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a la
Apuntes de
Microeconomía
Estudio
Morales-Perú
2015
1. Orígenes de la microeconomía.
Aunque la palabra “microeconomía” sea de origen relativamente reciente, el proceso que designa
tiene una larga historia de más de un siglo, ya que se ve primero aparecer y más tarde imponer las
tesis marginalistas, que son la base de la actual microeconomía.
El estudio de la génesis de ciertas nociones esenciales permite con frecuencia conocer mejor su
significación, de tal manera que se empezará este capítulo por recordar el procedimiento teórico
de los marginalistas, como “padres fundadores” de la microeconomía. A continuación se verá
como tomó forma definitiva en los años treinta y cuarenta de este siglo, bajo la influencia de
circunstancias históricas, pero también por el desarrollo de un cierto número de resultados
matemáticos importantes. (Guerrien, Bernard: La microeconomía Email: Bgurrien@aol.com)
A mediados del siglo XIX se vio aparecer en varios países de Europa una corriente de ideas que,
haciendo a un lado consideraciones de tipo histórico e institucional, pero también formas de
organización de la producción, se proponía explicar el valor de los bienes a partir de la sicología
individual. Dicho de otra manera, la concepción “objetiva” del valor - construida sobre los costos
de producción, particularmente en trabajo - se abandonó en beneficio de un enfoque “subjetivo”
basado en el comportamiento del consumidor, determinado por sus “gustos” y sus recursos.
Para quienes son los fundadores de esta nueva corriente, el inglés Stanley Jevons (1835-1882), el
austriaco Karl Menger (1840-1921) y el francés León Walras (1834-1921), existiría, más allá de la
diversidad de los gustos individuales, una ley psicológica, según la cual la satisfacción lograda
mediante el consumo de un bien aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de
satisfacción se produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una
saturación progresiva, pero jamás total. Tal “ley psicológica”, que para algunos como Jevons se
explica por razones meramente sicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal
decreciente; en este caso la palabra “utilidad” designa la satisfacción o el placer conseguido, en
tanto que el adjetivo “marginal” subraya el hecho de que la utilidad de la última unidad
consumida disminuye en tanto el consumo aumenta. Así, para dar un ejemplo simple, si el
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consumo de una manzana otorga una utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de
tres manzanas 18, entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15-10, es decir
5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18- 15, o sea 3. Ahora, como 3 es menor que 5, la
ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al menos en al menos en este ejemplo.
Resaltemos que esta ley no se expresa por una fórmula clara, contrariamente a lo que pasa en
física, por ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa decrece la utilidad marginal en tanto
aumenta el consumo ya que ésta varía de este ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa
decrece la utilidad marginal en tanto aumenta el consumo ya que ésta varía de un individuo a
otro; se contenta con dar el sentido de tal variación, la cual se supone igual para todo el mundo.
Ahora, el hecho de enunciar hipótesis cualitativas –sentido de la variación, forma de la curva- más
que cuantitativas expresada en cifras-, es típico en microeconomía, donde la diversidad y la
complejidad vuelven problemática toda medida cuantitativa.
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de los mercados en los cuales ellos operan. La definición más clásica de microeconomía dice que
la microeconomía es la parte de la economía que estudia la asignación de los recursos escasos
entre finalidades alternativas.”(http://www.econlink.com.ar/dic/microeconomia.shtml )
3. Ramas de la microeconomía
La microeconomía tiene muchas ramas de desarrollo. Algunas de las más importantes son: la
teoría del consumidor de la que se deriva la teoría de la demanda, la del productor de la que se
deriva la teoría microeconómica de la empresa, la del equilibrio general, y la de los mercados de
activos financieros. No pueden considerarse enteramente separadas porque los resultados de
unas influyen o son parte de la base de las otras. Por ejemplo, las empresas no sólo ofertan bienes
y servicios, sino que también demandan bienes y servicios para poder producir los suyos. De ahí la
necesidad de la simplificación y de que a veces no se esté muy seguro de donde comienza y donde
termina una teoría.
4. Objetivo de la microeconomía
Uno de los objetivos de la microeconomía es comprender los mecanismos mediante los cuales se
establecen los precios y cantidades que se intercambian entre los agentes. También analiza los
efectos de cambios en las variables institucionales como el tipo de organización de mercado
(competencia perfecta, monopolio, oligopolio, etc.), o los niveles y tipos de impuesto. Por
ejemplo:
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- Un análisis microeconómico puede intentar explicar qué sucede con el consumo total de un
individuo, si el estado le otorga un subsidio de $100 en dinero, o bien le otorga un subsidio de
comestibles por valor de $100. ¿Cuál es preferible?
- Otro problema para la microeconomía es determinar qué ambiente puede ser mejor para el
desarrollo de un mercado a largo plazo. ¿Un mercado con muchos competidores que
mantengan precios bajos pero que no tengan muchas ganancias o bien pocas empresas que
obtengan un nivel de ganancia que les permita invertir para buscar nuevas formas de
producción o mejorar el producto final?
Se puede afirmar que la Microeconomía constituye la base de cualquier rama de la economía. Por
ejemplo, cuando se analiza el efecto que tiene un impuesto en la teoría de las finanzas públicas
habrá que decidir qué modelo microeconómico se utiliza para mostrar cómo afecta este impuesto
a la oferta, a la demanda y a los precios, y por tanto cuánto se podrá ingresar gracias a ese
impuesto o cómo afectará a la oferta de factores de producción. Así, un impuesto sobre la renta
puede reducir la oferta de trabajo y un impuesto sobre los beneficios puede disminuir la demanda
de inversión.
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De igual forma, las principales tesis de la economía del bienestar se fundamentan en supuestos
relativos al funcionamiento de los mercados.
Desde hace algunos decenios, -más o menos desde la década del cincuenta- se acostumbra, al
menos al seno de la corriente económica dominante, establecer una distinción entre
microeconomía y macroeconomía; la primera toma como punto de partida los comportamientos
individuales, mientras que la segunda adopta de entrada el punto de vista global razonando sobre
agregados como el ingreso nacional, el producto interno, la masa monetaria etc. Es evidente que
tal ruptura, debido tanto a circunstancias históricas como divergencias de orden teórico, no es
muy satisfactoria; se ha hecho sentir la necesidad de establecer un “puente” entre ellas. No
obstante esta pretensión se ha tornado un imposible, en tanto los puntos de partida son opuestos
(en un caso se va de la parte al todo en el otro del todo a la parte); ahora, actualmente, se ha dado
la prioridad al enfoque microeconómico, en lo que se ha dado en llamar los fundamentos
microeconómicos de la macroeconomía. Incluso si hubiese reservas sobre lo adecuado de este
procedimiento, no se puede
negar que contribuye mucho a hacer de la microeconomía el “núcleo duro” de la teoría
económica dominante denominada “neoclásica”. De ahí la necesidad de conocer bien los
partidarios y los logros de esta teoría, sobre los cuales esta obra se propone entregar una visión
sintética.
Los conceptos clave de la microeconomía son aquellos que se utilizan para describir:
la forma en que los individuos o las familias (economías domésticas)
determinan su demanda de bienes y servicios;
la forma en que las empresas deciden qué y cuántos bienes y servicios
producirán, y con qué combinación de factores productivos; y
la forma en que los mercados relacionan la oferta y la demanda. Estos tres
componentes de la microeconomía pueden sintetizarse de esta manera en demanda,
oferta y equilibrio del mercado. Entre las subáreas más importantes de la microeconomía
cabe destacar la economía del bienestar y las finanzas públicas.
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Los conceptos clave para analizar la demanda, la oferta y el equilibrio del mercado son la
elección racional y la optimización. La microeconomía parte de una serie de supuestos
simplificadores relativos al comportamiento de los agentes económicos; se sabe que estos
supuestos son restrictivos y, por lo tanto, sólo válidos de modo parcial, pero se piensa que son
suficientemente precisos para poder realizar predicciones exactas sobre el comportamiento de
productores y consumidores. Por ejemplo, la teoría de la demanda del consumidor parte del
supuesto de que los usuarios son racionales en tanto en cuanto pretenden maximizar su
utilidad.
La elección óptima del consumidor será entonces aquella que, entre las distintas opciones
posibles, le permita obtener la mayor utilidad. Éstas dependen de su poder adquisitivo (que
viene dado por sus ingresos y sus posibilidades de endeudamiento) y de los precios de los
bienes y servicios disponibles. Dada la información sobre estos elementos, la elección que
maximiza la utilidad del consumidor depende de sus preferencias, es decir, de la valoración
subjetiva que el consumidor realiza sobre la utilidad total que le reportarán distintas
combinaciones de bienes y servicios.
7. Temas de la microeconomía
El individuo no es, por supuesto, un mero consumidor. Para poder tener poder adquisitivo con la
obtención de ingresos tiene que vender su capacidad de trabajo. Por lo tanto, una de las
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primeras elecciones que tiene que realizar es entre los ingresos que quiere obtener y la cantidad
de tiempo de ocio o descanso que quiere disfrutar. Estará realizando una elección óptima
cuando el promedio de la utilidad marginal entre ingresos y ocio sea igual al precio relativo, es
decir, al salario. La teoría permite explicar por qué, cuando aumentan los salarios, unas veces
aumenta la oferta de trabajo y otras disminuye. De igual forma, el consumidor tiene que escoger
entre consumir ahora o hacerlo en el futuro, ya que si se abstiene de consumir en el presente
para poder invertir tendrá más posibilidades de consumo en el futuro. Estetemalo estudia la
teoría microeconómica de la elección intertemporal, que está relacionada con los problemas
relativos al riesgo, elemento que deberá tener en cuenta el consumidor a la hora de tomar sus
decisiones sobre consumo y ahorro, así como en todas en las que intervenga este factor. Por lo
tanto, parte de la teoría microeconómica se ocupa de analizar la elección óptima en condiciones
de incertidumbre, que está relacionada con la teoría de juegos y tiene múltiples aplicaciones
prácticas, por ejemplo, en el caso de las primas de seguros.
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los factores de producción y la alteración resultante de la cantidad producida. Estos supuestos
tecnológicos, representados mediante ‘funciones de producción’, corresponden a los realizados
en la teoría de la demanda relativos a la relación entre consumo y utilidad marginal del
consumidor. Partiendo de unos supuestos genéricos concernientes a las funciones de
producción, se puede deducir cómo variarán los costes medios y marginales cuando se
modifique la producción, y por tanto se puede establecer cuál es la cantidad que hay que
producir para obtener los mayores beneficios y cuál es la combinación óptima de factores de
producción.
Por lo tanto, los modelos de oferta a corto plazo, que son la contrapartida de los modelos de
demanda antes descritos, no debieran presentar demasiados problemas. La teoría de la oferta
también proporciona una base sólida para realizar predicciones a corto plazo sobre la variación
de la demanda de factores de producción en función de los cambios en los precios relativos de
éstos. Al mismo tiempo, buena parte de la teoría se encarga de analizar cómo negocian las
empresas con sus empleados y cómo las prácticas laborales dependen de los salarios relativos,
sin tener que analizar complejas hipótesis sobre la moral del empresario o el mayor valor de la
mano de obra cuando se realizan programas de formación profesional.
Las teorías que analizan estos dos últimos temas, como la teoría del trabajador ‘interno y
externo’, permiten explicar por qué, por ejemplo, la mano de obra desempleada no logra —
salvo en los trabajos menos calificados— convencer a los empresarios para que les contraten
por un salario menor, ya que esto implicaría despedir a los trabajadores actuales. Éste es otro
ejemplo de cómo la microeconomía se fundamenta en algunos temas macroeconómicos.
Aunque la base teórica de los modelos explicativos de la oferta a corto plazo es satisfactoria y
permite explicar y predecir con relativa fiabilidad el comportamiento a corto plazo de las
empresas, las explicaciones de los determinantes de la oferta a largo plazo no tienen una base
teórica tan válida. Esto se debe a las posibilidades de cambiar la capacidad productiva, la
dificultad para realizar supuestos adecuados sobre las economías de escala y los cambios
tecnológicos y la arbitrariedad del periodo elegido para realizar el análisis, que debe ser superior
a la etapa en la que se pueda considerar que la capacidad instalada es más o menos fija (aunque
este concepto tampoco es tan evidente como pudiera parecer a primera vista). Al unificar los
modelos de la teoría del consumidor con los relativos a la compañía derivados a su vez de la
teoría de la empresa se pueden construir tipos ilustrativos del funcionamiento del mercado.
Éstos —a pesar de los supuestos simplificadores en que se basan— permiten realizar
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predicciones bastante confiables sobre la reacción de la oferta y demanda ante cambios en
cualquiera de los factores determinantes. Esta rama de la microeconomía se denomina ‘estática
comparativa’. Así, por ejemplo, se pueden hacer predicciones con alto grado de precisión sobre
el efecto que tendrá un cambio en las preferencias de los consumidores o en la tecnología
disponible sobre la demanda, la oferta y la producción de equilibrio, pero sólo en un marco de
competencia perfecta.
El tercer tema del que se ocupa la teoría microeconómica, es decir, la teoría del
comportamiento de los mercados y el equilibrio de la oferta y la demanda, debe por lo tanto
analizar el comportamiento de éstos en función del grado de competencia. Este análisis es
sencillo en el caso del monopolio puro, pero es poco común. Por ejemplo, la oferta de
electricidad en una región suele estar monopolizada por una única empresa. Pero siempre hay
cierta competencia debida a los productos sustitutivos —gas o petróleo— que puede limitar el
comportamiento maximizador de beneficios del monopolista, sobre todo a largo plazo. Cuando
existen muy pocos productores dominando el mercado —el caso del oligopolio— la teoría tiene
que apoyarse en la teoría de juegos.
Temas de la Microeconomía
Teoría de la conducta del consumidor
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Teoría de la empresa
Equilibrio de mercado
Equilibrio multimercado
Competencia imperfecta
Economía del bienestar
Optimización temporal
8. Teoría económica
La teoría económica es la ciencia que tiene como objeto de estudio al mismo conjunto de
fenómenos o parcela de la experiencia empírica que el que caracteriza, en general, a las disciplinas
habitualmente comprendidas bajo la etiqueta genérica de «economía». Por ello, nuestra atención
se centrará en los aspectos de la Teoría económica que la distinguen de las restantes ramas
particulares de la Economía.
