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Mictlan, el fascinante inframundo de los mexicas, explicado paso

a paso
De acuerdo a la cosmovisión mexica, Mictlán (“lugar de los muertos”) era el nivel
inferior de la tierra de los muertos. El camino a este recinto era largo y peligroso,
tenía nueve niveles verticales y descendientes, y lo transitaban por igual nobles y
plebeyos, sin distinción alguna de rango ni de riquezas. Se creía que el viaje duraba
cuatro años y que, al llegar a Mictlán luego de haber superado todos los obstáculos,
el alma del difunto era recibida por Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl, las deidades del
inframundo, quienes le anunciaban el final de sus pesares: “Han terminado tus
penas, vete pues a dormir tu sueño mortal”.
Primer nivel: APANOHUAIA
También llamado Itzcuintlan o “lugar de perros”, este sitio estaba a la orilla del
caudaloso río Apanohuaia, que el muerto debía atravesar con la ayuda de un
xoloitzcuintle de color pardusco. El color era importante, puesto que si se le pedía
ayuda a un perro de color blanco, este se negaría diciendo “Yo estoy limpio y no me
ensuciaré” y, si se le pedía ayuda a un perro negro, respondería con un “Estoy muy
sucio y oscuro, no podrás verme o seguirme”. Por este motivo, era común que se
enterrara a los muertos con huesos de perros.
Segundo Nivel: TEPECTLI MONAMICTLAN
El “lugar de los cerros que se juntan”. En este nivel se dice que existían dos cerros
que se abrían y se cerraban, chocando entre sí de manera continua. Los muertos,
por lo tanto, debían buscar el momento oportuno para cruzarlos sin ser triturados.
Tercer Nivel: IZTEPETL
En este lugar se encontraba un cerro cubierto de filosísimos pedernales que
desgarraban los cadáveres de los muertos cuando estos tenían que escalarlos para
cumplir con su trayectoria.
Cuarto Nivel: ITZEHECAYAN
El “lugar del viento de obsidiana” era un sitio desolado de hielo y piedra abrupta. Se
trata de una sierra con aristas cortantes compuesta de ocho collados en los que
siempre caía nieve.
Quinto Nivel: PANIECATACOYAN
“El lugar donde la gente vuela y se voltea como banderas”. Se dice que este lugar
se ubicaba al pie del último collado o colina del Itzehecayan, donde los muertos
perdían la gravedad y estaban a merced de los vientos, que los arrastraba hasta
que finalmente eran liberados para pasar al nivel siguiente.
Sexto Nivel: TIMIMINALOAYAN
“El lugar donde la gente es flechada”. Aquí existía un extenso sendero a cuyos lados
manos invisibles enviaban puntiagudas saetas para acribillar a los cadáveres de los
muertos que lo atravesaban. Estas eran saetas perdidas durante las batallas.
Séptimo Nivel: TEOCOYOHUEHUALOYAN
Aquí los jaguares abrían el pecho del muerto para comerse su corazón.
Octavo Nivel: IZMICTLAN APOCHCALOLCA
En esta “laguna de aguas negras” (Apanhuiayo), el muerto terminaba de descarnar
y su tonalli (su alma), se liberaba completamente del cuerpo.
Noveno Nivel: CHICUNAMICTLAN
Aquí el muerto debía atravesar las nueve aguas de Chiconauhhapan y, una vez
superado este último obstáculo, su alma sería liberada completamente de los
padecimientos del cuerpo, por Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, esencia de la muerte
masculina y femenina respectivamente.

Las nueve regiones del Mictlán o Chiconauhmictlán, hacen referencia al


inframundo de la mitología mexica. Es una cosmovisión de creencias nahuas
referidas al espacio y al tiempo, estructurando un universo en parcelas o regiones
determinadas por unas fuerzas vivas. Su creación se debe a los llamados "dioses
creadores" (Xipetótec, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli).
Creación y parcelación
La mitología mexica narra que los "dioses primordiales" (Omecíhuatl y
Ometecuhtli) tuvieron 4 hijos varones: los llamados "dioses creadores": (Xipetótec,
Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli). Estos heredaron el arte de la creación
de sus padres a partir de su sustancia, y tras 600 años de inactividad dos de ellos
(Tezcatlipoca y Quetzalcóatl) se encargaron de organizar al universo, optando por
la manera vertical y la manera horizontal.

Rectoría
Al organizar el universo en horizontal y vertical, los dioses Creadores forjaron a las
parejas de dioses que controlarían las aguas (Tláloc y Chalchiuhtlicue), la tierra
(Tlaltecuhtli y Tlalcíhuatl), el fuego (Xiuhtecuhtli y Xantico) y a los muertos
(Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl).

