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Jaime Barrientos R / Escuela de Derecho / Universidad Católica de Valparaíso / Derecho Romano / 2001

Procedimiento

Palabras preliminares

El material que a continuación se presenta es un resumen del Capítulo VI: El Proceso In


Iure y el VII: El Proceso Apud Iudicem, de la Primera Parte: Las Acciones y el Proceso, del
Libro “Derecho Privado Romano”, del profesor, Alejandro Guzmán Brito.

Por consiguiente se deja de manifiesto que el autor de este trabajo no pretende atribuirse
autoría alguna en las ideas contenidas en las líneas que proceden.

Por otra parte, al ser presentado a los alumnos de primer año, no tiene por objeto
desincentivar la consulta de los textos; por el contrario, pretende ser una ayuda para
introducirse en el estudio de ellos, sobre todo en el del Tratado en el que se basa este
resumen.

Finalmente, debe quedar claro que las evaluaciones pueden no limitarse al contenido de
este trabajo.

I. El procedimiento in iure

Magistrados

Como sabemos la fase in iure es sustanciada por un magistrado. Aquellos que tiene la
facultad para llevarla adelante, son: el pretor urbano, para conocer controversias entre
ciudadanos romanos; el pretor peregrino – a partir del año 242 a.C.-, para conocer
controversias entre extranjeros o entre extranjeros y ciudadanos romanos; estos tienen
competencia general, es decir, pueden conocer de todo tipo de asuntos. También
encontramos a los ediles curiles, quienes tienen competencia especial para conocer
controversias derivadas de la compraventa de ganado y esclavos, cuando se funden en
vicios de los que adolezca la cosa; los procónsules, quienes ejercen competencia en las
provincias senatoriales.
Todos ellos se asesoran por un concilio de juristas.

Iurisdictio, iudicatio y competencia

Resulta clave para la comprensión de esta materia tener claros estos conceptos, fáciles de
confundir, debido a que todos dicen relación con las facultades que tienen ciertas personas
para conocer de una controversia, pero que son absolutamente distintos.

Debemos entender por jurisdicción el poder de conocer una contienda entre partes privadas
y fijar el derecho de acuerdo con el cual deberá ser zanjada la disputa. La jurisdicción recae
en todos los magistrados.

Iudicatio, en cambio es el poder del iudex, en virtud del cual determina la veracidad o
falsedad de lo afirmado por las partes, es decir, es la facultad de juzgar.
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Por su parte, se denomina competencia a la facultad de aquel que tiene jurisdicción en un


asunto determinado; es la atribución de una jurisdicción específica acerca de un negocio
determinado. La competencia supone la jurisdicción, pero limitada a un caso concreto en
consideración a diversos factores.. Por ejemplo, el edil curil tiene una competencia
específica, que le permite conocer de controversias derivadas de la compraventa de ganado
o esclavos, cuando se funde en un vicio de la cosa.

Distintos factores determinan la competencia, a saber:


- La materia del asunto controvertido.
- Las personas en conflicto; así, el pretor urbano tiene competencia para conocer las
contiendas que se susciten entre cives; los pretores peregrinos, aquellas entre
peregrinos, o entre peregrinos y cives.
- El valor del asunto litigioso. Este elemento determina, por ejemplo que los
magistrados municipales solo tengan competencia para conocer de asuntos de
cuantía menor.
- El territorio. El pretor y el edil tienen competencia general en Italia. Los
gobernadores y cuestores en la provincia.
El criterio para determinar la competencia en relación al territorio era el del
domicilio del demandado. En época posclásica, también se determinaba por el lugar
en que se encontrara la cosa.

Compromisum

El compromiso es un pacto informal, reforzado por estipulaciones, en virtud del cual las
partes acuerdan no someter el conocimiento del asunto controvertido a las normas del juicio
ordinario y por ende al conocimiento de un magistrado, sino que al de un árbitro.

El nombramiento que hacen las partes no obliga a la persona designada como árbitro, hasta
que este reciba el arbitraje.

La decisión de árbitro no es res iudicata o cosa juzgada, pero la parte interesada puede
entablar la acción derivada de la estipulación para exigir el pago de la pena prometida por
el incumplidor.

