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Facultad de Ingeniería Eléctrica - UMSNH 1

Apuntes de Técnicas de Estudio

UNIDAD 2
¿C ÓMO A PRENDEMOS ?

LA MOTIVACIÓN
Dada la enorme variedad de posibilidades diferentes que tenemos a la hora de emprender una acción u otra, la motivación se va a ocupar
del estudio del porqué de nuestras acciones y de nuestra conducta.

Podemos definir motivación como el conjunto de elementos o factores que determinan dinámicamente la conducta del individuo
activándola y dirigiéndola hacia un determinado objetivo. Es también la motivación “una influencia moduladora y de coordinación
sobre la dirección, vigor y composición de la conducta. Esta influencia surge a partir de una gran variedad de fuentes internas,
ambientales y sociales, asimismo se manifiesta en muchos niveles de organización conductual”.

La motivación puede producir distintos tipos de conductas. Así pues, la ambición puede llevar a alguien a robar o mentir y a otras
personas puede conducirles a tratar de aprobar por ejemplo unas oposiciones. La tristeza nos puede llevar a llorar desconsoladamente en
nuestra casa, mientras que a otros podría inducirlos a salir fuera a buscar compañía.

Un motivo, por su parte, es una fuerza que nos impulsa, una causa o razón que nos mueve para una cosa, necesidad o un deseo que
activa el organismo y dirige sus acciones hacia un objetivo determinado o meta. Los motivos surgen a través de un estímulo e influyen en
nuestra conducta.

Existen tres tipos de motivos:

 Motivo de logro
 Motivo de poder
 Motivo de afiliación

Viajar a la luna, llegar a ser presidente del Gobierno, conseguir un título universitario, son acciones que se realizan para sobresalir, para
superar obstáculos, para ejercer el poder. Se trata de motivos de logro, donde tenemos la necesidad de destacar, se trata de un motivo
básicamente social. Por otro lado, el motivo de poder tiene que ver no sólo con la necesidad de obtener el reconocimiento de los demás,
sino también con la necesidad de controlar e influir a las personas que nos rodean. Ahora bien, los humanos tenemos la necesidad de
afiliación, es decir, tenemos la necesidad de unirnos a otras personas y formar grupos. Cuando nos sentimos amenazados, el hecho de
pertenecer a un grupo nos puede ayudar y tranquilizar.

El aprendizaje tiene su punto de partida en la motivación, cuando ésta pone en funcionamiento las energías de los estudiantes para
conducirlos a realizar el acto de aprender.

TIPOS DE MOTIVACIÓN. Cuando hablamos de motivación y no de motivos, se habla principalmente de dos tipos:

 Motivación por el logro


 Motivación por la propia actividad

MOTIVACIÓN POR EL LOGRO. En ella actuamos para conseguir algo concreto. El sujeto presenta este tipo de motivación cuando
sabe lo que le interesa y qué capacidades o medios tiene para alcanzarlo. En este tipo de motivación, las variables que están en juego son:

 El interés: que puede ser mayor o menor, dependiendo de cuál sea la recompensa que vamos a obtener.
 La capacidad: que puede ser innata, es decir, que hemos nacido con ella, o bien ha podido ser entrenada y adiestrada.

Si nos sentimos motivados por el logro, la actividad puede guiarnos hacia:

 Avanzar en la carrera profesional: realizando cursos de formación o especialización.


 Obtener poder: realizando actividades extras para ascender (méritos).
 Obtener compensaciones: premios, títulos, reconocimientos, etc.
2 M.C. Raúl Pineda Salazar
¿Cómo Aprendemos?

MOTIVACIÓN POR LA PROPIA ACTIVIDAD. En cambio, cuando es la propia actividad la que nos motiva, ésta en sí misma nos
va a producir placer y compensación. Las claves que definen este tipo de motivación son las siguientes:

 Al sujeto le gusta la actividad y se identifica con el proceso.


 Al sujeto le gusta el producto final que obtiene.
 El sujeto se identifica con el aprendizaje.