Un primer rasgo diferenciador es el de que la Teoría económica pretende formar parte de la ciencia
empírica contemporánea, señalando como objetivo para sus investigaciones establecer en lo
posible leyes generales referidas al comportamiento de los fenómenos económicos, a fin de
permitir enlazar hechos particulares conocidos independientemente (explicación) y posibilitar la
predicción (condicional) de acontecimientos futuros. Las exigencias que impone esta característica
de la Teoría económica a su contenido hacen posible diferenciarlo claramente, por una parte, del
propio de la Economía normativa o Política económica y, por otra, de los de la Historia económica
y Economía descriptiva.
Así, la Política económica, frente a esta aspiración de la Teoría económica de captar la realidad -lo
que es-, pretende, en cambio, descubrir y evaluar los diferentes caminos o medios para incidir
sobre la realidad en orden a la consecución de determinados fines -lo que debe ser- en la medida
que lo permita su propia compatibilidad interna. En cuanto a la Historia económica y Economía
descriptiva, ambas -al menos en sus versiones tradicionales- se ocupan primariamente del
acontecer de hechos o fenómenos particulares (pretéritos o actuales, respectivamente), enfoque
distinto sin duda del escogido por la t. e., indagador de leyes, hipótesis y regularidades generales.
El segundo aspecto distintivo de la teoría económica radica en que para la sistematización de su
contenido recurre no sólo a criterios meramente taxonómicos, sino también, y con intensidad
creciente, al criterio lógico, presentando sus leyes e hipótesis bajo la forma de una jerarquía en la
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que las correspondientes a cada nivel tienen el carácter de consecuencias lógicas de las situadas
en los niveles superiores, mientras que poseen el de premisas respecto de las pertenecientes a
niveles inferiores. Naturalmente, las proporciones de nivel supremo (axiomas) sólo tienen la
condición de premisas, en tanto que las del nivel más bajo de la jerarquía la tienen únicamente de
consecuencias.
Una ordenación tal del corpus de la Teoría económica permite subrayar su diferenciación, ya
señalada, frente a la Historia económica y a la Economía descriptiva, al tiempo que la distingue de
aquellas generalizaciones empíricas que entrañan simplemente la clasificación de los objetos o
fenómenos económicos en distintas clases. Sin embargo, es necesario advertir la frecuente
presencia de generalizaciones del tipo mencionado dentro de lo que tradicionalmente se estudia
bajo el nombre de teoría económica.
Solamente a partir de la década de los años 1930 surge un amplio movimiento orientado hacia el
establecimiento de normas mejor definidas de competencia científica en el campo de la teoría
económica. Los tres principales componentes de este movimiento renovador fueron:
a) una progresiva toma de conciencia de los economistas acerca de las exigencias del método
científico;
b) la aportación por el keynesianismo de hipótesis cuyas posibilidades de contrastación eran más
prometedoras que las de la «Teoría de los precios» tradicional, y
c) el desarrollo de la Econometría, una de cuyas pretensiones básicas es, precisamente, la de
facilitar los instrumentos técnicos adecuados para la contrastación de las hipótesis y teorías
económicas.
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Pese a todo ello, y aun cuando sería absurdo negar la importancia del avance logrado de 1930 a
1970, la aplicabilidad y efectiva utilización del método científico en esta disciplina es aún
insuficiente, por lo que parece encontrarse «en plena etapa de transición, en la que la condición
científica de la teoría económica es más que una feliz realidad, una meta a alcanzar, un objetivo,
una esperanza».
Un segundo grupo de métodos de investigación es el integrado por los que llamaremos «métodos
de análisis», caracterizados por definir un modo especial de enfocar los problemas sometidos a
examen. Se distingue así el análisis «dinámico» del «estático»; el análisis «parcial» frente al
«general»; el análisis «microeconómico» versus el «macroeconómico» y, finalmente, el análisis «a
corto plazo» como distinto del análisis «a largo plazo». Examinemos cada una de estas dicotomías:
El análisis estático excluye toda relación intertemporal explícita entre las variables. De este
modo se elimina el tiempo de las interrelaciones entre las variables, siendo relegado su papel a
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la mera función de introducir cambios en datos y parámetros. Gracias a esto último es posible
utilizar el método estático para analizar procesos temporales y de cambio, mediante la llamada
estática comparativa, consistente en comparar sucesivas posiciones de equilibrio estático.
En el análisis dinámico, por el contrario, para la explicación de los fenómenos que se investigan
se usan relaciones entre variables cuyos valores no se refieren todos al mismo momento o
periodo de tiempo. Así, las interrelaciones en el modelo dinámico incluyen relaciones
significativas entre valores de las variables en diferentes puntos del tiempo. Un esquemático
panorama general del campo de la Economía dinámica podría ser el siguiente: Como paso
preliminar podemos distinguir entre dinámica del equilibrio, cuyo objeto es el análisis de
trayectorias de equilibrio (en cualquiera de los diversos sentidos en que cabe extender este
término en Economía dinámica), y dinámica del desequilibrio, que comprende el estudio de
diferentes problemas. Como primero de ellos tenemos el análisis de la estabilidad tanto de
«posiciones» (estáticas) de equilibrio como de «trayectorias» de equilibrio. Un segundo tema
es el análisis de la travesía entre «posiciones» (estáticas) o «trayectorias» de equilibrio
(estables).
Con respecto de los dos temas anteriores, la dinámica del desequilibrio aparece siempre
relacionada de algún modo con posiciones o trayectorias de equilibrio, pero, nótese, esto no es
siempre así, pues su campo de estudio incluye también los movimientos de los sistemas que,
por cualquier motivo, jamás están en equilibrio. Finalmente, del mismo modo que hemos
hablado de análisis estático comparativo, podemos ahora hablar de dinámica comparativa,
entendiendo por ella el estudio de la forma en que cambia un movimiento por una
modificación en las condiciones, parámetros o supuestos.
Sin duda, una gran parte de la t. e. es totalmente estática y esta circunstancia dista mucho de
ser satisfactoria, dada la naturaleza intertemporal de las relaciones económicas más relevantes.
No obstante, y atendiendo a que la estática es mucho más simple que la dinámica, y a que
frecuentemente aquélla proporciona un conveniente punto de partida para el análisis
dinámico, puede aceptarse que el análisis estático ha sido, con frecuencia, injustamente
valorado.
B. Análisis parcial y análisis general.
El análisis general es un método en el que se considera explícitamente el carácter de compleja
interdependencia que en el mundo de los hechos califica a las variables económicas. La idea
básica de este método es la pretensión de tener presentes en el análisis a todas las variables
fácticamente relevantes para el fenómeno estudiado.
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En el análisis parcial, por el contrario, se aísla artificialmente un aspecto del fenómeno
económico, considerando como variables relevantes a sólo una parte de las que realmente lo
son. Para ello se recurre a la llamada cláusula ceterisparibus, por la que se supone que las
variables excluidas no alteran su valor en el curso del análisis.
Obsérvese que la distinción en examen no puede proponerse de un modo tajante, pues siendo
los procesos económicos de naturaleza «no aislada» (esto es, existe una gran interacción con
hechos y fenómenos no económicos), cualquier tipo de investigación, por muy general que sea
en su intención -y siempre que, naturalmente, pretenda decir algo que valga la pena-, ha de
recurrir, de algún modo, a la cláusula ceterisparibus.
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fundamentar un nivel de análisis en el otro. Sin embargo, los resultados, aunque prometedores
en muchos aspectos, no han alcanzado todavía la meta pretendida.
La teoría microeconómica utiliza modelos formales que intentan explicar y predecir, utilizando
supuestos simplificadores, el comportamiento de los consumidores y productores, y la
asignación de los recursos que surge como resultado de su interacción en el mercado. En
general el análisis microeconómico se asocia con la teoría de precios y sus derivaciones. Se
considera que el mayor contribuyente al análisis microeconómico ha sido Alfred Marshall.
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Si piensa que esto suena muy complicado, tiene razón, lo es. Por muchos motivos, el análisis se
vuelve tan complicado que a veces se pierde la pista de los fenómenos inicialmente bajo
estudio. La interesante tarea de la economía, una tarea que retiene ciertos elementos
artísticos, es la de diseñar ingeniosas simplificaciones que permitan facilitar el análisis sin
distorsionar excesivamente la realidad. Es aquí donde los microeconomistas y los
macroeconomistas avanzan por caminos diferentes. Los microeconomistas tienden a ofrecer un
tratamiento detallado de un aspecto del comportamiento económico, pero ignoran las
interacciones con el resto de la economía con el objetivo de preservar la simplicidad del
análisis.
En algunos casos, los efectos indirectos podrían resultar poco significativos, por lo que tendría
sentido que los economistas dedicasen sus esfuerzos a realizar análisis detallados de industrias
o actividades particulares. En otras circunstancias, los efectos indirectos podrían ser demasiado
importantes para no ser considerados y simplificaciones adicionales deberán utilizarse.
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cantidades aplicadas en diversos factores (mano de obra, materias primas, etc.) se convierten
en variables como consecuencia de la posibilidad de utilizar con mayor o menor intensidad el
equipo capital disponible. Periodo largo -análisis «a largo plazo»-, en el que el volumen de los
bienes de equipo disponibles se considera como una variable más del análisis. Por último, se
habla también con cierta frecuencia de un periodo ultralargo, en el que incluso la organización
social y las instituciones se convierten en variables.
El economista reconoce que la mayor parte de las decisiones de las personas tienen lugar
dentro de un grupo de referencia. El ser humano es social por naturaleza y toma sus
decisiones generalmente dentro de su familia, su trabajo, el grupo de amigos, el partido
político, y así por el estilo. Sin embargo el análisis que realizan los economistas distingue dos
etapas:
-La primera consiste en identificar a una persona que quiere y desea cosas, ya que solo
ella sabe lo que realmente desea.
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implica dejar de considerar que hay ciertas características del grupo, que restringen cada
una de las decisiones individuales.
Este principio del individuo maximizador suele generar dos grandes mal interpretaciones
entre las personas que no son economistas. La primera de ellas es la que considera que la
teoría económica sólo considera una de las facetas de los seres humanos, es decir su lado
egoísta, y que, por lo tanto, es incapaz de explicar las decisiones humanas cuando están
basadas en actitudes de tipo altruista. Está mala interpretación es muy común entre las
personas de ideología socialista y ciertos sectores religiosos, quienes suelen sostener además
que la teoría económica fomenta el egoísmo de las personas y obstruye la búsqueda de
otras formas de resolver los problemas económicos, basadas en el altruismo y la solidaridad.
Lo que la teoría económica realmente sostiene es que los seres humanos prefieren, en
general, tomar sus propias decisiones, de acuerdo con su comprensión de las cosas. No les
gusta renunciar a su derecho de tomar decisiones que afecten a los diversos aspectos de su
vida, sean estos de mucha o poca importancia, y sin importar que el motivo principal de la
decisión sea su propio egoísmo, la amistad o la solidaridad con otras personas. Les gusta
decidir cuándo van a ser altruistas, durante cuánto tiempo y quiénes se van a beneficiar de
este altruismo.
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Uno es el criterio de la racionalidad basado en el egoísmo, según el cual las
personas racionales conceden mucho peso únicamente a los costos y los beneficios
que les afectan directamente a ellas. Este criterio deja de lado explícitamente
algunos motivos, como tratar de hacer felices a otras personas, tratar de hacer lo
correcto, etc.
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el que se utilice, entraña inevitablemente una solución de compromiso. El criterio del
egoísmo es una solución de compromiso, porque se sabe que los motivos desinteresados
a menudo son importantes. El criterio de objetivos inmediato es una solución de
compromiso, porque suele ser vago e indefinido.
¿Querrían los padres que su hija o su hijo se casaran con el Homo Economicus?
Muchos economistas y otros científicos que estudian la conducta dudan de la importancia
del deber y de otros motivos desinteresados. Piensan que las mayores compensaciones
materiales del comportamiento egoísta tienen un peso tan superior al de otros motivos
que se puede prescindir, como primera aproximación y sin temor a equivocarse, de los
motivos que no son egoístas.
Teniendo presente esta idea, en el modelo del egoísmo se suele denominarse Homo
economicus, o sea, “hombre económico”, al prototipo de persona que toma decisiones. El
homo economicus no experimenta la clase de sentimientos que impulsa a los individuos a
votar o a devolver los monederos perdidos a sus propietarios sin haber tocado el dinero. Las
únicas cosas que les preocupan son, por el contrario, los costos y los beneficios materiales
personales. No hace aportaciones voluntarias a instituciones benéficas o a canales públicos
de televisión, solo mantiene sus promesas cuando le interesan hacerlo y si no se aplican
celosamente las leyes sobre contaminación, desconecta el catalizador del automóvil para
ahorra la gasolina, etc.
Evidentemente, muchas personas no encajan en esta caricatura de “yo primero” del modelo
del egoísmo. Donan médula a desconocidos aquejados de leucemia. Soportan grandes
penalidades y gastos para que se haga justicia, aun cuando con eso no se repare el daño
causado. Corriendo graves riesgos, salvan a otras personas de morir abrazadas y se tiran a
las heladas aguas para rescatar a las que están a punto de perecer ahogadas. Esto no quiere
decir que los motivos egoístas no sean importantes. Evidentemente, lo son. Cuando un
detective investiga, por ejemplo, un asesinato, la primera pregunta que se hace es “¿a quién
beneficia la muerte de su víctima?”,
Cuando un economista estudia una norma aprobada por el gobierno, quiere saber quién ve
aumentar su renta. Cuando un senador propone un nuevo proyecto de gasto, el politólogo
trata de descubrir quienes de sus electores serán los principales beneficiarios.( pp. 16-18)
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Para Streb (1998):
El principio de racionalidad es central en teoría económica actual, y ha extendido su
influencia a otras ciencias sociales bajo el nombre de teoría de la elección racional.