Universos
El universo horizontal
El universo horizontal estaba comprendido por puntos cardinales o direcciones
hemisféricas, mientras que el universo vertical comprendía solamente dos partes,
la superior y la inferior.

El universo vertical
Para el caso del universo vertical existen tres partes: el supramundo, el mundo y el
inframundo, formando una especie de cubo. La parte integra central se le llama
Tlalocán y existen 4 gigantescos árboles en cada esquina del mismo, que impiden
que el tercio de en medio (Tlaltícpac, la tierra, o simplemente el mundo) se junte
con el tercio superior (supramundo) o con el inferior (inframundo).

Partes del universo vertical


Tlaltícpac (la tierra)
La tierra, en la cosmovisión nahua, estaba formada a partir del cuerpo del Cipactli,
una tierra sólida y viviente generadora del sustento para el hombre y para la
(nuestra) madre naturaleza, pues de ella se creó la superficie. Bajo esta misma
premisa, los nahuas creían que de sus cabellos surgieron árboles, flores y plantas;
de su piel surgieron planicies, llanuras y sedimentos fluviales; de sus ojos
surgieron pozos, cuevas y fuentes; de su boca surgieron ríos, lagos y manantiales;
de su nariz surgieron valles, cordilleras y mesetas; y de sus hombros surgieron
sierras, volcanes y montañas.

Supramundo e inframundo
Véase también: Trece Cielos
El supramundo (trece cielos) y el inframundo (nueve regiones) representan el
universo vertical, cuyas las fuerzas superiores e inferiores convergen desde la
tierra, influenciándola, asimismo, diariamente cuerpos celestes descienden al
inframundo y ascienden de él, entrelazados por el universo horizontal, las
direcciones hemisféricas o puntos cardinales que son regidos por los Dioses
Creadores.

Al Norte (Mictlampa): Tezcatlipoca; al Oeste/Occidente (Cihuatlampa):


Quetzalcóatl; al Este u Oriente (Tlahuiztlampa): Xipetótec; y al Sur (Huitztlampa):
Huitzilopochtli, cuyas fuerzas supuestamente emanan de las direcciones
hemisféricas se convergen y se sostienen por un eje central, el Calpulli, que era
resguardado por Xiuhtecuhtli, dios del fuego, señor del tiempo.

Al Mictlán sólo iban aquellos que morían de muerte natural, fueran señores o
macehuales, sin distinción de rango ni riquezas, o de enfermedades que no tenían
un carácter sagrado, el muerto debería de atravesar nueve regiones, de las cuales
se descenderían simbólicamente como lo hace el dios Sol Tonatiuh todos las
noches dentro de las fauces del señor y señora de la tierra, Tlaltecuhtli y
Tlalcíhuatl, el inframundo, con sus nueve regiones que forman la travesía dentro
del submundo con obstáculos específicos que expresan niveles de putrefacción y
tormentos tanatomórficos que padecen los muertos en su regresión orgánica
después de 4 años, y ya cuando los muertos alcanzaban lograr atravesar los
infiernos, sí es que lo lograban, estos podrían liberar su alma, su tonalli, logrando
así el descanso anhelado ante la presencia de Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, el
señor y la señora de la muerte, los regidores del inframundo.

Los nueve infiernos del Mictlán

Nombre Morador

Región donde existían los Xoloitzcuintle, los perros


consagrados de Xólotl, quien en el pasado fuese el custodio
del dios Sol durante las horas diurnas como el dios del
ocaso, pero por haber atentado contra Tonatiuh durante su
recorrido a través de la bóveda celeste, fue enviado al
Mictlán por los Dioses Creadores para conciliar a los perros
domésticos con los muertos.

En este paraje los muertos tendrían que cruzar el ancho río


Apanohuacalhuia, donde habitaba Xochitónal, una iguana
 Itzcuintlán gigante, y cuyas orillas vagaban los muertos que no habían
 Apanohuaia "lugar en que sido dignos porque en vida habían maltratado a algún perro,
1 habita el ya que, para atravesarlo, se requeriría de la ayuda de un
 Aponayan
perro" perro Xoloitzcuintle, de los cuales tenían la tarea de descubrir
 Apanohuaia
si el difunto era digno o no, de lo contrario, el difunto quedaba
varado sin poder seguir con su trayectoria al descanso
anhelado. El río Apanohuacalhuia delimitaba la frontera entre
los vivos y los muertos, en continuidad con los Xoloitzcuintle,
que eran afluentes, donde los muertos debían cruzarlo para
seguir con su descenso, y aquellos que no podían cruzarlo,
eran obligados a vagar, como sombras, alrededor de sus
orillas cuyo aire frío hacía de oídos sordos a las quejas de los
muertos que sufrían constantemente por el remordimiento de
haber lastimado a un perro en vida, por esta causa, los
naturales solían tener y criar perros para tal menester,
tratarles con cariño para ser reconocidos como dignos, y al
que le ponían en el cuello un hilo flojo de algodón.

