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INTRODUCCIÓN

Patrología

JOSE JULIO MARTÍN BARBA.


MANUEL MILLÁN SERRANO.
La victoria de Constantino en el Puente Milvio señaló un momento decisivo en la
historia de la Iglesia Antigua, empezó a instaurarse el Imperio cristiano; el cristianismo
se convirtió primero en religión tolerada para pasar finalmente a religión preferida,
comienza aquí en nuevo periodo para la Iglesia.
Empieza aquí el periodo de los grandes Padres de la Iglesia, la edad de oro de la
literatura eclesiástica. El rasgo distintivo de esta época es el desarrollo de la ciencia
eclesiástica, libre ya de la opresión exterior, la Iglesia se dedica a preservar su doctrina
de la herejía y a definir sus principales dogmas. Es la época también de los grandes
concilios como Nicea, Constantinopla, Éfeso y Calcedonia, en ellos encontramos grandes
padres como Atanasio, los Padres Capadocios, Juan Crisóstomo, Cirilo de Alejandría
entre otros.
La libertad de culto concedida por Constantino dio muy pronto como resultado
las conversiones en masa. Surge aquí el monaquismo, como renuncia al mundo y abrazar
una vida ascética y mística. Los monasterios comenzaron a ser fuente de la literatura
eclesiástica.
Podemos comprobar como en la Escuela de Alejandría, había llegado con
Orígenes a la cima de su apogeo, pero después encontramos una diferencia entre entre los
miembros antiguos y los miembros nuevos, vemos en autores como Arrio trataban de
probar sus ideas erróneas por la Escritura, y para refutarlas la escuela neoalejandrina
adoptó, en todas las discusiones y controversias polémicas y teológicas, la interpretación
histórico-gramatical de la Escritura.
Por otro lado la escuela de Antioquia alcanzó durante este periodo la cima de su
fama, esta se mantuvo fiel a los principios de su fundador, quien ponía mucho énfasis en
la traducción literal del texto bíblico y en el estudio histórico y gramatical de sus sentido.
Encontramos una excelente información en las numerosas cartas que nos legaron
muchos de los más eminentes escritores cristianos, todo gracias a la libertad concedida a
la Iglesia, que aumentó el número de correspondencia entre los cristianos. Estas epístolas
no solo revelan los diversos intereses de sus autores, sino que, entremezclada con
discusiones doctrinales, suministran también información de primera clase sobre todos
los detalles de la vida económica, profesional, social, política y religiosa.
Fue también en Oriente, donde comenzó la poesía cristiana y donde se cantaron
los primeros himnos cristianos.
La diferencia entre los tiempos de persecución y la nueva era no es menos evidente
en el desarrollo de la liturgia. La Eucaristía, que al principio se celebraban en las casas

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privadas, va tomando cada vez más el aspecto de una ceremonia. Y es el rápido
crecimiento de las comunidades, en número y extensión, que certifican las numerosas
edificaciones cristianas, hacen necesaria la codificación de la oración pública.

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