Las Partes

Son aquellos que tienen posiciones contrapuestas y que dan origen al litigio; cada parte
puede ser una o varias personas, cuestión a la que se le denomina litisconsorcio.

Las partes son dos: el actor o demandante y el demandado. Por actor, entendemos aquel
que pretende en contra de otro. En tanto, por demandado, es el que sufre la acción, y de
quien se pretende una prestación.

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Capacidad para ser parte

La regla general es que toda persona sui iuris, es decir aquella que no está sujeta a la
potestad de otro, tenga capacidad para ser parte en juicio. También lo son los impúberes
mayores que infantes1, siempre que cuenten con la auctoriutas tutoris.

En cambio, no tiene capacidad los alieni iuris, tampoco los esclavos, ni los impúberes
menores que infantes. Por estas personas actúa su tutor.

Las partes actúan personalmente, salvo aquellos a quienes les está prohibido. Ellos deberán
actuar mediante un advocatus.

Legitimación

Cualquier persona capaz para ser parte puede entablar una acción, pero el éxito de esta
dependerá de si tiene o no legitimación.

La legitimación puede ser activa o pasiva. La primera consiste en que la acción sea
entablada por aquel en quien concretamente incide la típica pertenencia de la acción. La
legitimación pasiva consiste en que la acción sea entablada concretamente en contra de
quien padece la típica sujeción a ella.

Por ejemplo, si se entabla la acción reivindicatoria, el legitimado activo será el dueño de la


cosa que se reivindica, y el legitimado pasivo será aquel que tiene la cosa.

Interrogatio in iure

Es la posibilidad que tiene el demandante de citar a una persona que puede eventualmente
ser la parte de quien se pretende, con el objeto de interrogarlo y averiguar si efectivamente
es el legitimado pasivo de la acción.

Representación y sustitución procesal

La representación procesal es aquella en virtud de la cual los legitimados activo o pasivo


para una acción actúan por medio de otra persona en el proceso, de modo que los efectos
activos o pasivos de éste recaigan en representado (dominus), como si hubiera sido él quien
hubiese actuado. Ej: cognitor, procurador.

La sustitución consiste en radicar los efectos no en el legitimado (dominus) sino en un


sustituto.

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Impúberes mayores que infantes son los varones mayores de siete años y menores de catorce, y las mujeres
mayores de siete años y menores de doce.
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Cauciones procesales

Son estipulaciones exigidas por el pretor a las partes, para asegurar los resultados del juicio,
así como resultados que puedan darse durante está en curso el proceso.

a.- Cautio iudicatum solvi. Contiene tres cláusulas, la de re iudicata, que asegura el pago de
la eventual condena pecuniaria; la de re defendendo, que garantiza la adecuada defensa en
juicio; y la de dolo malo, que tiene por objeto asegurar una actuación exenta de dolo.

Debe otorgarse en los siguientes casos:

Si se actúa suo nomino (personalmente), es menester distinguir si se la acción deducida es


real o personal. En el primer caso, siempre debe otorgarse; en el segundo, sólo en las
actiones iudicati y depensi, y cuando el demandado o sus herederos sean insolventes.

Si el demandado actúa alieno nomino, siempre debe otorgarse esta caución.

Quien se niega a rendir caución, debiendo hacerlo, queda en indefensión.

b.- Cautio pro praede litis et vindiciorum. Es igual que la anterior, pero debía otorgarse si
se trataba de una actio in rem, tramitada per sponsionem.

c.- Cautio rem rotam habitorum o cautio de rato.Es aquella caución que debe otorgar el
procurador, puesto que no consta oficialmente su calidad.

Esquema del proceso in iure

1º. In ius vocatio. Es la citación que hace el actor a la persona de quien pretende, para que
concurra ante el magistrado. En este acto anuncia la fórmula.

2º. Si la persona que se busca para ser citada elude la citación, puede solicitarse al
magistrado que dicte una missio in bona compulsiva para que pueda levarse a cabo la
citación.

3º. Concurrencia de ambas partes ante el magistrado. Puede concurrir en lugar de una de
ellas, un vindex, caso en el cual se fijará un nuevo día para que concurran las partes.

