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Mariposas

Las mariposas pertenecen al grupo de animales más numeroso,


es decir, a aquel que tiene un mayor número de especies: los
insectos. Dentro de este grupo, el suyo (los lepidópteros) ocupa
el cuarto puesto en cuanto a número y diversidad de especies,
después de los escarabajos, himenópteros y dípteros.
En CurioSfera.com queremos explicarte las características de
las mariposas, su hábitat, dónde viven, qué comen y mucha más
información sobre ellas.

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para niños

Índice de contenidos
 1 Características de la mariposa
 2 Desarrollo y fases de crecimiento de la mariposa
o 2.1 Huevo
o 2.2 Oruga
o 2.3 Pupa o crisálida
o 2.4 La mariposa adulta
 3 Especies de mariposas
 4 Cómo respiran las Mariposas
 5 Cómo distinguir las mariposas
 6 Cómo se clasifican las mariposas
 7 Hábitat de la mariposa
 8 Qué comen las mariposas
 9 Adaptación de las mariposas
 10 Depredadores de las mariposas
 11 Plagas de mariposas y orugas
 12 Coleccionismo de mariposas
 13 Crías de mariposas
 14 Mariposas en peligro de extinción
o 14.1 ¿Quieres saber más datos sobre las mariposas?

Características de la mariposa
¿Qué son las mariposas? Debes saber que son insectos, y como
tales, también son artrópodos, las mariposas tienen
las características básicas de este grupo. Tienen el cuerpo
dividido en tres partes claramente diferenciadas: cabeza, tórax
y abdomen.

En la cabeza están la boca, las antenas, los palpos y los ojos.


El tórax, dividido en tres segmentos, lleva tres pares de patas
articuladas (un par unido a cada segmento torácico) y dos pares
de alas (en el segundo y tercer segmento). El abdomen es la
parte más segmentada del cuerpo; está formado por diez
segmentos, aunque solo ocho son claramente visibles.
Cabeza de una mariposa
Una característica típica de las mariposas son las escamas,
que cubren el cuerpo entero de los adultos, sobre todo las alas; el
nombre Lepidóptero significa “alas con escamas”. Además
de las escamas, presentan numerosos pelos en diferentes partes
del cuerpo y, a veces, también en las alas.

Las escamas de colores, superponiéndose unas sobre otras


como las tejas de un tejado, forman los maravillosos y
elaborados dibujos de las alas; los colores se producen
químicamente por pigmentos y físicamente por difracción y
refracción de la luz.
Detalle de la lengua en espiral de una mariposa
Es muy difícil ver el esqueleto en sí bajo las escamas y los pelos
que lo cubren, y es necesario quitarlos para poder ver las partes
individuales del esqueleto. Una mariposa que haya sido
“desnudada” parece una muñeca de juguete con articulaciones
móviles.

Como todos los insectos, las mariposas respiran mediante una


tráquea o serie de tubos que llevan oxígeno a los tejidos
corporales.

Desarrollo y fases de crecimiento de la


mariposa
Para la mayoría de la gente, la palabra mariposa evoca la
imagen del adulto o imago. En general, no se piensa en el
complejo desarrollo que precede a la aparición de la criatura con
su preciosa forma y alas de colores.

Las mariposas, como el resto de los insectos, sufren un proceso


conocido como metamorfosis, en el cual se siguen en sucesión
varias fases de crecimiento completamente distintas,
empezando con el huevo y terminando con el adulto.

Los lepidópteros sufren una metamorfosis completa, pasando por


cuatro fases principales, alternando siempre una fase activa con
una fase inactiva o inmóvil. Las cuatro fases son:

1. Huevo
2. Larva u oruga
3. Pupa o crisálida
4. Adulto

Las fases de una mariposa monarca


A continuación te vamos a explicar cada una de ellas con todo
detalle:

Huevo

El ciclo vital de la mariposa comienza con el huevo. Los


huevos de pueden verse a simple vista; incluso los de los
lepidópteros más pequeños son relativamente grandes: de 0,2 a
0,3 milímetros. Los huevos más grandes de los lepidópteros más
vigorosos pueden alcanzar el tamaño de un guisante: de 3 a 4
milímetros.

