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En el año 2015 el costo directo anual aproximado de la corrosión para los EEUU se estimó en USD

500 000 millones, lo que representa alrededor del 3,1% del producto bruto interno de ese país.

La corrosión puede ser controlada o al menos manejada. Los científicos estiman que entre un 25%
y un 30% de los costos de la corrosión podrían evitarse si se emplearan buenas prácticas de
manejo de la corrosión y estrategias preventivas.

En los tiempos antiguos, la resistencia a la corrosión a veces se impartía a los materiales por
cuestiones de circunstancias más que de diseño. Los primeros métodos de control de la corrosión
incluyeron la utilización de bitumen y pinturas a base de plomo, como es el caso de los romanos
del siglo I.

La lucha contra la corrosión constituye una fuente significativa de gastos para la industria del
petróleo y el gas. British Petroleum (BP) llevó a cabo un estudio de sus operaciones en el Mar del
Norte en 1995. A raíz de ese estudio, la compañía estimó que las erogaciones para la prevención y
el control de la corrosión ascendían a alrededor del 8% de las erogaciones de capital total para sus
proyectos.
En la plataforma continental del Reino Unido, entre el 25% y el 30% de los costos operativos de BP
correspondían al control y el manejo de la corrosión. Los costos asociados con el reemplazo de los
equipos corroídos, la pérdida de producción y la contaminación relacionada con la corrosión
contribuían a los gastos generales. Además de los costos directos, la compañía determinó que la
corrosión tenía un costo indirecto significativo asociado con los problemas de salud, seguridad y
medioambiente. Este artículo se centra en las descripciones de la corrosión, las técnicas de manejo
de la corrosión y las tecnologías para su reducción.

Para la industria del petróleo y el gas, los tipos más comunes son la exposición al dióxido de
carbono [CO2, corrosión dulce], al ácido sulfhídrico [H2S, corrosión ácida] y al oxígeno [O2], y la
corrosión causada por los microbios, aludida como corrosión influenciada microbiológicamente o
corrosión microbiológica (MIC)

Para prevenir este tipo de corrosión dulce, los operadores utilizan normalmente películas
orgánicas que actúan como barreras e inhibidores que neutralizan la acidez del ácido carbónico
generado durante la corrosión. Los operadores también pueden utilizar aleaciones resistentes a la
corrosión (CRAs), que son resistentes a la corrosión general y localizada, en ambientes que son
corrosivos para los aceros al carbono y de baja aleación.

Para controlar la corrosión ácida, los operadores utilizan materiales formadores de películas
orgánicas, secuestradores de H2S, metales resistentes a la SSC, procesos de limpieza de las líneas
de flujo con diablos, tratamientos con nitratos, y biocidas que reducen el crecimiento de los
microbios que provocan la corrosión MIC.

La inhibición de la corrosión por oxígeno es difícil, y los esfuerzos de reducción de la corrosión en


las instalaciones de tratamiento de agua y producción en general han estado dirigidos a la
exclusión del oxígeno del sistema y la utilización de secuestradores de oxígeno. Los secuestradores
de oxígeno típicos son el bisulfito de amonio [NH4HSO3], el sulfito de sodio [Na2SO3] y el bisulfito
de sodio [NaHSO3].

Sobre la base de las características observadas de la corrosión, los ingenieros pueden adoptar las
medidas adecuadas de prevención y mitigación.

La corrosión por picaduras puede producir agujeros en los componentes metálicos y es una de las
causas principales de fallas en los equipos petroleros, incluyendo las tuberías de producción, las
tuberías de revestimiento, las varillas de bombeo y el equipo de superficie.

Se pueden aplicar inhibidores en la superficie para prevenir la iniciación, pero una vez que se
forma una picadura los inhibidores a menudo no pueden retardar su crecimiento.

