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Es la Revolución mexicana sin lugar a dudas el momento histórico nacional más estudiado,

quizás por el seductor carisma de sus caudillos o por sus propuestas ideológicas, que terminaron

por dar nacimiento a diferentes facciones que más tarde lucharían entre sí por la supremacía y

control del poder nacional.

La Revolución mexicana es un momento confuso y lleno de contradicciones y en este ensayo,

trataré de examinar y resolver con la ayuda de los autores que hemos visto durante el semestre

algunos puntos que me lleven a aclarar ¿qué fue este movimiento nacional verdaderamente?

¿Fue realmente la Revolución mexicana, una revolución o solo una revuelta armada? Por lo que

se vuelve indispensable entender los conceptos y exponer cuales son las diferencias entre

revolución y rebelión. Solo así podemos dar paso a la reflexión sobre la evolución de la

concepción, de este momento histórico que nos exige revisar la Revolución como recuerdo,

como invento y como sujeto, pero también sus actores modernos y tradicionales, cuáles fueron

sus actores sociales y cuáles sus nuevos paradigmas, como se dio el paso a la modernidad

democrática, en que consiste la teoría de la continuidad histórica y por último cuales son los

elementos comparativos entre las Revoluciones Rusa, China y Mexicana.

El término revolución señalado según la RAE., "Es un cambio profundo generalmente violento,

en las estructuras políticas o socioeconómicas de una comunidad nacional." 1 En otras palabras,

la revolución como yo la entiendo, es un movimiento que tiene como objetivo el conseguir

ciertos cambios concretos y profundos y es a través de la instauración o éxito de los objetivos

planteados previamente, es que se puede medir el éxito o el fracaso de las revoluciones. En

cambio, una rebelión se puede definir como un movimiento armado sin pies ni cabeza, carente de
1
Diccionario de la Real Academia Española Online, s.v. "Rebelión", http://dle.rae.es/ (Acceso septiembre 24, 2018)

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ideología y de objetivos claros que conquistar. Razones que dejan de manifiesto la gran

diferencia entre los dos conceptos, de ahí que toma valor como yo lo percibo la postura de

Ramón Eduardo Ruiz cuando señala que:

"La revolución y la violencia, la destrucción de la propiedad y la pérdida de vidas corren

parejas. No se debe confundir la violencia con la Revolución, que no siempre es la

misma cosa."2

Según lo planteado por Álvaro Matute, la Revolución mexicana ha pasado por tres etapas las que

el clasifica como; la revolución recordada, la revolución inventada y la revolución rescatada 3, las

cuales se pueden explicar de la siguiente manera.

En la revolución recordada, tenemos que se refiere a todos aquellos personajes que tomaron parte

activa de aquel acontecimiento sin que importe el bando, llámense villistas, obregonistas,

callistas o carrancistas, solo por mencionar algunos. Los cuales, a partir de sus intereses

personales, emociones, experiencias, posturas y demás particularidades, escribieron lo que ellos

y sus facciones creían como la verdadera historia y acontecimientos de la Revolución, y todos

aquellos que no compartieran bando ni visión, su postura era considerada como falsa, lo mismo

con todos aquellos que no hubieran formado parte de la rebelión y se atreviera a ejercer un juicio

2
Ruiz, Ramón Eduardo, “Sobre el significado del término Revolución”, en México: La Gran Rebelión. Reprint,

México: Ediciones Era, 1980. Pp.20.

3
Matute, Álvaro, “La revolución recordada, inventada y rescatada”, en Memorias del congreso internacional sobre

la revolución mexicana. Reprint, México: Instituto de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1991.

Pp.441-445.

2
sobre aquellos acontecimientos. En pocas palabras, "La primera historiografía de la Revolución

está basada en el recuerdo."4

Es posible que el debate llevado a cabo en esta etapa sea el más enconado. A fin de

cuentas, los protagonistas eran o se sentían los dueños de la Revolución Mexicana.