El huevo está completamente cubierto de una sólida cascara o


corion que encierra al embrión y a la rica capa de yema que lo
rodea y que le proporciona el alimento para su desarrollo.
La superficie exterior puede ser más o menos suave o rugosa,
toscamente esculpida con crestas y huecos o estar decorada con
manchas irregulares.
Huevo de mariposa sobre una hoja
La forma del huevo de las mariposas demuestra una gran
diversidad y puede ser esférica, cónica, cilíndrica, con forma de
barra, bote o huso, angular o plana y tipo escama. El corion tiene
un orificio diminuto llamado micropilo a través del cual penetra el
esperma móvil para alcanzar el gameto femenino y fertilizarlo. El
micropilo puede estar situado en la zona superior del huevo, y el
huevo se llama huevo vertical, o puede estar situado
lateralmente, en cuyo caso se denomina huevo yacente.

Las hembras pueden poner sus huevos aislados o


agrupados en formas características: alineados en fila,
amontonados, en una sola capa o en varias capas. A veces la
hembra hace su puesta sobre la superficie de hojas y ramas, otras
veces inserta los huevos cuidadosamente en fisuras de troncos,
bajo yemas o brotes jóvenes, bajo la hojarasca, en rosetas de
hojas o en flores.
Respecto a la cantidad de huevos que pone una mariposa,
debes saber que depende de la especie, ya que puede variar entre
varios centenares hasta algo más de dos mil huevos en una sola
puesta.

Los huevos recién puestos tienen la concha blanda y su color es


normalmente blanco o blanco amarillento, aunque puede ser
verdoso. Sin embargo, el corion se endurece rápidamente y los
huevos adquieren su verdadero color, en su mayor parte amarillo
o verde pálido, también gris pardo e incluso negro. Los huevos de
las polillas del género Catocala y los de las especies cuyos capullos
tienen forma de huevo presentan una coloración muy viva.

A veces, la coloración puede cambiar con el desarrollo del


embrión. Los huevos pálidos pueden adquirir marcas rojizas;
otras veces toman colores más oscuros como pardo y violeta. En
huevos con cáscara fina y translúcida es posible ver hacia el final
del desarrollo embrionario la cabeza de la oruga a través del
corion.

Oruga

Tras un cierto período de tiempo, variando muchísimo según las


especies y los factores externos, las pequeñas orugas salen de
los huevos. El factor externo que más influye en el desarrollo del
huevo es la temperatura. También la humedad, por exceso o por
defecto, influye en los huevos de algunas especies.

La temperatura ideal oscila alrededor de los 20 °C o 68 °F. A


temperaturas inferiores el desarrollo del embrión se hace más
lento o incluso se detiene; a temperaturas altas (hasta un cierto
límite), generalmente el desarrollo es más rápido.

En dos o tres semanas, o incluso antes, puede adquirir una


longitud veinte veces mayor, un peso y un volumen de dos mil a
tres mil veces superior y la cabeza puede aumentar seis veces en
anchura.

Ni la más elástica de las pieles podría soportar semejantes


cambios de tamaño y, por tanto, la oruga experimenta
numerosas mudas durante su desarrollo. Se libera de la piel
vieja y ajustada, así como de la cápsula de la cabeza, y la repone
con una nueva piel, más grande y holgada, que ya había
desarrollado previamente bajo la anterior.
Después de unas horas, la nueva piel se endurece y la oruga
puede seguir alimentándose de nuevo. El período de
crecimiento entre mudas se denomina Instar. Suele haber
cinco o seis períodos de crecimiento, pero a veces pueden darse
más.

Sin embargo, no todas las orugas de mriposa crecen tan


rápidamente. En algunas especies, el desarrollo dura varios
meses, algunas veces incluso años, y puede existir una gran
diferencia en la duración del desarrollo aun entre orugas de la
misma especie, dependiendo de la generación estacional a la que
pertenezcan.

