriu, Cabras (Cerdeña, Italia).


Neolítico medio (IV milenio aC).

50 • Morir en femenino
Paz Balaguer Nadal*
Camila Oliart Caravatti**

Introducción

La Historia ha sido escrita en masculino, omitiendo y desvalori-


zando sistemáticamente la relevancia social de las mujeres y su
trabajo. Por ello, y para resituar el trabajo femenino en el lugar
que le corresponde, hemos escogido una producción exclusiva-
mente femenina y cuya principal protagonista y productora está
determinada biológicamente: la reproducción biológica de los se-
res humanos.
El artículo tiene como objetivo analizar dicha producción partien-
do de la teoría de la producción de la vida social, la cual considera
la producción de cuerpos como básica para la existencia y repro-

* Becaria F.P.U. Universidad Autónoma de Barcelona. E.mail: pazde.bala-


guer@campus.uab.es
** Universidad Autónoma de Barcelona. E-mail: camila.oliart@campus.uab.es
Queremos agradecer a Ma Inés Fregeiro, Roberto Risch y muy especialmente
a Ma Encarna Sanahuja el interés que han mostrado por el tema aquí tratado así
como las largas discusiones que hemos mantenido junto a ell@s. Igualmente a M"
Encarna Sanahuja por su paciencia y su crítica constructiva en la revisión final del
texto. No obstante, nosotras somos las únicas responsables del contenido final de
este artículo.

Una revalorización del trabajo femenino: análisis de la reproducción biológica... • 53


