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Clase 1: Introducción a la ciencia

forense y a la criminalística
La ciencia como una forma de conocer la realidad
Conocer es averiguar por medio de capacidades intelectuales la naturaleza,
cualidad y relaciones de las cosas. El conocimiento es, entonces, la capacidad de
actuar, procesar e interpretar información para generar más conocimiento o dar
solución a un determinado problema.

El conocimiento puede ser interpretado y entendido por seres humanos e incluso


por máquinas a través de agentes inteligentes; esto se logra mediante bases de
conocimiento o conjuntos de entrenamiento e inferencia lógica.

La ciencia constituye un subconjunto del conjunto de todos los conocimientos, vale


decir que no todo conocimiento es científico. En su sentido más amplio, ciencia se
emplea para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier campo. Sin
embargo suele aplicarse, sobre todo, a la organización de la experiencia sensorial
objetivamente verificable, es decir, un sistema ordenado de percepciones visuales,
táctiles, olfativas y mentales que pueden contrastarse con la realidad mediante la
experimentación o la observación. La búsqueda de conocimientos, en ese contexto,
se conoce como investigación pura, para distinguirla de la investigación aplicada -la
búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico- y de la tecnología, a través
de la cual se llevan a cabo las aplicaciones.

Se afirma que, para que una ciencia sea considerada como tal, debe cumplir los
siguientes requisitos:

 Que tenga un objeto de estudio


 Que existan datos acumulados a través del saber empírico, que se
encuentren sistematizados en las metodologías de análisis elaboradas y que
permitan hablar de su conocimiento científico tomado de la práctica y
verificado en la práctica socio-histórica
 Que todo ello esté estructurado en un sistema integral que refleje todas las
conexiones y las relaciones referidas a los métodos, medios y procedimientos
para el estudio de lo que constituye su objeto

Esto quiere decir que para poder hablar de la Criminalística como ciencia, debemos
poder situarla en el gran espectro del conocimiento científico, definiendo técnicas y
procedimientos validados científicamente para obtener información de la realidad,
todo ello en torno a un objeto de estudio.

Clasificación de las ciencias


El epistemólogo Mario Bunge (1969) sugiere una división de las ciencias en dos
grupos, basado en la naturaleza de sus objetos de estudio, métodos y criterios de
verdad: ciencias fácticas y ciencias formales.

 Las ciencias formales son racionales, sistemáticas y verificables, pero no son


objetivas; no dan informaciones acerca de la realidad: no se ocupan de los
hechos. Los objetos de ciencias como la lógica y las matemáticas son
ideales; su método es la deducción y su criterio de verdad la consistencia o
no-contradicción de sus enunciados. Sus objetivos son incrementar el
conocimiento y se desentienden de las posibles aplicaciones prácticas que se
pueden dar a sus resultados. Todos los enunciados de las ciencias formales
son analíticos, es decir, que se deducen de postulados o teoremas y su
demostración es una operación confinada a la esfera teórica.
 Los objetos de las ciencias fácticas son materiales, su método es la
observación y la experimentación y, en segundo término también la
deducción y su criterio de verdad es la verificación. Los enunciados de las
ciencias fácticas son predominantemente sintéticos aunque hay también
enunciados analíticos. No utilizan símbolos vacíos o abstractos, sino
símbolos interpretativos provenientes de los objetos tangibles o materiales,
que a su vez constituyen el motivo primordial de estas ciencias.

Amén de esta primera gran separación, la manera clásica de clasificar a las ciencias
ha sido tomando como criterios de agrupación el tipo de objeto de estudio y el
método empleado para abordarlo. Así, Laso (1998) reconoce dentro de las ciencias
fácticas dos grandes grupos: ciencias naturales y ciencias sociales.
 Las ciencias naturales estudian entes de materialidad física donde la
naturaleza es un referente mudo y constante. De esta manera, los objetos de
las ciencias naturales están regidos por leyes física y establecen entre sí
relaciones deterministas o azarosas carentes de motivación
 Las ciencias sociales estudian entes de materialidad simbólica así como el
imaginario social e individual respecto de esos entes. Estos objetos son
construcciones culturales del hombre que, a su vez, lo transforman y lo hacen
un sujeto social, por lo que no actúan conforme a las leyes físicas de la
materia, sino a las del lenguaje, del deseo, del poder.