Este crecimiento tan rápido necesita su correspondiente cantidad


de alimentoy, en cuanto sale del huevo, la oruga comienza a
buscarlo. Frecuentemente, el corion vacío sirve a la oruga
como primer alimento, de manera que las huellas de su
nacimiento desaparecen inmediatamente. Para algunas orugas es
fundamental que el corion sea su primer alimento, y si por alguna
razón no pueden tomarlo, no comen otra cosa y, por tanto,
mueren.

En cuanto a qué comen las orugas, en el momento que la


oruga sale del huevo debe comenzar la búsqueda de los
alimentos específicos que componen su dieta, ya sean hojas
verdes, yemas, raíces, bulbos, madera o cualquier otra cosa.

Algunas orugas roen diferentes semillas, manzanas, nueces,


bellotas y otros frutos. Otras se alimentan de materia derivada
de otros animales, como plumas, pelos, cera de abejas y hasta
carne de animales muertos. En su hábitat natural estas
orugas viven en nidos de pájaros o madrigueras de mamíferos,
pero cuando llegan a viviendas humanas y almacenes pueden
causar daños considerables. Existen también orugas
depredadoras que o bien devoran a las de su propia clase (un
ejemplo de canibalismo) o a otras orugas y animales.

La gran diversidad en tamaño, forma y color confiere interés a


las orugas. En las polillas de especies más pequeñas, las orugas
son tan diminutas que pueden perforar sinuosos túneles en las
hojas llamados minas, comiéndose el tejido verde situado entre la
epidermis superior e inferior.

Otras orugas miden más de diez centímetros de longitud y son tan


gruesas como el dedo pulgar de una mano. Las orugas pueden
tener el cuerpo liso o con pelos, ser espinosas o tuberculadas,
suavemente cilindricas o cubiertas de irregularidades.

Respecto a las características de las orugas,


frecuentemente presentan cuernos y penachos de pelo que les
protegen de sus enemigos dándoles un aspecto amenazador o
haciéndolas invisibles. Las orugas cuentan con innumerables
enemigos, ya que son alimento de pájaros y otros insectívoros;
por eso, con objeto de asegurarse que al menos vivan algunas,
han desarrollado una gran variedad de adaptaciones que sirven
para hacerlas invisibles, confundiéndolas con su hábitat.
En otros casos, cuando les molestan, se defienden exponiendo
partes de su cuerpo que muestran colores de advertencia,
haciendo uso de sus armas químicas mediante secreciones
fétidas o incomestibles, o con pelos venenosos que hacen la
vida imposible a sus atacantes.

La cabeza de la oruga consiste en una cápsula resistente,


normalmente en forma de dos hemisferios incompletos. Entre ellos
aparece una zona triangular, y en la parte frontal, en la boca, dos
poderosas mandíbulas en forma de cuchara.

Las piezas bucales también incluyen, entre otras cosas, una


glándula que produce finas hebras de seda. Las orugas jóvenes
utilizan estas hebras para bajar de los árboles, o bien, como las
arañas, para ser arrastradas por el viento y ser así dispersadas por
el campo.
Las orugas adultas usan las hebras de seda para tejer
capullos o para unir diminutos trozos de tierra, mantillo u otros
materiales, cuando construyen una cámara donde transformarse
en pupa o crisálida. Lo que muchas personas conocen como
“gusano de seda”.

La cabeza lleva, además de las antenas, dos pares de palpos y


lateralmente seis ocelos (ojos simples, en oposición a los ojos
compuestos del insecto adulto), normalmente dispuestos en forma
de herradura.

El cuerpo de la oruga se compone de trece segmentos. Tres


segmentos forman el tórax y diez el abdomen. Cada segmento
torácico tiene un par de patas formadas a su vez por segmentos
cilíndricos o cónico alargados.

Las patas abdominales, generalmente situadas en los segmentos


número tres, seis y diez, son carnosas y en sus extremos aparecen
unos duros ganchos dispuestos en círculo. Una característica típica
de algunas familias es tener un número de patas reducido.
Las orugas de algunas polillas no tienen patas en los segmentos
abdominales tercero y cuarto, y las de las polillas geómetras no
tienen tampoco patas en el quinto segmento, quedando por tanto
con solo dos pares de patas abdominales. Su famoso movimiento
de “looping” es consecuencia de esta reducción.