El principio de racionalidad se suele expresar como el principio de que el individuo toma la
mejor decisión dentro del conjunto de decisiones posibles. El conjunto de posibilidades que
enfrenta el individuo depende de las restricciones existentes, que pueden afectar tanto qué
decisiones puede tomar, como cuáles son las consecuencias de esas decisiones.
Según los objetivos del individuo se puedan formular en términos monetarios o no
monetarios, distingo entre racionalidad en sentido limitado (maximización de beneficios) y
racionalidad en sentido amplio (optimización de utilidad).
Esta distinción es útil para ver la racionalidad como un hilo unificador en la historia del
análisis económico. La racionalidad se puede enfocar desde muchos ángulos. Elijo dos: el
primero enfoca la relación entre racionalidad individual y racionalidad a nivel colectivo, que
depende del marco institucional que estructura la interacción.
El segundo enfoca las implicancias psicológicas de la racionalidad. La racionalidad se puede
descomponer en inteligencia analítica y madurez emocional. Las fallas de racionalidad se
pueden ver en consecuencia como problemas de racionalidad acotada y de inconsistencia
de preferencias.
Pero, como sabemos, algo que en teoría está bien, en la práctica puede no funcionar. Luego,
una segundo prueba es comprobar si la teoría concuerda o no con los hechos a los que se
refiere. Si supera esta prueba, se la llama conocimiento científico.
Lo que a veces genera fuertes discrepancias es este segundo paso: si la teoría económica
basada en el principio de racionalidad tiene carácter científico y está validada por los datos.
La preocupación por la validez empírica de la teoría económica ha llevado a un fuerte
desarrollo de la econometría, y, más recientemente, de los métodos experimentales en
economía.
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Sin embargo, en lugar de hacer una distinción tajante entre teoría y ciencia, se puede hacer
una distinción entre teoría pura y teoría aplicada, como menciona Schumpeter (1954) en su
introducción a la historia del análisis económico. En un extremo, están las teorías puras. En
el otro, las regularidades empíricas. La aplicación de teorías para explicar los hechos
observados junta ambos extremos.
Todos estos conocimientos forman parte de la economía tal como se practica hoy en día, en
tanto conocimiento especializado o ciencia.
Además, hay que rescatar el valor de las teorías que han sido refutadas por los hechos.
Estas teorías “erróneas”, que llenan la historia del análisis económico, son importantes en el
desarrollo de la disciplina. Puntos de vista a veces muy personales han llevado a mirar las
cosas de otra manera, y han servido como punto de partida para teorías más perfectas y
descubrimientos nuevos.
Por ejemplo, la paradoja del valor, de que a pesar de que el agua es más útil que los
diamantes, los diamantes tienen un precio mucho mayor, inclina a Adam Smith y a los
autores clásicos hacia una teoría basada en los costos de producción. Recién las teorías
neoclásicas (marginalistas) explican cómo reconciliar las explicaciones basadas en la utilidad
(teorías subjetivas) y en los costos (teorías objetivas), introduciendo como innovación
analítica el costo del último bien producido y la utilidad del último bien consumido.
A pesar de los límites analíticos de las teorías clásicas, la teoría valor trabajo le permite a
David Ricardo descubrir el principio de ventajas comparativas, y la resultante especialización
internacional de la producción. Y la indeterminación de los valores internacionales que
implica la teoría del valor trabajo lleva a John Stuart Mill a introducir la demanda recíproca,
para resolver el problema de la determinación de los términos de intercambio en comercio
internacional con un modelo de equilibrio general.
La discusión abierta de las ideas estimula el avance del conocimiento. El principal freno no
son las teorías equivocadas, como lo es en algunos casos la aplicación del principio de
racionalidad perfecta, sino el dogmatismo.
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Adam Smith enfatiza el móvil del interés propio en la Riqueza de las naciones: “No es de la
benevolencia de un carnicero, del destilador, o del panadero que esperamos nuestra
comida, sino de su atención a su propio interés. Nos dirigimos, no a su lado humanitario,
sino a su auto-amor, y nunca les hablamos de nuestra propias necesidades, sino de sus
ventajas” (libro 1, capítulo 2). Este interés propio no es todavía racionalidad, pero si se
agrega la idea de Smith de que los agentes libres van a buscar las actividades productivas
más ventajosas (libro 1, capítulos 7 y 10), tenemos un claro principio de racionalidad, la
maximización del lucro.
Dejando de lado por un momento que para Aristóteles el objetivo de vivir bien es más digno
que el objetivo de acumular más y más dinero, el contraste entre ambos objetivos se puede
ver como la distinción entre las motivaciones de las decisiones de producción (oferta) y de
las decisiones de consumo (demanda). En teoría de producción la racionalidad se expresa
usualmente bajo la hipótesis de que se maximizan los beneficios monetarios. En teoría del
consumo, la racionalidad se expresa bajo la hipótesis de que se maximiza el bienestar del
individuo, lo que Aristóteles llama el objetivo de vivir bien a través de la satisfacción de
necesidades.
24
satisfacción del cliente: en condiciones competitivas, sólo en la medida que una empresa
efectivamente sirva a sus clientes, va a poder vender sus productos y ganar plata. Donde
Aristóteles veía una incompatibilidad, vemos el mecanismo por el cual las empresas
atienden a las necesidades de los consumidores.
Aristóteles destaca los efectos negativos del monopolio sobre los compradores, así que su
error básico fue no haber reconocido, por el contrario, el carácter positivo de los mercados
competitivos.
El principio del equilibrio: los precios se ajustan hasta que la cantidad que
demandan los individuos de una cosa es igual a la que se ofrece.
Examinemos estos dos principios:
El primero es casi tautológico. Si los individuos pueden decidir libremente sus actos, es
razonable suponer que tratan de elegir las cosas que desean y no las que no desean. Desde
luego, siempre hay excepciones a este principio general, pero normalmente se encuentran
fuera del dominio de la conducta económica.
El segundo principio es algo más complicado. Es, cuando menos, razonable imaginar que en
un momento dado las demandas y las ofertas de los individuos no sean compatibles y, por
lo tanto, que éste cambiando necesariamente algo. Estos cambios pueden tardar mucho
25
tiempo en gestarse y, lo que es peor, pueden provocar otros que “desestabilicen” todo el
sistema.
Merece la pena señalar que la definición de equilibrio utilizada puede variar de un modelo
a otro.
El excedente económico es la parte de la producción total de la sociedad que excede lo que se usa
en consumo y en reparar el uso y el desgaste.
9.5. Economía Normativa y Economía Positiva.
26
verá, un razonamiento parecido ayuda a explicar la conducta humana en casi todos los
demás terrenos.
Una vez manifestado esto, se insiste en que conociendo con seguridad los costos y los
beneficios relevantes se pueden predecir, casi siempre, cómo se comportaran los
individuos. Si el beneficio de una actividad aumenta, generalmente es razonable decir que
la gente tendera más a realizarla. Y a la inversa, si el costo de una actividad aumenta, la
predicción más segura será que la gente tenderá menos a hacerla. Esta observación es tan
importante que se le llama principio de los incentivos.
El principio de los incentivos. Una persona (o una empresa o una sociedad) tiende más a
emprender una acción si sus beneficios aumentan y menos si sus costos aumentan. En
suma, los incentivos son importantes.
El principio de los incentivos es un principio económico positivo. Hace hincapié en que los
costos y los beneficios relevantes normalmente ayudan a predecir la conducta, pero, al
mismo tiempo, no insiste en que los individuos se comportan racionalmente en todos los
casos. Por ejemplo, si el precio de la energía eléctrica aumenta vertiginosamente, se
invocaría el principio del costo-beneficio para decir que la gente debe bajar el uso de aire
acondicionado y el principio de los, incentivos para predecir que las máquinas de aire
acondicionado se bajarán de media en la mayoría de los casos.( p.16)
27
la industria textil? Estas cuestiones pertenecen todas ellas al campo del análisis positivo:
afirmaciones que describen las relaciones de causa y efecto.
A veces queremos ir más allá de la explicación y la predicción y preguntarnos qué es mejor, lo cual
exige un análisis normativo, que también es importante tanto para los directivos de las empresas
como para los responsables de formular las medidas económicas. Consideremos el caso de un
nuevo impuesto sobre la energía eléctrica. Las empresas textiles querrán averiguar cuál es la
mejor combinación (maximizadora de beneficios) de productos textiles que deben producir una
vez que entre en vigor el impuesto. Concretamente, ¿Cuánto dinero deben invertir para que las
empresas textiles consuman menos electricidad). Para los responsables de la política económica,
la cuestión primordial será probablemente saber si este impuesto es de interés público.
El análisis normativo no sólo se refiere a las distintas opciones de la política económica; también
implica la formulación de opciones concretas; asimismo éste análisis se complementa a menudo
con juicios de valor.
Los cuatro principios económicos en los que se basa la economía de la elección individual son:
- Las personas tienen que hacer elecciones porque los recursos son escasos.
- El costo de oportunidad de algo- a lo que renuncias para conseguirlo-es su costo verdadero.
28
- Las decisiones que intentan responder a la pregunta ¿cuánto? Requiere tomar decisiones
marginales: comparan los costos y los beneficios de hacer un poco más de una actividad en
comparación con hacer un poco menos.
- En general, las personas responden a incentivos, aprovechando las oportunidades para
mejorar.
29
permitir que dichas decisiones sociales surjan como resultado de muchas decisiones
individuales, que es lo que normalmente ocurre en una economía de mercado.
Sin embargo por varias razones, existen situaciones en las que la elección individual no es la
mejor decisión para el conjunto de la sociedad. (pp. 6-7)
B. El costo de oportunidad.
En economía, el coste de oportunidad o coste alternativo designa el coste de la inversión de los
recursos disponibles, en una oportunidad económica, a costa de las inversiones alternativas
disponibles, o también el valor de la mejor opción no realizada. El término fue acuñado por
Friedrich von Wieser en su Theorie der gesellschaftlichenWirtschaft : Teoría de la Economía Social
-1914 (http://es.wikipedia.org/wiki/Coste_de_oportunidad)
En finanzas se refiere a la rentabilidad que tendría una inversión considerando el riesgo aceptado.
Sirve para hacer valoraciones, contrastando el riesgo de las inversiones o la inmovilidad del activo.
30
La aplicación del concepto de coste de oportunidad conduce a la búsqueda de todos los costes
derivados de cualquier decisión económica. La negligencia de este concepto ha conducido a
sofismas económicos como el del "cristal roto" descrito por FrédéricBastiat.
Los economistas llaman costo de oportunidad, aquello a lo que se debe renunciar para obtener lo
que se desea. Así pues, el costo de oportunidad de la asignatura de Economía II es la satisfacción
que obtendría si hubiese elegido la asignatura Microeconomía I.
El concepto de costo de oportunidad es crucial para entender la elección individual por que en el
fondo, todo costo es un costo de oportunidad.
En la controversia se expusieron más argumentos, pero los conceptos principales son los ya
expuestos. Lo más destacable del concepto, es que el coste de oportunidad sólo tendría sentido si
la oportunidad fuera fija o limitada en el razonamiento. Es decir, si existe un conflicto en la
realización de múltiples inversiones o acciones, de forma simultánea o consecutiva, que no sean
realizables sin tener que elegir entre todas ellas como alternativas.
El problema radicaría en saber si existen cosas fijas en una economía. Para el tiempo o el espacio
disponibles, es cierto, pero ¿Sería suficiente? La opinión más extendida era que el coste de
oportunidad no podría encontrar aplicación más allá de unos recursos limitados. Esto condujo a
algunos economistas a limitar el objeto de la economía a situaciones de recursos "excepcionales"
(todavía presentes en todos los manuales de economía). Ya que se desconocen las consecuencias
31
que podría deparar una ciencia económica, que no tuviera unos límites fijados, fuera del sistema
económico, en cuanto a disponibilidad de los bienes.
Relevancia conceptual
El origen del término “Costo de Oportunidad” se encuentra en el problema de la toma de
decisiones, particularmente en el problema de la elección. Generalmente las decisiones en
economía deben ser tomadas de acuerdo a criterios de costo y beneficio. La regla recomienda
favorecer aquellas acciones cuyo cociente de beneficio (bruto)/costo sea mayor y descartar las
alternativas en que la diferencia entre beneficio bruto y costo sea negativa. El caso del análisis de
costo de oportunidad constituye una situación especial, ya que la comparación beneficio – costo
realizado es una comparación cruzada: se compara al beneficio generado por una línea de acción
con aquél que sería generado por otra línea de acción que requiriese consumir los mismos
recursos. Puede entenderse entonces que el costo de oportunidad es básicamente un ‘beneficio
que no será obtenido’.
32
desestimada) es 7,500 dólares. Puede así decirse que el beneficio neto cruzado de Smith al tomar
la opción A es 2,500 dólares.
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El costo-beneficio es una lógica o razonamiento basado en el principio de obtener los mayores y
mejores resultados al menor esfuerzo invertido, tanto por eficiencia técnica como por motivación
humana. Se supone que todos los hechos y actos pueden evaluarse bajo esta lógica, aquellos
dónde los beneficios superan el coste son exitosos, caso contrario fracasan.
Bajo ambas definiciones el proceso involucra, ya sea explícita o implícitamente, un peso total de
los gastos previstos en contra del total de los beneficios previstos de una o más acciones con el fin
de seleccionar la mejor opción o la más rentable. Muy relacionado, pero ligeramente diferentes,
están las técnicas formales que incluyen análisis coste-eficacia y análisis de la eficacia del
beneficio.
Técnica de decisión
El análisis costo-beneficio es una técnica importante dentro del ámbito de la teoría de la decisión.
Pretende determinar la conveniencia de un proyecto mediante la enumeración y valoración
posterior en términos monetarios de todos los costes y beneficios derivados directa e
indirectamente de dicho proyecto. Este método se aplica a obras sociales, proyectos colectivos o
individuales, empresas privadas, planes de negocios, etc., prestando atención a la importancia y
cuantificación de sus consecuencias sociales y/o económicas.
