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Juan Sebastián Vargas Ramírez 2150017

SEGUNDA NOTA DEL CORTE

1. Exponga los imperativos de Kant


2. ¿Cómo explica Kant la libertad?
3. ¿Por qué es importante su teoría? Argumente una opinión

DESARROLLO

1. Exponga los imperativos de Kant

No es posible, por medio de una exactitud empírica, saber si el hombre obra por deber o
por valor moral. Sin embargo, para Kant, los principios supremos de la moralidad deben
descansar en la razón pura, siendo de esta manera a-priori y alejados de todo conocimiento
empírico. Lo anterior toma el nombre de metafísica de las costumbres.

Todo en la naturaleza actúa bajo diversas leyes. Los seres racionales tienen la facultad de
actuar bajo la representación de dichas, o sea, por principios; son poseedores de una
voluntad, que no solo les permite una toma de decisiones, sino darse a sí mismos sus
propios principios de obra. La voluntad se puede expresar como la razón práctica; si la razón
la determina, la voluntad es una facultad de no elegir nada más que lo que la razón conoce
como prácticamente necesario; sin embargo, si la voluntad no siempre actúa por la razón,
o sea, no es en sí conforme con la razón, entonces las acciones objetivamente necesarias
serán subjetivamente contingentes. Esto último es lo que se denomina una constricción. 1

“La representación de un principio objetivo, en tanto que es constrictivo para una


voluntad, llámese mandato (de la razón) y la fórmula del mandato llámese imperativo” 2

Los imperativos se expresan por medio de un “debe ser”. Son la relación directa entre las
leyes objetivas de la razón y la voluntad subjetiva, la cual no es determinada necesariamente
por dicha ley (constricción).
Una voluntad divina o perfectamente buena, es aquella que también actúa bajo leyes
objetivas y su voluntad subjetiva que representa directamente al bien. El querer subjetivo
coincide directamente con la ley. Los imperativos no tienen validez alguna acá, puesto que
son “fórmulas para expresar la relación entre las leyes objetivas del querer en general y
la imperfección subjetiva de la moralidad de algún ser racional”3

1. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 34


2. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 34
3. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 35
“Todos los imperativos mandan, ya hipotéticamente, ya categóricamente.”4 Todos los
imperativos, sin importar cual fuese su voluntad, son representaciones de leyes objetivas,
por lo tanto son necesarios y buenos, en su medida.

1. Los imperativos hipotéticos: Representan una necesidad práctica de una acción posible
como medio para conseguir algo que se quiere; en otras palabras, si la acción es buena
como medio para alcanzar algo, el imperativo manda hipotéticamente.
Este imperativo se puede dividir en dos:
a. Si es posible: Es un principio Problemático-Práctico. Para entenderlo basta ver de
ejemplos a las diversas ciencias que ponen fines posibles para el hombre y en
imperativos que digan cómo se pueden conseguir. El fin a conseguir no debe ser
estrictamente bueno ni racional. Recibe a la par el nombre de imperativos de la
habilidad (también mencionados como imperativos técnicos, pertenecientes al
arte).
b. Si es real: Hay un fin real común en todos los seres racionales, un propósito que
todos pueden tener y todos tienen por necesidad natural: La felicidad. Como es
real, es un principio asertórico-práctico. Es necesario para un propósito seguro
(contrario al de arriba donde conseguir el fin deseado es inseguro) y a priori en el
hombre, la búsqueda y el hallazgo de la felicidad hacen parte de su esencia. La
habilidad para hallar la felicidad se llama sagacidad (También se mencionados como
imperativos pragmáticos, pertenecientes a la ventura o dicha).5

2. El imperativo Categórico: Representa una acción por sí misma, sin referencia a ningún
otro fin, como objetivamente necesaria; en otras palabras, si la acción es buena en sí,
es una voluntad conforme en sí con la razón. Declara la acción necesaria en sí, por ende
tiene un valor apodíctico-práctico.
No pone ningún fin como condición para obrar bajo cierta conducta, ni refiere a la acción
y a lo que ella ha de suceder, sino a la forma y al principio donde sucede. También es
llamado imperativo de la moralidad. El imperativo categórico es mandato, lleva consigo
una necesidad incondicionada y objetiva, y debe dársele cumplimiento en contra de
cualquier inclinación. 6

