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El objeto de la lógica deductiva

ORAYEN, Raúl, Lógica, significado y ontología, México, UNAM, 1989, pp. 15-17.

La lógica deductiva es la rama más básica de la lógica contemporánea. Los primeros cursos de
lógica están dedicados habitualmente a su temática y los estudios lógicos ulteriores suelen
presuponer los resultados, métodos, conceptos y notaciones de este capítulo inicial. La lógica
deductiva no agota, pues, todos los temas que suelen estudiarse bajo el rótulo ‘lógica’, pero es una
parte importantísima, esencial, de tales estudios. Interesa para nuestros propósitos tener una
descripción razonablemente exacta del objeto de estudio de esta disciplina y ello puede lograrse
mediante la siguiente definición: la lógica deductiva es el estudio de los principios y métodos que
permiten distinguir entre razonamientos válidos e inválidos.
Las palabras del definens anterior se entienden con sus significados corrientes, con la
excepción de ‘razonamientos’, ‘válido’ e ‘inválido’. Estas expresiones se usan como términos
técnicos y, para comprender cabalmente la definición formulada, es preciso aclarar con cuidado en
qué forma son utilizadas por los lógicos. ‘Inválido’ se entiende simplemente como ‘no válido’, de
modo que será suficiente analizar los conceptos de razonamiento y validez.
Antes de comenzar con el análisis de la jerga lógica básica, convendrá decir algo más sobre las
relaciones entre la lógica y los razonamientos válidos. No hemos querido sugerir hasta aquí que la
lógica deductiva sea la única disciplina que se ocupa de razonamientos válidos ―ni siquiera
tomando la expresión en el sentido técnico que le dan los lógicos. Otras disciplinas también tocan
el tema ocasionalmente, sólo que lo hacen desde algún punto de vista alternativo. Los psicólogos,
por ejemplo, han estudiado a veces cuáles son las formas de razonamiento válidas que resultan
intuitivamente aceptables para el sentido común (i.e., para personas normales legas en la
disciplina que nos ocupa); pero no investigaron ―al menos qua psicólogos― las técnicas que
permiten detectar la validez. El conocimiento de estas técnicas se obtiene simplemente de textos o
asesores lógicos adecuados, y no es materia de indagación psicológica. En otra investigación, de
tipo sociológico, se procuró averiguar el porcentaje de miembros de cierta comunidad científica
que mostraba un conocimiento adecuado de ciertas formas válidas de razonamiento que son de
utilidad al poner a prueba hipótesis teóricas. Nuevamente, en este estudio ―de resultados
francamente curiosos―, los investigadores presuponían un conocimiento previo acerca de cómo
detectar la validez de ciertos razonamientos. La lógica deductiva se encarga, justamente, de
obtener ese tipo de conocimiento, que otras ciencias podrán aplicar posteriormente. Su ocupación
específica es la investigación de los medios conceptuales que permitirán discriminar entre
razonamientos válidos e inválidos.

Validez
ORAYEN, Raúl, Lógica, significado y ontología, México, UNAM, 1989, pp. 63-79 (fragmentos).
Es muy importante para mis propósitos advertir que los lógicos utilizan habitualmente dos
definiciones distintas de validez, que llamaré en adelante ‘la definición intuitiva de validez’ y la
‘definición formal de validez’; de manera similar, llamaré a los conceptos introducidos por esas
definiciones ‘el concepto intuitivo de validez’ y ‘el concepto formal de validez’. En esta sección
examinaremos con detalle las interrelaciones entre estos conceptos.

El concepto intuitivo de validez; algunas caracterizaciones equivalentes

Dos variantes de la definición intuitiva de validez son las siguientes:

(1a) Que un razonamiento sea válido significa que: Si las premisas del razonamiento son
verdaderas, entonces necesariamente la conclusión del razonamiento es verdadera.

(1b) Que un razonamiento sea válido significa que: No es posible que las premisas del
razonamiento sean verdaderas y su conclusión falsa.

[…]

Otra definición usual de ‘válido’ se formula de manera similar a (1a) pero omitiendo la palabra
‘necesariamente’ y empleando una inflexión en subjuntivo:

(1c) Que un razonamiento sea válido significa que: Si las premisas del razonamiento fueran
verdaderas, entonces su conclusión también lo sería.

