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Imagen: Geralt.
La hazaña ofrece a los científicos una nueva forma de estudiar cerebros intactos en el
laboratorio con detalles sorprendentes. Pero también inaugura una extraña nueva posibilidad
para la extensión de la vida, en el caso de que los cerebros humanos se puedan mantener en
soporte vital fuera del cuerpo.
La experiencia, desarrollada por el equipo del neurocientífico Nenad Sestan, se desarrolló con
casi 200 cerebros obtenidos de un matadero. Ciertos aspectos de la función cerebral de estos
cerdos fueron preservados hasta que se conectaron a un sistema de revitalización, que ocurrió
cuatro horas después de la muerte de los animales.
Gracias a este sistema, denominado BrainEx, miles de millones de células de estos cerebros
fueron mantenidas vivas y en buen estado, supuestamente capaces de una actividad normal.
Sin embargo, estos cerebros no registraron ninguna forma de consciencia.
Aunque los resultados de este trabajo no han sido publicados todavía en ninguna revista
científica, los investigadores los han desvelado en una reunión del Instituto Nacional de Salud
de Estados Unidos, de la que la revista del MIT ha informado en primicia.
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La técnica, no obstante, plantea numerosos problemas éticos, destacan los autores de este
trabajo. Una de las cuestiones que plantea es que, si BrainEx se aplicara algún día a seres
humanos, ¿el cerebro que se mantuviera artificialmente con vida conservaría recuerdos, la
identidad o los mimos derechos que los demás seres humanos?
Algunos científicos consideran que el hallazgo permitirá observar cómo son las conexiones entre
células cerebrales y crear un nuevo atlas del cerebro. Sin embargo, no puede decirse que
signifique que es posible esquivar la muerte o trasplantar cerebros entre personas.
Lo explica Steve Hyman, director de investigación psiquiátrica del Broad Institute en Cambridge,
Massachusetts, quien estuvo entre los informados sobre el trabajo.
La similitud con las técnicas para preservar órganos como los corazones o los pulmones para
el trasplante podría hacer que algunos consideren erróneamente la tecnología como una forma
de evitar la muerte, señala Hyman en la citada revista.
Añade que mucha gente, especialmente los que enfrentan una enfermedad terminal, pueden
pensar que este resultado representa una esperanza de supervivencia.
Alternativa remota
Hasta ahora, a estos enfermos se les ha presentado la posibilidad de congelar su cerebro hasta
que la medicina encuentre remedio a su enfermedad. En ese momento, suponen, sería posible
descongelar el cerebro y vincularlo a un cuerpo sano o a un sistema de vida artificial. De hecho,
según contó Newsweekhace dos años, un cerebro de conejo fue recuperado satisfactoriamente
después de ser criogenizado.
La nueva investigación hipotéticamente plantea otra alternativa, explica Hyman: que en vez de
congelar el cerebro, estas personas opten por engancharlo al sistema BrainEx y quedar así a la
espera de un cuerpo sano. Sin embargo, matiza, estas esperanzas están por ahora fuera de
lugar. “Trasplantar un cerebro a un nuevo cuerpo no es ni remotamente posible”, concluye.
Hasta ahora sabíamos que el cerebro humano en estado de coma se puede mantener vivo
durante al menos décadas, un sistema al que han recurrido personas con muerte cerebral por
decisión de sus familiares.
También sabemos que se han explorado medios artificiales para mantener vivo un cerebro
completamente separado del cuerpo (particularmente testados con ratones). Sin embargo, el
equipo de Sestan es el primero en lograrlo con un mamífero grande, sin usar temperaturas frías,
y con resultados tan prometedores, destaca la revista del MIT.