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UNIVERSIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS - “ESPE”

MATERIA:
PROYECTO INTEGRADOR I

PROFESOR:
ING. ARACELY DEL PILAR TAMAYO HERRERA

NRC:
4677

RESUMEN LIBRO: “EL BOOM DE LAS MICROFINANZAS – EL MODELO


LATINOAMERIACNO VISTO DESDE ADENTRO” CAPÍTULO N°3

INTEGRANTES
DIANA JÁCOME
NICOLE PINZÓN
ANA VELASTEGUÍ

SANGOLQUÍ, 06 DE JUNIO DEL 2018

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Contenido
Downscaling: la incursión de bancos latinoamericanos en las micro-finanzas .................. 3
La industria de las microfinanzas y sus nuevos participantes ......................................... 4
Los consumidores y el microcrédito: el caso del Banco de Crédito en Perú................... 5
Integración del microcrédito en las operaciones bancarias ............................................. 8
Creación de filiales ............................................................................................................... 9
Establecimiento de alianzas estratégicas .......................................................................... 11
Microcrédito: necesidad de tecnología especial ............................................................... 11
Conclusiones ........................................................................................................................... 14

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Downscaling: la incursión de bancos latinoamericanos en las
micro-finanzas
Para entender este capítulo se necesita inicialmente entender a que nos referimos con el
termino downscaling.
El término “downscaling” se aplica a aquellas entidades financieras formales (Bancos)
que brindan sus servicios a clientes comerciales tradicionales y que se introducen cada vez más
a segmentos de microempresas de menor escala, buscando la expansión de sus clientes con
potencial de desarrollo. (Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 91)
Cuando hablamos de desarrollo y consolidación de instituciones micro financieras,
podemos hablar de que le crédito es un mercado muy rentable y potencial adjuntando de que
el riesgo crediticio es controlable El dowscaling de los bancos es una táctica para ampliar la
oferta de sus productos y reducir costos , aunque un gran desafío para el micro financiamiento
es que las instituciones formales quieran participar en esto, un claro ejemplo es América latina
y el Caribe que demoraron ene entrar al microcrédito, mientras que las IFM reguladas tomaron
más espacio en el mercado.
Aun cuando los bancos entraron a este mercado, fue en un número muy limitado, ya
que evolucionaron dentro de marcos jurídicos y funciones de depósitos y créditos
especializados, es decir, en segmentos artificiales. Por lo que no había una clara competencia.
Con esta especialización se logró que haya instituciones más diversas, unas con la
infraestructura física, institucional y tecnológica para manejar un gran volumen de operaciones
con distinto grado de complejidad mientras otras con infraestructura dirigidas a un número
menor de usuarios en nichos de mercado.
Las instituciones que crecieron, fue en un ambiente bastante protegido, sin necesidad
de ampliar su base de clientes con enfoques riesgosos, es decir, no hubo necesidad de diseñar
nuevos productos para atraer más usuarios. Los distintos Estados realizaron reformas centrados
en la liberación de desregularización del sector financiero con el objetivo de ampliar la
competencia, entonces disminuyo la participación estatal y hubo inversión extranjera con lo
que los bancos especializados empezaron a desaparecer y los controles, tasas de interés y
niveles de encajes y crédito llegaron a su mínimo, esto sirvió para que la competencia aumente
pero esto no fue inmediato, pues algunos países se encontraban atravesando crisis financieras
y macroeconómicas, lo que llevo consigo que muchas instituciones no se encontraran
preparadas para estos desajustes económicos y la liberación también produjo que varios países