Suele considerarse que los condicionales construidos con el modo subjuntivo del modo
ejemplificado por (1c) expresan algún tipo de conexión necesaria entre su antecedente y su
consecuente. En tal caso, es plausible considerar que (1c) es equivalente a (1a) y debe contarse
entre las variantes de la definición intuitiva de validez.1

Definición de validez formal en términos de substitución

Cuando el lógico intenta explicar al lego en qué consiste la validez de un razonamiento,


generalmente apela a la definición intuitiva de esta noción; sin embargo, al progresar en la
exposición de la teoría suele introducir la definición formal y usar únicamente ésta en los
desarrollos y aplicaciones ulteriores de sus sistemas lógicos. Parecen ser dos las razones de este
proceder. En primer lugar, se piensa con frecuencia que la definición intuitiva no está formulada en
un lenguaje riguroso y perfectamente claro. El ‘necesariamente’ de (1a) y el ‘posible’ de (1b) no se
consideran nociones transparentes ni fáciles de precisar. Algo similar puede decirse del giro
subjuntivo de (1c). En lo tocante al rigor del lenguaje, la definición formal presenta ventajas sobre
la otra, al menos a los ojos de muchos autores. La segunda razón para utilizar más la definición
formal es que ésta tiene una conexión más estrecha con los métodos lógicos habituales. Para
detectar la validez el lógico hace un análisis de la forma del razonamiento, y la definición formal

1
En realidad, en otros contextos, condicionales subjuntivos semejantes al de (1c) expresan otro tipo de
vínculo necesario; pero en discusiones lógicas es claro que el condicional de (1c) expresa el mismo tipo de
necesidad del ‘si… entonces…’ de (1a).
caracteriza la validez en términos de propiedades de la forma del mismo. […] Suele formularse [la
definición formal de validez] mediante estas dos cláusulas:

[1ª cláusula]

(2) Que un razonamiento sea válido significa que: El razonamiento tiene una forma lógica
válida.

[2ª cláusula]

(3) Que F sea una forma lógica válida significa que: No hay ningún razonamiento de la forma F
que tenga premisas verdaderas y conclusión falsa.

A pesar de que en el definens de (2) aparece la palabra ‘válida’, la definición no es viciosa, porque
la validez aplicada a formas, utilizada en (2) para caracterizar la validez de razonamientos, se define
después de manera independiente. El ‘una’ de (2) debe entenderse como ‘por lo menos una’. Un
razonamiento tiene usualmente muchas formas lógicas; según (2), con tal que una de ellas sea
válida, éste es válido. ¿Cuál es la justificación de considerar que un razonamiento es bueno
(‘válido’ en esta connotación) por el hecho de que una entre sus muchas formas es válida? Daré en
seguida una respuesta intuitiva a esta pregunta; luego emprenderemos un análisis más técnico de
esta definición.

Los razonamientos válidos se usan, entre otras cosas, para descubrir nuevas verdades a partir
de verdades ya conocidas. Pero no podría utilizarse así el razonamiento si no supiéramos que con
él no se puede llegar a una falsedad partiendo de verdades. Toda definición de validez debe
garantizar, pues, que los razonamientos con tal propiedad no pueden conducir de la verdad a la
falsedad. Teniendo esto en mente, supongamos ahora que un razonamiento tiene varias formas
lógicas y una de ellas, F, digamos, es válida. En ese caso, por (3), no hay razonamientos de la forma
F con premisas verdaderas y conclusión falsa. Pero tal razonamiento tiene esa forma. Por lo tanto,
hay garantía de que dicho razonamiento no nos conducirá de la verdad a la falsedad. Hemos
probado que al tener al menos una forma válida confiere al razonamiento ese rasgo deseable que
la definición de validez debía garantizar. Esto suministra cierto apoyo intuitivo a las cláusulas (2)-(3).

Al oír explicaciones como las precedentes, los estudiantes suelen manifestar todavía otra
duda: ¿por qué un razonamiento puede tener más de una forma? Un razonamiento tiene más de
una forma lógica porque ejemplifica más de una estructura formal. Por ejemplo, el silogismo:

S1 Todo mexicano es americano


Todo veracruzano es mexicano
Luego, todo veracruzano es americano

Tiene las formas

F1 p, q / r F2 Todo B es C
Todo A es B
Todo A es C

(En estos esquemas, ‘p’, ‘q’ y ‘r’ son letras proposicionales, ‘A’, ‘B’ y ‘C’ son letras que pueden
reemplazarse por términos generales monádicos y la raya oblicua de F1 y la horizontal de F2 se
utilizan como expresiones derivativas simbólicas.)