Si bien, las condiciones de posibilidad de los imperativos hipotéticos quedan resueltas en su


propia exposición. Sin embargo, constituye un problema la posibilidad de existencia de un
imperativo categórico, puesto que “la necesidad representada objetivamente, no puede
asentarse en ninguna suposición previa, como en los imperativos categóricos”, en otras
palabras, no existe ejemplo alguno, ya que en su formulación se encuentra vetada la
experiencia (pues es una voluntad basada en leyes a priori). Para poder llegar a formularlo
se debe tener en cuenta su conceptualización, “la universalidad de una Ley en general a la
que ha de conformarse el principio subjetivo de obrar”.7
4. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 35
5. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 35-36
6. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 36
7. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 38-39
“El imperativo categórico es, pues, único y es como sigue: obra solo según una máxima tal
que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.”8 Obra así el imperativo
categórico como bueno, necesario y universal

2. ¿Cómo explica Kant la libertad?

Para hablar acerca de la libertad (desde Kant) es necesario exponer, así mismo, el concepto
de voluntad y autonomía.

La voluntad es la causalidad de nuestro accionar, equiparable con la facultad de la razón. La


libertad, por su parte, es la propiedad de la voluntad que es independiente y libre de
influencias de causas externas y extrañas. La anterior, es una definición negativa de la
libertar (pues se le da dependencia de la incidencia de factores externos), no es útil para
conocer su esencia, sin embargo de ella deriva una definición positiva. La libertad se da a sí
misma como una causalidad, como una Ley. Mediante esta misma naturaleza de causalidad,
establece sus fines y los lleva a cabo. La libertad es la capacidad de llevar a cabo su propio
accionar, antes que las leyes generales decidan por él. En palabras propias del autor “¿Qué
puede ser, pues, la libertad de la voluntad sino autonomía, esto es, propiedad de la
voluntad de ser para sí misma?”9 La voluntad, solo obra según la única máxima de la cual
es objeto ella misma, como Ley universal, al igual que el imperativo categórico. Por ende,
la voluntad libre y la voluntad sometida a las leyes morales son la misma cosa.

La libertad es atribuida a todo ser racional, pues al igual que la moralidad sirve como Ley.
Debido a que es un principio a priori, no se puede hablar de ella a partir de la experiencia
en casos particulares, sino que debe ser expuesta como Ley generalizada. Todo ser racional
que posee la idea de voluntad (característica propia de la esencia de un ser racional), por
obligación se le fue adjudicada la libertad. Esto se debe a que el hombre posee una Razón
práctica que le genera causalidad sobre los objetos y los fenómenos. Es imposible, por dicho
proposición, que la razón reciba juicios direccionados de impulsos externos a la voluntad
propia. El hombre es autor independiente de sus Juicios y principios, leva en su naturaleza
la libertad.

Como ya se mencionó, una voluntad bajo leyes morales y una voluntad libre son la misma
cosa. Este es uno de los obstáculos que encuentra Kant. “Nos consideramos como libres en
el orden de las causas eficientes, para pensarnos sometidos a las leyes morales en el orden
de los fines, y luego nos pensamos como sometidos a estas leyes porque nos hemos
atribuido la libertad de la voluntad.”10 Ante este círculo vicioso, y la pregunta por la
posibilidad de la libertad, Kant vuelve a teorías platónicas para afirmar que solo percibimos
los fenómenos en cuanto estos nos afectan, sin embargo, no es imposible llegar en sí a ellos.

8. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 39


9. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 55
10. Kant, Immanuel. Fundamentación para la metafísica de las costumbres. Pág. 58
Distingue entonces dos mundos distintos, un mundo sensible, donde reinan las apariencias,
donde las leyes físicas determinan absolutamente todo y no hay campo para los cambios
tomados en la voluntad libre; y un mundo inteligible, en el que las leyes que dominan no
son las empíricas, sino las que se fundamentan en la razón. El hombre debe considera su
razón y las leyes a priori que marcan su esencia como parte del mundo inteligible, de esta
manera, debe pensar su voluntad exclusivamente ligada a la idea de libertad, pues la
independencia del mundo sensible y la subordinación a las Leyes físicas, lo hace libre.
Tampoco puede desligar la libertad de su voluntad del concepto de autonomía y con este,
del principio universal de la moralidad, el imperativo categórico (Pues como se dijo
anteriormente: La libertad de la voluntad, que no puede ser nada más que autonomía,
solo obra según la única máxima de la cual es objeto ella misma, como Ley universal, al
igual que el imperativo categórico. Por ende, la voluntad libre y la voluntad sometida a las
leyes morales son la misma cosa.