Biología evolutiva
El análisis costo-beneficio se utiliza en la biología evolutiva para evaluar los costos y beneficios de
los rasgos. Por ejemplo, un ecologista de comportamiento puede utilizar el enfoque de costo-
beneficio para explicar la evolución del juego en el comportamiento de los animales jóvenes. Los
costos incluyen el perjuicio y el aumento de la vulnerabilidad de la depredación, mientras que los
beneficios pueden incluir la mejora de una determinada habilidad importante en futuros éxitos.
Desviaciones de las predicciones basadas en el análisis costo-beneficio pueden poner de relieve
los factores no considerados por el investigador.
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Cuando se intenta predecir el comportamiento de los individuos en una determinada situación
económica, hay algo casi seguro: que aprovecharan todas las oportunidades de mejorar. Además,
los individuos continuaran aprovechando esas oportunidades mientras duren.
De hecho, el principio de que los individuos aprovechan las oportunidades de mejorar es la base
de todas las predicciones sobre la conducta individual. Si los economistas ganan más dinero que
los abogados, podemos esperar que el número de matriculados será superior en la Facultad de
economía que en la de Derecho. Si el precio de la gasolina sube y se mantiene alto, es de esperar
que se compren más vehículos pequeños, que gastan menos; así en una situación de precios altos
de la gasolina se consigue mejorar utilizando vehículos que la consumen de forma eficiente.
Se dice que los individuos reaccionan ante los incentivos cuando cambian su comportamiento
porque dicho cambio les ofrece algún tipo de recompensa. Por ejemplo, si el precio de estacionar
en el centro sube, es de esperar que haya personas que decidan ir a trabajar en motocar para
ahorrar dinero. De esta forma, el número de automóviles estacionados en el centro disminuirá.
Un incentivo es una recompensa que se ofrece a las personas para que cambien su
comportamiento.
Un último punto: Los economistas tienden a ser escépticos ante cualquier esfuerzo por cambiar la
conducta de las personas sin ofrecer incentivos, Por ejemplo, un plan que pida a los empresarios
que reduzcan la contaminación de forma voluntaria probablemente no será eficaz; sin embargo,
un plan que suponga un beneficio financiero para los que la reduzcan tiene, las probabilidades de
lograr su objetivo.
10.2. Principios en las que se fundamenta la interacción entre las elecciones individuales.
Para Krugman- Wells (2013), “la interacción entre elecciones – mi elección afecta a la suya, y
viceversa- es un rasgo de la mayor parte de las situaciones económicas. Los resultados de esta
interacción son habitualmente diferentes de los que los individuos pretenden”. (p. 11)
Los principios en las que se fundamenta la interacción entre las elecciones individuales son:
a. Existe ganancias del comercio.
b. Los mercados tienden al equilibrio.
c. Los recursos deberían utilizarse tan eficientemente como sea posible para conseguir los
objetivos de la sociedad.
d. Los mercados suelen conducir a la eficiencia.
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e. Cuando los mercados no consiguen la eficiencia, la intervención del estado puede
mejorar el bienestar social.
La razón es que vivimos en una economía en la que escasean los individuos autosuficientes
y en la que existen ganancia del comercio: dividiendo las tareas y comerciando, dos
personas (o 6000 millones de personas) obtienen más de lo que habrían obtenido siendo
autosuficiente. Las ganancias del comercio se derivan, en particular, de esta división del
trabajo que los economistas llaman especialización: una situación en la que cada individuo
se dedica a una tarea diferente.
Las ventajas de la especialización, y las ganancias resultantes del comercio, fueron el punto
de partida en 1776 de la obra de Adam Smith, La Riqueza de las naciones, que muchos
consideran el nacimiento de la Economía como ciencia.
Cuando observamos cómo las personas se reparten las tareas e intercambian productos en
una economía se aplica el mismo principio. El conjunto de la economía puede producir más
cuando cada persona se especializa en una tarea y comercia con los demás.
Los beneficios de la especialización son la principal razón para que, generalmente, una
persona solo estudie una sola carrera.
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supermercado, no es necesario prestar atención a cuáles son los clientes que se cambian de
caja, quién pasa delante de quién, que nueva caja se abre, y así sucesivamente. Lo que se
necesita tener claro es que, siempre que se produzca un cambio, se alcanzara un nuevo
equilibrio en la nueva situación.
La seguridad de que el mercado alcanza de nuevo el equilibrio es la condición necesaria que
necesitamos para trabajar. Es más, podemos estar seguros de que el mercado nos va a
suministrar lo que necesitamos.
C. Los recursos deberían utilizarse lo más eficientemente posible para conseguir los
objetivos de la sociedad.
Los economistas afirman que los recursos de una economía se están utilizando de forma
eficiente cuando todo el mundo ha aprovechado todas las posibilidades de mejorar que
existen. En otras palabras, una economía es eficiente si no hay ninguna posibilidad de que
alguien mejore sin que otro empeore.
Si una economía es eficiente, dados unos recursos dicha economía está obteniendo todos
los beneficios posibles del comercio entre individuos. ¿Por qué? Porque no hay ninguna
manera de cambiar la asignación de los recursos de tal forma que todos mejoren.
Cuando una economía es eficiente, la única forma de que una persona mejore al cambiar la
asignación de los recursos es haciendo que otra empeore.
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La explicación en detalle de por qué los mercados normalmente fomentan que los recursos
sean utilizados correctamente tendrá que esperar hasta que se haya estudiado el
funcionamiento de los mercados.
En una economía de mercado, los individuos, que tienen libertad para elegir lo que
consumen y producen, aprovechan todas las oportunidades de mejorar que se les
presentan. Si hay alguna manera de que alguna persona pueda mejorar, esa oportunidad
será aprovechada.
Sin embargo, hay excepciones a este principio de eficiencia de los mercados. En los casos de
fallo del mercado, el objetivo personal del beneficio propio perjudica a la sociedad; es decir,
el resultado del mercado es ineficiente
Hay una rama muy importante de la economía que se dedica a estudiar por qué los
mercados fallas y que políticas se deberían adoptar para mejorar el bienestar social.
Las razones principales por las que fallan los mercados son:
Las acciones individuales tienen efectos colaterales que el mercado no tiene en
cuenta.
Un determinado grupo puede impedir que se realicen intercambio mutuamente
beneficioso al intentar captar una proporción mayor de los recursos para sí mismo.
Algunos bienes, por su naturaleza, no permiten que el mercado realice una
asignación eficiente de los mismos.
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recuperaciones y las recesiones, se necesita entender las interacciones del conjunto de la
economía, lo cual requiere tener en cuenta tres importantes principios económicos más:
a. El gasto de una persona es el ingreso de otra.
b. El gasto total a veces excede la capacidad productiva de la economía.
c. Las políticas del gobierno pueden cambiar el gasto.
En una economía de mercado, unas personas se ganan la vida vendiendo cosas- incluido su
trabajo- a otra gente. Si por cualquier razón, algún grupo de la economía decide gastar más,
los ingresos de otros grupos aumentaran. Si por contrario, cualquier grupo decide gastar
menos, los ingresos de otros grupos disminuirán.
Debido a que el gasto de una persona es el ingreso de otra, una reacción en cadena de
cambios en el comportamiento del gasto suele tener repercusiones que se expanden al
conjunto de la economía. Por ejemplo, un recorte en el gasto en inversión empresarial,
como ocurrió en el 2008, reduce los ingresos de las familias, las familias reaccionan
reduciendo sus gastos en consumo; esto ocasiona otra serie de recortes de ingresos; y asi
sucesivamente. Estas repercusiones juegan un papel importante para entender las
recesiones y las recuperaciones.
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La lección que aprendieron los economistas en la década de 1930 es que el gasto total – la
cantidad de bienes y servicios que tanto los consumidores como las empresas quieren
comprar- muchas veces no se corresponde con la cantidad de bienes y servicios que una
economía es capaz de producir. En los años 30, la caída del gasto fue tan grande que las
necesidades productivas de la sociedad podían satisfacerse con un número de trabajadores
muy inferior al total disponible. Como resultado hubo una fuerte depresión economía. De
hecho, las caídas en el gasto son los responsables de la mayoría de las recesiones, aunque
no de todas.
También puede ocurrir que el gasto total sea demasiado alto. En tal caso, la economía
experimenta inflación, una subida generalizada de precios. Esta subida de precios se da
porque la cantidad de bienes y servicios que la gente quiere comprar supera la oferta
disponible, por lo que los productores pueden aumentar sus precios y encontrar clientes
dispuestos a pagarlos. Teniendo en cuenta tanto las caídas como los excesos en el gasto
total, llegamos al principio:
40
2008 y 2009 ayudaron a evitar que la crisi financiera de 2008 derivara en una depresión en
toda regla.
Según Bernanke y Frank (2007) las personas racionales aplican casi siempre el principio del
costo-beneficio, aunque probablemente de una forma intuitiva y aproximada, en lugar de
hacer cálculos explícitos y precisos. El hecho se saber que tienden a comparar los costos y
los beneficios permite a los economistas predecir cómo se comportaran probablemente.
Por ejemplo, se puede predecir que los estudiantes de familias ricas tienden más que otros
a ir a universidades que ofrecen clases pequeñas (una vez más, aunque el costo de las
clases pequeñas es el mismo para todas las familias, el beneficio, medido por lo que la
gente esta dispuestas a pagar por ellas, tiende a ser mayor para las familias más ricas)
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Como pone de manifiesto el siguiente ejemplo, el principio del costo – beneficio resulta útil
en otro sentido. El ejemplo muestra que no se nace con un instinto infalible para sopesar los
costos y los beneficios relevantes de muchas decisiones diarias. De hecho, una de las
recompensas de estudiar economía es que puede mejorar la calidad de nuestras decisiones.
¿Debemos ir al centro de la ciudad para ahorrarnos S/20 por una multimedia de S/2,020?
Estamos a punto de comprar una multimedia de S/2,020 en la tienda que está cerca de la
ciudad universitaria, cuando un amigo nos dice que en el centro de la ciudad venden esa
misma multimedia por solo S/ 2,000. Si la tienda de la ciudad está media hora a pie. ¿Dónde
debemos comprar la multimedia?
Suponiendo que la multimedia pesa lo suficientemente poco como para llevarlo sin esfuerzo
y la molestia del desplazamiento es mínima. El beneficio de comprar la multimedia en el
centro de la ciudad es, la cantidad monetaria que nos ahorramos, a saber, S/20. Por lo
tanto, si somos perfectamente racionales, se debe tomar la decisión de comprar en el
centro de la ciudad. Sin embargo, cuando a la gente se le pregunta qué haría en estas
situaciones, una abrumadora mayoría declara que compraría la multimedia en la tienda
cercana a la ciudad universitaria.
Cuando se le pide que explique, la mayoría dice que “merece la pena comprar la
multimedia en la tienda, ya que solo se perdería el 1%”.
Este razonamiento es incorrecto. El beneficio de ir al centro de la ciudad no es la proporción
que ahorramos sobre el precio original, sino la cantidad monetaria absoluta que ahorramos.
Como el beneficio de ir al centro de la ciudad a comprar la multimedia es de S/20, el
excedente económico es exactamente la misma. Eso significa que una persona racional
tomaría la decisión de ir al centro de la ciudad, sin embargo, como se ha señalado, la
mayoría de la gente decide de forma distinta.
42
robado significaba que conocía al ladrón. Esta pista resultó ser finalmente la clave para
desentrañar el misterio.
De la misma manera que muchas veces no nos damos cuenta de que un perro no ladra, la
mayoría de nosotros tendemos a pasar por alto el valor implícito de las actividades que no
se realizan. Sin embargo, como se ha señalado antes, para tomar decisiones inteligentes hay
que tener en cuenta correctamente el valor de las oportunidades perdidas.
El costo de oportunidad de una actividad es, una vez más, el valor de la siguiente mejor
opción a la que debemos renunciar para realizar esa actividad. Si comprar una multimedia
en el centro de la ciudad significa no ver los últimos 30 minutos de una película, el valor que
tiene para nosotros ver el final de la película es el costo de oportunidad de ir al centro de la
ciudad.
Muchas personas toman decisiones equivocadas porque tienden a no tener en cuenta el
valor de esas oportunidades pérdidas. Para evitarlo, los economistas suelen convertir las
preguntas del tipo “¿debo ir al centro de la ciudad?” en preguntas del tipo “¿Debo ir al
centro de la ciudad o ver el final de la película?”.
43
aleatoriamente que invita la casa. El resto paga el precio habitual. Si todos los comensales
son racionales, ¿habrá alguna diferencia entre las cantidades medias de comida que
consuman las personas de estos dos grupos?
Una vez comida la primera ración, los comensales de cada grupo se preguntan si deben ir
por otra ración. En el caso de los comensales racionales, si el beneficio de ir por otra es
superior al costo, la respuesta es afirmativa; en caso contrario, negativa. Obsérvese que en
el momento de decidir si van por otra ración, los S/10 que cuesta el almuerzo son un costo
irrecuperable. Los que lo han pagado no pueden recuperarlo. Por lo tanto, para los dos
grupos el costo (adicional) de otra ración es exactamente cero. Y como las personas que
están comiendo gratuitamente han sido elegidas aleatoriamente, no hay razón alguna para
suponer que su apetito o su renta son diferentes del apetito o de la renta de otros
comensales. El beneficio de otra ración debería ser, pues, el mismo, en promedio, para las
personas de los dos grupos. Y como sus costos y beneficios respectivos de una ración más
son iguales, los dos grupos deberían comer, en promedio, el mismo número de raciones.
Sin embargo, los sicólogos y los economistas tienen pruebas experimentales de que las
personas de esos grupos no comen la misma cantidad. En concreto, las personas a las que
no se les cobra el almuerzo tienden a comer mucho menos que las personas a las que se les
cobra. Parece que las del primer grupo están decididas de alguna manera a “recibir lo que
vale su dinero”. Su objetivo implícito parece que es minimizar el costo medio por cada
cucharada que se llevan a la boca. Sin embargo, minimizar el costo medio no es un objetivo
especialmente sensato. Nos recuerda a aquel hombre que conducía por la Panamericana
por la noche, aun a pesar de que no tenía que ir a ninguna parte, porque quería reducir su
consumo medio de combustible. Lo paradójico es que los comensales que están decididos a
recibir lo que vale su dinero normalmente acaban comiendo demasiado, como lo muestra
más tarde el hecho de que se lamentan de haber ido por su última ración.