Algunas orugas tienen las patas del décimo segmento abdominal


modificadas en un apéndice en forma de horquilla o bifurcado
apuntando hacia arriba, de donde surgen cilios naranjas cuando la
oruga se siente atacada.

El cuerpo de la oruga está recubierto de fuertes sedas. La situación


de las sedas es bastante regular y con frecuencia constituye una
característica importante para la identificación de algunas
especies, siendo de gran ayuda para los expertos en la
diferenciación de orugas de colores similares.

Asimismo, pueden aparecer sedas semejantes en cabeza y


extremidades. En algunas especies crecen agrupadas y forman
penachos. Es posible también encontrar los ganchos y las espinas
de la piel modificadas en pelos.

Otras veces, la piel de las orugas puede estar recubierta de


diferentes tubérculos y pequeños salientes sobre los que se
insertan espinas simples o ramificadas. La situación de estos
tubérculos o promontorios es característica para ciertas especies.

Es frecuente encontrar crestas o montículos en los segmentos


abdominales tercero u octavo. Las orugas de los esfíngidos se
caracterizan, por ejemplo, por estar provistas de un curioso
espolón en el octavo segmento abdominal.
La oruga Aglia Tau presenta en el cuerpo apéndices en forma de
espoleta u horquilla cuando es joven, pero que gradualmente van
desapareciendo y no queda rastro de ellos en la oruga madura.

En cuanto a cómo respiran las orugas, su cuerpo está provisto


de unas aperturas de ventilación o estigmas laterales que
sirven para la entrada de aire a las tráqueas. La tráquea se
ramifica y divide en numerosos tiibulos, donde tiene lugar
la oxigenación de los órganos internos. Los estigmas laterales
se disponen por pares en el primer anillo torácico y en los ocho
abdominales.

La forma de vida de las orugas muestra una gran variabilidad


de unas especies a otras. También varía su alimentación, que
puede ser cualquier materia orgánica. Algunas especies en
particular también difieren en el tiempo de su existencia, el
período de desarrollo, su ritmo de vida diario y otros.

Varias especies de orugas son acuáticas. Su adaptación al agua


puede llegar a tal extremo que sus órganos respiratorios se hallen
modificados en protuberantes branquias ramificadas, a través de
las cuales la oruga absorbe directamente el oxígeno del agua.
Otras orugas viven en capullos tejidos de seda o formados por
diferentes materiales que sirven de protección.

Pupa o crisálida

Una vez alcanzado el tamaño definitivo, la oruga busca un lugar


seguro donde o bien elabora un capullo o prepara una cámara
en donde después se transforma en pupa o crisálida. La
crisálida es prácticamente inerte y no ingiere alimento alguno.
En el interior de la caja o cámara tiene lugar un proceso insólito
durante el cual, a partir de la informe masa de materia viva, se
forma una mariposa adulta. Algunas pupas se sostienen sobre
su extremo posterior y se sujetan por un hilo de seda que rodea su
tórax; otras se cuelgan de unos ganchos que llevan situados al
final del abdomen (el cremáster).

La mayor parte de las pupas pasan el período de reposo en


posición yacente, bien recostadas libremente en el suelo o en un
capullo o en su escondite. Dicho escondite puede ser, por ejemplo,
una hoja enrollada, un hueco en el interior de un tallo, la cápsula
de una semilla, el interior de la fruta de alguna planta o una
galería tallada en la madera.

Con frecuencia, las pupas crisalidan en el suelo, donde se


construyen una sólida cámara de tierra parecida a un montículo de
tierra hueco. Después de un cierto período de tiempo, la
mariposa emerge de la crisálida.

La mariposa adulta

La característica más notoria de la mariposa adulta es el


colorido de las alas. Pero vamos a observar primero la cabeza.
Lo más destacado son sus ojos compuestos, grandes y
hemisféricos (algunas especies poseen también un par de ojos
simples u ocelos ocultos bajo finos pelos en la cabeza).