S1 tiene la forma F1 porque la estructura de un razonamiento con dos premisas y una


conclusión. S1 tiene también la forma F2 debido a que F2 “retrata” varias relaciones estructurales
que se dan entre las partes de los enunciados que componen S1.

Queda claro en el ejemplo por qué un razonamiento puede tener distintas formas lógicas.
Ocurre sencillamente que un razonamiento tiene distintas propiedades estructurales; cada forma
lógica del razonamiento esquematiza alguna de esas propiedades, y la pluralidad de formas
muestra simplemente que hay propiedades que se pueden esquematizar. Alguien podría replicar
que sería conveniente llamar ‘la forma lógica del razonamiento’ a un esquema que simbolice todas
las propiedades estructurales de tal razonamiento. Pero representar todas esas propiedades es
dudosamente posible por razones teóricas que serán expuestas en el cap. IV y, además, no siempre
es conveniente por motivos prácticos que se pueden comprender rápidamente: en muchas
ocasiones, es suficiente analizar algunos rasgos estructurales del razonamiento para emitir un
dictamen lógico del mismo, sin necesidad de agotar el examen de su estructura. Por ejemplo, el
razonamiento:

S2 Si Juan vino a la fiesta y María no lo hizo, entonces habrá problemas


Juan vino a la fiesta y María no lo hizo
Habrá problemas

Tiene las formas

F3 si p entonces q F4 si p y no-q entonces r


p p y no-q
q r

y la segunda representa más rasgos estructurales de S2 que la primera. Pero para probar la validez
de S2 basta con saber que es ejemplo de F3 y es tonto usar formas más complejas que la necesaria.
Es cómodo, pues usar la noción de forma lógica de razonamiento sin exigir que una de tales formas
deba agotar la información estructural obtenible acerca del razonamiento.

Queda claro, pues, por qué un razonamiento puede tener más de una forma lógica y por
qué basta que una de ellas sea válida para que éste tenga el rasgo deseable de no concluir de la
verdad a la falsedad. Una última duda puede presentarse al estudiante: ¿cómo es posible que un
razonamiento válido pueda tener formas válidas e inválidas (el caso de S1)? Otra vez la respuesta es
sencilla. Si el razonamiento tiene una forma válida F, eso significa que algunos de sus rasgos
estructurales (los representados en F) le impiden pasar de la verdad a la falsedad. Pero eso no
implica que todos sus rasgos estructurales sean impedimentos tales: el razonamiento puede tener
otros rasgos estructurales que, por sí mismos, no impidan ir de lo verdadero a lo falso, y esos
rasgos impiden tal combinación de valores de verdad. Pero S1 también tiene la característica de
que consta de dos premisas y una conclusión. Esa característica, obviamente, no impide por sí
misma la combinación de valores indeseables, y F1, que sólo representa la característica
mencionada, será entonces inválida. Que F1 es inválida significa sencillamente que por sí sola F1 no
puede garantizar que un razonamiento de esa forma sea bueno; pero otros rasgos del
razonamiento, eventualmente representados por otras formas, pueden dar esa garantía. Se sigue
de estas consideraciones que cuando se observa que un razonamiento tiene una forma válida, ya
se puede emitir un dictamen lógico favorable, pero, por el contrario, si se encuentra que tiene
cierta forma inválida, eso solo no representa una prueba de que estamos ante un mal
razonamiento (podría ocurrir, por ejemplo, que tal forma “olvidara” representar rasgos de éste que
hacen de él un razonamiento confiable).2

Los párrafos anteriores tienen la doble función de aclarar las cláusulas (2)-(3) y suministrar una
justificación intuitiva de la definición formal, mostrando que los razonamientos que esa definición
considera “buenos” (válidos) tienen, en efecto, cierta propiedad deseable (no llevar de la verdad a
la falsedad) […] Para evitar equívocos, emplearemos los subíndices ‘I’ y ‘F’ para indicar cuál de los
dos sentidos de ‘válido’ estamos considerando (el asignado por la definición intuitiva o la formal).