En la actualidad esta clasificación (en naturales y sociales) es cuestionada, puesto


que existen sectores de la realidad que exigen para su estudio la interrelación de
saberes del mundo físico con aquellos del mundo social. No obstante su
artificialidad, sigue siendo la que más adeptos cosecha en el territorio de los
estudios epistemológicos.

La Criminalística como Ciencia Social


Si bien el grueso de la bibliografía actual sostiene que la Criminalística es una
ciencia natural, no debe olvidarse que el indicio, como tal, es de naturaleza jurídica,
por lo tanto, una construcción social del hombre. En ese sentido, y tal como lo
reflejan la clasificación internacional de disciplinas científicas, la Criminalística es
una ciencia social (-056 Ciencias ⇒ 2-475 Ciencias Sociales ⇒ 332.6 Derecho.
Jurisprudencia ⇒ 340.5 Derecho penal. Delitos ⇒ 341.8 Criminología. Ciencias del
crimen. Criminalística).

Aún cuando en la intervención profesional los métodos para analizar los indicios son
de las ciencias naturales, ellos deben hacerse en un marco legal para que sean
considerados válidos por la comunidad científica especializada. Es por estos
motivos que en la

Relación con otras disciplinas: ciencia forense


Otro problema que se plantea al encarar una investigación sobre la Criminalística es
la tendencia de muchos autores, principalmente vinculados al área médica, a
superponer algunas ciencias forenses, ya sea por una semejanza fonética o bien
solamente por desconocer las diferencias y limitaciones de cada una.
La llamada ciencia forense forma parte de las disciplinas biológico-sociales, ya que
su objetivo trasciende al hombre como ser e individuo para extenderse al contexto
social. En la práctica, el conjunto de disciplinas de que se compone se suelen
considerar como materias auxiliares del Derecho cuyo objeto es el estudio de
cuestiones muy específicas que se presentan en las investigaciones judiciales y
cuya resolución se fundamenta total o parcialmente en conocimientos científicos
ajenos al Derecho (Fuertes Rocañin; Cabrera Forneiro y Fuertes Iglesias, 2007). Un
enfoque moderno y más amplio para definirla sería como el uso del conocimiento y
las tecnologías científicas en asuntos civiles y penales, incluyendo la resolución de
casos, el cumplimiento de leyes y la seguridad nacional, en lugar de restringir su
definición en las actividades específicas de un crimen o laboratorio forense
(Gaensslen, Harris & Lee, 2007).

La Academia Americana de Ciencias Forenses (AAFS, por sus siglas en inglés)


reconoce las siguientes áreas especializadas de la Ciencia Forense: Ciencia
Forense General; Criminalística; Ciencias Digitales y Multimedia; Ciencias de la
Ingeniería; Jurisprudencia; Odontología; Medicina Legal y Biología; Antropología
Física; Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento; Documentos Cuestionados y
Toxicología (Rivers & Dahlem, 2013). En la bibliografía nacional, la Toxicología
suele incluirse en la Medicina Legal y los Documentos Cuestionados dentro de la
Criminalística, no obstante lo cual, en ese último caso, suelen diferenciarse varias
actividades o profesiones asociadas a tal área, como veremos más adelante.