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A menudo tenemos que decidir si realizamos o no una actividad (por ejemplo, si vamos o
no de compras al centro de la ciudad). Pero en muchas situaciones, la cuestión no es saber
si debemos realizar una actividad sino, más bien, en qué medida debemos realizarla. En
esas situaciones podemos aplicar el principio del costo-beneficio preguntándonos
repetidamente si debemos aumentar el nivel en el que estamos realizando actualmente la
actividad. Para intentar responder a esta pregunta, siempre hay que centrar la atención en
el beneficio y el costo de una unidad adicional de la actividad. Para hacer hincapié en este
énfasis, los economistas llaman costo marginal de una actividad al costo de una unidad más
de esa actividad. Asimismo, el beneficio de una unidad más de la actividad es el beneficio
marginal de la misma.
Cuando el problema es descubrir el nivel de actividad que debemos realizar, la regla del
costo-beneficio es continuar aumentando el nivel mientras el beneficio marginal sea mayor
que el costo marginal. Sin embargo, a menudo no se aplica correctamente esta regla.
12. El rol del dinero y de los precios dentro del análisis microeconómico
Nadie puede comparar y medir con precisión ni siquiera sus propios estados mentales en
distintos periodos de tiempo; y nadie puede medir los estados mentales de otro, excepto
indirectamente y conjeturalmente a través de la disposición a pagar de las personas
analizadas. Así por ejemplo, es imposible comparar directamente los placeres que dos
personas obtienen del hecho de fumar. Pero, si el deseo de asegurarse este placer induce a
cada una de estas dos personas, en circunstancias similares, a realizar una hora de trabajo
adicional; o si, teniendo ambos el mismo nivel de vida, y los mismos medios, cada uno está
dispuesto a pagar tres nuevos soles por una cajetilla de cigarrillos, entonces se puede decir
que estos placeres son iguales para el propósito perseguido, porque los deseos constituyen
incentivos igualmente fuertes para el accionar de ambas personas en circunstancias
similares.
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En otras palabras, en lugar de medir directamente el placer que ambas personas
experimentan cuando consumen una unidad adicionadle un bien determinado, lo que se
hace es tratar de averiguar cuánto estarían dispuestas a pagar, en promedio, estas personas
para obtener dicha unidad. Esta disposición a pagar puede estar medida en unidades de
cualquier bien tomado como referencia, pero es mucho más fácil y práctico expresarla en
unidades de dinero, que es la expresión del “poder general de compra” en la economía. En
efecto, dada que los precios de todas las cosas que se venden en el mercado se expresan en
dinero, también se puede hacer lo mismo con la disposición a pagar por una cosa. Esto no
significa que el dinero sea el principal objetivo del esfuerzo humano, sino que,
simplemente, en el mundo en el que se vive, el dinero es el medio más conveniente para
medir el esfuerzo humano a gran escala.
El hecho de contar con precios de mercado para una gama muy grande –aunque
incompleta- de bienes y servicios en el mercado tiene, en realidad, una importancia mucha
mayor de la que podría parecer a simple vista. Milton Friedman fue siempre muy enfático
en destacar el rol que juegan los precios en la economía, permitiendo que toda una
diversidad de consumidores y de empresas, con distintos intereses, viviendo en los sitios
más apartados del mundo, pueda coordinar sus decisiones y terminar cooperando para
46
promover los intereses de cada una de las partes involucradas, sin necesidad de una
dirección central.
Este es el trasfondo del famoso principio de la “mano invisible” con el cual Adam Smith
quería explicar las ventajas de la economía de mercado en su famoso libro sobre la Riqueza
de las Naciones. Por ejemplo: si una ola de calor en ciertos momentos del año en Lima
induce a los consumidores a querer comprar más ventiladores de los que usualmente
adquieren durante dicha estación, un simple aumento de precios es más que suficiente para
informar a los distribuidores de electrodomésticos, las empresas que fabrican ventiladores
y los productos de partes y piezas plásticas, metálicas y eléctricas, que la economía requiere
de más ventiladores ; y brinda además los incentivos que necesita cada uno de esos agentes
para comportarse de una manera consistente con la necesidad de producir más
ventiladores, y para que todos terminen satisfechos de haber colaborado con los
requerimientos de los demás agentes. Un simple aumento en el precio de los ventiladores,
comparado con los demás bienes, bastó para generar mejor información y mejores
incentivos de los que hubiera podido proporcionar cualquier ente burocrático que hubiera
pretendido organizar estas decisiones.
Este ejemplo de los ventiladores permite entender las grandes funciones de los precios que
identifico Milton Friedman:
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Desde este punto de vista, los controles deprecio y las distorsiones de precios originadas
por las interferencias del gobierno con el sistema de libre mercado resultan sumamente
dañinas porque impiden que los agentes aprovechen la información que proviene de la
más eficiente de todas las fuentes.
b. Incentivos para la acción: los precios proporcionan los incentivos más adecuados para
que los agentes se comporten de una manera consistente con las necesidades que
surgen en una economía. Un mayor precio de los ventiladores informa a los
consumidores sobre la escasez de este producto y los induce a utilizarlos con mayor
cuidado. Los distribuidores, por su parte, van a presionar a sus proveedores para que les
traigan más ventiladores y los fabricantes van a tener el incentivo adecuado para
aumentar la producción de este producto, contratando los trabajadores necesarios y
asegurándose el aprovisionamiento de las partes y piezas requeridas para satisfacer el
mayor volumen de pedidos.
c. Cambios en la distribución del ingreso: el sistema de precios permite que los ingresos de
las personas estén en función de su capacidad para producir bienes y servicios
agradables para lasociedad. Así, por ejemplo, el ingreso del dueño de un restaurante
depende de la calidad de la comida que allí se sirve. El mismo principio se aplica al caso
de los ventiladores: los distribuidores y los fabricantes van a ver incrementados sus
ingresos en la medida en que sean capaces de contribuir al aumento de la oferta
disponible de este producto. Si bien es cierto que el azar va a seguir interviniendo en la
distribución del ingreso, el sistema de precios es probablemente mucho menos injusto
que cualquier otro mecanismo alternativo.
Esta función está muy ligada a la anterior, pues garantiza que los agentes cuenten con los
incentivos adecuados para responder a las circunstancias que hicieron cambiar los
precios.
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13. Las leyes de la oferta y la demanda
Este modelo predice que, en un mercado libre y competitivo, el precio se establecerá en función
de la solicitud por los consumidores y la cantidad proveída por los productores, generando un
punto de equilibrio en el cual los consumidores estarán dispuestos a adquirir todo lo que ofrecen
los productores al precio marcado por dicho punto.
Historia
La expresión "oferta y demanda" fue acuñada por James Denham -Steuart en su obra Estudio de
los principios de la economía política, publicada en 1767. Adam Smith usó esta frase en su libro
de 1776La riqueza de las naciones, y David Ricardo, en su libro Principios de política económica e
impositiva de 1817, tituló un capítulo "Influencia de la demanda y la oferta en el precio".
En La riqueza de las naciones, Smith en general asume que el precio de oferta es fijo, y que es
únicamente la demanda la que hace que el precio suba o baje. Ricardo, en los Principios de
política económica e impositiva, establece de forma más rigurosa algunas suposiciones que
sirvieron para forjar sus ideas sobre la oferta y la demanda. Pero fue AntoineAugustinCournot el
primero que desarrolló un modelo matemático para explicar la oferta y la demanda en su libro
Desarrollo de los principios matemáticos de la teoría de la bonanza económica.
Durante los últimos años del siglo XIX surgió la escuela de pensamiento marginal. Este campo fue
iniciado por Stanley Jevons, Carl Menger y León Walras. La idea principal es que el precio se
establecía a partir del precio más alto. Fue un cambio sustancial respecto a las ideas de Adam
Smith sobre la determinación del precio de oferta.
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Este modelo fue desarrollado y popularizado más tarde por Alfred Marshall en su ensayo
Principios de economía. Junto con León Walras, Marshall se centró en el punto de equilibrio en el
cual las dos curvas se cortaban. Desde finales del siglo XIX, esta teoría de la oferta y la demanda se
ha mantenido prácticamente inamovible. La mayoría de los estudios posteriores se han centrado
en buscar las excepciones del modelo (como la oligarquía, los costes de transacción o el principio
de no racionalidad).
13.1. La oferta
La oferta es la relación entre la cantidad de bienes ofrecidos por los productores y el precio de
mercado actual. Gráficamente se representa mediante la curva de oferta. Debido a que la oferta
es directamente proporcional al precio, las curvas de oferta son casi siempre crecientes. Además,
la pendiente de una curva de oferta suele ser también creciente (es decir, suele ser una función
convexa), debido a la ley de los rendimientos decrecientes.
A veces, las curvas de oferta no tienen una pendiente creciente. Un ejemplo es la curva de oferta
del mercado laboral. Generalmente, cuando el salario de un trabajador aumenta, éste está
dispuesto a ofrecer un mayor número de horas de trabajo, debido a que un sueldo más elevado
incrementa la utilidad marginal del trabajo (e incrementa el costo de oportunidad de no trabajar).
Pero cuando dicha remuneración se hace demasiado alta, el trabajador puede experimentar la ley
de los rendimientos decrecientes en relación con su paga. La gran cantidad de dinero que está
ganando hará que otro aumento de sueldo tenga poco valor para él. Por tanto, a partir de cierto
punto trabajará menos a medida que aumente el salario, decidiendo invertir su tiempo en ocio.
Este tipo de curvas de oferta ha sido observado en otros mercados, como el del petróleo: después
del récord del precio provocado por la crisis de 1973, muchos países exportadores de petróleo
disminuyeron su producción.
Otro ejemplo de curvas de oferta atípicas lo encontramos en las compañías de servicios públicos.
Debido a que una gran cantidad de sus costes son costes fijos, el coste marginal de estas empresas
es prácticamente una constante, con lo cual su curva de oferta es una recta creciente.
Cuando cambien los costos de los productores, la curva de oferta se desplazará. Si el costo se
reduce, los productores ofrecerán más cantidad en cada precio y esto desplaza la curva S1 a la
derecha hacia S2. Este incremento en la oferta causa que el precio de equilibrio se reduzca de P1 a
P2. La cantidad de equilibrio aumenta de Q1 a Q2, ya que la cantidad demandada aumenta por el
precio más barato.
50
13.2. La Demanda
La demanda es la cantidad de bienes y servicios que los consumidores desean y están dispuestos a
comprar dependiendo de su poder adquisitivo. La curva de demanda representa la cantidad de
bienes que los compradores están dispuestos a adquirir a determinados precios, suponiendo que
el resto de los factores se mantienen constantes (cláusula ceterisparibus). La curva de demanda es
por lo general decreciente, es decir, a mayor precio, los consumidores comprarán menos.
Los determinantes de la demanda de un individuo son el precio del bien, el nivel de renta, los
gustos personales, el precio de los bienes sustitutivos, y el precio de los bienes complementarios.
La forma de una curva de demanda puede ser cóncava o convexa, posiblemente dependiendo de
la distribución de los ingresos.
Como se ha dicho antes, la curva de demanda es casi siempre decreciente. Pero hay algunos
ejemplos extraños de bienes que han tenido curvas de demanda crecientes. Un bien cuya curva de
demanda tiene una curva creciente se conoce como un bien de Giffen o un bien Veblen. Sin
embargo, la existencia real de este tipo de bienes es más que discutible, y en todo caso estaría
orientada a fenómenos sociales y no puramente económicos, como la ostentación de riquezas
Teoría fundamental
El modelo establece que en un mercado libre, la cantidad de productos ofrecidos por los
productores y la cantidad de productos demandados por los consumidores dependen del precio
de mercado del producto. La ley de la oferta indica que la oferta es directamente proporcional al
precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se ofrecerán a la venta. Por el
contrario, la ley de la demanda indica que la demanda es inversamente proporcional al precio;
cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la
demanda hacen variar el precio del bien.
51
se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se
produce.
Precio
Oferta
PE
Demanda
QE Cantidad
Como puede observarse, existe un solo precio en el que la cantidad que desean comprar los
consumidores es igual a la que desean vender los productores; ese es precisamente el precio de
Equilibrio (PE), que define la cantidad de equilibrio (QE), que indica que la cantidad demandada es
igual a la cantidad ofrecida. Resulta claro que este equilibrio se da en el punto donde se
intersectan la oferta y la demanda. Por tanto, existe un solo precio en el que la cantidad
demandad es igual a la cantidad ofrecida y este precio es el que se llama precio de equilibrio. La
pregunta que surge aquí es ¿qué sucederá en el mercado si el precio es diferente, es decir, mayor
o menor al de equilibrio?
Si el precio es mayor que el precio de equilibrio, tal como sería el caso de P 1, los productores
estarán dispuestos a ofrecer mayor cantidad a la de equilibrio (Q d). Claramente se ve que Qo es
mayor que la Qd, por lo que podemos decir que existe un exceso de oferta en el mercado, ya que
la cantidad que desean vender los productores es mayor a la cantidad que desean comprara los
consumidores, por lo que a ese precio, P 1, no habrá intercambio en el mercado. Este exceso de
oferta lo podemos medir como la diferencia entre la cantidad ofrecida a ese precio, menos la
cantidad demandad a ese mismo precio.
52
E 0= Qo- Qd
Precio (P)
P1 Oferta
PE
Demanda
Qd QE Q0
Cantidad (Q)
E 0= Qo- Qd
Ahora bien, este exceso de oferta implica que los productores verán que sus inventarios se
acumulan por lo que habrá una tendencia a que el precio disminuya para así poder vender sus
excedentes. La reducción en el precio ocasiona que aumente la cantidad que desea comprar los
consumidores y que disminuya la cantidad que desean vender los productores. Estos cambios en
el precio y en las cantidades terminaran cuando el mercado haya alcanzado nuevamente el
equilibrio. Nótese que estos cambios son en las cantidades, por lo que los movimientos son sobre
las funciones de oferta y demanda.