Es la residencia de Xólotl, dios del ocaso, señor de Venus


vespertino.

Región donde existían dos enormes cerros que se abrían y


 Tepeme
se cerraban chocándose de entre sí, de manera continua,
Monamictlán
donde después de haber cruzado el río Apanohuacalhuia, el
 Tepeme "lugar en que muerto tenía que buscar el momento propicio para cruzar
2 Monamictia se juntan las estos cerros sin ser triturados.
 Tépetl Monamicyan montañas"
 Tépectl
Monamictlan Es la residencia de Tepeyóllotl, dios de las montañas y los
ecos, señor de los jaguares.

Región donde se encontraba una montaña con un sendero


de pedernales obsidiana que desgarraban a los muertos
cuando tenían que atravesarlo para cumplir su trayectoria. Es
la residencia de Itztlacoliuhqui, dios de la obsidiana, señor del
castigo, quien en el pasado fuese el custodio del dios Sol
durante las horas matutinas como el dios de la
aurora, Tlahuizcalpantecuhtli, quien cegado por los celos se
atreviera a atacar al dios Sol Tonatiuh, recibiendo un
contraataque que lo dejó ciego permanentemente debido a
una flecha que se atravesó en la cabeza, siendo además
castigado por su falta al tercer estrado del Mictlán por
"montaña de los Dioses Creadores, teniendo la tarea de henchir con
3  Itztépetl filosos pedernales el cerro. A continuación, se encontraba un
obsidiana"
extenso complejo llamado Itzehecáyan o Itzehelóyan, dividido
en dos regiones con fuertes vientos, indispensables para que
los muertos arrogasen todas sus pertenencias como ropa,
alhajas, armas y despojos personales, vientos tan fuertes que
levantaban piedras y cortaban a los cadáveres de los
muertos con múltiples puntas de pedernal al recorrerlo, este
complejo estaba dividido en dos regiones diferentes llamados
Cehuelóyan y Pancuecuetlacáyan o Pancuecuetlalóyan.

Es la residencia de Itztlacoliuhqui, dios de la obsidiana, señor


del castigo.

Es la primera región del extenso complejo Itzehecáyan, una


extensa área congelada con ocho collados de piedras
abruptas de aristas cortantes donde siempre caía nieve, es la
 Cehuelóyan residencia Mictlecayotl o Mictlampehécatl, dios del viento frío
 Cehuecáyan "lugar donde
del Norte, que traía el invierno desde el Mictlán hasta la
4 hay mucha
 Itzehelóyan tierra, era muy fuerte y de violento carácter, sus hermanos
nieve"
 Itzehecáyan eran Huitztecayotl o Huitztlampehécatl, viento del Sur,
Cihuatecayotl o Cihuatlampehécatl, viento del
Oeste/Occidente y Tlahuiztecayotl o Tlahuiztlampehécatl,
viento del Este/Oriente.
Es la residencia de Mictlecayotl o Mictlampehécatl, dios del
viento del Norte.

Cehuelóyan/Cehuecáyan o Itzehelóyan/Itzehecáyan

Es la segunda región del extenso complejo Itzehecáyan, al


pie del último collado del Cehuecáyan, ahí comenzaba una
extensa área desértica de difícil movimiento con ocho
"lugar donde páramos donde no existía la gravedad, y los muertos estaban
 Pancuetlacalóyan
la persona se a merced de los vientos, que próximos a salir, éstos los
5  Pancuecuetlacáyan regresaban o los llevaban de un lado a otro como banderas,
voltea como
 Paniecatacóyan hasta que finalmente lograban salir del sendero.
bandera"

Es la residencia de Mictlecayotl o Mictlampehécatl, dios del


viento del Norte.

Región donde existía un extenso sendero en cuyos lados


 Temiminalóyan "lugar donde manos invisibles enviaban puntiagudas saetas para acribillar
6 te flechan a los cadáveres de los muertos mientras lo atravesaban, las
 Timiminaloayan
saetas" saetas pérdidas durante batallas que el muerto debía evitar
para no ser flechado e irse desangrando.

Región donde habitaban fieras salvajes que abrían los


pechos de los muertos para comerles el corazón, por lo que,
 Teyollocualóyan
"lugar donde al salir del sendero, el muerto se encontraría con un jaguar
 Teocoylehualoyan que comería el corazón.
7 te comen el
 Teocoyocualloa
corazón"
 Teocoyolcualloyan
Residencia de Tepeyóllotl, dios de las montañas y los ecos,
señor de los jaguares

 Apanohualóyan Región donde se encontraba la desembocadura del río


 Apanohualoyán Apanohuacalhuia, una masa acuática de aguas negras
donde el muerto ya sin corazón se debatía por largo rato en
 Itzmictlán- "lugar donde
las aguas negras para salir, pero, ahí no acabarían sus
8 Apochcalocán se tiene que
penas, pues el difunto tendría que atravesar un extenso valle
 Izmictlán- cruzar agua"
lleno de nueve hondos ríos, los nueve ríos adyacentes del
Apochcalolca ancho río Apanohuacalhuia, los ríos de los nueve estados de
 Apanhuiayo la conciencia.