Definición de validez formal en términos de interpretaciones

En los textos de lógica matemática suele darse otra definición de validezF. En este enfoque
alternativo, se considera que un razonamiento es válidoF si y sólo si hay una formalización de sus
enunciados componentes tal que, en ella, la fórmula-conclusión es una consecuencia lógica de las
fórmulas-premisas. Antes de explicar esta noción de consecuencia lógica, esquematicemos la
nueva definición. Dado un razonamiento cualquiera, éste tendrá siempre n premisas (n≥1) y una
conclusión; su estructura se podrá representar, entonces, mediante el esquema:

p1, p2,… pn / q
Debido al fenómeno de pluralidad de formas lógicas analizado en el apartado anterior, se
podrá formalizar de diversas maneras los enunciados del razonamiento. Nuestra nueva definición
de válidezF establece que el razonamiento es válido si y sólo si hay una formalización f1, f2,… fn, fc de
sus enunciados componentes (donde f1 formaliza p1, f2 a p2,… fn a pn y fc a q) tal que fc es una
consecuencia lógica de f1,… fn.

La noción de consecuencia lógica se define en términos de interpretaciones, así: f c es una


consecuencia lógica de f1, f2,… si y sólo si no hay ninguna interpretación de todas esas fórmulas en
las que f1,… fn sean verdaderas y fc falsa.

Para que resulte inteligible la caracterización precedente, debemos aclarar los sentidos de
‘interpretación’ y ‘verdadero en una interpretación’. Una interpretación de un grupo de fórmulas
consiste en una elección de un conjunto no vacío como dominio de las variables de cuantificación y
una asignación de individuos o conjuntos adecuados a las letras de las fórmulas que no son

2
Por esta razón, probar la invalidez de un argumento es algo que encierra más problemas teóricos de lo que
puede advertirse en las exposiciones corrientes de los textos de lógica.
variables ni constantes lógicas. Una vez aclarada la noción de interpretación, se introduce el
predicado binario ‘f es verdadero en I’, que se aplica a pares formados por una fórmula f y una
interpretación I. La noción de verdadero en una interpretación suele definirse mediante una serie
de cláusulas recursivas que otorgan un valor de verdad a cada fórmula en cada interpretación que
se haga de ella. Es difícil dar una idea de esta definición sin trabajar con un lenguaje formalizado
particular. Unos párrafos más adelante haremos una ilustración basada en un lenguaje formalizado
muy simple; ahora trataré de describir de manera intuitiva la noción. El valor de verdad de una
fórmula f en una interpretación I es el mismo que tendría un enunciado que se construyera a partir
de f siguiendo estas instrucciones: (i) cuando I asigna un individuo a una letra de f, reemplácese tal
letra por un nombre de tal individuo; (ii) cuando I asigna un conjunto a una letra de f que no es una
variable, reemplácese tal letra por un predicado que se aplica a los miembros de ese conjunto, y
sólo a ellos; (iii) adóptese como dominio de las variables el asignado a ellas por I.3

Hemos definido válidezF en términos de consecuencia lógica, y esta noción en términos de


interpretaciones y verdadero en una interpretación. Para acortar nuestra cadena de definiciones,
podemos reemplazar la noción de consecuencia lógica usada al caracterizar válidezF por la
caracterización de aquella noción. La definición de válidezF quedaría, entonces, así:

[1ª cláusula]

(2) Que un razonamiento sea válido significa que: El razonamiento tiene una forma lógica
válida.

[2ª cláusula]

(3’) Que F sea una forma lógica válida significa que: No hay ninguna interpretación de la forma
F en la cual sus fórmulas-premisa sean verdaderas y su fórmula-conclusión sea falsa.

3
He explicado de manera apretada y simplificada las nociones de interpretación y verdadero en una
interpretación, tal como las usan en la lógica de orden uno. En el caso de otros cálculos, las definiciones son
similares, pero varía el tipo de entidades que se asignan a las constantes no-lógicas del formalismo usado. Si
mis explicaciones de estos conceptos, y la ilustración que hago más adelante, no resultan suficientes para el
lector no familiarizado con la terminología lógico-matemática, puede encontrar de gran utilidad los capítulos
IV y V de MATES, Elementary Logic.

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