Precio (P)
Oferta
PE
P2
53
Demanda
Ed = Qd2- Qo2
Como resultado lógico suponer, el exceso de demanda ocasionará que los consumidores compitan
por obtener el producto, que resulta escaso, presionando a que los precios aumentan. Esta alza en
los precios hace que aumente la cantidad que desean vender los oferentes y que disminuya la
cantidad que los consumidores están dispuestos y pueden adquirir. Conforme aumenta el precio,
no se modifican las funciones de oferta no de demanda, sólo las cantidades que se desean
comprar y vender, es decir, son movimientos sobre funciones.
Para recapitular, cualquier precio mayoral precio de equilibrio, significa que la cantidad que se
desea ofrecer, será mayor a la cantidad que se desea demandar, es decir, representa un exceso de
oferta, que será mayor mientras mayor sea el precio. Por el contrario, cualquier precio menor al
precio de equilibrio, los consumidores desearan adquirir mayor cantidad de la que los productores
desean vender, esto es, habrá un exceso de demanda que será mayor mientras menor sea el
precio.
Precio (P)
Oferta
PE
Demanda
QE
Cantidad (Q)
En la medida en que haya exceso de oferta en el mercado, habrá una tendencia a que el precio
disminuya, lo cual restablece el equilibrio, mientras que si existe un exceso de demanda se
presentara una presión a que suban los precios hasta alcanzar nuevamente equilibrio Mediante el
análisis de los conceptos de exceso de oferta y exceso de demanda puede entenderse mejor el
concepto de precio de equilibrio. Este precio es el único precio en el mercado en el que la cantidad
demandada es igual a la cantidad ofrecida y, por lo tanto, el único precio al que se realiza el
54
intercambio, ya que podemos considerar que refleja las preferencias tanto de los productores
como de los consumidores, debido a que este intercambio es voluntario.
De lo dicho se sigue que es el único precio en el que no existe exceso del producto ni escasez del
mismo. Por último, el mercado tendera a alcanzar este precio debido a que si existe exceso de
oferta el precio tendera a bajar, mientras que si existe exceso de demanda, el precio tendera a
subir Por tanto, es un precio de equilibrio si se entiende por equilibrio la situación que, una vez
alcanzada, no tiende a cambiar, a menos que se presente una fuerza exógena que lo modifique.
Cabe aclarar que estas características no significan que no pueden modificarse el precio y la
cantidad de equilibrio; sin embargo, esta alteración se presentará siempre y cuando cambien la
oferta, la demanda o ambas; es decir, siempre y cuando se desplacen las funciones.
De lo dicho hasta aquí, debe resultar claro que los precios actúan como un sistema de
racionamiento, ya que la oferta y la demanda establecen un precio en el que las decisiones de
productores y consumidores son consistentes entre ambas; esto es, la interacción de la Oferta y la
Demanda establece un precio que equilibra el mercado en el sentido de que no existirá exceso de
oferta ni exceso de demanda. Por lo tanto, el mecanismo de mercado garantiza que cualquier
consumidor que tenga la posibilidad de adquirir un producto y desee hacerlo, lo podrá comprar al
precio de equilibrio. De igual modo, cualquier productor que pueda y quiera ofrecer su producto
al precio de equilibrio lo podrá hacer. A la inversa, los participantes en el mercado que no acepte
dicho precio de equilibrio, no realizaran intercambio alguno.
Además, es importante hacer notar que aunque exista equilibrio, esto no significa que todos los
consumidores estén adquiriendo el bien o servicio, pues a menores precios al de equilibrio existe
una parte de la demanda que no estará satisfecha. Asimismo, por arriba del precio de equilibrio
hay consumidores que estarán dispuestos a pagar mayores precios por la misma cantidad que
están adquiriendo al precio de equilibrio.
Por el lado de la oferta sucede algo similar, pues arriba del precio de equilibrio existen cantidades
que estarán dispuestas a ofrecer los productores, que en realidad no están ofreciendo y, a la
inversa, abajo del precio de equilibrio hay cantidades que se estarán dispuestas a ofrecer a ese
precio menor y sin embargo, las ofrecen al precio de equilibrio, que es más alto.
55
En resumen, la presencia del equilibrio en un mercado no quiere decir que todos los participantes
estén satisfechos.
Una última aclaración importante sobre el precio de equilibrio: si bien en un mercado existe la
tendencia a que los precios se igualen en torno al de equilibrio, es posible que se presente algunas
diferencias; es decir, que algunos productores vendan a precios menores o mayores. Lo anterior
se debe a que los consumidores no siempre tienen perfecta información sobre el mercado, o, lo
que es mismo, no conocen con exactitud el precio al que venden todos los oferentes de un bien o
servicio y obtener esta información representa un costo para la economía doméstica, que puede
medirse, por ejemplo, e términos del tiempo empelado en la búsqueda o de los costos de
transportación por desplazarse de una tienda a otra, etc.
Para aclarar las ideas expuestas hasta aquí, puede resolverse un sencillo ejemplo. Supóngase que
las siguientes funciones definen las funciones de oferta y demanda de un mercado cualquiera:
La primera función representa a la oferta a que tiene pendiente positiva .esto refleja así la ley de
la oferta que, como se recordara, establece que a mayor precio, se desea ofrecer mayor cantidad.
La segunda representa a la demanda, ya que la pendiente negativa refleja la ley de la demanda
que indica que conforme aumenta el precio, disminuye la cantidad que desean adquirir los
consumidores.
A partir de estas funciones pueden definirse las tablas de oferta y demanda, que indiquen como
cambian las cantidades ofrecidas y demandadas al modificarse el precio. Para esto, se asignan
valores a P y estos valores, al sustituirlos en las ecuaciones establecidas, permiten obtener las
cantidades correspondientes.
56
25 70 50
30 80 40Exceso de oferta
Por ejemplo, si el precio de 10 pesos, se sustituye con 20 en la ecuación (1), y se obtiene que la
cantidad ofrecida a ese precio es 20 + 2(20) = 40. Para obtener la cantidad demandad al precio de
10 pesos, se sustituye en la ecuación (2) y se tiene que la cantidad será 100-2(10) = 80. Del mismo
modo se obtiene Q o y Qd para los diferentes precios. Si se grafican estas funciones puede verse
con claridad el equilibrio alcanzado en el mercado.
Precio (P)
Oferta
30
20
10
Demanda
10 20 30 40 50 60 70 80 90 Cantidad (Q)
Como puede observarse, tanto en la tabla como en la gráfica existe un solo precio en que la
cantidad demandad es igual a la cantidad ofrecida. Este precio de equilibrio es de 20 pesos y a
este precio los consumidores desean adquirir 60 unidades y los productores desean ofrecer 60
unidades.
Si el precio es mayor a 30 pesos, por ejemplo, 30 pesos, habrá un exceso de oferta, ya que los
productores desean vender 80 unidades, mientras que los consumidores solo están dispuestos a
adquirir 40; por lo tanto, el exceso de oferta será de 40 unidades, que resulta de la diferencia
entre la cantidad ofrecida (80) y la cantidad demandada (40). Como se sabe, este exceso de oferta,
presionara a que los precios bajen.
Por último, el precio y la cantidad de equilibrio se puede obtener igualando funciones de oferta y
demanda, ya que en esta forma se obtiene el punto de intersección de ambas funciones.
Como en equilibrio Qo = Qd puede decirse que :
57
2062P = 100-2P
4P = 80P
P = 20
Asimismo, Q = 60
El análisis de cambios en el equilibrio debe iniciarse a partir de una situación inicial de equilibrio
que está definida por la intersección de la función de oferta (O) y la función de demanda (D 1), lo
cual puede apreciarse en la figura siguiente:
Oferta
Precio (P)
P1
Demanda
D1
Q1
Cantidad (Q)
De acuerdo con esas funciones, al precio de equilibrio P 1, los consumidores desean adquirir Q 1
unidades, al igual que los productores, por lo que podrá haber intercambio en el mercado.
Suponga que debido a un cambio en los gustos aumenta la demanda del producto. Este
incremento quiere decir que dicha función se desplazara a la derecha de D 1 a D2, lo cual indica que
losconsumidores desean más unidades del bien al mismo precio. Para analizar las consecuencias
de este cambio en el mercado, resulta lógico suponer que al precio anterior P 1, se presentara un
exceso
de demanda, ya que ahora los consumidores desean Q 1* unidades, en vez de Q 1, mientras que los
productores solo están dispuestos a ofrecer Q1 unidades en tanto no se modifique el precio.
58
Podemos medir este exceso de demanda como (Q 1*-Q1)
Precio (P)
Oferta
P2
P1
D2
Demanda
D1
Como se recordara, siempre que exista exceso de demanda se presentará una tendencia en el
mercado a que el precio suba.El precio dejara de aumentar cuando se restaure de nuevo el
equilibrio en el mercado que, en el ejemplo, seria al precio P 2 y la cantidad Q2. Ahora bien, el
nuevo equilibrio se alcanza debido a que el aumento en el precio induce a que los productores
estén dispuestos a ofrecer mayor cantidad ( Q2 – Q1) mientras que los demandantes, al subir el
precio, desearan adquirir menor cantidad ( Q 1* - Q2).
Si se resumen los puntos más importantes de este análisis, se tiene que, un aumento en la
demanda hace que suban el precio y la cantidad de equilibrio. Este aumento en la demanda se
observa como un desplazamiento de toda la función, lo cual indica que los consumidores desean
adquirir mayor cantidad al mismo precio; sin embargo, el exceso de demanda generado por esta
variación ocasionara que aumente el precio, con lo que se incrementa, por un lado, la cantidad
ofrecida y, por otro, disminuye la cantidad demandada sobre la nueva función de demanda, con
lo cual se restablece el equilibrio.
59
a que disminuya el precio de un complementario;
a que cambie las preferencias y expectativas del consumidor en el sentido de que hora
desee más de ese bien.
Igualmente, para analizar los efectos de una disminución en la demanda, supóngase que a partir
de una situación inicial de equilibrio, como la representada por el precio P 1 y la cantidad Q1,
disminuye la demanda de un bien complementario. Esta disminución significa que los
consumidores, al mismo precio, estarán dispuestos a adquirir menos cantidad.
Precio (P)
Oferta
P1
P2
D1 Demanda
D2
Q1* Q2 Q1
Cantidad (Q)
Como ya se sabe, al haber un exceso de oferta el precio tenderá a bajar. Esta disminución de
precio provoca la reducción de la cantidad ofrecida. Note que no se altera la oferta, sino la
cantidad ofrecida, ya que el origen de las variaciones es un cambio en el precio del bien. Por
otro lado, el decremento en el precio hace que aumente la cantidad sobre la nueva función de
demanda. El precio dejará de disminuir cuando la cantidad demandada vuelve a ser igual a la
60
cantidad ofrecida, lo que sucede al precio P 2 y la cantidad Q2 que definen el nuevo punto de
equilibrio.
Lo anterior puede resumirse de la siguiente manera: una disminución en la demanda hace que
se reduzca el precio y la cantidad de equilibrio. Esta disminución en la demanda hace que la
función se desplace hacia la izquierda, con lo cual se genera un exceso de oferta porque ahora
los consumidores desearan adquirir menor cantidad al mismo precio. Este exceso de oferta
hace que el precio disminuya, con lo que baja la cantidad que desea ofrecer los productores y
aumento en la nueva función de demanda, la cantidad que desea adquirir los demandantes; de
esta manera se elimina el exceso de oferta.
Suponga ahora que, a partir de una situación inicial de equilibrio, como la representada por la
intersección de O1 y D1, que determina el P1 y la cantidad Q1 aumenta la oferta y hay el
consiguiente desplazamiento hacia la derecha. Este desplazamiento de la función de oferta indica
que los productores desean ofrecer mayor cantidad a los mismos precios.
Precio (P)
O1
O2
P1
P2
61
D1
El aumento de la oferta ocasionará que, el precio inicial, P1presente un exceso de oferta, que
puede medirse por la distancia (Q 1* - Q1). En este caso el exceso de oferta se debe a que mientras
no cambie el precio, no se modificará la cantidad demandada, aunque los productores estén
dispuestos a ofrecer una mayor cantidad. Como ya se estableció en el caso anterior, el exceso de
oferta presionara a que disminuya el precio de P 1 a P2, con lo que aumentara la cantidad que
desean adquirir los consumidores de Q1 a Q2, lo cual restaura el equilibrio.
En conclusión, puede decirse que u aumento de la oferta hace que disminuya el precio de
equilibrio y que se incremente la cantidad de equilibrio. Al aumentar la oferta se presentará en el
mercado un exceso de oferta al precio de equilibrio anterior, por lo que tenderá a bajar hasta que
la cantidad demandada, que aumenta por la baja en el precio, vuelva a ser igual a la cantidad
ofrecida.
Por último se analizarán los efectos de la disminución en la oferta sobre el precio y la cantidad de
equilibrio, si por ejemplo, se incrementan los costos de producción, la oferta disminuye, y hay un
desplazamiento hacia la izquierda ya que ahora, al precio P 1, los productores solo desearan ofrecer
Q1. Si disminuye la cantidad que las empresas desean ofrecer y permanece constante la cantidad
que los consumidores desean adquirir, se presentará un exceso de demanda igual a Q 1 – Q1*
62
Precio (P) O2 O1
P2
P1
D1
Este exceso de demanda hará que el precio tienda a aumentar, con lo que disminuye la cantidad
que desean adquirir los consumidores y aumenta la cantidad que desean ofrecer los productores.
El precio dejará de aumentar cuando se igualen de nuevo la cantidad de demanda y la cantidad
ofrecida; esto es, cuando se restaure el equilibrio en el mercado.
En conclusión , una disminución de la oferta hace que aumente el precio de equilibrio y se reduzca
la cantidad de equilibrio. Esta disminución en la oferta puede deberse:
al aumento del precio de otros bienes,
a que se incrementen los costos de producción o a
que cambien los objetivos de la empresa de modo que los productores deseen producir
menos cantidad a los mismos precios.