Nadie que no fueran ellos podía expresar opiniones sobre ella. El ajeno no tenía

autoridad. Los que no estuvieron en ella carecían no digamos de autoridad sino ni

siquiera derecho para hablar de ella. Era un recuerdo patrimonial.5

En el caso de la revolución inventada, encontramos que es el gobierno quién se adjudica el

movimiento, se reconoce y se legítima a través de este. Álvaro Matute propone un ejemplo claro

de esta conducta cuando escribe "el presidente Obregón no necesitaba legitimar al Estado con la

Revolución, porque a manera de Luis XIV Obregón era la Revolución y, además, fungía como

jefe del Estado."6, rematando esta idea con una cita que considero muy precisa:

[...] el cuatrienio de calles, y en particularmente en su primer año de gobierno, tiene

inicio el proceso de invención de la Revolución mexicana. Por invención debe

entenderse, en el sentido que da Edmundo O' Gorman al término, el de dotar de sentido

a un hecho conjunto de hechos, con lo cual el historiador hace significativo el acontecer,

dándole unidad y sentido a la pluralidad o dispersión.7

4
Matute, Álvaro. 1991. Pp.441.

5
Matute, Álvaro. 1991. Pp.442.

6
Matute, Álvaro. 1991. Pp.442.

7
Matute, Álvaro. 1991. Pp.442.
3
En el caso de la revolución rescatada, encontramos que el tiempo a termina por ir desgastando la

postura que el Estado y en especial el Partido Revolucionario institucional, tenían de la

Revolución como un agente legitimados, lo que terminó abriendo la puerta para que tanto los

historiadores como los estudiosos redescubran la verdad de la Revolución. Es por eso que en

tiempos recientes se han ido destruyendo falsos mitos que se tenían, aproximando tanto a los

estudiosos como a quienes los leen a una realidad más aproximada sobre estos acontecimientos.

Al fin de cuentas cómo lo sugiere el autor, el gobierno ya no necesita defender el monopolio de

la revolución, ya que ha encontrado a su sustituto legitimador en las instituciones.

Lo que sí es una realidad, es que para que exista una revolución debe de existir dos polaridades

en conflicto, los actores modernos y tradicionales, para poder abordar el tema de los actores

revolucionarios, modernos y tradicionales, es conveniente que nos remontemos a los tiempos

donde se gesta la independencia del país, para poder estudiar desde un principio los elementos y

evoluciones de lo que llama Enrique Semo, "las tres revoluciones burguesas." 8

La primera de estas revoluciones es la independentista, en la que se pueden identificar con

claridad tanto a los actores tradicionales como a los modernos, los cuales tuvieron representación

con los realistas (actores tradicionales) y los insurgentes (actores modernos) los insurgentes

propusieron un nuevo sistema político, económico y social. Teniendo como principal objetivo la

independencia de la Monarquía Español y la instauración de una república independiente,

logrado esto se buscaría aperturar y desarrollar la economía que hasta ese momento estaba

maneatada por la península, quién solo permitía el intercambio comercial entre ella y sus
8
Semo, Enrique. “Reflexiones sobre la revolución mexicana”, en Interpretaciones de la revolución mexicana,

Reprint. México: Editorial Nueva Imagen, México, 1990. Pp.141.

4
colonias en el Nuevo Mundo, con lo que por fin se lograría una economía más pujante y global.

Mientras que en lo social los insurgentes impulsaron la descontinuadas del sistema de castas,

para dar paso al revolucionario concepto de (ciudadano), aunque su verdadera aplicación se

conseguiría mucho tiempo después.

La victoria de los actores modernos, en esta revolución independentista fue muy breve, debido al

poder e influencia que seguían teniendo los actores tradicionales en todo el territorio. Quienes,

con dicho poder e influencia, no tardaron en sentar a Agustín de Iturbide en el trono de la

incipiente nación, convirtiéndolo en el primer emperador mexicano.

Si con la primera revolución se conquistó la independencia, quedaron muchos objetivos sin

cumplirse, uno de estos objetivos fue, el paso a la modernidad democrática que fue casi

inexistente, esto se debió a que aún eran las élites las que gobernaban con una falsa postura

democrática, que porque no decirlo seguía rosando lo despótico, ya que no se consideraban las

necesidades de la gran mayoría de la población, si bien se hablaba de un gobierno salido del

pueblo, la realidad era que nada vinculaba a las grandes masas con las decisiones que marcaban

el rumbo del país. La democracia seguía en manos de las personas letradas y acaudaladas,

situación que se seguirá replicando como veremos más adelante con la Revolución mexicana.

En el caso de la revolución de la Reforma, encontramos la permanencia de los grupos

tradicionales (conservadores), quienes, durante la primera mitad del siglo XIX, estuvieron

alternándose el poder con los grupos modernizadores (liberales). Quienes, en la segunda mitad

del siglo, después de sufrir sucesos políticos y económicos que marcaron la historia nacional

profundamente como, por ejemplo, la guerra de intervención norteamericana, donde se perdió la

5
mitad del territorio, y la graves condiciones económicas que terminarían por orillar a los

diferentes gobiernos nacionales que estuvieron en turno a contraer graves deudas.