También cuentan con grandes antenas, palpos labiales y


trompa o probóscide, cuyo extremo se encuentra enrollada en
espiral y con la que los insectos absorben el néctar y otros
jugos. En algunos lepidópteros la trompa es corta, adaptada para
picar frutas blandas, y otras veces está toda ella completamente
reducida, en cuyo caso los individuos adultos no ingieren ningún
alimento, adquiriendo toda la energía que necesitan para su corta
vida de la grasa almacenada en su cuerpo por la oruga.
Partes de una mariposa (mariposa Monarca)
La cabeza se une al tórax por un cuello delgado. El tórax de la
mariposa adulta se compone de tres segmentos. Sobre cada
uno de los anillos del tórax se inserta un par de patas. El segundo
y tercer anillos llevan un par de alas membranosas cada uno.

Las alas posteriores son más reducidas que las anteriores.


Ambas están reforzadas por un complejo sistema formado por 15
nerviaciones o venas. Las diferentes venas se denominan de la
siguiente manera: costa, súbeosla, radio, medio, cubito, postcúbito
y anales.

Los elaborados dibujos de las alas están formados por


diminutas escamas que o bien contienen pigmentos o producen
colores físicamente por difracción y refracción de la luz, dando con
ello a las alas su llamativo esplendor. En la siguiente imagen,
como ejemplo, puedes ver a la mariposa monarca, una de las
más bonitas.

Estos dibujos presentan elementos característicos, como manchas


y rayas que, a su vez, llevan nombres específicos, por ejemplo:
manchas con forma de riñón, mancha en forma de cuña, banda
cruzada interior y exterior, línea ondulada.

Las patas presentan 10 artejos: cadera o coxa, trocánter, fémur,


tibia, tarso (formado por cinco artejos) y pretarso. En algunos
lepidópteros (como ninfálidos y satíridos) los artejos de las patas
anteriores están reducidos y las patas no se utilizan en absoluto
para andar.

El abdomen de la mariposa contiene el canal de


alimentación y el aparato reproductor y en la parte terminal
lleva los órganos genitales. Estos órganos sexuales externos se
forman en los dos (en el macho) o tres (en la hembra) últimos
segmentos y son muy característicos y muchas veces constituyen
una ayuda indispensable para identificar las especies con
exactitud.

En cuanto a cómo se reproducen las mariposas, el imago o


mariposa adulto es una fase eminentemente reproductora, su
objetivo es la reproducción y su vida entera está enfocada hacia
este fin.

El macho busca una hembra virgen, la copula y fertiliza, y la


hembra pone los huevos. Con ello termina el ciclo de vida de la
mariposa y entonces muere. El huevo marca el comienzo de un
nuevo ciclo.
Especies de mariposas
Se calcula que aproximadamente existen 200.000 especies de
mariposas y polillas en la tierra, aunque hasta la fecha solo se
han descrito alrededor de 130.000. El resto aún no se conoce, si
es que algún día llega a descubrirse, ya que hoy los animales, y
esto incluye a la mariposa, están disminuyendo de número a tal
velocidad que muchas especies pueden desaparecer antes de
llegar a ser descubiertas.

Te recomendamos especialmente que visites nuestro post: tipos


de mariposas. En él podrás obtener información detallada de
cada una de ellas y así conocerlas más en profundidad.
En cuanto a su hábitat, el desarrollo de las mariposas es mayor
en las regiones tropicales, donde encuentran las condiciones más
favorables, o sea, un clima cálido y alimento abundante durante la
mayor parte del año. Los trópicos poseen además la
mayor variedad de especies.

En la zona templada de ambos hemisferios, hacia el norte y hacia


el sur, el número de especies decrece al aumentar la latitud.
Existiendo solo unas pocas especies que se adapten a las duras
condiciones de zonas más allá del Círculo Polar Ártico.

No se puede decir que la fauna lepidóptera de las regiones


templadas carezca de interés. A pesar de que las mariposas de
dichas zonas no adquieren las enormes dimensiones de sus
parientes tropicales, están a la par en cuanto a diversidad de
formas y colores.

Algunas de las especies más pequeñas son de una belleza


asombrosa, con una amplia gama de colores, destellos metálicos y
alas bordeadas de delicados márgenes, a menudo más largos que
el ancho de las propias alas. Su estilo de vida está marcado por
tantas peculiaridades, que merece la pena tratar de seguir
aprendiendo sobre estas fascinantes criaturas.