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caigan en crisis similares a otras naciones y la onda expansiva fue lo contrario. (Berger,
Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 94)
Este impacto adverso empeoro varias situaciones como: el aumento de desempleo,
inflación, reducción del crédito bancario y el Estado tuvo que tomar medidas de rescate
financiero reglamentaciones para proteger los ahorros del público, para ello se dieron medidas
de marcos regulatorios como el aumento del capital mínimo, clasificación de carteras y
métodos de valuación de activos para administrar los riesgos.
El número de bancos se redujo, muchas instituciones tuvieron que sanear sus estados
financieros, y todo esto retraso encontrar nuevos mercados y nuevas opciones de créditos sobre
todo a nivel micro por lo que los servicios financieros destinados a la población de bajos
recursos, que es la mayoría, no llego a realizarse como se esperaba de parte de las instituciones
formales, se continuo con los servicios microfinancieros de las IFM y cooperativas para este
sector.
Con todo lo resumido, siguen siendo pocas las instituciones que brindan
microfinanciamiento por, en su mayoría, no encontrarse regularizadas ni supervisadas, es decir,
no están autorizadas a mover ahorros del público, por todo esto, no se puede realizar un impacto
de servicios de microfinanciamiento aunque este mercado es comprobado rentable, por lo que
el reto es lograr que los bancos entren a este mercado y puedan participar logrando que el sector
más vulnerable y grande sea atendido.

La industria de las micro finanzas y sus nuevos participantes


Durante las crisis, varias instituciones tradicionales, empezaron por incursionar en el
mercado de las micro finanzas, cada uno por una serie de factores diferentes tuvieron distintos
resultados, y lejos de tener nuevas oportunidades, la mayoría de entidades bancarias debieron
juntar su condición financiera y sobrevivir en el mercado. Aunque pasadas las crisis los bancos
se interesaron por el sector microempresario, por lo general, se habla de bancos grandes. El
sector microempresario les ofrece una oportunidad de ampliar la captación de depósitos y el
alcance de sus productos de préstamo, esto se da porque los bancos grandes tienen la capacidad
e infraestructura para hacerse cargo de grandes volúmenes de actividades y mercados y
atienden las necesidades con productos y servicios de ahorro. (Berger, Goldmark, & Miller -
Sanabria, 2007, pág. 95)
En experiencias bancarios de microcrédito se puede decir que nacen del crédito de
consumo masivo, los prestamos fueron los que iniciaron el aumentos de la competencia en el
sector financiero, el crédito masivo resulta adecuado para los sectores, independiente del

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ingreso que tenga, pero más enfocado se encontró en grupos medios y bajos, este
financiamiento ofrece una variedad de usos y su reembolso es en pagos mensuales fijos,
incluyendo amortizaciones del capital y sus intereses, y las tarjetas de crédito se encuentran al
alcance de clientes con antecedentes buenos.
Generalmente los prestamos tiene fijadas tasas de intereses gracias a las fuerzas del
mercado y la competencia, el crédito no requiere de garantes ni codeudores, y su promoción en
agresiva por parte de quienes realizan la venta quienes trabajan por comisiones según los
prestamos dados. El error más común es que los incentivos para el cliente no se encuentran
apegados a lo que necesita realmente el consumidor, es decir, no es enfocado a las tasas de
recuperación y de incumplimiento.
Para acceder a un crédito primero se verifican los requisitos necesarios y posteriormente
la información es analizada en un puntaje estadístico que determina si la persona es apta o no
para acceder a este crédito y cuál debe ser su importe. El estudio también incluye sus
antecedentes crediticios mediante la central de riesgos, este proceso toma de 2 a 3 días y esto
se encuentra a cargo del grupo de ventas, mientras el cobro y recuperación de carteras morosas
se encuentran en otro equipo y también están sujetas a comisiones por cobros recuperados. La
tolerancia a la morosidad es una práctica muy común por el sector a donde se encuentra
destinado. El préstamo para el consumo tiene una tasa de incumplimiento más elevada que el
micro préstamos y los préstamos comerciales.
Tanto el crédito de consumo como el microcrédito tienen el mismo mercado, altos
costos operativos, son de monto pequeño y su enfoque es a sectores formales e informales de
ingresos bajos. Se diferencia el origen de fondos para pagar los préstamos, cuando hablamos
de consumo, la fuente de pago es el salario mientras en el microcrédito las actividades
productivas generan ganancias y estas cubren los préstamos. El microcrédito se dirige más al
sector informal mientras el crédito de consumo al formal. (Berger, Goldmark, & Miller -
Sanabria, 2007, pág. 96)
Con todas las similitudes y diferencias, los dos tipos de crédito deben formularse de
manera distinta, cada una según su concepción ya que eso determina el perfil de riesgo
crediticio.

