Sunteți pe pagina 1din 2

PRINCIPIOS DEL JUICIO DE AMPARO.

El juicio de amparo tiene como finalidad hacer respetar las normativas


constitucionales en beneficio del gobernado para subsanar las necesidades del
Estado y tener o garantizar un Estado de Derecho. Si bien es cierto que existen
arbitrariedades del poder público también existe el juicio de amparo para utilizarlo
como medio de defensa para hacer frente a estas arbitrariedades y hacer cumplir
los mandatos constitucionales.
Como medio de defensa de los gobernados, este juicio, posee de una estructura y
principios que tiene como base para poder lograr su objetivo.
Uno de esos principios el de agravio personal y directo; que tiene su fundamento
legal en el artículo 107 constitucional y 4° de la Ley de Amparo, que respectivamente
ser refiere a que el juicio se perseguirá a instancia de “parte agraviada”, debemos
de destacar que un agravio es toda afectación, apreciable objetivamente, hacia una
persona física o moral. Este agravio no debe de ser subjetivo, es decir tiene que
recaer en una persona determinada y que el agravio sea probable es decir que ya
se haya producido al momento de interponer este medio de defensa. Para concluir
este primer principio denota que el juicio de amparo deberá ser interpuesto a quien
directamente perjudique el acto o la ley que se reclama.
El Segundo principio de relatividad o también llamado fórmula Otero toda vez que
el que delineó este principio fue Mariano Otero que trabajó sobre la Constitución de
Yucatán en 1840, e hizo que este principio marcará los alcances que el poder
ejecutivo y legislativo tienen. Este principio de relatividad tiene su fundamento legal
en el artículo 107 en su segundo párrafo expresa que las sentencias que se
pronuncien en juicio de amparo tendrá efectos sobre los individuos particulares,
limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la
queja, sin que amplíe efectos a la ley o acto que motive el juicio. Tanto como para
autoridades o para gobernados no surte efectos la resolución de juicio si no son
parte de directa de este o si expresamente no han sido nombrados para permanecer
bajo la resolución dada. Este principio anteriormente tenía su fundamento en la ley
de amparo pero conforme transcurrió el tiempo dejó de ser vigente en esa
legislación no obstante aún tiene fundamento reconocido en nuestra Carta Magna.
El ultimo principio que abordare será el Principio de Definitividad; si bien el amparo
es un juicio extraordinario, es decir se podrá recurrir a este juicio toda vez que
previamente se hayan agotado los recursos previstos por la ley ordinaria y que
todavía tenga lugar para modificar, revocar o anular el que acto que vaya
reclamarse. Por lo tanto esto es el pilar de este principio pues el juicio de amparo
será procedente únicamente respecto a actos definitivos, esto es, que no sean
sujetos a modificación o invalidación por algún recurso ordinario, su carácter tendrá
que ser definitivo. Lo anterior con fundamento en el articulo107 de nuestra Carta
Magna y este principio será aplicable para todas las materias, es decir judicialmente,
en materia administrativa o laboral.
Este principio está sujeto a excepciones de Definitividad con el fin de que este sea
un recurso asequible para los gobernados, siendo posible que aunque el acto
autoritario carezca de Definitividad, sea combatible en juicio constitucional, en
efecto no habrá obligación de agotar recurso alguno. El prime supuesto es en
materia penal, cuando el acto reclamado importe peligro de privación de la vida,
destierro o deportación o cualquier acto prohibido por el articulo 22 constitucional
que marquen penas trascendentales. Así también será válida la excepción cuando
se reclama un auto de formal prisión si el quejoso así lo decidiere, el siguiente
supuesto aborda respecto a cuándo el quejoso no ha sido emplazado legalmente
en el procedimiento en que se produjo el acto reclamado, este y el extraño al
procedimiento pero que resulta agraviado podrán hacer valer este principio n
amparo indirecto ante el juez de distrito competente.
Tampoco está obligado a agotar recuro alguno, y por lo tanto promover el juicio de
amparo quien es sido afectado por acto autoritario que carece de fundamentación.
La excepción del principio de definitividad será válido cuando se trate de actos de
autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, que
deban ser revisados de oficio. Y el último supuesto, la excepción aplicará, si el
objetivo del agraviado es reclamar la ley en el que se sustenta el acto reclamado.
Rigiéndose mediante estos principios el Juicio de Amparo o también llamado juicio
de garantías, es por consiguiente, guardián del Derecho y de la Constitución.
Bibliografía:
 “Manual del Juicio de Amparo” Editorial Themis.;
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

S-ar putea să vă placă și