Cómo respiran las Mariposas


La respiración en las mariposas es un sistema realmente
especial. Es muy distinto que el sistema respiratorio de muchos
otros seres vivos. Por ejemplo, si lo comparamos con el de los
humanos, en el de las mariposas destaca que no cuenta con
pulmones.
Entonces, ¿cómo respiran las mariposas? Pues en vez de
pulmones, las mariposas tienen espiráculos, que son una especie
de minúsculos agujeros que los lepidópteros cuentan en su cuerpo.
Estos hoyos son los que facilitan el paso de oxigeno hacia la
tráquea.

La tráquea es un complejo sistema de conductos internos que


estos insectos tienen en su interior y que tiene como
función transportar oxígeno a todas las del partes de su
cuerpo. Así lo hacen otros artrópodos como las abejas, escarabajos
o saltamontes

La mariposa no cuenta con un mecanismo de bombeo de oxígeno


hacia los tejidos. En lugar de ello, su organismo lo hace mediante
un sistema denominado difusión pasiva, que distribuye el gas
mediante autoventilación.
Para que sepas como se realiza esta autoventilación, consiste en
la modificación de los volúmenes de los tubos de la tráquea.
Estos cambios son producidos por ciertos movimientos que realiza
la mariposa cuando vuela.

Cómo distinguir las mariposas


No resulta fácil describir una especie de mariposa con
exactitud e inequívocamente. A pesar de que los miembros de
una misma especie tienen muchas características en común,
presentan en muchos aspectos una gran variabilidad de mayor o
menor grado.

Los especímenes individuales pueden diferenciarse en tamaño,


detalles de coloración y dibujo de las alas, así como, por
ejemplo, en el comportamiento, resistencia y capacidad de
reproducción.

Esa variabilidad es una característica básica de todos los


organismos vivientes. Permite a éstos adaptarse a las
diferentes condiciones externas y, por tanto, asegura su
supervivencia. Al propio tiempo, refleja la flexibilidad de las
especies, la reacción de una especie respecto a las condiciones
cambiantes de su entorno.

La variabilidad de los individuos, poblaciones y especies difiere en


el grado o medida de sus características. En el caso de mariposas,
las desviaciones más notables (aunque no siempre las más útiles)
son naturalmente variaciones en el color y el dibujo de las alas.

Se dice que las mariposas y polillas aparecen de varias formas (la


abreviatura de forma en su nombre científico es f.). En general,
son formas individuales (también llamadas aberraciones) y no son
hereditarias.

Otras desviaciones tienen lugar en forma de mutaciones y


son permanentes, siendo transmitidas a la descendencia según
las leyes de la herencia genética. A veces los individuos de la
misma especies son tan diferentes entre sí que parecen pertenecer
a una especie distinta. Por otra parte, algunas especies son tan
variables que podría resultar extraño encontrar dos ejemplares de
idéntico color.

Otro tipo de variabilidad más frecuente es la variabilidad


geográfica. Si una especie se distribuye a lo largo de grandes
extensiones como, por ejemplo, por toda Europa y Asia, las
poblaciones de zonas muy distantes pueden desarrollarse por
separado, aisladas, como respuesta al clima local.
Las causas del aislamiento pueden ser diversas barreras
geográficas y geológicas, como cordilleras, largos ríos, océanos,
desiertos, plegamientos de la corteza terrestre o glaciares. En un
período de decenas de miles de años, las diferencias que surgieron
en poblaciones separadas geográficamente pueden llegar a ser
hereditarias en parte, dando origen de este modo a varias razas
geográficas, llamadas subespecies (ssp.).

Un buen ejemplo de cómo surgieron dichas subespecies se puede


observar en la mariposa Apolo (Parnassius apollo), que desarrolló
razas geográficas claramente diferenciadas en las aisladas
cordilleras de Europa y Asia (se han descrito decenas solo en
Europa).

Si dicho aislamiento continúa durante cientos de miles de años,


las diferencias entre las poblaciones pueden llegar a ser tan
grandes que se conviertan en especies independientes, ya
incapaces de cruzarse entre sí, acostumbradas a dietas diferentes,
con ritmos de vida distintos, etc.