Los consumidores y el microcrédito: el caso del Banco de Crédito en Perú


Banco de Crédito (BCP) es la entidad bancaria líder de Perú. Concentra el 35% de la
cartera de préstamos y el 37% de los depósitos del país, y tiene una red de 209 oficinas en todo
el territorio nacional y 115 en Lima. En 1996, BCP fundó la subsidiaria Financiera Solución

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para ofrecer créditos de consumo, BCP está diseñando nuevos productos y sistemas para
ampliar su presencia en el sector microempresario y reducir costos. El banco ha diseñado un
producto de préstamo para financiar la compra de lotes, las tareas previas a la construcción, la
ampliación de construcciones en lotes adquiridos anteriormente y/o las remodelaciones con
fines productivos.
El ingreso de las instituciones financieras formales y de bancos en el sector
microempresario ha estado impulsado por tres factores fundamentales. El más importante ha
sido la rentabilidad que ofrecen los nichos de mercado; en un segundo término, la
diversificación del mismo y, por último, la realización de una función social. Los tres factores
operan conjuntamente y se potencian. Antes de que los bancos logren un nivel de rentabilidad
en microfinanzas, y mientras trabajan para perfeccionar sus metodologías, es importante que
tengan un fuerte liderazgo de sus accionistas y directores con cierto grado de compromiso
social, además de un interés estratégico en ampliar sus servicios e incluir a clientes de más bajo
ingreso. (Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 102)
La búsqueda de la rentabilidad es una motivación necesaria, pero no suficiente por sí
misma, para que estas operaciones se introduzcan y consoliden en los bancos comerciales. Una
encuesta realizada en 2001 confirmó que la motivación de los bancos se relaciona con la
contracción de los márgenes financieros y con la necesidad de buscar nichos de mercado más
rentables (Valenzuela, 2002)
En algunos casos el impulso proviene de la competencia que enfrentan, que los obliga
a buscar nuevos mercados para mantener su rentabilidad. Esto es lo que sucede con los bancos
de servicios múltiples, que amplían su ámbito de acción a nuevos clientes, ofreciéndoles
cuentas de ahorro y otros productos financieros; de esta manera, modifican su estrategia
centrada en un único producto por un planteo de servicio al cliente enfocado en una
multiplicidad de productos. Este cambio de orientación se produjo inicialmente con las
microempresas relativamente más grandes, pues los bancos profundizan su penetración en el
sector a medida que van adquiriendo experiencia. (Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria,
2007, pág. 101)
Bancos que lo han logrado como por ejemplo el Sogebank en Haití, Ban Colombia, el
banco más grande de Colombia siguió un camino similar a participar en el sector de las
microfinanzas.Los resultados financieros de la cartera de microempresas fueron tan
satisfactorios que los directores decidieron adaptar los productos y procesos del banco a las
necesidades del microcrédito, para brindar un mejor servicio a ese mercado.

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Los bancos estatales también comenzaron a incursionar en las microfinanzas, pero su
motivación partía de políticas de gobierno concebidas para llenar los vacíos que dejaban los
bancos privados. A modo de ejemplo, pueden citarse los casos de Banco Estado, en Chile, y de
Banco do Nordeste, en Brasil.
Estas instituciones tuvieron en común cinco características salientes: liderazgo fuerte y
estable, orientación comercial, protección de la injerencia política, fuerte presencia comunitaria
y buena reputación.
Banco Estado también se vio atraído por el vasto ámbito de acción, que se amplió a 12 millones
de cuentas de ahorro, lo que equivale al 78% del mercado chileno.