Por su parte, en el plano nacional, la Academia Nacional de Ciencia de Buenos


Aires integra a la Ciencia Forense en el Centro Interdisciplinario de Investigaciones
Forenses (CIDIF) donde incluye las secciones: Neurociencias; Evaluación de Praxis
Médica; Psiquiatría Forense; Medicina Legal General; Tanatología y Patología
Forense; Criminalística; Cuestiones Legales Forenses y Medicina Laboral. Existen,
además secciones y consultorías especiales que incluyen: validación testimonial en
situaciones especiales de abuso y violencia; Sexología Forense; Violencia Familiar;
Anestesiología Forense; Neurociencias experimentales y Neuroradiología.

Al respecto podremos conceptualizar que:

 Antropología Forense: dedicada a explorar la aplicación de la Antropología


Física y sus diversos subcampos en un entorno legal, incluyendo la
Arqueología Forense, la Tafonomía Forense y la Antropología Cultural
Forense.
 Ciencias del Comportamiento y Criminología: dedicada a la exploración de
los conocimientos de la Psicología Forense, la Psiquiatría Forense, las
técnicas asociadas al perfilamiento criminal, el estudio de la conducta
desviada, de los sistemas judiciales y penitenciarios.
 Estudios de doctrina y jurisprudencia: dedicada al estudio comparado sobre
los fundamentos y procedimientos válidos para la conformación de la prueba
en materia de Derecho. Asimismo, a la discusión y puesta en práctica de las
habilidades para transmitir los resultados de estudios técnicos en audiencias
e informes escritos.
 Informática Forense: dedicada al estudio, discusión y práctica de los
procedimientos y fundamentos para la recuperación, protección y análisis de
la evidencia digital, así como para el esclarecimiento de delitos cometidos por
medios tecnológicos.
 Ingeniería Forense: dedicada al estudio y exploración de la investigación de
materiales, productos, estructuras o componentes que fallan o no funcionan
como se pretende, causando lesiones personales o daños a la propiedad a
nivel industrial.
 Medicina Legal y Biología Forense: dedicada al estudio y comprobación de
conocimientos y prácticas relacionadas con la determinación de la causa de
lesiones y muerte de las personas, así como de las circunstancias que las
rodearon, incluyendo la Toxicología Forense, la Tanatología Forense, la
Odontología Forense, la Entomología Forense, la Palinología Forense, la
Micología Forense, la Genética Forense, entre otras.

Concepción posmoderna de la Criminalística: una propuesta


Ha quedado dicho que el origen de la ciencia Criminalística podía ser relacionada a
la función de investigación penal que cumplían las fuerzas policiales. Debido a este
origen, el término ha quedado arraigado a la actividad desarrollada por el Estado
para la investigación de cada hecho criminal. No obstante lo cual, pensar en la
Criminalística como ciencia implica ver más allá del hecho e incluir el contexto social
de esas investigaciones.
Diremos al respecto, que la Criminalística es una ciencia fáctica cuyo objeto de
estudio son los indicios físicos que derivan de la comisión de hechos que presentan
cierta controversia jurídica y como finalidad la de acercarse, a través del método
científico, a la reconstrucción histórica de estos hechos, a partir del estudio de
restos, marcas, indicios y vestigios. Para ello, la Criminalística establece y valida
técnicas y metodología, científicamente fundamentadas en un marco legal
determinado, para poder cumplir tales cometidos.

De este modo, y a los fines de este apunte, nos desprenderemos del concepto
moderno de Criminalística para formular un concepto posmoderno, acorde a los
nuevos paradigmas del derecho. Bajo esta mirada, la ciencia Criminalística no
estudia cada delito, tarea que sí realizan los peritos. La Criminalística estudia los
delitos, como fenómeno social, desde el punto de vista de su posibilidad de
reconstruirlo. Esta reconstrucción implica responder las preguntas guías de la
investigación jurídica: qué sucedió; cuándo sucedió; cómo sucedió y quiénes
estuvieron involucrados.

En síntesis, podemos decir que la Criminalística es la ciencia que tiene por objeto de
estudio la prueba indiciaria material en Derecho y por finalidad establecer las
técnicas y procedimientos científica y legalmente válidos para realizar el estudio de
la prueba indiciaria.