Como resulta lógico, también es posible que se modifique al mismo tiempo la oferta y la
demanda, en cuyo caso lo que suceda con el precio y la cantidad de equilibrio dependerá de la
dirección y la magnitud de los desplazamientos. Un caso puede ser el aumento de la cantidad de
equilibrio, mientras el precio se mantiene constante.
Precio (P)
63
O1
P2
O2
P1
D2
D1
Precio (P) O2
O1
P2
P1
D2
D1
Q1 Cantidad (Q)
64
Si la demanda aumenta de D1 a D2, y la oferta disminuye de O1 a O2, la cantidad
de equilibrio se mantiene constante y el precio aumenta de P 1 a P2
Precio (P) O2
O1
P1
P2
D1
D2
Q2 Q1 Cantidad (Q)
Para aclarar las ideas expuestas hasta aquí, puede ponerse un sencillo ejemplo. Considere el
mercado de automóviles, en que a partir de una situación de equilibrio, se introduce algunos
cambios hipotéticos para ver su efecto sobre el precio y la cantidad de equilibrio.
El análisis puede iniciarse tratando de determinar qué sucederá si aumenta el precio de los
transportes colectivos. Resulta lógico suponer que si los transportes colectivos son sustitutos de
los automóviles, al encarecerse, los consumidores desearán adquirir menos cantidad; es decir,
utilizaran menos transporte colectivo, por lo que podemos esperar un aumento en la demanda de
automóviles. Esto aumenta tanto el precio como la cantidad de equilibrio en el mercado
automovilístico.
O1
Precio (P)
65
P2
P1
D1
D2
Q1 Q2 Cantidad (Q)
Suponga ahora que sube el precio de gasolina. Si ésta es un bien complementario de los
automóviles, puede esperarse que se demande menos cantidad de la misma y, por lo tanto, que
disminuya la demanda de autos, con lo cual bajan el precio y la cantidad de equilibrio.
Precio (P) O1
P1
P2
D1
D2
Q2 Q1 Cantidad (Q)
66
Al aumentar el precio de un complementario, la demanda de desplaza de D 1 D2,
disminuyendo el precio de P1 a P2 y la cantidad de Q1 a Q2
Piense ahora en el caso de que aumentara el ingreso de la población. Dado que los automóviles es
un bien superior, puede esperarse un aumento en la demanda, con lo que, como el primer
ejemplo, se incrementaran precio y cantidad de equilibrio.
¿ Que pasaría en este mercado si aumentara el ingreso del hule?.Dado que el hule se utiliza en la
fabricación de los automóviles, dicho incremento conllevaría el aumento de los costos de
producción, por lo que disminuiría la cantidad de automóviles que los productores desearían
ofrecer a cada precio; es decir, disminuiría la oferta de automóviles y su curva se desplazaría hacia
la izquierda, como lo que afectaría el precio y disminuiría la cantidad de equilibrio.
O2
Precio (P) O1
P2
P1
D1
Q2 Q1 Cantidad (Q)
67
Por último, una posibilidad de que aumente la oferta de los automóviles es que disminuyera el
precio de los camiones. La razón de esto es que en los automóviles se utilizan muchos insumos
empelados en la producción de camiones, por lo que los productores al bajar el precio sin que se
modifiquen los otros determinantes de la oferta, preferirían producir automóviles, con lo que
aumentaría oferta. Como ya sabemos, un aumento en la oferta hace que baje el precio y se
incremente la cantidad de equilibrio.
Precio (P) O1
O2
P1
P2
D1
Q1 Q2 Cantidad (Q)
En el primer caso se genera un exceso de oferta en el mercado ya que, como se mencionó, al subir
el precio los productores estarán dispuestos a ofrecer mayor cantidad, mientras que los
consumidores desearán adquirir menos unidades; de esta forma, el precio tenderá a bajar hasta
68
alcanzar nuevamente el equilibrio. Como puede apreciarse, si el precio tope o máximo es mayor
que el equilibrio, el mercado provoca que este producto se venda a un precio menor, por lo que
no tendría sentido du regulación. Del mismo modo, tampoco tendría sentido establecer el precio
en el punto de equilibrio, ya que, de cualquier forma, ése sería el precio al que se intercambiaría
en el mercado.
Una vez aceptado que el precio tope debe encontrase por debajo de dicho punto, tratemos de ver
cuáles son sus efectos en el mercado (Bassols, 2005)
PE
PT
Demanda
Qo QE Qd Cantidad (Q)
El establecimiento del precio tope provoca el aumento de la cantidad que los consumidores
desean adquirir, hasta Qd, y que disminuya, a Qo , la cantidad que los productores están dispuestos
a ofrecer, por lo que se producirá un exceso de demanda igual a ( Q d – Qo ).
69
Si el precio no estuviera regulado, tendería a subir hasta el punto de equilibrio (P E) en el que
nuevamente estarían de acuerdo productores y consumidores. Sin embargo, al existir un precio
tope el sistema de precios deja de funcionar como un mecanismo de racionamiento, por lo que
deben encontrarse otros mecanismos que permitan racionar este producto que ahora resulta
escaso.La
teoría económica no puede decir cuáles son estos mecanismos de racionamiento, pero la
experiencia ha demostrado que pueden ser , por ejemplo, la asignación , de acuerdo con las
preferencias del productor, o el racionamiento, por parte del gobierno, mediante la distribución de
cupones, las “colas”, de tal forma que se vende el producto al primero que llega, o que su venta
está condicionada a la compra de otro producto, o bien , la aparición de un mercado negro.
Precio (P)
Oferta
B
PMn
A
PT
Demanda
0 Qo Qd Cantidad (Q)
E d = Qd - Qo
A precio tope (PT) los productores sólo están dispuestos a ofrecer Q o; sin embargo,
por esa cantidad los consumidores están dispuestos a pagar hasta P Mn, situación que
facilita la aparición de un mercado negro. Si toda la cantidad Qose vendiera en el
70
mercado negro, los ingresos totales de los productores estarían representados por el
área PMnBQo0
Cabe aclarar que es poco probable que toda a cantidad del bien se venda en el mercado negro;
por lo general, parte de la oferta se vende al precio tope (P T) y solo una parte se vende en el
mercado negro.
Si el precio mínimo se establece por debajo del equilibrio se genera en el mercado un exceso de
demanda que provoca que el precio suba hasta alcanzar nuevamente el equilibrio. Como el precio
mínimo puede subir, pero no bajar, no tendría sentido establecerlo por abajo del equilibrio, ya que
el mismo mercados hará que el precio sea mayor. Tampoco tendría sentido establecer este precio
en el equilibrio porque aun sin regulación, ése sería el precio que prevalecería en el mercado.
En conclusión un precio mínimo debe establecerse por arriba del precio de equilibrio, lo que
tendrá efectos en el mercado.
Al establecerse el precio mínimo, P m, aumenta la cantidad que desean ofrecer los productores
hasta Qo y disminuye la cantidad que desean adquirir los consumidores hasta Q d, generándose así
un exceso de oferta igual a Qo – Qd.
En este caso la cantidad del bien o servicio que se intercambia en el mercadodisminuye hasta Q d
ya que, aunque los oferentes deseen ofrecer mayor cantidad, no hay demanda por su producto.
Cabe aclarar que en un mercado no puede existir indefinidamente un exceso de oferta, por lo que
podemos esperar que aumente la demanda por este producto hasta alcanzar el equilibrio en el
71
precio mínimo, o bien, que el precio tiende a bajar mediante ciertos mecanismos como los
descuentos.
Para evaluar los resultados de esta política habría que pensar que mediante el establecimiento de
un precio mínimo se persigue incrementar el ingreso de los productores. Sin embargo, que
losproductores se beneficien o no con el precio mínimo depende de la elasticidad –precio de la
demanda, ya que el establecimiento de un precio mínimo equivale a un incremento del precio. Por
esto, al subir el precio de un bien o servicio disminuye la cantidad que los consumidores desean
adquirir, y el ingreso del productor depende finalmente de cuál de estos dos efectos sea mayor.
Precio (P)
Oferta
Pm
PE
Demanda
Qd QE Qo Cantidad (Q)
72
Si la demanda es elástica, es decir, si es sensible a cambios de precio, la disminución porcentual de
la cantidad será mayor al incremento porcentual en el precio, por lo que el ingreso del productor
disminuye.
Por el contrario, si la demanda es inelástica, la disminución relativa de la cantidad será menor que
el incremento del precio medido también en términos relativos, por lo que el ingreso del
productor aumenta.
En caso de que la elasticidad sea unitaria, las variaciones porcentuales en precio y cantidad serán
iguales, manteniéndose constante el ingreso del productor.
Oferta Oferta
A
Pm Pm A
C
PE
B
PE B
C
Demanda
Demanda
Qd QE Qd QE
0 Cantidad (Q) Cantidad (Q)
73
Si la demanda es rígida, el ingreso aumenta de 0PECQE a 0PmAQd ya que el
área PEPmAB indica el incremento del mismo derivado del aumento de precio
PECQE0 a PmAQd0. El incremento de su ingreso por el aumento de precio es
PmABPE área menor a la que representa la disminución en su ingreso por la baja
en la cantidad: BCQEQd.
Precio (P)
O+T
P0 + T O
T
P0
Q0 Cantidad (Q)
74
Al establecer un impuesto (T) el productor estará dispuesto a ofrecer Q 0
unidades al precio P0+T lo que implica una disminución de la oferta de O a O+T
Es decir, por vender Q0 unidades recibirá el precio P0. Ahora bien, si se aplica un impuesto a este
producto, que se representa con la letra T, la empresa recibe por cada unidad vendida, el precio de
mercado menos el impuesto, es decir, recibirá P 0-T.
Si el productor desea percibir lo que recibía antes de que se estableciera el impuesto, debe
incrementar sus precios en el mismo monto del impuesto. Esto implica que para ofrecer Q 0
unidades debe venderlas a ( P 0+T), lo que equivale a decir que el coso unitario de producción se
incrementa en la cuantía del impuesto, y hace que la función de oferta se desplace de O a (O+T).
Ahora bien, es lógico que el impuesto no lo haga en su totalidad el productor, sino que se
comparta entre productores y consumidores, dependiendo, como veremos, de la elasticidad –
precio de la demanda y de la oferta. Por tanto, un impuesto provoca que se incremente el precio
que paga el consumidor y que disminuya el precio que recibe el productor, por lo que, para ver
cómo se distribuye el impuesto entre productores y consumidores, debemos considerar también
la demanda.
Precio (P)
O+T
A O
Pc
PE D
PP B
QT QE Cantidad (Q)
75
Al establecer un impuesto T, los consumidores pagan el precio P C y los productores
reciben sólo PP por la cantidad intercambiada en el mercadodisminuye de Q E a QT.
El área PCABPP representa la recaudación fiscal de la cual los consumidores pagan
PCADPE y los productores PEDBPP.
Para determinar que paga la mayor proporción del impuesto, debe tenerse en cuenta la
elasticidad-precio de la demanda y de la oferta. Esta relación entre la incidencia fiscal y la
elasticidad-precio de la demanda se entiende claramente analizando los dos casos extremos de
elasticidad, es decir, en que la demanda es perfectamente inelástica y perfectamente elástica.
O+T D O+T
PT
O O
PE=PT D
A B PE
76
C
QT QE QE=QT
Cantidad (Q) Cantidad (Q)
εp =∞ εp =0
Si el precio
εp =∞ no puede modificarse, por lo que los efectos del impuesto se traducen en
En ambos casos partimos de una situación inicial de equilibrio en la cual el precio que paga el
consumidor es igual al precio que recibe el productor. Posteriormente, se establece un impuesto,
con lo que la función de oferta se desplaza hacia arriba en el mismo monto del impuesto. Si la
demanda es perfectamente elástica, los consumidores no estarán dispuestos a adquirir el
producto a un precio mayor, por lo que éste no puede modificarse y los efectos del impuesto se
traducen exclusivamente en una disminución de la cantidad de Q E a QT . Por el contrario, si la
demanda es perfectamente inelástica, es decir, si la cantidad demandad no responde a los cabios
en el precio, el productor podrá trasladar todo el impuesto al consumidor, aumentando el precio
que paga de PE a PT, sin que se modifique la cantidad intercambiada en el mercado.
Considere ahora dos casos intermedios: una demanda elástica y una demanda inelástica con una
misma oferta.
Precio (P)
Precio (P)
O+T O+T
O
O
PC
PC
PE
PE
PP
PP
77
D D
Si la demanda es elástica, el consumidor absorberá la menor parte del impuesto, ya que el precio
que debe pagar aumenta sólo de PE a PC, mientras que el precio que recibe el productor disminuye
de PE a PP, pagando así la mayor proporción del impuesto. Además, la cantidad que se intercambia
en el mercado disminuye de QE a QT . Esta disminución relativamente grande e la cantidad se debe
a que si la elasticidad-precio de la demanda es mayor que uno, basta un pequeño aumento en el
precio para que la cantidad que desea adquirir los consumidores disminuye más que
proporcionalmente.
A partir de este análisis podemos establecer dos conclusiones. En primer lugar, mientras más
elástica sea la demanda, menor será la parte del impuesto pagada por el consumidor, mayor la
proporción del impuesto absorbida por el productor y mayor la disminución de la cantidad y
mayor el costo en bienestar social. En segundo lugar, mientras más inelástica sea la demanda,
mayor proporción del impuesto pagara el consumidor, menor la parte pagada por el productor y
menor la disminución de la cantidad y, por lo tanto, menor el costo en bienestar social.
Por el lado de la elasticidad de la oferta, mientras más elástica sea, mayor será la proporción del
impuesto que pague el consumidor.
Precio ( P)
78
Q+T
O
PC
PE
PP
D
QT QE
Precio (P)
O+T
O
P
PCE D
PP QT QE Cantidad (Q)
En el caso de una oferta inelástica, si el precio de equilibrio es P E, al desplazar la
oferta de O a O + T el consumidor paga de P E a PC ; sin embargo, el productor
recibirá de PE a PP menos y deberá pagar una mayor proporción del impuesto.
Que la oferta sea inelástica indica que la producción, o la cantidad producida no puede variar en
la misma proporción que el precio y, aunque se trate de un desplazamiento, como la cantidad
79
producida casi no puede variar por cambios en el precio, el productor absorbe la mayor parte del
mismo.