Pero como ya se dijo previamente la constante "alternancia" que se daba en el ejecutivo, hizo

posible la llegada de Benito Juárez a la presidencia, convirtiéndose de inmediato en el actor

liberal más importante, ya que después de asumir el gobierno encabezó un amplio plan de

reformas a la constitución hasta entonces vigente. Con lo cual se intentaría impulsar los cambios

estructurales que el país demandaba, pero pronto y como si fuera poco el desafío que implicaba

llevar las reformas planteadas por él y el grupo liberal a buen término, tuvo también que

enfrentarse a la imposición de un emperador extranjero, quién fue traído de Europa, por el sector

tradicionalista, para que encabezará un gobierno de ideas conservadoras como lo querían los

actores tradicionales de México.

Tal y como lo sabemos, al final triunfo Juárez y el grupo liberal, y con el triunfo arremetió contra

los grupos tradicionales, quienes no tardaron en resentir las políticas liberales, siendo el grupo

más afectado la Iglesia quien perdió rápidamente su poder económico con las leyes de

desamortización de bienes y su poder social con la creación del Registro Civil. La Iglesia como

grupo tradicionalista, trato de frenar y reprimir el considerable crecimiento económico liberal

que era tan esperado por los grupos modernizadores y que habían sido capaces de echar andar

con los recursos de los que habían despojado a la Iglesia, teniendo por primera vez en mucho

tiempo la posibilidad de capitalizar el país.

Otra de las acciones de Juárez en su búsqueda por afianzar el liberalismo económico, fue la de

suprimir la comunidad indígena que para él entonces grupo liberal representaban otro de los

actores tradicionales de la época y debía ser vencido, ya que al igual que la Iglesia, los grupos

6
indígenas tenían en su poder grandes extensiones de tierras, las cuales consideraban los liberales,

no se les sacaba el máximo provecho, ya que eran únicamente utilizadas para producir lo

estrictamente necesario para la comunidad en posesión de dichas tierras, lo cual iba en contra de

lo planteado por el capitalismo. Por esta razón el gobierno intento "modernizar" a la fuerza a

estos grupos haciéndolos entrar en el sistema económico liberal, estos grupos indígenas con el

pasar del tiempo se levantarían en armas encabezados por el centauro del sur, bajo la demanda de

tierra y libertad.

Al igual que en la revolución independentista, tropezamos con que siguen siendo las élites en el

poder las que deciden e imponen el rumbo, de modo que seguimos encontrando como se dijo

anteriormente un nulo avance en comparación con nuestra primera revolución dejando objetivos

pendientes que más tarde originaron demandas y propiciarán una tercera revolución burguesa, la

Revolución mexicana, hago un paréntesis y aprovechando la mención de estos tres

acontecimientos, para tratar de explicar la teoría de la continuidad histórica, que como yo la

entiendo, no es más que una continuación de los objetivos pendientes que cada acontecimiento

dejo que no se pudieron lograrán cumplir, dando paso con el tiempo al desencadenamiento del

siguiente movimiento. Pero también encontramos que las tres grandes revoluciones burguesas, si

bien no tenían como objetivo principal establecer y fortalecer el capitalismo en el país, así lo

hicieron dando continuidad a los primeros acontecimientos.

La última revolución burguesa, es la Revolución de 1910, en la cual encontramos que al igual

que en las dos anteriores revoluciones, solamente se aseguró por parte de las élites el

reforzamiento del sistema capitalista ya existe en México. Para explicar mejor esta idea la cita de

Enrique Semo:

7
Por lo tanto, la terea principal que se planea la revolución de 1910 no es ya el

paso del feudalismo al capitalismo, si bien juega un papel importante la lucha

contra el feudalismo y las relaciones pre-capitalistas que todavía subsisten.

Durante los años 1880-1910, en México se define una vía de desarrollo a la que

Lenin ha llamado la “vía prusiana”, refiriéndose a la agricultura. […] Esta vía

prusiana consiste en que el capitalismo se desarrolla desde arriba, no

destruyendo todos los lazos pre-capitalistas revolucionariamente, sino

sobreponiendo las formas de explotación capitalistas a la explotación pre-

capitalista, conservando todos los aspectos reaccionarios de la superestructura

anterior, de las relaciones patriarcales, sin destruirlas en forma radical.9

Según la lectura que hace Enrique Semo, la Revolución mexicana trato de introducir

mejoras a las vías de desarrollo capitalista, que se encontraba en manos de las grandes

compañías transnacionales extranjeras o bien en un muy reducido grupo de comerciantes

enriquecidos que se aferraban a no permitir el paso a una transformación capitalista.