Varios modelos de organizaciones microfinancieras


Casi todos los bancos que ingresan en el sector de microcrédito advierten que las
tecnologías de la banca tradicional no son adecuadas para este mercado. En la mayoría de los
casos, segregan totalmente la cartera de microempresas del resto de las operaciones. Esta
medida puede resolver algunos problemas, pero también crear otros.
Las instituciones microfinancieras tienen una estructura salarial, un sistema de
remuneraciones, una administración de cartera y un mecanismo de cobranza que difieren
sensiblemente de los que utilizan los bancos tradicionales. Por otra parte, la administración de
préstamos y los esfuerzos de cobro consumen muchos recursos de personal y tienen altos
costos; por esta razón, se hace necesario aplicar tasas de interés elevadas, una práctica que
puede crear en el público la percepción de que el banco “cobra caro”.
Como resultado de estas diferencias, los bancos comerciales han diseñado distintos
modelos de organización para ingresar en el mercado del microcrédito y, al mismo tiempo,
superar los obstáculos internos que pueden surgir al introducir una nueva cultura de crédito en
la misma estructura institucional. Estos modelos varían de acuerdo con la envergadura del
banco y de su compromiso social con los pobres: algunos han creado nuevas divisiones dentro
de su estructura institucional; otros han establecido una subsidiaria financiera o de servicios,
que oficia de canal de contacto con los microempresarios; algunos, por otra parte, han integrado
las operaciones en la propia estructura del banco y otros han formado alianzas con ONG.
(Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 105)
Los bancos tradicionales tienen directrices rígidas, de modo que resulta difícil
introducir un nuevo modelo comercial, especialmente si es tan radical como los que se utilizan
en el sector microfinanciero, donde se deben administrar muchos préstamos pequeños de forma
eficiente y rentable. En un banco de gran envergadura, la importancia de las operaciones de

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microcrédito se ve opacada por el gran volumen de operaciones tradicionales, en las que se
concentran las capacidades de administración y recuperación del banco. Los bancos pequeños
tienden a ser más flexibles y pueden integrar las operaciones de microcrédito con mayor
facilidad. Estas representan allí el porcentaje mayor de la cartera de préstamos, lo que hace que
estas instituciones tengan más incentivos para asimilar las tecnologías de microcrédito en sus
operaciones bancarias tradicionales. También es más fácil integrar los micropréstamos en una
estructura concebida para crédito de consumo, dado que los sistemas comercial y de
información de la institución están preparados para respaldar muchas operaciones pequeñas.
(Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 106)
La introducción y la evaluación de las operaciones de micropréstamo en un banco
requieren pruebas piloto antes de su lanzamiento definitivo y de su integración a gran escala.

Integración del microcrédito en las operaciones bancarias


Los bancos que han desarrollado operaciones de microcrédito dentro de su estructura
se benefician de muchas maneras: los costos de las operaciones son más bajos, el nuevo equipo
puede interactuar sin dificultades con otros empleados del banco y el control de gestión del
riesgo es más ágil.
En la mayoría de los casos, en una primera instancia, el programa se instrumenta de forma
piloto en una sucursal y, posteriormente, se extiende a todas las filiales de la región o del país.
Banco Solidario, de Ecuador, es un ejemplo de integración de las microfinanzas en un
banco, con buenos resultados. En un comienzo, el banco se centró en las pequeñas y medianas
empresas, y su misión a largo plazo era prestar servicios al sector microempresario,
principalmente a personas pobres y de ingreso más bajo.
A fines de 1999, la cartera microempresaria representaba el 18% de su cartera total de
préstamos. Hacia junio de 2005, esa participación había aumentado hasta el 62%. A fines de
2002, la situación se había revertido: la cartera de microempresas representaba el 46% del total
de préstamos, mientras que la de pequeñas y medianas empresas se reducía al 20%.
Banco do Nordeste, un banco estatal brasileño, inició su programa de microfinanzas en
un departamento independiente dentro de la entidad, al que se denominó CrediAmigo el
programa se puso en marcha en 1998, con excelentes resultados, y el banco no tardó en ampliar
el programa piloto de microfinanzas de cinco a cincuenta, en un comienzo, los salarios de los
oficiales de crédito dependían únicamente de la cantidad de préstamos desembolsados, con
total prescindencia del cumplimiento del deudor.

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En respuesta, el banco frenó su crecimiento exponencial y puso en marcha un plan
menos ambicioso, con un ritmo de crecimiento lento y constante, que se transformó en uno de
los programas más grandes de micropréstamos en América Latina.