En 1995 seguía habiendo tan solo 11,787 licencias de taxis en Nueva York, aun cuando la
ciudad se había convertido en el centro financiero mundial, y en un lugar donde ciento de
miles de personas intentan desesperadamente encontrar taxi a diario. (En 1995 se
emitieron 400 medallones más y en 2003 se acordó un plan por el que se emitiría 900
licencias más distribuidas a lo largo de tres años.)
80
Existen muchos otros casos de control de la cantidad, que van desde límites de la cantidad
de moneda extranjera que se puede comprar (por ejemplo, libras esterlinas o pesos
mexicanos) hasta la cantidad de almejas que se les permite capturar a los barcos de New
Jersey. Fíjese que, aunque en los controles de3 precios el precio limite puede estar por
encima o por debajo del precio de equilibrio- precios máximos o precios mínimos- en el
mundo real, los controles en la cantidad siempre se establecen como límite máximo, nunca
como un límite mínimo.
Después de todo, no se puede obligar a nadie a comprar o vender más de lo que desea.
Algunos de los intentos de controlar las cantidades se imponen por buenas razones
económicas, pero en otros casos son por motivos equivocados. En muchos casos y como se
verá , los controles de la cantidad se introdujeron para tratar un problema temporal pero
posteriormente acabaron convirtiéndose en un control difícil de eliminar por sus
implicancias políticas, ya que los beneficiarios del mismo se oponían a sus desaparición,
aunque las razones que originaron su imposición ya no existieran. Sin embargo cualesquiera
que sean las razones para tales controles, éstos tienen consecuencias económicas
(habitualmente poco deseables) perfectamente predecibles.
81
El sistema de licencia de Nueva York limita el número de taxis, pero cada taxista puede
ofrecer tantos viajes como desee. Sin embargo, para simplificar el análisis, se supone que
este sistema de licencia limita el número de viajes que puede realizarse legalmente a 8
millones de viajes al año.
Hasta ahora se había calculado la curva de demanda respondiendo a preguntas del tipo:
¿cuántos trayectos querrán realizar los pasajeros si el precio del trayecto es de $5? Sin
embargo, se puede darle la vuelta a la pregunta: ¿a qué precio querrán los consumidores
comprar 10 millones de viaje al año? El precio al que los consumidores compran una
cantidad dada- en este caso, 10 millones de trayectos a $5 cada trayecto- es el precio de
demanda de esa cantidad. En el plan de demanda se puede ver que el precio de demanda
de 6 millones es de $7, el de 7 millones de viajes es de $ 6, 50, etc.
Precio del
trayecto en
taxi ($) Precio del Cantidad de trayectos
viaje en taxi (millones/año)
($) Demanda(D) Oferta (S)
7,00 6 14
S 6.50 7 13
6,00 8 12
5,50 9 11
5,00 10 10
E 4,50 11 9
4,00 12 8
5
3,50 13 7
3,00 14 6
10
82
cantidad. En el plan se puede ver que el precio de oferta de 6 millones de trayectos es de
$3, el de 7 millones al año es de $3,5, etc.
La siguiente ilustración muestra el mercado resultante para los trayectos en taxi, donde la
línea vertical sobre los 8 millones de trayectos al año representa el límite del contingente.
Debido a que la cantidad está limitada a 8 millones, los consumidores se situaran en el
punto A sobre la curva de demanda, correspondiente a la casilla sombreada del plan de
demanda: el precio de demanda asociada a 8 millones de viajes es de $6. Mientras, los
taxistas se situaran en el punto B sobre la curva de oferta, correspondiente a la casilla
sombreada del plan de oferta: el precio de oferta correspondiente a 8 millones de viajes es
de $4.
Pero, ¿cómo puede ser que el precio recibido por los taxistas sea $4 cuando el precio
pagado por los viajeros es de $6? La respuesta radica en que además del mercado de
trayectos en taxi existe un mercado de licencias. Tal vez todos los dueños de licencias
quieran conducir su taxi; pueden estar enfermos o pueden estar de vacaciones. Así que
aquellos que posean una licencia y que no quieran conducir su taxi venderán el derecho a
utilizar su licencia a alguien que desee entrar en el mercado y no posea licencia. Así, se
necesita considerar dos conjuntos de transacciones, y por tanto, dos precios: (1) las
transacciones de trayectos en taxi y el precio al que se realizan, y (2) las transacciones de
alquiler de licencia y el precio al que se realizan. Teniendo en cuenta estos dos mercados, se
comprobara que los precios de $4 y $6 son correctos.
Par ver a la vez el funcionamiento de estos dos mercados, consideremos dos conductores
de taxi imaginarios, Luis y Tom. Luis tiene licencia pero no puede utilizar porque se está
recuperando de un esguince de muñeca. Por tanto, está pensando en alquilar su licencia.
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Tom no tiene licencia pero, le gustaría alquilar una. Además, en este momento hay muchas
otras personas como Tom querrían alquilar una licencia. Supongamos que Luis acuerda con
Tom el alquiler de su licencia. Por hacer las cosas más simples, supongamos que todo
conductor puede ofrecer un único viaje al día y que Luis alquila su licencia a Tom por un día.
¿Cuál es el precio de alquiler que acordaran Luis y Tom?
Para responder a esta cuestión se necesita observar las transacciones desde el punto de
vista de ambos taxistas. Una vez que Tom tenga licencia, sabe que puede obtener $6 al día:
el precio de demanda de un viaje bajo el control de la cantidad. Además Tom esta dispuesto
a alquilar la licencia si obtiene al menos $4 al día: el precio de oferta de cada viaje bajo el
control de la cantidad. Por tanto, Luis no puede pedir un alquiler de más de $2: la diferencia
entre $6 y $4. Y si Tom ofreciera a Luis menos de $2 por su licencia- por ejemplo, $1,50-
habría otros taxistas dispuestos a ofrecer a Luis hasta $2. Por tanto, para conseguir la
licencia, Tom debeofrecer a Luis al menos $2. Por tanto, ya que el alquiler no puede ser
mayor de $2 y tampoco menor de $2, el alquiler debe ser igual de a $2.
No es una coincidencia que $2 sea la diferencia exacta entre $6, el precio de demanda de 8
millones de viajes, y $4, el precio de oferta de 8 millones de viajes. En todos los casos en los
que la oferta de un bien está restringida por ley, surge una brecha o diferencial entre el
precio de demanda de la cantidad comercializada y el precio de oferte de dicha cantidad.
Esta diferencia mostrada en el gráfico con una doble flecha, tiene un nombre especial:
alquiler del contingente. Es la ganancia que acumula el dueño de la licencia como,
propietario de un bien valioso, la mencionada licencia. En el caso de Luis y Tom, el alquiler
del contingente de $2 va a Luis porque es el dueño de la misma, y los restantes $4 del total
de los $6 que cuesta el trayecto en taxi se los queda Tom.
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Así la siguiente ilustración también muestra el alquiler del contingente del mercado de los
trayectos en taxi. El control o contingente limita la cantidad de viajes a 8 millones de
trayectos al año, una cantidad para la que el precio de demanda ($6) es mayor que el precio
de oferta ($4). El diferencial entre estos dos precios ($2) es el alquiler del contingente que
resulta de las restricciones impuestas sobre la cantidad del mercado de trayectos en taxi.
Precio del
trayecto en Precio del Cantidad de trayectos
taxi ($) viaje en taxi (millones/año)
($) Demanda(D) Oferta (S)
7,00 6 14
S 6.50 7 13
6,00 8 12
5,50 9 11
A 5,00 10 10
6 E 4,50 11 9
5 Diferencial 4,00 12 8
3,50 13 7
4 3,00 14 6
B
Contingencia D
8 10
Número de trayectos (millones/año)
Pero, ¿qué pasa si Luis no alquila s licencia? ¿Qué pasa si la usa el mismo? ¿No significa esto
que obtiene un precio de $6 en lugar de $4? No, en realidad no. Incluso si Luis no alquila su
licencia, podría haberlo hecho, lo que significa que la licencia tiene un costo de oportunidad
de $2: Si Luis decide conducir su propio taxi en lugar de alquilar su licencia a Tom, los $2
represe ta el costo de oportunidad de Luis por no alquilar su licencia. Es decir, los $2 de
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alquiler del contingente es ahora la renta a la que renuncia Luis por conducir su propio taxi.
En efecto, Luis participa en dos actividades: la de los trayectos en taxi y la de alquiler de
licencias. Luis obtiene $4 por cada viaje que ofre4ceen su taxi y $2 por viaje por alquilar su
licencia. Es como si alquilara a si mismo la licencia. Por tanto, independientemente de si el
propietario de la licencia la usa o la alquila, ésta es un activo con valor de mercado. Y este
valor de mercado queda reflejado en el mundo real por el hecho de que en la ciudad de
Nueva York, en 2004, el precio de mercado de una licencia de conducir fie de
aproximadamente, $250,000.
Fíjese que los controles de la cantidad-al igual que los precios mínimo y precios máximos.
No siempre tienen efecto. Si el control sobre la cantidad se estableciera en 12 millones de
trayectos, es decir por encima de la cantidad de equilibrio en un mercado no regulado, este
control no tendría efectos porque la restricción no estaría activa, es decir, no sería
vinculante.
En la figura anterior puede verse que, con un limites inicial del contingente de 8 millones de
trayectos los consumidores estarían dispuestos a pagar % 5,50 por trayecto a cambio de un
millón más de trayectos al año, y que los taxistas estarían dispuestos a ofrecer trayectos
adicionales por $4,50 el trayecto. Estos trayectos se habrían realizado de no existir el control
sobre la cantidad. Esto también es cierto para el siguiente millón de trayectos: los
consumidores estarían dispuestos a pagar hasta $5 por trayecto si el número de trayectos al
año se incrementa de 9 a 10 millones, y los taxistas estarían dispuestos a proporcionar
todos estos viajes por al menos $5. De nuevo, estos trayectos se habrían realizado de no
haber habido un control sobre la cantidad. Solo cuando se ha alcanzado la cantidad de
equilibrio de mercado de 10 millones de viajes deja de haber oportunidades de trayectos
perdidas: el límite del contingente de 8 millones de trayectos ha provocado 2 millones de
“oportunidades de trayectos perdidas”. En general, siempre que el precio de demanda de
una cantidad dada excede al precio de oferta, habrá una oportunidad perdida. Un
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comprador estaría dispuesto a comprar el bien a un precio que el vendedor estaría
dispuesto a aceptar, pero tal transacción no ocurriría al estar prohibida por el control sobre
la cantidad.
Dado que existen transacciones que a los agentes económicos les gustaría realizar pero que
la existencia del contingente no permite, los controles sobre la cantidad provocan un
incentivo a eludir tales controles o incluso a saltar la ley. El sector del taxi en Nueva York de
nuevo proporciona ejemplos claros. La normatividad se aplica solo a aquellos conductores
que son contratados por los pasajeros en la calle. Ahora bien, se puede contratar un servicio
de alquiler de vehículos con chofer sin que dicho conductor posea licencia de taxi. En
consecuencia, estos alquileres de vehículos con chofer proporcionan gran parte del servicio
que proporcionarían los taxis de no existir el control sobre la cantidad. Además, existe un
número importante de taxis sin licencia que simplemente eluden la ley. Como estos taxis
son ilegales, sus conductores no están sujetos a la normatividad y son responsables de un
porcentaje desproporcionadamente alto del total de los accidentes del tráfico de Nueva
York.
En resumen, los controles sobre la cantidad provocan habitualmente los siguientes efectos
no deseados:
- Ineficiencia, esto es, oportunidades perdidas en forma de transacciones mutuamente
beneficiosas que no se realizan.
- Incentivos para las actividades ilegales.( pp. 96-100)
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15. Mercados competitivos frente a mercados no competitivos.1
Es evidente que la mayoría de los individuos y de las empresas actúan como compradores y como
vendedores al mismo tiempo, pero resultara útil concebirlos simplemente como compradores
cuando compran algo y como vendedores cuando venden algo.
88
precisamente esta posibilidad del arbitraje la que impide que los precios del oro de Nueva York y
Zurich sean muy diferentes y la que crea un mercado mundial del oro.
Los mercados constituyen el centro de la actividad económica y muchas de las cuestiones y temas
más interesantes en economía se refieren a su funcionamiento. Por ejemplo, ¿por qué en algunos
sólo compiten unas cuantas empresas, mientras que en otros compiten muchísimas?¿Disfrutan
necesariamente los consumidores de bienestar mayor si hay muchas empresas? En caso
afirmativo, ¿debe intervenir el estado en los mercados en los que sólo hay unas cuantas? ¿Por qué
suben o bajan los precios rápidamente en unos mercados, mientras que en otros apenas varían?
¿Y qué mercados brindan las mejores oportunidades a las personas que tiene iniciativa
empresarial y que están considerando la posibilidad de montar un negocio.
Muchos otros mercados son suficientemente competitivos para tratarlos como si fueran
totalmente competitivos. Por ejemplo, el mercado mundial del cobre está formado por unas
cuantas docenas de grandes productores. Esté número es suficiente para que su influencia en el
precio sea insignificante si quiebra cualquiera de ellos. Lo mismo ocurre en muchos otros
mercados de recursos naturales, como los de carbón, hierro, estaño o madera.
Otros mercados que contienen un pequeño número de productores también pueden considerarse
competitivos desde el punto de vista analítico. Por ejemplo el sector de líneas aéreas de Estados
Unidos contienen varias docenas de empresas, pero la mayoría de las rutas son atendidas por
unas cuantas solamente. No obstante, como la competencia entre esas empresas a menudo es
feroz, el mercado puede considerarse competitivo para algunos fines. Por último, algunos
mercados contienen muchos productores, pero no son competitivos; es decir, las empresas
pueden influir conjuntamente en el precio. Un ejemplo es el mercado mundial del petróleo. Desde
principios de los años setenta, este mercado ha estado dominado por el cartel de la OPEP (un
cartel es un grupo de productores que actúan colectivamente)
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BIBLIOGRAFIA
DOCUMENTAL
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