La motivación por la propia actividad hace que nos resulte bastante más fácil el aprendizaje. No hay persona más motivada que la que
disfruta desarrollando una determinada actividad que ejercita libremente. Para que nuestra motivación sea adecuada es necesario que
valoremos más el hecho de aprender que el hecho de triunfar o fracasar. Si no aprendemos es porque nuestra motivación no está siendo
la adecuada.

REGULACIÓN DE LA MOTIVACIÓN
En la realización de cualquier tarea es necesario que controlemos nuestra motivación. En el caso del aprendizaje, desde el primer
momento estamos activando nuestros pensamientos de autoeficacia, nuestro punto de vista sobre la dificultad que entraña la tarea y la
importancia que para nosotros tiene la misma. Estos pensamientos pueden ser positivos o negativos. Cuando por fin somos conscientes
de nuestros pensamientos tenemos que aprender a controlarlos a través de la puesta en marcha de las estrategias de regulación de la
motivación. Por ejemplo, ofrecernos una buena recompensa tras el cumplimiento de la tarea, o valorar la tarea planteándonos qué
consecuencias traerá para nuestro futuro. También podemos recurrir a los pensamientos de autoeficacia: “yo sé que puedo conseguirlo”.

La reflexión sobre los resultados obtenidos nos va a producir cambios en los niveles de autoeficacia, cambios motivacionales con los que
nos enfrentaremos en el futuro o todas las tareas que se nos vayan presentando. El haber obtenido resultados por encima de nuestras
expectativas puede cambiar nuestra motivación para la próxima vez que emprendamos cualquier actividad.

REGULACIÓN DE LA CONDUCTA
La regulación de la conducta hace referencia a los esfuerzos que hacemos por regular nuestra propia conducta. Esta regulación es clave
para cualquier tipo de aprendizaje, regular la conducta es tan importante como tener una motivación adecuada. Cuando planeamos y
programamos nuestras actividades le dedicamos el esfuerzo correspondiente a determinada tarea, sin embargo, conforme avanzamos, con
frecuencia nos damos cuenta que el tiempo considerado para realizar dicha actividad no es suficiente y tenemos que dedicarle mayor
tiempo y esfuerzo. Estos desajustes pueden afectar nuestros logros y nuestra conducta.

Existen cuatro patrones distintos de autorregulación de la conducta cuando nos enfrentamos a una situación de discrepancia entre
nuestras metas y los logros que hemos alcanzado, siendo el primero el más adecuado:

 La acción flexible: Se trata de la puesta en marcha intencional y reflexiva de búsqueda de alternativas.


 La acción rígida: Se caracteriza por la falta de reflexión y por la falta de búsqueda de alternativas ante los problemas. Es decir, es
una acción inmediata, poco elaborada y tal vez algo repetitiva.
 La pasividad: es posible que con frecuencia aplacemos determinadas actividades, dejamos de actuar tanto en el plano
conductual como en el cognitivo.
 La conducta desorganizada: Se caracteriza porque hay mucha actividad pero completamente incongruente con los objetivos. Se
ponen en marcha cursos de acción confusos y que no llegan a completarse.

En cualquier caso, al finalizar la tarea tenemos que reflexionar sobre el esfuerzo y el tiempo dedicado a la misma y sólo tras esa reflexión
podremos hacer juicios sobre nuestra conducta.

En conclusión, algunas veces es posible que no tengamos la capacidad necesaria para llevar a cabo una tarea. En este caso, la tarea nos
resultará más complicada, ya que tendremos necesariamente que adquirir o potenciar de alguna forma estas capacidades. Así pues, es
evidente que el desarrollo de estas tareas tendrá que ir acompañado de un mayor esfuerzo y del empleo de algo más de tiempo.

La motivación eficaz es la que nos lleva al movimiento y a la actividad, la que nos hace ser productivos, producir para nosotros mismos,
como si fuéramos una empresa, nuestra propia empresa. La motivación es algo individual e intransferible. Cada persona es fruto de su
propia historia, de sus vivencias, de sus sueños y sus fantasías, de sus éxitos y de sus fracasos. Si algo va mal, tendrá que producirse un
cambio. Así pues la motivación también puede venir una vez que hemos realizado nuestro autoanálisis y conocemos realmente dónde
están nuestros fallos y defectos.

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