Creación de filiales
Algunos bancos optaron por desarrollar operaciones de micropréstamo a través de una
entidad jurídica con independencia institucional, como una filial o subsidiaria. La constitución
de una filial para ofrecer microcrédito significa una enorme “decisión estructural”, de modo
que los bancos tienden, en una primera instancia, a desarrollar un producto piloto dentro de la
propia estructura de la organización y, posteriormente, deciden la creación o no de una
subsidiaria
En este tipo de iniciativa, los servicios de los asesores técnicos especializados en
microcrédito son importantes para la viabilidad y la sostenibilidad del proyecto: por un lado,
transmiten sus conocimientos al personal del banco y, por otro, crean, junto con este, nuevos
productos y servicios que se ajustan a las necesidades de los clientes. Existen dos tipos de
filiales: financieras y de servicio.
Filiales financieras.-Una filial financiera pone en práctica las operaciones de
microcrédito de su empresa controlante, pero esta participa en el proceso de toma de decisiones
y proporciona, total o parcialmente, el financiamiento necesario para el nuevo emprendimiento.
Este modelo permite que los servicios financieros se desarrollen con independencia del
banco. Es el que utilizó la Financiera Solución, una subsidiaria del Banco de Crédito de Perú.
Filiales de servicio. Una filial de servicio es una institución jurídica e institucionalmente
independiente, que presta servicios al banco: establece y administra una cartera de microcrédito
a cambio de una comisión. En este caso, los préstamos se contabilizan en los estados
financieros del banco, una vez que son aceptados por este. (Berger, Goldmark, & Miller -
Sanabria, 2007, pág. 110)
La ventaja principal de este mecanismo es que todo el personal asignado a la
administración de operaciones de microcrédito es contratado y recibe su remuneración de la
empresa de servicios, y no del banco; de esta forma, se evita la dificultad de tener que adaptar
el plan de personal y de remuneración a la estructura rígida del banco tradicional.
Estas subsidiarias no están obligadas a obtener la autorización del organismo de
supervisión de entidades financieras; esto significa que el capital necesario para crearlas es
menor que el exigido para constituir una institución financiera supervisada. Este modelo
emplea la infraestructura del banco y recibe apoyo operativo, pero tiene una identidad propia

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frente a sus clientes, si bien se beneficia de su asociación con el nombre y la reputación del
banco.
Banco Estado de Chile es una entidad estatal que estructuró sus operaciones de
microcrédito a través de una subsidiaria de servicio, debido a la falta de flexibilidad intrínseca
de la estructura de personal en la banca pública.
La filial opera desde las instalaciones del banco, pero con personal independiente. Sus
sistemas están totalmente integrados y se nutre de las mejoras periódicas del banco en materia
de implementación tecnológica y evaluación del riesgo.
Multicredit Bank, de Panamá, un precursor en la estrategia de downscaling, no ha tenido
buenos resultados con el establecimiento de una subsidiaria. Creó Acción Empresarial, pero al
poco tiempo, volvió a transferir la administración de la cartera al banco en 1999.
Un caso especial es Sogesol, subsidiaria de Sogebank, el banco más grande de Haití.
La entidad ya tenía subsidiarias para realizar operaciones de crédito de consumo, pero decidió
lanzar un programa de microcrédito con una nueva. La justificación del plan se basaba en su
experiencia con otras filiales, ya que permitía motivar al personal de manera más directa,
mantener una cultura comercial radicalmente distinta y atraer a nuevos inversionistas
Sogesol es un joint venture entre Sogebank (35%), ACCIÓN International (19,5%),
ProFund Internacional S.A. (20,5%) y un grupo de inversionistas locales (25%). Esta
subsidiaria origina y gestiona la cartera, pero los préstamos se contabilizan en el balance del
banco. No comparte la red de sucursales de Sogebank, pero sus oficinas están situadas cerca
de las mismas. Sus sistemas de información son independientes y están adaptados a los
requisitos del microcrédito, pero se interconectan con el sistema del banco. Sogesol recibe una
comisión variable, que depende de los costos operativos y financieros de administrar la cartera.
Además, tiene previsto ofrecer productos de ahorro, transferencias de dinero y otros servicios
financieros a sus clientes. Actualmente, opera en seis de las treinta sucursales del banco y tiene
una cartera de US$5 millones, distribuida entre casi 7.000 clientes. Apenas 20 meses después
del inicio de sus operaciones, alcanzó el equilibrio con los costos de su puesta en marcha.
Banco Pichincha, de Ecuador, debió hacer frente a un entorno muy competitivo en el
sector microfinanciero, con muchos participantes; entre ellos, Banco Solidario, Sociedad
Financiera Ecuatorial (Banco ProCredit S.A.) y algunas ONG. Decidió entrar en el sector
mediante el establecimiento de una subsidiaria especializada, en asociación con ACCIÓN
International, en calidad de asesor técnico y socio inversionista; a su vez, aprovechó su amplia
red de sucursales y su posición de liderazgo en el sector bancario del país. La subsidiaria,
denominada Credife, ha contribuido a la rentabilidad de varias sucursales del banco.

