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Reseña Guerras Recicladas

María Teresa Ronderos en su libro de Guerras recicladas tiene como principal


interés narrar la historia del fenómeno del paramilitarismo en el caso colombiano,
desde su surgimiento hasta su supuesta desmovilización en el gobierno de Alvaro
Uribe Velez, se habla de un supuesto, puesto que para la autora dicho proceso de
desmovilización dejo semillas en el país que han brotado nuevamente. De esta
manera Ronderos plantea que en el caso del paramilitarismo, Colombia ha sido un
país reciclador de guerras, donde el estado ha jugado un papel importante en este
reciclaje, ya sea como un actor activo o pasivo en este conflicto.

Para la autora el primer caso con el que da inicio el fenómeno del paramilitarismo
en Colombia se ubica en el Magdalena medio, específicamente en Puerto Boyacá
hacia el año 1979, allí surgen las autodefensas de Henry de Jesús Pérez. Estas se
fundan debido al abandono pertinente del estado en esta área, en dicha zona del
Magdalena medio precisamente se encontraba el frente IV del grupo armado de las
FARC. Este no presentaba ningún problema en un inicio, puesto que contaban con
una gran base social en Puerto Triunfo, la problemática se inicia fue cuando hubo
disolución del frente IV y llego a la zona el frente XI. Con el frente XI las dinámicas
de la organización guerrillera cambiaron, las extorsiones ya no solo se realizaban a
los ganaderos terratenientes adinerados, sino también al pequeño campesino. A
parte también se empezaron a practicar secuestros, situación que no pasaba con el
frente IV. Para la autora fue este hecho el que termino desencadenando la
formación de las autodefensas del magdalena medio. Es pertinente aclarar que la
formación de grupos de autodefensa se encontraba amparadas legalmente por el
estado colombiano, puesto que desde 1965 el decreto 3398 permitía a la fuerza
civil, formar, entrenar y armar a población civil, debido a la campaña
Estadounidense para acabar contra el comunismo armado, el cual venia tomando
fuerza en América Latina.

Con el surgimiento de las autodefensas hacia 1983, las FARC se mantuvieron


limitadas en Puerto Boyacá, pero esto no era gratis, la guerra contra las FARC era
a un precio alto, precio que solo podía ser financiado por el fenómeno del
narcotráfico, así Gonzales Rodríguez Gacha sería el primer benefactor, debido a su
odio frente a los grupos de izquierda. Si bien los grupos contrainsurgentes eran
legales, el uso de dinero del narcotráfico no lo era, razón por la cual se creó
ACDEGAM una empresa fachada la cual serviría de banco para las autodefensas
de Pérez, pero esta no solo servía para ello, también era una empresa con carácter
social, la cual en algunos casos se encargó de solucionar múltiples problemas a los
que se enfrentaba puerto Boyacá, problemas los cuales el estado no estaba
dispuesto a resolver, pero las autodefensas sí.

Poco a poco se iba observando como el enfoque paso al plano ideológico y se


instaura en la extrema derecha. A su vez, los narcotraficantes veían las
autodefensas como un método de seguridad privada, por lo que empezó una
exportación de dicho modelo más allá de Puerto Boyacá, hasta el punto de creación
de escuelas enfocadas en la formación de paramilitares. Dicho fenómeno perduro
hasta 1988, solamente hasta que el Estado prohibió la formación de autodefensas
estas fueron vistas como un posible objetivo militar, pero aun así no fueron
perseguidas con esfuerzo, solo hasta la muerte del candidato presidencial Galán
fue que el estado intervino en la cacería de estos. Por otro lado, Pérez tuvo
discordias con Escobar después del magnicidio, por lo que Pérez busco
desmovilizarse, pero esta opción era demasiado tarde después de aquel acto
cometido. Así que en 1991 sicarios de Escobar asesinaron a Pérez a los 34 años,
por su parte Otero el subcomandante de las autodefensas de Pérez, decidió
desmovilizar a 700 hombres con el mismo número de armas, desmovilizados y
atemorizados de las represalias muchos de ellos ingresarían a las filas Ramón
Isaza, narcotraficante y fundador de las AUC (autodefensas unidas de Colombia)
donde continuarían delinquiendo.

Otro tema que la autora esboza es la importación de mercenarios extranjeros a


Colombia, con el narcotráfico auspiciando a los bloques paramilitares y con la
expansión del modelo de puerto Boyacá a otras regiones de Colombia, el
mejoramiento de este no se hizo esperar. De esta manera, haciendo uso de algunos
militares los cuales congeniaban con la ideología paramilitar, se contactaron nuevos
actores que instruirían las nuevas escuelas. Como son el caso de Tomkins y
Mcaleese, mercenarios de Inglaterra los cuales fueron contratados con la supuesta
idea de atacar Casa verde, lugar donde se encontraban los principales jefes
guerrilleros de las FARC, pero esto no quedo en más que un supuesto, puesto que
las demandas de arsenal por los mercenarios fueron altas y complicadas de
conseguir. En todo caso lo importante para las autodefensas y lo que interesaba,
era que estos instruyeran en sus filas nuevos métodos de combate, por lo que
postergaron todo el tiempo posible la entrega de arsenal. Otro de los mercenarios
contratados, fue Yair Klein un general retirado de Israel, este no solo se encargó de
enseñar tácticas militares, sino también de fomentar el odio hacia el enemigo, que
en este caso sería cualquier tipo de manifestación de izquierda. Este hecho histórico
es importante en el proceso de formación de los paramilitares por su desenlace,
puesto que ninguno de los “formadores” tuvo una condena por ello, ni los generales
colombianos, ni los mercenarios fueron acusados o investigados por tales delitos,
para la autora, el factor de las políticas anticomunistas promovidas por EEUU fueron
las que dieron el aval de que esta importación de la guerra en Colombia quedara en
la impunidad.

