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El autor escribe una carta para aclarar los hechos sobre una acusación de acoso leve en su contra por parte de una mujer que conoció durante una toma estudiantil. Según el autor, él y la mujer conversaron amigablemente durante media hora y no hubo intentos de avance sexual. Sin embargo, horas más tarde fue despertado y echado del lugar por la denuncia. El autor cree que la acusación carece de verosimilitud y que la situación fue ambigua sin una clara comunicación o rechazo por parte de la mujer. El objetivo de la carta
El autor escribe una carta para aclarar los hechos sobre una acusación de acoso leve en su contra por parte de una mujer que conoció durante una toma estudiantil. Según el autor, él y la mujer conversaron amigablemente durante media hora y no hubo intentos de avance sexual. Sin embargo, horas más tarde fue despertado y echado del lugar por la denuncia. El autor cree que la acusación carece de verosimilitud y que la situación fue ambigua sin una clara comunicación o rechazo por parte de la mujer. El objetivo de la carta
El autor escribe una carta para aclarar los hechos sobre una acusación de acoso leve en su contra por parte de una mujer que conoció durante una toma estudiantil. Según el autor, él y la mujer conversaron amigablemente durante media hora y no hubo intentos de avance sexual. Sin embargo, horas más tarde fue despertado y echado del lugar por la denuncia. El autor cree que la acusación carece de verosimilitud y que la situación fue ambigua sin una clara comunicación o rechazo por parte de la mujer. El objetivo de la carta
esta carta se dirige a ustedes con el fin de aclarar algunos
hechos que me dispuesto con premura a formalizar. Estamos en una época de grandes diálogos y grandes discordias. Desde hace mucho tiempo grandes injusticias se han cometido en defensa y beneficio del varón. Hoy en día, la sociedad ha cambiado de manera tan drástica que la mayoría de esas injusticias no caben en ninguna lógica otra que la repetición de un meme cultural oscuro y obsoleto. Han habido, a lo largo de la historia, culturas enteras construidas en base a los valores de dominación y control que lo masculino ejerce como naturaleza impuesta. Éstas son, quizás ahora más que nunca, un factor mayor de discusiones y conflictos, como el que voy a referir, sucedido en una universidad pública hace menos de una semana.
Dos puntos quiero. No voy a referir detalles de lo sucedido,
pero quedan estos a disposición de cualquiera que se me acerque. Por otro lado, sí haré un paneo general de la situación según como fue desplegándose y cómo la fui percibiendo. En segundo lugar, me reservaré los nombres de los involucrados, porque consideraré el caso desde lo paradigmático antes que en lo personal.
La situación involucra a una chica que conocí la noche del
Lunes 10 de septiembre del 2018, en el contexto de la toma estudiantil de la Universidad de Córdoba. La tarde siguiente, fui denunciado por la misma de acoso leve, o eso fue lo que al parecer se interpretó de su relato. Mi relato difiere en varios puntos, pero antes de hacer mención de ellos, voy a hacer el paneo general. La situación concreta fue que, en el pasillo del pabellón de Casa Verde, esa noche dormí con la chica en cuestión, abrazándola. Al otro día, por la tarde, ella fumaba un cigarrillo sola, y me acerqué a convidarle un mate. Empezamos una conversación, que encontré muy amena y divertida. Varias personas nos vieron conversar y reír, de ésto no cabe duda, pero me mantendré firme a no mencionar nombres por ahora. La escena en total duró aproximadamente media hora, en los cuales la chica me reveló detalles de su vida privada y yo igual, con el irrefutable fin de conocernos mejor. Luego de ésto, comimos por separado, y yo me fui a dormir la siesta en un aula. Dos horas después, fui despertado con el anuncio de que era echado del pabellón tomado por una denuncia de acoso. Este accionar, casi esquizofrénico, me causó enorme sorpresa y malestar por contraste al carácter divertido y grácil que me mostró la chica y que me generó gran atracción, no lo niego. No logré aún identificar, luego de repasar los hechos innumerables veces, el motivo de ese cambio tan brusco de carácter. Las causas que esgrimó la chica se alejan de la verosimilitud, ya que por una cuestión de comodidad general (estábamos acostados junto a decenas de personas) no intenté en ningún momento comenzar un acercamiento netamente sexual. Es decir, no hubo besos ni frotaciones en zonas erógenas; había dado la noche por terminada, y me disponía a intentar dormir, incómodo, pero abrazado junto a una chica que repito me había generado deseo/atracción. Cómo aseguraron dos amigxs de la chica, y de esto asimismo hay testigos, ella en ningún momento procedió a alejarse, dándome una negativa al decurso de ese deseo, luego de que yo le ofreciera poner sus pies dentro de mi bolsa de dormir, puesto que estaba destapada. Luego, ella cambió su relato, asegurando que toda la noche había intentado alejarme.
La ausencia de la negación no es necesariamente una
afirmación. Así lo entiendo. El deseo posee diversas formas de expresión, lo mismo que el rechazo, algunas más ambiguas que otras. Al encontrarnos en una situación de ambigüedad, se debe intentar proceder con neutralidad y paciencia. Fue así mi planteamiento, de modo que no percibí ni un rechazo explícito ni un rechazo implícito, pero tampoco una reciprocidad explícita del deseo, aunque sí implícita en miradas, gestos, roces, etc. Sin una auténtica comunicación emocional, y un asinceramiento con lo que uno siente, es imposible construir nada. (…)
Escribo ésta carta como reclamo ante la permisividad de
acciones injustas que dentro de cualquier movimiento político o ideológico se vuelven tóxicas para todas las partes, y por apoyo y compromiso con el movimiento feminista que ciertamente se perjudica con este tipo de acciones. Todos tenemos el derecho, no importa nuestro género, etnia o nacionalidad, a defendernos de la injusticia, por leve que sea, y reivindicar nuestra postura públicamente, a través del medio adecuado. Elegí este medio por una cuestión de distancia (actualmente no estoy en la Ciudad de Córdoba), siendo obviamente el medio más fácil de entregar estas palabras.
Sin más que decir al respecto, y respetando el tiempo de