ducción de vida social. Dado que sin nuevos agentes sociales que En la reproducción de los seres humanos estos mismos factores es-
remplacen a los que dejaron de existir desaparecería cualquier tipo tán presentes, pese a tratarse, a su vez, de una capacidad biológica y
de vida social,1 nacimiento y muerte son, pues, las dos caras de un natural de todos los seres vivos. En este proceso las mujeres inver-
mismo proceso: la vida. timos un tiempo y energía para crear unos cuerpos que, tras el par-
to, sólo requerirán de su mantenimiento para seguir viviendo. Con
la producción de mantenimiento no se crea un "producto" nuevo, ni
La reproducción biológica: un nuevo cuerpo, sino que son las características de este ser, unido
¿por qué incluirla y considerarla a las relaciones que establece con los demás, las que posibilitarán
producción? su formación como hombre o mujer en sociedad. Así, el producto
singular resultante de la producción de cuerpos tiene un valor so-
Para llevar a cabo este estudio consideramos oportuna la utiliza- cial añadido a su propia materialidad, como persona y futur@
ción de categorías propuestas por el materialismo histórico por dos agente social.
motivos: en primer lugar, para desocultar y revalorizar la reproduc- En la producción de cuerpos nos encontramos con dos particulari-
ción humana como producción, utilizando los mismos recursos dades que la hacen no-equiparable con la producción de objetos.
analíticos que para el resto de las producciones; en segundo lugar, Por un lado, las características propias de este proceso, así como la
queremos denunciar con ello el sesgo androcentrista de dichas ca- manera en las que intervienen los distintos factores. Y por otro, el
tegorías, al no contemplar en profundidad la especificidad de la producto resultante.
producción de agentes sociales y considerar neutro lo que en reali- En la producción de objetos pueden intervenir distintos agentes so-
dad es únicamente masculino. ciales sin más limitaciones que las propiamente construidas por el
En cualquier proceso productivo pueden identificarse varios facto- grupo social. La producción de cuerpos, por el contrario, está limi-
res que conforman el "esquema económico básico":2 la fuerza de tada y determinada biológicamente: el producto es un cuerpo pro- «
trabajo y/o medios de producción^ que actúan de manera intencio- ducido principalmente a partir del cuerpo de una mujer que consti-
nada sobre "algo" -el objeto de trabajo-, transformándolo y crean- tuye simultáneamente la fuerza de trabajo, el objeto de trabajo y el
do "algo" cualitativamente distinto y con valor social -producto medio de producción.
social-. No obstante, la presencia de este elevado componente biológico no
excluye que en el proceso reproductivo intervengan elementos so-
1. Castro, P.; Gili, S.; Lull, V.; Mico, R.; Rihuete, C ; Risch, R.; Sanahuja, M.a ciales, puesto que las mujeres viven y forman parte de un marco so-
E., "Teoría de la producción de la vida social. Mecanismos de explotación en el
Sudeste ibérico", en Boletín de Antropología Americana, 33 (1998), pp. 25-77.
cial bajo el que llevan a cabo distintas actividades, entre ellas la
2. ídem, ibídem, p. 33. producción de cuerpos. En tanto que producción, ésta será efectua-
3. El medio de producción como mediatizador entre la fuerza de trabajo, que da para la consecución de un objetivo (la obtención de agentes so-
son las mujeres y los hombres que llevan a cabo la intencionalidad de la acción, y el ciales) y bajo unas condiciones socio-materiales determinadas y
objeto de trabajo (Castro, P.; Chapman, R.; Gili, S.; Lull, V.; Mico, R.; Rihuete, C ;
Risch, R.; Sanahuja, M.a E., "Teoría de las prácticas sociales", en Complutum, 6 (II)
variables según la sociedad.
Extra (1996), pp. 35-48; Castro, P.; Gili, S.; Lull, V.; Mico, R.; Rihuete, C ; Risch, La otra particularidad de esta producción es el propio "producto
R.; Sanahuja, Ma E., 1998, art. cit.). resultante", el cual consideramos que no se puede situar en la mis-
ma escala de valor que el resto de objetos. Una vez formado este esas nuevas células, produciéndose cambios en su organismo para
cuerpo y criado, se convertirá en mujer u hombre. Como todo ob- adaptarse a la nueva circunstancia.4 Por esto puede entenderse el
jeto producido, es social y está inmerso dentro de un contexto so- cuerpo de la mujer como el medio de producción, dado que de ella
cial determinado, pero su singularidad radica en que podrá actuar procederán los elementos necesarios para que la criatura pueda se-
e incidir por sí mism@ en su propio contexto. De esta manera, es- guir desarrollándose. Simultáneamente, la mujer representará tam-
tos nuevos seres humanos contribuirán, con sus acciones, a la pro- bién la fuerza de trabajo, la que genera la energía, y objeto de traba-
ducción de la vida social (ya sea reproduciéndola, ya transfor- jo, puesto que en ella y de ella se desarrollarán las células que con-
mandola, ya resistiéndose). Por todo ello estamos convencidas de formarán el feto.
que quienes se hagan con el control de los productos resultantes No obstante, durante la gestación intervienen otros elementos. Para
de la producción de agentes sociales se harán a su vez con el con- una correcta formación del feto, la mujer requiere cuidados especí-
trol de la sociedad. He aquí la gran relevancia social de esta pro- ficos -alimenticios, físicos y emocionales- que corresponden a la
ducción. producción de mantenimiento de su cuerpo. El análisis histórico
nos lleva nuevamente a la caracterización de las condiciones socia-
La producción de cuerpos les bajo las cuales se está ejecutando la producción de cuerpos.
La última etapa de la producción de cuerpos, el PARTO, es el mo-
Para efectuar el análisis económico dividiremos la producción de mento en que el feto está lo suficientemente maduro para desligarse
cuerpos en diversas fases (fecundación, gestación y parto). Sin em- físicamente de la madre. Se trata del momento crítico en el que
bargo, no olvidemos que este proceso es vivido por la mujer como otros miembros de la sociedad desempeñan un papel clave. La exis-
algo continuado, ya que ésta no puede un día estar embarazada, al tencia de una organización y estructura social en las que las muje-
otro no, y sí al siguiente. Es una producción individual y continua- res están inmersas son determinantes en la producción de los nue-
da, que no finaliza hasta que el producto "sale a la luz". vos seres puesto que, durante esta etapa, serán necesarios cuidados
En la etapa de FECUNDACIÓN es necesaria, hasta el momento, la y atenciones que cabe considerar como trabajos vinculados a la
participación de un hombre y una mujer fértiles. Estos dos agen- producción de mantenimiento.
tes actuarán como objeto de trabajo (en forma de espermatozoide
Sin embargo, para entender las implicaciones sociales que la repro-
y ovocito), fuerza de trabajo (se invierte un tiempo y energía) y el
ducción biológica conlleva, no debemos quedarnos con la simple
cuerpo de la mujer servirá como medio de producción (será la pre-
descripción físico-biológica, sino que cabe considerar otro aspecto,
sencia del útero que posibilitará la implantación del óvulo fertili-
que es el de la mujer como madre. Retomando los discursos feminis-
zado).
tas de las últimas décadas, y en especial a Alessandra Bocchetti,5 nos
Esta interactuación de mujer y hombre en la fecundación cambiará centraremos en la manera en que la madre percibe este proceso.
en las dos siguientes etapas, ya que, tanto en la gestación como en
el parto, la mujer actuará de manera exclusiva como productora del
nuevo ser en proceso de formación. 4. Colectivo del Libro de Salud de las Mujeres de Boston, Nuestros cuerpos,
nuestras vidas, ICARIA editorial, Barcelona, 1984, p. 261.
Una vez la fecundación se ha llevado a cabo se inicia la 5. Bocchetti, A., Lo que quiere una mujer, Colección Feminismos, Barcelo-
GESTACIÓN, momento en el que el cuerpo de la mujer "acogerá" na, Ediciones Cátedra, 1996, pp. 32-37.
El proceso de fecundación es el resultado de la unión entre una mu- por el hecho de ser mujer, a realizar una serie de tareas y a compor-
jer, mantenida en el seno de una comunidad que le facilitará y/o po- tarse de determinada manera. La mujer, como ser independiente, ha
sibilitará el correcto desarrollo del proceso de gestación de la cria- sido cancelada, anulada... para que el mundo masculino patriarcal,
tura, y un hombre. Sin embargo, en la producción de cuerpos es la donde impera la racionalidad, la fortaleza física, la virilidad y la