Mientras que desde el punto de vista sistemático las formas


individuales no tienen importancia, exactamente al contrario que
en el caso de formas y razas geográficas. Es por ello por lo que
también están sujetas a las rígidas reglas de la nomenclatura, es
decir, a las normas para nominar a las unidades
sistemáticas: especies, géneros, familias, órdenes, etc.

Es necesario saber que la denominación científica de una


especie se compone de dos nombres. El primero es el
género, siempre escrito en mayúscula. El segundo nombre
designa la especie y se escribe con la inicial minúscula. Este
sistema que utiliza dos denominaciones se llama nomenclatura
binómica. Cuando se añade un tercer nombre, que denomina la
subespecie (raza geográfica), se llama nomenclatura trinómica.

La llamada raza geográfica es la población de un territorio


específico, según el cual la especie fue descrita y nombrada por
primera vez, y en su denominación el nombre de la subespecie es
idéntico al de la especie.

Por ejemplo, Cari von Linneo describió el Macaón según especies


capturadas en Suecia y, por tanto, la raza geográfica que habita
en Suecia se llama Papilio machaon machaon, mientras que la
población que se encuentra en Gran Bretaña, ligeramente distinta
de la anterior, se denomina Papilio machaon britannicus.

Otro tipo de variabilidad en mariposas y polillas es


el polimorfismo, que supone la existencia de grupos muy
diferentes dentro de la especie. Este puede ser sexual, en cuyo
caso se denomina dimorfismo sexual (macho y hembra
diferentes), o dimorfismo estacional, en cuyo caso se denomina
polimorfismo estacional (en el mismo año se dan diferencias entre
generaciones separadas).

El término dimorfismo se usa en el caso de existir dos grupos


distintos y polimorfismo en el caso de varios grupos distintos. En
los últimos años, algunos ejemplos de polimorfismo han sido
designados con nombres específicos como, por ejemplo, el que las
diferencias de color se denominen dicroísmo y policroísmo.

En muchas especies de mariposas los machos son diferentes de las


hembras. En algunos casos las diferencias son muy pequeñas,
como en dibujo, tono de color o número de artejos de las antenas.
Otras veces son muy notables, tanto que en algunas especies el
macho y la hembra no se parecen en nada.
Pueden diferenciarse en el color (dicroísmo sexual), en el tamaño
o en la forma de las antenas, patas o alas. Así, por ejemplo, el
macho de La Lagarta (Lymantria dispar) es pequeño y pardo y su
vuelo es rápido, mientras que la hembra es grande, de color
blanco crema y de vuelo pesado.

En algunos geométridos, limántridos, árctidos y microlepidópteros,


las hembras tienen las alas atrofiadas y no pueden volar. Los
machos de los licénidos son generalmente azules, mientras que las
hembras son pardas.

Las alas de los ninfálidos machos tienen un brillo metálico que, sin
embargo, en las hembras no aparece. Los machos de muchas
especies de polillas tienen antenas pectinadas o plumosas y las
hembras, en cambio, las tienen filiformes.

El polimorfismo estacional aparece en especies que en un mismo


año presentan varias generaciones. Con frecuencia, las
generaciones individuales difieren o bien en tamaño o en color.
Esto es bastante común en los ejemplares pertenecientes al
género eolias (amarillos) o a los piéridos (blancos).

La segunda generación de Chupaleche (Iphidides podalirius) difiere


ligeramente de la primera en el color. La razón de estas diferencias
reside, en general, en la reacción de los insectos a los cambios en
la duración de los días a lo largo del año.

Un ejemplo típico de polimorfismo estacional es una ilustración


de Araschnia levana. Los cambios estacionales pueden influir
también en la coloración de las orugas y de la pupa. Así, las
crisálidas de verano de la especie Macaón son verdes, mientras
que las de invierno son pardas.
Cómo se clasifican las mariposas
Incluso para un profano es fácil reconocer que entre algunos
animales existen mayores afinidades que entre otros. Lo mismo
ocurre con los lepidópteros. En primer lugar, se dividen claramente
en mariposas y polillas.

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