La revolución de 1910 tuvo sin lugar a dudas grandes limitantes siendo una de las

principales, lo que Enrique Semo explica cómo, "la razón principal de sus limitaciones

es la ausencia de un proletario lo suficientemente consiente" 10 lo cual termina por revelar

la falta de conciencia de las clases trabajadoras, lo que terminará por repercutir tanto en el

desarrollo de la burguesía, pero sobretodo en la capacidad del proletariado para

radicalizar la revolución, perdiendo una oportunidad inmejorable para hacerlo.

9
Semo, Enrique. 1990. Pp.141.

10
Semo, Enrique. 1990. Pp.142.
8
La Revolución mexicana, no se puede analizar a un nivel profundo si la aislamos

dejándola de analizarla y compararla con los otros grandes acontecimientos

internacionales, las otras dos grandes Revoluciones la rusa y la china, que surgieron casi

de manera paulatina en sus respectivas naciones. Ana de las grandes coincidencias entre

estos tres movimientos fue que en su mayoría estuvieron impulsadas por una gran

participación campesina, lo cual tenía sentido dentro de las tres naciones, ya que el campo

representaba para los tres países el principal medio de subsistencia económica, las cuales

en el momento de las crisis levantaron al sector campesino para su respectiva lucha por el

cambio.

Si bien las tres Revoluciones tenían puntos en común, pronto las particularidades de cada

nación las llevaría por caminos diferentes, mientras que Rusia y China, contaban con

firmes ideas marxistas y dos grandes líderes en las figuras de Lenin y Mao Tse Tung,

respectivamente. Quienes tenían claridad en el programa a seguir y en los objetivos

deseados, no tardaron en implantar regímenes socialistas cada uno en su nación, con lo

que buscaban des afanarse de una vez por todas del capitalismo. Situación que

contrastaba con nuestra "Revolución", donde las posturas de los dirigentes consistían en

la perpetuación exacta de la misma estructura política, sin arremeter de fondo contra el

hasta entonces orden social tradicionalista que teníamos.

Sin embargo, en el pensamiento de Ricardo Flores Magón, podemos vislumbrar una gran

semejanza entre lo propuesto por las dos naciones orientales. En el pensamiento agonista

también se buscaba romper contundentemente con el régimen establecido,

lamentablemente para el movimiento obrero mexicano, y la Revolución en sí, sus ideas

no consiguieron permear y expandirse en la mayoría de la población que era campesina y


9
analfabeta, cuestión que si supieron resolver los revolucionarios chinos, quienes se vieron

fortalecidos con la unión de los dos grandes sectores el obrero y el campesino.

Otra gran diferencia de no se debe pasar por alto es la referente a un sentimiento

nacionalista que, tanto en la Revolución rusa como en la Revolución china, se puede

encontrar con claridad, sentimiento que terminó por unificar las diferentes posturas

reinantes dentro de cada país. En el caso ruso la brutalidad sufrida durante la Gran

Guerra, llevo a la unión de los soldados rusos, los cuales terminaron por derrocar al

régimen zarista, a quienes culpaban por todas las tragedias. Mientras que, en el caso de

China, fue la invasión japonesa lo que detonó el sentido nacional de los diferentes

sectores y movimientos políticos, con lo que se logró unir a todo el país en un fin común

la defensa del territorio. Dejando con esto la mesa servida para que Mao, después de

afrontar la guerra con Japón, sacará ventaja del sentimiento de unión existente.

Lamentablemente el sentimiento nacionalista que fuera capaz de unir a las diferentes

facciones revolucionarias no se dio. Pero esto no es raro ya que desde el inicio del

México independiente nos encontramos que el sentimiento reinante en el país, es el del

amor a la región y no a la nación, factor que históricamente ha impedido la unión de

todos los sectores, en pos de un objetivo o fin en común.

En pocas palabras, el análisis comparativo de estas tres revoluciones nos permite no solo

identificar las diferencias entre ellas, sino también nos permite elaborar en mi caso, un

juicio de valor que me lleva a concluir que la Revolución mexicana de 1910, fue una

revuelta y no una revolución, se queda en revuelta debido a que los dirigentes al no contar

con una buena organización, ni tampoco con una ideología que alcanzará a todos los

10
sectores, nunca tuvieron a ciencia cierta un plan de nación profundo reformador, lo cual

aunado a la diversidad de facciones terminó por obstruir la realización de una verdadera

revolución.