mujer la que produce un ser perfecto e increíblemente complejo, competencia, pueda seguir reproduciéndose, dejando de lado las
que saldrá de ella, dejará de ser ella (habiéndolo sido) y será en sí emociones, tan ambiguas y potencialmente conflictivas. Este cons-
mismo (biológicamente). Ello producirá una increíble ambigüedad tructo ideológico justifícatorio de la desigualdad sexual, así como
de sensaciones en la madre y, a partir de esta experiencia, nada se- la toma del control del proceso de socialización, nos está indicando
guirá siendo igual, produciéndose lo que Bocchetti denomina "la la apropiación de aquello que el mundo masculino no puede produ-
pérdida de sí".6 cir por sí mismo: los cuerpos.
Ya hemos visto, no obstante, cómo en la reproducción biológica no
todos los agentes sociales actúan del mismo modo, ya que la parti- El proceso de socialización
cipación de éstos viene determinada por la biología. De este modo,
los hombres quedan relegados a un segundo plano de acción, y las Hasta el momento hemos utilizado estas categorías analíticas pro-
mujeres son las protagonistas principales de este proceso. Quizás cedentes del materialismo histórico, dado que consideramos la pro-
por esta razón los hombres no han permitido ni aceptado histórica- ducción de agentes sociales como una verdadera producción. No
mente este papel secundario, y han expropiado a las mujeres del obstante, hay que señalar que, al utilizar única y exclusivamente
fruto de su trabajo, relegándolas a la función de "ser madres", des- categorías económicas, estamos dejando de lado componentes
valorizando y cancelando de este modo su importancia social. afectivos que juzgamos esenciales y que hacen de la producción de
En general, la producción de cuerpos y el trabajo realizado tradi- agentes sociales algo más que una producción de objetos. Estas re-
cionalmente por mujeres no ha sido siquiera nombrado. Esta omi- laciones afectivas no sólo revertirán en las madres y los padres,
sión absoluta nos lleva a pensar que las actividades productivas cuando los hay o ejercen como tales, sino que son también de gran
realizadas por mujeres no son consideradas trabajos. Ello se encu- importancia para el proceso de socialización de l@s hij@s. Es bien
bría y se encubre bajo el discurso androcéntrico en el que las muje- sabido que no crece del mismo modo (ni física ni emocionalmente)
res son exclusivamente "madres" y "cuidadoras" de la familia y, en una criatura que recibe cariño y otra que no, y este aspecto es de
general, del mundo doméstico, por su propensión "natural" a tales gran importancia, puesto que de ello dependerá su integridad como
actividades. Y sabemos que lo natural no forma parte del mundo persona, su inserción en la sociedad y su estado físico.
"civilizado", hecho que lo desvaloriza automáticamente. Distinguimos dos fases en lo que denominamos "producción de
Y es por esta razón que la cancelación del simbólico materno com- agentes sociales": a) la producción de cuerpos, determinada bioló-
porta la desvalorización del sexo femenino. La figura materna es gicamente y b) el proceso de socialización, cuya producción puede
una figura fantasmagórica, que lo hace todo pero no hace nada (na- ser realizada tanto por mujeres como por hombres. La caracteriza-
die la nombra, y si no se nombra no existe), que está estigmatizada, ción de esta última fase será específica en cuanto a las prácticas so-
ciales de cada comunidad humana. El proceso de socialización
6. ídem, ibídem, p. 37. vendría definido tras el alumbramiento, cuando el cuerpo se ha for-
mado en sus características fundamentales, hasta el inicio de su in- Variabilidad en las posiciones de parto
tegración en la sociedad como agente activo. Durante la socializa-
Desde un punto de vista biológico, la posición que la mujer adopte
ción, mujeres y hombres actúan sobre el cuerpo recién producido,
en el parto tendrá una gran influencia en el desarrollo del mismo.
cuidándolo y formándolo en cuanto a agente social. El proceso fi-
Por ello consideramos que a partir del análisis de esta variabilidad,
nalizará una vez el cuerpo es capaz de mantenerse por sí mismo y
en relación con los contextos históricos concretos, podremos infe-
en sí mismo, a la vez que empieza a incidir mediante sus acciones
rir parte de las prácticas sociales asociadas a esta producción, así
en la esfera social de la que forma parte.
como su valoración social.
A diferencia de la producción de objetos, el resultado final del pro-
En aquellas posturas en las cuales el tronco de la madre está ergui-
ceso de socialización no es totalmente controlable ni pre-determi-
do (de rodillas, en cuclillas, sentada o de pie), la fuerza de la grave-
nable. Con "no controlable" nos referimos a que, aunque podamos
dad parece contribuir al encajamiento y al descenso del bebé, mejo-
tener un pre-concepto sobre la caracterización de ese objeto como
rando las contracciones y reduciendo, con ello, el dolor y el tiempo
agente social, el resultado puede no corresponderse con ello. Para
requerido.7 Contrariamente, la posición estirada es la más dolorosa
empezar, no se conoce realmente el fundamento del comporta-
para la madre y la más peligrosa para el/la bebé que ha de nacer,
miento humano: ni es totalmente genético ni cultural, sino ambas
puesto que la posición dorsal presiona el útero sobre la vena cava
cosas a la vez, en una relación en la que desconocemos qué aspec-
inferior, relacionada con la provisión de sangre en el mismo, pu-
tos priman sobre otros. Además, la criatura "absorbe" todo lo que
diendo causar síntomas de shock en la parturienta, malestar en el/la
le rodea, acciones, actitudes, emociones... que aunque no vayan di-
niñ@, y dificultando dar a luz espontáneamente.8
rigidas a ella, las percibirá, y serán tal vez asimiladas (consciente o
La existencia de posiciones distintas no sólo se aprecia en las repre-
inconscientemente). Puede estar regulado o no, pero cualquier tipo
sentaciones iconográficas, sino también en los escritos antiguos
de acción podrá ser susceptible de ser asimilada y, por lo tanto, sus-
que se han conservado hasta la actualidad. Ejemplo de ello son las
ceptible de ser reproducida. No obstante, cabe recordar que cual-
descripciones indirectas aportadas por la Biblia, que hacen referen-
quier acción social viene determinada por una normativa social
cia al alumbramiento en posición sedente:9
(sea reproduciéndola, sea transgrediéndola), por lo que su asimila-
ción y posible reproducción formará parte de la producción de
"Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales
mantenimiento de la propia sociedad. se llamaba Siphra, y otra Phua, y díjoles: cuando parteráreis a las he-
breas y mirareis los asientos si fuere hijo matadlo, y si fuera hija, enton-
ces que viva".10
La reproducción biológica
a partir de contextos históricos 7. www.update-software.com/abstracts/es/es002006.html
8. Colectivo del Libro de Salud de las Mujeres de Boston, op. cit., p. 289.
La variabilidad existente en las prácticas sociales asociadas a la 9. La cual, desde un punto de vista biológico, supone una gran ventaja por la
obtención del máximo impulso y la mejor dirección de la fuerza de las contracciones
producción de cuerpos está documentada, a partir de su registro uterinas sobre el feto, mejorando de esta manera el pasaje a través del canal pélvico
material y etnográfico, en sociedades diversas, alejadas entre ellas (www.update-software.com/abstracts/es/es002006.html)
en el tiempo y el espacio. 10. Éxodo, I, 15-16. Palabras de Moisés (la cursiva es nuestra).
De la misma manera, los escritos hititas se refieren a "la mujer
en el taburete del parto", 14 mientras que los egipcios, como por
ejemplo el papiro Westcar, citan el uso del sillón obstétrico.'5
(figura 1).
FlG. 1. Esquema de un El-Wilader egipcio.11 Si bien la funcionalidad de estos asientos, en caso de preservarse
en el registro arqueológico,16 es fácil de determinar debido a la
apertura en forma de media luna en la cara anterofrontal del
asiento, en ocasiones dicha funcionalidad puede ser errónea-
mente interpretada al considerar estos sillones/taburetes como
simple mueblario doméstico. En consecuencia, tal y como vere-
mos en el apartado siguiente, el contexto arqueológico será el
que permitirá una mayor aproximación a la dilucidación de la
práctica del alumbramiento y a la intervención de estos elemen-
tos en la misma.
En lo que al resto de posiciones se refiere, véase, parto de rodi-
FlG. 2. Huaco funerario. Parto sedente.1' Has,17 parto en cuclillas18 y parto en posición erecta,19 las represen-