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En Brasil, el Banco ABN AMOR REAL S.A. estableció en una empresa de servicios
denominada RealMicrocrédito Assesoria Financiera S.A. en 2002. El banco es titular del 80%
de las acciones y ACCIÓN internacional, del 20% restante.
El banco designa al gerente de la empresa mientras que ACCIÓN nombre al gerente comercial.
Las subsidiarias de servicios no han formulado estrategias para ofrecer otros servicios
financieros, porque no se ha definido una estructura clara de remuneración y porque la casa
matriz ya tiene entre sus depositantes a estos nuevos clientes de microcrédito. Un elemento
fundamental para su éxito es la interfaz entre el banco y la filial, y su aceptación del nivel de
sucursal, especialmente cuando ambas instituciones financieras comparten la misma
infraestructura. (Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 113)

Establecimiento de alianzas estratégicas


Los bancos que estudian el sector microfinanciero han recurrido a las alianzas
estratégicas como alternativa para reducir los costos de desarrollo y de transacción. Algunos
han ingresado al sector con el respaldo o en asociación con ONG, y así han complementado el
conocimiento de estas organizaciones con su capacidad de apalancamiento. En las sociedades
en sentido estricto las ONG simplemente presentan a los microempresarios al banco y es este
último quien concede el crédito. Una vez desembolsado el préstamo, las ONG ofrecen apoyo
y reciben una comisión del banco. En otros casos, asumen parte del riesgo del crédito al aceptar
una comisión más baja a medida que aumenta el riesgo, o mediante un acuerdo contractual que
las obliga a comprar la cartera improductiva si la morosidad supera un determinado nivel.
(Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 113)
Existe otra forma de sociedad en la cual los bancos conceden líneas de crédito a ONG,
que luego otorgan préstamos y asumen el riesgo de la cartera por cuenta propia. Este modelo
ha tenido buenos resultados en Colombia, donde instituciones serias, como las cinco filiales de
Women’s World Banking (WWB), recibieron financiamiento de bancos comerciales que les
permitieron crecer a un ritmo más acelerado que instituciones similares situadas en otras zonas
de la región. Por este mecanismo los bancos pueden expandirse y diversificarse en nuevos
mercados.

Microcrédito: necesidad de tecnología especial


Durante la evolución de las microfinanzas, la sostenibilidad financiera sólo ha sido
posible cuando las instituciones aplicaron herramientas y procedimientos especiales para el
control del riesgo. Uno de los principales obstáculos que debe sortear el sector microfinanciero