4º. Vladimonuim
Si ambas partes concurren, pero no alcanza a producirse la litis contestatio, el demandante
fija unilateralmente un nuevo día y hora. Si el demandado no concurre en dicha
oportunidad quedará en situación de indefensión.

5º. Pronunciamiento de la fórmula. El magistrado decide si concede o deniega la acción. Si


la concede se redacta la fórmula. Sobre esto tiene base la litis contestatio.

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Confessio in iure

Es el acto por el cual el demandado reconoce que la pretensión del actor es fundada..

El efecto de la confesión es el mismo de la cosa juzgada, es decir, produce los mismo


efectos que una sentencia condenatoria.

Para que la confesión valga debe ser hecha personalmente por el demandado, no por su
representante. No es necesario que haya sido pronunciada ante el actor, puede tambiñen
hacerse ante su representante o sustituto.

Si la cosa era certa pecunia, se otroga al demandante una acción ejecutiva, que debe ser
interpuesta dentro de treinta días.

Si la acción era indeterminada, debe primeramente determinarse el quantum pecuniario.


Luego se hace ejecutable.

Reprensión de la mala fe procesal

La mala fe procesal es aquella actitud que asume el actor o el pretendido, consistente en


afirmar algo que no es cierto o negar lo verdadero, en su caso, a sabiendas de estar
incurriendo en engaño.

Ius iurandum

Es el desafío que hace una de las partes a la otra para que jure por alguna divinidad que la
acción es infundada o que se tiene fundamento para accionar, según se trate del demandado
o el actor.

El efecto del juramento s que se niega la acción si es el demandado quien jura que la acción
es infundada.
Por el contrario, si el actor es quien afirma tener fundamento para accionar se concede la
acción in factum.

Esto era posible por la conciencia religiosa que existía en los romanos, y el temor que
tenían a las divinidades que invocaban.

Transactio

No es un negocio típico, sino que una combinación de negocios típicos que van unidos por
la función de terminar un estado jurídico dudoso o una controversia de incierto resultado
entre las partes que transigen.

Una transacción consiste, por un lado, en un pactum por medio del cual una o ambas partes
renuncias a la acción que estiman competerle, y por otro, en la atribución unilateral o
bilateral de alguna cosa o de un derecho mediante datio o stipulatio.

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No produce efectos ipso iurek, pero una vez celebrada, si el antiguo pretendiente renueva
con posterioridad la acción, el demandado puede oponer la exeptio pacti, consiguiendo de
esta forma la absolución.

Indefensión

El demandado debe adoptar una actitud ante la pretensión, sea negando o reconociendo lo
afirmado por el actor. Indefensión es adoptar una actitud pasiva ante la pretensión contraria,
ya sea no defendiendo la cosa si se trata de una acción real, o su persona, si se trata de una
acción personal.
La carga de cooperar en llevar adelante el juicio sólo existe para el demandado en la fase in
iure.

Para determinar los efctos es menester distinguir si se trata de una acción personal o una
real.

Si es personal, el magistrado dicta una missio in bma o embargo de todos los bienes del
indefenso. Se trata de un embargo provisional, ya que si cesa la indefensión se alza el
embargo.

Si no cesa esta actitud, se consuma la bonorum vendictio y el demandante debe hacer valer
su crédito ante el bonorum emptor.

Si es una acción real, hay que distinguir:


- Si la cosa disputada es mueble, el magistrado autoriza al actor para que se lleve la
cosa.
- Si la cosa es mueble, pero no está presente, se concede una acción ad exhibendum,
que conduce a una condena pecuniaria. Si exhibe y cesa la indefensión, se sigue
adelante con el juicio. Pero si exhibe y permanece indefenso, volvemos al caso
anterior, es decir, el magistrado puede autorizar al actor para que se lleve la cosa.
- Si la cosa es inmueble o si se trata de un derecho real sobre inmueble, el magistrado
dictará un interdicto por el que ordena restituir la cosa al actor.
- Si no se acredita el dominio del beneficiado con el interdicto, este sólo adquiere la
posesión y el que restituye podría intentar un acción in rem.