14. Beckman, 1983, citado en Beausang, E., "Childbirth in prehistory: An in-


troduction" en European Journal ofArchaeology, vol 3(1), 2000, p.71.
15. Sánchez Arcas, R., 1955, op. cit., p. 22.
16. La existencia de estos taburetes/sillones de parto ha sido documentada
también en Grecia (como lo demuestra la representación existente en un vaso co-
rintio) y Roma (a partir de un relieve hallado en Ostia (Altaió, V.; Veiga, A.,ln Vi-
tro, de les mitologies de lafertilitat ais límits de la ciencia. Catálogo de la exposi-
ción en la Fundación Joan Miró, Barcelona, abril-junio 1992, Lunwerg Editores,
S.A.-Generalitat de Catalunya, 1992, p. 22), así como en México (representación
de la Diosa Tlazoltéol) o Perú (huaco funerario peruano), Sánchez Arcas, R., 1955,
op.cit., pp. 30-42.
FlG. 3. Parto de cuclillas. Diosa mexicana.13 / 7. Posición que disminuye el trauma perineal debido a que la gravedad dirige
la presión fuera del perineo y al mismo tiempo facilita el descenso fetal otorgando,
además, al perineo una mayor elasticidad (www.update-software.com/abs-
tracts/es/es002006.html).
11. Sánchez Arcas, R., El parto a través de los tiempos. Contribución al estu- 18. La cual también disminuye las laceraciones perineales debido al aumento
dio iconográfico de laparturación, Publicación Médica Biohorm, 1955, p. 42. del diámetro transversal y antero-posterior del orificio pélvico (www.updatesoft-
12. ídem, ibídem, p. 42. ware.com/abstracts/es/es002006.html).
13. Witkowski, G. J., Histoire des accouchements chez tous les peuples, Pa- 19. Esta posición facilita enormemente el trabajo del parto puesto que es la
rís, G. Steinheil edit. 1945, p. 423. fuerza de la gravedad la que favorece la disminución de la fuerza de las contraccio-
Por lo que se refiere a la presencia de otras figuras asistentes en
el parto, las representaciones analizadas evidencian que la ma-
yoría de ellas son femeninas. La existencia de las llamadas "co-
madronas" se documenta desde tiempos antiguos, constituyendo
una figura fundamental de ayuda tanto física como emocional
para la madre. Tan sólo en tres de las representaciones analiza-
das está presente la figura de un hombre, tratándose en dos oca-
siones del chamán,22 quien actúa como auscultador-controlador
del proceso de gestación en un contexto de carácter ritual, que
remite a las "fuerzas sobrenaturales" que otorgan poder a los
hombres chamánicos. 23 La tercera escena es de época roma-
no-imperial y muestra una escena de parto difícil, en la que la ex-
presión de dolor femenino contrasta con la actitud hierática y es-
tática del hombre-médico quien porta en su mano derecha un
fórceps.24 En esta imagen no sólo contrastan las expresiones, re-
flejo de las experiencias distintas ante el nacimiento, sino tam-
Fio. 4. Parto erecto con "ruptura de FlG. 5. Curandero auscultando mujer bién la presencia de un instrumento, el fórceps, cuya utilización
aguas ". Nueva Guinea20 embarazada. Cultura Chimú (s. XII)11 significa para nosotras una clara derivación de la toma de con-
trol del parto por parte del sexo masculino. Así pues, ante un
alumbramiento difícil, si la mujer pudiese gestionar su cuerpo,
taciones documentadas son muchas y de origen muy diverso. Des- ayudaría a la criatura basándose en las sensaciones que de ella
de el Egipto faraónico hasta el México de principios de siglo XX, percibe. No obstante, al imponer a la madre una posición física-
pasando por Chipre (s. VI aC), Perú (época Chimú, s. XII) o Nue- mente perjudicial y que obstruye en gran medida la salida del/la
va Guinea, estas posiciones han sido plasmadas en diversos sopor- bebé, se requiere un objeto especializado, altamente agresivo
tes como esculturas, pictogramas o grabados, constituyendo un tanto para la parturienta como para el/la bebé.
tema recurrente en la imaginaria colectiva de las diferentes socie-
dades a las que estos ítems político-ideológicos pertenecen.