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para acceder al financiamiento bancario es la informalidad que suele caracterizar a las empresas
del sector. Esta informalidad dificulta el acceso a información oportuna, suficiente y fiable
sobre su condición financiera, y a sus antecedentes de crédito, lo que aumenta el perfil de
riesgo.
Una desventaja importante es que las estrategias tradicionales presuponen un grado
mínimo de formalidad y el acceso a la información mediante mecanismos convencionales. La
información de las actividades formales está disponible en los estados financieros y en las
declaraciones del impuesto sobre la renta.
Los principales fracasos en el sector se han producido cuando los bancos recurrieron a
procedimientos tradicionales, particularmente los empleados en el mercado de préstamos de
consumo. Debido a las similitudes entre los préstamos de consumo y el microcrédito (ambos
son productos con gran cantidad de transacciones de pequeña cuantía), se suele creer
erróneamente que los procedimientos de los primeros tendrán la misma eficacia con los
micropréstamos.
Sin embargo, los dos productos son muy diferentes, como lo son los mercados que
atienden. Un préstamo de consumo del tipo habitual, concedido por un banco, está dirigido a
la población asalariada del sector formal, mientras que el crédito está destinado a
microempresarios del sector informal. La principal diferencia radica en el origen de los fondos
que se utilizan para repagar el préstamo y no en la finalidad a la que se destina.
Banco do Nordeste es una de las varias instituciones financieras que emplearon
tecnología para préstamos solidarios, con el asesoramiento de ACCIÓN International, así como
el financiamiento y el respaldo de CGAP (Consultative Group to Assist the Poor) y el Banco
Mundial. Los resultados de este programa de microfinanzas ilustran las tasas de crecimiento
posibles en una institución bancaria con una amplia red de sucursales. A fines de 2004, Banco
do Nordeste tenía 163.000 clientes, una cartera de US$40,2 millones y una tasa de morosidad
de apenas 1,88%, en tanto el préstamo promedio era de US$250.

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Ilustración 1 – Crecimiento de un banco con múltiples sucursales: Banco Nordeste-CrediAmigo

Banco Solidario y Sociedad Financiera Ecuatorial (Banco ProCredit S.A.), ambos


creados para atender al sector microfinanciero en distintos países de la región, han
instrumentado tecnologías de microcrédito desde su inicio, con la asistencia de ACCIÓN
International e IPC, respectivamente. A modo de ejemplo la experiencia ha enseñado la
importancia que tienen en las operaciones de micropréstamo la obtención y la validación de la
información del cliente mediante visitas.
Banco del Trabajo, de Perú, y Banco Caja Social, de Colombia, son ejemplos de
instituciones que han realizado pocos ajustes en sus programas de microfinanzas. El primero
utiliza su tecnología para préstamos de consumo, con pocas adaptaciones.
Sin embargo, tuvo problemas para pronosticar el desempeño del cliente a partir de sus
modelos estándar de scoring estadístico. Igualmente, también decidió recabar información
mediante visitas a los clientes, a diferencia del procedimiento empleado para procesar los
préstamos a trabajadores asalariados, que consiste exclusivamente en la compilación y
validación de información, y en la utilización de los resultados del scoring estadístico.
Así, el banco amplió su cartera de préstamos de US$30 millones en junio de 2001 a
US$72 millones en diciembre de 2002, y aumentó su base de clientes de 25.000 a 78.600.
Banco Caja Social ofrece al sector microfinanciero el mismo producto que utiliza para
todos sus clientes, por lo que el importe de sus préstamos es un poco más alto que la media de
este mercado. Normalmente, ofrece un préstamo de tres años a tasa fija, con un plan de cuotas
mensuales y la única garantía exigida es un codeudor.

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La capacidad de crédito se evalúa mediante la metodología de scoring estadístico, pero
la información se compila a través de las visitas. Actualmente, está elaborando un nuevo
sistema de scoring para clientes del segmento de trabajadores independientes, que
previsiblemente aumentará la eficiencia y la calidad de la cartera, al tiempo que reducirá los
costos de transacción, el riesgo de crédito y la morosidad.
El banco exige que todos los prestatarios abran una cuenta de ahorro, de modo que las
cuotas del préstamo puedan debitarse automáticamente.
En la mayoría de los casos, los sistemas de scoring estadístico se adaptan para que
incluyan variables que sean pertinentes a las microempresas. La ventaja de este sistema en las
microfinanzas es que no se realizan visitas a clientes que encuadran en una calificación de
riesgo aceptable, y así se reducen el tiempo y los recursos destinados al proceso de selección.
(Berger, Goldmark, & Miller - Sanabria, 2007, pág. 118)