Es decir, centra su atención en aquellos elementos de índole física que permiten a


las autoridades encargadas de administrar Justicia (penal, civil, administrativo, de
familia) reconstruir hechos pretéritos de interés legal, con el fin de establecer y
deslindar responsabilidades a partir de la dilucidación de sus particularidades. Para
ello debe establecer técnicas y procedimientos científica y legalmente válidos para
realizar el estudio de la prueba indiciaria. Esto es, se vale de todas las técnicas y
estrategias disponibles en el conocimiento científico para poder determinar las
formas de reconstruir las situaciones dinámicas que confluyen en los sucesos
antijurídicos, con sustento técnico y aval de la ciencia, en un marco jurídico
determinado.

En este punto debemos subrayar la naturaleza social del objeto de estudio de la


Criminalística, puesto que el indicio criminal es una construcción social, dependiente
del ordenamiento jurídico vigente. Pese a la naturaleza física de su consistencia, es
la esencia lo que debe observarse a la hora de establecer la pertinencia disciplinar
de la Criminalística. En todo caso, y al corriente de actuales líneas de pensamiento,
podremos sostener el argumento de que la Criminalística es una ciencia
interdisciplinaria, entre lo social y lo natural.

Respecto de los saberes y disciplinas que incluye, varían según cada forma de
entender la investigación criminalística y quién es el responsable de llevarla a cabo.
Si bien existen saberes comunes reconocidos por todas las escuelas y autores, las
variaciones tienen que ver con contextos sociales e históricos que han definido tales
adaptaciones.

Fuentes Consultadas
 Academia Nacional de Ciencia. (2013). Centro Interdisciplinario de
Investigación Forense. Consultado el 30 de julio de 2017
en http://www.ciencias.org.ar/listacategoriasproductos.asp?idCategory=922&ti
po=0&urldes=&descurl=
 Albarracín, R. (1971). Manual de criminalística. Buenos Aires: Editorial
Policial.
 Bunge, M. (1979). La ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires: Siglo
Veinte.
 Chalmers, A. (2000). ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? (Tercera edición.
Corregida y aumentada). España: Siglo XXI de España Editores, S. A.
 Fuertes Rocañín, J. C.; Forneiro, J. C. e Iglesias, C. F. (2007). Manual de
ciencias forenses. España: Aran Editores.
 Gaensslen, R.E., Harris, H.A. & Lee, H.C. (2007). Introduction to Forensic
Science and Criminalistics. Boston: McGraw-Hill.
 García Pablos de Molina, A. (1996). Criminología. Valencia: Editorial Tirant lo
Blanch.
 Gialamas, D. M. (2000). Criminalistics. En: Siegel J.; Knupfer G. & Saukko P.
(Eds). Encyclopedia of Forensic Sciences. USA: Elsevier Academic Press.
471-477.
 Gross, H. (1900). Manual del Juez. Madrid: La España Moderna.
 Laso, E. (1998). La clasificación de las ciencias y su relación con la
tecnología. En: E. Díaz (Comp.). Ciencia e imaginario social. Buenos Aires:
Editorial Biblos. 29-42.
 Montiel Sosa, J. (2003). Criminalistica. Tomo 1. México DF: Limusa – Noriega
Editores.
 Programa Nacional de Criminalística. (2015). Relevamiento y estadística.
Consultado el 30 de julio de 2017 en http://www.jus.gob.ar/areas-
tematicas/programa-nacional-de-criminalistica/relevamiento-y-
estadistica.aspx
 Rivers, D. B. &Dahlem, G. A. (2013). The science of forensic entomology.
Sest Sussex (United Kingdom): John Wiley & Sons.
 Samaja, J. (2012). Epistemología y metodología. Elementos para una teoría
de la investigación científica (Tercera Edición ampliada). Buenos Aires:
Eudeba.

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