Con el proyecto expansivo del modelo paramilitar otro actor empezaba a tomar
fuerza en este proyecto, Fidel Castaño, quien argumentaba que la razón de su
modelo paramilitar era por el odio que le tenía a la guerrilla después del secuestro
y muerte de su padre, argumento el cual la autora pone en tela de juicio, debido al
reconocimiento delictivo que ya tenía Castaño como mafioso mediano, antes de la
muerte de su padre. La autora argumenta que la fundación de las ACCU
(autodefensas de Cordoba y Uraba), se debieron al lucrativo negocio expansivo que
se realizo en el Córdoba a punta de extorsión y terror, la cual permitía y justificaba
el cometer diversos crímenes en nombre de la lucha contra el comunismo, como se
evidencia en las seis masacres que se realizaron por parte de las autodefensas de
Córdoba y del Magdalena.

Con la desmovilización de Otero invitaron a Castaño, el cual acepto y funda


FUNPAZCOR para hacer creíble dicho acto de desmovilización, Fidel dona algunas
tierras robadas de Córdoba y desmoviliza algunos hombres. Pero esto no mas era
una fachada para el nuevo blanco que tenía en mente, Escobar. Si bien estos se
habían conocido antes, Castaño no compaginaba con las ideas de Escobar, puesto
que este tenía algunas ideas de izquierda, sin embargo, la principal razón de la
persecución se debía a la muerte de uno de sus narco benefactores por lo que
Castaño se unirá a los PEPES para acabar con este, dos meses después de muerto
Escobar también es asesinado Castaño.

Con Fidel Castaño asesinado asumieron el mando Vicente y Carlos Castaño, junto
a “doblecero” siguieron expandiendo el modelo paramilitar que tenía en mente su
hermano mayor, formalizando la creación de las ACCU, con la vuelta al ruedo de
nuevo, se hicieron con los territorios que FUNPAZCOR estaba “restituyendo”
dejando de nuevo una oleada de víctimas. Las nuevas ACCU tenían diferencias con
las de Fidel, estas no solo se enfocaban en los golpes militares, también se
enfocaron en el carácter ideológico del grupo donde Carlos era la principal figura.
También se notaba la diferencia entre los tres hermanos, Vicente por su parte era
más calculador y mantenía sus negocios con los narcos a escondidas, esto debido
a que ellos no querían que al igual que las FARC estuvieran en la lista de terroristas
de EEUU, puesto que esto representaba un pasaje directo a la extradición, por otro
lado Carlos no estaba de acuerdo con la financiación por parte de los
narcotraficantes, puesto que hacia 1995 el presidente Samper había reglamentado
la creación de las “convivir” organización privadas de vigilancia en áreas rurales, por
lo que su accionar era legalmente aceptable exceptuando por la financiación por
parte del narcotráfico.

Con la llegada de pastrana a la presidencia se formalizaron las AUC (Auto defensa


unidas de Colombia) con el fin de intimidar al gobierno hacia una negociación en
este proceso de paz, pero igual no fueron tenidos en cuenta solo hasta el 2002 con
la llegada de Uribe hubo una negociación con los paramilitares, la razón
probablemente sea el hecho de que en el 2001 fueron incorporados a la lista de
organización terroristas, aparte de razones individuales, por un lado Carlos ya se
encontraba cansado, puesto que los enfrentamientos que tenía con las FARC
siempre resultaban victoriosos ellos, así fueran el doble en número, por otro lado su
hija había nacido con una enfermedad congénita por lo que sentía que esto era un
castigo divino por los crímenes y masacres que había cometido, Vicente por su parte
estaba confiado en sus nexos con la política colombiana en el congreso por lo que
veía con buenos ojos que sus tres demandas fueran satisfechas: libertad, no
extradición y la conservación de sus bienes. Este proceso de desmovilización se dio
con bastantes irregularidades entre ellas la muerte de Carlos Castaño y Doblecero
en el 2004, con la nueva ley de justiciad y paz se cayeron los anhelos de Vicente
los paramilitares debían reparar a las víctimas por lo sucedido y pagar una condena
sobre sus actos. Sin embargo, cuando los demás jefes paramilitares se dispusieron
a contar su versión de los actos y actores involucrados, posiblemente relacionados
con políticos, estos fueron extraditados, exceptuando a Vicente quien no se sabe
de su desenlace. De este nuevo proceso de desmovilización surgieron nuevas
bandas criminales, los lideres eran cabecillas que habían logrado escapar del
proceso anterior, al observar la traición del gobierno, como lo son los urabeños que
además de estar vinculados al narcotráfico llevan consigo el odio por los
movimientos de izquierda característicos de la extrema derecha.

La autora se centra en narrar como se ha consolidado el origen del paramilitarismo


primero como una causa defensiva y luego como seguridad privada a la orden de
los narcotraficantes, principalmente se debe argumentar que estos fenómenos son
productos de la ausencia del estado en diversas poblaciones, este no es un
fenómeno que se da esporádicamente como también lo señala la autora, estos
procesos han respondido a unas necesidades específicas que han solucionado
otros actores, los cuales, a su vez, van creando legitimación social en la sociedad
por sus actos como es el caso de Puerto Boyacá con ACDEGAM. El análisis de la
razón por la cual Colombia sigue reciclando guerras, es debido a la forma en cómo
se han desarrollado los procesos para terminar con dicho fenómeno, que siempre
ha dejado semillas que vuelven a brotar en el campo de la guerra colombiana, lo
cual demuestra que son procesos que se han hecho a la ligera, sin tener en cuenta
un análisis de este fenómeno, ni porque se sigue replicando más allá de lo lucrativo
que puede ser este.

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