nes y el menor trabajo requerido al bebé así como la menor duración del segundo
momento del parto (www.update-software.com/abstracts/es/es002006.html).
20. Entralgo, L., Historia Universal de la Medicina, vol 1: "Era pretécnica", 22. De cuya significación hablaremos en el siguiente apartado
Barcelona, Ed. Salvat, 1972, p. 54. 23. A.A.V.V., 1975. op.cit., p. 191 y 250.
21. A.A.V.V., Guía para museos de arqueología peruana, Lima, Ed. Milla 24. Sánchez Arcas, R., 1955, op.cit.,p. 30; Entralgo, P.L., \912, op.cit.,wo\2,
Bartres, 1975, p. 250. p. 300.
La producción de cuerpos Registro osteológico
en el registro arqueológico Ya hemos comentado cómo el hecho de la gestación y el parto com-
portan transformaciones en el cuerpo de la mujer, el cual ha de
En los estudios arqueológicos, al igual que en los económicos, ha
adaptarse a la presencia de un nuevo ser en su interior y hacer un
existido una total invisibilidad de la producción de cuerpos. Las
gran esfuerzo para ayudar a que éste nazca. En el ámbito osteológi-
dos argumentaciones principales justificatorias son: primera, por
co existe gran dificultad en la observación de estas modificaciones
considerarse una cuestión natural y universal, dado su componente
y en la determinación de su etiología específica puesto que, debido
biológico; segunda, por tratarse de actividades cuya evidencia ma-
a las características del cuerpo humano, factores diferentes pueden
terial es considerada inexistente.
haber provocado la aparición de un mismo rasgo.26 La investiga-
Sin embargo, su visibilidad material dependerá de que esta produc-
ción pone de manifiesto que las transformaciones óseas más impor-
ción sea considerada como tal a la hora de realizar los estudios con-
tantes tienen lugar en el tubérculo púbico: la tensión a la que el
cretos. Así, y en palabras de Beausang: "Las relaciones potenciales
músculo abdominus rectus y el ligamento inguial son sometidos en
entre los restos materiales y la práctica de la maternidad dependen
los últimos meses de gestación y durante el parto, influencian en la
de nuestro entendimiento sobre qué es lo que representa esta prácti-
mayor extensión del tubérculo, en donde ambos se insertan, exis-
ca y lo que puede necesitar".25
tiendo una relación estadística entre dicha extensión y el número de
En relación a la producción de cuerpos, su característica princi-
embarazos acontecidos.27
pal es el hecho de que las categorías de fuerza de trabajo, el obje-
Aunque poco desarrollados, los estudios referentes a la relación
to de trabajo y el medio de producción son indisolubles, y se
entre el embarazo, la lactancia y la micromorfología ósea plantean
identifican con el cuerpo femenino, por lo que son en él y dejan
una vinculación entre el parto y el incremento de la masa ósea. Con
de ser en tanto que él. Con ello, ¿qué registro material será visi-
todo, cabe tener en cuenta que la lactancia prolongada disminuye la
ble arqueológicamente para la dilucidación de la producción de
cantidad de masa ósea con lo que es necesario el avance de la inves-
cuerpos?
tigación para establecer variables independientes que permitan ais-
Por un lado, el registro material más directo de esta producción lar un evento de otro.28
estará constituido por las transformaciones acontecidas en el
cuerpo de las mujeres, y la propia producción de cuerpos, es de-
cir, los cuerpos de los agentes sociales, puesto que su propia
existencia implica su producción. No obstante, el registro de di- 26. Así por ejemplo, la mayor o menor profundidad del surco pre-auricular o
chos cuerpos puede tener también otra significación relevante la porosidad dorsal del pubis, en relación a los cuales estudios recientes han demos-
puesto que, en caso de tratarse de niñ@s recién nacidos, su pre- trado la mayor influencia biomecánica, asociada al rol de la cintura pélvica, en la
transmisión del peso del cuerpo desde el tronco a las extremidades inferiores, que no
sencia implica una producción no finalizada en cuanto a agente
el hecho del embarazo, aunque éste influya también en el grado de aparición de es-
social. tos rasgos: Cox, M., "Assessment of parturition", en Cox, M.; Mays, S. (ed.), Hu-
man Osteology in Archaeology and Forensic Science, Londres, Greenwich Medical
Media Ltd, 2000, pp. 132-135.
27. ídem, ibídem, pp. 135-137.
25. Beausang, E., op.cit.. p. 74. 28. ídem, ibídem, pp. 137-138.
La producción de mantenimiento
en el registro arqueológico
Nos encontramos ante un proceso en el cual la mujer es la pro-
ductora principal, existiendo acciones sociales encaminadas a
su mantenimiento para asegurar la consecución de la produc-
ción. Se trata de aquellos cuidados que la madre requiere duran-
te la gestación y el parto, cuando la colaboración de otras agen-
tes sociales29 se convierte en indispensable tanto para la madre
como para el/la bebé. En el ámbito arqueológico, probablemente
podremos referirnos sólo a aquellos cuidados centrados en el Fie 6. "Ambuk " o masaje obstétrico Japonés (s. XV).3'
cuerpo físico de la mujer. Todas las mujeres viven en un contex-
to social no solamente como productoras, sino también como su-
ción de la mujer frente a las molestias que la preñez puede provocar.
jetos con sus respectivas vinculaciones afectivas, y como tales,
Esta recolocación-relajación suele efectuarse mediante masajes y fric-
frente al temor, dolor... que la gestación y el parto conllevan, ne-
ciones ventrales en los que se usan ungüentos de origen animal (grasa
cesitaron a su lado una comadrona, una amig@, un médic@ o
de marmota, de serpiente, de castor...) e instrumentos para el masaje
chamán para su bienestar emocional/ 0
(rollos cilindricos de madera entre los babilonios o ladrillos en forma
En la producción de mantenimiento el objeto de trabajo es la mujer
de pez entre los filipinos).32 A menudo, estos masajes los realizan las
embarazada, la fuerza de trabajo otr@ agente social, y los medios de
comadronas asistentes al parto33 (figura 6).
trabajo variarán dependiendo del objetivo a seguir. A continuación
ejemplificaremos algunos de estos procesos de mantenimiento, du-
Durante el parto
rante la gestación y el parto, teniendo en cuenta los distintos factores
La práctica totalidad de las actividades llevadas a cabo durante
que intervienen.
el alumbramiento tienen una finalidad doble; por un lado, el apa-
ciguamiento del dolor de la madre y, por el otro, el cuidado
Durante la gestación
del/la bebé en el nacimiento, cuando la criatura se separa defini-
A partir de los diferentes registros etnográficos observamos que exis-
tivamente del cuerpo de la mujer para entrar al mundo social,
ten actividades comunes a muchas sociedades respecto al cuidado de
como cuerpo en sí.
la futura madre en el periodo de gestación. Entre ellos destacan aque-
llos elementos destinados a la recolocación del/la bebé y a la relaja-