Litis Contestatio

Ambas partes deben colaborar en llevar adelante el proceso. Al actor le interesa que así sea,
y por eso no es necesario coaccionarlo para que lo haga. Al demandado puede obligársele a
colaborar de diversas formas, y si aún con estas medidas no se consigue lo deseado (que
colabore) cae en indefensión, aplicándose los efectos ya explicados.

Una vez otorgada la fórmula por el magistrado, se requiere el acuerdo de las partes en
orden a someterse a ella. El actor pronuncia la litem contestati, mientras que del demandado
se dice que accipere iudicem.
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Los efectos de la litis contestatio son múltiples, y todos importantes:

1. Efecto fijador: la litis contestatio determina la existencia oficial de un litigio y sus


precisos límites. Esto se manifiesta en:
1.1. Las acciones instransmisibles dejan de serlo.
1.2. Las acciones que deben ser deducidas dentro de un plazo de caducidad, dejan de
estarlo.
1.3. Queda regulado el valor del asunto litigioso.
1.4. No es tomado en cuenta la desligitimación posterior.
1.5. los hechos ocurridos con posterioridad a la litis contestatio no pueden dar lugar a
excepciones.

2. Consume o extingue la acción.

3. Produce un efecto novatorio. En las acciones personales, cesa la obligación de dar y


nace la de pagar si, en definitiva el demandado resulta condenado.

Actio denegare

Como ya lo habíamos anunciado, el pretor puede conceder o denegar la acción.

Veamos las causas por las cuales puede optara por lo segundo:
1. Si en el mismo edicto viene advertida la denegación
2. Si la acción no estaba en el edicto y el actor no logra convencer al pretor para que le
conceda una.
3. Si verifica in iure que la acción carece de fundamento.
4. Cuando hay defectos procesales evidentes, como la falta de capacidad, legitimación o
competencia.

La denegación de la acción es una manifestación del principio de economía procesal y una


forma de hacer operante las leyes, plebiscitos y senado consultos, cuando se entabla acción
por algo que es contrario a ellos.

La denegación, también puede ser utilizada para compeler a que se pronuncie una
estipulación.

La denegación no tiene efecto vinculante ni para el pretor que la pronuncia ni para el


sucesor, por lo tanto podría ser concedida con posterioridad, si cambian las circunstancias.

2. Fase apud iudicem

Principios procesales

El objetivo de esta fase es aportar la prueba y fundar la pretensión en el Derecho, de tal


modo que el juez pueda dictar sentencia. Los principios –expresados en terminología
moderna- que inspiran esta fase son:
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1. Contrariedad
2. Dispositivo
3. Oralidad
4. inmediatez
5. Publicidad
6. Gratuidad
7. Economía procesal
8. Inmutabilidad
(No existe el principio de la inexcusabilidad, ya que un juez podía negarse a pronunciar
sentencia si luego del estudio del los antecedentes aportados por las partes no llegaba a
conclusión alguna)

Carga de la prueba o onus probandi

A cada parte corresponde la prueba de los hechos que afirma. Al actor le corresponde
probar que su acción es fundada, y al demandado le corresponde probar que sus
excepciones son verdaderas y/o que la pretensión del actor es falsa

Medios de prueba

Rige el principio de la libertad de los medios de prueba. A modo de ejemplo pueden


mencionarse la confesión, los testigos, los documentos y la inspección personal del juez.

Valoración de la prueba

No existen reglas de valoración de la prueba vinculantes para el juez; este puede ponderarla
como estime conveniente.

Orationes

Una vez rendida la prueba tiene lugar las alegaciones, que normalmente son confiadas a
especialistas, expertos en oratoria.

Sentencia

Puede ser absolutoria o condenatoria. La condenatoria debe indicar la suma de dinero que
ha de pagarse. También puede contener una adjudicación.
Si se trataba de una praeiudicum se omitía la condena.

La sentencia produce cosa juzgada.

Recordemos que el juez puede abstenerse de dictar sentencia si jura no parecerle claro o
líquida la controversia. En caso contrario, está obligado a fallar, pudiendo ser compelido
por el pretor a hacerlo.

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