Conclusiones
 Los bancos comerciales han demostrado un renovado interés en la prestación de
servicios financieros al sector microempresario, incluido el crédito. En el mercado
confluyen muchos actores con distintos objetivos comerciales, modelos de
organización y tecnologías de crédito usadas por instituciones financieras, subsidiarias
y bancos, algunos con mejores resultados que otros. Pero no existe la solución, el
modelo ni la tecnología de crédito que pueda emplearse con buenos resultados en toda
América Latina.
 Los países de la región han experimentado distintas crisis financieras durante la última
década; tienen distintos sistemas regulatorios, distintos bancos con diferentes misiones
y objetivos, y distintos clientes, con distintas necesidades.
 El éxito de las instituciones de micro finanzas sostenibles y rentables ha captado el
interés de los bancos formales de este sector. Su desarrollo y consolidación han
demostrado que el crédito destinado a microempresas es un mercado rentable y con
gran potencial, en el que es posible controlar el riesgo crediticio.
 Siempre está el riesgo de que los participantes financieros abandonen este mercado,
ante las dificultades que se presentan para alcanzar rentabilidad. Pero existen bancos e
instituciones financieras que han tenido buenos resultados en este campo. Entre ellos,
se incluyen Banco de Nordeste (Brasil); Banco Estado (Chile); Banco Caja Social

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(Colombia); Banco Solidario, Sociedad Financiera Ecuatorial (Banco ProCredit) y
Banco Pichincha (Ecuador); y Banco de Crédito (Perú).
 Las operaciones de microcrédito han alcanzado un nivel significativo de desarrollo y
sofisticación gracias, en parte, a la experiencia de las instituciones financieras
informales. No obstante, el eventual aporte de los bancos comerciales y tradicionales
es importante para apuntalar el sector, ya que proveen una gama completa de productos
y servicios a gran escala y, al mismo tiempo, reducen los costos de transacción y
financiación.
 Los organismos multilaterales y los gobiernos locales deberían seguir promoviendo
modelos de organizaciones microfinancieras viables y contribuir a facilitar las
iniciativas de downscaling de los bancos tradicionales, que pueden ampliar las ofertas
de productos y reducir los costos de intermediación al introducir nuevos productos y
servicios, los bancos están en condiciones de alcanzar su punto de equilibrio en menos
tiempo, tienen un acceso más ágil a los fondos destinados a un crecimiento más rápido
y cuentan con una amplia red de sucursales para captar ahorros y nuevos clientes.
 Aunque el modelo de upgrading utilizado por las instituciones de microfi nanzas
informales les permitió ofrecer una gama completa de productos y servicios fi
nancieros, los bancos pueden ofrecer estos productos y servicios con mayor efi ciencia.
Los bancos comerciales, con experiencia en la captación de recursos a gran escala,
tienen los conocimientos y la infraestructura tecnológica y física necesarios para
canalizar los productos de préstamo hacia los clientes de productos de ahorro.
 El estado debe ocuparse de corregir la mentalidad no lucrativa de muchas instituciones
financieras que ofrecen microcrédito.
 Algunos aspectos del marco regulatorio que rige el sector financiero formal son factores
clave a la hora de decidir el ingreso o no en el sector de las microfinanzas; entre ellos,
la desregulación de las tasas de préstamo y de depósitos, que permite que el sistema de
mercado y las fuerzas de la competencia determinen los precios que reflejan los
distintos riesgos.
 Es preciso comprender la esencia de las operaciones de microcrédito para desarrollar
un sistema adecuado de calificación y clasificación de carteras, a fi n de establecer las
provisiones necesarias.
 Los bancos y otras instituciones financieras formales deben adaptar las prácticas, los
productos y los servicios tradicionales para satisfacer las necesidades de las

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microempresas. La falta de tecnología de microcrédito adecuada ha socavado los
esfuerzos de muchas instituciones.
 El principal desafío que deberá enfrentar la industria financiera en los próximos años
es el de persuadir a las instituciones financieras formales de participar en este sector.

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