31. Sánchez Arcas, R., 1970, Creencias, supersticiones y mitos que fueron
29. La utilización del femenino no es aquí arbitrario sino que la participación considerados inhibidores y facilitadores de la parturición. Madrid, Publicación
de otras mujeres que hayan experimentado ya el momento del parto, y su colabora- Médica Biohorm. 1970, p. 36.
ción en el mismo, es de gran importancia. 32. ídem, ibídem, p. 2.
30. Véase Colectivo del Libro de Salud de las Mujeres de Boston, op.cit. 33. De la importancia crucial de esta figura hablaremos más adelante.
rar la rápida expulsión del/la bebé, ayudando en las contrac-
ciones.
En el momento del alumbramiento se requiere también la colabora-
ción de otras agentes sociales, pues dos son los cuidados impres-
cindibles de cara al/la bebé recién nacid@. Por un lado, la separa-
ción definitiva del cuerpo de la madre por medio del corte del
cordón umbilical. Para tal fin será necesaria la utilización de un ele-
mento afilado, bien sea una simple caña de bambú, bien sea un cu-
chillo o bien los propios dientes.38 Por otro lado, la limpieza del/la
FlG. 7. Fumigación genital durante el parto. Karrie, Nilo Blanco?4 bebé y la madre (restos de placenta y de sangre), que en muchos ca-
sos será considerada como el paso de una condición peligrosa y
En relación al apaciguamiento del dolor de la madre, es común en contaminante a la reincorporación social. Aunque a este proceso se
muchas sociedades facilitar el parto mediante la dilatación del le ha impuesto una carga ideológica, constituye de hecho una acti-
útero a partir de la fumigación de los genitales mediante la aplica- vidad de mantenimiento del cuerpo de la madre, puesto que los res-
ción de vapores herbáceos. Para ello es necesaria la recolección tos de placenta que pueden quedar dentro del útero podrían llegar a
de plantas diferentes, por ejemplo veigel amarilla, ceriante, man- provocar su muerte. De esta manera, el baño-limpieza tendrá una
zanilla, tomillo, cebolla... en Grecia y la India, y el machacado y vertiente doble: funcional (la limpieza física) y simbólica (para
ebullición de las mismas en recipientes cerámicos sobre los que, marcar la transición).39 Dicho baño-limpieza se realiza general-
generalmente, la mujer se acuclilla para facilitar la dilatación35 mente aplicando agua y/o vapor de agua por lo que, en el ámbito ar-
(figura 7). queológico, implicará la presencia de elementos tales como estruc-
De igual manera, la ingesta de infusiones de ciertas plantas, turas de combustión o bien piedras termo-alteradas las cuales son
como las raíces de verbena, de fresno o de percedanum,36 y de introducidas en recipientes cerámicos contenedores de agua.
cannabis satiba o de datura stramonium,1,1 se utiliza para asegu- Los elementos materiales que acabamos de indicar pueden encon-
trarse en contextos arqueológicos distintos. Algunos de ellos qui-
zás no sean productos especializados en este tipo de procesos, sino
34. Sánchez Arcas, R., 1970, op.cit., p. 2. de uso cotidiano. En consecuencia, es necesario efectuar análisis
35. Las implicaciones arqueológicas de esta práctica no son menospreciables. funcionales, espaciales y etnoarqueológicos, siendo probablemen-
A modo de reflexión: ¿Cuál es la interpretación más usual ante la presencia de un
hoyo donde encontramos restos de combustión, cerámica y ciertas plantas?. Con
este ejemplo queremos remarcar la necesidad de ampliar el abanico de interpretacio- mujeres" en el BBB Motor Site (Illinois, fase Mississipian). Galloway, P., "Where
nes posibles a la hora de enfrentarnos al registro arqueológico, y no reducirnos a las have all the menstrual huts gone? The invisibility of menstrual huts in the late
lecturas tradicionales. prehistoric southeast" en Claassen, C ; Joice, R.A. (eds.), Women in Prehistory,
36. Según Plinio, citado en Sánchez Arcas, R., 1970, op. cit., p. 2. North America an MesoAmerica, Philadelphia, PA: University of Pensylvannia
3 7. Estas dos plantas han sido halladas en dos contextos arqueológicos: la pri- Press, 1997, pp. 47-65.
mera en un enterramiento femenino acompañado de un recién nacido en Jerusalén 38. Human Relations Área Filds, https:ets.umdl.umich.edu/e/ehrafe
(400 aC), y la segunda en un conjunto arquitectónico interpretado como "casa de 39. Galloway, P., op.cit., pp. 59-60.
te el contexto arqueológico el elemento clave para ayudarnos a rea- no intervenir ninguna producción de objetos específica, la consta-
lizar dicha correlación. tación arqueológica del mismo deberá basarse exclusivamente en
la propia producción de cuerpos y en las transformaciones morfo-
Espacios en la fase final de la producción de cuerpos lógicas acontecidas en los cuerpos femeninos.
b) El parto al aire libre en lugares apartados (ejemplos etnográfi-
La existencia de un lugar destinado al parto ha de entenderse desde
cos: Aranda (Australia Central), Bororo (Amazonia).43 Si bien
una doble vertiente. Por un lado, el alumbramiento se considera un
existe la separación del lugar de la producción femenina, ésta no
acontecimiento especial, diferenciado de la vida cotidiana, y ad-
implica la construcción de un lugar especializado. Por norma gene-
quiere por esta razón una importancia social destacable. Por el otro,
ral, en las sociedades documentadas, al llegar el momento del naci-
la distinción del lugar ha de entenderse como la separación de la
miento la mujer abandona el poblado, junto con las demás mujeres
producción eminentemente femenina, del resto de producciones,
que la ayudarán, y se dirige hacia un lugar apartado, normalmente
tanto femeninas como masculinas. Este aislamiento de la produc-
el bosque. Este alejamiento tiene como finalidad que ningún hom-
ción femenina implicaría una división entre el mundo de las muje-
bre o ninguna persona no autorizada por las normas sociales esté
res y el de los hombres y, por tanto, un elemento de posible desi-
presente durante el nacimiento.
gualdad.
c) El parto en lugares apartados construidos. A partir de observa-
A partir de la lectura de diversas observaciones etnográficas hemos ciones etnográficas diversas, hemos constatado la existencia de so-
establecido una tipología del lugar del alumbramiento, distinguien- ciedades en las que el parto tiene lugar en edificios restringidos a
do entre: la estructura de habitación de la unidad doméstica, el sitio las mujeres. La existencia de estos edificios ("casas de mujeres" o
alejado de dicha estructura en donde el parto se realiza al aire libre y "casas de menstruación") está en íntima relación con la considera-
la estructura arquitectónica diferenciada de aquella de habitación. ción de la sangre como algo impuro y contaminante. Así pues, en
estas sociedades la separación de todo aquello relacionado con la
a) Parto en la estructura de habitación de la unidad doméstica capacidad reproductora femenina viene dada por ser ésta conside-
(ejemplos etnográficos: Inuit (Groenlandia), Ona (Tierra del Fue- rada como algo impuro y contaminante.
go),40 Yámana (Tierra del Fuego);41 ejemplos históricos: Grecia.42
A nivel social implica la no separación del lugar de la producción Al hablar sobre la importancia de la producción de cuerpos en so-
femenina del resto de producciones. En consecuencia, la produc- ciedades distintas hemos apuntado el hecho de que el parto esté am-
ción será considerada como una más dentro de su sistema producti- pliamente representado por la iconografía, lo que significa para no-
vo. Al producirse el alumbramiento en las unidades domésticas y al sotras un claro signo de la consideración de la misma por parte de
dichas sociedades. No obstante, en el registro arqueológico no sólo
40. Human Relations Área Filds, https:ets.umdl.umich.edU/e/ehrafe hay representaciones del parto en sí, sino también del contexto so-
41. Gusinde, M., Los indios de tierra del fuego. Los Yámana. "Orden social y
cial en el cual éste tiene lugar. Quizás el hallazgo que merece más
costumbres tribales", Buenos Aires, Centro Argentino de Etnología Americana,
CNICT, 1983, pp. 674-685. atención sea la maqueta de una casa de mujeres encontrada en el
42. Blundell, S., Woman in ancient Greece, Londres, British Museum Press,
1995, pp. 110-111. 43. Human Relations Área Filds, https:ets.umdl.umich.edu/e/ehrafe
yacimiento calcolítico de Kissonerga-Mosphila (Chipre)44 (figura
8).
Dicha maqueta fue encontrada en un hoyo junto a piedras rotas, ter-
mo-alteradas y pigmentadas de ocre, y alrededor de ella se hallaron
estatuillas femeninas elaboradas en piedra o arcilla, escenificadas
de pie y los brazos extendidos o bien doblados en sus hombros. En
el interior de la misma aparecieron conchas, la maqueta de un tabu- Maqueta, visión interior superior Maqueta, visión interior inferior

