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El poder de tu frecuencia de

resonancia. Por David Topí (


Ponente Congerso Sabiens nº7
2015 )
Aunque no seamos conscientes, nuestra frecuencia de resonancia
o nivel de vibración es nuestro bien más preciado en ámbitos
tales como la protección energética, el desarrollo personal, o
la auto sanación. Esto que parece tan “genérico”, es algo
tremendamente simple, se trata de la “frecuencia media” que
emites, el nivel vibracional que tienes de forma global,
sumando todos los patrones energéticos, mentales, anímicos y
emocionales que tenemos y que constantemente emitimos. Una
persona con todos esos componentes vibrando a un nivel “alto”
(hablando en Hz, la unidad de medida de la frecuencia de una
onda cualquiera), incrementará su frecuencia base y verá
reflejado este nivel en su realidad cotidiana, no solo por lo
que a nivel de “ley de atracción” pueda manifestar, sino por
la influencia que esa persona tendrá en los entornos en los
que se mueva por su sola presencia.

Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito de la


sanación

Todo sanador, o toda persona que es capaz de influir en otra a


distancia está tocando tu frecuencia de vibración o resonancia,
sea a nivel local (por ejemplo actuando sobre uno de los cuerpos
sutiles, sobre un chakra, o a nivel general como en un baño de
energía). Cuando hacemos algún tipo de sanación, remota o
presencial, estamos modificando el sistema energético del
paciente simplemente modificando un patrón concreto de onda
que es la causa del bloqueo, y lo hacemos modificando su
frecuencia de resonancia, de forma que al poner a vibrar su
sistema energético a un nivel más alto, en esa zona,
automáticamente se desbloquea aquella energía que se había
quedado estancada.

Por poner un ejemplo, seria como poner a sacudir una coctelera


que tuviera pegada trocitos de papel en el exterior. La fuerza
de la vibración de la coctelera hace que se despeguen y caigan
esos papeles, simplemente por haber incrementado el movimiento
y modificado las fuerzas que mantenían los papeles (entendidos
como bloqueos energéticos) enganchados.
Así, es sencillo comprender como simplemente “ordenando
mentalmente” la eliminación, tras haber descubierto un cierto
bloqueo, con la “intención” de sanar algo, esto se empieza a
sanar, y es que la energía detonante del sanador, al ser
recibida por el “paciente”, pone en marcha el mecanismo de
vibración interno y modifica el patrón energético de la zona
donde se encuentra el bloqueo incrustado y este “pegote”
empieza a desprenderse poco a poco de esa zona (es decir, la
misma persona se auto sana, el sanador solo hace de detonante
del proceso de cambio vibracional).

Esta energía recibida, sea directamente, sea remotamente, sea


autogenerada, no ha hecho sino modificar al alza ligeramente
la vibración del lugar donde se encontraba el problema,
haciendo que la zona de “enganche” ya no sea compatible con la
energía del bloqueo. Al no ser de igual patrón energético, la
energía causante de ese bloqueo no puede mantener el “enganche”
o acople al sistema energético, y deja de tener efectos
negativos paulatinamente en la salud de la persona.

Sanación presencial o remota


¿Tiene el mismo efecto el estar a un metro de la persona o a
100 km para detonar este incremento vibracional? Pues la
experiencia nos dice que es parecido (aunque la sanación
presencial sea mas intensa a veces), y es simplemente debido a
nuestra conexión a través del campo mórfico que une a todos
los seres humanos, trabajemos al nivel que trabajemos (es
decir, podemos conectarnos a niveles de alma o Yo Superior, a
niveles de “inconsciente”, a nivel “mental”, etc.), pero todos
estamos enganchados los unos con los otros. Es este mismo
método, en el fondo, el que hace que técnicas como el
Ho’oponopono, la curación cuántica, los registros akashicos,
magnified healing, la terapia de respuesta espiritual, etc.,
etc. funcionen. En todos los casos, estamos modificando la
frecuencia de resonancia de la persona con la simple emisión
de una intención u orden mental de sanación, al nivel que sea,
lo que hace que se libere, desenganche, transmute o solucione
el bloqueo mental, emocional, físico, anímico, espiritual, o
de las profundidades del subconsciente.

Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito de la


protección energética
Ocurre lo mismo cuando hablamos de protección energética. Tu
frecuencia de resonancia es tu escudo antimisiles porque si se
mantiene en un nivel de vibración “alto”, impide que un buen
puñado de energías externas, parásitos astrales, pequeñas
entidades “negativas”, etc., sean compatibles contigo. De
nuevo, es como mantener la coctelera sacudiéndose a una
velocidad tal, que no hay forma de que nada que no sincronice
con esa velocidad de vibración pueda engancharse. Por supuesto
que no se trata de la panacea, siempre hay energías de niveles
mucho más altos de los que nosotros podemos alcanzar en estos
momentos polarizados “negativamente” y que pueden engancharse
o acoplarse a nosotros si lo desean (para nutrirse), pero no
así todo aquello que vibre a un nivel menor que el nuestro
(frecuencialmente hablando).

Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito del


crecimiento personal
Por último, todas las cosas que hacemos, ejecutamos, decidimos,
etc., generan en nosotros un cierto tipo de energía. Esta
energía forma parte de algún patrón energético bien a nivel
mental o emocional (principalmente), que puede añadirse a
cualquiera de nuestros cuerpos sutiles y resto de componentes
del sistema energético, así como influenciar el “crecimiento”
o cristalización (como lo llamaba Gurdjieff) del alma en cada
uno. Es decir, básicamente lo que aprendemos a través de lo
que nos pasa o lo que hacemos que nos pase, influye sobre
nuestra frecuencia de vibración o resonancia pudiendo
incrementarla o reducirla (fluctúa siempre, y no es estática),
y que puede hacer que “potenciemos” más nuestra “esencia”
interior, o la sigamos manteniendo dormida. Eventos que nos
hacen crecer, como experiencias y lecciones superadas,
incrementan el nivel de resonancia hacia frecuencias mayores.
Eventos generadores de efectos tales como traumas, bloqueos de
diversa índole, contagios del inconsciente colectivo, o ataques
energéticos, pueden alterar y reducir nuestra frecuencia de
resonancia haciéndonos más débiles o vulnerables.
Cuando vemos por todas partes que nos dicen que el
“conocimiento protege” y la “ignorancia nos pone en peligro”,
no solo es un consejo que suena bien, sino que literalmente
cada pieza de conocimiento “objetivo y factual” trae consigo
su propia carga energética, que se suma a nuestro cuerpo mental
incrementando su frecuencia de resonancia global, potenciando
la frecuencia de resonancia global del sistema energético.
Puesto que además nuestro nivel de vibración global depende de
la suma del nivel de vibración de cada parte de nuestro sistema
físico y energético, cuando hablamos de que es necesario tener
una salud optima, un robusto cuerpo eterice, un cuerpo
emocional sano y un cuerpo mental limpio, nos estamos
refiriendo a que todos los componentes se apoyan y necesitan
entre si, y que de nada sirve tener unos en perfecto estado, y
otro hecho un asco, pues nos hará caer en picado el nivel
vibracional que tengamos.
Frecuencia de resonancia vs polarización
Evidentemente el tener una alta frecuencia de resonancia no
significa ser un ser más “positivo”. El nivel de vibración es
simplemente eso, un nivel de vibración, el numero de ciclos
por segundo que genera el conjunto de tu sistema energético,
pero esta vibración tiene polaridad, como ya hemos visto en
artículos anteriores y como comente durante horas en la
conferencia de hace unas semanas. Esta polaridad es lo que
llamamos “positiva” o de servicio a otros, o “negativa”, o de
servicio a uno mismo. Tenemos personas y entidades no corpóreas
de todos los niveles de vibración que os podáis imaginar, y
más o menos repartidas equitativamente entre las dos
polaridades. Es decir, que como os decía antes, a mayor nivel
de frecuencia de resonancia más poder y potencial, aunque este
pueda estar orientado hacia la polaridad que la persona o
entidad haya escogido como camino evolutivo, sea el camino del
servicio a otros, o sea el camino del servicio a uno mismo.
Nuestro trabajo consiste en trabajar ambas cosas, incrementar
nuestra frecuencia de resonancia, y polarizarla hacia el
servicio a otros, todo en busca de un crecimiento evolutivo y
paso de “curso” que esperemos esté pronto por llegar.
Por David Topí ( ponente Congerso Sabiens nº7 2015 )

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