Métodos de control de la corrosión

Las soluciones metalúrgicas pueden ser elementos efectivos para disuadir la corrosión, pero sus
costos pueden superar el límite económico de muchos proyectos petroleros. La fabricación de
todas las estructuras y elementos tubulares con iridio —el elemento más resistente a la
corrosión— nos permitiría ganar la batalla contra la corrosión, pero se incurriría en erogaciones
insostenibles e implicaría asumir que en el mundo existe un suministro suficiente de iridio para
emprender esa tarea. El aluminio es un metal resistente a la corrosión utilizado en numerosas
aplicaciones petroleras, pero no es adecuado para operaciones en condiciones de alta presión y
alta temperatura. Además, si bien el aluminio se considera resistente a la corrosión en el agua de
mar, el mecanismo para la resistencia se basa en la formación de una película delgada de óxido de
aluminio sobre la superficie del metal. En ambientes con altos niveles de acidez (bajo pH) o
alcalinidad (alto pH), el óxido de aluminio puede volverse inestable y, por consiguiente, no servir
como protección. En muchos casos, se requieren aleaciones de acero y CRAs para satisfacer tanto
los requisitos de resistencia como los requisitos de costos.

Los revestimientos de superficies proporcionan resistencia química y mecánica y además


pueden ofrecer protección térmica. Para maximizar la efectividad de los revestimientos de
superficies, se requiere una buena adhesión a la superficie a proteger. Existen dos tipos de
revestimientos: orgánicos e inorgánicos.
-Los revestimientos orgánicos incluyen las resinas epóxicas, las resinas fenólicas, los
poliuretanos, los polietilenos y los poliésteres.
-Los metales aplicados como suspensiones y a modo de galvanización son algunos ejemplos de
revestimientos inorgánicos; también pueden aplicarse cerámicas inorgánicas para proteger las
superficies. Si bien no constituye normalmente una solución tecnológica de avanzada, el
cemento emplazado en el espacio anular entre la tubería de revestimiento del pozo y la
formación puede actuar como un revestimiento inorgánico para impedir la corrosión.

Los inhibidores de corrosión Otra línea de defensa contra la corrosión es la de los inhibidores, de
los cuales existe una diversidad de tipos y aplicaciones. El principal objetivo de los inhibidores es
interrumpir el proceso electroquímico por el cual se forma la celda de corrosión entre el metal y
los líquidos presentes en y alrededor del equipo. Los inhibidores constituyen un método flexible y
económicamente efectivo para combatir la corrosión y su aplicación puede ser alterada cuando
cambian las condiciones.

Los inhibidores corresponden a cuatro categorías principales: secuestradores, agentes reactivos,


inhibidores en fase vapor y formadores de películas.

-Los secuestradores de oxígeno se utilizan con frecuencia en operaciones en las cuales el oxígeno
se presenta como una amenaza corrosiva.

-Algunos ejemplos de secuestradores utilizados en la industria del petróleo y el gas son el sulfito
de sodio, el dióxido de azufre, el bisulfito de sodio, el metabisulfito de sodio y el bisulfito de
amonio. El bisulfito de amonio y el bisulfito de sodio se utilizan normalmente en los sistemas de
inyección de agua de mar.

-Los secuestradores de ácido sulfhídrico reducen el nivel de H2S presente en la corriente de flujo.
Algunos ejemplos de secuestradores de H2S son las aminas, los aldehídos y los carboxilatos de cinc

-Después de interactuar con los elementos corrosivos, algunos inhibidores se eliminan


gradualmente de la superficie del metal y deben ser reemplazados continuamente con nuevo
inhibidor. En la industria petrolera, se utilizan con frecuencia inhibidores orgánicos porque forman
capas de protección incluso en presencia de hidrocarburos.

La batalla contra la corrosión nunca terminará; finalmente la entropía ganará la guerra. Sin
embargo, los seres humanos continuarán buscando formas efectivas de luchar contra esta
némesis. Los costos de ignorar el problema son demasiado elevados y las consecuencias de las
fallas pueden ser potencialmente catastróficas. Al menos en el campo petrolero, los operadores
están armados con conocimientos, ciencias y herramientas efectivas que les permiten mitigar o
manejar activamente los efectos de la corrosión.

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