Finalmente se alcanzaba el final del trayecto en una zona de


niebla donde los muertos ya no podían ver a su alrededor. Su
 Chiconahualóyan estado de cansancio exangüe provocaría la reflexión de las
 Chiconahuayán "lugar donde
decisiones y movimientos de la historia del muerto, y se
9 se tienen
 Chiconauhmictlán conectaría con todo lo que le sucedió en vida, con todo lo
nueve aguas"
 Mictlán que le rodeaba. El muerto se volvía uno con todo. Así,
dejaban de padecer y entraba en el Mictlán, la residencia del
señor y de la señora de la Muerte.
La última región enceguecía a los muertos con niebla grisácea, de los cuales
muchos se perdían, y tan solo se escuchaban sus lamentos mientras se ahogaban
entre nueve ríos, los nueve afluentes del río Apanohuacalhuia, los
Chiconahuapán, los nueve ríos de los nueve estados de la conciencia, en el 1)
nivel, el muerto estaría luchando constantemente por sobrevivir, reflexionar su
existencia en vida y observar cuánto debe batallar para sobrevivir y ver también
cómo los muertos están tratando de sobrevivir, ya que cuando eres capaz de ver
el esfuerzo de otros se valora y tu condición mejora, y pasa al 2) nivel, del cual
tenía que ver su condicionamiento, es como si actuara mecánicamente sin mente,
sin aplicar el pensamiento en lo que hace, a esto se le llama actuar sin mente. De
ahí pasaba al 3) nivel, el deseo de importancia, donde se vienen los recuerdos de
los deseos mundanos en vida como el poder, el dominar al otro y si el otro trata de
dominarte, tu automáticamente tratas de dominarle, el muerto tenía que darse
cuenta que si no hubiera estado cegado con el poder, su vida hubiese sido más
prospera internamente, y se pierden las ansias de él ser importante, luego pasa al
4) nivel, que es claridad, es cuando el difunto se da cuenta que siempre alguien
estuvo ahí por él y no lo tomó en cuenta, su mente se despejada y se da cuenta
que era muy claro lo que deseaba lograr en la vida, cuál era su visión y su meta,
hacia donde se dirigía en vida, mientras tus relaciones con los demás están en
orden, siendo un estado mental muy interno, una vez claro esto, pudiese haber
comenzado a lograr más cosas en vida y sentirse realizado en vida, este era el
desafío del 5) nivel de conciencia. En los primeros niveles se pueden ver el orden
interno y los segundos niveles se verían el orden externo, una vez que lo lograba,
ya estaría a medio camino de conseguir el descanso anhelado. De ahí se llegaba
al 6) nivel, que era sostenerse entre otros, ayudarse mutuamente, ya que una vez
una persona se vuelve exitosa, se da cuenta que otros puede ir por la misma
meta, y ayudar o pedir ayuda no impide tu cometido sino te fortalece, cuando
comienza a ayudar a otros, se pasa al 7) nivel de conciencia que es fluir con la
vida. Si no tuvo problemas en la vida, no hubo quejas, y toma todo como viene y
no ha resistencia en la siguiente vida, una vez que se despierta a este estado
pasa al 8) nivel, y el difunto tendría un estado de plenitud, de conexión, se sentirá
conectado finalmente con todo lo sucedido en vida, con todo en la tierra, y con
todo lo que le rodeó, de ahí pasaba al 9) nivel, la unidad, donde no había división
dentro o fuera, no había existencia separada y el difunto era uno con todo, donde
finalmente dejaba de padecer. Tras una larga trayectoria de 4 años a través de las
regiones infernales, los muertos acababan y fenecían, liberando su alma, el tonalli,
logrando así el anhelado descanso ante la presencia del señor y señora de la
muerte Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, regidores del inframundo que les decían,
Ha terminado tus penas, vete, pues, a dormir tu sueño mortal. A través de los
nueve infiernos del Mictlán, deambulaban una gran multitud de personificaciones
entre las regiones del inframundo. De entre ellas estaba Miquiztetl (la muerte),
Miccapetlacalli (la tumba), Nextepehua (las cenizas), Nexoxcho (el miedo),
Xoaltentli (el sueño), Necocyaotl (la discordia), Téotlale (el desierto), etcétera.

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