rete de cuatro patas, machacadores, un cubo de piedra, un pulidor y


figuras antropomorfas de pie, sentadas o acuclilladas (recordemos
las posiciones del parto anteriormente descritas), así como una fi-
gura pintada parcialmente de la cual se aprecian parte de las piernas
ligadas a lo que sería un taburete y la cabeza del/la bebé que asoma
entre las dos piernas, pintada de rojo.
Maqueta, visión lateral
Este conjunto ha sido interpretado de dos maneras, bien como parte
de las herramientas de la comadrona/chamán para su iniciación en
la ayuda en el parto, bien como un conjunto ritual utilizado durante
un alumbramiento real (por la presencia de piedras termo-alteradas Figura femenina en parto sedente
al lado del conjunto).
Otro aspecto a destacar es la propia morfología de la casa represen-
tada en la maqueta. Comparando la estructura habitacional con las
estructuras existentes en el yacimiento, tan sólo una de las unidades
excavadas se correspondía a la representada en la maqueta (estruc-
tura 855), ya que sólo ésta constaba de una zona cuadrangular cen-
tral (la morfología de la zona central de las restantes estructuras es Maqueta, visión interior final Estructura 855
circular) y una compartimentación radial del recinto. ¿Debe inter-
pretarse, por tanto, la estructura 855 como un lugar especializado
FIG. 8. Conjunto artefactual Kissonerga-Mosphilia.'
en las actividades de parto? La pregunta queda abierta, pero cree-
mos que esta interpretación es, cuanto menos, posible.
Estas cuestiones nos llevan a reflexionar sobre la interpretación ar-
queológica habitual. Ante la constatación de una casa alejada de las
demás, en la cual no hay evidencias de ninguna actividad producti-