Estos acontecimientos los podemos entender mejor, si revisamos y estudiamos los nuevos

paradigmas de la "revolución mexicana"11 como lo propone François- Xavier Guerra,

quien señala que estudiar este tema a través de un método inductivo, desarrollado por

medio de la revisión de los aspectos regionales en un primer momento, para después dar

paso a momentos que repercutan en un plano más general. Para lograr esto el autor

previamente mencionado nos da tres sugerencias para desarrollar el análisis y estudio.

La primera sugerencia, es más una crítica a las "categorías abstractas de carácter moral

sociológico"12, es decir generalizar los actores en abstracciones que poco nos dicen de

quienes verdaderamente participaron, siendo un ejemplo, los términos pueblo, o masas;

ya que pueden interpretarse de un sin fin de maneras, y el generalizar en la historia, es

caer en un grave error. Por lo que el autor nos invita a referirnos con precisión sobre los

actores, por ejemplo, en lugar de decir lisa y llanamente, el pueblo o las masas,

especificar qué pueblo o qué grupo, el pueblo de Anenecuhilco, Santa María, etc.

La segunda sugerencia, es no caer en la noción mecánica de la causalidad o, en otras palabras, las

causas y los efectos de las situaciones en este punto ya se sustituyó al actor abstracto por el real,

11
Guerra, François-Xavier, “Por una lectura política de la Revolución Mexicana” en Memorias del congreso

internacional sobre la revolución mexicana. Reprint, México: Instituto de Estudios Históricos de la Revolución

Mexicana, 1991. Pp. 449-463.

12
Guerra, François-Xavier. 1991. Pp. 449-463
11
es decir, se buscan las características comunes de un grupo de hombres donde una ideología

compartida conquiste sus propósitos ya identificados.

La tercera y última sugerencia es no ver a los actores abstractos como una sola entidad, ya que

cualquier pueblo incluyendo al mexicano no se puede ni se debe de englobar o encasillar como si

toda la población actuará de una manera exacta, sino estudiar con claridad que cada facción que

participó en la "Revolución" tenía su propia visión y objetivos, así como sus distintos espacios

geográficos de influencia y sus muy particulares condiciones económicas, de las que destacan

clanes familiares, clubes políticos y muchos más.

Quiero concluir este primer ensayo diciendo que el movimiento armado acontecido entre 1910 y

1920 según mi reflexión no fue verdaderamente una revolución, esto debido a las carencias

ideología y por no tener un plan de nación claro dónde se tuvieran bien definidos los objetivos.

Sin mencionar que no contó con cambios profundos como se supone que son los que hace una

revolución. Lo que verdaderamente tuvimos fue una rebelión de diferentes caudillos que

aprovecharon el momento de debilidad política para levantarse en armas y poder demandar lo

que ellos querían pedir, mientras que los verdaderos personajes que pensaban en una revolución

profunda que impactará en todos los niveles de la sociedad fueron prontamente encarcelados o

asesinados, o peor aún ambas como en los casos de Zapata con su movimiento campesino por el

que fue asesinado, por estar a favor del reparto agrario y Ricardo Flores Magón con su primera

etapa liberal y su segunda etapa anarquista, que le costaron la cárcel en un primer momento y

después la vida. También se puede observar cómo fue creciendo el dominio del capitalismo en

forma gradual en el país, sin que lleguemos a alcanzar un auge como el de otros países.

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Bibliografía

•Diccionario de la Real Academia Española Online, s.v. "Rebelión", http://dle.rae.es/

(Acceso septiembre 24, 2018)

•GUERRA, François-Xavier, “Por una lectura política de la Revolución Mexicana” en

Memorias del congreso internacional sobre la revolución mexicana. Reprint, México:

Instituto de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1991.

•MATUTE, Álvaro, “La revolución recordada, inventada y rescatada”, en Memorias del

congreso internacional sobre la revolución mexicana. Reprint, México: Instituto de

Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1991.

•RUÍZ, Ramón Eduardo, “Sobre el significado del término Revolución”, en México: La

Gran Rebelión. Reprint, México: Ediciones Era, 1980.

13
•SEMO, Enrique, “Reflexiones sobre la revolución mexicana”, en Interpretaciones de la

revolución mexicana, Reprint. México: Editorial Nueva Imagen, México, 1990.

•TOBLER, Hans Werner, “La Revolución mexicana: algunas particularidades desde un

punto de vista comparativo”, en Revista Mexicana de Sociología. Año LI, Núm. 2,

Reprint México: Instituto de Investigaciones UNAM

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