3. ¿Por qué es importante su teoría? Argumente una opinión.

El hombre y su pensamiento, no son nada si no consiguen comunicarlo. Se perderán en el


pasado inexistente como toda historia sin vestigios. Partiendo de lo anterior, se puede decir
que la importancia de la interpretación que un hombre hace del mundo y de sí mismo,
como la parte más fundamental de él (el intérprete), reside en su capacidad de agencia, en
otras palabras en su posibilidad de actuación y repercusión en el entorno que lo rodea.

El pensamiento kantiano, específicamente el que se puede encontrar en la Fundamentación


para la metafísica de las costumbres, sirvió de influencia en diversos ámbitos para el
contexto local y temporal que recibió sus palabras. Reconfiguró la estructura de la moral
tradicional con base en principios morales universales, ámbito que estaba en decadencia
por el tambaleo del paradigma moral cristiano con el auge ilustrado; dio nuevas
proclamaciones respecto al hombre y su esencia autónoma, algo de magna importancia
considerando que estaban en pie diversos procesos revolucionarios e independentistas en
contra de gobiernos absolutistas; sus teorías bien fueran aceptadas o rechazadas por los
pensadores posteriores, generaron un cambio en el pensamiento occidental, como ejemplo
de este caso, puedo hablar de la influencia del concepto de libertad kantiana, que asocié
directamente a la corrientes contemporáneas del pensamiento (a ciegas y sin más
argumentos que mis interpretaciones) y con base en esto, propongo el siguiente
comentario. No se pretende hacer una crítica al pensamiento Kantiano, ya que ni he
estudiado su obra en su totalidad y mucho menos la obra de sus críticos, sin embargo, si
deseo dejar por escrito algunos pensamientos que han llamado mi atención entorno al
debate filosófico.

Para Kant el hombre como ser racional es libre como principio fundamental de su voluntad,
es algo inmerso en su condición humana y que argumenta su dignidad. Ahora bien,
partiendo de la célebre “Estamos condenados a ser libres” que de manera aforística
presenta la absurda condición humana ligada tal como lo pensaba Kant a libertad, sin
embargo, la libertad no es tomada como una virtud sino como un escarmiento. La razón a
este pensamiento la encontramos en el peso y la responsabilidad que tiene la libertad del
hombre, puesto que a pesar de ser libre, es juzgado mediante diferentes escalas de valores
que cohíben su voluntad, sin importar lo “buena” o “mala” que resulte esta, poniéndola al
servicio de unos pocos.

Los valores no pueden ser ni objetivos, ni universales puesto que son determinaciones que
el hombre adoptó bajo diversas categorías. Dichos valores son constructos humanos y le
pertenecen a él, como ser imperfecto que modificará sus usos en el lenguaje en cada
circunstancia contextual que lo requiera. El imperativo categórico no puede ser visto como
una panacea debido a que no hay nada objetivo, ni bueno, diferente a la muerte, que nos
corresponda. No hay principio moral universal, debido a las múltiples estructuras culturales
que se pueden apreciar a lo largo de la historia, así mismo, es muy relativo asignar palabras
cualitativas como bueno y malo, a un ser que es producto de la dialéctica entre los instintos
animales de cualquier mamífero y un legado cultural que privilegia los fines bajo cualquier
medio.

Ahora bien, como defensor incipiente de la semántica histórica, conceptos tales como
libertad y demás conceptos netamente políticos (creados en las interacciones producidas
por la organización social), no pueden pensarse como ideas pertenecientes a un mundo a
priori, puesto que sus representaciones en la historia, son plurívocas y sus connotaciones
cambian dependiendo la interpretación contextual y al breve significado que le den las
circunstancias. Se puede decir que son inconceptualizables e ilimitadas, debido a los
diferentes usos lingüísticos que el hombre le dio, le da y le dará. Ejemplo de esto es que la
libertad se puede apreciar de manera distinta en diversos planos contextuales. Su
significado cambiará si la vemos desde la perspectiva de un negro en el periodo previo a la
guerra de secesión estadounidense, en un hombre con aspiraciones a la ciudadanía en la
revolución francesa, una mujer sin derecho al sufragio en la mitad del siglo XX, o los
diferentes presos políticos en cualquier país del mundo en nuestros años.

Ahora bien, sinceramente me gustaría argumentar mejor los puntos aquí presentados y
hablar de las cosas que me gustaron de Kant, pero acepto que dejé el trabajo para última
hora y voy muy tarde para su clase  muchas gracias.

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