44. Beausang, E., op. cit; Peltenburg, E.J., "A Cypriot model for prehistoric
ritual", en Antiquity, n.° 62 (1988), pp. 289-293. 45. Peltenburg, E.J., art.cit., pp. 289-293
va, aunque sí de consumo, y en la que los elementos artefactuales lugares construidos y especializados en las actividades de mujeres,
(especialmente la cerámica) se encuentran diferenciados del resto la característica común a todos ellos es la exclusión de los hombres
del poblado por medio de una decoración específica, ¿Cuál es la in- en cuanto agentes activos, generalmente mediante la separación
terpretación más habitual? del mundo masculino del femenino.
Ciertamente la interpretación tradicional de un conjunto arqueoló- Ciertas autoras han querido ver en esta apropiación algo "nuevo",
gico con semejantes características distaría mucho de la interpreta- producto de la sociedad occidental capitalista. Se aleja a la mujer
ción como "casa de mujeres" o "casa de menstruación". Con ello del ambiente familiar recluyéndola en espacios impersonales don-
no queremos decir que una u otra interpretación sea más correcta, de la mujer, muchas veces, debe afrontar el parto ante la presencia
sino que ambas son plausibles. En consecuencia, para una interpre- de personas desconocidas. Son hombres-médicos quienes dominan
tación correcta de los conjuntos arqueológicos debemos ampliar el proceso del parto y toman las decisiones sobre cómo éste debe
nuestra reflexión y elaboración teórica y desarrollar una metodolo- desarrollarse, teniendo más en cuenta los intereses propios que los
gía que admita la existencia de la diferencia sexual. de la madre.
Son varios los ejemplos que ilustran esta apropiación a lo largo de
la historia. Así, existen escritos hititas,46 egipcios (papiro West-
La apropiación de "los cuerpos" car47) y los textos hipocráticos griegos,48 en los cuales se recogen
por parte del mundo masculino las prescripciones de los médicos sobre la práctica del parto, so-
bre todo cuando éstos se presentan difíciles. La intervención de
Hasta el momento hemos expuesto someramente las prácticas los médicos, así como de chamanes, usurpa el lugar de las mujeres
sociales más habituales desarrolladas alrededor de la produc- en la colaboración durante el alumbramiento, representando el
ción de cuerpos, los objetos y espacios en ella implicados, el pa- dominio masculino en el momento crucial de creación de una nue-
pel de la mujer en tanto que productora y las características prin- va vida.
cipales del proceso de socialización. A modo de conclusión, y Ya hemos visto cómo la presencia de otras agentes sociales en la fase
retomando el discurso planteado inicialmente, quisiéramos de- final de la producción de cuerpos es indispensable para asegurarse la
tenernos en el modo en que el patriarcado se ha apropiado de la consecución de la misma. Por norma general, dicha colaboración la
producción de agentes sociales. El patriarcado se caracteriza por han efectuado históricamente otras mujeres, normalmente madres,
el control y apropiación tanto de las mujeres como del fruto de que ejecutan tanto las actividades de mantenimiento de la mujer
su trabajo por parte del sexo masculino. En muchas ocasiones como del/la bebé que está naciendo. Estas comadronas continúan
esta apropiación ha sido asociada automáticamente a organiza- existiendo en la actualidad y, según autores como MacCormack,49
ciones de tipo estatal; sin embargo, consideramos que dicha
apropiación está presente en otras formas de organización socio-
políticas. 46. Bexckman, G. M., citado en Beausang, E., op.cit, p. 7 1 .
47. Sánchez Arcas, R., 1955, op. cit., p. 22.
Al analizar los espacios en los que el parto tiene lugar, observamos 48. Dean-Jones, L. A., Women 's bodies in Classical Greek Science, Oxford.
que, independientemente de si éste se produce en la propia unidad Clarendon Press, 1999, p. 34 y ss.
doméstica, en espacios naturales apartados de la misma, o bien en 49. MacComarck, C , op. cit., p. 11.
en sus manos está el nacimiento del 80% de los/las bebés de amplias na,3' el sexo masculino es el que determina si la producción puede
zonas densamente pobladas del mundo, tales como África o la India. llegar a su fin, o bien si debe ser "interrumpida" a partir del
Este tanto por ciento tan elevado es consecuencia de realidades so- no-reconocimiento de la misma como tal mediante la expositio.
cio-económicas distintas a las de la europea-occidental, donde Este hecho lo vemos claramente reflejado en la descripción etno-
las mujeres-comadronas que intervienen durante el parto no superan gráfica realizada por Lévi-Strauss en su libro sobre l@s Cunas de
el 10%. Panamá.32 Entre este grupo es una comadrona la que asiste el parto;
¿Y ello a qué es debido? Creemos que el "enfrentamiento" entre sin embargo, en el momento en que se producen complicaciones, es
la figura de la comadrona y la del médico expresa la oposición en- el hombre-chamán quien "resuelve" la situación mediante cantos,
tre tecnología y emoción/relaciones personales. El personaje de la "apacigua" el dolor de la mujer y hace que el/la bebé nazca, ocul-
comadrona escapa del sistema establecido e imperante en el mun- tando así la importancia del trabajo realizado por la mujer y la co-
do occidental, no forma parte del mundo académico masculino, madrona.
considerado científico. El ámbito de la medicina ha tendido siem- Pero este no es el único ejemplo conocido de los ritos que rodean el
pre a la tecnología, sin tener en cuenta el componente social y nacimiento de una criatura. A partir de las lecturas etnográficas e
emocional de las personas implicadas.50 La sustitución de las co- históricas realizadas hemos visto que en numerosas sociedades
madronas por la figura del médico significa para nosotras el paso existen elementos rituales (amuletos, mitos, cantos y danzas) utili-
de unas relaciones sociales de autoridad (otorgada por la mujer zados como supuestos "facilitadores" del parto. Estas acciones y
parturienta ante la experiencia y conocimientos acumulados de objetos constituyen un elemento de marginación de las mujeres,
las comadronas) a unas relaciones de poder, impuestas por el sis- puesto que, a partir de la ideología que ellos representan, se consi-
tema occidental. dera que el trabajo de la mujer depende de ellos, con lo que supues-
Pero gracias al registro arqueológico hemos visto como esta usur- tamente la producción de cuerpos no es posible sin el mundo ritual
pación masculina no es un fenómeno nuevo. Quizás el ejemplo establecido.33
más paradigmático sea el de Roma, donde el parto de una ciuda-
dana era considerado un acontecimiento social y público; en tanto
que todo lo privado era en realidad público, todo incumbía a la po- 51. También en Roma la mujer era atendida en el parto por otras mujeres, tan-
lítica (una política dominada por los hombres). Normalmente el to de la familia del marido como de la suya propia. Dixon, S-, The Román Mother,
parto tenía lugar en la casa del marido o de la familia del marido, Londres, Routledge, 1988, pp. 106-108.
puesto que la estructura familiar giraba entorno de la figura mas- 52. Lévi-Strauss, C , Antropología Estructural, Buenos Aires, Editorial Uni-
versitaria de Buenos Aires, 1968, pp. 168-186.
culina del paterfamilias, del cual dependía que el/la bebé recién 53. De todos estos elementos serán los amuletos y las estatuillas las que, des-
nacid@, el cuerpo producido por la mujer, fuera reconocido como de un punto de vista arqueológico, nos ayudarán a identificar el elemento ritual que
miembro de la sociedad y, por tanto, como futur@ agente social. acabamos de analizar. Ejemplos de estos objetos son las denominadas "piedras de
Así pues, nos hallamos ante una situación en la que, pese a ser la águila" (óxido de hierro y aluminio) recomendadas desde la antigüedad para el parto
por Galeno y Plinio, entre otros, y más adelante por Matilus (Gélis, J., History of
mujer la productora, y pese a tratarse de una producción femeni- childbirth. Fertility, pregnancy and birth in early modern Europe, Londres, Polity
Press, 1991, p. 115), o bien las "piedras de sangre" y "piedras de sapo" atadas a los
50. Véase Colectivo del Libro de Salud de las Mujeres de Boston, op. cit. muslos de las mujeres egipcias.
La puesta en escena por parte del sexo masculino en todo lo refe-
rente a la reproducción biológica, no tiene otra finalidad que el
control y el mantenimiento de las estructuras del poder dominante,
pues de otra manera las mujeres tomarían el control de su cuerpo y
del objeto resultante de su producción. Por ello las mujeres debe-
mos tomar conciencia de nuestros cuerpos, nuestra vida y nuestra
libertad para hallar así nuevas formas de incidir en el mundo.

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